1. Manual de propagación de
ESPECIESFORESTALES
NATIVAS
Experiencia de propagación de Polylepis
en el centro poblado de San Miguel de Viso
2. Presentación
El centro poblado de San Miguel de Viso se ubica a partir de los 3119 m s. n. m.
Desde el 2019, el equipo técnico de Practical Action comenzó su intervención
en esta zona como parte del Programa de Resiliencia ante Inundaciones.
Este programa representa un nuevo enfoque que combina el trabajo en redes,
la investigación acerca de inundaciones, programas de base comunitaria y
la experiencia en gestión de riesgos para generar un marco integral sobre
cómo mejorar la capacidad de recuperación ante las inundaciones en las
comunidades.
Como parte de la intervención, se realizó en el centro poblado de San Miguel de
Viso el análisis participativo de capacidades y vulnerabilidades (conocido como
PCVA por sus siglas en inglés), cuya metodología emplea varias herramientas
participativas para comprender el grado de exposición y fragilidad de la
población local ante los peligros y su capacidad. Asimismo, se aplicó la medición
de resiliencia comunitaria ante inundaciones (FRMC por sus siglas en inglés)
que consta de un marco teórico y una herramienta que emplea 44 fuentes
dividida en cinco capitales (físico, social, humano, financiero y natural), y otros
lentes con el fin de determinar las capacidades y fortalezas de la comunidad
frente a una inundación. La FRMC fue desarrollada por la Alianza para la
Resiliencia ante Inundaciones de Zurich.
Como resultado de ambas metodologías y herramientas, se propusieron diversas
acciones a realizarse en el centro poblado con relación a sus medios de vida y
capital natural, una de las cuales es la Escuela de Campo para la Resiliencia
Climática, de modo que deriva el vivero forestal como la primera experiencia
práctica.
Por definición, un vivero es el lugar acondicionado para la germinación,
el crecimiento y el cuidado de plantas forestales, frutales, ornamentales y
medicinales hasta que tengan una edad adecuada para ser trasplantadas a su
lugar definitivo (Piñuela et al., 2013 ). En el caso de esta intervención, en el vivero
se propagarán estos tipos de plantas, además, es un espacio de interacción
social entre las personas que participan en esta experiencia, sobre todo, mujeres,
niños, niñas, adolescentes, adultos y adultas mayores con el fin de fortalecer su
resiliencia comunitaria.
Actualmente existe un mayor interés en la reforestación o forestación con
especies nativas dentro del marco de la Reconstrucción con Cambios y como
parte de intervenciones propuestas dentro de las Contribuciones Nacionalmente
Determinadas (NDC). Por esta razón, la primera experiencia de propagación en
el vivero fue con la especie Polylepis sp., conocido comúnmente como “queñual”.
Esta especie es nativa de los andes peruanos, crece entre los 1800 m s. n. m. y
los 5000 m s. n. m., y es muy característica debido a la presencia abundante de
ritidoma en su fuste. Como otras especies forestales, lamentablemente, sufrió
la tala indiscriminada para su uso como leña, la pérdida de su hábitat por
la agricultura y, además, los efectos del cambio climático como la variación
altitudinal.
El presente manual recapitula conceptos clave de la propagación, información
sobre la especie, experiencias previas de propagación con queñual y nuestra
experiencia de propagación junto con el centro poblado de San Miguel de Viso.
Además, propone una metodología para propagar esta especie a fin de que sea
replicada en un futuro en el centro poblado.
El vivero se desarrolla como una intervención específica que, junto a otros
elementos y de manera sistémica, apuntan a un mediano plazo a conformar
aspectos de una solución basada en la naturaleza (SbN) bajo el enfoque de
reducción del riesgo de desastres basada en ecosistemas (Eco-DRR). Según la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos
Naturales (UICN) (2020), las SbN son acciones dirigidas a proteger, gestionar
y restaurar de manera sostenible ecosistemas naturales o modificados, que
enfrentan retos de la sociedad en forma efectiva y adaptable, y proporcionan
simultáneamente bienestar humano y beneficios de la biodiversidad.
La intervención del vivero comunal puede considerarse de menor escala,
sin embargo, puede replicarse en otras comunidades de interés de la cuenca
del río Rímac, ser escalable a un nivel más alto de gestión y proporcionar
plantones a un nivel distrital. De este modo, se convierte en una pieza
fundamental para intervenciones de reforestación o forestación gestionadas a
nivel de municipalidades u otra entidad estatal o privada como los proyectos
relacionados con el Mecanismo de Retribución por Servicios Ecosistémicos
(Merese) que se implementarán en la cuenca del río Rímac.
Esta intervención marca el inicio para abordar el campo de los objetivos
sociales de reducción de riesgo de desastre, adaptación al cambio climático y
degradación ambiental junto con el trabajo articulado con la comunidad y las
entidades estatales con el fin de obtener beneficios ecosistémicos y sociales,
como el empleo de especies forestales para la formación de cercos vivos, la
reinserción de especies y la mejora del conocimiento etnobotánico. Si bien
es cierto que aún existen vacíos en relación con el monitoreo y la evaluación
de las SbN en los ecosistemas y en la reducción del riesgo de desastre, con la
producción de diversas especies forestales y arbustivas nativas de la comunidad
se posibilita plantear parcelas pilotos con las cuales se podrá estudiar la
interacción del crecimiento de la planta y su influencia en el control de erosión
del suelo y de la infiltración.
3. Contenido
1. Conceptos de propagación
1.1. Propagación sexual
1.2. Propagación asexual
1.3. Crecimiento de las plantas en vivero
2. Género Polylepis
2.1. Generalidades, importancia y situación actual
2.2. Polylepis y el cambio climático
2.3. Experiencias de propagación con el género Polylepis
2.4. Propagación de Polylepis sp.
3. Experiencia en el centro poblado de San Miguel de Viso
3.1. Centro poblado San Miguel de Viso
3.2. Sumario de diagnósticos realizados
3.3. Vivero del centro poblado San Miguel de Viso
3.4. Propagación de Polylepis sp - estudio de caso
3.5. Resultados parciales: trabajo en el vivero y producción de esquejes
3.6. Lecciones aprendidas
4. Bibliografía
4. Fuente de producción de semillas
Escobar et al. (2002) indican que existen diversas fuentes de semillas, de las cua-
les las más empleadas son las siguientes:
Huerto semillero: es una plantación de individuos clonados que han
sido seleccionados intensivamente a base de ciertas características de
importancia económica o manejada para no producir un cruce de polen de
árboles inferiores y para aumentar la producción de semillas y facilitar su
recolección.
Rodales semilleros: pueden ser rodales plantados de procedencia conoci-
da o naturales, con amplia base genética aislados o manejados para reducir
el cruce de polen con árboles inferiores y que han sido sometidos a aclareos
(disminución de densidad de los árboles en un área determinada).
Bancos clonales: es de gran importancia para programas a largo plazo. Se
utiliza para preservar y probar grandes números de genotipos.
