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Análisis Crítico
del Discurso
PERSPECTIVAS LATINOAMERICANAS
Leda Berardi
COMPILADORA
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Prólogo de Teun A. van Dijk
frasis
e d i t o r e s
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
PODER, DISCURSO Y SOCIEDAD, I
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
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ANÁLISIS CRÍTICO DEL DISCURSO
PERSPECTIVAS LATINOAMERICANAS
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
#
Leda Berardi
C O M P I L A C I Ó N
Análisis Crítico del Discurso
PERSPECTIVAS LATINOAMERICANAS
frasis
e d i t o r e s
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
$
ANÁLISIS CRÍTICO DEL DISCURSO.
PERSPECTIVAS LATINOAMERICANAS.
Primera edición:octubre de 2003.
Primera reimpresión: marzo de 2005.
© Leda Berardi, 2003.
Registro de propiedad intelectual Nº 135.879
ISBN 956-8170-05-7
© FRASIS editores, 2003.
Coyancura 2270, Of. 801, Providencia, Santiago.
Fonofax (562) 2374106
Email contacto@frasis.cl
Edición al cuidado de MarcoAntonio Coloma.
Diseño de tapas e interiores: FRASIS editores
Impreso en Chile / Printed in Chile
Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro
sin permiso escrito de la editorial.
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
%
Tabla de contenidos
Prólogo
por Teun A. van Dijk ............................................................ 9
Introducción ........................................................................ 13
Análisis crítico del discurso e ideología de género
en la Constitución brasileña
por Izabel Magalhães ............................................................. 15
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales:
un acercamiento a la comprensión de la cultura
por Neyla Pardo Abril ............................................................ 43
La escena enunciativa en la prensa
por Irene Fonte Zarabozo ....................................................... 65
Nuevos géneros discursivos en la política:
el caso de Aló Presidente
por Adriana Bolívar ............................................................... 85
La identidad personal y social de los indigentes
en su discurso. Un análisis crítico del discurso neoliberal
en la Argentina y sus consecuencias
por María Laura Pardo ......................................................... 109
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
El Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU.
en el discurso del Presidente Ricardo Lagos
por Leda Berardi ................................................................... 125
Noticias sobre las autoras ...................................................... 145
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
'
Con esta colección, Leda Berardi y otras prominentes autoras en
el campo del Análisis del Discurso en América Latina, nos ofre-
cen uno de los primeros libros sobre Análisis Crítico del Discurso
en español (ACD). Me alegra ver que, además de las otras direc-
ciones en los estudios del discurso, también se está arraigando un
enfoque más crítico del discurso en América Latina. Tal vez, in-
cluso más que en Europa o los Estados Unidos, el Análisis Críti-
co del Discurso necesita desarrollarse en una región donde hay
múltiples problemas sociales y políticos, como también lo mues-
tran todos los artículos en esta colección.
En un comienzo, en América Latina y en el resto del mundo,
el análisis del discurso se centró, principalmente, en la descrip-
ción de la estructura de los textos y de las conversaciones o los
procesos psicológicos del discurso. No obstante, en la última dé-
cada, nos hemos dado cuenta de que la lingüística y el análisis del
discurso son, también, parte de las ciencias sociales y que necesi-
tan legitimar su posición en la sociedad.
Más aún, se necesita también una descripción satisfactoria de
las dimensiones del contexto social, político y cultural, para en-
tender mejor las estructuras y funciones del discurso mismo. Ne-
cesitamos identificar quién está hablando o escribiendo, para quién,
cuándo, dónde, y por qué, para poder explicar las estructuras varia-
bles, el estilo y las funciones del lenguaje en uso. La entonación,
el uso de los pronombres, las estructuras sintácticas, tales como la
voz activa y pasiva, la selección del léxico, la elección de tópicos,
las implicaturas, las presuposiciones, las metáforas y una gran can-
Prólogo
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
tidad de otras estructuras del discurso, reflejan o ponen en acción
estructuras de situaciones sociales.
Y, a la inversa, muchos problemas fundamentales de la sociedad
pueden ser estudiados también a través de sus manifestaciones y
reproducciones en el discurso, como en el caso de la pobreza, el
racismo, el sexismo, y otras formas de exclusión y marginalización.
En efecto, el análisis del discurso detallado y fino puede revelar
muchos aspectos de la reproducción del poder —y retos al poder—
que son imposibles o difíciles de estudiar con el uso de otros méto-
dos o enfoques. Muchos de los ‘datos’ en las ciencias sociales, tales
como entrevistas, cuestionarios, encuestas y otros, se presentan en la
forma de textos o de habla, y también se necesita un análisis deta-
llado del discurso para analizarlos.
Muchas de las formas de dominación son discursivas, como
ocurre en la mayoría de los abusos en la política, los medios de
comunicación, las legislaciones, la educación y las ciencias. Y si
queremos conocer las creencias, las intenciones, las normas, los
valores y las ideologías de las personas y, en consecuencia, sus
razones o motivaciones para actuar, generalmente necesitamos re-
currir a métodos que estudian algunos tipos de discursos, como es
el caso de las historias de vida y las entrevistas.
En resumen, el análisis del discurso está profundamente com-
prometido con la sociedad y la sociedad está fundamentalmente
presente en el discurso. El Análisis Crítico del Discurso es un
movimiento internacional que puede verse como la respuesta a
estas evaluaciones fundamentales acerca de las relaciones entre el
discurso y la sociedad. Más que, por ejemplo, la sociolingüística
tradicional, el ACD no se limita a la forma en que el discurso es
influenciado por las estructuras sociales, y cómo las estructuras
del discurso pueden afectar a la sociedad. El ACD va más allá de
los estudios correlacionales y toma parte más activa en el análisis
de, y en la lucha contra, la desigualdad social y la injusticia. Sus
análisis son «críticos» en el sentido de que establecen prioridades,
se concentran en problemas sociales reales (y no en «problemas»
científicos solamente), denuncian las estrategias, a veces ocultas,
de las élites poderosas, y proporcionan instrumentos para la resis-
tencia. En este sentido, el ACD es una estrategia de solidaridad
activa con los sectores más desvalidos de la sociedad.
Puesto que los graves problemas sociales son, por definición,
muy complejos, no es posible realizar análisis simplistas. A dife-
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
rencia de los análisis «comunes», el ACD necesita proveer teorías
y métodos más explícitos, sistemáticos y, especialmente,
multidisciplinarios que involucren e integren el análisis de las
estructuras del discurso, las estructuras cognitivas y las estructu-
ras sociales.
Estos y muchos otros tópicos se discuten en las contribuciones
a este libro. Mis colegas y amigas de mucho tiempo Leda Berardi,
Adriana Bolívar, Irene Fonte, Izabel Magalhães, María Laura Par-
do y Neyla Pardo, se encuentran entre las más prominentes analistas
del discurso en América Latina quienes, en sus respectivos países,
así como internacionalmente, han hecho muchos aportes a este cam-
po. Es un gran honor para mí felicitarlas por esta contribución
colectiva al análisis crítico del discurso en la que cada una de ellas
examina un problema relevante en su propio país. Leda Berardi
analiza los discursos del Presidente Lagos sobre el Tratado de Li-
bre Comercio con los Estados Unidos, en Chile; Adriana Bolívar el
programa de televisión Aló Presidente del Presidente Chávez, en
Venezuela; Irene Fonte la representación, en los medios, de los
discursos del presidente Fox y otros, en México; Izabel Magalhães
la contribución de las mujeres al debate sobre la nueva Constitu-
ción en Brasil; María Laura Pardo la representación de la pobreza
en los medios de Argentina; y Neyla Pardo la representación de la
violencia en Colombia.
Así, logramos una perspectiva de la reproducción discursiva
de asuntos tan importantes como la retórica presidencial, la pola-
rización política, el sesgo de los medios, la marginalización y la
resistencia de las mujeres y, por supuesto, de la pobreza y la vio-
lencia, entre otros problemas.
Debido a limitaciones de espacio, estos estudios pueden mos-
trar sólo una parte de los complejos marcos teóricos y sofisticados
análisis que las autoras han desarrollado en sus otras investigacio-
nes, como se espera de los estudios contemporáneos del análisis
crítico del discurso. Confío en que muchos otros analistas del
discurso en América Latina sigan este ejemplo y contribuyan así,
activamente, al estudio crítico de muchos de los apremiantes pro-
blemas sociales en sus propios países.
Teun A. van Dijk
Barcelona, octubre de 2003.
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
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Emprender una (re)colección de artículos que reflejen el espíritu
del Análisis Crítico del Discurso (ACD) en algunos de los países
de latinoamérica constituye, por una parte, un desafío desde lo
disciplinario y,por otra,un estrechamiento de los vínculos afectivos
que se establecen —a partir de un sentir común acerca de las
injusticias sociales— con las autoras de los artículos reunidos en
este libro.
Por azar, o mejor dicho, debido a la evaluación de los textos por
investigadores especialistas en el área, esta primera publicación lati-
noamericana recoge sólo artículos realizados por mujeres. Reúne
también —y esta vez sí por azar— sólo discursos públicos.
Con excepción del trabajo de Izabel Magalhães, que analiza
la ideología en el discurso de la Constitución brasileña desde una
perspectiva de género, el corpus de las otras investigaciones está
constituido por discursos transmitidos a través de los medios de
comunicación. Si bien sabemos que la relación discurso-receptor
implica una interrelación bidireccional, también sabemos que la
forma en que se expresa un mensaje responde a una determinada
cosmovisión, que generará diferentes lecturas o interpretaciones,
ya sea desde un/a televidente, un/a radio-escucha o un/a lector/a
de la prensa.
Puesto que el discurso es una forma de acción social, el objeti-
vo último de los análisis críticos es promover cambios sociales. Es
así como en Holanda, van Dijk logró que se redactara un material
didáctico diferente al que se utilizaba en las escuelas, una vez que
detectó que los textos promovían el racismo. En Austria, se logra-
Introducción
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
ron cambios en las relaciones de poder en las instituciones médi-
cas al develarse que las estrategias comunicacionales de los médi-
cos con sus pacientes institucionalizaban una práctica vertical y
autoritaria.
Ser críticas de nuestros entornos sociales significa, entonces,
no sólo tratar de mostrar el lado oculto de los fenómenos sociales,
con el fin de problematizarlos y postular cambios, sino también
ser consecuentes con los principios que se postulan, lo que en
ocasiones implica asumir los costos que se derivan de ello.
Así como las autoras han criticado los discursos por ellas selec-
cionados como importantes, por la influencia o sesgo que pueden
ejercer en los distintos estamentos de la sociedad, también están
abiertas a que sus propios discursos puedan ser criticados.
Esta publicación responde a la necesidad de que las investiga-
ciones en el ámbito del análisis crítico del discurso tengan mayor
presencia o visibilidad en América Latina. También implica la
posibilidad de que la retroalimentación recibida por los/as po-
tenciales lectores/as pueda enriquecer nuestras visiones.
Además del interés común por el ACD, las autoras se conocen
por su vinculación con la Asociación Latinoamericana de Estu-
dios del Discurso (ALED) creada en Caracas en 1995, con oca-
sión del I Coloquio Latinoamericano de Análisis del Discurso.
Desde entonces, la ALED ha realizado Coloquios y Congresos,
cada dos años, en algunos de los países miembros —Argentina,
Chile, Brasil y México— para dar a conocer y publicar en las
Actas correspondientes las investigaciones realizadas en las dis-
tintas áreas del estudio y análisis del discurso.
Quiero agradecer a quienes hicieron posible este libro. A
Marco Antonio Coloma, editor de Frasis quien, confiando en
la compiladora de este volumen, ofreció incluir esta temática
en el catálogo del sello editorial. A las autoras de los artículos
por su valiosa disposición y colaboración desde sus respectivas
áreas de interés. A Teun A. van Dijk por sus elogiosas y signi-
ficativas palabras en el Prólogo. Y a todos/as aquellos/as que
confiaron en nosotras y nos alentaron para que esta publica-
ción fuera realidad.
L. B.
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
#
1. Introducción
En este trabajo nos centraremos en las contribuciones del análisis
crítico del discurso al estudio del lenguaje en relación con la vida
social y, principalmente, en sus contribuciones al estudio de géne-
ro, por medio del análisis de textos que fueron enviados como su-
gerencias a la Constitución brasileña de 1988. Sostendremos que
las identidades de género son posiciones del sujeto incorporadas en
el discurso, por lo que, hasta cierto punto, son ideológicas. Sin em-
bargo, no son posiciones fijas puesto que las identidades híbridas se
construyen bajo la influencia de relaciones interculturales, media-
das por la heterogeneidad del discurso.
Mucho se ha dicho sobre la fragmentación del sujeto en la
vida social de hoy (Hall, 1997, 2000). Esto tiene que ver con el
hecho de que las relaciones sociales se han convertido en expe-
riencias mediadas que tienen lugar en el tiempo y en el espacio.
En este contexto social, la identidad del yo «supone conciencia
reflexiva» (Giddens, 1991: 52). La conciencia reflexiva del yo se
ha extendido al cuerpo, de tal forma que la maternidad ya no es la
única identidad abierta a la mujer como solía serlo en el pasado,
cuando la maternidad se asociaba con la feminidad «como cuali-
dad de la personalidad» (Giddens, 1992: 42).
Análisis crítico del discurso e ideología de
género en la Constitución brasileña*
Izabel Magalhães
UNIVERSIDAD DE BRASILIA, BRASIL
* Traducción del inglés de Javier Rojas (Universidad de La Serena), revi-
sada por Leda Berardi.
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
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Los textos híbridos constituyen la dimensión semiótica de la
vida social presente y exhiben una combinación de modos orales
y escritos (interdiscursividad), así como tradiciones que se pue-
den subvertir, como en el caso de la identidad. Además, los textos
híbridos combinan dominios privados y públicos, que comenta-
remos en el análisis de la sugerencia de una joven mujer a la Cons-
titución brasileña (Sección 3). En este texto, se redactan prácticas
informales de lectoescritura para quebrantar el género formal de
la Constitución.
En su crítica a la visión de la maternidad de Hasan1
como
una identidad homogénea, Chouliaraki y Fairclough (1999: 150)
señalan:
No negamos que existen ideologías patriarcales dominantes
acerca de la maternidad, sino que insistimos en que operan de
maneras complejas en prácticas sociales múltiples, por ejem-
plo, el discurso del trabajo profesional de las madres (opuesto
al trabajo doméstico), o los discursos de parvularias (en lugar
del cuidado materno) forman parte, cada vez más, de los cam-
pos discursivos dominantes de la maternidad (lo que significa
que son discursos disponibles y operativos en los grupos de
madres trabajadoras y no trabajadoras) y seguramente crearán
tensiones de identidad de las cuales no se da cuenta en el
manejo y análisis de los datos de Hasan.
Nuestra propia visión es que, dadas las actuales relaciones
interculturales que son parte de la «dialéctica de lo local y lo
global», es inconveniente visualizar las identidades como posicio-
nes esencialistas y arraigadas (Giddens, 1991: 22). Por lo tanto,
sostendremos que las identidades de género son heterogéneas en
lugar de homogéneas.
En la próxima sección, haremos una breve presentación del aná-
lisis crítico del discurso; luego discutiremos las nociones de poder e
ideología para, posteriormente, presentar nuestro análisis del corpus
de la Constitución (Magalhães, 1991, 1995, 2000a).2
1
Hasan (1996: 129) en su análisis de la identidad de la madre sugiere
que «independientemente del sector de la población al que pertenecen las
madres, comparten visiones similares sobre el trabajo de la mujer».
2
Se presentaron borradores previos de este documento en un simposio
Izabel Magalhães
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
%
2. Análisis crítico del discurso
En los años 70, en la Universidad de East Anglia, un grupo de
académicos desarrolló una aproximación investigativa al estudio
del lenguaje que se conoce como lingüística crítica (LC). En 1979,
Fowler, Kress, Hodge y Trew publicaron un libro titulado
Language and Control, que tuvo un gran impacto en los lingüistas
e investigadores en lenguaje que se interesaban por la relación
entre los textos y las nociones de poder e ideología.
En los años 80, otros académicos se dedicaron a desarrollar
este enfoque. Fairclough, en la Universidad de Lancaster, usó la
frase «análisis crítico del discurso» por primera vez, en un artículo
original y de gran influencia publicado en el Journal of Pragmatics
(Fairclough, 1985). El análisis crítico del discurso (ACD) puede
ser concebido como continuador de la tradición de la LC (Wodak,
2001). Sin embargo, considerar el ACD como una mera conti-
nuación de la LC reduce, en un sentido, problemas más impor-
tantes que el ACD ha hecho explícitos en términos teóricos y
prácticos. El análisis crítico del discurso ha examinado textos y
eventos en diversas prácticas sociales y propone una teoría y un
método para describir, interpretar y explicar el lenguaje en su
contexto sociohistórico. Mientras la LC desarrolló un método
para analizar una pequeña muestra de textos, el ACD ha desarro-
llado el estudio del lenguaje como una forma de práctica social
para enfrentar los cambios en la vida social. El ACD ofrece una
contribución significativa de los lingüistas al debate de asuntos
como el racismo, el sexismo, el control y manipulación
institucional, la violencia, los cambios en la identidad nacional y
personal, y la exclusión social.
En la actualidad, el ACD se ha vuelto muy conocido
internacionalmente, a través del trabajo de académicos como
Fairclough, en una serie de libros (Fairclough, 1989, 1992, 1995a,
1995b, 2000; Fairclough y Wodak, 1997; Chouliaraki y
Fairclough, 1999). La contribución principal de Fairclough es el
sobre Lenguaje, género y desarrollo, organizado por el Consejo Británico
(British Council) en Manchester, RU, y en el Grupo Lenguaje e Ideología e
Investigación acerca del Poder coordinado por Norman Fairclough en la
Universidad de Lancaster, RU, ambos en 1994.
Análisis crítico del discurso e ideología de género
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
desarrollo de un método para realizar ACD (Fairclough, 1989,
1992) y su notable esfuerzo por explicar por qué los científicos
sociales críticos y los investigadores de los medios de comunica-
ción necesitan la contribución de los lingüistas (Fairclough, 1995a,
1995b, 2000; Chouliaraki y Fairclough, 1999).
De acuerdo con Chouliaraki y Fairclough (1999), el ACD se
ubica en la ciencia social crítica y en la investigación crítica sobre
el cambio social en las postrimerías de la sociedad moderna.
Giddens (1991) usa el término «modernidad tardía» para referir-
se a los cambios económicos y socioculturales de las últimas dos
décadas, en los que los avances en la tecnología de la información
y los medios de comunicación han desvinculado los signos de su
ubicación específica, permitiendo su circulación a través de las
fronteras del tiempo y del espacio. Chouliaraki y Fairclough
(1999: 3) sostienen que «el ACD debiera verse como una contri-
bución al campo de la investigación crítica sobre la modernidad
tardía». Al hacer referencia a los profundos cambios económicos
y socioculturales de las últimas dos décadas, Chouliaraki y
Fairclough (1999: 4) señalan que dichos cambios son, en parte,
producto de estrategias de grupos particulares en un «sistema
particular». Agregan que «existe una necesidad apremiante de un
análisis y una teorizacióncrítica de la modernidad tardía que puede,
no sólo iluminar el nuevo mundo que emerge, sino también mos-
trar qué direcciones alternativas desconocidas existen».
Van Dijk ha contribuido al debate del ACD como editor de
Discourse and Society, una de las principales publicaciones perió-
dicas de ACD. Mucho del respeto hacia el ACD, como tradi-
ción académica, se debe a la interesante discusión que se ha
desarrollado en esta publicación desde 1990. Además del
Handbook of Discourse Analysis (1985), el trabajo de van Dijk
aborda el discurso de los medios de comunicación (1986), el
racismo y la ideología (1998).
El interés de Wodak se centra en «cómo los académicos vincu-
lados a la lingüística, la semiótica y el análisis del discurso, que
provienen de distintas disciplinas, comparten una perspectiva
particular, en la cual los conceptos de poder, ideología e historia
figuran como centrales» (Wodak, 2001: 7).
Una colección de ACD que se ha revisado ampliamente es
Texts and Practices, editada por Caldas-Coulthard y Coulthard
Izabel Magalhães
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
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(1996). Wodak y Meyer han editado una colección reciente
(2001). La colección editada por Jaworski y Coupland, The
Discourse Reader (1999), es un intento de discutir el método y la
teoría.
¿Por qué crítico? El elemento crítico de la teoría ha suscitado
algunas preguntas, como en Widdowson en un gran número de
documentos (ver, por ejemplo, Widdowson, 2000). En este do-
cumento, Widdowson basa su crítica acerca del ACD en la afir-
mación de Caldas-Coulthard y Coulthard:
El análisis crítico del discurso, en su propósito, es esencial-
mente político, con sus practicantes que actúan en el mundo
para transformarlo y, de este modo, ayudan a crear un mundo
donde a la gente no se la discrimina por su sexo, credo, edad o
clase social (Caldas-Coulthard y Coulthard, 1996: xi).
El argumento de Widdowson contra el ACD se puede ilus-
trar en la siguiente cita:
Esta es una agenda única y, por cierto, muy alejada de los
modestos objetivos de mis esfuerzos en análisis crítico. Yo
no tuve compromiso con una causa: mi propósito no era
demostrar, sino explicar; no descubrir propósitos desviados,
sino tratar de encontrar lo que estaba en los textos que daba
origen a ciertas interpretaciones. De hecho, desde el punto de
vista del ACD, en realidad yo no estaba haciendo un análisis
del discurso puesto que el discurso sólo puede significar un
conjunto de valores construidos socialmente, en los cuales la
ideología está inevitablemente involucrada (Widdowson,2000:
155-156).
