2. La palabra Folklore (voz inglesa , compuesta,
creada por William J. Thoms: folk, significa
popular; lore significa - referido al pueblo -
ciencia o saber ) se refiere al conjunto de las
tradiciones, creencias y costumbres de las
clases populares.
3. Deriva de la zamacueca (explicada en la cueca) y se bailó en el siglo pasado en todas las
provincias argentinas, y actualmente aún se conserva alguna vigencia en las occidentales y
norteñas. Es, junto con la chacarera, el género más difundido de música autóctona.
Andrés Chazarreta publicó su versión de la "Zamba de Vargas" en 1906.
La "Zamba", última descendiente de la antigua "Zamacueca" peruana, reúne en su juego
coreográfico las características de un poema, donde se sintetiza todo el proceso amoroso que
el hombre aspira cumplir como esencial función de la vida. Es la danza con trayectoria histórica
más documentada, y la más discutida con respecto al origen de su denominación y
procedencia. Con el titulo de "Zamba", aparece anotada por primera vez en "Recuerdos de
Treinta Años", de José Zapiola, definiéndola "como muy popular en Chile entre los años 1812-
1813", y nuevamente apuntada por María Graham, el 5 de setiembre de 1822 en su "Diario de
Residencia en Chile". Además es reconocida indistintamente como "Zama-cueca", "Cueca",
"Marinera", etc., denominándosela "Chilena" en las provincias de Salta y Jujuy, designación que
se popularizó hasta en el Perú, cuna de este baile, donde se cultivó con entusiasmo y se la
consideró como una verdadera danza nacional, hasta que sobrevino la guerra con Chile(1879).
A partir de ese momento y no viendo con simpatía aquella denominación que les recordaba el
nombre de sus contendores, a instancia del intelectual y humorista Abelardo Gamarra, más
conocido por el seudónimo de "El Tunante", cambió el rótulo de "Chilena" por el de "Marinera",
en homenaje a las hazañas del "Huáscar", buque de la marina peruana. La "Zamba", cumbre de
nuestras danzas tradicionales, es reconocida con ese nombre en las provincias mediterráneas y
con el de "Cueca" en toda la región cordillerana. Su juego mímico es altamente significativo;
los pañuelos que lucen los bailarines, actúan como transmisores mudos pero elocuentes del
sentir de los intérpretes, destacándose la intención del varón en el propósito de conquistar a la
dama. Inspirado poeta, la ha cantado así:
Una música en la noche
y en el aire una esperanza.
La "Zamba" juega su juego;
ronda de amor sin palabras
4.
5. Hermana de la Zamba, de la Chilena, de la Marinera peruana y de otras
danzas similares, hijas todas de la Zamacueca peruana, o derivadas de ella, la
cueca es una de las danzas que más arraigo tuvieron en nuestro país, en
cuyas regiones occidental y norte aún conserva cierta vigencia.
La zamacueca - cuyo nombre parece haber dado origen a los de Zamba y
Cueca - fue creada, según C. Vega, en Lima (Perú), hacia 1824, con
elementos aportados por los bailes de la época. En dicho país se la llamó
también Zambacueca, Mozamala y Zanguaraña.
La zamacueca llegó a Chile en 1824 ó 1825, luego pasó a Mendoza y desde
Bolivia entró al Norte del país. Desde entonces se bailó en todas las provincias,
salvo Buenos Aires, dando lugar a la formación de sus descendientes, entre las
que mencionaremos a la Zamba, la Cueca, la Cuequita y la Chilena.
Otras cuequitas
La CUECA CUYANA, que es menos briosa que la chilena y que la "achilenada",
se baila generalmente con pasos cruzados, como los de la Zamba,
alternándolos con otros simples, caminados; por lo común de zapateos.
La CUEQUITA NORTEÑA, cuya música tan partiuclar se reconoce prontamente
por el peculiar sonido de las quenas, charangos y otros instrumentos típicos, se
baila con un pasito valseado, rápido, y con frecuentes repiqueteos.
6.
7. Baile típico de nuestro país, especialmente en Corrientes, Chaco, Formosa, Misiones y norte
de Entre Ríos.
Con epicentro en la provincia de Corrientes, su influencia llega al este del Chaco, norte de
Santa Fe norte de Entre Ríos. El sur de Misiones y parte del este de Formosa participan de la
vigencia del Chamamé.
Los estudiosos Julían Zini y Julio Cáceres descubrieron danzas cortesanas antiguas que se
bailaban desde la expulsión de los Jesuitas de nuestras tierras correntinas, allí reside el
origen del chamamé con la mezcla de las distintas etnias que poblaron Corrientes.
El historiador(y gran sabedor de la música del litoral) Prof. Enrique Piñeyro obtiene datos
muy precisos de las influencias(Gregorianas y flamencas)con las misiones jesuíticas y
luego ritmos netamente GUARANÍES y africanos que confluyeron en lo que hoy llamamos
"chamamé".
De todas las provincias adyacentes de la tierra correntina, es quizás el Chaco la que le
sigue en importancia en cuanto a la dispersión del Chamamé.
El éxodo de correntinos hacia los algodonales y obrajes chaqueños en busca de mejores
condiciones y su posterior afincamiento definitivo, ha provocado un desplazamiento hacia
el este del área del Chamamé y prácticamente los estratos populares rurales de las dos
provincias que responden a la pauta folklórica guaranítica, son los portadores más
importantes de esta expresión del folklore musical.
