Seis historias de emigrantes de Abárzuza contadas en seis imágenes. Proyecto "Yo voy, tú vienes". 3º, 4º, 5º y 6º de EP del CPEIP de Abárzuza. Abril 2017
2. Emigré a otro
país para
viajar,
adquirir
nuevas
experiencias
y aprender
inglés.
3. Cuando me fui a Londres, mis
padres no me apoyaron mucho.
No querían que me fuera. El resto de
la familia lo aceptó mejor.
4. Cuando llegué a
Londres, hubo
mucha gente que
me ayudó.
Tuve mucha suerte
de encontrar gente
muy amable y
dispuesta
a ayudarme, desde
la compañera de
avión hasta el
taxista o los
vecinos/as.
5. Al principio vine a Londres de au-pair girl y viví con la familia
durante 9 meses además de ir a la escuela de lenguas por las
tardes. Todo esto me ayudó a valerme, pero naturalmente, me costó
mucho más tiempo aprender la lengua.
El clima, obviamente es distinto al de España, pero lo que más
echo en falta es el sol y los cielos nutridos y azules de Abárzuza.
La comida es diferente y sobre todo los horarios de las comidas.
Además aquí la comida fuerte es por la noche.
6. Hay aspectos positivos y negativos en los dos
países y los dos tienen su propia belleza.
En cualquiera de los dos países vas a echar de
menos algo del otro.
7. Me gusta vivir
en Londres, al
final te
acostumbras y
eres feliz donde
quiera que
estés, aunque
siempre echas
en falta tu
tierra.
9. Cuando me casé con Philippe perdí mis apellidos españoles y oficialmente
ahora es Mazier. En aquellos años no tuve la posibilidad de guardar mis
apellidos y añadir el de mi marido.
Mi primer viaje fue de 12 horas, de Abárzuza a Saint Just en Chaussée.
10. Emigré en octubre de 1983 con 21 años, aunque prefiero
decir que acompañé a mi marido a su tierra para vivir
una nueva experencia.
11. Fui con mi marido, pero con muchos recuerdos y con muchos
sentimientos. Mi familia confió en mi decisión, nunca las vi
tristes ni llorar cuando me iba. Más tarde supe que la
preocupación y la angustia les invadía en aquellos años, ya
que fuera del país era un mundo desconocido.
12. Sabía que si necesitaba hablar o me sentía sola, ahí estaban ellos para
ayudarme y viceversa.
Hablábamos horas y horas de nuestras vidas en el pueblo y anécdotas
vividas en la calle a las horas de la fresca.
13. Aunque tenía una base de francés del colegio, no
siempre cuando salía a la compra volvía con lo que
necesitaba. Poco a poco, me hice conocer y siempre
hay gente que te ayuda.
14. En Estella trabajaba en el Hospital como auxiliar, y aquí
pasé a trabajar de auxiliar a domicilio.
Nací en Abárzuza un 10 de marzo, y mi deseo es descansar
para siempre en Abárzuza.
16. Me movió la curiosidad
de conocer la cultura
alemana y aprender
mejor el idioma.
A finales de los años 90 los precios eran bastante altos porque no
había tantas compañías aéreas, ni tanta oferta. Por eso, durante
aquellos años hice algunos viajes en autobús de Bremen (norte
de Alemania) a San Sebastián.
17. Me costó aprender la lengua
alemana, aunque fui
teniendo un nivel básico de
alemán.
También me costó perder la
vergüenza a hablar,
sabiendo que se están
haciendo fallos. La idea era
estar un año fuera, pero a
fecha de hoy ya son veinte.
18. He vuelto a Abárzuza de vacaciones
siempre que he podido. Me gusta mucho
estar allí, por la gente, por la
naturaleza y por ser un pueblo tan
activo.
19. El clima me sigue pareciendo
algo duro porque el invierno
es largo y a menudo nublado.
20. Me gusta vivir en
Alemania, aunque
echo de menos
España por mi
familia y mis amigos.
22. Emigré porque no
tenía trabajo y
porque tenía
verdaderas ganas
de aprender inglés
y conocer Estados
Unidos.
23. Encontré mucha ayuda, especialmente la
de mi tío que vivía allí. También me
ayudaron los vecinos y los amigos/as.
24. El primer año no me admitieron en
el colegio ni en la universidad,
porque no sabía inglés. Entonces me
apunté a unas clases para adultos.
Pero iban muy despacio porque
había muchos inmigrantes sobre
todo de México. A mí lo que más me
ayudó a aprender inglés fue hablar
con las personas y ver las noticias
en la televisión porque hablaban
muy claro.