Árbol semillero: es el individuo seleccionado entre varios de la misma
especie; presenta mayor altura, volumen y sanidad con relación al conjunto
que lo rodea y es capaz de producir semilla de calidad superior.
1. Conceptos de propagación
1.1. Propagación sexual
La reproducción sexual implica la unión de las células sexuales masculinas y
femeninas, la formación de semillas y la creación de individuos con nuevos ge-
notipos (Escobar et al., 2002).
Estructura y fisiología de la semilla
La semilla es el óvulo fecundado, transformado y maduro. Constituye el órgano
de dispersión y perpetuación de las angiospermas y representa la culminación
de la evolución reproductiva de las plantas (Courtis, 2013). Es el órgano principal
para perpetuar de generación en generación la mayoría de las plantas. Su vida
es una serie de eventos biológicos que empieza en la floración y termina con la
germinación y ocurrencia del embrión (Escobar et al., 2002).
Figura 1. Partes de una semilla forestal
Germinación de semillas
El proceso de germinación tiene tres etapas: activación,
digestión y traslocación de nutrientes, y crecimiento de
la plántula (Hartmann , citado por Lazo, 2009). Duarte,
citado por Lazo (2009), indica que estas tres etapas
se resumen en las siguientes: (1) imbibición de agua,
(2) inicio de actividad celular, aparición de enzimas y
aumento de respiración, (3) digestión enzimática de
las reservas, (4) asimilación de reservas digeridas y (5)
crecimiento de plántulas, que se da por un proceso de
división, crecimiento y diferenciación celular.
Asimismo, existen dos tipos de germinación
(Universidad Politécnica de Valencia, 2003):
Hipogea: los cotiledones permanecen enterrados;
únicamente la plúmula atraviesa el suelo. El hi-
pocótilo -porción comprendida entre la radícula
y el punto de inserción de los cotiledones- es muy
corto, prácticamente nulo. Ejemplo: las semillas
de los cereales.
Epigea: los cotiledones emergen del suelo debi-
do a un considerable crecimiento del hipocótilo.
Ejemplo: cebolla, lechuga.
Figura 2. Germinación de una semilla de “frijoll”
Figura 3. Diferencia entre la germinación epigea e hipogea
5. Condiciones ambientales que afectan
la germinación
Semillas ortodoxas y recalcitrantes.
las semillas ortodoxas son aquellas que pueden
secarse hasta un contenido de humedad (CH)
bajo, de alrededor de un 5% y almacenarse
perfectamente a temperaturas bajas o inferiores
a 0 °C durante largos periodos. En cambio, las
semillas recalcitrantes no pueden sobrevivir si se
les seca más allá de un CH relativamente alto (con
frecuencia en el intervalo de 20% y 50%, peso en
húmedo) y no toleran el almacenamiento durante
largos periodos (INTA, 2016).
Agua: es un elemento esencial en la germinación
porque sirve de medio para las reacciones
bioquímicas, induce la síntesis de enzimas y es
constituyente de los tejidos (Duarte, citado por
Lazo, 2009).
Temperatura: es un factor más decisivo para
la germinación de las semillas. El efecto de la
temperatura sobre las semillas es muy variado
y depende de cada especie; sin embargo, existe
un punto óptimo, arriba o por debajo del cual
la germinación también se lleva a cabo, pero
más lentamente. Así, la temperatura óptima es
aquella con la cual se obtiene el porcentaje más
alto de germinación en el tiempo esperado. Las
temperaturas máximas y mínimas de germinación
son las temperaturas más altas y más bajas en las
cuales todavía se produce germinación (Inatec,
2016).
Oxígeno: es básico para el proceso de respiración
de las semillas en germinación, su absorción
es proporcional a la actividad metabólica de la
semilla. Un exceso de agua en el medio, un suelo
muy compacto o la profundidad de siembra
pueden limitar la cantidad de oxígeno que llega a
la semilla. También las cubiertas de las semillas
pueden restringir la absorción de oxígeno (Duarte &
Hartman, citado por Lazo, 2009).
Latencia de semillas
El estado de dormición, latencia o letargo es definido como la incapacidad de una
semilla intacta y viable, de germinar bajo condiciones de temperatura, humedad
y concentración de gases que serían adecuadas para la germinación. Además, se
considera que la latencia es una adaptación que contribuye a la supervivencia del
individuo, ya que restringe la germinación cuando los factores ambientales son des-
favorables para el desarrollo de la plántula. La intensidad de la latencia se encuentra
influenciada por varios factores ambientales, como la temperatura, la humedad y
el ambiente gaseoso, y, a medida que el grado de latencia disminuye, se amplía el
rango de condiciones ambientales que permiten la germinación.
Para asegurar la germinación de semillas y romper el estado de latencia, es necesa-
rio aplicar tratamientos pregerminativos, los cuales son (Varela & Arana, 2011):
Estratificación: consiste en colocar las semillas en capas que alternan
con otras de un medio que conserva la humedad, como arena, turba o
vermiculita, y mantenerlas a una temperatura fresca durante un periodo
que suele oscilar entre 20 y 60 días, pero que varía considerablemente
de unas especies a otras. En la actualidad, se emplea este término para
todas las formas de tratamiento con frío húmedo con independencia de
que las semillas se coloquen o no en capas (Willan, 1991).
Escarificación mecánica: consiste en raspar la cubierta de las semi-
llas con lijas, limas o quebrarlas con un martillo o pinzas (Varela &
Arana, 2011).
Escarificación química: la escarificación química consiste en remojar
las semillas por periodos breves (de 15 minutos a 2 horas) en compues-
tos químicos (Varela & Arana, 2011).
Lixiviación: las semillas son remojadas en agua corriente con la fina-
lidad de remover los inhibidores químicos presentes en la cubierta. Este
tratamiento también es empleado con el objetivo de ablandar la testa
(Varela & Arana, 2011).
Combinación de tratamientos
Hormonas
Figura 4. Escarificación mecánica Figura 5. Pretratamiento de lixiviación
6. Pruebas de germinación de semillas
Courtis (2013) indica que existen diferentes metodologías para calcular la
germinación de las semillas, de las cuales las más empleadas en campo y
laboratorio son:
Ventajas y desventajas de la propagación sexual
La reproducción sexual empieza con la polinización, la fecundación de las
flores, la formación de frutos, la dispersión de semillas y su germinación
hasta el establecimiento de plántulas (Seguí, 2010; García et al., 2011).
La principal ventaja que presenta la reproducción sexual es que permite
variar la recombinación de caracteres. Esto facilita la aparición de nue-
vos fenotipos con características nuevas, algunas de las cuales pueden ser
beneficiosas para la especie y se fijan por selección natural. No obstante,
esta vía también tiene desventajas. Por ejemplo, que los organismos que se
reproducen por esta vía lo hacen más lentamente que aquellos que optan
por reproducirse asexualmente (Seguí, 2010).
Poder germinativo: indica el % de semillas germinadas en un tiempo
dado.
Energía germinativa: es el número de días requeridos para conseguir
un porcentaje determinado de semillas germinadas
Velocidad de germinación: definida como la relación del número de
semillas germinadas con el tiempo de germinación.
