Este documento presenta varios resúmenes de artículos sobre la arquitectura industrial y su papel en el desarrollo de la arquitectura moderna. Los artículos discuten temas como la dualidad entre lo racional y lo expresivo en la arquitectura industrial, y cómo proyectos como la fábrica de embutidos de Curro Inza en Segovia lograron integrar ambos enfoques a través de formas orgánicas y el uso de materiales. El documento también resume brevemente la evolución del pensamiento sobre la arquitectura industrial en
SEMIOLOGIA DE CABEZA Y CUELLO. Medicina Semiologia cabeza y cuellopptx
Icono industrial y progreso arquitectónico en la modernidad
1. Los edificios de la Industria: icono y espacio de
progreso para la arquitectura en el arranque
de la modernidad
ACTAS PRELIMINARES
Pamplona, 25/27 marzo 2020
Escuela Técnica Superior de Arquitectura
Universidad de Navarra
2. Los edificios de la Industria: icono y espacio de progreso
para la arquitectura en el arranque de la modernidad
ACTAS PRELIMINARES
Pamplona, 25/27 marzo 2020
Escuela Técnica Superior de Arquitectura - Universidad de Navarra
3. SARA COSCARELLI
La arquitectura industrial como fuente de inspiración para el diseño del espacio interior
de posguerra del GRUP R en Cataluña
BEATRIZ DE LA PUERTA GANCEDO
Las exposiciones de la industria: el pabellón de Javier Feduchi para la FICOP-67
(Madrid, 1967)
DANILO DI DONATO, MATTEO ABITA, RENATO MORGANTI,
ALESSSANDRA TOSONE
The factory for workers. Olivetti in Spain
JAIME J. FERRER FORÉS
Viljo Revell. Arquitectura industrial
MARTA GARCÍA ALONSO
Una arquitectura para el desarrollo: Vázquez Molezún y su labor como arquitecto del INI
RAFAEL GARCÍA GARCÍA, CARMEN TORIBIO MARÍN
La exposición de la industria. Los pabellones del INI como arquitectura experimental
PEDRO GARCÍA MARTÍNEZ, JOSÉ VELA CASTILLO
Contemporaneidad futura en la central térmica de Escombreras de Fernando de Urrutia y
Carlos de Jaureguizar
MARISOL GARCÍA TORRENTE, UBALDO GARCÍA TORRENTE
La cara B del movimiento moderno. Territorio, industria y ciudad
CARLOTA GONZÁLEZ PÉREZ, DARÍO NÚÑEZ GONZÁLEZ
La Choricera de Curro Inza. Como la conjunción de artesanía y técnica, sobre una gene-
ratriz métricamente poética, se transforma en arte y progreso
DAVID HERNÁNDEZ FALAGÁN
Tous y Fargas: arquitectura industrial como laboratorio
RUBÉN LABIANO NOVOA
La carrera espacial. Notas de ingravidez en la obra de Coello de Portugal
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4. Los edificios de la Industria: icono y espacio de progreso para la arquitectura en el arranque de la modernidad
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1. NIETZSCHE, F., El nacimiento de la tragedia,
Alianza, Madrid, 1995, p. 44.
2. “Estas ideas (acerca de lo apolíneo y dionisíaco
de “el nacimiento de la tragedia”) levemente rela-
cionadas –que inspiraron vagamente la obra de
Van de Velde a partir de 1896- encontraron su
síntesis en el libro de Wilhelm Worring (…)”
FRAMPTON, K., Historia crítica de la arquitectura
moderna, Editorial Gustavo Gili S.A., Barcelona,
1998, p. 100.
3. GIEDION, S., Espacio, tiempo y arquitectura,
Editorial Reverté, Barcelona, 2009, p. 305. Reflexión
de Van de Velde en conversación con Sigfried
Giedion refiriéndose a la situación en 1890.
4. Van de Velde, 1897. Citado en FERNÁNDEZ
ALBA, A., “Valores humanos y estéticos en el dise-
ño finlandés”, en Arquitectura, n. 43, 1962, p. 27.
