2. El escritor estadounidense Alvin Toffler cita en uno de sus
textos más difundidos que «los analfabetos del siglo XXI
no serán aquellos que no saben leer ni escribir, sino
aquellos que no puedan aprender, desaprender y volver a
aprender».
3. De acuerdo con el investigador Hermann Ebbinghaus, en su
investigación sobre la memoria en el siglo XIX, descubrió que
la gente se olvida de más de la mitad de lo que aprenden en
24 horas y se encontró que aún después de una semana, nos
olvidamos del 75% de su totalidad y, después de un mes, del
98%.
4. Según ese antiguo estudio, apenas un 2% sobrevive a los
estragos del tiempo.
Así, estamos aprendiendo formas de conocimiento
especializadas susceptibles a ser olvidadas. Para prevenir
que cualquier asunto muera en el olvido, lo mejor que
podemos intentar hacer es leer.
5. Por lo tanto, durante la lectura o el estudio debemos
tomar en cuenta las palabras desconocidas y buscar su
significado, lo ideal es documentar lo que se ha leído,
para no perder el significado completo de la lectura.
6. El niño pregunta: ‘¿Por qué tengo que estudiar álgebra?
Los padres responden: ‘Porque será bueno para tu
futuro’. Eso presupone que los padres conocen el futuro y
los niños aceptan cualquier respuesta.
7. Los niños necesitan ver una razón para aprender lo que
aprenden. Podríamos llevar a un grupo de profesores,
ciudadanos y alumnos a una práctica de álgebra.
Congestiones, focos de contaminación y otros problemas
que necesiten del álgebra para resolver el problema.
8. Entonces, a la pregunta ‘¿Por qué tengo que estudiar
álgebra?’, podemos decir, ‘Vamos a resolver este
problema’. Es un aprendizaje activo, al contrario que
resolver un tema abstracto. Vivimos en constante
aprendizaje, nunca se deja de aprender, todo lo que
sabemos y eso ocurre porque un día aprendimos.
9. Pero, ¿han dejado las personas de estar interesadas en
aprender? Aprender es colocar en práctica y no
solamente saber y no hacer.
‘La educación es aquello que permanece cuando uno ha
olvidado todo lo aprendido en el colegio’, Albert Einstein.
10. Educación industrial En 1800, en los Estados Unidos, la
mayoría de niños eran hijos de campesinos.
Cuando el Estado propuso un sistema de educación
público, los padres de los pobres renegaron: ‘No
podemos dejar a nuestros hijos ir a la escuela,
necesitamos que TRABAJEN o moriremos de hambre’.
11. La comunidad de negocios dijo al respecto: ‘Queremos un
sistema que cree una disciplina industrial’, es decir,
queremos que llegues en el horario y hacer el mismo
trabajo, una y otra vez, como en las líneas de montaje de
la industria. Lo que sucedió fue que proyectamos
escuelas como fábricas.
12. Todavía hoy parecen fábricas que fabrican alumnos
genéricos. Nuestras escuelas están proyectadas en crear
una fuerza de trabajo para la economía de la era
industrial.
13. No es el mismo sistema económico que tenemos en la
actualidad, ni siquiera quienes mejor están especializados
en una área económica importante logran ocupar ese
puesto.
Por tanto, todo lo que aprendemos está obsoleto. Esa
tarea es muy difícil y dolorosa de realizar.
14. En todo el mundo, hay personas trabajando en escuelas,
profesores y otros profesionales que podrían perder sus
empleos. No porque los profesores sean malos sino
porque el sistema donde se trabaja es un desastre.
15. En la sociedad agraria, la persona más sabia era la más
vieja y la vida poco cambiaba. Asimismo, en la sociedad
industrial observamos que no siempre la persona más
vieja consigue acompañar a los cambios.
16. Los padres mandan, y deben mandar, pero los jóvenes
disponen de conocimientos que los padres desconocen,
porque su época es distinta y el mundo en el que se
insertan ha cambiado.
17. Los jóvenes deberían aprender sobre la publicidad y
cómo percibir la realidad frente a ella. Todo esto porque la
sociedad moderna está articulada con publicidad.
18. Igualmente, los estudiantes deberían aprender sobre
dinero, deben conocer lo que es la vida diaria y para qué
necesitan ocupar un cargo competitivo con el sistema
creado.
Eso no lo aprenderán en un sistema educativo tradicional.
Hay muchas cosas que deberían conocer. Y cada niño es
diferente, no debe ser tratado como un producto en una
línea de montaje.