25. Tuve mucha suerte, estuve estudiando y me llamaron para ser
profesora de un aula en un colegio. Entonces me pidieron que
me sacara un título de emergencia para el trabajo y fui a coger
los papeles, los conseguí un viernes y el lunes ya estaba en mi
clase. Allí estuve 12 años.
26. Venía a Abárzuza todos los años. El primer año no pude
venir, pero a los siguientes años sí. Las madres del colegio de
Abárzuza, me pidieron dar clases de inglés a los niños y
niñas de la escuela.
27. Tuve malos y buenos momentos en California,
entonces no voy a elegir, me quedo con las dos.
30. Es duro porque la
situación estaba aquí
muy mal, e ibas a un
reto nuevo, sin conocer
la cultura ni la gente.
Hablar el mismo
idioma en los dos
países es favorable ya
que cuando vas allá,
puedes comunicarte
con todas las personas.
31. Al llegar a México
seguí con los
estudios, estuve en
el Instituto Potosí y
me hacían llevar
uniforme. Seguí
estudiando hasta
los 18 años.
Luego en los
veranos trabajaba
un poquito para
ver lo que valía
ganar las cosas.
32. Viví el viaje con
mucha ilusión,
porque cuando tienes
8 años todo es nuevo.
Es como una isla, una
aventura. Luego te das
cuenta de que has
dejado atrás a tus
amigos de toda la
vida, tu hogar, tu
familia y tu sitio
donde naciste.
Cambia todo, tus
costumbres, tu
comida...
33. Volví justo el día que
cumplí los 18 años, porque
me tocaba el permiso
militar y tenía que elegir
entre obtener la doble
nacionalidad o seguir aquí.
Yo quería volver.
Mi hermana además se casó
allí y mi madre se asustó
un poquito y no le gustó.
Vine con 18 años recién
cumplidos.
34. Es muy difícil elegir
entre los dos países. Yo
tengo el corazón partido.
Me encanta donde
vivimos y nuestra
cultura. Creo que no se
vive en ningún sitio del
mundo cómo se vive en
Abárzuza.
Pero México me encanta.
La cultura mexicana es
increíble: la comida, la
educación, la gente... se
vive genial y hay
seguridad.
36. Emigré a otro país por la falta de oportunidades
profesionales que tenía en España. Pero también
porque quería viajar, aprender otras culturas, ser
capaz de trabajar en todo el mundo con gente de todo
el mundo. Quería abrir la mente, mejorar, ser más
competente... y ser feliz.
37. El viaje fue en avión. Fui
con un amigo del instituto.
Nuestro itinerario fue
Madrid - Vancouver con
una escala de un día en el
aeropuerto de Gatwick
(Londres).
El viaje fue terriblemente
largo y duro, donde
pasamos mucha miseria,
mal comimos y mal
dormimos. Todo ello en una
atmósfera en la que
nadie podía hablar nuestro
idioma. Esta fue la primera
situación en la que nos
dimos cuenta de la
importancia de hablar
inglés.
38. Mi familia
entendió mi
decisión de salir
al extranjero,
aun sabiendo lo
duro de vivir en
la lejanía. En
este caso a
12.000 km de
distancia.
39. Llegar a un nivel básico de inglés que me permitiera
trabajar con eficacia me costó alrededor de un año. En
los primeros meses aprecié una evolución muy rápida
que luego se fue estabilizando.
El clima fue duro
debido a la cantidad
de lluvia.
A la comida nunca me
costó mucho adaptarme
porque donde hay huevos y
patatas... hay tortilla de
patata.
40. Mi primer trabajo lo encontré a los 6 meses. Fue de dishwasher
(Lavaplatos). Este trabajo fue uno de los mas duros de mi vida por la
exigencia de los jefes, porque además no les entendía y porque me
pagaban una miseria. A medida en que fui mejorando el inglés pasé a
ser server (camarero) ganado más dinero y divirtiéndome más en las
horas de trabajo. Mi tercer trabajo fue de mover (haciendo mudanzas) el
cual lo compaginé con entrenador de fútbol en la escuela del Futbol
Club Barcelona.
41. Hoy en día estoy cursando unas prácticas
en un estudio muy importante de
arquitectura que me está permitiendo
desarrollar mis habilidades como
profesional.
Cada país tiene sus cosas bonitas y
feas, buenas y menos buenas. Me
encantan los dos.
Hoy en día estoy cursando unas
prácticas en un estudio muy
importante de arquitectura que me
está permitiendo desarrollar mis
habilidades como profesional.