PG = x 100
# de semillas germinadas
#total de semillas
M =
# de semillas germinadas al día “n”
#total de días
1.2. Propagación asexual
Chamba , citado por Quinapallo & Velez (2013), afirma que este tipo de
propagación consiste en la reproducción de individuos a partir de porciones
vegetativas de las plantas cuyos órganos vegetales tienen la capacidad de
regenerarse. Las mismas autoras señalan que la reproducción asexual es
posible debido a que las células de los tejidos vegetales ya maduros conser-
van la potencialidad de multiplicarse, de diferenciarse y originar diversas
estructuras como tallos y raíces. Estos grupos celulares forman parte de
meristemos primarios y secundarios que pueden encontrarse en todos los
órganos de las plantas.
Formas de propagación asexual
Estacas
En la propagación por estacas, una parte se separa de la planta madre y se
coloca bajo condiciones ambientales favorables para inducir la formación de
raíces y tallos, y así producir una nueva planta independiente. Existen tres
tipos de estacas: de tallo, de hoja y de raíz (Huanca, citado por Quinapallo
& Velez, 2013). Con esta propagación, la planta madre puede sufrir un daño
considerable en su follaje.
Estaca de tallo: en la propagación por estacas de tallo se obtienen seg-
mentos de ramas que contienen yemas terminales o laterales, con la mira
de que al colocarlas en condiciones adecuadas, produzcan raíces adven-
ticias y, en consecuencia, plantas independientes (Quinapallo & Velez,
2013). Son las más comunes.
Estaca de hoja: empleada en algunas especies de herbáceas perennes,
de tallos inconspicuos, por lo general de hojas suculentas.
Estaca de raíz: Huanca, citado por Quinapallo & Velez (2013), mencio-
na que este tipo de estaca corresponde a un tejido radical engrosado con
una corona provista de yemas aéreas en un extremo y raíces en el otro. El
tejido primario de almacenamiento está constituido por raíces.
Para recolectar las estacas, se debe tener en cuenta lo siguiente (Escobar et al.,
2002): (a) preferiblemente, se recolectan de la parte alta del árbol, (b) el sus-
trato se prepara con 50% de tierra y 50% de arena y (c) se recomienda sembrar
las estacas teniendo en cuenta su polaridad, a una profundidad de 1/2 a 1/3
de su longitud.
7. Esquejes
Quinapallo & Velez (2013) afirman que esta propaga-
ción consiste en tomar una porción de una planta, ya
sea un trozo de tallo, de raíz o una hoja, y conseguir que
emita raíces por la base para formar un nuevo ejemplar.
En este caso, no se afecta tanto al árbol madre porque
solamente se toman ramillas (Pretell et al., 1985)
Acodos
Escobar et al. (2002) afirman que existen varios tipos
de acodos, dependiendo si son subterráneos o aéreos.
El mismo autor indica que el acodo aéreo consiste en
colocar un medio enraizador alrededor de la rama,
sostenido por una envoltura que encierra el medio. El
medio enraizador puede ser musgo o materia orgánica
húmeda. El acodo subterráneo se obtiene enterrando
una parte de la rama de una planta hasta cuando tenga
raíces, luego se corta para ponerlo en un envase o en el
sitio definitivo (Bonilla et al., 2014).
Injertos
Consisten en poner sobre una planta patrón, una parte
de otra planta; es decir, se corta el tallo y se pone una
yema, una estaca o ramilla, etc. Los injertos pueden ser
de púa, de yema, de aproximación, etc. (Bonilla et al.,
2014).
Ventajas y desventajas de la propagación asexual
La reproducción asexual se logra cuando se generan
nuevos individuos sin la formación de gametos, y esto
se consigue con la formación de diversas estructuras
ya mencionadas, como estolones, tubérculos, esquejes
o estacas, las cuales cuando se separan del progenitor,
originan otros individuos.
La vía asexual suele ser más rápida que la sexual, de
modo que es útil a corto plazo para colonizar un nuevo
hábitat antes que las especies competidoras. La prin-
cipal desventaja es que, al no existir recombinación
ni fusión de gametos procedentes de individuos dife-
rentes, no habría mezcla de caracteres ni aparición de
nuevas combinaciones, es decir, no habría capacidad de
adaptación (Jiménez & Matías, 2010; Seguí, 2010).
Figura 6. Esquejes recolectados.
Figura 7. Acodo subterráneo y acodo aéreo
Figura 8. Tipos de injertos más empleados.
Injerto de yema Injerto de púa
1.3. Crecimiento de las plantas en vivero
Bidwell, citado por Mondragón (2015), señala que el crecimiento puede
definirse como el aumento irreversible del tamaño de la célula, órgano u
organismo; sin embargo, existen procesos de crecimiento en los que uno de
los parámetros aumenta mientras que otro decrece. El mismo autor afirma
que el crecimiento y el desarrollo son conceptos distintos, de modo que hay
que entender por desarrollo como el cambio ordenado o progreso, a menudo
hacia un estado superior, más ordenado o más complejo.
Factores que influyen en el crecimiento de las plantas en vivero
Riego: puede ser por inundación, con regadera o tecnificado. Su frecuen-
cia depende de los requerimientos hídricos de las plantas, las condiciones
ambientales y de las características del sustrato sobre el cual crece la
planta (Mondragón, 2015).
Temperatura: el efecto de la temperatura está relacionado con el nivel
de actividad metabólica que desarrolla la planta. Así, en condiciones de
temperatura adversas, la planta desarrolla mecanismo de adaptación
(Salisbury & Ross, citados por Mondragón, 2016).
Sustrato: está constituido por uno o varios materiales sólidos que pro-
veen a las plantas nutrientes y el anclaje para su desarrollo. En su elabo-
ración, se puede utilizar compost, arena de río, estiércol descompuesto,
tierra de chacra, acículas de pino, viruta, etc. Estos materiales se mezclan
buscando que cada uno aporte características al sustrato que favorezcan
al crecimiento y desarrollo de las plantas (Mondragón, 2015).
2. Género Polylepis
2.1. Generalidades, importancia y situación actual
La familia Rosaceae está dividida en cuatro subfamilias y comprende
alrededor de 100 géneros y 3000 especies, uno de los cuales es el género
Polylepis (Remoleroux , citado por Mendoza & Cano, 2011).
Mendoza & Cano (2011) realizaron un estudio de diez años en la Cordillera
de los Andes del Perú sobre los 1800 m s. n. m. hasta los 5100 m s. n. m. con el
fin de identificar las especies peruanas de Polylepis. Ellos reportaron un total
de 19 especies con un mayor registro de especies en los Andes del Sur. Por
ello, esta región se considera como el probable centro de diversificación del
género Polylepis. Respecto a la distribución altitudinal, la mayor diversidad de
especies se encuentra entre los 3000 y 4000 m de altitud.
8. Árbol: el género incluye arbustos de 1 a 5 m de altura, hasta
árboles de 27 m.
Copa: generalmente difusa e irregular.