La crítica de Widdowson al ACD plantea la pregunta de si es
posible no ser político. De hecho, la motivación de Widdowson
es política, en el sentido de que no existe una ciencia neutral. La
distinción tradicional entre ciencia e ideología es rechazada por
pensadores como Foucault, quien dedica un capítulo a este tema
en su famoso libro La arqueología del saber (1987). Este punto,
que es de interés para los analistas críticos del discurso, se discu-
tirá en la siguiente sección.
Análisis crítico del discurso e ideología de género
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
3. Discurso, poder e ideología
En un seminario sobre poder, ética y validez, celebrado en la
Universidad de Lancaster, Reino Unido, en 1994, se discutieron
en profundidad los cambios en los paradigmas de la investigación
en la lingüística y enseñanza del lenguaje. Este tema se puede
resumir de la siguiente manera:
Aunque en algunas situaciones de investigación, los investi-
gadores pueden estar en situaciones de menor poder que sus
sujetos (...) y en otros casos pueden ser tratados con suma
indiferencia, suele suceder que los sujetos de la investigación
aceptan las imposiciones que exige la investigación, porque
sienten que es difícil hacer lo contrario (Magalhães y Gieve,
1994: v).
En este seminario, Fairclough se centró en los diferentes sig-
nificados del término poder (Fairclough, 1989). Podemos pensar
en el poder físico, como una persona sobre otra, como por ejem-
plo en la relación de hombres y mujeres, en la cual los hombres
frecuentemente sacan ventaja de su fuerza física para amenazar e
incluso, literalmente, eliminar a las mujeres (Rorty, 1996; Suárez
y Bandeira, 1999). Dichos actos de poder usualmente co-ocurren
con la dominación simbólica, como en el lenguaje sexista y en la
representación visual (Bourdieu, 1999; Magalhães, 2002). En el
discurso médico, a las madres se las suele representar como «poco
aptas» porque se las ve exclusivamente como las responsables de
nutrir y cuidar a sus hijos. Por esta razón, los doctores pueden
manipular a las mujeres para que sigan sus prescripciones y reco-
mendaciones (Magalhães, 2000b).
Como señala Foucault (1980: 98), el poder se ejerce a través
de una «organización en red» donde los individuos participan
como su «objetivo consensuado» y como «elementos de su articu-
lación». Foucault está interesado en cómo se manifesta el poder
en las prácticas de vigilancia en las prisiones, escuelas y hospitales.
Estas prácticas de vigilancia también operan en la definición de la
locura y la sexualidad (Foucault, 1985, 1988). Un aspecto del
trabajo de Foucault, que usualmente se olvida, es su visión de que
el poder no se debe considerar sólo como una estrategia de arriba-
abajo porque «no hay relaciones de poder sin resistencias» (1980:
Izabel Magalhães
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
142). Así, es útil ver el poder en su dialéctica, siguiendo las adver-
tencias de Fairclough de que deberíamos pensar en el discurso
como un sitio de ejercicio y búsqueda del poder. Esto indica la
necesidad de que el ACD sea reflexivo acerca de su propia posi-
ción institucional porque «la teoría es en sí misma una práctica»
(Chouliaraki y Fairclough, 1999: 29).
Como hemos señalado en los párrafos anteriores, el punto de
vista crítico vincula el ACD con un interés claro acerca del ejerci-
cio del poder en las relaciones sociales pero, al contrario de una
visión marxista ortodoxa, el poder se puede examinar potencial-
mente en todas las relaciones sociales, incluyendo las de género,
raza y clase. De acuerdo con Wodak:
Hoy en día, el término ACD se usa para hacer referencia más
específicamente al enfoque lingüístico crítico de los investi-
gadores que consideran la unidad discursiva mayor del texto
como la unidad básica de la comunicación. Esta investigación
considera específicamente los discursos institucionales, polí-
ticos, de género y de los medios de comunicación (en el sen-
tido más amplio) los cuales dan cuenta de relaciones más o
menos abiertas de lucha y conflicto (Wodak, 2001: 2).
El estudio de estas relaciones de lucha, como se representan en
los textos,distingue al ACD de otras tradiciones académicas como
la sociolingüística, la lingüística del texto, el análisis de la conver-
sación y la pragmática (Fairclough, 1992, 1989). Esto no signifi-
ca que estas tradiciones sean homogéneas, ya que algunos de los
trabajos producidos en estas corrientes pueden adoptar un enfo-
que crítico. Un ejemplo es el interés de Mey (2001: 301) por la
«represión lingüística» en los discursos institucionalizados. En
dichos discursos, «el valor de la expresión lingüística del indivi-
duo se mide estrictamente por el lugar que él o ella ocupa en la
institución».
El interés que tienen los analistas críticos del discurso en las
nociones de poder e ideología se puede remontar a la distinción
entre teoría tradicional y crítica, establecida por Horkheimer y
Adorno (1970: 52). Las nociones que se desarrollan en un pen-
samiento crítico contemplan una crítica de la exclusión social.
«Las tareas de la teoría crítica fueron las de ayudar a ‘recordar’ un
pasado que estaba en peligro de ser olvidado, luchar por la eman-
Análisis crítico del discurso e ideología de género
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
cipación, clarificar las razones de dicha lucha y definir la natura-
leza propia del pensamiento crítico» (Wodak, 2001: 9).
El poder está inserto en un campo. Nos hemos referido a la
noción campo del discurso de Foucault. Bourdieu (1990) de-
fiende una noción similar. Para Bourdieu, un campo es una red
de posiciones en un espacio social que están definidas por el capi-
tal (simbólico).Todas las formas de capital,en la teoría de Bourdieu
—económico, social o cultural— se pueden convertir en capital
simbólico, si se reconocen (o no) como tales y tienen efectos de
poder sobre los otros. Una de estas formas de capital es el capital
lingüístico, que es el poder atribuido a las formas, estilos o dialec-
tos lingüísticos (ver la discusión sobre Bourdieu en Chouliaraki y
Fairclough, 1999: 101).
Con respecto a la noción de ideología, podemos definirla de
dos formas (Thompson, 1990). De acuerdo con la definición
«neutral», las ideologías son sistemas simbólicos o de creencias
que pertenecen a la acción social o a la práctica política. Así, la
ideología se encontrará en todos los programas y partidos políti-
cos, «sin implicar que estos fenómenos sean necesariamente enga-
ñosos, ilusorios o que estén alineados con los intereses de un gru-
po particular» (Thompson, 1990: 53). Pensadores como Destutt
de Tracy, Lenin, Lukács y Mannheim defienden (en su formula-
ción general) la definición neutral.3
No obstante las diferencias
entre ellos, conciben la ideología como un fenómeno que no es
necesariamente negativo o que se deba eliminar. Esta expansión
de la noción de ideología es problemática, ya que se corre el riesgo
de que la noción no tenga sentido.
Al contrario de la concepción neutral, la definición «crítica»
ve la ideología como «engañosa, ilusoria o unilateral» (Thompson,
1990: 54). Además, las visiones críticas de la ideología pueden
diferir de acuerdo con los «criterios de negatividad» asociados a
ellas. Así, Napoleón, Marx y Mannheim (en su visión restringi-
da), no obstante sus diferencias, comparten la concepción de que
la ideología es negativa y un fenómeno que se debe criticar. Las
visiones críticas pueden variar de acuerdo con los criterios de
negatividad. Para Napoleón, la ideología era negativa en el sentido
de que eran ideas erróneas y engañosas que estaban divorciadas de
3
Ver Kennedy, 1978; Larraín, 1983; Lukács, 1971; Lenin, 1969;
Mannheim, 1936; Marx y Engels, 1970; Thompson, 1990.
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la realidad política. La concepción polémica de Marx mantenía
estos criterios de negatividad pero, en vez de atacar la ciencia de las
ideas de Destutt de Tracy, criticó la especulación filosófica de los
Jóvenes Hegelianos. En la concepción epifenoménica de Marx, el
blanco de ataque es la clase dominante. Este criterio se reemplaza,
posteriormente, en la concepción latente de Marx. En esta concep-
ción, la ideología se concibe como un sistema de representaciones
que ocultan relaciones de poder y, por lo tanto, contribuye a man-
tenerlas como son. En la concepción restringida de Mannheim,
los criterios de negatividad son similares a los de Napoleón y a la
concepción polémica de Marx (Thompson, 1990: 55).
Thompson adopta la definición «crítica». Para él, «estudiar la
ideología es estudiar las formas en que el significado sirve para
establecer y mantener relaciones de dominación» (Thompson,
1990: 56). Según este autor, no podemos comprender la ideolo-
gía de los fenómenos simbólicos per se, sino sólo en tanto estén
incluidos en contextos sociohistóricos, «dentro de los cuales estos
fenómenos pueden, o no, servir para establecer y sostener relacio-
nes de dominación» (Thompson, 1990: 56).
A pesar de que Eagleton (1997: 19) considera que esta defi-
nición de ideología es la única que ha sido ampliamente aceptada,
se pregunta si cualquier creencia que se considere ideológica, está
necesariamente vinculada a un poder político dominante.Por ejem-
plo, ¿es posible que el socialismo y el feminismo sean ideológi-
cos? Considerar el socialismo y el feminismo como ideológicos
implica la concepción neutral de ideología que criticáramos ante-
riormente.
Recogiendo dieciséis definiciones diferentes de ideología,
Eagleton señala que la ideología es más una cuestión de discurso
que de lenguaje. Para Eagleton, la ideología tiene más que ver con
quién está expresando qué, a quién y con qué propósito, que con
las propiedades lingüísticas inherentes a un enunciado (Eagleton
1997: 22). Por lo tanto, la discusión epistemológica de la ideolo-
gía relacionada con la verdad/falsedad ha originado un tratamiento
político y sociológico en el cual la ideología está relacionada con
el momento en el cual las mujeres y los hombres llevan a cabo sus
luchas sociales y políticas, mediante la práctica del discurso.
El análisis de la ideología por parte de los analistas críticos del
discurso considera los cinco modos que define Thompson (1990:
60): legitimación (estrategias de racionalización, universalización
Análisis crítico del discurso e ideología de género
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y narrativización), disimulación (estrategias de desplazamiento,
eufemismo y tropo: por ejemplo, sinécdoque, metonimia, metá-
fora), unificación (estrategias de estandarización y simbolización
de unidad), fragmentación (estrategias de diferenciación y
expurgación del otro) y reificación (estrategias de naturalización,
eternalización y nominalización/pasivización). Estos modos pue-
den traslaparse. Además, la ideología también puede operar de
otras formas. La asociación de los modos con las estrategias de
construcciones simbólicas no es única; las estrategias menciona-
das no son las únicas a considerar en circunstancias particulares.
La noción de «ideologías de género» es de particular interés
para este trabajo. Graddol y Swann (1989: 141), al escribir sobre
el papel de la ideología y las instituciones, definen las ideologías
de género de la siguiente manera:
En el caso de las ideologías de género, se asume que las imá-
genes dominantes de feminidad y masculinidad, que alientan
a las mujeres y hombres a buscar gratificación, ajustándose a
normas de género establecidas, conducen finalmente a la opre-
sión de la mujer. Así, la ideología se expone como un meca-
nismo para explicar cómo las mujeres se hacen cómplices de
su propia opresión.
Las formas en que los estilos y representaciones del lenguaje
se atribuyen a las mujeres y hombres en las prácticas institucionales,
como en la Asamblea Nacional de la Constitución son, sin duda,
productos de las estrategias ideológicas de la universalización, di-
ferenciación y naturalización. Sin embargo, de igual interés es el
problema del cambio social y la resistencia de las mujeres ante los
«manejos» de la ideología (Fairclough, 1992).
La próxima sección tratará acerca de las ideologías de género
en el discurso de la Constitución brasileña de 1988.
4. Ideologías de género en la Constitución Brasileña
Una investigación sobre textos de mujeres escritos a modo de
sugerencias a la Constitución de Brasil de 1988, muestra la
influencia de representaciones masculinas dominantes, tanto
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en la forma en que las mujeres se refieren a los hombres como
en los modos en que se refieren a sí mismas. Además, el análisis de
estos textos indica que la capacidad de lectoescritura en portugués
es crucial para las mujeres de Brasil, ya que las formas orales de
comunicación no son valoradas en absoluto en la mayor parte de las
prácticas institucionales. Se argumenta que las mujeres deberían
tener más oportunidades educacionales, especialmente en lo que se
refiere al acceso a las prácticas de lectoescritura, asociadas tradicio-
nalmente a los hombres.
En 1989 participamos en un proyecto de investigación, finan-
ciado por el Parlamente brasileño, orientado a investigar los 72,719
textos escritos por brasileños como sugerencias a la Constitución
de 1988. Estas sugerencias —sugestões populares— fueron escritas
entre 1986 y 1987 y enviadas a la Asamblea Nacional Constituti-
va, responsable de redactar la nueva Constitución. Las sugerencias
se organizaron en una base de datos llamada SAIC/Serviço de Apoio
Informativo à Constituinte (Servicio de Apoyo Informativo para la
Constitución), según el tema y/o las características sociológicas de
sus autores.
Las mujeres brasileñas mostraron un gran interés en la Constitu-
ción. Con los cambios producidos en la sociedad brasileña por la
migración desde lo rural a lo urbano, las mujeres empezaron, gra-
dualmente, a ser aceptadas en puestos de trabajo que previamente
habían sido considerados como trabajo de hombres solamente. Al
tomar parte en la vida económica de la nación, las mujeres estuvieron
en condiciones de actualizar sus calificaciones y su nivel de participa-
ción política. Esto llevó a la actual situación en la cual el poder polí-
tico de las mujeres en el gobierno y el Parlamento brasileño se ha
vuelto una realidad nacional. Políticos de renombre incluso comen-
zaron a dirigirse tanto a hombres como a mujeres en sus discursos
con la frase nominal «brasileñas y brasileños».4
Considerando lo anterior, muchas mujeres creyeron que la
nueva Constitución les ofrecía una oportunidad real para deman-
dar cambios en las leyes que gobiernan los derechos civiles de la
mujer y de sus hijos. Así, las mujeres contribuyeron con 23.617
(32%) de las sugerencias. La mayoría de las sugerencias de las
4
José Sarney, el primer presidente civil después de la dictadura militar,
que gobernó entre 1985 y 1990, usaba estas formas (lingüísticas) en sus
discursos a la nación, transmitidos por cadena nacional radial y televisa.
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mujeres se referían al tema de las políticas educacionales (17%),
seguidas por la organización social (14%), el tema que se refiere a
los derechos civiles de las mujeres. Ejemplo de esto es la sugeren-
cia formulada por una mujer casada, sin trabajo, en el grupo etáreo
25-29, residente de la ciudad de Sao Paulo.5
1) Primeiro fico contente em participar através do voto para
eleger a nova Constituinte, sem dúvida a atual é caótica e
muitas vezes já me encontrei perdida em soluções simples como
o pátrio poder do filho, que hoje cabe ao pai, é vexatório.
Gostaria que na próxima Constituição, a nova, seja respeitada
a posição da mulher e que os membros por nós eleitos não
nos decepcionem, não nos abandonem.
En primer lugar, estoy contenta de participar a través del voto
para elegir la nueva Asamblea Constitucional; sin duda, la
actual es confusa y me he encontrado muchas veces entrampada
en resoluciones simples como el poder de los padres con res-
pecto a sus hijos; hoy, sólo los padres tienen ese poder; es
ridículo. Quisiera que la nueva Constitución respetara la po-
sición de las mujeres y que los parlamentarios que elegimos
no nos desilusionen ni abandonen (Codificado en SAIC:
607071018436).
Es importante hacer notar que la problemática que presentó
esta mujer sólo recientemente ha sido modificada gracias a la nueva
ley que rige los roles familiares. Sin embargo, fue la organización
de las mujeres la que presionó por provocar estos cambios. La
Asamblea Constitucional Nacional estaba dominada por voces
masculinas y queda claro, a partir de este texto, que se necesita un
respeto hacia las mujeres por parte de los hombres. En el texto
subyace la idea de que los hombres no respetan a las mujeres:
«Me gustaría que la nueva constitución respetara la posición de la
mujer». Esta suposición puede catalogarse como presuposición.
Según Mey (2001: 28-29), algunos lingüistas consideran que las
presuposiciones están relacionadas con la semántica de un ítem
léxico; en este caso en particular, el verbo «respetar». Sin embargo,
5
Todos los ejemplos en el análisis se presentarán en portugués seguidos
de una traducción al español.
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%
por lo general, las presuposiciones se pueden inferir del contexto
social, por ejemplo, quién se dirige a quién. En nuestro ejemplo,
la presuposición es ideológica en la medida que neutraliza y uni-
versaliza la posición de la mujer como no siendo respetada.
Sin duda que no a todas las mujeres se les falta el respeto de la
misma forma, ya que la posición de la mujer puede variar según la
clase social y la etnia. Como lo señala Cameron (1997: 34), la
ventaja de situar el análisis en contextos sociales específico es que
«se aleja de las declaraciones globales y las explicaciones
estereotipadas, que comúnmente las acompañan, hacia un tipo de
relato más ‘local’ que puede acomodarse a diferencias intra e inter
grupales».
Además, los verbos «desilusionar» y «abandonar» indican que,
aun cuando las mujeres demandan iguales derechos con respecto
a los hombres en temas tan delicados como el del poder sobre los
hijos, se encuentran en una situación de dependencia.
El corpus se organizó según los siguientes criterios:
• Todas las mujeres que escribieron tenían educación secun-
daria completa.
• Se dividieron en dos grupos: en el primer grupo las muje-
res no tenían trabajo y no contaban con un salario regular.
En el segundo grupo, las mujeres tenían un empleo y ga-
naban entre 280 a 580 dólares mensuales, aproximada-
mente.6
• Pertenecían a tres grupos etáreos 25-29, 30-39 y sobre 59.
Decidimos dejar fuera el grupo 40-58 para ser investigado
en trabajos posteriores.
El estudio de estos grupos etáreos mostró que las mujeres jó-
venes están preocupadas de la preservación de la naturaleza (25-
29), mientras que las mayores abogaron por la idea de la materni-
dad responsable (30-39) y la preocupación por los más viejos
(más de 59; ver Figura 1).
Estas sugerencias fueron registradas en un formulario con 11
preguntas que requerían de los encuestados datos sociológicos
sobre sexo, origen (urbano/rural), estado y ciudad, escolaridad,
6
Estas cifras se basan en el valor del sueldo mínimo (200 reais); 5 salarios
mínimos mensuales corresponden a US$280 y 10 salarios a US$580.
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estado civil (casada, soltera, etc.), edad, ingreso, ocupación, nom-
bre, dirección, código postal. Bajo la pregunta 11, en la página 2
del formulario, se dejó un espacio en blanco para que la encuestada
se dirigiera a un miembro del Parlamento: «Si usted desea dirigir
su sugerencia a un miembro específico del Parlamento, todo lo
que debe hacer es llenar el espacio en blanco con el nombre del
parlamentario». Este espacio estaba seguido de 23 líneas en las
cuales había que escribir la sugerencia con la siguiente instruc-
ción en el encabezado: «Utilice este espacio para formular su su-
gerencia».
El análisis de las sugerencias de las mujeres, con respecto a la
Constitución brasileña, presenta indicios lingüísticos acerca de la
formación social de la familia brasileña. En Magalhães (1995), nos
referimos a esta formación social en relación a la heterogeneidad en
el discurso, con dos «formas de coexistencia» predominantes, ex-
presión utilizada por Foucault (1987) en referencia a la organiza-
ción de un campo discursivo. Estas formas de coexistencia son: el
discurso tradicional y el discurso igualitario.7
El discurso igualita-
rio busca relaciones de género iguales. Aun cuando concebimos
que estas relaciones incluyen las identidades hetero y homosexua-
les, no nos referiremos a este punto aquí.
El discurso tradicional, que tiene relevancia histórica en la for-
mación social de las familias brasileñas, puede apreciarse en los
textos de las mujeres. En ellos, las mujeres a menudo se ven como
explotadas y discriminadas por las prácticas institucionales do-
minadas por los hombres. Las mujeres presentan situaciones la-
borales en las cuales han sido despedidas porque se han embara-
FIGURA 1
Sugerencias a la Constitución de Brasil de 1998
Edad 25-29 30-39 Sobre 59
Asalariada/No asalariada 85 76 19
US$ 280/580 25 61 18
7
En la investigación de 1995, usamos los términos «discurso del control»
y «discurso de la liberación». Lazar (2000) usa el término «igualitario».
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zado o porque simplemente son casadas y, por tanto, demandan
apoyo profesional legal. También está el caso de las dueñas de
casa quienes exponen su vida marginal, y exigen que su contribu-
ción a la sociedad brasileña se explicite en la Constitución. En la
tercera categoría de textos, las mujeres reproducen una ideología
masculina que percibe a las mujeres como frágiles y no aptas para
realizar ciertos trabajos que requieren fuerza física.
2) Perdi o emprego porque me casei. Todos esses bancos e
firmas particulares admitem enquanto as meninas estão sem
compromisso e quando as mesmas vão se casar ou ficam grá-
vidas, eles demitem, isso precisa ser visto porque eles alegam
não precisar mais dos seus trabalhos, e no outro dia admitem
uma nova vítima. Se estamos na época da democracia, espero
que o Governo Federal faça algo a respeito da proteção da
mulher. Inclusive, tornase mais difícil encontrar um novo
emprego depois de casada, porque existe limite de idade nos
concursos em geral e nesse meio tempo a mulher está na fase
mais experiente de sua vida e sem (ter) como aplicar seus
conhecimentos e tornase uma pessoa infeliz por ser rejeitada
com apenas 32 anos de idade. Acreditamos no governo e na
oportunidade de sermos felizes.