La proyección del Chamamé en escala nacional producida por una preferencia general
hacia los motivos musicales guaraníticos en los medios urbanos, hecho que iniciado hace
unos quince años aproximadamente, crece en intensidad, y la difusión de composiciones
lírico-musicales inspiradas en los ritmos del litoral podrían provocar consecuencia del
movimiento interior-capital-interior, un ensanchamiento o por lo menos una revitalización
del Chamamé en las áreas marginales a la región donde tiene su ámbito natural y efectivo,
por el prestigio que le otorga la metrópolis convirtiéndola en moda nacional. Nuevamente
damos al pueblo y al tiempo la palabra definitiva.
8. Chamamé Orillero es en el que se notan influencias del tango. Tal
hecho ocurre en las periferias de las ciudades del ámbito guaraní.
Chamamé Ganci o Chamamé triste es una modalidad del
Chamamé y se caracteriza por su tónica y sentimental. También se
lo denomina Chamamé canción.
Si atendemos a su condición de música folklórica, el Chamamé no
cuenta con la antigüedad de otras danzas argentinas de esa
especie, aunque debemos reconocer que su área de expansión y
la penetración en el espíritu de los argentinos es muy superior al de
muchas de aquellas. En sus orígenes fue una danza rural de pareja,
pero la mencionada expansión - por toda la zona mesopotámica
primero, y por el resto del país luego - se produjo también como un
género vocal - instrumental.
Es hoy, una de las pocas danzas populares argentinas que se baila
de manera masiva en todo el país y que nunca ha perdido
vigencia.
Su conformación musical hay que ubicarla hacia 1870, cuando en
el acordeón de dos hileras de "cantos" y ocho bajos - conocido
popularmente como "verdulera" - llegó a Corrientes de la mano de
los inmigrantes europeos. Así, y en combinación con la voz
humana, el bandoneón, el contrabajo y las guitarras, terminaron por
definir el "sonido" de esta música argentina. Existen varios tipos de
Chamamé, que reflejan a su vez diversos estados emocionales o
circunstanciales de sus cultores..
9. Hace medio siglo aun se cultivaba en la campaña argentina.
Ventura R. Lynch, cuyo conocido folleto se publicó en 1883, lo menciona entre las danzas del gaucho bonaerense
y asegura que se bailaba también en el interior y en el Uruguay.
Cuando Sarmiento era muy joven lo bailó en San Luis. Así nos lo dice en sus "Recuerdos de provincia" cuando
habla de don José de Oro, su maestro y consejero hasta los 15 años, el cual... "Gustaba con pasión de bailar, y él
y yo hemos fandangueado juntos todos los domingos de un año (1826) enredándonos en pericones y
contradanzas en San Francisco del Monte, en la sierra de San Luis..."
Nada extraño es que el Pericón se bailara en 1820 en Buenos Aires, cuando el testimonio de Sarmiento lo radica
en San Luis en 1826. Esa antigüedad y esa dispersión se confirman con la noticia clave que nos dejó el sólido
recuerdista José Zapiola, autor que, a pesar de haber publicado en 1872 sobre el período 1810-1840, merece
crédito. Escribe Zapiola: "San Martín con su ejército, en 1817, nos trajo el Cielito, el Pericón, la Sajuriana y el
Cuando..."
Según documentos que daré en otra oportunidad, Pericón es el bastonero, por tal nombre conocido en Buenos
Aires antes de 1818. Y la expresión "cielo apericonado" de esa época, significaría "cielo con bastonero", esto es,
"cielo con más de dos parejas", con muchas parejas, como el Pericón, que aunque se llama baile "de cuatro",
según Lynch, es de cuatro como mínimo, porque con dos no se puede hacer la cadena.
Esta danza (y otras) fue incluida en nuevas obras criollas hasta que obtuvo una nueva versión musical muy
difundida. En 1900, el actor y compositor Antonio D. Podestá, estrenó en el teatro de la Zarzuela (hoy Argentino) un
"boceto lírico nacional" en un acto, con texto del propio compositor, titulado "Por María". La obra se dio once
veces seguidas y algunas más, después, en el Victoria y en el Apolo. Todo en 1900-1901.
La música del boceto fue compuesta a base de melodías populares u originales en estilo popular, y el Pericón de
la quinta escena (original de Podestá) fue reducido de la orquesta al piano por G. Grossi. Se imprimió la versión y
el público agotó numerosas ediciones del "Pericón por María", como se rotula. Así pudo ser y fue ejecutado y
bailado por niños y adultos en las fiestas escolares, de beneficencia o de aficionados, en las poblaciones de toda
la república.
Hacia 1906 el Pericón invade francamente los salones aristocráticos de Buenos Aires. Hay, es claro, partidarios y
adversarios de su adopción. Se discute. Los amigos de nuestra danza le hacen una débil defensa; no saben que el
Pericón es baile de la más pura genealogía cortesana y que su aspecto vulgar es aleatoria consecuencia del
culto en el ambiente campesino. Tampoco saben que bajó a los dominios del pueblo (antes de recibir el nombre
popular) de los salones porteños, y que luego, en la época de la revolución, esos mismos salones, distinguidos
entre los más elegantes del mundo, lo acogieron de nuevo y lo importaron a las principales ciudades
sudamericanas.
10. Los amores es una danza tradicional de pareja suelta
e independiente, y de movimiento vivo. Se baila en
cuarto, o sea de a dos parejas (como el pollito).
Nos cuenta Pedro Berruti que esta danza se bailó
hacia el siglo XIX en Buenos Aires. Hay documentos
que indican que se bailó una danza "e Amor" con
una coreografía distinta a la de Buenos Aires. Esto se
publicó en el periódico porteño Mefistófeles, tal lo
indica hacia 1882 el músico sanjuanino Arturo Berutti.
Isabel Aretz indica que se bailó hasta mediados del
siglo XX en los valles de Tafí (Tucumán), aunque el
nombre de dicha danza es "Amor", difiere de la
coreografía bonaerense ya citada. Aretz-Thiele
recogió versiones de Amores en Catamarca
también.