Fuste: normalmente es torcido y se caracteriza por presentar
una corteza castaño-rojiza en la que se exfolian los
ritidomas a manera de láminas finas como papel.
Hojas: son compuestas e imparipinnadas con un número
variable de foliolos. Estos foliolos son de color verde claro a
verde oscuro brillante en el haz, y de blanquecino-grisáceo a
amarillo en el envés.
Flores: inflorescencia en racimos.
Fruto: drupa.
Características dendrológicas del género
Pretell et al (1985), describen al género Polylepis
Figura 9. Corteza y hojas de Polylepis sp.
Cusco
Ayacucho
Ancash
Junín
Lima
Apurímac
Puno
Arequipa
Cajamarca
La Libertad
Tacna
Huánuco
Huancavelica
Lambayeque
Moquegua
Pasco
San Martín
Amazonas
Piura
Departamento
Número de especies
registradas
10
8
6
6
6
5
4
3
3
3
3
2
2
2
2
2
2
1
1
Tabla 1. Número de especies registradas
del género Polylepis por departamento.
Fuente: Mendoza & Cano (2011)
9. Bosque de Polylepis
Según la ONU (2019), los bosques de Polylepis, conocidos como bosques de que-
ñua o yagual, son un ecosistema único de los Andes, cruciales para el sustento
de la biodiversidad local y el suministro de agua de comunidades andinas y
amazónicas. Se encuentran entre los 3500 m s. n. m. y los 5000 m s. n. m.
Es muy frecuente observar parches de bosques de Polylepis en zonas de de-
rrumbe con abundantes piedras de gran tamaño. Estas áreas generan condi-
ciones favorables para que se dé la regeneración natural, entre ellas, dificul-
tades para que ingrese el ganado y pueda ramonear; además de acumulación
de calor en las piedras (Ocaña & Santander, 2016).
Entre la importancia de los bosques de Polylepis, se tiene (Zapata et al., 2012):
Generación de microclimas húmedos a nivel local.
Almacenamiento y regulación de agua, que van liberando lentamente a
partir de las plantas epífitas y los musgos presentes en los bosques.
Control de la erosión del suelo, gracias a la cobertura vegetal que
propician y a su germinación en suelos desnudos, en el caso de algunas
especies.
Producción de materia orgánica, y retención de sedimentos y nutrientes
de zonas más altas.
Generación de madera para leña, herramientas y construcciones.
Desarrollo de especies vegetales útiles para el hombre, como alimentos,
medicinas, alimento para ganado y usos rituales, entre otros.
Lamentablemente, estos ecosistemas fueron degradados debido a la defo-
restación para la producción de leña y el sobrepastoreo, al punto que quedan
aproximadamente 500 000 hectáreas a nivel nacional (ONU, 2019).
Figura
10.
Bosque
de
queñual
cerca
de
Chinancocha
(Perú)
a
3850
m
s.
n.
m.
10. periodo, la distribución que alcanzaron P. incana, P. sericea y P. weberbaueri
habría aumentado, con excepción de P. racemosa, cuya distribución potencial
reflejó que en el pasado esta especie habría tenido una extensión menor a la
actual. Además, los factores ambientales determinantes de la distribución de
Polylepis en el Perú, que favorecerían o restringirían la extensión del bosque,
serían la temperatura, la insolación solar, la humedad, la pendiente, el suelo y
la disponibilidad de agua, los cuales serían modificados por la elevación, lati-
tud y topografía de la región. Finalmente, el modelamiento de la distribución
potencial futura (para el 2050), la única especie con respuesta positiva a todos
los posibles escenarios fue Polylepis incana.
Por otro lado, Aucca & Ferro (2014) aseveran que realizar el monitoreo de las
especies endémicas de los bosques de Polylepis, determinando la distribución,
el número de individuos por especie, así como la composición de la avifauna
de cada bosque, permite evaluar el estado en el que se encuentra cada uno y
las especies que se encuentran en peligro; a partir de ello, se pueden realizar
estrategias de conservación y mitigación frente al cambio climático.
2.3. Experiencias de propagación con el género Polylepis
En la actualidad, existen diversos proyectos o programas de reforestación
con especies nativas. De las especies más empleadas, se encuentra el queñual,
aliso o quishuar. Sin embargo, el proceso de propagación no ha sido docu-
mentado en su totalidad.
Para entender y conocer un poco más sobre la propagación del queñual, se
abordarán dos experiencias realizadas en el Perú y dos referencias biblio-
gráficas obtenidas de apuntes y manuales. Si bien es cierto que existe infor-
mación sobre la propagación de este género en otros países (como Bolivia y
Ecuador), se priorizaron aquellas realizadas en el Perú.
En relación con el queñual, la reforestación se da con las
especies Polylepis incana y Polylepis racemosa, porque son
las que tienen un mejor comportamiento en términos de
crecimiento rápido, comparativamente a las otras especies,
así como de fácil propagación vegetativa. Asimismo, existe
una marcada preferencia del campesino por tener fuste
más recto con relación a las otras especies de Polylepis
(Ocaña & Santander, 2016).
2.2. Polylepis y el cambio climático
Mejía et al. (2018) aseveran que el cambio climático global es cada vez más
evidente. Consecuentemente, las áreas geográficas que corresponden a bio-
masa, ecosistemas y nichos ecológicos de las especies están cambiando, lo
que muy probablemente afectará la distribución natural de muchas especies.
Herzog et al. (2010) afirman que no se sabe con seguridad cómo cambiará
los Andes tropicales por causa del cambio climático, debido a que los mo-
delos actuales para las predicciones no pueden representar la topografía de
los Andes. Por ello, existe un riesgo de sobreestimar los impactos del cambio
climático en la biodiversidad. Sin embargo, la biodiversidad en los Andes
tropicales puede relacionarse con unas pocas tendencias clave: aumento de la
temperatura, cambios en los patrones de lluvias, cambios en la frecuencia de
la cobertura de nubes y en las bases de las nubes, y aumentos en la frecuencia
de eventos extremos.
Los mismos autores mencionan que la capacidad del ecosistema andino de
brindar servicios ecosistémicos depende de su funcionalidad, la cual está
en riesgo debido al cambio global ambiental. Las funciones del ecosistema,
como la polinización, la regulación del clima, el reciclaje de nutrientes y el
control de poblaciones y de enfermedades, se proporcionan a través de com-
plejas interacciones ecológicas entre las especies. La composición de especies
suele ser clave para brindar aquellos servicios. La pérdida y el cambio en el
rango de distribución geográfico de las especies afectarán la composición de
las comunidades ecológicas y, por lo tanto, los aportes clave de servicios para
el bienestar humano.
Según Zutta et al. (2012), los bosques de Polylepis son un ecosistema andino
importante para la protección de la biodiversidad y la mitigación de los efec-
tos del cambio climático, ya que son hábitats exclusivos de varias especies de
aves, mamíferos, anfibios, reptiles e insectos, y algunas de sus especies que se
encuentran dentro de alguna categoría de amenaza.