Perdí mi trabajo porque me casé. Todos esos bancos y empre-
sas privadas contratan niñas antes de que se comprometan pero
cuando están por casarse o embarazarse, las despiden. Esto
debe investigarse porque sus empleadores señalan que ya no
necesitan su trabajo, pero al día siguiente contratan una nueva
víctima. Si estamos en democracia, espero que el Gobierno
Federal haga algo para proteger a las mujeres. Además, des-
pués de casarse, es más difícil encontrar un trabajo nuevo por-
que, en general, hay un límite de edad para postular a un
trabajo. Al mismo tiempo, es en este período cuando la mujer
está en su etapa de mayor experiencia en la vida y no tiene la
posibilidad de ocupar su conocimiento. Por eso se transforma
en una persona frustrada, por el hecho de ser rechazada cuan-
do tenía sólo 32 años. Pensamos en el gobierno y en la opor-
tunidad de ser felices (Codificado 60507L0235559 en SAIC).
Lo primero que hay que señalar es que el texto se organiza en
etapas. Nosotros tomamos estas etapas como secuencias del ciclo
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de vida que se relacionan con el entorno espacio-temporal. Este
es uno de los rasgos del contexto social que es restrictivo, pero
«constitutivo de acción e interacción» a la vez (Thompson, 1990:
150). Las características del contexto, como el tiempo y el espa-
cio, determinan que ciertas acciones y modos de interactuar sean
más adecuados o posibles que otros. Las etapas en el texto son
modos de estructurar las acciones e interacciones de las mujeres
en la perspectiva de género. La visión de género como un campo
explica cómo el lenguaje (discurso) se relaciona dialécticamente
con el poder.
El entorno espacio-temporal es un telón de fondo para el aná-
lisis de las formas lingüísticas como ejercicio del poder en un
texto (ver Figura 2).
Los adjetivos y nombres establecen una modalidad donde po-
demos destacar al menos tres modos de funcionamiento ideológi-
co: a) el texto legitima el gobierno, los bancos y las empresas; b) el
texto también presenta una visión de género unificada y esencialista;
c) el texto critica los bancos y las empresas en un intento por
«desunir» a sus propietarios y representantes como grupo.
FIGURA 2
Construcción de la ideología de género
ADJETIVOS
nova (joven)
casada, rejeitada (rechaza-
da), infeliz, grávida (em-
barazada), difícil, novo
(nuevo), experiente (con
experiencia)
felizes (felices)
SUSTANTIVOS
meninas (niñas), bancos/
firmas (bancos/empresas)
compromisso(compromi-
so), trabalho(trabajo),
vítima (víctima), mulher
(mujer), pessoa(persona),
emprego (trabajo), limite
de idade, (límite de edad),
fase (etapa)
democracia,Governo Federal
(Gobierno federal),
proteção(protección), vida
conhecimentos, (conoci-
miento),oportunidade
(oportunidad)
PRIMERA
ETAPA
SEGUNDA
ETAPA
ETAPA
FUTURA
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!
En la primera etapa, los bancos y las empresas invierten en la
idea de que una mujer joven (y bien parecida) atrae clientes y, por
lo tanto, puede aumentar las ganancias. En la segunda etapa, cuan-
do estas mujeres se casan o se embarazan, se contratan «nuevas
víctimas» como en un sistema «rotatorio». Sin embargo, se prevé
una etapa futura donde las mujeres tendrán «oportunidades».
El uso de «meninas» (niñas), asociado a la situación laboral,
pone a la mujer en una posición de indefensión ya que las «ni-
ñas», por lo general, no son percibidas como profesionales. Esta
posición se ve reforzada por la gramática del texto; según Halliday
(1994) son los bancos, las empresas y el gobierno los agentes de
los verbos de proceso material, como «contratar», «despedir» y
«hacer». Las mujeres aparecen como agentes sólo de verbos de
procesos mentales como en «espero» y «creemos» y, en estos casos,
el agente está oculto. Es significativo que las acciones materiales
se atribuyan a bancos, empresas y al gobierno pero no a mujeres,
y que el agente oculto se utilice sólo para mujeres, como en «per-
dí», «espero» y «creemos». De este modo, el texto legitima a los
bancos las empresas y el gobierno, y representa a las mujeres como
sujetos carentes de poder.
El sustantivo «víctima», usado aquí en un sentido metafórico,
forma parte del discurso de género tradicional que representa a
las mujeres como víctimas de instituciones como los bancos. En
el contexto de la Colonia, las mujeres fueron víctimas de la Iglesia
Católica y de la institución médica quienes las intimidaban, cons-
truyendo para ellas una imagen de «objetos para la procreación»
(del Priore, 1993). Esta imagen también se puede asociar a la idea
de que las mujeres casadas/embarazadas debieran dejar de trabajar,
es decir, entrega una explicación para el despido. Sin embargo, ocu-
rre a menudo que el hecho de despedir a una mujer embarazada
tiene que ver con el negarse a pagar licencias maternales.
Hemos enfatizado el rol crucial que juegan las instituciones
en la mantención de las relaciones de poder entre mujeres y hom-
bres. Para Bourdieu (1999: 138), si la dominación masculina se
explicita en el hogar, es en instituciones como la escuela, la Iglesia
y el Estado donde esta dominación se reproduce de manera sim-
bólica. El texto, por tanto, refuerza la visión de género esencialista,
homogénea y unificada que caracteriza las representaciones tra-
dicionales de las mujeres (Louro, 1977). Esta visión se representa
lingüísticamente en la colocación del sustantivo «mujer» con los
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adjetivos «casada», «rechazada», «infeliz» y «embarazada». Los
adjetivos, al igual que el significado experiencial construido por
los sustantivos «niñas» y «víctima», contribuyen a situar aún más
el texto en un marco ideológico. «Infeliz» y «difícil» presentan la
evaluación del emisor de la posición de las mujeres, construyendo
significados expresivos. El hecho de que «mujer» y «persona» va-
yan en colocación con «casada», «rechazada», «embarazada» e «in-
feliz» representa, nuevamente, a las mujeres como víctimas de las
prácticas sociales dominantes.
La nominalización «protección» muestra un significado natu-
ralizado del cual los usuarios del lenguaje no están siempre cons-
cientes. Una nominalización es una forma lingüística donde un
proceso (con agentes y/o pacientes, tiempo y modalidad) se redu-
ce a un sustantivo. Las nominalizaciones constituyen buenos ejem-
plos de la manera en que se construye el significado en las prácti-
cas sociales. La omisión del agente, en este caso, deja abierta la
posibilidad de quién se espera que proteja a las mujeres y de qué.
Es significativo el hecho de que la autora del texto «espera que el
Gobierno regional haga algo para proteger a las mujeres» repro-
duciendo, de este modo, la suposición de sentido común de que
las mujeres deben ser protegidas. Al reforzar la cadena textual
donde las mujeres se perciben como «niñas» o personas frágiles e
inseguras que necesitan ayuda, este texto reproduce una de las
suposiciones del discurso de género tradicional, que podemos lla-
mar «ideología de la fragilidad o debilidad».
Mientras que el texto percibe a las mujeres como necesitando
ser protegidas por el gobierno, se opone a los bancos y las empre-
sas por despedir a las mujeres cuando se casan o se embarazan.
Así, el texto adopta una estrategia política, buscando una alianza
con el gobierno para expurgar a los bancos y las empresas como
enemigos de las mujeres.
Volviendo a las formas lingüísticas que representan maneras
de construir a la escritora, el texto comienza con el verbo «perdí»
en primera persona y el agente oculto «yo» para referirse a una
mujer concreta que narra su experiencia. Esta forma cambia a
«nosotros» en «estamos», lo que probablemente hace referencia al
pueblo brasileño, haciendo eco de las voces que demandaban elec-
ciones generales y un sistema democrático de gobierno en mani-
festaciones llevadas a cabo en distintas partes del país antes de
1985. Al final del texto, sin embargo, la escritora se dirige a la
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Asamblea Nacional de la Constitución a nombre de las mujeres:
«Creemos en el gobierno y en la oportunidad de ser felices».
Estas maneras distintas de construir a la escritora pueden con-
siderarse como claves para comprender las múltiples identidades
de las mujeres y su valor relacional. Por tanto, la identidad mater-
na no debe considerarse como una identidad homogénea de fe-
minidad. De hecho, el texto representa una pluralidad de identi-
dades/voces (Bakhtin, 1997; Authier-Revuz, 1990). Por «voz»
entendemos al lenguaje asociado a grupos e identidades específi-
cas. Hemos distinguido al menos cuatro voces: la narradora que
relata su experiencia personal (la mujer que perdió su trabajo
porque se casó); la dueña de casa/madre (en este texto, la voz de la
narradora coincide con la de la dueña de casa/madre, pero esto no
es así necesariamente); la activista política («Esto tiene que
investigarse...», una crítica a los bancos y a las empresas; «Si vivimos
en democracia, espero...»); y la mujer líder («Creemos en el gobier-
no...»). La activista política y la mujer líder pueden, sin embargo,
fundirse en una sola voz, dependiendo de la lectura que se haga del
texto. Más aun, la voz de la activista política intenta que el lector se
ponga en contra de bancos y empresas.
Las voces en el texto se relacionan con otras voces que pueden
reforzar la de la activista política o la de la mujer líder. Por lo
tanto, otros textos del corpus pueden leerse para reforzar las voces
de la dueña de casa/madre u otras (Magalhães, 2000b, 2002).
El texto que analizaremos a continuación es muy distinto al
anterior. Aunque no fue incluido en el corpus original, decidimos
analizarlo por la manera en que se puede yuxtaponer a los otros
textos que formaron parte del estudio de 1991 (Magalhães, 1991).
Esta yuxtaposición descansa en la ruptura del procedimiento es-
tablecido para remitir sugerencias, así como las expectativas acer-
ca de lo que significa redactar una sugerencia.
FIGURA 3
Voces en el texto
La narradora
La dueña de casa/madre
La activista política
La mujer líder
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Tal vez es importante hacer notar que las sugerencias fueron
seleccionadas por un equipo de indexación en el Parlamento. En
esta selección, varios textos no fueron incluidos en la base de da-
tos debido al hecho de que se consideraron «vacíos» o «no perti-
nentes». Además, se reemplazaron todos los ítems léxicos tabúes,
a los cuales nos referimos como «palavroes» (palabras obscenas) o
«xingamentos» (lenguaje ofensivo), por asteriscos y otras conven-
ciones. Podemos referirnos a este proceso como «higiene verbal»
(Cameron, 1995). Por lo tanto, dado el procedimiento adoptado
para eliminar y sustituir información, fue necesario comparar las
formas originales con los textos que fueron incluidos oficialmen-
te en la base de datos. El texto siguiente ilustra la diferencia que,
a veces, se puede notar entre la sugerencia original y la que se
registró. Esta es una sugerencia hecha por una joven mujer soltera
y sin trabajo, en el grupo etáreo 15-19, de Campo Lindo Paulista,
Sao Paulo.
3) Para que tanta violência?
Por que pouca fraternidade?
Quero amor entre pessoas
O nosso trânsito deveria ser melhor.
Lembrete
Por que pessoas mais importantes, como senador e deputado,
são tão orgulhosos?
Eu acho que eles pensam que estão com o rei na barriga.
¿Para qué tanta violencia?
¿Por qué tan poca solidaridad?
Quiero ver amor en las personas
Nuestro tráfico debiera mejorarse.
Recordatorio
¿Por qué las personas importantes, como los parlamentarios,
son tan orgullosos?
Pienso que ellos creen que pueden demostrar su arrogancia.
(Codificado 60702L005119 en SAI).
La sugerencia que se incluyó en la base de datos es, de hecho,
una versión de la sugerencia original (Figura 4). En el texto origi-
nal, la escritura no siempre sigue la convención de linealidad de
izquiera a derecha que se adopta en la escritura portuguesa. El
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«lembrete» (recordatorio) se presenta primero de manera lineal y
luego no-lineal en el margen izquierdo, lo que produce en el
lector un efecto de énfasis, y la parte del texto que representa el
recordatorio está indicado con una llave. Además, la escritora usa
el espacio en blanco en la parte superior para sus propósitos: en
vez de llenarlo con el nombre de un parlamentario, escribe una
afirmación irónica: «Prefiero lo mejor o lo que ustedes crean que
es lo mejor». Como sus preferencias no son necesariamente las
preferencias de los parlamentarios, los critica de una manera joco-
sa. Además, utiliza signos de exclamación, que son convenciones
escriturales que se relacionan con la presentación del lenguaje
escrito.
Más aún, todo el texto puede verse como un diálogo en el cual
se representan diferentes identidades en una heterogeneidad de
voces. Nos referimos a esta heterogeneidad como interdiscursividad,
FIGURA 4
Sugerencia original de una mujer de Sao Paulo
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que es la «articulación cambiante entre distintos discursos, géne-
ros y voces en las interacciones y en los textos» (Chouliaraki y
Fairclough,1999: 45). La primera parte del texto es una suge-
rencia relacionada indirectamente con la idea de que debiera ha-
ber más paz (menos violencia), amor (menos odio) y mejor (me-
nos desorganizado) sistema de tránsito (en la ciudad), que lo que
ocurre en la actualidad. Al formular esta sugerencia, la escritora
asume una identidad relacionada con los derechos civiles, ofre-
ciendo una contribución a la Constitución. Posteriormente, en la
segunda parte del texto, critica a los parlamentarios, recordándo-
les que no deberían ser tan arrogantes. Al hacer esta crítica, la
escritora también asume una identidad que se vincula con los
derechos civiles, pero ahora actúa en su condición de miembro de
la comunidad, poniendo en jaque a los representantes de los vo-
tantes. El uso de la forma del imperativo «piensen» (al final del
texto original) se relaciona con esta identidad. Según Hodge y
Kress (1988: 126) «el imperativo implica una estructura de roles
entre el que da una orden versus el que la responde». En este caso, la
instrucción se modaliza por medio de la construcción de una ter-
cera identidad, la de una mujer joven y soltera, estableciendo una
conversación con los hombres que ella no conoce: «Quiero cono-
cerlos! Nos vemos? Espero una respuesta de ustedes! Gracias.
Patricia!» Un aspecto que se relaciona con esta identidad es la
forma masculina de obrigado (gracias), con el sufijo masculino o.
Al agradecer a los parlamentarios por la oportunidad de expresar
su opinión, que es algo que en otras sugerencias no se encuentra,
esta joven se posiciona en una situación de indefensión. Al usar la
forma masculina obrigado, en lugar de obrigada —que es la elec-
ción léxica que pudiera haber hecho— la escritora refuerza su
posición carente de poder. Más aun, la firma es otra forma lin-
güística que construye la identidad de la que escribe como una
mujer que busca la oportunidad de conocer hombres. Un punto
importante es la forma en que estas diferentes identidades con-
tribuyen a transmitir una imagen que tiene sentido, aunque el
lector tenga que armarla como si fuera un rompecabezas. Este
patrón de organización textual, aparentemente fragmentado, sin
embargo, produce una experiencia de lenguaje significativa, re-
presentando identidades de género fragmentadas (Harvey, 1992;
Hall, 2000; Moita-Lopes, 2002).
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!%
Estas identidades fragmentadas pueden interpretarse a partir
de indicadores gramático-textuales, como se demostró anterior-
mente en relación con el imperativo y masculino genérico; de la
puntuación y normas no lineales y no convencionales que pueden
indicar la «mezcla» entre el lenguaje escrito y el oral, así como la
existencia de prácticas de lecto-escritura informales, paralelas a
las prácticas de lecto-escritura formales e institucionales, a las cuales
se refiere Street (1984,1995).
En la conclusión, retomaremos estos puntos en relación con la
heterogeneidad y «mezcla» en la vida social actual.
5. Conclusión
En este capítulo, hemos analizado algunas contribuciones del
ACD al análisis del lenguaje como práctica social, perspectiva
que se vincula a la ciencia social crítica. Nuestro foco de atención
se centró en un estudio crítico de género en la Constitución de
Brasil de 1988.
Para concluir, nos interesa enfatizar la hibridez de las suge-
rencias que fueron remitidas a la Asamblea Nacional de la Cons-
titución. Estos textos híbridos indican lo que está involucrado en
la dialéctica del discurso, señalando cambios en las identidades de
género (Fairclough, 2001). El análisis detallado de las voces de-
mostró que las identidades híbridas se construyeron en los textos:
estas fueron las identididades de la narradora, la madre/dueña de
casa, la activista política y la mujer líder. La narradora es una
identidad que está arraigada en las prácticas discursivas del mo-
mento, situando a la mujer en una combinación de espacios pri-
vados y públicos. La madre/dueña de casa, como lo hemos desta-
cado, se percibe ahora como una identidad inserta en una plura-
lidad de identidades desarrolladas por las mujeres. La activista
política implica la subversión de una visión de identidad unifor-
me. La mujer líder, la que ahora se asocia a políticas de identidad,
puede también existir en contextos tradicionales como, por ejem-
plo, entre las benzedeiras, curanderas de aflicciones de mujeres
(Magalhães, 1985).
Además, el texto de la mujer joven, que es una combinación
de modos orales y escritos, subvirtió las convenciones de género
Análisis crítico del discurso e ideología de género
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establecidas, presentando una reorganización de identidades de
género vis-a-vis el poder institucional. De este modo, la noción
de identidades híbridas abre nuevas posibilidades de visualizar la
subjetividad como espacio político de (re)articulación creativo
(Laclau y Zac, 1994). Este espacio de crítica ideológica, un espa-
cio de mediación y lucha por la identidad, se basa en la contin-
gencia y la indeterminancia.
Bhabha (1998) se refiere a la indeterminancia y la contingen-
cia como formas de teorizar acerca del poder sin reproducir la
lógica del que lo detenta. Visualizar las identidades como contin-
gentes e indeterminadas tiene la ventaja de que evita la polariza-
ción en el debate sobre el género.
En un artículo reciente, Baxter (2002) presenta un «análisis
del discurso post-estructuralista (ADP) del habla de muchachos
y muchachas». Allí, Baxter propone una alternativa al Análisis
Conversacional y al Análisis Crítico del Discurso. Desde nuestra
perspectiva, tanto el ADP como el ACD se insertan en lo que
Horkheimer y Adorno llaman una «teoría crítica». Por esta razón,
sin dejar de reconocer la contribución de Baxter, pensamos que lo
que se necesita no es exactamente un término nuevo, sino desa-
rrollar una teoría crítica en la cual se puedan ubicar ambas pro-
puestas.
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Análisis crítico del discurso e ideología de género
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Izabel Magalhães
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
!
Este documento se propone sintetizar algunas reflexiones en tor-
no a los alcances del análisis crítico del discurso y de la teoría de
las representaciones sociales, para la compresión de la cultura. Así,
explora la relación que puede ser elaborada desde la psicología
cognitiva, la psicología cultural y el análisis crítico del discurso.
La relación entre la teoría de las representaciones sociales y los
estudios del discurso se ha venido formulando recientemente, en
particular desde que la lingüística discursiva integró la cognición
social a la explicación del sentido de la comunicación humana,
como un núcleo de la investigación. Los trabajos más recientes de
investigadores como van Dijk (1999, 2002, 2003) ponen en evi-
dencia que la explicación de los discursos sociales tienen una es-
tructura triádica e interdisciplinaria en la que confluye lo social,
lo cognitivo y lo propiamente discursivo. En otra perspectiva, tra-
bajos como los de Moscovici (1993, 2001) señalan que la com-
prensión de las representaciones sociales puede dimensionar el
carácter social del conocimiento cuando se pretenden formular
explicaciones coherentes sobre la cognición social y el papel de éstas
en las formas de construcción de la cultura desde el discurso.
Un aspecto que se considera nuclear y que se constituye en
punto de partida en el intento por poner en relación el análisis
crítico del discurso (ACD) y la teoría de las representaciones so-
ciales (TRS) hace referencia a su convergencia en la cognición
Neyla Pardo Abril
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
Análisis crítico del discurso y
representaciones sociales: un acercamiento
a la comprensión de la cultura1
1
Esta reflexión forma parte de la investigación «Discurso, Representacio-
nes Sociales y Cultura: La impunidad en la prensa Colombiana».
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social como fuente estructuradora del conocimiento de un grupo
humano. Así, mientras las representaciones sociales (RS) dan cuen-
ta de un conocimiento social internalizado que guía y facilita el
procesamiento de la información social,el ACD explora una prác-
tica socio-cognitiva que estructura y construye formas de saber
individual y colectivo que circulan socialmente como interacciones
discursivas. En este sentido, los discursos y las RS son conceptuali-
zados en la memoria personal y social con una estructura y orga-
nización interna.
Otra consideración interesante, en esta exploración, pone en
evidencia que las RS enfatizan el uso de vías cognitivas en el pro-
cesamiento de la información social, en tanto que la TRS y el
ACD convergen en la necesidad de ser definidos como estructu-
ras portadoras de dimensiones normativas, afectivas y evaluativas
inherentes. En este sentido, son expresiones portadoras de cono-
cimiento social internalizado; tienen funciones de procesamien-
to, organización y almacenamiento en la memoria y guían la se-
lección, el significado y la evaluación de la información y el cono-
cimiento social (Jodelet, 1984).
