Este documento describe los dialectos meridionales del castellano, incluyendo el andaluz, canario y murciano. Explica que el andaluz no es uniforme debido a la larga reconquista de Andalucía por diferentes grupos. Describe los rasgos fonéticos, morfosintácticos y léxicos característicos de cada dialecto, así como las subdivisiones y variaciones dentro de cada uno. También señala las influencias árabes, portuguesas y de otras regiones en el desarrollo de estos dialectos a lo largo de
1ro Programación Anual D.P.C.C planificación anual del área para el desarroll...
Las lenguas de España 3, los dialectos meridionales
1. LAS LENGUAS DE ESPAÑA III: LOS DIALECTOS MERIDIONALES
2.2.2. Los dialectos meridionales del castellano
2.2.2.1. Andaluz (o hablas andaluzas)
A pesar de que los habitantes de Andalucía —extensa región de más de 87.000 km2— tienen
conciencia de ser diferentes de los demás hablantes de español, el dialecto que hablan está
lejos de ser uniforme (es un hecho reconocido que no toda Andalucía habla andaluz; pensemos
por ejemplo en la zona septentrional de la región). La heterogeneidad tiene su explicación en
la historia: la reconquista de Andalucía —donde los árabes permanecieron más tiempo— fue
larga y compleja. Desde la reconquista del valle del Guadalquivir antes de la mitad del siglo XIII
hasta la toma del reino nazarí de Granada trascurrieron dos siglos de numerosos movimientos
migratorios. Expulsados los moros andalusíes, en la parte occidental los repobladores fueron o
castellanos o leoneses, mientras que para la parte oriental se contó con la participación de
murcianos, aragoneses y con andaluces de la zona ya reconquistada (lo que explica la difusión
de fenómenos de una Andalucía a la otra).
Mucho se ha discutido en torno a si el andaluz es un dialecto o si representa un conjunto de
hablas con rasgos más o menos variados según las zonas. Si bien las características de estas
hablas no parecen ser especificas (excepción hecha de los fenómenos propios de que más
adelante hablaremos), lo cierto es que en ningún otro lugar, en ninguna otra de las variedades
meridionales se dan con esa intensidad ni difusión social. La pronunciación andaluza de
cualquier nivel cultural se aparta de la castellana, pues representa una norma distinta de ésta,
una norma innovadora. Dicha pronunciación contó para su irradiación con la importancia
comercial y cultural de la Sevilla del XVI, puerto de embarque de quienes emigraban a
América. Así, sus rasgos se difundieron a la zona oriental de Andalucía, a las Islas Canarias, y,
saltando el «charco», al Nuevo Mundo recién descubierto.
2.2.2.1.1. Rasgos lingüísticos del andaluz
A) Fonéticos.
a) Rasgos propios (de gran extensión geográfica):
. Seseo-ceceo (con todo, la franja septentrional de la región distingue s y z).
. La proyección (o abertura) de las vocales finales como consecuencia de la aspiración y caída
de la s final de palabra. No es exclusivo de las provincias orientales, pues encontramos el
fenómeno hasta en el este de la provincia de Sevilla.
b) Rasgos menores:
. Leve soplo espiratorio como refuerzo de la articulación de las consonantes p, t, k: ahquí por
aquí, Rihcardo por Ricardo.
. Pronunciación relajada de ch (en lugar de africada, como fricativa).
c) Rasgos comunes con las modalidades meridionales o con el «español atlántico»:
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. Yeísmo.
. Pronunciación aspirada de la velar sorda /X/.
. «Derrumbamiento» de las consonantes en posición final (de sílaba o de palabra):
. Aspiración de s implosiva.
. Neutralización de r / l implosivas.
. Pérdida de la -d final.
d) Otros dialectalismos:
. Articulación aspirada de s- / c- inicial de palabra o sílaba: hi por sí, peheta por peseta.
. Evolución de I > r en grupos consonánticos: prata por plata, branco por blanco...
. Aspiración de h- inicial: hocico, hanïo...
B) Morfosintácticos.
. Empleo de haber en lugar de hacer en expresiones temporales: «hay cinco días que...».