Sobre este tema, Flores (2017) realiza un estudio para determinar la distri-
bución del género y cuatro especies de Polylepis (P. weberbaueri, P. sericea, P.
incana y P. racemosa) en los Andes centrales del Perú. Ella determinó las dis-
tribuciones actuales de estas especies a partir de la recopilación y georrefe-
renciación de colecciones botánicas realizadas en el Perú para así generar un
modelo de distribución de especies (MDE) en tiempo pasado, presente y futu-
ro aplicando distintas variables climáticas y con diferentes modelos climá-
ticos globales mediante el software Maxent. De los resultados, obtuvo que la
distribución potencial presente obtenida, para este género, fue de 9 341 680,13
ha y las especies con mayor cobertura fueron Polylepis incana y Polylepis race-
mosa. Además, la autora afirma que existe una variación ecológica a nivel de
especies, por lo que cada especie posee sus propias condiciones ecológicas de
vida y responde de manera diferente a los factores ambientales determinan-
tes de su distribución espacial. Esta afirmación se vio reflejada en los resulta-
dos del modelamiento de la distribución potencial pasada, ya que, para este
11. Tabla
2.
Información
general
sobre
la
documentación
de
la
propagación
sexual
y
asexual
del
queñual
que
será
sistematizada.
Esquejes
y
acodo
aéreo
a
raíz
desnuda
Esquejes
y
acodo
aéreo
Esquejes
Estacas
Sexual
y
por
estacas
Chávez
(1997)
Mindreau
&
Zúñiga
(2010)
Pretell,
Ocaña,
Jon
&
Barahona
(1985)
Reynel
&
Marcelo
(2009)
Entidad
ejecutora
Autor
y
año
de
publicación
Año
de
ejecución
Lugar
de
ejecución
Comentario
Objetivo
del
proyecto
Tipo
de
propagación
Duración
del
proyecto
Tipo
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2.4. Propagación de Polylepis sp.
En este punto se abordará la propagación sexual y asexual del género Polyle-
pis documentada por diversos autores a partir de la experiencia en campo o
de la recolección de información secundaria.
Como se observa en la tabla 3, la propagación sexual de este género no ha
sido muy aplicada y no es recomendada debido al bajo poder germinativo
de la semilla (entre el 2% y el 4%). Además, no existen muchas experiencias
sobre este tipo de propagación (Pretell et al., 1985). Él menciona que hasta
ese año solo conocía una experiencia en la propagación sexual del queñual.
Asimismo, Reynel & Marcelo (2009) se basaron en la información escrita por
este autor para referirse a la propagación sexual, lo cual refuerza la idea de la
falta de experiencias. Otro punto a detallar es la propagación por brinzales,
este tipo de propagación a partir de la regeneración representa una opción
para propagar la especie, sobre todo, en aquellas en las que no se pueda reali-
zar una propagación por esquejes o estacas a gran escala.
Por lo tanto, la propagación asexual de Polylepis sp. es la más recomendada
y usada en los planes de propagación de esta especie. El porcentaje de pren-
dimiento es variable, pero no es menor al 70%. Sin embargo, este porcentaje
dependerá de la metodología establecida, además de las habilidades técnicas
que poseen las personas involucradas en la propagación. El tipo de propa-
gación asexual más empleado son los esquejes, seguido por el acodo y las
estacas.
Sobre la recolección de esquejes, la información relacionada a la época de
recolección es diversa; algunos autores indican que se realiza a inicios de la
temporada de lluvia y otros, a la mitad o final de la época, pero todos con-
cuerdan que el esqueje debe poseer “chupones” o protuberancias para su
enraizamiento. El tamaño del esqueje también es variable, sin embargo,
se encuentra entre 8 cm y 15 cm. Sobre el repique, este se realiza de forma
conocida con el empleo de un repicador convencional; la discrepancia se
encuentra en la defoliación del esqueje (quitar foliolos del esqueje antes de
repicarlo). Algunos autores afirman que es necesario realizar la defoliación
y otros que no es necesario. En el primer caso, se obtuvo un prendimiento
cercano al 90% y, en el segundo caso, ellos afirman que, si se defolia el esque-
je, el prendimiento puede bajar en un 50%. El riego luego del repique también
varía según el autor: unos afirman regar por inundación y otros empleando
regaderas. Las labores culturales del esqueje son parecidas, se deben proteger
de las heladas, colocar el tinglado, realizar el deshierbe y la poda de raíces.
La propagación por acodos es factible en este género; hay que considerar qué
producción es mucho menor en comparación a la obtenida con los esquejes,
pero, en este caso, los cuidados son mínimos. Además, también se menciona
la propagación por estacas. Algunas veces existe confusión con el concepto
de estacas y esquejes, ya que consideran que son los mismo, pero la diferencia
se basa en el material de recolección: mientras que los esquejes tienen 15 cm
de altura, las estacas poseen 30 cm de altura, lo cual conlleva una afectación
en el follaje del individuo, asimismo, se debe considerar que este tipo de pro-
pagación es recomendable en zonas de buena humedad.
13. 3. Experiencia en el centro
poblado de San Miguel de Viso
3.1. Centro poblado San Miguel de Viso
Ubicación e historia
Se ubica a la altura del kilómetro 84 de la carretera Central, pasando Matu-
cana. San Miguel de Viso es un centro poblado del distrito de San Mateo de
Huanchor, provincia de Huarochirí, departamento de Lima a 3119 m s. n. m.
Es un centro poblado que posee una valiosa riqueza natural y un extraordi-
nario bagaje histórico-cultural. Su nivel de organización y de unidad les ha
permitido desarrollar, principalmente, la actividad agropecuaria que le sirve
para su subsistencia y acceso al mercado interno (Untiveros, 2016).
Acceso
Se accede por una trocha carrozable y se ingresa por el kilómetro 84 de la
carretera Central; no cuenta con transporte de servicio público; predomina el
acceso peatonal que demora entre día a una hora. Con movilidad particular,
el recorrido dura 15 min, además, se cruza la quebrada Viso a través de un
puente de concreto (Practical Action, 2019).
Clima
Posee un clima semiseco y frío, con lluvias estacionales entre diciembre y
marzo, y noches frías de mayo a octubre. La temperatura oscila entre los 15 °C
y 14 °C (Practical Action, 2019).
Hidrología
Su fuente hidrológica la constituye una leve capa de glaciar en la parte más
alta, además de bofedales y lagunas Huangro grande y Huangro chico, Qui-
macocha, Tucto y el río Mayo (Practical Action, 2019).
Actividades económicas
Las actividades económicas principales son la actividad agrícola, pecuaria y
la minería (Practical Action, 2019).
Historia
En el siguiente gráfico, se resume la historia del centro poblado de San Mi-
guel de Viso a partir de la información recopilada en el Análisis Participativo
de Capacidades y Vulnerabilidades del Centro Poblado de San Miguel de
Viso, elaborado por el equipo técnico de Practical Action.