Se entiende, sin embargo, que el ACD y la TRS se encuentran
articulados en diferentes niveles de explicación. La teoría de las
representaciones sociales trata de comprender el funcionamiento
psicológico social e individual, al crear vínculos con los procesos
sociales y colectivos y las funciones de procesamiento de las re-
presentaciones sociales, que pueden ser incorporadas a los mode-
los de procesamiento de información. El ACD, por su parte, se
aproxima, en una de sus dimensiones, a explicitar dos hechos; por
una parte, la manera como los hablantes utilizan repertorios
socioculturales de conocimiento para poner en evidencia saberes
socialmente compartidos, garantía en el proceso de comprensión
mutua y, por otra, la construcción y reproducción de la cultura, en
el que se implican procesos mentales estratégicos y constructivos.
La confluencia de la TRS y del ACD, en la búsqueda por la
comprensión de la cultura en el discurso y desde el discurso, indi-
ca la necesidad de explicar la interacción comunicativa humana
como el proceso que hace posible que una persona y los grupos a
los que pertenece, produzcan y comprendan los contenidos
cognitivos circulantes en el discurso. En la acción comunicativa,
las personas se anticipan a los saberes que comparten, en términos
de los contenidos cognitivos y de su estructura; de hecho, asumen
Neyla Pardo Abril
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
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grados de conocimiento consensual como condición para la
interacción social y la comunicación.
Las RS hallan concreción a través del discurso, dado que los
elementos que las constituyen y las configuran son lo suficien-
temente diversos para lograr «realidad social». El discurso, en
cuanto forma de conocimiento, moviliza, construye y expresa
las RS y, por supuesto, también hace parte de su transformación
y negociación.
Posibles contribuciones de laTeoría de las Representa-
ciones Sociales al Análisis Crítico del Discurso
Las representaciones sociales se explican como «teorías» que los
individuos tienen acerca de la naturaleza de los eventos, los obje-
tos y las situaciones dentro de su mundo social. Este concepto
está relacionado con la manera en que las estructuras de conoci-
miento existentes se usan para familiarizar y contextualizar la
realidad social. En la teoría de las representaciones sociales el an-
claje es el proceso por el cual lo extraño o novedoso resulta fami-
liar, por medio de comparaciones con las clasificaciones y catego-
rías más conocidas y usadas por los individuos.
La comparación y categorización de los fenómenos sociales
extraños o novedosos con categorías similares son funciones de
procesamiento esencial de las RS. Estas permiten que todo aque-
llo que resulte perturbador y extraño pueda ser aprehendido en la
red personal de agrupaciones y sea posible su comparación con lo
que se ha incorporado como típico de una clase determinada.
Esto es, en el proceso de categorización, las unidades comparadas,
jerarquizadas y clasificadas siguen un mecanismo general que da
cuenta de rasgos inherentes y medulares de la cognición humana.
En el marco de la TRS, los procesos de clasificación y
categorización son elementos del funcionamiento cognitivo indi-
vidual, de manera que el anclaje es en esencia un proceso social,
en el que las categorías de comparación se gestan y viven en la
vida social y cultural del individuo, cuya experiencia está inserta
en la tradición cultural de su comunidad. En este sentido, las RS
son estructuras que reflejan la realidad histórica y cultural.
El carácter mnemotécnico de las RS facilita que se estructure
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
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$
y recupere la información social compleja. Imágenes, valores, ideas,
categorías, que son reconocidas con facilidad y a las que mucha
gente dentro de un grupo responde rápidamente, pueden ser una
característica distintiva de una RS. En este sentido, son suscepti-
bles de ser caracterizadas por cierto grado de procesamiento no
controlado y automático, que permite presuponer un procesa-
miento y reconocimiento más rápido. Este rasgo de las RS es, sin
duda, un punto que se articula al ACD, si se tiene en cuenta el
papel que desempeñan las imágenes, los valores, las creencias y las
ideas, en general, en la configuración de los discursos propios de
una cultura.
Los procesos de clasificación y designación inherentes al an-
claje, no sólo son un proceso cognitivo, sino que implican un
proceso evaluativo. Moscovici (2001) señala que las categorías
sociales se caracterizan por poseer valor axiológico de forma inhe-
rente. Este punto de partida explica la imposibilidad de la neu-
tralidad, ya que cada objeto y ser tiene un valor positivo o negati-
vo, ocupa un lugar jerárquico claramente identificable y, en con-
secuencia, es registrado de una manera específica en su grupo
social. Así, al leer una noticia, es obvio que no se están simple-
mente estableciendo y reconociendo los hechos sociales, sino que
en realidad se evalúa y etiqueta a las personas, los grupos, los
acontecimientos y los fenómenos y, al hacer esto, se evidencia una
«teoría» sobre la naturaleza, la sociedad y el hombre mismo.
Así, en el Extracto 1, las unidades de evaluación y cognición
se configuran como estereotipos2
de los grupos sociales dentro de
la cultura. Este conocimiento, sin embargo, no es entendido ni
equiparado con el prejuicio hacia grupos particulares. El prejui-
cio hacia un grupo está determinado por el grado en que una
persona o comunidad acepta o aprueba estereotipos. En el ejem-
plo en cuestión, el lector se enfrenta a «La Coalición Pro Dere-
chos Humanos, el presidente de la república, los grupos
2
Como lo indican Augoustinos y Walker (1995), los estereotipos son
estructuras cognitivas y afectivas objetivadas sobre grupos sociales, que son
ampliamente compartidos y que emergen y proliferan dentro de un entor-
no particular, social y político en un momento histórico dado; en este senti-
do, son RS. Los estereotipos se construyen social y discursivamente en el
transcurso de la comunicación cotidiana y, una vez objetivados, asumen
una realidad independiente y algunas veces prescriptiva.
Neyla Pardo Abril
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%
paramilitares-los militares», categorías que se articulan dentro de
las estructuras de conocimiento de una persona o de un grupo
social dado y que son objeto de distintos niveles de representacio-
nes consensuales. De esta manera, en el nivel colectivo, el conteni-
do de los estereotipos acerca de los distintos sectores sociales
involucrados en el conflicto armado en Colombia puede ser am-
pliamente compartido dentro de un sector de la sociedad; sin
embargo, al explorar niveles intergrupales e individuales, estos
estereotipos están valorados de forma diferente, aun cuando la
noticia proponga una forma muy específica de organizar y eva-
luar los distintos sectores involucrados.
EXTRACTO 1
Cada año más de 30.000 colombianos mueren a causa de la
violencia, y el 98% de estos casos permanecen en la impuni-
dad. Así lo manifestó ayer la Coalición Pro Derechos Huma-
nos en Colombia que, en carta abierta dirigida al presidente
de la República, Ernesto Samper Pizano, le expresan su pre-
ocupación por la sistemática violación de los derechos huma-
nos en el país, y le exigen que desmonte los grupos de
paramilitares y los mecanismos de impunidad porque «cobi-
jan a militares implicados en la creación, entrenamiento y di-
rección de estos grupos».3
Las RS están estructuralmente compuestas por un número de
elementos interdependientes y jerárquicos que se organizan y
agrupan alrededor de un núcleo. El núcleo tiene dos funciones
esenciales: una función cognitiva, que unifica y estabiliza los vín-
culos en la representación, y una función social en la que el nú-
cleo determina el significado y el valor de los elementos variables
y periféricos en la representación para crear y mantener entidades
colectivas (Abric, 1993).
En el procedimiento analítico, la teoría de las representaciones
sociales se propone investigar las diferencias de los grupos sociales
en la organización estructural de las representaciones y buscar las
funciones sociales e ideológicas subyacentes en esas estructuras. Este
tipo de conocimiento, sobre la manera como se organizan y valoran
3
El Espectador, 16 de enero de 1998. «Denuncia en Canadá sobre D.H.
Judicial».
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
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subgrupos e intergrupos en una comunidad, refleja formas do-
minantes de ser percibidos y, en consecuencia, maneras de esta-
blecer relaciones sociales, las cuales se materializan esencialmente
en la acción, el discurso y la comunicación.
Moscovici (1993) establece que las RS son estructuras diná-
micas y cambiantes. Esto implica que al interior de los grupos
humanos haya una continua renegociación de las representacio-
nes sociales, fenómeno que ocurre durante el curso de la
interacción y la comunicación de los individuos y de los grupos.
En este sentido, las estructuras cognitivas se hallan relacionadas,
en alguna medida, con los contextos que determinan cambios y
modificaciones derivados de ciertas restricciones situacionales o
experiencias que contradicen o fortalecen experiencias previas.
El carácter dinámico de las RS garantiza su constante fu-
sión, ruptura e interacción con otras estructuras semejantes que,
en el ciclo de su existencia, una vez que se transforman en enti-
dades materiales y objetivas, parecen fosilizarse incorporándose
a las formas de conocimiento más generalizado en un grupo y
que, con frecuencia, se agrupa como conocimiento de sentido
común. Sin embargo, como lo señalan Augoustinos y Walker
(1995), después de un periodo de aceptación incuestionable o
fosilización, las fuerzas sociológicas o históricas subsecuentes
pueden actuar para renegociar o transformar totalmente estas
estructuras.
El conjunto de elementos previos permiten señalar con van
Dijk (1990) que las RS se distribuyen en el discurso y que los
procesos de reproducción de las cogniciones sociales son proce-
sos de representación cognitiva ubicados socio históricamente,
cuya movilidad y existencia ocurren fundamentalmente en la
acción comunicativa, donde con el uso se adquieren, transfor-
man o desaparecen. En este sentido, el ACD es un recurso teó-
rico metodológico que permite desentrañar contenidos, estrate-
gias y estructuras inherentes a las RS que, a su vez, develan
formas de conocer y explicar la realidad en un grupo determi-
nado, a partir de lo cual es posible la comprensión de una cultu-
ra específica.
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'
El ACD y sus relaciones con las distintas formas de
conocimiento social
Los estudios lingüísticos más contemporáneos han incluido, en-
tre los aspectos centrales para la explicación del lenguaje humano,
el conocimiento y los procesos cognitivos como un elemento cen-
tral que da cuenta de los factores involucrados en la actividad
comunicativa.
La lingüística cognitiva tiene como eje de sus reflexiones la
hipótesis de que el lenguaje es parte integral de la cognición y
que los procesos de interacción comunicativa se integran a facto-
res individuales y sociales; estos hechos deben explicarse como
formas de conceptualización y parte del proceso mental. En esta
perspectiva se encuentran investigaciones como las de Turner y
Fauconnier (1995), Lakoff (1987), entre otros.
En la teoría de la metáfora, propuesta por Lakoff y Johnson
(1998), Johnson y Lakoff (1999), por ejemplo, el significado se
organiza y explica a partir de una concepción enciclopédica, en la
que existen sistemas de convencionalización que dan paso a la
construcción de modelos cognitivos de distinto orden: imagen,
metafóricos, metonímicos, simbólicos y proposicionales. Cada uno
de estos modelos hace posible abstracciones, proyecciones y aso-
ciaciones conceptuales, en las que confluye nuestra corporeidad e
interacción con el entorno social, y se constituyen en maneras de
razonar en torno a nuestra naturaleza y a la realidad social.
El ACD ha señalado que en la producción y comprensión del
discurso se involucran todas las formas de conocimiento humano
que hacen posible el proceso de significar y de organizar la acción
social. Cuando el analista identifica formas concretas de
lexicalización o de variación estilística, por ejemplo, reconoce no
sólo tipos de conocimiento social y maneras específicas de repre-
sentarlo sino que, además, da cuenta de modos de jerarquizar y
valorar el saber individual y colectivo en el discurso. Categorías y
nociones como topicalización, coherencia, implicación, presupo-
sición, estructuras esquemáticas, roles discursivos y contexto, en-
tre otras propiedades del discurso, implican, para su explicitación
y comprensión, un componente de conocimiento individual y
social que, a su vez, contribuye a hacerlo explícito.
El conocimiento, en el marco del ACD, se constituye en un
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
#
recurso mental y social que es adquirido, compartido y usado por
las personas, los grupos, las instituciones y las organizaciones en
la interacción comunicativa. Es en la conversación y en las distin-
tas formas de discurso en donde se establece la base cultural, gé-
nesis de las creencias, opiniones, actitudes y, en general, de las
formas de saber colectivo. El conocimiento colectivo garantiza,
así, que los grupos humanos formulen acuerdos generales, cons-
truyan sentido común o participen de la cognición, hechos que
definen la dimensión social del conocimiento. En este sentido, el
conocimiento compartido define el conjunto de presuposiciones
que garantiza la comprensión mutua y se configura como el capi-
tal simbólico de los distintos grupos humanos.
Las distintas formas de cognición social circulantes en el dis-
curso propio de una cultura o grupo específico ponen en eviden-
cia tipos de conocimiento y sus características; así, el conocimien-
to puede tener carácter dominante o alternativo; oficial, subversi-
vo o legítimo. La dimensión cultural del conocimiento da cuenta
de las comunidades epistémicas en la medida en que son grupos
de acción, pensamiento y discurso. En este sentido, el conoci-
miento define pertenencia, identidad y rol en el grupo del cual se
forma parte.
Lo que se ha venido indicando señala la inevitable relación
entre el ACD, la cognición social y las diversas maneras de repre-
sentación social. La primera y más evidente se relaciona con la
tarea y el objetivo central del ACD, a saber estudiar la reproduc-
ción discursiva de dominación (el abuso de poder) y sus conse-
cuencias en la desigualdad social. Explicitar las distintas relacio-
nes de poder social implica identificar las formas de acceso y con-
trol de los recursos sociales de orden material y simbólico. Entre
estos últimos, son de especial interés el conocimiento, el acceso y
el control al discurso público. Esto exige analizar y reconocer los
distintos grupos en una comunidad, discernir en torno a subgrupos,
instituciones y organizaciones, que son percibidas como podero-
sas, para deducir quiénes manejan los distintos tipos de saber y
disponen de mejores y mayores recursos para expresar y hacer
circular su conocimiento en el discurso público.
En esta perspectiva, la interacción discursiva humana implica,
con claridad, procesos cognitivos individuales y colectivos articu-
lando, como lo señala van Dijk (1999), actores individuales y
grupales, así como las estructuras sociales en términos de la cog-
Neyla Pardo Abril
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
#
nición y sus RS. En este sentido, la cognición social es el sistema
de estructuras y funcionamientos cognitivos que son adquiridos,
usados, creados y transformados contextualmente por los actores
sociales y que es compartido por los miembros de grupos, organi-
zaciones y culturas (Augoustinos y Walker, 1995).
El sistema constitutivo de la cognición social está conformado
por subsistemas, en los que se incluyen el conocimiento, las acti-
tudes, las ideologías, las normas, los valores y, en general, los dis-
tintos tipos de RS, así como el conjunto de estrategias y recursos
lingüísticos y comunicativos que se articulan al discurso y demás
prácticas sociales. Es decir, la cognición social integra aspectos
cognitivos, culturales y otras propiedades fundamentales de la
«mente social».
Para el ACD, identificar las distintas expresiones posibles de
la cognición social hace posible examinar en el discurso las diver-
sas maneras de acceder a la cultura de un pueblo. En este sentido,
resulta prioritario examinar los distintos tipos de conocimiento
social. Un primer criterio consiste en determinar quiénes com-
parten un determinado conocimiento, para identificar si es
interpersonal, grupal o intergrupal; para luego determinar, desde
un segundo criterio, si ese conocimiento es compartido
discursivamente y en qué tipo y modo discursivo circula de ma-
nera predominante. Este último criterio permite establecer
parámetros para determinar qué sector socio-cultural se aborda;
por ejemplo, si es o no posible reconocer saberes nacionales o
universales construidos, reproducidos o transformados por los
medios masivos de comunicación social.
Van Dijk (1999) establece dos tipos de conocimiento, especí-
ficos y generales. Desde su punto de vista, el conocimiento perso-
nal, apropiado y construido desde las experiencias propias del
sujeto, tiende a ser específico y se recupera en la memoria episódica;
el conocimiento general, por su parte, tiene relación con formas
de saber que se elaboran grupal o socialmente a partir de, por
ejemplo, eventos históricos compartidos por los miembros de un
grupo, nación o cultura y se instalan en la memoria social. En este
sentido, el conocimiento socialmente compartido es, normalmente,
general. Para este investigador, el conocimiento es una estructura
mental que se representa esquemáticamente de diversas formas.
Así, las experiencias personales, como los recuerdos biográficos,
normalmente se representan en modelos mentales tales como los
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
#
esquemas de evento. Por su parte, el conocimiento general y so-
cialmente compartido puede representarse en esquemas de even-
to-acción, marcos o esquemas de otros tipos, que constituyen las
RS propiamente dichas.
En esta perspectiva, y siguiendo a van Dijk (2002), el conoci-
miento compartido, social o culturalmente, es el resultado de un
proceso de aprendizaje y presupone el discurso público. Es nor-
mal que se represente en la memoria social y se constituya en un
requerimiento de primer orden en la comprensión de todos los
significados sociales y para la construcción de modelos mentales,
esto es, de las interpretaciones personales del discurso por parte
de los miembros de una comunidad o de un grupo. Es decir, la
comprensión y producción del discurso involucran el uso, cambio
o actualización de los distintos tipos de conocimiento personal y
social. En este proceso, se requiere la activación de los saberes
implícitos, que se comparten social y culturalmente.
Para el ACD resulta, por lo tanto, central establecer qué tipo y
cantidad de conocimiento se hace necesario para producir y com-
prender, por ejemplo, la siguiente noticia que circula en un perió-
dico colombiano a propósito de la guerra y las violaciones que
cometen los distintos actores del conflicto:
EXTRACTO 2
Explicó también que el Gobierno seguirá impulsando la re-
forma a la Justicia Penal Militar, con el fin de que los delitos
de lesa humanidad y los crímenes de guerra cometidos por
agentes de las Fuerzas Armadas queden excluidos del fuero
penal militar. Bell resaltó que ayer el Gobierno suscribió el
estatuto de la Corte Penal Internacional y anunció que pro-
moverá su ratificación a través de una ley en el Congreso.
Esto hace parte de la política de respeto y acatamiento al
Derecho Internacional Humanitario.4
¿Qué conocimiento es necesario para que el lector comprenda
esta noticia? Hipotéticamente, se necesita activar todo lo que los
colombianos sabemos sobre la guerra, las violaciones al DIH, los
actores implicados, los distintos tipos de regulación judicial de
4
El Espectador, 11 de diciembre de 1998. «Gobierno pide a la ONU
mantener oficina del alto comisionado de D. H.».