LA CHORICERA DE CURRO INZA
COMO LA CONJUNCIÓN DE ARTESANÍA Y TÉCNICA, SOBRE UNA
GENERATRIZ MÉTRICAMENTE POÉTICA, SE TRANSFORMA EN ARTE
Y PROGRESO
Carlota González Pérez, Darío Núñez González
“Una misma corteza —un mismo barro cocido— la recubre por fuera y por dentro. Con los
mismos colores además” (Inza, 1959). Extracto de la memoria que presenta para su proyecto fin
de carrera.
HACIA LA ESCISIÓN ENTRE LO APOLÍNEO Y LO DIONISÍACO
En 1871 Nietzsche publica “El nacimiento de la tragedia”: “Bajo la magia
de lo dionisíaco no solo se renueva la alianza entre los seres humanos: también
la naturaleza enajenada, hostil y subyugada celebra su reconciliación con su
hijo perdido, el hombre”1.
Nietzsche muestra la dualidad entre la razón y los sentidos a través de la
metáfora de lo apolíneo y lo dionisíaco. En la conjunción de estos dos signifi-
cantes basamos el discurso en torno a la formalización de la fábrica de embu-
tidos levantada por Francisco de Inza en Segovia, en base a un proyecto que
redacta en colaboración con Heliodoro Dols.
En un entorno que se transforma, industrializa y mecaniza a una velocidad
sin precedentes, que provoca una crisis de valores, surgen imaginarios que
informan acerca de la proyección que se tenía del hombre moderno y de la
búsqueda de las nuevas formas para la nueva arquitectura que emerge al servi-
cio de esta industria. Ideas coherentes con el proceso creativo de ciertos artis-
tas y arquitectos contemporáneos2, y con la formación de corrientes como el
Art and Crafts o el Werkbund.
En la década de 1890 comienza la búsqueda de nuevas formas coherentes
con la realidad moderna “Todas las formas estaban tapadas. En esa época, la
revuelta contra las mentiras de las formas y el pasado era una revuelta moral”
(Van de Velde en conversación con Sigfried Giedion, hacia 1890)3.
En este sentido, los avances tecnológicos se convirtieron en aliados, y
también en escusa, para los experimentos con nuevas formas (Fig. 1).
“(…) yo considero que no he descubierto nada, salvo que se considere un descubrimiento ser
una persona sensata, para diferenciarse de todo el enjambre de los artistas industriales, de hoy.
El carácter de todos mis trabajos industriales y ornamentales surge de una sola fuente: la razón,
lo razonable en el ser y en la apariencia (…)”4.
Fig. 1. Mobiliario diseñado por Curro Inza en
1963 para el edificio de oficinas de la
Choricera y fabricado artesanalmente. Al
trabajo artesanal del mobiliario; que incluía
sillas (de las que en el edificio se conservan
16), mesas de diferentes tamaños, escrito-
rios, estanterías, remate de chimeneas,
barandillas y pasamanos de escaleras, todo
diseñado por el arquitecto con la misma
intención expresiva y orgánica que el edifi-
cio; se suma la pintura al fresco de su
misma autoría que aún se conserva el hall,
representando el proceso de producción
que se iba a dar en la fábrica, y que se carga
de simbolismo a través de los niños que se
representan como espectadores libres del
progreso social. Montaje de los autores de
esbozo obtenido de VERDASCO, A., El archi-
vo de Curro Inza, Mairea Libros, Madrid, p.
121; y fotografía de los autores.
5. Carlota González Pérez, Darío Núñez González
296
5. WORRINGER, W., Abstracción y naturaleza. Una
contribución a la psicología del estilo, FCE, México,
2008, pp. 78-79.
6. FRAMPTON, K., op. cit., p. 118.
En 1908 se publica Abstracción y naturaleza. Una contribución a la psico-
logía del estilo, de Woringer.
“Mientras que el afán de Einfülhung (proyección sentimental) como supuesto de la vivencia
estética encuentra su satisfacción en la belleza de lo orgánico, el afán de abstracción halla la
belleza en lo inorgánico y negador de la vida, en lo cristalino o, expresándolo en forma general,
en toda sujeción a la ley y necesidad abstractas”5.
