9. Son fieles cristianos quienes, incorporados a Cristo por el bautismo, se
integran en el pueblo de Dios, y hechos partícipes a su modo por esta
razón de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, cada una
según su propia condición, son llamados a desempeñar la misión que
Dios encomendó cumplir a la Iglesia en el mundo.
laicos somos todas las personas que no somos
consagradas, sacerdotes o monjas (partes del clero). y
que sin embargo trabajamos dentro de una comunidad
cristiana o fuimos bautizados cristianos
10. Los laicos tienen como vocación propia el buscar el Reino de Dios
ocupándose de las realidades temporales y ordenándolas según
Dios... A ellos de manera especial les corresponde iluminar y ordenar
todas las realidades temporales, a las que están estrechamente
unidos, de tal manera que éstas lleguen a ser según Cristo, se
desarrollen y sean para alabanza del Creador y Redentor"
La iniciativa de los cristianos laicos es particularmente necesaria
cuando se trata de descubrir o de idear los medios para que las
exigencias de la doctrina y de la vida cristianas impregnen las
realidades sociales, políticas y económicas. Esta iniciativa es un
elemento normal de la vida de la Iglesia
11. Los laicos, consagrados a Cristo y ungidos por el Espíritu Santo, están
maravillosamente llamados y preparados para producir siempre los frutos
más abundantes del Espíritu. En efecto, todas sus obras, oraciones, tareas
apostólicas, la vida conyugal y familiar, el trabajo diario, el descanso
espiritual y corporal, si se realizan en el Espíritu, incluso las molestias de la
vida, si se llevan con paciencia, todo ello se convierte en sacrificios
espirituales agradables a Dios por Jesucristo, que ellos ofrecen con toda
piedad a Dios Padre en la celebración de la Eucaristía uniéndolos a la
ofrenda del cuerpo del Señor. De esta manera, también los laicos, como
adoradores que en todas partes llevan una conducta sana, consagran el
mundo mismo a Dios
De manera particular,los padres participan de la misión de santificación
"impregnando de espíritu cristiano la vida conyugal y procurando la
educación cristiana de los hijos"
12. Según el Concilio Vaticano II, en la Iglesia, cuerpo místico de
Cristo, todos participan no sólo de la dignidad y misión de Cristo,
sumo y eterno sacerdote, como hemos visto en las catequesis
dedicadas al sacerdocio común, sino también de su dignidad y
misión de gran profeta, como deseamos explicar en esta
catequesis.
Comencemos releyendo el texto de la constitución Lumen
gentium, según la cual Cristo "cumple su misión profética hasta la
plena manifestación de la gloria, no sólo a través de la jerarquía,
que enseña en su nombre y con su poder, sino también por medio
de los laicos, a quienes, consiguientemente, constituye en testigos
y los dota del sentido de la fe y de la gracia de la palabra, para
que la virtud del Evangelio brille en la vida diaria familiar y social"
(n. 35; cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 904).
13. Por su obediencia hasta la muerte (cf. Flp 2, 8-9), Cristo ha comunicado a sus
discípulos el don de la libertad regia, "para que vencieran en sí mismos, con la
apropia renuncia y una vida santa, al reino del pecado" (LG 36).
El que somete su propio cuerpo y domina su alma, sin dejarse llevar por las
pasiones es dueño de sí mismo: Se puede llamar rey porque es capaz de
gobernar su propia persona; Es libre e independiente y no se deja cautivar por
una esclavitud culpable
Los laicos, además, juntando también sus fuerzas, han de sanear las
estructuras y las condiciones del mundo, de tal forma que, si algunas de sus
costumbres incitan al pecado, todas ellas sean conformes con las normas
de la justicia y favorezcan en vez de impedir la práctica de las virtudes.
Obrando así, impregnarán de valores morales toda la cultura y las
realizaciones humanas
14. Mateo 5:9 "Bienaventurados los que
hacen la paz, porque ellos serán
llamados hijos de Dios.
Mateo 6:12 Perdónanos nuestras
deudas, como también nosotros
perdonamos a nuestros deudores. 13
Y no nos dejes caer en tentación, mas
líbranos del mal.
Mateo 6:14 Porque si perdonáis a los
hombres sus ofensas, vuestro Padre
celestial también os perdonará a
vosotros.
