1. El cine es una investigación sobre nuestras vidas. Sobre lo que somos. Sobre nuestras
responsabilidades -si las hay-. Sobre lo que estamos buscando.
John Cassavetes
Del kinetoscopio al cinematógrafo en México
El cine es una creación que vino a transformar la forma de ver el mundo. El mundo en general vivía
una transformación en relación con lo que se había vivido en el siglo XIX y los descubrimientos
científicos y tecnológicos eran una muestra clara de toda esta transformación. Los niveles
educativos se incrementaron y la economía mundial estaba en una de sus mejores épocas. La
industrialización hizo que las comunicaciones y los transportes mejoraran notablemente y la gente
se desplazó hacia las ciudades. Los obreros son los grandes protagonistas pues se vuelven la fuerza
de trabajo y los que son capaces de consumir gracias a los salarios, que por cierto fueron muy
bajos; sufrieron la explotación en largas jornadas de trabajo y malas condiciones1. En este contexto
capitalista es en el que nace el cine, como una forma de entretenimiento y de retrato de la
realidad. Los numerosos intentos y experimentaciones llevaron a la invención del kinetoscopio de
Thomas Alva Edison y el cinematógrafo de los franceses Lumiere.
En nuestro país se vivía una época de orden, paz y
progreso patrocinada por Porfirio Díaz, que gustaba
de estar a la última moda europea. Bajo su
mandato se logró un crecimiento macro económico
aunque los niveles de pobreza también
aumentaron. El descontento de la mayoría que vivía
soportando malos salarios y explotación en una
ciudad que pretendía estar a la altura de las del
mundo. En este contexto es que en aras de la
modernidad se busca también el progreso en el entretenimiento y así es como en el año de 1985
llega por primera vez el kinetoscopio a México: “Así pues, en el segundo año de la producción y
comercialización del kinetoscopio, cuando el negocio marchaba sobre ruedas el 14 de agosto de
1984, Edison autorizó […] exhibir el artefacto en México, las Indias Occidentales, Sudamérica y
Australia”2 pero este invento se vio rápidamente desplazado por el cinematógrafo de los
hermanos Lumiere.
Es al año de 1896 el que marcará una diferencia, pues tanto el cinematógrafo cono el vitascopio de
Edison, conocido aquí con el nombre de Kinetoscopio de proyección3, llegaron a México y
revolucionaron el entretenimiento y la forma de ver el mundo. Los diarios del país hablaron de
1
Giuliano Procacci, Historia general del siglo XX, Barcelona, Crítica, 2001, p. 14-16.
2
Juan Felipe Leal, et. all., Anales del cine en México: el vitascopio y el cinematógrafo en México, México,
Voyeur, 2005, p. 49.
3
Ibídem, p. 70.
2. estas primeras proyecciones. Por parte del vitascopio, la primera función se llevó a cabo en el
Teatro-Circo Orrin de la plazuela de Villamil. Las vistas que más impresionaron fueron Obreros
herreros y La serpentina, esta última había sido coloreada por el mismo Edison. Por parte del
cinematógrafo la primera función se llevó a cabo el 6 de agosto de 1896. El presidente Porfirio
Díaz, con su familia, los recibió a los enviados de los Lumiere, Claude Ferdinand Bon Bernard y
Gabriel Veyre en una reunión privada en el Castillo de Chapultepec, su residencia oficial, y el
viernes 14 de agosto se hace la primera presentación pública del cinematógrafo para la prensa y
"grupos científicos", en los "altos" de la droguería Plateros, (Segunda calle de Plateros número
nueve, ahora Avenida Madero), la más elegante de la capital. En esa función se proyectaron de
ocho a once vistas, estando entre las más gustadas Llegada del tren, Disgusto de niños, Carga de
coraceros y Demolición de una pared4. Las primeras vistas y tomas del país fueron hechas por los
enviados e los Lumiere y cuando tuvieron que dejar el país para seguir llevando su invento al resto
de América Latina, dejan a Ignacio Aguirre un aparato toma vistas y varias cintas. “La función era
todos los días de las cinco y media de la tarde a las 10 de la noche. Vistas de colores (pintadas a
mano) recién llegadas. [Las] entradas 25 centavos.”5 Entre las tomas grabadas por Aguirre se
encuentran Pleito de hombres en el Zócalo y Rurales mexicanos a caballo. En octubre de 1897
Salvador Toscano le presentó competencia a Aguirre en el local de Plateros no. 9 6. Con esto vemos
que la industria mexicana comenzó a crecer paulatinamente.
El primer gran artista de estas tomas fue Porfirio Díaz que
aparece en varias tomas y se convierte en la estrella del
cinematógrafo. En los cinco meses de su estancia en México,
Veyre y Bon Bernard captaron al general en toda clase de
eventos oficiales y familiares: El general Díaz, paseando a
caballo en el bosque de Chapultepec, El general Díaz,
acompañado de sus ministros, en desfile de coches, El general
Díaz recorriendo el zócalo, El general Díaz despidiéndose de sus
ministros, El general Díaz con los secretarios de Estado en el
Castillo, El general Díaz en carruaje regresando a Chapultepec 7.
Pero sin duda alguna la Revolución Mexicana dio no sólo a los
mexicanos, sino también a los extranjeros la oportunidad de documentar un conflicto armado. Se
hicieron tomas que resultaron documentales reales del momento histórico que la nación vivía.
Entre la filmografía de este conflicto se encuentran: Asalto y toma de Ciudad Juárez, entrada
triunfal de don Francisco I. Madero, Historia de la Revolución, desde la toma de Ciudad Juárez
hasta la salida del licenciado León de la Barra, Triunfal arribo del jefe de la Revolución don
Francisco I. Madero, Viaje del señor Madero de Ciudad Juárez a la capital o Viaje triunfal del jefe
de la revolución don Francisco I. Madero desde Ciudad Juárez hasta la Ciudad de México,
Revolución Orozquista / La Revolución en Chihuahua / Revolución en el Norte, Decena trágica, El
4
Federico Dávalos Orozco, Los albores del cine mexicano, México, Clío, 1996, p. 13.
5
Juan Felipe Leal, Óp. Cit., p. 75.
6
Ídem.
7
Federico Dávalos Orozco, Óp. Cit. P. 14.
3. Señor general don Porfirio Díaz en París, Entrada de los generales Villa y Zapata a la ciudad de
México el domingo 6 de diciembre de 1914, entre muchos otros que son la memoria gráfica de
nuestra Revolución.
Bibliografía:
Procacci, Giuliano, Historia general del siglo XX, Barcelona, Crítica, 2001.
Leal, Juan Felipe, et. all., Anales del cine en México: el vitascopio y el cinematógrafo en México,
México, Voyeur, 2005.
Dávalos Orozco, Federico, Los albores del cine mexicano, México, Clío, 1996.
De los Reyes, Aurelio, Medio siglo de cine mexicano (1898-1947), México, Trillas, 1987.