Creación de la
comunidad
1931 1940 1950 1966 1974 1980 1993 1994 1996 1998
2002 2005 2006 2009 2016 2017 2018 2019
Boom de
la minería
Proyecto
forestal
Instalación
de vivero
Evidencias
de la
contaminación
del agua
Construcción
de redes de
desague
Empedrado
de calles
Huayco en
la quebrada
de Viso
Lluvias extremas y vientos
Destrucción de infraestructura y
pérdida de cultivos.
Crecimiento
de la población
Construcción
de carretera
Construcción del
estadio, cementerio,
posta médica y biblioteca
Instalación de base militar
Mayor
producción
agrícola
Servicios básicos.
Destrucción del pueblo de
Tambo de Viso (1998)
3.2. Sumario de diagnósticos realizados
En el 2019, el equipo técnico de Practical Action realizó el Análisis Participa-
tivo de Capacidades y Vulnerabilidades, y la medición de la resiliencia comu-
nitaria ante inundaciones (PCVA y FRMC por sus siglas en inglés, respectiva-
mente) en el centro poblado de San Miguel de Viso.
Análisis de las capacidades y vulnerabilidades
Se trata de una metodología que emplea varias herramientas participativas
para comprender el grado de exposición y de fragilidad de la población local
ante los peligros, además de su capacidad. Al mismo tiempo, esta forma de
trabajo contribuye a preparar a la comunidad frente a los riesgos de desas-
tres. La población es la protagonista del proceso, ya que la comunidad se
involucra plenamente en la investigación y participa en la creación de las
soluciones. En el siguiente gráfico, se observan los pasos a seguir en la elabo-
ración del PCVA; cabe resaltar que no hay una receta que deba cumplirse al
pie de la letra. Lo que sí debe quedar claro es el objetivo del APVC y elaborar
un plan de lo que se hará (Flood Resilience Alliance).
Figura 11. Línea de tiempo sobre los eventos más importantes en el centro poblado de San
Miguel de Viso. Fuente: adaptada de Practical Action, 2019.
Figura 12. Pasos de la elaboración del PCVA.
Fuente: Flood Resilience Alliance (s.f.).
Sensibilizar
a líderes
comunitarios
Analizar
el riesgo
Recabar
información
secundaria
Plan de
acciones
comunitario
Lograr
compromiso
de autoridades
14. El PCVA realizado en el centro poblado de San Miguel de Viso fue entera-
mente participativo; se inició con el acercamiento a la comunidad para iden-
tificar a los líderes, dirigentes y pobladores, y se participó en las asambleas
comunitarias. Posteriormente se recogió la información, la sistematización,
el análisis de la información y la devolución de información a la comunidad.
Dentro del marco de la herramienta, se pudo recolectar información relacio-
nada con el centro poblado y los datos históricos de la comunidad. Además,
se efectuó el análisis del peligro y de la vulnerabilidad, y se analizaron sus
medios de vida. Por ello, se puede afirmar que la mayor fortaleza de la co-
munidad radica en las personas con capacidades diferenciadas en el manejo
agrícola y en la calidad de sus recursos naturales, como el buen clima, sus
reservas hídricas y sus suelos fértiles, sin perder de vista la falta de concien-
cia ambiental y de riesgos de desastres frente al cambio climático (Practical
Action, 2019).
En cuanto a la percepción de riesgos, se realizó (1) la línea de tiempo: con el
fin de identificar los eventos más recurrentes y significativos para la comuni-
dad, (2) identificación de peligros: de los cuales el más recordado es el huaico
de 1998 que destruyó sus cultivos, las viviendas en el centro poblado de Tam-
bo de Viso y los caminos, de modo que dejó a la comunidad aislada por una
semana, (3) mapa de peligros: esto evidencia que la comunidad campesina
de Viso está sujeta a flujos de detritos, derrumbes y huaico en la quebrada
de Viso, (4) calendario estacional de peligros: debido a que la presencia de
lluvias en los primeros meses del año aumenta la probabilidad de huaicos y
deslizamientos y (5) análisis de la vulnerabilidad ante los eventos más recu-
rrentes (Practical Action, 2019).
Además, se realizó el análisis de la organización social y el mapeo de acto-
res y aliados. Con toda esta información, se propuso una serie de acciones a
realizar en la comunidad.
Medición de la Resiliencia Comunitaria ante Inundaciones
onsta de dos partes: el marco de trabajo de la alianza para medir la resiliencia
ante inundaciones de la comunidad y una herramienta asociada para im-
plementar el marco de trabajo en la práctica. La primera parte combina 44
indicadores, denominados fuentes de resiliencia, sobre cinco capitales (5C):
humano, social, físico, natural y financiero. Así como cuatro propiedades
derivadas del pensamiento sistémico resiliente (4R): robustez (capacidad de
resistir un impacto), redundancia (diversidad funcional), recursividad (capa-
cidad de movilización cuando se presenta una amenaza) y rapidez (capaci-
dad de contener pérdidas y recuperarse de manera oportuna).
El segundo componente es una aplicación práctica de software híbrido que
comprende una plataforma web en línea para configurar y analizar el proceso
y una aplicación para celular o tableta que se puede usar sin conexión en el
campo para la recopilación de datos (Flood Resilience Alliance, 2019).
¿Cómo medimos las fuentes de resiliencia? Se califica
cada fuente según los puntos de datos cuantitativos y
cualitativos, y los parámetros para mejores prácticas.
A: Buenas prácticas para gestionar el riesgo.
B: Buen estándar del sector, no hay necesidad inmediata de
mejora.
C: Deficiencias, posibilidad de mejora visible.
D: Muy por debajo del buen estándar, posibilidad de
pérdida inminente.
3.3. Vivero del centro poblado San Miguel de Viso
Como se explicó anteriormente, una de las medidas originadas de la aplicación del PCVA y la FRMC
es la creación de una Escuela de Campo para la Resiliencia Climática con el objetivo de fortalecer las
capacidades de resiliencia en las familias de San Miguel de Viso a través de medidas de recuperación
y conservación de ecosistemas frágiles (como es el ecosistema andino), diversidad productiva y la
reducción del riesgo frente al peligro de lluvias extremas y los impactos del cambio climático.
El vivero es la primera experiencia práctica de la Escuela de Campo, en el cual se desea trabajar las
capacidades de los participantes empleando técnicas de facilitación, educación, acción; recuperando
los saberes previos y enriqueciendo con nuevas técnicas (Ordoñez et al., 2020).
Una de las primeras metas trazadas fue la propagación de especies nativas para fines de reforesta-
ción, forestación y venta de plantones. Según los relatos de los mismos pobladores, el queñual existía
en las zonas más altas de la comunidad; sin embargo, por razones no conocidas ni estudiadas, esta
especie está extinta o muerta en pie. Debido a esto y al creciente interés en recuperar y revalorar las
especies nativas para proyectos de reforestación o forestación con fines paisajísticos o ecosistémicos,
existe un gran interés por parte de la comunidad de recuperar esta especie en sus tierras. Por estas
razones, junto con la comunidad y el equipo técnico de Practical Action, se decidió iniciar la expe-
riencia de propagación con esta especie nativa.