. lntercalar de entre una forma verbal conjugada y un infinitivo: «lo vi de venir», «deseando de
hacerlo».
. Empleo de ser por haber en el pluscuamperfecto de subjuntivo (en capas sociales de bajo
nivel de instrucción, sobre todo de zonas rurales): “si yo fuera comido...”
. Cambio en la posición del acento de determinadas formas verbales: hayamos, hayais...
. Alteración del orden «normal» de palabras: «más nadie/ nada/ nunca» por «nadie / nada/
nunca más».
. Inexistencia de iaísmo y ioísmo, y menor frecuencia de Ieísmo.
. En la parte occidental (si bien se da en Málaga, en algunas zonas de Córdoba, Sevilla y Huelva)
no se emplea ustedes por vosotros.
. Por esto último puede que no se use vuestro en contextos como «¿es de ustedes el coche
que está aparcado ahí fuera?»
C) Léxicos. La mayor parte del vocabulario andaluz -heredado de los repobladores- es general
a toda Andalucía. Las voces especificas -incluso exclusivas- de Andalucía pueden explicarse
como:
. Arcaísmos. Muchos son designaciones de objetos que se están perdiendo, pongamos por
caso, aperos de labranza sustituidos por modernas maquinarias. Los arcaísmos, relacionado
con esto, son más entre la gente del campo (y desconocidas para los habitantes de las
ciudades). Ejemplos de arcaísmos son: entenado, atacarse ‘abrocharse los pantalones’,
aterminarse ‘atreverse’ o soberado, doblado ‘desván’.
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. Mozarabismos exclusivos de Andalucía como gazpacho, horchata, guisante, corcho... Algunos
de ellos han pasado al castellano a través del árabe: campiña, marisma, habichuela, chícharo,
alcaucil, maceta, alcayata, alpechín...
. Arabismos. Los hay, pero es falso considerarlas exclusivas de aquí: alberca, acequia, noria,
ajonjolí, orozuz, adobe, tabique...
En el andaluz, el léxico se halla dividido en distintas áreas. Algunos investigadores separan la
zona occidental, repoblada por leoneses y extremeños occidentales, en la que se constata la
pervivencia de veces de ese origen (desmorecerse ‘sentir pasión excesiva’, ‘cortarse Ia
respiración por llanto o risas excesivos’, pingar ‘chorrear’, trastabillarse ‘tropezar’) de la zona
oriental con murcianismos, aragonesismos-catalanismos (a través del murciano) e, incluso,
términos manchegos orientales.
En cuanto al léxico, cabría distinguir, a su vez, varias subáreas por razones geográficas u
orográficas e históricas:
. El norte de Huelva, aislado del resto de la provincia y mal comunicado con la capital.
Reconquistado por Alfonso III de Portugal tuvo una repoblación bien diferente de la de la zona.
. Provincia de Sevilla, tierras en su mayoría llanas, de fáciles comunicaciones.
. Serranía de Ronda, entre las provincias de Cádiz y Málaga, zona abrupta e inaccesible.
. Norte de Córdoba, separado del resto de la provincia.
. Centro de Andalucía (sur de Córdoba, norte de Málaga, este de Sevilla y suroeste de Jaén),
considerada como zona de transición entre las dos áreas mayores.
. Antiguo reino de Granada, cuya falta de arcaísmo se debe a que fue vaciada de moriscos tras
la rebelión del XVI y de nuevo repoblada por gentes procedentes de La Mancha y Jaén.
. Zona más oriental (norte de Almería, nordeste de Granada y norte de Jaén), mejor
“comunicada con Murcia o Albacete que con sus respectivas capitales.
2.2.2.2. Canario
No se considera un dialecto, sino, más bien, una serie de hablas con numerosos rasgos en
común con las del sur dela Península; ninguno de estos rasgos se da en canario de manera
exclusiva. Por otra parte, las islas Canarias constituirían un «puente» con América, el eslabón
entre el español peninsular y el español americano.