Neyla Pardo Abril
selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
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  • 2. PODER, DISCURSO Y SOCIEDAD, I selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 4. ! ANÁLISIS CRÍTICO DEL DISCURSO PERSPECTIVAS LATINOAMERICANAS selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 6. # Leda Berardi C O M P I L A C I Ó N Análisis Crítico del Discurso PERSPECTIVAS LATINOAMERICANAS frasis e d i t o r e s selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 7. $ ANÁLISIS CRÍTICO DEL DISCURSO. PERSPECTIVAS LATINOAMERICANAS. Primera edición:octubre de 2003. Primera reimpresión: marzo de 2005. © Leda Berardi, 2003. Registro de propiedad intelectual Nº 135.879 ISBN 956-8170-05-7 © FRASIS editores, 2003. Coyancura 2270, Of. 801, Providencia, Santiago. Fonofax (562) 2374106 Email contacto@frasis.cl Edición al cuidado de MarcoAntonio Coloma. Diseño de tapas e interiores: FRASIS editores Impreso en Chile / Printed in Chile Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro sin permiso escrito de la editorial. selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 8. % Tabla de contenidos Prólogo por Teun A. van Dijk ............................................................ 9 Introducción ........................................................................ 13 Análisis crítico del discurso e ideología de género en la Constitución brasileña por Izabel Magalhães ............................................................. 15 Análisis crítico del discurso y representaciones sociales: un acercamiento a la comprensión de la cultura por Neyla Pardo Abril ............................................................ 43 La escena enunciativa en la prensa por Irene Fonte Zarabozo ....................................................... 65 Nuevos géneros discursivos en la política: el caso de Aló Presidente por Adriana Bolívar ............................................................... 85 La identidad personal y social de los indigentes en su discurso. Un análisis crítico del discurso neoliberal en la Argentina y sus consecuencias por María Laura Pardo ......................................................... 109 selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 9. El Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU. en el discurso del Presidente Ricardo Lagos por Leda Berardi ................................................................... 125 Noticias sobre las autoras ...................................................... 145 selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 10. ' Con esta colección, Leda Berardi y otras prominentes autoras en el campo del Análisis del Discurso en América Latina, nos ofre- cen uno de los primeros libros sobre Análisis Crítico del Discurso en español (ACD). Me alegra ver que, además de las otras direc- ciones en los estudios del discurso, también se está arraigando un enfoque más crítico del discurso en América Latina. Tal vez, in- cluso más que en Europa o los Estados Unidos, el Análisis Críti- co del Discurso necesita desarrollarse en una región donde hay múltiples problemas sociales y políticos, como también lo mues- tran todos los artículos en esta colección. En un comienzo, en América Latina y en el resto del mundo, el análisis del discurso se centró, principalmente, en la descrip- ción de la estructura de los textos y de las conversaciones o los procesos psicológicos del discurso. No obstante, en la última dé- cada, nos hemos dado cuenta de que la lingüística y el análisis del discurso son, también, parte de las ciencias sociales y que necesi- tan legitimar su posición en la sociedad. Más aún, se necesita también una descripción satisfactoria de las dimensiones del contexto social, político y cultural, para en- tender mejor las estructuras y funciones del discurso mismo. Ne- cesitamos identificar quién está hablando o escribiendo, para quién, cuándo, dónde, y por qué, para poder explicar las estructuras varia- bles, el estilo y las funciones del lenguaje en uso. La entonación, el uso de los pronombres, las estructuras sintácticas, tales como la voz activa y pasiva, la selección del léxico, la elección de tópicos, las implicaturas, las presuposiciones, las metáforas y una gran can- Prólogo selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 11. tidad de otras estructuras del discurso, reflejan o ponen en acción estructuras de situaciones sociales. Y, a la inversa, muchos problemas fundamentales de la sociedad pueden ser estudiados también a través de sus manifestaciones y reproducciones en el discurso, como en el caso de la pobreza, el racismo, el sexismo, y otras formas de exclusión y marginalización. En efecto, el análisis del discurso detallado y fino puede revelar muchos aspectos de la reproducción del poder —y retos al poder— que son imposibles o difíciles de estudiar con el uso de otros méto- dos o enfoques. Muchos de los ‘datos’ en las ciencias sociales, tales como entrevistas, cuestionarios, encuestas y otros, se presentan en la forma de textos o de habla, y también se necesita un análisis deta- llado del discurso para analizarlos. Muchas de las formas de dominación son discursivas, como ocurre en la mayoría de los abusos en la política, los medios de comunicación, las legislaciones, la educación y las ciencias. Y si queremos conocer las creencias, las intenciones, las normas, los valores y las ideologías de las personas y, en consecuencia, sus razones o motivaciones para actuar, generalmente necesitamos re- currir a métodos que estudian algunos tipos de discursos, como es el caso de las historias de vida y las entrevistas. En resumen, el análisis del discurso está profundamente com- prometido con la sociedad y la sociedad está fundamentalmente presente en el discurso. El Análisis Crítico del Discurso es un movimiento internacional que puede verse como la respuesta a estas evaluaciones fundamentales acerca de las relaciones entre el discurso y la sociedad. Más que, por ejemplo, la sociolingüística tradicional, el ACD no se limita a la forma en que el discurso es influenciado por las estructuras sociales, y cómo las estructuras del discurso pueden afectar a la sociedad. El ACD va más allá de los estudios correlacionales y toma parte más activa en el análisis de, y en la lucha contra, la desigualdad social y la injusticia. Sus análisis son «críticos» en el sentido de que establecen prioridades, se concentran en problemas sociales reales (y no en «problemas» científicos solamente), denuncian las estrategias, a veces ocultas, de las élites poderosas, y proporcionan instrumentos para la resis- tencia. En este sentido, el ACD es una estrategia de solidaridad activa con los sectores más desvalidos de la sociedad. Puesto que los graves problemas sociales son, por definición, muy complejos, no es posible realizar análisis simplistas. A dife- selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 12. rencia de los análisis «comunes», el ACD necesita proveer teorías y métodos más explícitos, sistemáticos y, especialmente, multidisciplinarios que involucren e integren el análisis de las estructuras del discurso, las estructuras cognitivas y las estructu- ras sociales. Estos y muchos otros tópicos se discuten en las contribuciones a este libro. Mis colegas y amigas de mucho tiempo Leda Berardi, Adriana Bolívar, Irene Fonte, Izabel Magalhães, María Laura Par- do y Neyla Pardo, se encuentran entre las más prominentes analistas del discurso en América Latina quienes, en sus respectivos países, así como internacionalmente, han hecho muchos aportes a este cam- po. Es un gran honor para mí felicitarlas por esta contribución colectiva al análisis crítico del discurso en la que cada una de ellas examina un problema relevante en su propio país. Leda Berardi analiza los discursos del Presidente Lagos sobre el Tratado de Li- bre Comercio con los Estados Unidos, en Chile; Adriana Bolívar el programa de televisión Aló Presidente del Presidente Chávez, en Venezuela; Irene Fonte la representación, en los medios, de los discursos del presidente Fox y otros, en México; Izabel Magalhães la contribución de las mujeres al debate sobre la nueva Constitu- ción en Brasil; María Laura Pardo la representación de la pobreza en los medios de Argentina; y Neyla Pardo la representación de la violencia en Colombia. Así, logramos una perspectiva de la reproducción discursiva de asuntos tan importantes como la retórica presidencial, la pola- rización política, el sesgo de los medios, la marginalización y la resistencia de las mujeres y, por supuesto, de la pobreza y la vio- lencia, entre otros problemas. Debido a limitaciones de espacio, estos estudios pueden mos- trar sólo una parte de los complejos marcos teóricos y sofisticados análisis que las autoras han desarrollado en sus otras investigacio- nes, como se espera de los estudios contemporáneos del análisis crítico del discurso. Confío en que muchos otros analistas del discurso en América Latina sigan este ejemplo y contribuyan así, activamente, al estudio crítico de muchos de los apremiantes pro- blemas sociales en sus propios países. Teun A. van Dijk Barcelona, octubre de 2003. selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 14. ! Emprender una (re)colección de artículos que reflejen el espíritu del Análisis Crítico del Discurso (ACD) en algunos de los países de latinoamérica constituye, por una parte, un desafío desde lo disciplinario y,por otra,un estrechamiento de los vínculos afectivos que se establecen —a partir de un sentir común acerca de las injusticias sociales— con las autoras de los artículos reunidos en este libro. Por azar, o mejor dicho, debido a la evaluación de los textos por investigadores especialistas en el área, esta primera publicación lati- noamericana recoge sólo artículos realizados por mujeres. Reúne también —y esta vez sí por azar— sólo discursos públicos. Con excepción del trabajo de Izabel Magalhães, que analiza la ideología en el discurso de la Constitución brasileña desde una perspectiva de género, el corpus de las otras investigaciones está constituido por discursos transmitidos a través de los medios de comunicación. Si bien sabemos que la relación discurso-receptor implica una interrelación bidireccional, también sabemos que la forma en que se expresa un mensaje responde a una determinada cosmovisión, que generará diferentes lecturas o interpretaciones, ya sea desde un/a televidente, un/a radio-escucha o un/a lector/a de la prensa. Puesto que el discurso es una forma de acción social, el objeti- vo último de los análisis críticos es promover cambios sociales. Es así como en Holanda, van Dijk logró que se redactara un material didáctico diferente al que se utilizaba en las escuelas, una vez que detectó que los textos promovían el racismo. En Austria, se logra- Introducción selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 15. ron cambios en las relaciones de poder en las instituciones médi- cas al develarse que las estrategias comunicacionales de los médi- cos con sus pacientes institucionalizaban una práctica vertical y autoritaria. Ser críticas de nuestros entornos sociales significa, entonces, no sólo tratar de mostrar el lado oculto de los fenómenos sociales, con el fin de problematizarlos y postular cambios, sino también ser consecuentes con los principios que se postulan, lo que en ocasiones implica asumir los costos que se derivan de ello. Así como las autoras han criticado los discursos por ellas selec- cionados como importantes, por la influencia o sesgo que pueden ejercer en los distintos estamentos de la sociedad, también están abiertas a que sus propios discursos puedan ser criticados. Esta publicación responde a la necesidad de que las investiga- ciones en el ámbito del análisis crítico del discurso tengan mayor presencia o visibilidad en América Latina. También implica la posibilidad de que la retroalimentación recibida por los/as po- tenciales lectores/as pueda enriquecer nuestras visiones. Además del interés común por el ACD, las autoras se conocen por su vinculación con la Asociación Latinoamericana de Estu- dios del Discurso (ALED) creada en Caracas en 1995, con oca- sión del I Coloquio Latinoamericano de Análisis del Discurso. Desde entonces, la ALED ha realizado Coloquios y Congresos, cada dos años, en algunos de los países miembros —Argentina, Chile, Brasil y México— para dar a conocer y publicar en las Actas correspondientes las investigaciones realizadas en las dis- tintas áreas del estudio y análisis del discurso. Quiero agradecer a quienes hicieron posible este libro. A Marco Antonio Coloma, editor de Frasis quien, confiando en la compiladora de este volumen, ofreció incluir esta temática en el catálogo del sello editorial. A las autoras de los artículos por su valiosa disposición y colaboración desde sus respectivas áreas de interés. A Teun A. van Dijk por sus elogiosas y signi- ficativas palabras en el Prólogo. Y a todos/as aquellos/as que confiaron en nosotras y nos alentaron para que esta publica- ción fuera realidad. L. B. selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 16. # 1. Introducción En este trabajo nos centraremos en las contribuciones del análisis crítico del discurso al estudio del lenguaje en relación con la vida social y, principalmente, en sus contribuciones al estudio de géne- ro, por medio del análisis de textos que fueron enviados como su- gerencias a la Constitución brasileña de 1988. Sostendremos que las identidades de género son posiciones del sujeto incorporadas en el discurso, por lo que, hasta cierto punto, son ideológicas. Sin em- bargo, no son posiciones fijas puesto que las identidades híbridas se construyen bajo la influencia de relaciones interculturales, media- das por la heterogeneidad del discurso. Mucho se ha dicho sobre la fragmentación del sujeto en la vida social de hoy (Hall, 1997, 2000). Esto tiene que ver con el hecho de que las relaciones sociales se han convertido en expe- riencias mediadas que tienen lugar en el tiempo y en el espacio. En este contexto social, la identidad del yo «supone conciencia reflexiva» (Giddens, 1991: 52). La conciencia reflexiva del yo se ha extendido al cuerpo, de tal forma que la maternidad ya no es la única identidad abierta a la mujer como solía serlo en el pasado, cuando la maternidad se asociaba con la feminidad «como cuali- dad de la personalidad» (Giddens, 1992: 42). Análisis crítico del discurso e ideología de género en la Constitución brasileña* Izabel Magalhães UNIVERSIDAD DE BRASILIA, BRASIL * Traducción del inglés de Javier Rojas (Universidad de La Serena), revi- sada por Leda Berardi. selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 17. $ Los textos híbridos constituyen la dimensión semiótica de la vida social presente y exhiben una combinación de modos orales y escritos (interdiscursividad), así como tradiciones que se pue- den subvertir, como en el caso de la identidad. Además, los textos híbridos combinan dominios privados y públicos, que comenta- remos en el análisis de la sugerencia de una joven mujer a la Cons- titución brasileña (Sección 3). En este texto, se redactan prácticas informales de lectoescritura para quebrantar el género formal de la Constitución. En su crítica a la visión de la maternidad de Hasan1 como una identidad homogénea, Chouliaraki y Fairclough (1999: 150) señalan: No negamos que existen ideologías patriarcales dominantes acerca de la maternidad, sino que insistimos en que operan de maneras complejas en prácticas sociales múltiples, por ejem- plo, el discurso del trabajo profesional de las madres (opuesto al trabajo doméstico), o los discursos de parvularias (en lugar del cuidado materno) forman parte, cada vez más, de los cam- pos discursivos dominantes de la maternidad (lo que significa que son discursos disponibles y operativos en los grupos de madres trabajadoras y no trabajadoras) y seguramente crearán tensiones de identidad de las cuales no se da cuenta en el manejo y análisis de los datos de Hasan. Nuestra propia visión es que, dadas las actuales relaciones interculturales que son parte de la «dialéctica de lo local y lo global», es inconveniente visualizar las identidades como posicio- nes esencialistas y arraigadas (Giddens, 1991: 22). Por lo tanto, sostendremos que las identidades de género son heterogéneas en lugar de homogéneas. En la próxima sección, haremos una breve presentación del aná- lisis crítico del discurso; luego discutiremos las nociones de poder e ideología para, posteriormente, presentar nuestro análisis del corpus de la Constitución (Magalhães, 1991, 1995, 2000a).2 1 Hasan (1996: 129) en su análisis de la identidad de la madre sugiere que «independientemente del sector de la población al que pertenecen las madres, comparten visiones similares sobre el trabajo de la mujer». 2 Se presentaron borradores previos de este documento en un simposio Izabel Magalhães selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 18. % 2. Análisis crítico del discurso En los años 70, en la Universidad de East Anglia, un grupo de académicos desarrolló una aproximación investigativa al estudio del lenguaje que se conoce como lingüística crítica (LC). En 1979, Fowler, Kress, Hodge y Trew publicaron un libro titulado Language and Control, que tuvo un gran impacto en los lingüistas e investigadores en lenguaje que se interesaban por la relación entre los textos y las nociones de poder e ideología. En los años 80, otros académicos se dedicaron a desarrollar este enfoque. Fairclough, en la Universidad de Lancaster, usó la frase «análisis crítico del discurso» por primera vez, en un artículo original y de gran influencia publicado en el Journal of Pragmatics (Fairclough, 1985). El análisis crítico del discurso (ACD) puede ser concebido como continuador de la tradición de la LC (Wodak, 2001). Sin embargo, considerar el ACD como una mera conti- nuación de la LC reduce, en un sentido, problemas más impor- tantes que el ACD ha hecho explícitos en términos teóricos y prácticos. El análisis crítico del discurso ha examinado textos y eventos en diversas prácticas sociales y propone una teoría y un método para describir, interpretar y explicar el lenguaje en su contexto sociohistórico. Mientras la LC desarrolló un método para analizar una pequeña muestra de textos, el ACD ha desarro- llado el estudio del lenguaje como una forma de práctica social para enfrentar los cambios en la vida social. El ACD ofrece una contribución significativa de los lingüistas al debate de asuntos como el racismo, el sexismo, el control y manipulación institucional, la violencia, los cambios en la identidad nacional y personal, y la exclusión social. En la actualidad, el ACD se ha vuelto muy conocido internacionalmente, a través del trabajo de académicos como Fairclough, en una serie de libros (Fairclough, 1989, 1992, 1995a, 1995b, 2000; Fairclough y Wodak, 1997; Chouliaraki y Fairclough, 1999). La contribución principal de Fairclough es el sobre Lenguaje, género y desarrollo, organizado por el Consejo Británico (British Council) en Manchester, RU, y en el Grupo Lenguaje e Ideología e Investigación acerca del Poder coordinado por Norman Fairclough en la Universidad de Lancaster, RU, ambos en 1994. Análisis crítico del discurso e ideología de género selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 19. desarrollo de un método para realizar ACD (Fairclough, 1989, 1992) y su notable esfuerzo por explicar por qué los científicos sociales críticos y los investigadores de los medios de comunica- ción necesitan la contribución de los lingüistas (Fairclough, 1995a, 1995b, 2000; Chouliaraki y Fairclough, 1999). De acuerdo con Chouliaraki y Fairclough (1999), el ACD se ubica en la ciencia social crítica y en la investigación crítica sobre el cambio social en las postrimerías de la sociedad moderna. Giddens (1991) usa el término «modernidad tardía» para referir- se a los cambios económicos y socioculturales de las últimas dos décadas, en los que los avances en la tecnología de la información y los medios de comunicación han desvinculado los signos de su ubicación específica, permitiendo su circulación a través de las fronteras del tiempo y del espacio. Chouliaraki y Fairclough (1999: 3) sostienen que «el ACD debiera verse como una contri- bución al campo de la investigación crítica sobre la modernidad tardía». Al hacer referencia a los profundos cambios económicos y socioculturales de las últimas dos décadas, Chouliaraki y Fairclough (1999: 4) señalan que dichos cambios son, en parte, producto de estrategias de grupos particulares en un «sistema particular». Agregan que «existe una necesidad apremiante de un análisis y una teorizacióncrítica de la modernidad tardía que puede, no sólo iluminar el nuevo mundo que emerge, sino también mos- trar qué direcciones alternativas desconocidas existen». Van Dijk ha contribuido al debate del ACD como editor de Discourse and Society, una de las principales publicaciones perió- dicas de ACD. Mucho del respeto hacia el ACD, como tradi- ción académica, se debe a la interesante discusión que se ha desarrollado en esta publicación desde 1990. Además del Handbook of Discourse Analysis (1985), el trabajo de van Dijk aborda el discurso de los medios de comunicación (1986), el racismo y la ideología (1998). El interés de Wodak se centra en «cómo los académicos vincu- lados a la lingüística, la semiótica y el análisis del discurso, que provienen de distintas disciplinas, comparten una perspectiva particular, en la cual los conceptos de poder, ideología e historia figuran como centrales» (Wodak, 2001: 7). Una colección de ACD que se ha revisado ampliamente es Texts and Practices, editada por Caldas-Coulthard y Coulthard Izabel Magalhães selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 20. ' (1996). Wodak y Meyer han editado una colección reciente (2001). La colección editada por Jaworski y Coupland, The Discourse Reader (1999), es un intento de discutir el método y la teoría. ¿Por qué crítico? El elemento crítico de la teoría ha suscitado algunas preguntas, como en Widdowson en un gran número de documentos (ver, por ejemplo, Widdowson, 2000). En este do- cumento, Widdowson basa su crítica acerca del ACD en la afir- mación de Caldas-Coulthard y Coulthard: El análisis crítico del discurso, en su propósito, es esencial- mente político, con sus practicantes que actúan en el mundo para transformarlo y, de este modo, ayudan a crear un mundo donde a la gente no se la discrimina por su sexo, credo, edad o clase social (Caldas-Coulthard y Coulthard, 1996: xi). El argumento de Widdowson contra el ACD se puede ilus- trar en la siguiente cita: Esta es una agenda única y, por cierto, muy alejada de los modestos objetivos de mis esfuerzos en análisis crítico. Yo no tuve compromiso con una causa: mi propósito no era demostrar, sino explicar; no descubrir propósitos desviados, sino tratar de encontrar lo que estaba en los textos que daba origen a ciertas interpretaciones. De hecho, desde el punto de vista del ACD, en realidad yo no estaba haciendo un análisis del discurso puesto que el discurso sólo puede significar un conjunto de valores construidos socialmente, en los cuales la ideología está inevitablemente involucrada (Widdowson,2000: 155-156). La crítica de Widdowson al ACD plantea la pregunta de si es posible no ser político. De hecho, la motivación de Widdowson es política, en el sentido de que no existe una ciencia neutral. La distinción tradicional entre ciencia e ideología es rechazada por pensadores como Foucault, quien dedica un capítulo a este tema en su famoso libro La arqueología del saber (1987). Este punto, que es de interés para los analistas críticos del discurso, se discu- tirá en la siguiente sección. Análisis crítico del discurso e ideología de género selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 21. 