La región del Chocó en Colombia ha sido saqueada e invadida, con su tierra y territorio vendidos a corporaciones nacionales y extranjeras a pesar de que las comunidades negras e indígenas son la población mayoritaria. La extracción de recursos naturales como la palma aceitera, la minería y la tala de bosques ha causado daños ambientales y la pérdida de la soberanía nacional a manos de compañías transnacionales. Las comunidades se resisten a este modelo depredador que amenaza su cultura y
1. El Chocó Saqueado e Invadido
Publicado: Domingo, 08 Febrero 2015 por Kavilando
Por: Luís Carlos Guerrero Ortega
Un dirigente de las comunidades negras de Tumaco haciendo un
extenso análisis de la región del Pacífico Colombiano dijo que
"cualquiera puede tener la tierra pero no el territorio".
Esta frase sintetiza el drama y lucha cotidiana que se vive en toda
Colombia, pero especialmente en los territorios de la región Pacífica.
La tierra ha sido vendida a las corporaciones nacionales y extranjeras
y las comunidades negras e indígenas, que es la población
mayoritaria, empeñan su fuerza cultural y sus principios éticos para
permanecer en el territorio.
La invasión del extractivismo cuenta con la complicidad de los
grandes medios masivos de información, que callan y esconden la
enajenación de la patria por la casta gobernante nacional. El Chocó
fue noticia diaria cuando las FARC hizo prisionero al General Álzate
Mora. También es noticia cuando hay violencia, ésta produce
bastantes muertos y se monta el espectáculo de culpabilizar a la
guerrilla. La tragedia social, esa cotidiana realidad de despojo y
miseria de los pobladores originarios es ocultada, hoy mucho más,
cuando se trata de mostrar las condiciones de competitividad de esta
región para el impulso del Plan Pacífico.
El Chocó, uno de los departamentos que conforman la región del
Pacífico, lo caracteriza tener una economía basada en la agroindustria
de la palma aceitera, la minería de oro y platino, la explotación
forestal, la maricultura y la presencia de cultivos de uso ilícito. Como
2. toda la región, el Chocó ha sido pensada en función del saqueo y
mercantilización de la biodiversidad, una de las más diversas y
abundantes de Colombia y el mundo.
La concepción neoliberal del desarrollo ha conllevado a contabilizar
como capital a los ecosistemas, midiéndolos más por producir
ganancia a los empresarios y menos en ser proveedores y
reproductores de vida para la gente de este bello territorio. Así, se
produce una suerte de "reducción comercial y financiero a todo un
ecosistema complejo que tiene numerosas funciones"(1). El valor de
Chocó no es el dinero, señores oligarcas e imperialistas
transnacionales, su valor es la vida.
Penetración y dominio transnacional: pérdida de la soberanía
Para la oligarquía, la región Chocoana y el pacífico necesita desarrollo
porque es una región atrasada, marginada, anclada en lo tradicional -
léase cultura indígena y negra-; debe ser impulsada a romper su
aislamiento, conectándose con los grandes centros de comercio
mundial, al mercado exterior y menos al mercado interno. La
conexión con Colombia no es importante. Y para conectarse con el
mundo hay que exportar la biodiversidad y su abundante riqueza.
Esta concepción impulsada para legitimar el despojo y las políticas
económicas predatorias es lo que ha llevado a una fuerte presencia
militar y paramilitar del Chocó. La militarización como garantía de la
transnacionalización del Chocó, o lo que es lo mismo, del
apoderamiento del territorio chocoano por las trasnacionales, con la
complacencia y la participación de todas las esferas
gubernamentales.
La locomotora minera ha favorecido aún más la pérdida de la
soberanía nacional y quienes mandan en el Chocó son las compañías
extranjeras. Entre las más beneficiadas, hay unas 18 corporaciones
internacionales como la Anglo Gold Ashanti, la Corporación de
Exploraciones Chocó Colombia y Cordillera, La Muriel Mining
Corporatión, Rio Tinto Mining And Explotación Colombia, Anglo
American Explotación Colombia, etc.
Ecocidio y crímen de Lesa Humanidad
Este modelo depredador y antinacional ha sido posible anclarlo
mediante el más bárbaro genocidio y el despojo a sus ancestrales y
legítimos dueños: los pueblos indígenas y negros, incluso violentando
y manipulando la juridicidad constitucional que establece la propiedad
colectiva del territorio para los indígenas y negros. (2). Toda la
titulación colectiva viene siendo arrasada con la complicidad del
Estado y los gobiernos quienes incluso se valen de las mismas leyes
3. para fomentar titulaciones colectivas que son cedidas luego a las
transnacionales. El caso de cómo fue logrado el contrato para la
explotación forestal por la trasnacional canadiense Prima Colombia
Hardwood Inc, lo hace muy evidente.