El castellano llegó a las islas en el siglo XV: la conquista del archipiélago, comenzada en el
reinado de Enrique III en disputa con los portugueses, terminó en la época de los Reyes
Católicos. Los nativos perdieron su lengua, el guanche, en el siglo XVI. Ahora bien, la
castellanización de las islas fue realizada casi por completo con pobladores sevillanos, quienes
llevaron allí las peculiaridades de su habla (el seseo, la aspiración, la neutralización en
implosiva de I/r...).
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De momento no hay una norma culta definida como tal, lo que provoca la inestabilidad y el
polimorfismo característicos de estas hablas. En general, las hablas orientales parecen estar
más evolucionadas que las occidentales.
2.2.2.2.1. Principales rasgos lingüísticos del canario
A) Fonéticos.
. Se conserva la aspiración de la F— inicial: jablar ‘hablar’, jeder ‘heder’..., aspiración con que
se ha identificado, asimismo, la velar fricativa sorda /x/.
. Aspiración de -s implosiva.
. Seseo.
. Yeísmo en los dos grandes-núcleos urbanos, desde donde se difunde.
. La prepalatal sorda se mantiene como africada (frente al andaluz en que es fricativa).
. Neutralización de I/r implosivas.
B) Morfosintácticos.
. Ustedes ha sustituido a vosotros como pronombre- de segunda persona del plural.
. Losotros o los en lugar de nosotros o nos.
. Cambios en la posición del acento de determinadas formas verbales: por ejemplo, la primera
persona del plural del presente de subjuntivo es cómpremos, téngamos...
. El verbo haber con significado posesivo.
. EI verbo ser como auxiliar de los verbos intransitivos.
. La forma impersonal de haber; hay puede emplearse en lugar de hace: «ya hay dos años».
. Concierta este mismo verbo con el complemento: «habían libros».
- Empleos de ser en lugar de estar: «¿Qué día somos? -——Somos cuatro.» por «¿A qué día
estamos? -Estamos a cuatro».
C) Léxicos.
. Guanchismos: gofio nombre de una alimento típico; chénique ‘piedra del hogar’, gánigo
‘cacharro de barro’, goro ‘establo, cueva’...
. Occidentalismos peninsulares: millo ‘maíz’, ferruje ‘herrumbre’, frangollo ‘maíz molido’...,
gallego-portuguesismos claros como andoriña ‘golondrina’, bagua ‘pena’, garruja ‘llovizna’...
leonesismos como bago ‘grano de uva’, carozo ‘corazón de Ia mazorca’, sachar ‘cavar’...
. Arcaísmos castellanos: aguciar ‘azuzar’, ajotarse ‘confiarse’, besos ‘labios’...
. Andalucismos: burgado ‘caracol’, casapuerta ‘zaguán’, Iasca ‘lonja, trozo’...
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. Americanismos: alegador ‘charlatán’, atorrarse ‘vagar, gandulear’, cachetada ‘bofetón’...
. Marinerismos: apopar ‘animar’, bígaro ‘persona enclenque’, ‘Ianchón ‘zapato muy grande’...
2.2.3. Las hablas de tránsito: murciano y extremeño
Con murciano y extremeño son denominadas la serie de hablas, poco estudiadas, de las
comunidades autónomas de Murcia y Extremadura, carentes de cohesión interna -en rigor,
pues, no se trataría de diaIectos-, cuya base fundamental es el castellano del que derivan.
A esta base añaden elementos de diversa procedencia que las hacen ser de «transición».
Murciano y extremeño (en especial el del sur) presentan, a su vez, algunas características
comunes con las hablas andaluzas, de ahí que puedan ser incluidas todas juntas (con el canario
y el español de América) bajo el marbete de variedades meridionales del español.
Las peculiaridades se dan especialmente en la pronunciación y en el léxico.
2.2.3.1. Murciano
(No debe confundirse con el panocho, habla artificial y deformada en que escriben algunos
autores locales y que pretende imitar la de la huerta.)
