1. PORTUGAL. 24 DE ABRIL. REVOLUCIÓN DE LOS CLAVELES
La Revolución de los Claveles (en portugués: Revolução dos
Cravos o, mucho más frecuentemente, O 25 de Abril) es el
nombre dado al levantamiento militar del 25 de abril de 1974 que
provocó la caída de la dictadura salazarista, que dominaba
Portugal desde 1926. El fin de este régimen, conocido como
Estado Novo, restauró la democracia en Portugal y permitió que
las últimas colonias portuguesas lograran su independencia antes
de que acabara 1975. Tras una larga guerra colonial en Angola y
Mozambique, Portugal se convirtió en un Estado democrático de
derecho liberal.
2. El dictador Antonio de Oliveira y Salazar y su sucesor Marcelo Caetano. Caetano abandonó
el poder con el triunfo de la Revolución de los Claveles.
3. Guerra colonial portuguesa en Angola y Mozambique
El descontento de los militares portugueses
por la evolución de la guerra contra los
independentistas angoleños y
mozambiqueños influyó mucho en la
participación y protagonismo del ejército
portugués en el golpe de estado
4.
5. La revolución comenzó a las 22:55 horas del 24 de abril, con la muy
conocida canción «E depois do Adeus», de Paulo de Carvalho. A las
0:25 horas del 25 de abril, la Rádio Renascença transmitió «Grândola,
Vila Morena», una canción revolucionaria de José Afonso, prohibida
por el régimen que llegó a convertirse en una especie de himno de la
revolución . Era la segunda señal pactada por el MFA (Movimiento de
las Fuerzas Armadas) para ocupar los puntos estratégicos del país,
mediante una serie de coordinaciones fijadas por un puesto de
mando establecido por el mayor Otelo Saraiva de Carvalho en el
cuartel de la Pontinha en Lisboa.
José Afonso
6. Horas más tarde, el régimen dictatorial se derrumbó cuando, a
partir de las 01:00 horas del 25 de abril, las guarniciones de las
principales ciudades (Oporto, Santarém, Faro, Braga, Viana do
Castelo) decidieron seguir las órdenes del MFA,
ocupando aeropuertos y aeródromos, así como tomando las
instalaciones del gobierno civil. De hecho, fuera de Lisboa la
situación discurrió con sorprendente calma, y a lo largo de la
madrugada las autoridades del Estado Novo perdieron el control
del país sin resistencia.