La empresa Canadiense aprovechando la Ley 70 de 1993, la cual
reconoce el derecho a las comunidades negras, el derecho a la
titulación y propiedad colectiva de tierras baldías, organiza un grupo
comunitario -Consejo comunitario- llamado “los Delfines”, compuesto
por seis mil personas de 18 comunidades. Y suscriben con ellas un
acuerdo de explotación forestal que contó con el aval de la
Corporación Autónoma de la regional del Chocó, Codechocó. Esto fue
en el año 2006 mediante la resolución 2293 que autoriza la
explotación forestal en un área de 44.596 hectáreas de bosque en
territorio comprendido entre los municipios de Bahía Solano y Juradó.
(3).
En pocas palabras, se entregó para el ecocido a una de las zonas más
biodiversas del país y del mundo, consumando de paso un crimen de
lesa humanidad, que nos debe movilizar en todo el país a los sujetos
que nos duele Colombia. Estas 44.596 hectáreas se suman a las 310
mil hectáreas de bosques talados por las agresivas empresas
madereras que cada año devastan nuestra madre naturaleza,
destruyendo páramos y selvas.
Lo que para la transnacional canadiense es un jugoso negocio, para
los colombianos es una tragedia ambiental irreparable. El movimiento
ambientalista ha denunciado que los beneficios de este contrato no
compensan, en justicia social y ambiental, los daños que produce. La
generación de empleos es poca pues se crearan 120, muy pequeño si
se tiene en cuenta que promoviendo una producción agrícola sana y
armonizada con la naturaleza se pueden generar miles de empleos y
beneficio sociales. Un metro cúbico de madera procesada tiene un
valor de 4 mil dólares en Europa, según los estimativos del
movimiento ambiental, mientras que la empresa calcula que el valor
de producción del metro cúbico es de 10 dólares, lo cual produce un
altísimos nivel de rentabilidad apropiado privadamente por la
compañía.
Este proyecto agudiza la situación de deforestación del Chocó. Los
estimativos señalan que el 40 por ciento del territorio ha sido
deforestado y destruidos sus bosques. Cada día se están talando 25
mil 833 hectáreas, constituyéndose el tráfico de madera en uno de
los tres reglones más rentables de Colombia. Es tanta la tala
indiscriminada de bosques, que Colombia es considerada el octavo
país que más deforesta en el mundo.
Resistencia viva frente a la muerte
4. El saqueo programado para Chocó ha sido cuestionado por los
movimientos y organizaciones populares del Pacífico Colombiano,
quienes se han agrupado en el Foro Interétnico y popular, en defensa
del territorio y la vida, cuyos postulados fundamentales se centran en
una cosmovisión distinta a la del bárbaro capitalismo. El foro
interétnico prioriza la armonía de la vida entre seres humanos y
naturaleza, en la acción y apropiación colectiva de la riqueza para
procurar justicia social y ambiental donde la participación comunitaria
es la clave en democracia.
La resistencia de las comunidades negras e indígenas, sustento de
una visión más holística de la vida, ha sido criminalizada por el
accionar del Estado con su fuerza militar y paramilitar. De esta
manera la defensa de la soberanía que le corresponde al Estado y las
Fuerzas Armadas las han tenido que asumir el pueblo indo afro
chocoano, fuerza moral de la nación que representa el 85 por ciento
la población del Chocó. (4).
Debemos detener la ecocida locomotora minera y juzgar a los
entreguistas por crímenes de lesa humanidad y de lesa naturaleza.
Que esto sea posible está en manos del movimiento social y de las
fuerzas políticas progresistas y de izquierda. Nosotros nos apuntamos
en este reto por la vida.
Notas:
(1) Artículo, Cuando a la naturaleza se le pone precio. Kanya
D'Almeida, publicado en Rebelión.
(2) Ley 70 del 1993.
(3) Tomado de Árboles del Chocó entre la lucha, de David y Goliat.
Periódico de la Universidad Nacional, UN periódico número 155, mayo
12 del 2012.
(4) La riqueza y miseria del Chocó, reporte de telesur, 27 de
noviembre del 2014.