Worringer muestra la dualidad entre la abstracción, de nuevo la razón, y la
empatía, los sentidos, referido a la obra de arte.
En 1912 Poelzing construye la fábrica de productos químicos en Luban,
compitiendo en estilo con la fábrica de turbinas de Behrens construida tres
años antes. Poelzing muestra una gran expresividad en su obra, que contrasta
con la composición conservadora de Behrens. Un contraste que no está reñido
con la voluntad artística de ambos.
En 1913 Gropius publica el artículo “Jahrbuch des Deutschen Werkbundes”
donde recopila imágenes de silos americanos como referencias formales para
una arquitectura industrial.
Behrens, Gropius y Poelzing experimentan con nuevas formas para la
nueva arquitectura; el primero continúa el camino del bello arte, a través de su
reinterpretación y abstracción, apoyándose en la nueva tecnología emergente;
el segundo investiga formas en usos similares al industrial; y el último experi-
menta con la proyección sentimental de una arquitectura técnicamente avanza-
da, como haría Curro Inza, medio siglo después, al esculpir los volúmenes de
la Choricera (Fig. 2).
En 1914 se celebra la exposición del Werkbund en Colonia mostrando una
“escisión ideológica (…) entre (…) Typisierung, tipificación (…) y la voluntad
artística (Kunstwollen)”6.
En 1927 se estrena la película Metrópolis. La cinta advierte acerca de la
proyección que se tenía de la sociedad a través de un desenlace en el que la
obsolescencia del nuevo sistema se produce por la fractura social, sin referir a
problemas económicos ni medioambientales. Una fractura reflejada en la dua-
lidad entre el Einfülhung (proyección sentimental) de los aspectos formales de
los escenarios expresivos de la ciudad burguesa, frente a la tipificación como
forma de desproveer de humanidad al proletariado. Un año después, en 1928,
nace Francisco de Inza.
Entre estos imaginarios y la realidad en la que Inza levanta (casi esculpe),
cerca de un siglo después de “El nacimiento de la tragedia” el edificio para la
Choricera, han sucedido una o dos guerras mundiales industrializadas, y una
Guerra Civil en su ámbito nacional. Con un ínterin de teorías precursoras de
la arquitectura genérica tipificada; de celdas habitacionales y contenedores de
producción; generadora de ciudades racionalmente planeadas para una pobla-
ción proletaria con cuya coreografía engrana y mueve las operaciones produc-
tivas, todo ello difundido, digamos por sintetizar, a través de los resultados de
los primeros CIAM y las revistas de arquitectura en las que ya se incorpora-
ban fotografías.
Fig. 2. Fotografía de conjunto de la
Choricera, en la que se percibe la expresivi-
dad de los volúmenes y la homogeneidad
conseguida a través del manejo de los
materiales. Aparece en el número 95 de
1966 de la revista Arquitectura, p.18.
6. Los edificios de la Industria: icono y espacio de progreso para la arquitectura en el arranque de la modernidad
297
7. En el número 52 de Agosto de 1923 de la
revista Arquitectura aparece un artículo de
Leopoldo Torres Balbás titulado “Tras una nueva
arquitectura” referido a “la corriente arquitectóni-
ca más avanzada”, haciendo una valoración, fun-
damentalmente, a la obra de Le Corbusier, pp.
263-268.
8. En el número 117 de Enero de 1929 de la revis-
ta Arquitectura se recogen los proyectos premia-
dos del concurso de albergues automovilistas
convocado por el Patronato Nacional del Turismo,
pp. 23-30.
En España se produce la entrada de la nueva arquitectura a través de revis-
tas como Arquitectura y AC. Durante la Segunda República empiezan a apare-
cer artículos referidos a la arquitectura moderna en el extranjero7, y los
primeros experimentos que se hacen con ella en el territorio nacional a través
de concursos como aquel para “albergues automovilistas”, por ejemplo, donde
empiezan a apreciarse nuevas formas ligadas al estilo internacional8, o la
influencia del GATEPAC.
