1. CARNAVAL DE ORURO
Oruro, cuna de las tradiciones folckóricas de Bolivia, Patrimonio cultural e intangible de
la Humanidad , ha cobijado desde antaño y aún lo hace con gran éxito, a cultores de las
diferentes expresiones de nuestro acervo cultural, expresados en la pintura, escultura y
particularmente en la música y la danza. Diablos, morenos, tobas, antawaras, incas y
otros, son mentores del Gran Antruejo Orureño.
Pero, este rico acervo cultural tiene una historia... Hacen algunas centenas de años, un
curioso personaje, para algunos héroe, truhán y romántico llamado Anselmo Belarmino
alias el Chiru Chiru, descubre en un socavón minero una imagen de la Virgen ,
convirtiéndose así en nuestro predecesor en la devoción que profesamos a la imagen
señera.
Este personaje que arrebataba pertenencias a ricos y prósperos habitantes y repartía su
botín entre los menos favorecidos, es a su vez cautivado por la belleza de la hija de una
de sus ocasionales víctimas, el rico comerciante Sebastián Choquiamo. Cuando nuestro
héroe pretende a la bella dama, su padre entraba una pelea con el mismo, siendo
mortalmente herido, en éstas circunstancias Anselmo es auxiliado por una dama que lo
lleva ante un cura para su confesión final, a quien cuenta que la bella dama que lo
auxilia, no es otra que la Virgen a la cual venera. Quienes, después de sepultados los
restos de Belarmino, se acercan a su guarida, descubren que no mentía respecto de la
imagen, la misma que inicia a ser venerada por quienes conocen la historia.
esde ése momento, los años van llenando progresivamente en el espíritu de los
habitantes de la Real Villa de San Felipe (Oruro) con el fervor por la imagen del
romántico truhán. Las expresiones vernaculares de sus habitantes originarios, criollos y
hasta chapetones, se suman a la religiosidad imperante en esos días, para dar lugar al
hoy Patrimonio Intangible de la Humanidad , esto es desde la expresión de
sometimiento que los habitantes del averno deben tener por la Virgen a través de la
Diablada , pasando por la ridiculización del coloniaje en varias danzas, hasta la nuestra,
remedo de los sufrimientos a los cuales eran sometidos los originarios de América y
Africa, paradójicamente hermanados por el ultraje pero también por el fervor y su fé.