Ser libre significa elegir guiarse por un criterio moral para distinguir entre lo bueno y lo mejor, y ser capaz de tomar decisiones independientes sin coacciones externas o internas. La libertad y autonomía son conquistas preciadas que nos diferencian de los animales y requieren esfuerzo, pero también conllevan la responsabilidad del riesgo y la doble naturaleza de carecer de imposiciones ajenas y ser dueños de nuestras propias elecciones.