HACIA LA INTEGRACIÓN DE LO APOLÍNEO Y LO DIONISÍACO
En un entorno hostil, en el que la tipificación deshumanizante ganaba la
batalla a la voluntad artística, tras ese período que se extendió entre las dos
Guerras, empiezan a destacar experiencias que, sin abandonar el camino abier-
to por la técnica y la racionalización del programa arquitectónico, muestran
una nueva arquitectura con capacidad expresiva, como hubo logrado Poelzing
décadas atrás.
En 1940 Alvar Aalto publica “The humanizing of architecture” en el núme-
ro de noviembre de 1940 de The Technological Review. En 1941 Sigfried
Giedion publica Espacio, Tiempo y Arquitectura. Origen y Desarrollo de una
nueva tradición (Fig. 3).
“La Revolución Industrial (…) cambió por completo el aspecto del mundo, (…). Su efecto sobre
el pensamiento y la sensibilidad fue tan importante que incluso hoy en día no podemos calcular
lo profundo que ha penetrado en la naturaleza misma del hombre y los grandes cambios que ha
producido en ella. (…) la Revolución Industrial (…) se apropió de todo el ser humano y de todo
Fig. 3. Fotografía del montaje de la estruc-
tura para la Choricera. Nótese la modula-
ción de la estructura y su desarrollo en
planta y altura. Aparece en VERDASCO, A., El
archivo de Curro Inza, Mairea Libros, Madrid,
p. 111.
7. Carlota González Pérez, Darío Núñez González
298
9. GIEDION, S., op. cit., p. 186.
10. Palabras pronunciadas por el Ministro de
Comercio en la inauguración de la exposición de
diseño industrial en 1959, “Diseño Industrial”, en
Arquitectura, n. 6, 1959, p. 31.
su mundo. (…) el equilibrio que se perdió en la vida humana con la llegada de la Revolución
Industrial todavía no se ha recuperado. La destrucción de la tranquilidad y la seguridad internas
del hombre ha quedado como el efecto más llamativo de la Revolución Industrial. El individuo
sucumbió ante el avance de la producción; fue devorado por ella”9.
En 1947 se celebre el sexto CIAM, el primero tras la devastación provoca-
da por la Segunda Guerra Mundial. El hombre genérico, objeto de debate en
anteriores CIAM, pasa a ser el hombre común, empieza a producirse un cam-
bio de rumbo de la línea editorial del Congreso.
En 1949 Aalto construye el Ayuntamiento de Säynätsalo, mostrando la
serenidad de una arquitectura funcional en la que se alcanza una gran expresi-
vidad a través de la integración con el lugar; ya no se trata de un lugar genéri-
co, en base al cuidado de los materiales y la composición volumétrica. El
ladrillo de convierte en el elemento unificador de la obra, componiéndose
fábricas en las que la simple colocación del ladrillo advierte de la especializa-
ción del artesano que lo ha trabajado, y en la confianza depositada por el
arquitecto en él. Nótese la analogía con las imágenes de las figuras 2 y 4
referidas a la Choricera.
En 1954 el mediático Le Corbusier construye Ronchamp, dejando de lado
al hombre genérico y construyendo un edificio para una Mujer.
LA SOCIEDAD ARTESANA COMO POTENCIAL
Tras la Guerra Civil, un poder nacional y autoritario más interesado, para
sus ciudades, en formas nacionales, una clase obrera ligada a la tierra, a la
artesanía, a la tradición y lo vernáculo, al lento metabolismo, una industria que
se desarrolla muy tímidamente, hizo que la línea editorial de España derivara
en una dirección diferente a lo que ocurría fuera de sus fronteras.
En este contexto, 1959 supondrá un punto de inflexión en el desarrollo
político, económico y social del país, lo que parece producir sensación de
libertad en materia de arquitectura, en la que se vivirá el aperturismo como
oportunidad para la experimentación.
Es en ese año cuando parece hacerse oficial preocupaciones que hubieran
sido planteadas en otros países del entorno europeo más de medio siglo atrás.