3. Discurso, poder e ideología En un seminario sobre poder, ética y validez, celebrado en la Universidad de Lancaster, Reino Unido, en 1994, se discutieron en profundidad los cambios en los paradigmas de la investigación en la lingüística y enseñanza del lenguaje. Este tema se puede resumir de la siguiente manera: Aunque en algunas situaciones de investigación, los investi- gadores pueden estar en situaciones de menor poder que sus sujetos (...) y en otros casos pueden ser tratados con suma indiferencia, suele suceder que los sujetos de la investigación aceptan las imposiciones que exige la investigación, porque sienten que es difícil hacer lo contrario (Magalhães y Gieve, 1994: v). En este seminario, Fairclough se centró en los diferentes sig- nificados del término poder (Fairclough, 1989). Podemos pensar en el poder físico, como una persona sobre otra, como por ejem- plo en la relación de hombres y mujeres, en la cual los hombres frecuentemente sacan ventaja de su fuerza física para amenazar e incluso, literalmente, eliminar a las mujeres (Rorty, 1996; Suárez y Bandeira, 1999). Dichos actos de poder usualmente co-ocurren con la dominación simbólica, como en el lenguaje sexista y en la representación visual (Bourdieu, 1999; Magalhães, 2002). En el discurso médico, a las madres se las suele representar como «poco aptas» porque se las ve exclusivamente como las responsables de nutrir y cuidar a sus hijos. Por esta razón, los doctores pueden manipular a las mujeres para que sigan sus prescripciones y reco- mendaciones (Magalhães, 2000b). Como señala Foucault (1980: 98), el poder se ejerce a través de una «organización en red» donde los individuos participan como su «objetivo consensuado» y como «elementos de su articu- lación». Foucault está interesado en cómo se manifesta el poder en las prácticas de vigilancia en las prisiones, escuelas y hospitales. Estas prácticas de vigilancia también operan en la definición de la locura y la sexualidad (Foucault, 1985, 1988). Un aspecto del trabajo de Foucault, que usualmente se olvida, es su visión de que el poder no se debe considerar sólo como una estrategia de arriba- abajo porque «no hay relaciones de poder sin resistencias» (1980: Izabel Magalhães selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 22. 142). Así, es útil ver el poder en su dialéctica, siguiendo las adver- tencias de Fairclough de que deberíamos pensar en el discurso como un sitio de ejercicio y búsqueda del poder. Esto indica la necesidad de que el ACD sea reflexivo acerca de su propia posi- ción institucional porque «la teoría es en sí misma una práctica» (Chouliaraki y Fairclough, 1999: 29). Como hemos señalado en los párrafos anteriores, el punto de vista crítico vincula el ACD con un interés claro acerca del ejerci- cio del poder en las relaciones sociales pero, al contrario de una visión marxista ortodoxa, el poder se puede examinar potencial- mente en todas las relaciones sociales, incluyendo las de género, raza y clase. De acuerdo con Wodak: Hoy en día, el término ACD se usa para hacer referencia más específicamente al enfoque lingüístico crítico de los investi- gadores que consideran la unidad discursiva mayor del texto como la unidad básica de la comunicación. Esta investigación considera específicamente los discursos institucionales, polí- ticos, de género y de los medios de comunicación (en el sen- tido más amplio) los cuales dan cuenta de relaciones más o menos abiertas de lucha y conflicto (Wodak, 2001: 2). El estudio de estas relaciones de lucha, como se representan en los textos,distingue al ACD de otras tradiciones académicas como la sociolingüística, la lingüística del texto, el análisis de la conver- sación y la pragmática (Fairclough, 1992, 1989). Esto no signifi- ca que estas tradiciones sean homogéneas, ya que algunos de los trabajos producidos en estas corrientes pueden adoptar un enfo- que crítico. Un ejemplo es el interés de Mey (2001: 301) por la «represión lingüística» en los discursos institucionalizados. En dichos discursos, «el valor de la expresión lingüística del indivi- duo se mide estrictamente por el lugar que él o ella ocupa en la institución». El interés que tienen los analistas críticos del discurso en las nociones de poder e ideología se puede remontar a la distinción entre teoría tradicional y crítica, establecida por Horkheimer y Adorno (1970: 52). Las nociones que se desarrollan en un pen- samiento crítico contemplan una crítica de la exclusión social. «Las tareas de la teoría crítica fueron las de ayudar a ‘recordar’ un pasado que estaba en peligro de ser olvidado, luchar por la eman- Análisis crítico del discurso e ideología de género selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 23. cipación, clarificar las razones de dicha lucha y definir la natura- leza propia del pensamiento crítico» (Wodak, 2001: 9). El poder está inserto en un campo. Nos hemos referido a la noción campo del discurso de Foucault. Bourdieu (1990) de- fiende una noción similar. Para Bourdieu, un campo es una red de posiciones en un espacio social que están definidas por el capi- tal (simbólico).Todas las formas de capital,en la teoría de Bourdieu —económico, social o cultural— se pueden convertir en capital simbólico, si se reconocen (o no) como tales y tienen efectos de poder sobre los otros. Una de estas formas de capital es el capital lingüístico, que es el poder atribuido a las formas, estilos o dialec- tos lingüísticos (ver la discusión sobre Bourdieu en Chouliaraki y Fairclough, 1999: 101). Con respecto a la noción de ideología, podemos definirla de dos formas (Thompson, 1990). De acuerdo con la definición «neutral», las ideologías son sistemas simbólicos o de creencias que pertenecen a la acción social o a la práctica política. Así, la ideología se encontrará en todos los programas y partidos políti- cos, «sin implicar que estos fenómenos sean necesariamente enga- ñosos, ilusorios o que estén alineados con los intereses de un gru- po particular» (Thompson, 1990: 53). Pensadores como Destutt de Tracy, Lenin, Lukács y Mannheim defienden (en su formula- ción general) la definición neutral.3 No obstante las diferencias entre ellos, conciben la ideología como un fenómeno que no es necesariamente negativo o que se deba eliminar. Esta expansión de la noción de ideología es problemática, ya que se corre el riesgo de que la noción no tenga sentido. Al contrario de la concepción neutral, la definición «crítica» ve la ideología como «engañosa, ilusoria o unilateral» (Thompson, 1990: 54). Además, las visiones críticas de la ideología pueden diferir de acuerdo con los «criterios de negatividad» asociados a ellas. Así, Napoleón, Marx y Mannheim (en su visión restringi- da), no obstante sus diferencias, comparten la concepción de que la ideología es negativa y un fenómeno que se debe criticar. Las visiones críticas pueden variar de acuerdo con los criterios de negatividad. Para Napoleón, la ideología era negativa en el sentido de que eran ideas erróneas y engañosas que estaban divorciadas de 3 Ver Kennedy, 1978; Larraín, 1983; Lukács, 1971; Lenin, 1969; Mannheim, 1936; Marx y Engels, 1970; Thompson, 1990. Izabel Magalhães selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 24. ! la realidad política. La concepción polémica de Marx mantenía estos criterios de negatividad pero, en vez de atacar la ciencia de las ideas de Destutt de Tracy, criticó la especulación filosófica de los Jóvenes Hegelianos. En la concepción epifenoménica de Marx, el blanco de ataque es la clase dominante. Este criterio se reemplaza, posteriormente, en la concepción latente de Marx. En esta concep- ción, la ideología se concibe como un sistema de representaciones que ocultan relaciones de poder y, por lo tanto, contribuye a man- tenerlas como son. En la concepción restringida de Mannheim, los criterios de negatividad son similares a los de Napoleón y a la concepción polémica de Marx (Thompson, 1990: 55). Thompson adopta la definición «crítica». Para él, «estudiar la ideología es estudiar las formas en que el significado sirve para establecer y mantener relaciones de dominación» (Thompson, 1990: 56). Según este autor, no podemos comprender la ideolo- gía de los fenómenos simbólicos per se, sino sólo en tanto estén incluidos en contextos sociohistóricos, «dentro de los cuales estos fenómenos pueden, o no, servir para establecer y sostener relacio- nes de dominación» (Thompson, 1990: 56). A pesar de que Eagleton (1997: 19) considera que esta defi- nición de ideología es la única que ha sido ampliamente aceptada, se pregunta si cualquier creencia que se considere ideológica, está necesariamente vinculada a un poder político dominante.Por ejem- plo, ¿es posible que el socialismo y el feminismo sean ideológi- cos? Considerar el socialismo y el feminismo como ideológicos implica la concepción neutral de ideología que criticáramos ante- riormente. Recogiendo dieciséis definiciones diferentes de ideología, Eagleton señala que la ideología es más una cuestión de discurso que de lenguaje. Para Eagleton, la ideología tiene más que ver con quién está expresando qué, a quién y con qué propósito, que con las propiedades lingüísticas inherentes a un enunciado (Eagleton 1997: 22). Por lo tanto, la discusión epistemológica de la ideolo- gía relacionada con la verdad/falsedad ha originado un tratamiento político y sociológico en el cual la ideología está relacionada con el momento en el cual las mujeres y los hombres llevan a cabo sus luchas sociales y políticas, mediante la práctica del discurso. El análisis de la ideología por parte de los analistas críticos del discurso considera los cinco modos que define Thompson (1990: 60): legitimación (estrategias de racionalización, universalización Análisis crítico del discurso e ideología de género selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 25. y narrativización), disimulación (estrategias de desplazamiento, eufemismo y tropo: por ejemplo, sinécdoque, metonimia, metá- fora), unificación (estrategias de estandarización y simbolización de unidad), fragmentación (estrategias de diferenciación y expurgación del otro) y reificación (estrategias de naturalización, eternalización y nominalización/pasivización). Estos modos pue- den traslaparse. Además, la ideología también puede operar de otras formas. La asociación de los modos con las estrategias de construcciones simbólicas no es única; las estrategias menciona- das no son las únicas a considerar en circunstancias particulares. La noción de «ideologías de género» es de particular interés para este trabajo. Graddol y Swann (1989: 141), al escribir sobre el papel de la ideología y las instituciones, definen las ideologías de género de la siguiente manera: En el caso de las ideologías de género, se asume que las imá- genes dominantes de feminidad y masculinidad, que alientan a las mujeres y hombres a buscar gratificación, ajustándose a normas de género establecidas, conducen finalmente a la opre- sión de la mujer. Así, la ideología se expone como un meca- nismo para explicar cómo las mujeres se hacen cómplices de su propia opresión. Las formas en que los estilos y representaciones del lenguaje se atribuyen a las mujeres y hombres en las prácticas institucionales, como en la Asamblea Nacional de la Constitución son, sin duda, productos de las estrategias ideológicas de la universalización, di- ferenciación y naturalización. Sin embargo, de igual interés es el problema del cambio social y la resistencia de las mujeres ante los «manejos» de la ideología (Fairclough, 1992). La próxima sección tratará acerca de las ideologías de género en el discurso de la Constitución brasileña de 1988. 4. Ideologías de género en la Constitución Brasileña Una investigación sobre textos de mujeres escritos a modo de sugerencias a la Constitución de Brasil de 1988, muestra la influencia de representaciones masculinas dominantes, tanto Izabel Magalhães selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 26. # en la forma en que las mujeres se refieren a los hombres como en los modos en que se refieren a sí mismas. Además, el análisis de estos textos indica que la capacidad de lectoescritura en portugués es crucial para las mujeres de Brasil, ya que las formas orales de comunicación no son valoradas en absoluto en la mayor parte de las prácticas institucionales. Se argumenta que las mujeres deberían tener más oportunidades educacionales, especialmente en lo que se refiere al acceso a las prácticas de lectoescritura, asociadas tradicio- nalmente a los hombres. En 1989 participamos en un proyecto de investigación, finan- ciado por el Parlamente brasileño, orientado a investigar los 72,719 textos escritos por brasileños como sugerencias a la Constitución de 1988. Estas sugerencias —sugestões populares— fueron escritas entre 1986 y 1987 y enviadas a la Asamblea Nacional Constituti- va, responsable de redactar la nueva Constitución. Las sugerencias se organizaron en una base de datos llamada SAIC/Serviço de Apoio Informativo à Constituinte (Servicio de Apoyo Informativo para la Constitución), según el tema y/o las características sociológicas de sus autores. Las mujeres brasileñas mostraron un gran interés en la Constitu- ción. Con los cambios producidos en la sociedad brasileña por la migración desde lo rural a lo urbano, las mujeres empezaron, gra- dualmente, a ser aceptadas en puestos de trabajo que previamente habían sido considerados como trabajo de hombres solamente. Al tomar parte en la vida económica de la nación, las mujeres estuvieron en condiciones de actualizar sus calificaciones y su nivel de participa- ción política. Esto llevó a la actual situación en la cual el poder polí- tico de las mujeres en el gobierno y el Parlamento brasileño se ha vuelto una realidad nacional. Políticos de renombre incluso comen- zaron a dirigirse tanto a hombres como a mujeres en sus discursos con la frase nominal «brasileñas y brasileños».4 Considerando lo anterior, muchas mujeres creyeron que la nueva Constitución les ofrecía una oportunidad real para deman- dar cambios en las leyes que gobiernan los derechos civiles de la mujer y de sus hijos. Así, las mujeres contribuyeron con 23.617 (32%) de las sugerencias. La mayoría de las sugerencias de las 4 José Sarney, el primer presidente civil después de la dictadura militar, que gobernó entre 1985 y 1990, usaba estas formas (lingüísticas) en sus discursos a la nación, transmitidos por cadena nacional radial y televisa. Análisis crítico del discurso e ideología de género selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 27. $ mujeres se referían al tema de las políticas educacionales (17%), seguidas por la organización social (14%), el tema que se refiere a los derechos civiles de las mujeres. Ejemplo de esto es la sugeren- cia formulada por una mujer casada, sin trabajo, en el grupo etáreo 25-29, residente de la ciudad de Sao Paulo.5 1) Primeiro fico contente em participar através do voto para eleger a nova Constituinte, sem dúvida a atual é caótica e muitas vezes já me encontrei perdida em soluções simples como o pátrio poder do filho, que hoje cabe ao pai, é vexatório. Gostaria que na próxima Constituição, a nova, seja respeitada a posição da mulher e que os membros por nós eleitos não nos decepcionem, não nos abandonem. En primer lugar, estoy contenta de participar a través del voto para elegir la nueva Asamblea Constitucional; sin duda, la actual es confusa y me he encontrado muchas veces entrampada en resoluciones simples como el poder de los padres con res- pecto a sus hijos; hoy, sólo los padres tienen ese poder; es ridículo. Quisiera que la nueva Constitución respetara la po- sición de las mujeres y que los parlamentarios que elegimos no nos desilusionen ni abandonen (Codificado en SAIC: 607071018436). Es importante hacer notar que la problemática que presentó esta mujer sólo recientemente ha sido modificada gracias a la nueva ley que rige los roles familiares. Sin embargo, fue la organización de las mujeres la que presionó por provocar estos cambios. La Asamblea Constitucional Nacional estaba dominada por voces masculinas y queda claro, a partir de este texto, que se necesita un respeto hacia las mujeres por parte de los hombres. En el texto subyace la idea de que los hombres no respetan a las mujeres: «Me gustaría que la nueva constitución respetara la posición de la mujer». Esta suposición puede catalogarse como presuposición. Según Mey (2001: 28-29), algunos lingüistas consideran que las presuposiciones están relacionadas con la semántica de un ítem léxico; en este caso en particular, el verbo «respetar». Sin embargo, 5 Todos los ejemplos en el análisis se presentarán en portugués seguidos de una traducción al español. Izabel Magalhães selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 28. % por lo general, las presuposiciones se pueden inferir del contexto social, por ejemplo, quién se dirige a quién. En nuestro ejemplo, la presuposición es ideológica en la medida que neutraliza y uni- versaliza la posición de la mujer como no siendo respetada. Sin duda que no a todas las mujeres se les falta el respeto de la misma forma, ya que la posición de la mujer puede variar según la clase social y la etnia. Como lo señala Cameron (1997: 34), la ventaja de situar el análisis en contextos sociales específico es que «se aleja de las declaraciones globales y las explicaciones estereotipadas, que comúnmente las acompañan, hacia un tipo de relato más ‘local’ que puede acomodarse a diferencias intra e inter grupales». Además, los verbos «desilusionar» y «abandonar» indican que, aun cuando las mujeres demandan iguales derechos con respecto a los hombres en temas tan delicados como el del poder sobre los hijos, se encuentran en una situación de dependencia. El corpus se organizó según los siguientes criterios: • Todas las mujeres que escribieron tenían educación secun- daria completa. • Se dividieron en dos grupos: en el primer grupo las muje- res no tenían trabajo y no contaban con un salario regular. En el segundo grupo, las mujeres tenían un empleo y ga- naban entre 280 a 580 dólares mensuales, aproximada- mente.6 • Pertenecían a tres grupos etáreos 25-29, 30-39 y sobre 59. Decidimos dejar fuera el grupo 40-58 para ser investigado en trabajos posteriores. El estudio de estos grupos etáreos mostró que las mujeres jó- venes están preocupadas de la preservación de la naturaleza (25- 29), mientras que las mayores abogaron por la idea de la materni- dad responsable (30-39) y la preocupación por los más viejos (más de 59; ver Figura 1). Estas sugerencias fueron registradas en un formulario con 11 preguntas que requerían de los encuestados datos sociológicos sobre sexo, origen (urbano/rural), estado y ciudad, escolaridad, 6 Estas cifras se basan en el valor del sueldo mínimo (200 reais); 5 salarios mínimos mensuales corresponden a US$280 y 10 salarios a US$580. Análisis crítico del discurso e ideología de género selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 29. estado civil (casada, soltera, etc.), edad, ingreso, ocupación, nom- bre, dirección, código postal. Bajo la pregunta 11, en la página 2 del formulario, se dejó un espacio en blanco para que la encuestada se dirigiera a un miembro del Parlamento: «Si usted desea dirigir su sugerencia a un miembro específico del Parlamento, todo lo que debe hacer es llenar el espacio en blanco con el nombre del parlamentario». Este espacio estaba seguido de 23 líneas en las cuales había que escribir la sugerencia con la siguiente instruc- ción en el encabezado: «Utilice este espacio para formular su su- gerencia». El análisis de las sugerencias de las mujeres, con respecto a la Constitución brasileña, presenta indicios lingüísticos acerca de la formación social de la familia brasileña. En Magalhães (1995), nos referimos a esta formación social en relación a la heterogeneidad en el discurso, con dos «formas de coexistencia» predominantes, ex- presión utilizada por Foucault (1987) en referencia a la organiza- ción de un campo discursivo. Estas formas de coexistencia son: el discurso tradicional y el discurso igualitario.7 El discurso igualita- rio busca relaciones de género iguales. Aun cuando concebimos que estas relaciones incluyen las identidades hetero y homosexua- les, no nos referiremos a este punto aquí. El discurso tradicional, que tiene relevancia histórica en la for- mación social de las familias brasileñas, puede apreciarse en los textos de las mujeres. En ellos, las mujeres a menudo se ven como explotadas y discriminadas por las prácticas institucionales do- minadas por los hombres. Las mujeres presentan situaciones la- borales en las cuales han sido despedidas porque se han embara- FIGURA 1 Sugerencias a la Constitución de Brasil de 1998 Edad 25-29 30-39 Sobre 59 Asalariada/No asalariada 85 76 19 US$ 280/580 25 61 18 7 En la investigación de 1995, usamos los términos «discurso del control» y «discurso de la liberación». Lazar (2000) usa el término «igualitario». Izabel Magalhães selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 30. ' zado o porque simplemente son casadas y, por tanto, demandan apoyo profesional legal. También está el caso de las dueñas de casa quienes exponen su vida marginal, y exigen que su contribu- ción a la sociedad brasileña se explicite en la Constitución. En la tercera categoría de textos, las mujeres reproducen una ideología masculina que percibe a las mujeres como frágiles y no aptas para realizar ciertos trabajos que requieren fuerza física. 