En este punto, se explicarán acciones que se realizaron para lograr la propagación del Polylepis sp.
en el vivero del centro poblado de San Miguel de Viso, desde la recuperación de la infraestructura
del vivero hasta el mantenimiento de los plantones. En la Tabla 3 se observa el proceso de propaga-
ción asexual mediante esquejes que fue empleado durante los primeros meses del 2020. Dado que
no existen muchas experiencias de propagación documentadas de esta especie y por ser la primera
experiencia de trabajo con el queñual en la comunidad, la propagación se realizó a partir de los docu-
mentos existentes (descritos anteriormente), considerando las variaciones propias de la zona y la
temporada de propagación. Además, esta actividad se realizó con el apoyo del Gobierno Regional de
Huarochirí y el apoyo técnico de Agro Rural.
En la Tabla 4 se observa la metodología empleada para propagar y mantener el queñual; entre
las consideraciones más importantes a tener en cuenta se encuentran la edad del árbol madre, la
selección de los esquejes, la presencia de protuberancias en los esquejes y el mantenimiento de
los plantones.
El vivero es manejado mayoritariamente por mujeres, promovido como un espacio de colaboración,
compañerismo e interacción social, donde las mujeres practican sus conocimientos y saberes en el
manejo de las actividades agrícolas; además, revaloran su rol productivo y su derecho en la toma de
decisiones. La producción de las especies está orientada a la conservación de los recursos naturales,
la protección de sus medios de vida y su independencia económica.
15. Tabla 4. Metodología empleada para la propagación de Polylepis sp.
Infraestructura
El vivero del centro poblado de San Miguel de Viso fue construido a mediados
del 2000 por el Programa Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas y
Conservación de Suelos, conocido como Pronamachcs para producir planto-
nes de guinda, aliso, eucalipto, elian, pino, ciprés y chinchona. Sin embargo,
terminada la intervención de la organización en el centro poblado, el vivero
fue dejado por los pobladores hasta la intervención de Practical Action.
El vivero consta de seis camas de 1 m de ancho por 10 m de largo con una
profundidad de 20 cm. Estas poseen canales de riego por inundación y de
drenaje del agua. Entre las camas se encuentran los caminos de aproxima-
damente 1 m de ancho. La superficie del vivero no se encuentra pavimentada,
sin embargo, es plana y no presenta problemas de drenaje.
Antes iniciar el trabajo se observó la presencia de mala hierba dentro de
las camas de repique, así como en otras áreas del vivero. Además, el vivero
no contaba con tinglado u otra protección. Esto cambió gracias a las
faenas de trabajo que fueron organizadas conjuntamente con los partici-
pantes del vivero.
Figura 13. Vista panorámica de la condición inicial del vivero.
16. Actividades comunitarias
Las mujeres, hombres y niños participaron activamente en las labores del
vivero, sin embargo, las mujeres tuvieron una mayor presencia en las activi-
dades y la organización. Para realizar estas labores, se llevaron a cabo faenas
de trabajo que generalmente inician en las primeras horas del día y culminan
en la tarde o hasta cuando la lluvia lo permita.
Limpieza del terreno
Las primeras faenas que se efectuaron consistieron en la limpieza (desma-
lezado) de tres camas y del suelo del vivero, ya que, como se mencionó líneas
arriba, tenía mala hierba. Además, fue necesario nivelar la superficie y cubrir
nuevamente con cemento la base de las camas debido a que con el paso del
tiempo se encontraban deteriorados.
Figura 14. Antes y después de la faena de limpieza del terreno.
Obtención de sustrato
La anterior gestión de Pronamachs dejó sustrato embolsado sin usar en el
vivero. Este, con el paso de los años, fue cubierto por la tierra en un proceso
natural y se preservó bajo esta. Además, se realizaron faenas para recuperar
este sustrato, el cual contenía tierra agrícola y arena.
Asimismo, el Gobierno Regional de Huarochirí donó al vivero bolsas con
sustrato que también se emplearon para el repique.
Figura 15. Obtención del sustrato
Con el empleo de una pala pequeña, se llenó con sustrato hasta los ¾ de
altura de la bolsa.
Empleando los dedos pulgares y anulares se presionó hacia el inte-
rior las puntas inferiores de la bolsa hasta que ambos dedos se hayan
tocado; luego de ello, se golpeó la base contra el piso para obtener una
superficie plana en la base.
Como tiene una superficie plana, se siguió llenando la bolsa con el sus-
trato realizando pequeños golpes contra el suelo y girando levemente la
bolsa con el fin de no dejar espacios vacíos dentro de ella. Ello permite
una mayor cantidad de sustrato por bolsa. Hay que recordar que las
bolsas deben llenarse por completo.
Embolsado
Se realizaron varias faenas para embolsar el sustrato. Las bolsas fueron de
polietileno de 4x7 sin fuelle y con perforaciones en ambos lados de la bolsa.
Es importante que la bolsa tenga estas perforaciones (se pueden encontrar en
los laterales o en la base) para el correcto drenaje del agua. Las medidas de la
bolsa en el mercado son variables, su elección depende del tamaño de la parte
de la planta a repicar. El proceso se realizó según los pasos:
17. Figura 16. Faena de embolsado.
3.4. Propagación de Polylepis sp. Estudio de caso
Recolección de esquejes
La recolección de marzo se efectuó a principios de este mes (época de lluvia)
y se realizó en la comunidad de Chocna, perteneciente al distrito de Chi-
cla, provincia de Huarochirí. Se seleccionaron los mejores individuos para
recolectar los esquejes, luego se identificaron las ramas de la parte externa del
árbol que poseía entre 0,5 cm y 1 cm de diámetro. Para cada árbol, se necesi-
taron entre dos personas, una que cortó la rama externa y otra que acopió las
ramas en sacos para su transporte. El corte -se trató de no tocar esa zona- fue
limpio y en bisel. Cuando se terminó el trabajo, lo recolectado fue sumergido
en agua para su repique.
Figura 17. Recolección de esquejes
Repique
El repique de los esquejes se realizó al día siguiente de la recolección. Un
grupo de personas fueron dimensionando las ramas recolectadas de 10 cm a
15 cm de largo para obtener esquejes y luego los defoliaron, lo cual dejó entre
tres y cinco foliolos.
Para el repique se emplearon aquellas ramas que provenían de árboles ma-
duros, ya que así se asegura la presencia de los chupones. Lamentablemente,
también se recolectaron ramas muy jóvenes, las cuales no tenían chupones.
Esas fueron descartadas para el repique.
Con el empleo del repicador, otro grupo comenzó a realizar hoyos en el
sustrato embolsado a una profundidad entre 3 cm y 5 cm. Cabe resaltar que
antes de realizar el repique se regó el sustrato un día antes para que esta labor
sea más sencilla. Una vez realizado el hoyo, se colocó el esqueje en forma
recta y se tapó el hoyo con cuidado, removiendo el sustrato levemente.
Luego de terminar el repique, los esquejes fueron regados por inundación.
18. Figura 18. Mary, sosteniendo un costal con las ramas acopiadas
que serán dimensionadas para obtener esquejes.
Figura 19. Nancy dimensionando los esquejes
Figura 21. Esqueje de Polylepis sp.