“En materia de artesanía se dice y se pide la urgencia de dar vida a la gloriosa tradición artesa-
na española, (…) dar vida a esta gloriosa tradición no es repetir lo antiguo, sino dotar a la
artesanía española de la sabia y el jugo nuevos, para que sin perder sus admirables condiciones
se ponga al tenor y al gusto de las gentes de estos tiempos”10.
Es en ese año, como si fuera premonitorio de la apertura y progreso que se
iba a vivir en materia de arquitectura desde ese momento, cuando se titulan los
miembros de la promoción CX. Una promoción que parece saberse impulsora
de los progresos en torno a la nueva arquitectura, y de la que destacan varios
miembros con obra personalísima, como es el caso de Curro Inza y Heliodoro
Dols, entre otros. Una promoción que aprende de un entorno internacional en
el que la nueva arquitectura se sume en una crisis de valores, y en un entorno
nacional de gran realismo, cuyos maestros arquitectos habían levantado vivien-
das, y poblados para una población humilde y campesina, para una clase
8. Los edificios de la Industria: icono y espacio de progreso para la arquitectura en el arranque de la modernidad
299
11. VV. AA., “Proyecto fin de carrera de la promo-
ción CX de la Escuela Técnica Superior de
Arquitectura de Madrid, Julio de 1959”, en
Arquitectura, n. 9, 1959, p. 18. En las reproduccio-
nes que aparecen del trabajo de Inza puede com-
probarse la semejanza con el edificio de la
Choricera: La torre prismática sobre una topogra-
fía artificial.
12. En el número 13 de Arquitectura, de enero de
1960, será un monográfico de Alvar Aalto. En el
número 14, de febrero de 1960, aparecerán artí-
culos sobre arquitectura y artesanía finlandesas, y
en el número 17, de mayo de 1960, aparece una
convocatoria para un viaje para conocer la arqui-
tectura de ese país.
13. VV. AA., “Panorama de la arquitectura en
1960”, en Arquitectura, n. 30, 1961, p. 8 (publica-
do, primero, en la revista Domus).
obrera artesana. Una promoción que aprende lo que llega de fuera, con espíri-
tu crítico, y metaboliza el potencial de lo próximo.
Es en ese año cuando la revista Arquitectura reanuda su publicación como
órgano colegiado; tras la interrupción que se había producido tras la Guerra
cuando su edición pasó al estado; publicándose en su número de septiembre de
ese mismo año una serie de proyectos fin de carrera presentados por los egre-
sados de la promoción CX, entre los que podemos encontrar los de Inza y Dols.
“Medio hincada en la tierra y alzando el cuello al aire de los cielos. Del color de la piel de las
castañas también de barro. Igual que las colmenas. Es así como son los picos de la cubierta
—bien sorda de por sí y bastante agobiada de silencio (…). Una misma corteza —un mismo
barro cocido— la recubre por fuera y por dentro. Con los mismos colores además”11.
En esta memoria cargada de simbolismo que presenta Curro para su pro-
yecto no hay descripción de formas, hay sentimientos, en un intento de conver-
tir en palabras la proyección sentimental que quiere alcanzar con su obra, más
allá de su forma, y lo consigue (Fig. 4).
Poco después de este número de septiembre, en febrero de 1960, Inza
entrará a formar parte del equipo editor de la revista Arquitectura como secre-
tario. Será en esos primeros números de 1960 en los que se empieza a notar la
influencia que adquiere la arquitectura y el diseño finlandés, como modelo de
nuevas formas más ligadas a la tierra. Varios números de la revista contendrán
artículos relativos a la arquitectura y diseño industrial de ese país, con especial
mención a Alvar Aalto en un artículo que incorpora un apunte del aserradero
de Varkaus dibujado por Alejandro de la Sota12.
En estos primeros números en los que aparece la figura de Inza son de
destacar los de febrero y junio de 1961, en los que aparece un repositorio de
arquitectura internacional a lo largo de la década de los 50 en el caso del prime-
ro, y a lo largo de 1960 en el caso del segundo. De este repositorio se destaca
la aparición del orfanato de Eyck13, por la singularidad de la modulación de la
planta, recurso que emplearían Inza y Dols para el desarrollo de la Choricera.