2) Perdi o emprego porque me casei. Todos esses bancos e firmas particulares admitem enquanto as meninas estão sem compromisso e quando as mesmas vão se casar ou ficam grá- vidas, eles demitem, isso precisa ser visto porque eles alegam não precisar mais dos seus trabalhos, e no outro dia admitem uma nova vítima. Se estamos na época da democracia, espero que o Governo Federal faça algo a respeito da proteção da mulher. Inclusive, tornase mais difícil encontrar um novo emprego depois de casada, porque existe limite de idade nos concursos em geral e nesse meio tempo a mulher está na fase mais experiente de sua vida e sem (ter) como aplicar seus conhecimentos e tornase uma pessoa infeliz por ser rejeitada com apenas 32 anos de idade. Acreditamos no governo e na oportunidade de sermos felizes. Perdí mi trabajo porque me casé. Todos esos bancos y empre- sas privadas contratan niñas antes de que se comprometan pero cuando están por casarse o embarazarse, las despiden. Esto debe investigarse porque sus empleadores señalan que ya no necesitan su trabajo, pero al día siguiente contratan una nueva víctima. Si estamos en democracia, espero que el Gobierno Federal haga algo para proteger a las mujeres. Además, des- pués de casarse, es más difícil encontrar un trabajo nuevo por- que, en general, hay un límite de edad para postular a un trabajo. Al mismo tiempo, es en este período cuando la mujer está en su etapa de mayor experiencia en la vida y no tiene la posibilidad de ocupar su conocimiento. Por eso se transforma en una persona frustrada, por el hecho de ser rechazada cuan- do tenía sólo 32 años. Pensamos en el gobierno y en la opor- tunidad de ser felices (Codificado 60507L0235559 en SAIC). Lo primero que hay que señalar es que el texto se organiza en etapas. Nosotros tomamos estas etapas como secuencias del ciclo Análisis crítico del discurso e ideología de género selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 31. ! de vida que se relacionan con el entorno espacio-temporal. Este es uno de los rasgos del contexto social que es restrictivo, pero «constitutivo de acción e interacción» a la vez (Thompson, 1990: 150). Las características del contexto, como el tiempo y el espa- cio, determinan que ciertas acciones y modos de interactuar sean más adecuados o posibles que otros. Las etapas en el texto son modos de estructurar las acciones e interacciones de las mujeres en la perspectiva de género. La visión de género como un campo explica cómo el lenguaje (discurso) se relaciona dialécticamente con el poder. El entorno espacio-temporal es un telón de fondo para el aná- lisis de las formas lingüísticas como ejercicio del poder en un texto (ver Figura 2). Los adjetivos y nombres establecen una modalidad donde po- demos destacar al menos tres modos de funcionamiento ideológi- co: a) el texto legitima el gobierno, los bancos y las empresas; b) el texto también presenta una visión de género unificada y esencialista; c) el texto critica los bancos y las empresas en un intento por «desunir» a sus propietarios y representantes como grupo. FIGURA 2 Construcción de la ideología de género ADJETIVOS nova (joven) casada, rejeitada (rechaza- da), infeliz, grávida (em- barazada), difícil, novo (nuevo), experiente (con experiencia) felizes (felices) SUSTANTIVOS meninas (niñas), bancos/ firmas (bancos/empresas) compromisso(compromi- so), trabalho(trabajo), vítima (víctima), mulher (mujer), pessoa(persona), emprego (trabajo), limite de idade, (límite de edad), fase (etapa) democracia,Governo Federal (Gobierno federal), proteção(protección), vida conhecimentos, (conoci- miento),oportunidade (oportunidad) PRIMERA ETAPA SEGUNDA ETAPA ETAPA FUTURA Izabel Magalhães selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 32. ! En la primera etapa, los bancos y las empresas invierten en la idea de que una mujer joven (y bien parecida) atrae clientes y, por lo tanto, puede aumentar las ganancias. En la segunda etapa, cuan- do estas mujeres se casan o se embarazan, se contratan «nuevas víctimas» como en un sistema «rotatorio». Sin embargo, se prevé una etapa futura donde las mujeres tendrán «oportunidades». El uso de «meninas» (niñas), asociado a la situación laboral, pone a la mujer en una posición de indefensión ya que las «ni- ñas», por lo general, no son percibidas como profesionales. Esta posición se ve reforzada por la gramática del texto; según Halliday (1994) son los bancos, las empresas y el gobierno los agentes de los verbos de proceso material, como «contratar», «despedir» y «hacer». Las mujeres aparecen como agentes sólo de verbos de procesos mentales como en «espero» y «creemos» y, en estos casos, el agente está oculto. Es significativo que las acciones materiales se atribuyan a bancos, empresas y al gobierno pero no a mujeres, y que el agente oculto se utilice sólo para mujeres, como en «per- dí», «espero» y «creemos». De este modo, el texto legitima a los bancos las empresas y el gobierno, y representa a las mujeres como sujetos carentes de poder. El sustantivo «víctima», usado aquí en un sentido metafórico, forma parte del discurso de género tradicional que representa a las mujeres como víctimas de instituciones como los bancos. En el contexto de la Colonia, las mujeres fueron víctimas de la Iglesia Católica y de la institución médica quienes las intimidaban, cons- truyendo para ellas una imagen de «objetos para la procreación» (del Priore, 1993). Esta imagen también se puede asociar a la idea de que las mujeres casadas/embarazadas debieran dejar de trabajar, es decir, entrega una explicación para el despido. Sin embargo, ocu- rre a menudo que el hecho de despedir a una mujer embarazada tiene que ver con el negarse a pagar licencias maternales. Hemos enfatizado el rol crucial que juegan las instituciones en la mantención de las relaciones de poder entre mujeres y hom- bres. Para Bourdieu (1999: 138), si la dominación masculina se explicita en el hogar, es en instituciones como la escuela, la Iglesia y el Estado donde esta dominación se reproduce de manera sim- bólica. El texto, por tanto, refuerza la visión de género esencialista, homogénea y unificada que caracteriza las representaciones tra- dicionales de las mujeres (Louro, 1977). Esta visión se representa lingüísticamente en la colocación del sustantivo «mujer» con los Análisis crítico del discurso e ideología de género selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 33. ! adjetivos «casada», «rechazada», «infeliz» y «embarazada». Los adjetivos, al igual que el significado experiencial construido por los sustantivos «niñas» y «víctima», contribuyen a situar aún más el texto en un marco ideológico. «Infeliz» y «difícil» presentan la evaluación del emisor de la posición de las mujeres, construyendo significados expresivos. El hecho de que «mujer» y «persona» va- yan en colocación con «casada», «rechazada», «embarazada» e «in- feliz» representa, nuevamente, a las mujeres como víctimas de las prácticas sociales dominantes. La nominalización «protección» muestra un significado natu- ralizado del cual los usuarios del lenguaje no están siempre cons- cientes. Una nominalización es una forma lingüística donde un proceso (con agentes y/o pacientes, tiempo y modalidad) se redu- ce a un sustantivo. Las nominalizaciones constituyen buenos ejem- plos de la manera en que se construye el significado en las prácti- cas sociales. La omisión del agente, en este caso, deja abierta la posibilidad de quién se espera que proteja a las mujeres y de qué. Es significativo el hecho de que la autora del texto «espera que el Gobierno regional haga algo para proteger a las mujeres» repro- duciendo, de este modo, la suposición de sentido común de que las mujeres deben ser protegidas. Al reforzar la cadena textual donde las mujeres se perciben como «niñas» o personas frágiles e inseguras que necesitan ayuda, este texto reproduce una de las suposiciones del discurso de género tradicional, que podemos lla- mar «ideología de la fragilidad o debilidad». Mientras que el texto percibe a las mujeres como necesitando ser protegidas por el gobierno, se opone a los bancos y las empre- sas por despedir a las mujeres cuando se casan o se embarazan. Así, el texto adopta una estrategia política, buscando una alianza con el gobierno para expurgar a los bancos y las empresas como enemigos de las mujeres. Volviendo a las formas lingüísticas que representan maneras de construir a la escritora, el texto comienza con el verbo «perdí» en primera persona y el agente oculto «yo» para referirse a una mujer concreta que narra su experiencia. Esta forma cambia a «nosotros» en «estamos», lo que probablemente hace referencia al pueblo brasileño, haciendo eco de las voces que demandaban elec- ciones generales y un sistema democrático de gobierno en mani- festaciones llevadas a cabo en distintas partes del país antes de 1985. Al final del texto, sin embargo, la escritora se dirige a la Izabel Magalhães selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 34. !! Asamblea Nacional de la Constitución a nombre de las mujeres: «Creemos en el gobierno y en la oportunidad de ser felices». Estas maneras distintas de construir a la escritora pueden con- siderarse como claves para comprender las múltiples identidades de las mujeres y su valor relacional. Por tanto, la identidad mater- na no debe considerarse como una identidad homogénea de fe- minidad. De hecho, el texto representa una pluralidad de identi- dades/voces (Bakhtin, 1997; Authier-Revuz, 1990). Por «voz» entendemos al lenguaje asociado a grupos e identidades específi- cas. Hemos distinguido al menos cuatro voces: la narradora que relata su experiencia personal (la mujer que perdió su trabajo porque se casó); la dueña de casa/madre (en este texto, la voz de la narradora coincide con la de la dueña de casa/madre, pero esto no es así necesariamente); la activista política («Esto tiene que investigarse...», una crítica a los bancos y a las empresas; «Si vivimos en democracia, espero...»); y la mujer líder («Creemos en el gobier- no...»). La activista política y la mujer líder pueden, sin embargo, fundirse en una sola voz, dependiendo de la lectura que se haga del texto. Más aun, la voz de la activista política intenta que el lector se ponga en contra de bancos y empresas. Las voces en el texto se relacionan con otras voces que pueden reforzar la de la activista política o la de la mujer líder. Por lo tanto, otros textos del corpus pueden leerse para reforzar las voces de la dueña de casa/madre u otras (Magalhães, 2000b, 2002). El texto que analizaremos a continuación es muy distinto al anterior. Aunque no fue incluido en el corpus original, decidimos analizarlo por la manera en que se puede yuxtaponer a los otros textos que formaron parte del estudio de 1991 (Magalhães, 1991). Esta yuxtaposición descansa en la ruptura del procedimiento es- tablecido para remitir sugerencias, así como las expectativas acer- ca de lo que significa redactar una sugerencia. FIGURA 3 Voces en el texto La narradora La dueña de casa/madre La activista política La mujer líder Análisis crítico del discurso e ideología de género selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 35. ! Tal vez es importante hacer notar que las sugerencias fueron seleccionadas por un equipo de indexación en el Parlamento. En esta selección, varios textos no fueron incluidos en la base de da- tos debido al hecho de que se consideraron «vacíos» o «no perti- nentes». Además, se reemplazaron todos los ítems léxicos tabúes, a los cuales nos referimos como «palavroes» (palabras obscenas) o «xingamentos» (lenguaje ofensivo), por asteriscos y otras conven- ciones. Podemos referirnos a este proceso como «higiene verbal» (Cameron, 1995). Por lo tanto, dado el procedimiento adoptado para eliminar y sustituir información, fue necesario comparar las formas originales con los textos que fueron incluidos oficialmen- te en la base de datos. El texto siguiente ilustra la diferencia que, a veces, se puede notar entre la sugerencia original y la que se registró. Esta es una sugerencia hecha por una joven mujer soltera y sin trabajo, en el grupo etáreo 15-19, de Campo Lindo Paulista, Sao Paulo. 3) Para que tanta violência? Por que pouca fraternidade? Quero amor entre pessoas O nosso trânsito deveria ser melhor. Lembrete Por que pessoas mais importantes, como senador e deputado, são tão orgulhosos? Eu acho que eles pensam que estão com o rei na barriga. ¿Para qué tanta violencia? ¿Por qué tan poca solidaridad? Quiero ver amor en las personas Nuestro tráfico debiera mejorarse. Recordatorio ¿Por qué las personas importantes, como los parlamentarios, son tan orgullosos? Pienso que ellos creen que pueden demostrar su arrogancia. (Codificado 60702L005119 en SAI). La sugerencia que se incluyó en la base de datos es, de hecho, una versión de la sugerencia original (Figura 4). En el texto origi- nal, la escritura no siempre sigue la convención de linealidad de izquiera a derecha que se adopta en la escritura portuguesa. El Izabel Magalhães selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 36. !# «lembrete» (recordatorio) se presenta primero de manera lineal y luego no-lineal en el margen izquierdo, lo que produce en el lector un efecto de énfasis, y la parte del texto que representa el recordatorio está indicado con una llave. Además, la escritora usa el espacio en blanco en la parte superior para sus propósitos: en vez de llenarlo con el nombre de un parlamentario, escribe una afirmación irónica: «Prefiero lo mejor o lo que ustedes crean que es lo mejor». Como sus preferencias no son necesariamente las preferencias de los parlamentarios, los critica de una manera joco- sa. Además, utiliza signos de exclamación, que son convenciones escriturales que se relacionan con la presentación del lenguaje escrito. Más aún, todo el texto puede verse como un diálogo en el cual se representan diferentes identidades en una heterogeneidad de voces. Nos referimos a esta heterogeneidad como interdiscursividad, FIGURA 4 Sugerencia original de una mujer de Sao Paulo Análisis crítico del discurso e ideología de género selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 37. !$ que es la «articulación cambiante entre distintos discursos, géne- ros y voces en las interacciones y en los textos» (Chouliaraki y Fairclough,1999: 45). La primera parte del texto es una suge- rencia relacionada indirectamente con la idea de que debiera ha- ber más paz (menos violencia), amor (menos odio) y mejor (me- nos desorganizado) sistema de tránsito (en la ciudad), que lo que ocurre en la actualidad. Al formular esta sugerencia, la escritora asume una identidad relacionada con los derechos civiles, ofre- ciendo una contribución a la Constitución. Posteriormente, en la segunda parte del texto, critica a los parlamentarios, recordándo- les que no deberían ser tan arrogantes. Al hacer esta crítica, la escritora también asume una identidad que se vincula con los derechos civiles, pero ahora actúa en su condición de miembro de la comunidad, poniendo en jaque a los representantes de los vo- tantes. El uso de la forma del imperativo «piensen» (al final del texto original) se relaciona con esta identidad. Según Hodge y Kress (1988: 126) «el imperativo implica una estructura de roles entre el que da una orden versus el que la responde». En este caso, la instrucción se modaliza por medio de la construcción de una ter- cera identidad, la de una mujer joven y soltera, estableciendo una conversación con los hombres que ella no conoce: «Quiero cono- cerlos! Nos vemos? Espero una respuesta de ustedes! Gracias. Patricia!» Un aspecto que se relaciona con esta identidad es la forma masculina de obrigado (gracias), con el sufijo masculino o. Al agradecer a los parlamentarios por la oportunidad de expresar su opinión, que es algo que en otras sugerencias no se encuentra, esta joven se posiciona en una situación de indefensión. Al usar la forma masculina obrigado, en lugar de obrigada —que es la elec- ción léxica que pudiera haber hecho— la escritora refuerza su posición carente de poder. Más aun, la firma es otra forma lin- güística que construye la identidad de la que escribe como una mujer que busca la oportunidad de conocer hombres. Un punto importante es la forma en que estas diferentes identidades con- tribuyen a transmitir una imagen que tiene sentido, aunque el lector tenga que armarla como si fuera un rompecabezas. Este patrón de organización textual, aparentemente fragmentado, sin embargo, produce una experiencia de lenguaje significativa, re- presentando identidades de género fragmentadas (Harvey, 1992; Hall, 2000; Moita-Lopes, 2002). Izabel Magalhães selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 38. !% Estas identidades fragmentadas pueden interpretarse a partir de indicadores gramático-textuales, como se demostró anterior- mente en relación con el imperativo y masculino genérico; de la puntuación y normas no lineales y no convencionales que pueden indicar la «mezcla» entre el lenguaje escrito y el oral, así como la existencia de prácticas de lecto-escritura informales, paralelas a las prácticas de lecto-escritura formales e institucionales, a las cuales se refiere Street (1984,1995). En la conclusión, retomaremos estos puntos en relación con la heterogeneidad y «mezcla» en la vida social actual. 5. Conclusión En este capítulo, hemos analizado algunas contribuciones del ACD al análisis del lenguaje como práctica social, perspectiva que se vincula a la ciencia social crítica. Nuestro foco de atención se centró en un estudio crítico de género en la Constitución de Brasil de 1988. Para concluir, nos interesa enfatizar la hibridez de las suge- rencias que fueron remitidas a la Asamblea Nacional de la Cons- titución. Estos textos híbridos indican lo que está involucrado en la dialéctica del discurso, señalando cambios en las identidades de género (Fairclough, 2001). El análisis detallado de las voces de- mostró que las identidades híbridas se construyeron en los textos: estas fueron las identididades de la narradora, la madre/dueña de casa, la activista política y la mujer líder. La narradora es una identidad que está arraigada en las prácticas discursivas del mo- mento, situando a la mujer en una combinación de espacios pri- vados y públicos. La madre/dueña de casa, como lo hemos desta- cado, se percibe ahora como una identidad inserta en una plura- lidad de identidades desarrolladas por las mujeres. La activista política implica la subversión de una visión de identidad unifor- me. La mujer líder, la que ahora se asocia a políticas de identidad, puede también existir en contextos tradicionales como, por ejem- plo, entre las benzedeiras, curanderas de aflicciones de mujeres (Magalhães, 1985). Además, el texto de la mujer joven, que es una combinación de modos orales y escritos, subvirtió las convenciones de género Análisis crítico del discurso e ideología de género selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 39. ! establecidas, presentando una reorganización de identidades de género vis-a-vis el poder institucional. De este modo, la noción de identidades híbridas abre nuevas posibilidades de visualizar la subjetividad como espacio político de (re)articulación creativo (Laclau y Zac, 1994). Este espacio de crítica ideológica, un espa- cio de mediación y lucha por la identidad, se basa en la contin- gencia y la indeterminancia. Bhabha (1998) se refiere a la indeterminancia y la contingen- cia como formas de teorizar acerca del poder sin reproducir la lógica del que lo detenta. Visualizar las identidades como contin- gentes e indeterminadas tiene la ventaja de que evita la polariza- ción en el debate sobre el género. En un artículo reciente, Baxter (2002) presenta un «análisis del discurso post-estructuralista (ADP) del habla de muchachos y muchachas». Allí, Baxter propone una alternativa al Análisis Conversacional y al Análisis Crítico del Discurso. Desde nuestra perspectiva, tanto el ADP como el ACD se insertan en lo que Horkheimer y Adorno llaman una «teoría crítica». Por esta razón, sin dejar de reconocer la contribución de Baxter, pensamos que lo que se necesita no es exactamente un término nuevo, sino desa- rrollar una teoría crítica en la cual se puedan ubicar ambas pro- puestas. Referencias bibliográficas AUTHIER-RÉVUZ,J. (1990).Heterogeneidade(s) enunciativa(s).Trad.C.M. Cruz y J.W. Geraldi.Cadernos de Estudos Lingüísticos, 19, 25-42. BAKHTIN, M. (1997). A estética da criação verbal (2a ed.). Trad. M. E. Pereira.São Paulo: Martins Fontes. BAXTER, J. (2002). Competing discourses in the classroom: a post- structuralistdiscourseanalysisofgirlsandboysspeechinpubliccontexts. Discourse and Society, 13 (6), 827-42. BHABHA,H.K. (1998).O local da cultura.Trad.M.Ávila,E.L.Reis y G.R. Gonçalves. Belo Horizonte: Editora UFMG. BOURDIEU, P. (1990). In other words: Essays toward a reflexive sociology. Cambridge:Polity Press. BOURDIEU, P. (1999).A dominação masculina.Trad. M. H.Kühner.Rio de Janeiro: Bertrand Brasil. CALDAS-COULTHARD, C. R. y COULTHARD, M. (Eds.) (1996). Texts and practices.London and New York: Routledge. Izabel Magalhães selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 40. !' CAMERON, D. (1995).Verbal hygiene.London:Routledge. CAMERON,D. (1997).Performinggender identity:Youngmen´stalkandthe constructionofheterosexualmasculinity.EnS.Johnsony U.H.Meinhof (Eds.), Languageandmasculinity (pp. 47-64). Oxford: Blackwell. CHOULIARAKI, L. y FAIRCLOUGH, N. (1999). Discourse in late modernity: Rethinking critical discourse analysis. Edinburgh: Edinburgh University Press. DEL PRIORE, M. (1993). Ao sul do corpo: Condição feminina, maternidades e mentalidades no Brasil colônia. Rio de Janeiro: José Olympio; Brasília: Editora Universidade de Brasília. GIEVE, S. y MAGALHAES, I.(Eds.), Power, ethics,and validity. Issues in the relationship between researcher and researched. Lancaster University, UK: CRILE Occasional Report. GRADDOL, D. y SWANN, J. (1989). Gender voices.Oxford and Cambridge: Blackwell. EAGLETON,T. (1997).Ideologia:Uma introdução.Trad.L.C.Borges and S. Vieira. São Paulo: Editora da Universidade Estadual Paulista; Editora Boitempo. FAIRCLOUGH, N. (1985). Critical and descriptive goals in discourse analysis. Journal of Pragmatics, 9, 739-63. — (1989).Language and power.London and New York:Longman. — (1992).Discourse and social change.Cambridge:Polity Press. — (1995a). Critical discourse analysis:The critical study of language. London and New York: Longman. — (1995b). Media discourse. Oxford: Edward Arnold. — (2000). New labor; New language? London: Routledge. — (2001).The dialectics of discourse.Textus,XIV (2),3-10. — y Wodak,R.(1997).Critical discourse analysis.EnT.A.van Dijk (Ed.), Discourse as social interaction (pp.258-284).London,Thousand Oaks, New Delhi: Sage. FOUCAULT, M. (1980). Power/Knowledge. Ed. C. Gordon. New York: Harvester Wheatsheaf. — (1985).História da sexualidade.Vol.I.(6a ed.).Trad.M.T.Albuquerque y J. A. Albuquerque. Rio de Janeiro: Edições Graal. — (1987). A arqueologia do saber (3a ed.).Trad.L.F.Neves.Rio de Janeiro: Forense-Universitária. — (1988).Vigiar e punir (6a ed.).Trad.L.M.Vassallo.Petrópolis:Vozes. FOWLER,R., HODGE,B., KRESS,G.,y TREW,T.(1979). Language and con- trol. London: Routledge Kegan Paul. GIDDENS, A. (1991). Modernity and self-identity: Self and society in the late modern age.Cambridge:Polity Press. GIDDENS, A. (1992). The transformation of intimacy: Sexuality, love eroticism in modern societies. Cambridge and Oxford: Polity Press and Blackwell. Análisis crítico del discurso e ideología de género selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 41. HALL, S. (1997). A identidade cultural na pós-modernidade. Trad. T. T. da Silva y G. L. Louro. Rio de Janeiro: DPA. — (2000). Quem precisa da identidade? Trad. T.T. da Silva. En T. T. da Silva (Ed.), Identidade e diferença (pp. 103-33).Rio de Janeiro:Vozes. HALLIDAY,M.A.K.(1994).AnintroductiontoFunctionalGrammar.London: Edward Arnold. HARVEY, D. (1992). Condição pós-moderna. Trad. A. U. Sobral y M. S. Gonçalves. São Paulo: Edições Loyola. HASAN,R. (1996).Waysofsaying.Waysof meaning.Selectedpapers.London: Cassell. HODGE, R. y KRESS, G. (1988). Social semiotics. Cambridge: Polity Press; Ithaca: Cornell University Press. HORKHEIMER, M. y ADORNO, T. W. (1970). Teoria Tradicional e Teoria Crítica.En Textos Escolhidos (pp.31-68).São Paulo:Abril. JAWORSKI,A.y COUPLAND,N.(Eds.) (1999).TheDiscourseReader.London and New York: Routledge. KENNEDY, E. (1978). A ´philosophe´ in the Age of Revolution: Destutt de Tracy and the origins of ´ideology´. Philadelphia: The American Philosophical Society. LACLAU,E.y ZAC,L.(1994).Minding the Gap:The Subject of Politics.En E. Laclau (Ed.), The Making of Political Identities (pp.11-39).London y New York:Verso. LARRAÍN,J.(1983).Marxism and Ideology.London:Macmillan. LAZAR, M. (2000). Gender, discourse and semiotics: the politics of perenthood representations. Discourse Society, 11 (3), 373-400. LENIN,V. I. (1969). What is to be done? Burning questions of our movement. New York:International Publishers. LOURO, G. L. (1997). Gênero, sexualidade e educação: Uma perspectiva pós- estruturalista (2a ed.).Petrópolis:Vozes. LUKÁCS, G.(1971). Historyandclassconsciousness:Studiesinmarxistdialectics. Trad.R.Livingstone.London:Merlin Press. MAGALHÃES, M. I. (1985). The rezas and benzeções: Healing speech activities in Brazil.Lancaster University,U.K.,Ph.D.Dissertation. — (1991). Discurso da mulher à Nova Constituição do Brasil. En S. Monclaire (Ed.), A Constituição Desejada (pp. 143-186). Brasilia: Se- nado Federal. — (1995). A critical discourse analysis of gender relations in Brazil. Journal of Pragmatics, 23, 183-197. — (2000a). O discurso do outro e a identidade da mulher: Da colonização à década de 1990. En D. L. de Barros (Ed.),Os discursosdodescobrimento (pp. 207-222). São Paulo: Editora da Universidade de São Paulo. — (2000b). Eu e tu: A constituição do sujeito no discurso médico. Brasilia: Thesaurus. Izabel Magalhães selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 42. — (2002).The technologisation of discourse and the semiotic construction of gender identity. II International Conference on Gender and Language/Igala.Lancaster University,U.K. — (En prensa) Interdiscursivity,gender identity and the politics of literacy. En M.Lazar (Ed.), Critical discourse analysis and gender. MANNHEIM, K. (1936). Ideology and utopia: An introduction to the sociology of knowledge.Trad. L.Wirth y E. Shils. London: Routledge y Kegan Paul. MARX,K.y ENGELS,F.(1970).Thegermanideology.Part1.Ed.C.J.Arthur. London: Lawrence Wishart. MEY, J. L. (2001). Pragmatics: An introduction (2a ed.). Malden, Mass., USA;Oxford,U.K.:Blackwell. MOITA LOPES, L.P. (2002).Identidades Fragmentadas.Campinas:Merca- do de Letras. RORTY,R. (1996).Feminismo,ideologia e desconstrução:Uma visão prag- mática.EnS.Zizek(Ed.),Ummapadaideologia.Trad.V.Ribeiro.Riode Janeiro: Contraponto. STREET, B. (1984).Literacy in theory and practice.Cambridge: Cambridge University Press. STREET,B. (1995).Social literacies.London and New York:Longman. SUÁREZ, M. y BANDEIRA, L. (Eds.) (1999). Violência, gênero e crime no Distrito Federal.Brasília:Paralelo 15;Editora Universidade de Brasília. THOMPSON, J. B. (1990). Ideology and modern culture. Cambridge: Polity Press. VAN DIJK, T. A. (Ed.) (1985). Handbook of discourse analysis. 