El murciano es el resultado de la combinación de elementos castellanos, catalanes y
aragoneses sobre el latín hablado en la zona meridional, latín muy modificado por el árabe y el
mozárabe. Si bien la reconquista de la zona correspondía en principio a Castilla, como Alfonso
X hubo de recurrir a la ayuda de Jaime l, hasta principios del siglo XIV, se dejaron sentir las
influencias catalanas y aragonesas. Desde 1305 el reino de Murcia se incorpora a Castilla,
formando parte de las variedades meridionales del castellano: las hablas murcianas se
encuentran muy vinculadas a las andaluzas por razones sociales, políticas y económicas, así
son notables las coincidencias con la zona oriental de Andalucía.
De la combinación de elementos de diversa procedencia resulta una fuerte comarcalización. Se
distinguen siete subáreas, algunas de las cuales quedan fuera de la comunidad autónoma:
. Zona cuyo eje lo constituye la vega del Segura.
. La costa –Cartagena- donde se constata la influencia andaluza. Esta ciudad desea la
desvinculación lingüística de la capital.
. La comarca del Altiplano, límite septentrional de las hablas murcianas.
. El antiguo marquesado de Villena, en la Comunidad Valenciana.
. El noroeste.
. Valle del Guadalentín, fronteriza con Andalucía, con notables influenciasmutuas.
. Sur de la provincia de Albacete.
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2.2.3.1.1. Principales rasgos lingüísticos del murciano
Los rasgos comunes a todas las subáreas mencionadas anteriormente ni son generales ni
aparecen siempre con Ia misma intensidad. Asimismo, la capital carece de fuerza aglutinadora.
Es en el vocabulario tradicional relacionado con la agricultura, escasamente estudiado, donde
se registra la más importante presencia de rasgos del murciano.
A) Fonéticos.
a) Rasgos aragoneses o catalanes:
. Mantenimiento sin sonorizar de la consonante oclusiva sorda: cayata, cocote. acachar...
. L seguida de yod evoluciona a palatal lateral: gorgollo < CURCULIUM.
. Conservación del grupo -ns-: ansa ‘asa’, suspensar ‘sopesar’...
. Palatalización de L- inicial: llampar ‘lampar’, llegua, lletra...
. Conservación de los grupos PL-, FL- CL-I flamarada ‘llamarada’, plantaje ‘llantén’...
b) Rasgos meridionales:
. Aspiración de —s implosiva.
. Seseo (documentado en Cartagena en el siglo XVII, es con s coronal o predorsal, como el
andaluz).
. El yeísmo se extiende desde los núcleos urbanos al campo, donde aún se mantiene la
distinción entre palatal lateral y mediopalatal.
. Abertura de la e del diptongo ei: azaite, sais por aceite, seis.
. Desaparición de consonantes intervocálicas: piojar ‘pegujal’, caeza ‘cabeza’, bebía ‘bebida’...
. El sufijo -azgo es -ajo: novíajo, mayorajo por noviazgo, mayorazgo.
. Epéntesis de nasal: henchizar, lenjos, muncho...
. Neutralización de l y r: farra, er por él, arto por alto...
. Sustitución por r de la consonante implosiva de los grupos cultos: arto por acto, dirno por
digno...
B) Morfológicos. Apenas si puede señalarse algo verdaderamente peculiar en este nivel:
. El sufijo -azo de peñazo ‘pedrada’ o de nevazo ‘nevada’.
. La persistencia de formas arcaicas en la conjugación como vía, vías, como vide, etc.
. Los imperfectos mantienen la acentuación originaria: amabámos, eramos...
. Los incoativos hacen el presente en -zg—: conozgo, luzgo, padezgo, etc.
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C) Léxicos.
. Arcaísmos castellanos: alifafe ‘colcha, cobertor’, aguaitar ‘acechar’, certenidad ‘certeza’...
. Aragonesismos: ablentar ‘aventar’, ansias ‘náuseas’, espolsar ‘sacudir el polvo’...
. Valencianismos y catalanismos: adivina/la ‘adivinanza’, bufeta ‘ampolla, vejiga’, chitar
‘acostarse’, fenás ‘heno’...
. Andalucismos: apaño ‘tener relaciones amorosas’, aterminarse ‘decidirse’, follá
‘temperamento’...