Para entender el contexto de sensatez en el que Inza se introduce en su
carrera profesional, recuérdense el escrito de Coderch para la revista Domus
en noviembre de 1961:
Fig. 4. Fotografía en color de conjunto del
edificio de la Choricera. Nótese como un
mismo barro cocido, del color de la piel de
las castañas, lo recubre, y como la torre,
hincada en la topografía de las cubiertas
(véase el boceto de obra con las indicacio-
nes de la solución para la cubierta), alza el
cuello al aire de los vientos. Y nunca mejor
dicho, ya que la función de la torre en la
Choricera es la de secado de embutidos
aprovechando los vientos dominantes,
hacia los que se orienta el lado mayor del
rectángulo. En la Choricera Inza recupera el
simbolismo de la capilla de su final de
carrera y lo convierte en arte con su mate-
rialización madura, ¿Puede haber mayor
sentido en la obra de un arquitecto que
aquel que se consigue madurando las ideas
inocentes con las que afronta el que puede
ser su trabajo más personal y libre? Existen
analogías entre los dibujos presentados por
Inza como final de carrera y el edifico de la
Choricera. Montaje de autores con foto y
boceto que aparecen en VERDASCO, A., El
archivo de Curro Inza, op. cit.
9. Carlota González Pérez, Darío Núñez González
300
14. CODERCH, J. A., “No son genios lo que necesi-
tamos ahora”, en Arquitectura, n. 38, 1962, p. 21
(publicado en Domus en noviembre de 1961).
15. Citado en RUIZ HERNANDO, J. A., Historia del
Urbanismo en la ciudad de Segovia del s. XII al XIX,
J. Antonio Ruiz Hernando, 1982, p. 75.
16. Entrevista a INZA, F., “Los arquitectos critican
sus obras. Francisco de Inza-Fábrica de Chorizos
en Segovia”, en Arquitectura, n. 153, 1971, p. 53.
“(…) Necesitamos que miles y miles de arquitectos que andan por el mundo piensen menos en
Arquitectura (con mayúscula), en dinero o en las ciudades del año 2000, y más en su oficio de
arquitecto. Que trabajen con una cuerda atada al pie, para que no puedan ir demasiado lejos de
la tierra en la que tienen raíces, y de los hombres que mejor conocen, siempre apoyándose en
una base firme de dedicación, de buena voluntad y de honradez (honor). (…)”14.
El debate respecto a esa inmoralidad de la arquitectura se extiende hasta
¿hoy?, siendo el edificio de la Choricera una suerte de ejemplo de arquitectura
sincera, madura, aglutinadora de experiencias, una obra integradora de las
distintas artes, en la que lo dionisíaco y apolíneo tienen cabida sin excepción
y se integran con el lugar.
LA CONJUNCIÓN ENTRE ARTESANÍA Y TÉCNICA
En este estado de cosas; un recorrido histórico internacional que ha mos-
trado las luces y las sombras de la nueva arquitectura, en un país campesino y
artesano que quiere progresar, y en una localización concreta, Segovia, que ha
sufrido duramente las condiciones del período autárquico, la familia Postigo;
industriales de productos cárnicos, encarga una fábrica de embutidos a
Heliodoro Dols en la que hubo sido una gran ciudad industrial, pero a la que
la tecnología del transporte llegó demasiado tarde y mutilada: “(…) desde los
remotos días de su definitiva repoblación, la Ciudad de Segovia, (…) tuvo
fábricas de (…) todas las industrias que tienen por objeto el laboreo y transfor-
mación de las lanas: (…) ya en el siglo XI se fabricaban en ella sus nombrados
paños” (Marqués de Lozoya, 1921)15.
La industria pañera fue soporte económico de la ciudad durante siglos, y
se extendió hasta mediados del siglo XIX. Vestigios de esta industria han que-
dado impresos en la imagen de la ciudad a través de las galerías de secado de
paños que aparecen en decenas de casas señoriales (Fig. 5).