4 vols. New York:Academic Press. (1986). Racism in the press. London: Edward Arnold. (1998). Ideology: A multidisciplinary approach. London: Sage. WIDDOWSON, H. (2000). Critical practices: On representation and the interpretation of text. En S. Sarangi y M. Coulthard. (Eds.), Discourse andsociallife(pp.155-169).Harlow,Essex:Pearson Education Limited. WODAK, R. (2001). What CDA is about: A summary of its history, important concepts and its developments. En R. Wodak y M. Meyer (Eds.),Methodsofcriticaldiscourseanalysis(pp.1-13).London,Thousand Oaks and New Delhi: Sage. — y Meyer,M.(Eds.) (2001).Methodsof critical discourseanalysis.London, Thousand Oaks and New Delhi: Sage. Análisis crítico del discurso e ideología de género selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 44. ! Este documento se propone sintetizar algunas reflexiones en tor- no a los alcances del análisis crítico del discurso y de la teoría de las representaciones sociales, para la compresión de la cultura. Así, explora la relación que puede ser elaborada desde la psicología cognitiva, la psicología cultural y el análisis crítico del discurso. La relación entre la teoría de las representaciones sociales y los estudios del discurso se ha venido formulando recientemente, en particular desde que la lingüística discursiva integró la cognición social a la explicación del sentido de la comunicación humana, como un núcleo de la investigación. Los trabajos más recientes de investigadores como van Dijk (1999, 2002, 2003) ponen en evi- dencia que la explicación de los discursos sociales tienen una es- tructura triádica e interdisciplinaria en la que confluye lo social, lo cognitivo y lo propiamente discursivo. En otra perspectiva, tra- bajos como los de Moscovici (1993, 2001) señalan que la com- prensión de las representaciones sociales puede dimensionar el carácter social del conocimiento cuando se pretenden formular explicaciones coherentes sobre la cognición social y el papel de éstas en las formas de construcción de la cultura desde el discurso. Un aspecto que se considera nuclear y que se constituye en punto de partida en el intento por poner en relación el análisis crítico del discurso (ACD) y la teoría de las representaciones so- ciales (TRS) hace referencia a su convergencia en la cognición Neyla Pardo Abril UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA Análisis crítico del discurso y representaciones sociales: un acercamiento a la comprensión de la cultura1 1 Esta reflexión forma parte de la investigación «Discurso, Representacio- nes Sociales y Cultura: La impunidad en la prensa Colombiana». selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 45. social como fuente estructuradora del conocimiento de un grupo humano. Así, mientras las representaciones sociales (RS) dan cuen- ta de un conocimiento social internalizado que guía y facilita el procesamiento de la información social,el ACD explora una prác- tica socio-cognitiva que estructura y construye formas de saber individual y colectivo que circulan socialmente como interacciones discursivas. En este sentido, los discursos y las RS son conceptuali- zados en la memoria personal y social con una estructura y orga- nización interna. Otra consideración interesante, en esta exploración, pone en evidencia que las RS enfatizan el uso de vías cognitivas en el pro- cesamiento de la información social, en tanto que la TRS y el ACD convergen en la necesidad de ser definidos como estructu- ras portadoras de dimensiones normativas, afectivas y evaluativas inherentes. En este sentido, son expresiones portadoras de cono- cimiento social internalizado; tienen funciones de procesamien- to, organización y almacenamiento en la memoria y guían la se- lección, el significado y la evaluación de la información y el cono- cimiento social (Jodelet, 1984). Se entiende, sin embargo, que el ACD y la TRS se encuentran articulados en diferentes niveles de explicación. La teoría de las representaciones sociales trata de comprender el funcionamiento psicológico social e individual, al crear vínculos con los procesos sociales y colectivos y las funciones de procesamiento de las re- presentaciones sociales, que pueden ser incorporadas a los mode- los de procesamiento de información. El ACD, por su parte, se aproxima, en una de sus dimensiones, a explicitar dos hechos; por una parte, la manera como los hablantes utilizan repertorios socioculturales de conocimiento para poner en evidencia saberes socialmente compartidos, garantía en el proceso de comprensión mutua y, por otra, la construcción y reproducción de la cultura, en el que se implican procesos mentales estratégicos y constructivos. La confluencia de la TRS y del ACD, en la búsqueda por la comprensión de la cultura en el discurso y desde el discurso, indi- ca la necesidad de explicar la interacción comunicativa humana como el proceso que hace posible que una persona y los grupos a los que pertenece, produzcan y comprendan los contenidos cognitivos circulantes en el discurso. En la acción comunicativa, las personas se anticipan a los saberes que comparten, en términos de los contenidos cognitivos y de su estructura; de hecho, asumen Neyla Pardo Abril selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 46. # grados de conocimiento consensual como condición para la interacción social y la comunicación. Las RS hallan concreción a través del discurso, dado que los elementos que las constituyen y las configuran son lo suficien- temente diversos para lograr «realidad social». El discurso, en cuanto forma de conocimiento, moviliza, construye y expresa las RS y, por supuesto, también hace parte de su transformación y negociación. Posibles contribuciones de laTeoría de las Representa- ciones Sociales al Análisis Crítico del Discurso Las representaciones sociales se explican como «teorías» que los individuos tienen acerca de la naturaleza de los eventos, los obje- tos y las situaciones dentro de su mundo social. Este concepto está relacionado con la manera en que las estructuras de conoci- miento existentes se usan para familiarizar y contextualizar la realidad social. En la teoría de las representaciones sociales el an- claje es el proceso por el cual lo extraño o novedoso resulta fami- liar, por medio de comparaciones con las clasificaciones y catego- rías más conocidas y usadas por los individuos. La comparación y categorización de los fenómenos sociales extraños o novedosos con categorías similares son funciones de procesamiento esencial de las RS. Estas permiten que todo aque- llo que resulte perturbador y extraño pueda ser aprehendido en la red personal de agrupaciones y sea posible su comparación con lo que se ha incorporado como típico de una clase determinada. Esto es, en el proceso de categorización, las unidades comparadas, jerarquizadas y clasificadas siguen un mecanismo general que da cuenta de rasgos inherentes y medulares de la cognición humana. En el marco de la TRS, los procesos de clasificación y categorización son elementos del funcionamiento cognitivo indi- vidual, de manera que el anclaje es en esencia un proceso social, en el que las categorías de comparación se gestan y viven en la vida social y cultural del individuo, cuya experiencia está inserta en la tradición cultural de su comunidad. En este sentido, las RS son estructuras que reflejan la realidad histórica y cultural. El carácter mnemotécnico de las RS facilita que se estructure Análisis crítico del discurso y representaciones sociales selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 47. $ y recupere la información social compleja. Imágenes, valores, ideas, categorías, que son reconocidas con facilidad y a las que mucha gente dentro de un grupo responde rápidamente, pueden ser una característica distintiva de una RS. En este sentido, son suscepti- bles de ser caracterizadas por cierto grado de procesamiento no controlado y automático, que permite presuponer un procesa- miento y reconocimiento más rápido. Este rasgo de las RS es, sin duda, un punto que se articula al ACD, si se tiene en cuenta el papel que desempeñan las imágenes, los valores, las creencias y las ideas, en general, en la configuración de los discursos propios de una cultura. Los procesos de clasificación y designación inherentes al an- claje, no sólo son un proceso cognitivo, sino que implican un proceso evaluativo. Moscovici (2001) señala que las categorías sociales se caracterizan por poseer valor axiológico de forma inhe- rente. Este punto de partida explica la imposibilidad de la neu- tralidad, ya que cada objeto y ser tiene un valor positivo o negati- vo, ocupa un lugar jerárquico claramente identificable y, en con- secuencia, es registrado de una manera específica en su grupo social. Así, al leer una noticia, es obvio que no se están simple- mente estableciendo y reconociendo los hechos sociales, sino que en realidad se evalúa y etiqueta a las personas, los grupos, los acontecimientos y los fenómenos y, al hacer esto, se evidencia una «teoría» sobre la naturaleza, la sociedad y el hombre mismo. Así, en el Extracto 1, las unidades de evaluación y cognición se configuran como estereotipos2 de los grupos sociales dentro de la cultura. Este conocimiento, sin embargo, no es entendido ni equiparado con el prejuicio hacia grupos particulares. El prejui- cio hacia un grupo está determinado por el grado en que una persona o comunidad acepta o aprueba estereotipos. En el ejem- plo en cuestión, el lector se enfrenta a «La Coalición Pro Dere- chos Humanos, el presidente de la república, los grupos 2 Como lo indican Augoustinos y Walker (1995), los estereotipos son estructuras cognitivas y afectivas objetivadas sobre grupos sociales, que son ampliamente compartidos y que emergen y proliferan dentro de un entor- no particular, social y político en un momento histórico dado; en este senti- do, son RS. Los estereotipos se construyen social y discursivamente en el transcurso de la comunicación cotidiana y, una vez objetivados, asumen una realidad independiente y algunas veces prescriptiva. Neyla Pardo Abril selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 48. % paramilitares-los militares», categorías que se articulan dentro de las estructuras de conocimiento de una persona o de un grupo social dado y que son objeto de distintos niveles de representacio- nes consensuales. De esta manera, en el nivel colectivo, el conteni- do de los estereotipos acerca de los distintos sectores sociales involucrados en el conflicto armado en Colombia puede ser am- pliamente compartido dentro de un sector de la sociedad; sin embargo, al explorar niveles intergrupales e individuales, estos estereotipos están valorados de forma diferente, aun cuando la noticia proponga una forma muy específica de organizar y eva- luar los distintos sectores involucrados. EXTRACTO 1 Cada año más de 30.000 colombianos mueren a causa de la violencia, y el 98% de estos casos permanecen en la impuni- dad. Así lo manifestó ayer la Coalición Pro Derechos Huma- nos en Colombia que, en carta abierta dirigida al presidente de la República, Ernesto Samper Pizano, le expresan su pre- ocupación por la sistemática violación de los derechos huma- nos en el país, y le exigen que desmonte los grupos de paramilitares y los mecanismos de impunidad porque «cobi- jan a militares implicados en la creación, entrenamiento y di- rección de estos grupos».3 Las RS están estructuralmente compuestas por un número de elementos interdependientes y jerárquicos que se organizan y agrupan alrededor de un núcleo. El núcleo tiene dos funciones esenciales: una función cognitiva, que unifica y estabiliza los vín- culos en la representación, y una función social en la que el nú- cleo determina el significado y el valor de los elementos variables y periféricos en la representación para crear y mantener entidades colectivas (Abric, 1993). En el procedimiento analítico, la teoría de las representaciones sociales se propone investigar las diferencias de los grupos sociales en la organización estructural de las representaciones y buscar las funciones sociales e ideológicas subyacentes en esas estructuras. Este tipo de conocimiento, sobre la manera como se organizan y valoran 3 El Espectador, 16 de enero de 1998. «Denuncia en Canadá sobre D.H. Judicial». Análisis crítico del discurso y representaciones sociales selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 49. subgrupos e intergrupos en una comunidad, refleja formas do- minantes de ser percibidos y, en consecuencia, maneras de esta- blecer relaciones sociales, las cuales se materializan esencialmente en la acción, el discurso y la comunicación. Moscovici (1993) establece que las RS son estructuras diná- micas y cambiantes. Esto implica que al interior de los grupos humanos haya una continua renegociación de las representacio- nes sociales, fenómeno que ocurre durante el curso de la interacción y la comunicación de los individuos y de los grupos. En este sentido, las estructuras cognitivas se hallan relacionadas, en alguna medida, con los contextos que determinan cambios y modificaciones derivados de ciertas restricciones situacionales o experiencias que contradicen o fortalecen experiencias previas. El carácter dinámico de las RS garantiza su constante fu- sión, ruptura e interacción con otras estructuras semejantes que, en el ciclo de su existencia, una vez que se transforman en enti- dades materiales y objetivas, parecen fosilizarse incorporándose a las formas de conocimiento más generalizado en un grupo y que, con frecuencia, se agrupa como conocimiento de sentido común. Sin embargo, como lo señalan Augoustinos y Walker (1995), después de un periodo de aceptación incuestionable o fosilización, las fuerzas sociológicas o históricas subsecuentes pueden actuar para renegociar o transformar totalmente estas estructuras. El conjunto de elementos previos permiten señalar con van Dijk (1990) que las RS se distribuyen en el discurso y que los procesos de reproducción de las cogniciones sociales son proce- sos de representación cognitiva ubicados socio históricamente, cuya movilidad y existencia ocurren fundamentalmente en la acción comunicativa, donde con el uso se adquieren, transfor- man o desaparecen. En este sentido, el ACD es un recurso teó- rico metodológico que permite desentrañar contenidos, estrate- gias y estructuras inherentes a las RS que, a su vez, develan formas de conocer y explicar la realidad en un grupo determi- nado, a partir de lo cual es posible la comprensión de una cultu- ra específica. Neyla Pardo Abril selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 50. ' El ACD y sus relaciones con las distintas formas de conocimiento social Los estudios lingüísticos más contemporáneos han incluido, en- tre los aspectos centrales para la explicación del lenguaje humano, el conocimiento y los procesos cognitivos como un elemento cen- tral que da cuenta de los factores involucrados en la actividad comunicativa. La lingüística cognitiva tiene como eje de sus reflexiones la hipótesis de que el lenguaje es parte integral de la cognición y que los procesos de interacción comunicativa se integran a facto- res individuales y sociales; estos hechos deben explicarse como formas de conceptualización y parte del proceso mental. En esta perspectiva se encuentran investigaciones como las de Turner y Fauconnier (1995), Lakoff (1987), entre otros. En la teoría de la metáfora, propuesta por Lakoff y Johnson (1998), Johnson y Lakoff (1999), por ejemplo, el significado se organiza y explica a partir de una concepción enciclopédica, en la que existen sistemas de convencionalización que dan paso a la construcción de modelos cognitivos de distinto orden: imagen, metafóricos, metonímicos, simbólicos y proposicionales. Cada uno de estos modelos hace posible abstracciones, proyecciones y aso- ciaciones conceptuales, en las que confluye nuestra corporeidad e interacción con el entorno social, y se constituyen en maneras de razonar en torno a nuestra naturaleza y a la realidad social. El ACD ha señalado que en la producción y comprensión del discurso se involucran todas las formas de conocimiento humano que hacen posible el proceso de significar y de organizar la acción social. Cuando el analista identifica formas concretas de lexicalización o de variación estilística, por ejemplo, reconoce no sólo tipos de conocimiento social y maneras específicas de repre- sentarlo sino que, además, da cuenta de modos de jerarquizar y valorar el saber individual y colectivo en el discurso. Categorías y nociones como topicalización, coherencia, implicación, presupo- sición, estructuras esquemáticas, roles discursivos y contexto, en- tre otras propiedades del discurso, implican, para su explicitación y comprensión, un componente de conocimiento individual y social que, a su vez, contribuye a hacerlo explícito. El conocimiento, en el marco del ACD, se constituye en un Análisis crítico del discurso y representaciones sociales selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 51. # recurso mental y social que es adquirido, compartido y usado por las personas, los grupos, las instituciones y las organizaciones en la interacción comunicativa. Es en la conversación y en las distin- tas formas de discurso en donde se establece la base cultural, gé- nesis de las creencias, opiniones, actitudes y, en general, de las formas de saber colectivo. El conocimiento colectivo garantiza, así, que los grupos humanos formulen acuerdos generales, cons- truyan sentido común o participen de la cognición, hechos que definen la dimensión social del conocimiento. En este sentido, el conocimiento compartido define el conjunto de presuposiciones que garantiza la comprensión mutua y se configura como el capi- tal simbólico de los distintos grupos humanos. Las distintas formas de cognición social circulantes en el dis- curso propio de una cultura o grupo específico ponen en eviden- cia tipos de conocimiento y sus características; así, el conocimien- to puede tener carácter dominante o alternativo; oficial, subversi- vo o legítimo. La dimensión cultural del conocimiento da cuenta de las comunidades epistémicas en la medida en que son grupos de acción, pensamiento y discurso. En este sentido, el conoci- miento define pertenencia, identidad y rol en el grupo del cual se forma parte. Lo que se ha venido indicando señala la inevitable relación entre el ACD, la cognición social y las diversas maneras de repre- sentación social. La primera y más evidente se relaciona con la tarea y el objetivo central del ACD, a saber estudiar la reproduc- ción discursiva de dominación (el abuso de poder) y sus conse- cuencias en la desigualdad social. Explicitar las distintas relacio- nes de poder social implica identificar las formas de acceso y con- trol de los recursos sociales de orden material y simbólico. Entre estos últimos, son de especial interés el conocimiento, el acceso y el control al discurso público. Esto exige analizar y reconocer los distintos grupos en una comunidad, discernir en torno a subgrupos, instituciones y organizaciones, que son percibidas como podero- sas, para deducir quiénes manejan los distintos tipos de saber y disponen de mejores y mayores recursos para expresar y hacer circular su conocimiento en el discurso público. En esta perspectiva, la interacción discursiva humana implica, con claridad, procesos cognitivos individuales y colectivos articu- lando, como lo señala van Dijk (1999), actores individuales y grupales, así como las estructuras sociales en términos de la cog- Neyla Pardo Abril selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 52. # nición y sus RS. En este sentido, la cognición social es el sistema de estructuras y funcionamientos cognitivos que son adquiridos, usados, creados y transformados contextualmente por los actores sociales y que es compartido por los miembros de grupos, organi- zaciones y culturas (Augoustinos y Walker, 1995). El sistema constitutivo de la cognición social está conformado por subsistemas, en los que se incluyen el conocimiento, las acti- tudes, las ideologías, las normas, los valores y, en general, los dis- tintos tipos de RS, así como el conjunto de estrategias y recursos lingüísticos y comunicativos que se articulan al discurso y demás prácticas sociales. Es decir, la cognición social integra aspectos cognitivos, culturales y otras propiedades fundamentales de la «mente social». Para el ACD, identificar las distintas expresiones posibles de la cognición social hace posible examinar en el discurso las diver- sas maneras de acceder a la cultura de un pueblo. En este sentido, resulta prioritario examinar los distintos tipos de conocimiento social. Un primer criterio consiste en determinar quiénes com- parten un determinado conocimiento, para identificar si es interpersonal, grupal o intergrupal; para luego determinar, desde un segundo criterio, si ese conocimiento es compartido discursivamente y en qué tipo y modo discursivo circula de ma- nera predominante. Este último criterio permite establecer parámetros para determinar qué sector socio-cultural se aborda; por ejemplo, si es o no posible reconocer saberes nacionales o universales construidos, reproducidos o transformados por los medios masivos de comunicación social. Van Dijk (1999) establece dos tipos de conocimiento, especí- ficos y generales. Desde su punto de vista, el conocimiento perso- nal, apropiado y construido desde las experiencias propias del sujeto, tiende a ser específico y se recupera en la memoria episódica; el conocimiento general, por su parte, tiene relación con formas de saber que se elaboran grupal o socialmente a partir de, por ejemplo, eventos históricos compartidos por los miembros de un grupo, nación o cultura y se instalan en la memoria social. En este sentido, el conocimiento socialmente compartido es, normalmente, general. Para este investigador, el conocimiento es una estructura mental que se representa esquemáticamente de diversas formas. Así, las experiencias personales, como los recuerdos biográficos, normalmente se representan en modelos mentales tales como los Análisis crítico del discurso y representaciones sociales selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017
  • 53. # esquemas de evento. Por su parte, el conocimiento general y so- cialmente compartido puede representarse en esquemas de even- to-acción, marcos o esquemas de otros tipos, que constituyen las RS propiamente dichas. En esta perspectiva, y siguiendo a van Dijk (2002), el conoci- miento compartido, social o culturalmente, es el resultado de un proceso de aprendizaje y presupone el discurso público. Es nor- mal que se represente en la memoria social y se constituya en un requerimiento de primer orden en la comprensión de todos los significados sociales y para la construcción de modelos mentales, esto es, de las interpretaciones personales del discurso por parte de los miembros de una comunidad o de un grupo. Es decir, la comprensión y producción del discurso involucran el uso, cambio o actualización de los distintos tipos de conocimiento personal y social. En este proceso, se requiere la activación de los saberes implícitos, que se comparten social y culturalmente. Para el ACD resulta, por lo tanto, central establecer qué tipo y cantidad de conocimiento se hace necesario para producir y com- prender, por ejemplo, la siguiente noticia que circula en un perió- dico colombiano a propósito de la guerra y las violaciones que cometen los distintos actores del conflicto: EXTRACTO 2 Explicó también que el Gobierno seguirá impulsando la re- forma a la Justicia Penal Militar, con el fin de que los delitos de lesa humanidad y los crímenes de guerra cometidos por agentes de las Fuerzas Armadas queden excluidos del fuero penal militar. Bell resaltó que ayer el Gobierno suscribió el estatuto de la Corte Penal Internacional y anunció que pro- moverá su ratificación a través de una ley en el Congreso. Esto hace parte de la política de respeto y acatamiento al Derecho Internacional Humanitario.4 ¿Qué conocimiento es necesario para que el lector comprenda esta noticia? Hipotéticamente, se necesita activar todo lo que los colombianos sabemos sobre la guerra, las violaciones al DIH, los actores implicados, los distintos tipos de regulación judicial de 4 El Espectador, 11 de diciembre de 1998. «Gobierno pide a la ONU mantener oficina del alto comisionado de D. H.». Neyla Pardo Abril selah1309@hotmail.com 18 Mar 2017