Figura 22. Pobladora realizando el hoyo con el empleo de un repicador
19. Riego: fue constante en las primeras semanas, pero su intensidad bajó
cuando finalizó el primer mes. En la actualidad, se riega dejando dos días.
Protección del vivero: se instaló el tinglado del vivero mediante la orga-
nización de una faena de trabajo en la que participaron varios pobladores.
Fueron empleados postes de eucalipto, malla Raschel de 65% y cordón
para malla Raschel. Además, durante la época de heladas, en las noches
se proyecta cubrir la cama con una manta térmica, la cual se retirará en el
día para así asegurar la protección de los esquejes.
Deshierbe: se realizó de forma manual en algunos esquejes que presen-
taron mala hierba.
Labores culturales
Las labores culturales ejecutadas hasta la fecha son el riego, la protección
del vivero y el deshierbe. Además, con el crecimiento de los esquejes, estos se
mueven de lugar para evitar el enraizamiento.
Figura 23. Faena de tinglado del vivero.
Crecimiento de los esquejes
Para junio del 2020, luego de haber transcurrido tres meses desde el repi-
que, los esquejes tenían una altura promedio de 20 cm. Generalmente, para
su plantación, se recomienda que la planta tenga entre 40 cm y 50 cm, y se
realiza luego de un año de haberse efectuado el repique o al inicio de la época
de lluvias.
Figura 24. Esquejes recién repicados.
Figura 25. Esquejes luego de tres meses de repicados.
20. 3.5. Resultados parciales: trabajo en el vivero y producción de esquejes
Como se mencionó antes, el vivero es la primera experiencia práctica de la Escuela de Campo
para la Resiliencia Climática que se llevará a cabo en el centro poblado de San Miguel de Viso.
Las actividades de propagación de Polylepis sp. sirvieron para crear un espacio de interacción,
donde se fortalecieron capacidades, además de intercambiarse conocimientos técnicos y an-
cestrales. Las faenas se desarrollaron de manera exitosa, gracias al trabajo en conjunto entre
los pobladores y Practical Action, para lo cual se brindó el conocimiento técnico para propa-
gar los esquejes de Polylepis sp. y garantizar así su replicación.
Un factor importante en el desarrollo de las actividades es el liderazgo de las mujeres. Fueron
en su mayoría mujeres las que apostaron desde un inicio por reactivar el vivero y participaron
activamente en las faenas de trabajo, desde su organización hasta su ejecución. Esto sirve para
aportar en el empoderamiento de las mujeres y promover un espacio de colaboración y equidad.
Luego de tres meses desde el repique de los esquejes, con las condiciones de propagación antes
indicadas y las labores culturales realizadas, se pudo obtener un prendimiento del 90% de
los esquejes, con lo cual se valida la metodología aplicada de la propagación de esquejes de
Polylepis sp. o queñual para el centro poblado de San Miguel de Viso.
Un año después de la propagación, visiblemente los plantones tuvieron un crecimiento radial
y longitudinal, además, se obtuvieron unos plantones mejores desarrollados que otros, los
cuales eran necesarios plantar en campo definitivo. Para ello, se midió el diámetro del cuello,
la altura de los plantones más altos y se efectuó su codificación con el fin de determinar la ca-
lidad con la cual estos salen del vivero y monitorear su desarrollo en campo. Estas mediciones
se realizaron con los y las participantes del vivero (Figura 26).
Figura 26. Medición de la altura y diámetro de los plantones de “queñual”.
Se midieron 235 plantones, cuya altura promedio fue de 39 cm, además, el mínimo y
máximo valor fueron de 30 cm y 60 cm. (Figura 26). Diversos autores indican que la
altura recomendada para realizar la plantación en campo definitivo del queñual es
por encima de 1 m, sin embargo, ninguno de los plantones registró esa medida, lo cual
se puede deber al origen del material vegetativo y a las condiciones ambientales de la
comunidad. Cabe señalar que los plantones no fueron sometidos a ningún tratamien-
to orgánico o químico.
Para el caso del diámetro del cuello, al no existir datos conocidos sobre el grosor
recomendado o adecuado para considerarlo óptimo, se estimaron los rangos 2,5 mm,
2,5 mm, 4,9 mm y mayor a 5,0 mm calificados como calidad baja, media y alta, res-
pectivamente, propuestos por Saenz (2010) para plantas latifoliadas. Siguiendo estos
intervalos, el 97% de las plantas medidas se encuentran en la calificación de calidad
alta, mientras que el 3% restante son de calidad media.
Con ambas mediciones, se procedió a calcular el índice de esbeltez (IE), el cual rela-
ciona la capacidad fotosintética de la planta (la altura) con la resistencia (diámetro
del cuello). Entonces este índice se obtiene dividiendo los valores de la altura de la
planta (cm) y el diámetro del cuello (mm). Para los rangos de IE, se emplearon tam-
bién los propuestos por Saenz (2020): mayor o igual a 8,0, 7,9, 6,0 y menor o igual a 6,0
como calidad baja, media y alta, respectivamente. Luego de considerar estos inter-
valos mediante el índice de esbeltez, se obtuvo que el 62 % de plantones posee una
calidad alta, el 31%, una calidad media y el 7% restante, una calidad baja (Tabla 5).
Figura 27. Distribución de la altura (cm) de los plantones medidos.
21. 3.6. Lecciones aprendidas
Con la medición y el cálculo de estas variables, además de la codificación de
cada plantón, se podrán relacionar las variables de calidad con el crecimien-
to del árbol. Para ello, se realizó la faena de plantación, la cual consistió en
formar cercos vivos en sus áreas de cultivo con el fin de brindar protección y
demarcar sus cultivos empleando un distanciamiento de 3 m x 3 m. Con esto,
se protegieron sus áreas de cultivos a largo, se aseguró el mantenimiento
continuo del árbol, y se reinsertó y revaloró esta especie en la comunidad.
CALIDAD
Baja
Cantidad % Cantidad %
Ø (mm) IE
Media
Alta
0
8
227
0
3
97
16
74
145
7
31
62
Tabla 5. Cantidad y porcentaje de plantones según la calidad del diámetro del cuello e índice de esbeltez.
Es importante para la recolección de esquejes seleccionar a los
individuos más maduros o adultos, además de identificar los chupones
para el enraizamiento.
El establecimiento del vivero comunal -fomentado en el trabajo previo
que se realizó para su ejecución- fue posible gracias a la participación
de los pobladores. Es importante escuchar las opiniones y necesidades
de los involucrados.
Hasta la fecha, el vivero sirve como un espacio para producir plantones
forestales y para compartir experiencias, ideas y opiniones que a la
larga fortalecen las capacidades de las y los involucrados.
La metodología planteada para propagar el queñual ha demostrado
buenos resultados, ya que se cuenta con un prendimiento del 90%. Es
necesario realizar otra metodología si se desea propagar otra especie.
Es importante para la recolección de esquejes seleccionar a los
individuos más maduros o adultos e identificar los chupones para el
enraizamiento.
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