La experiencia de la familia Postigo en la fabricación de estos productos,
regentes de una fábrica en pleno funcionamiento en Cantimpalos, y el compro-
miso adquirido por el arquitecto, hizo de los comienzos de este encargo un
trabajo de investigación basado en los procesos de la producción y en estudios
de campo derivados de visitas realizadas a fábricas a lo largo de Europa, con
especial atención a Alemania de donde se tomó como ejemplo la normativa
relativa a este tipo de construcción. Este bagaje fue un apoyo para resolver el
problema de la función de forma brillante, y de lo que resultaron complejos
organigramas que se convertirían en la generatriz de la forma del edificio.
“Mi amigo y compañero Dols llevaba casi un año reuniendo datos en colaboración con Carlos
Postigo. Ambos habían recorrido Inglaterra, Dinamarca, Alemania, Holanda, Francia, Italia y
Estados Unidos y tenían una cantidad de notas y especificaciones muy concretas”16.
Aunque el encargo inicial hubiera sido para Dols, este pide a Inza su cola-
boración y ya desde los primeros planos del anteproyecto aparecía la firma de
ambos. Se trataba de un encargo de proporciones colosales, y no solo por el
edificio que resultaría para albergar el programa complejo de la fábrica, sino
por el sentido y responsabilidad social que tendría. Se trataba de una fábrica
programada para emplear a 800 trabajadores, un volumen de trabajo muy supe-
rior al de otras industrias de la ciudad, distanciada del núcleo poblacional, para
Fig. 5. Analogía entre la torre de secado de
la Choricera y el torreón de Lozoya en
Segovia. Nótese como ambas torres com-
partían función, servir para el secado, la
torre de la Choricera para embutidos y la
galería superior del Torreón para paños.
Obsérvese el alero hiperexpresado a través
del vuelo de la planta superior, con lo que se
consigue una ruptura de la forma prismáti-
ca inexpresiva que hubiera resultado del
tratamiento homogéneo de la planta supe-
rior. Un gesto que Inza utiliza con cada uno
de los volúmenes que proyecta para la
Choricera, lo que se hace grotesco en las
garitas de vigilancia, dotadas de un alero
desproporcionado, así como en el trata-
miento de las piezas de mobiliario. Montaje
de autores con fotografías de los autores y
alzados obtenidos de VERDASCO, A., El
archivo de Curro Inza, op. cit, y de UHDE, C.,
Baudenkmäler in Spanien und Portugal,
Berlín, 1892.
10. Los edificios de la Industria: icono y espacio de progreso para la arquitectura en el arranque de la modernidad
301
17. Con la fábrica en funcionamiento, empieza el
desarrollo urbano de la Carretera de Villacastín en
Segovia, en las proximidades de la fábrica.
Destacando las viviendas de la calle Malangosto,
en las que se emplea el mismo ladrillo que en la
Choricera, conformando con ella cierta unidad.
18. Entrevista a INZA, F., op. cit., p. 54.
lo que se prepararon áreas de aparcamiento de bicicletas, y en cuyas proximi-
dades se produciría un crecimiento urbano de vivienda obrera17. El edificio se
programa como un organismo vivo, ya que se toma como premisa que uno de
los factores de la función de una fábrica es la adaptación constante a los cam-
bios, al progreso. Por otro lado, este concepto permite que el edificio se empie-
ce por la última fase de la producción, que era la que la propiedad necesitaba
con mayor urgencia, y que es la parte del edificio que contiene la torre de
secado, las oficinas, y el nivel inferior de cubierta resuelta como una topografía.
“Lo que sucede ahora es que uno de los problemas graves que tienen las fábricas, la arquitectu-
ra industrial toda, es que corren mucho más deprisa los cambios que se realizan en la tecnología,
en la industria y en los procesos comerciales, que en las instalaciones. (…) La fábrica sigue
siendo un elemento vivo. Y esta es una de las cosas que más nos preocupó para el planteamien-
to y para la modulación de la fábrica”18.