Mateo 11:28 "Venid a mí, todos los
que estáis fatigados y cargados, y yo
os haré descansar. 29 Llevad mi yugo
sobre vosotros, y aprended de
mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas. 30 Porque mi yugo es
fácil, y ligera mi carga."
Mateo 18:21 Entonces Pedro se
acercó y le dijo: -Señor, ¿cuántas
veces pecará mi hermano contra mí
y yo le perdonaré? ¿Hasta siete
veces? 22 Jesús le dijo: -No te digo
hasta siete, sino hasta setenta veces
siete.
Mateo 20:26 Entre vosotros no será así.
Más bien, cualquiera que anhele ser
grande entre vosotros será vuestro
servidor; 27 y el que anhele ser el
primero entre vosotros, será vuestro
siervo. 28 De la misma manera, el Hijo
del Hombre no vino para ser servido,
sino para servir y para dar su vida en
rescate por muchos.
15. Mateo 22:37 Jesús le dijo: Amarás al Señor
tu Dios con todo tu corazón y con toda tu
alma y con toda tu mente. 38 Este es el
grande y el primer mandamiento. 39 Y el
segundo es semejante a él: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos
mandamientos dependen toda la Ley y
los Profetas.
Mateo 25:35 Porque tuve hambre, y me
disteis de comer; tuve sed, y me disteis de
beber; fui forastero, y me recibisteis; 36
estuve desnudo, y me vestisteis; enfermo,
y me visitasteis; estuve en la cárcel, y
vinisteis a mí." 40 Y respondiendo el Rey les
dirá: "De cierto os digo que en cuanto lo
hicisteis a uno de estos mis hermanos más
pequeños, a mí me lo hicisteis."
Lucas 7:47 Por lo cual, te digo que sus
muchos pecados son perdonados,
puesto que amó mucho. Pero al que se le
perdona poco, poco ama. 48 Y a ella le
dijo: Tus pecados te son perdonados. 49
Los que estaban con él a la mesa
comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es
éste, que hasta perdona pecados? 50
Entonces Jesús dijo a la mujer: Tu fe te ha
salvado; vete en paz.
Lucas 17:3 Mirad por vosotros mismos: Si tu
hermano peca, repréndele; y si se
arrepiente, perdónale. 4 Si siete veces al
día peca contra ti, y siete veces al día
vuelve a ti diciendo: "Me arrepiento",
perdónale.
Marcos 11:25,26 Y cuando os pongáis de
pie para orar, si tenéis algo contra
alguien, perdonadle, para que vuestro
Padre que está en los cielos también os
perdone a vosotros vuestras ofensas.
1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados y limpiarnos de toda
maldad.
16. 1 Juan 3:16 En esto hemos conocido el amor:
en que él puso su vida por nosotros. También
nosotros debemos poner nuestras vidas por los
hermanos. 17 Pero el que tiene bienes de este
mundo y ve que su hermano padece
necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo
morará el amor de Dios en él? 18 Hijitos, no
amemos de palabra ni de lengua, sino de
hecho y de verdad.
Juan 13:34 Un mandamiento nuevo os doy:
que os améis los unos a los otros. Como os he
amado, amaos también vosotros los unos a los
otros.
Juan 14:23 Respondió Jesús y le dijo: -Si alguno
me ama, mi palabra guardará. Y mi Padre lo
amará, y vendremos a él y haremos nuestra
morada con él. 24 El que no me ama no
guarda mis palabras. Y la palabra que
escucháis no es mía, sino del Padre que me
envió.
1 Juan 4:9 En esto se mostró el amor de Dios
para con nosotros: en que Dios envió a su Hijo
unigénito al mundo para que vivamos por él.
10 En esto consiste el amor: no en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que él nos
amó a nosotros y envió a su Hijo en expiación
por nuestros pecados. 11 Amados, ya que Dios
nos amó así, también nosotros debemos
amarnos unos a otros.21 Y tenemos este
mandamiento de parte de él: El que ama a
Dios ame también a su hermano.
2 Corintios 5:18 Y todo esto proviene de Dios,
quien nos reconcilió consigo mismo por medio
de Cristo y nos ha dado el ministerio de la
reconciliación: 19 que Dios estaba en Cristo
reconciliando al mundo consigo mismo, no
tomándoles en cuenta sus transgresiones y
encomendándonos a nosotros la palabra de la
reconciliación.
Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios. 9 No es por obras, para que nadie
se gloríe.