. Voces típicas de Murcia: arreboleras ‘rojeces del crepúsculo’, casina ‘fatiga, cansancio’,
lebrilla ‘barreño de pequeñas dimensiones’, puma ‘ciruela’...
2.2.3.2. Extremeño (o castúo)
La Comunidad de Extremadura no es homogénea desde el punto de vista lingüístico: mientras
que la provincia de Badajoz, sobre todo el sur, tiene rasgos de las hablas meridionales, Cáceres
-y cuanto más al noroeste de manera más clara- presenta, por el contrario, rasgos de las hablas
leonesas. Hay que tener en cuenta que las ciudades mayores de la región, Cáceres, Badajoz o
Mérida, fueron repobladas por hablantes del antiguo reino de León. Además, se habla
portugués en las zonas fronterizas (Olivenza en la provincia de Badajoz, la comarca del Trevejo
en el noroeste de Cáceres).
Desde la Edad Media (en 1230 se unifican León y Castilla) hasta el siglo XVII se deja sentir la
influencia de la norma difundida desde Toledo; más tarde será la de Sevilla.
Los extremeños no reivindican una variedad desprestigiada y tal vez en ello haya influido el
hecho de que Extremadura carece de un núcleo urbano y cultural de verdadera importancia.
2.2.3.2.1. Principales rasgos lingüísticos del extremeño
A) Fonéticos.
a) Influencias leonesas (más frecuentes, como ya hemos indicado, en el norte):
. Epéntesis de una semiconsonante palatal en la terminación: matancia por matanza, venerio
‘manantial’, alabancia, quiciás ‘quizás’...
. Cierre de la vocal final o > u, e > i: abaju, finu, jocicu, lindu, alcaldi, pobri, golpi...
. Conservación del grupo -MB-: lamber, támbaras, lampuzo...
. Transformación de la d implosiva en l: bieldo, mielga, porta/go, mayoralgo...
. PL-, CL-Q‘,_vP¿_-> pr-, cr-, fr-: frauta, froi; ombrígo, cravé ‘clavel’.
. Conservación de y- < c-, i-efi : gierno, gencías, germanu...
. Palatalización de s- inicial: shanguijuela, shangre...
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8. LAS LENGUAS DE ESPAÑA III: LOS DIALECTOS MERIDIONALES
b) Rasgo común a toda Extremadura:
. Aspiración de F- inicial: jumo, jigo...
c) Rasgos meridionales:
. Aspiración de la velar sorda /x,/: navaha, trabaho...
. Aspiración de -s implosiva.
. Seseo.
. Yeísmo; hay zonas con rehilamiento.
. Neutralización de l y r.
. Pérdida de la -d- intervocálica.
d) Arcaísmo:
. Conservación de la distinción sorda / sonora en las sibilantes apicoalveolares y dorsodentales:
noroeste de Cáceres en las cercanías de Plasencia y Coria.
B) Morfosintácticos.
. Artículo + posesivo: la mi prenda, Ia nuestra iglesia...
. No se emplea el artículo delante de nombre de río: el puente sobre Guadiana.
. Orden de los pronombres: yo y los mis muchachos.
. La expresión interrogativa general en Extremadura es ¿lo qué?
. El verbo soñar tiene flexión pronominal.
. Sufijo diminutivo -ino.
. Sufijo incoativo en —zo para los presentes: agraeza, creza, pelteneza...
. Imperativo en -ai: echai, mirai...
. Tercera persona del plural del pretérito: dijon, vinon, trajon...
C) Léxicos.
. Leonesismos: caer ‘tirar, derramar’, quedar ‘dejar, olvidar’, candar ‘cerrar’, piña‘mazorca’,
esmorecer ‘aterirse de frío’...
. Portuguesismos: fechar ‘cerrar’, fechadura ‘cerradura’...
. Andalucismos: cerillos ‘fósforos’, escupidera ‘orinal’...
En cuanto a la entonación, se ha constatado la larga prolongación de las sílabas fuertes y una
elevación de tono muy marcada que altera la línea uniforme de la frase.
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