Este aspecto queda garantizado a través de la modulación que se hace de la
estructura del edificio, empleándose un módulo de 5x5m que se repite en plan-
ta y altura, salvo una zona de secaderos artificial en la que se emplea un módu-
lo de 8x8 por exigencia de la instalación. Estas pequeñas dimensiones de
módulo contradicen, en parte, las fábricas que los arquitectos habían visitado
en Europa, pero con esto se conseguían crujías pequeñas que permitían una
buena iluminación y ventilación, y techos planos que pudieran limpiarse, cua-
lidades higiénicas muy valoradas por Inza, y, además, se abarataban costes.
Una vez programada la forma de la función, (Fig. 6) que quedó plasmada
en el proyecto de Dols e Inza, este último queda a cargo, en solitario, de la
dirección de las obras, las cuales se convierten en un taller de artesanía y un
laboratorio de ensayo. El proyecto solo le servirá a Inza por sus líneas maestra.
Estas líneas maestras producen una forma que responde a la función, lo cual
hubiera sido suficiente para conseguir una forma justificada, pero Inza levanta
una obra de arte, al incorporar como premisa de la función la de servir a las
emociones, algo que se logra a través de su aspecto (Fig. 7).
Fig. 6. Fotomontaje de plano de proyecto
obtenido de VERDASCO, A., El archivo de
Curro Inza, op. cit., y vista aérea del conjun-
to facilitado por el Ayto. de Segovia. Aparece
en oscuro la primera fase que se levanta,
declarada BIC, y que correspondía a la últi-
ma fase de la producción, edificio adminis-
trativo, secadero natural y zonas de
empaquetado y expediciones.
Fig. 7. Montaje de autores con fotografías
propias y fotografía antigua de VERDASCO,
A., El archivo de Curro Inza, op. cit.
6
7
11. Carlota González Pérez, Darío Núñez González
302
19. Entrevista a INZA, F., op. cit., p. 56.
20. Curro convierte la obra en un taller artesano,
en la que se habilitó un lugar para pasar las
noches, algo que se conoce a través de entrevistas
con arquitectos locales coetáneos y amigos de
Curro, como Leopoldo Moreno y Alberto García
Gil. Entre sus experimentos fue muy conocido el
que llevó a cabo en las marquesinas de la zona de
expediciones, en las que plantea una serie de
bóvedas tabicadas sobre ménsulas metálicas, las
cuales se desplomaron varias veces hasta encon-
trar la curvatura adecuada. Levantó la fábrica con
ladrillos que se fabricaban casi a pie de obra, en
una fábrica a escasos metros, de donde se termi-
naron produciendo los ladrillos de alguna de las
viviendas construidas con posterioridad, lo que
imprime cierta homogeneidad a las construccio-
nes entre sí. Otro experimento fue el uso de unas
baldosas de terrazo de color castaño, una nove-
dad en el mercado, que utilizó en todas las super-
ficies horizontales, alfeizares, área urbanizada y
cubiertas. El desconocimiento acerca del compor-
tamiento de este material provocó fisuras, lo que
obligó a impermeabilizar la cubierta con pintura.
Todo esto patrocinado por la familia Postigo.
“(…) a mí se me dijese que no solamente interesaba que quedasen resueltas las exigencias
fabriles que ellos (la propiedad) podían controlar, (…), sino que había un aspecto de la fábrica,
que ellos no podían controlar, en el cual tenían un interés marcadísimo: el que la fábrica fuese
muy bonita (…) ¿No es cosa verdaderamente sorprendente”19.
Una vez levantado el esqueleto, en base a soportes y vigas metálicas, el
resto del edificio se levanta de forma artesanal bajo las directrices de Curro,
quien pondrá a prueba sistemas constructivos en base a elementos cerámicos
levantados artesanalmente, y fabricados en las proximidades de la fábrica, lo
que da un aspecto de brutalismo cerámico a la corteza del “color de la piel de
las castañas y de barro”, que permanece respetando la función de su belleza,
en un diálogo eterno con la sierra20.