Este documento habla sobre la lucha constante entre la carne y el espíritu. Citando varios versículos de la Biblia, explica que los cristianos han crucificado la carne y sus pasiones. Al estar en Cristo, somos nuevas criaturas capaces de vencer la concupiscencia y la idolatría. Cristo nos ha dado las armas espirituales necesarias para triunfar en la batalla y alcanzar la meta de guardar la fe y heredar la vida eterna.