Unas lluvias torrenciales desnudaron la situación del campo, con una agricultura familiar devastada y el uso intensivo de agrotóxicos, y brindan la oportunidad de hacer un debate ecológico y político largamente postergado por la izquierda.
Carta de Sabrina Shorff enviada al juez Kevin Castel
Las lluvias arrasan con el mito del desarrollo en el campo uruguayo
1. Las lluvias arrasan con el mito del desarrollo en el
campo uruguayo
por Ignacio Cirio. Lunes, 03 de Marzo de 2014
Unas lluvias torrenciales desnudaron la situación del campo, con una
agricultura familiar devastada y el uso intensivo de agrotóxicos, y
brindan la oportunidad de hacer un debate ecológico y político
largamente postergado por la izquierda.
Uruguay. Buena
primeros 40 días
debería llover en
precipitación anual
parte del territorio uruguayo recibió en los
del año, en promedio, el equivalente a lo que
cuatro meses, unos 400 milímetros contra una
en torno a los mil 200.
Los resultados inmediatos y emergentes de esta problemática fueron
suficientemente publicitados: evacuaciones en las periferias de
algunas ciudades, destrucción de infraestructuras viales, anegamiento
de cultivos y proliferación de enfermedades en los mismos, por
ejemplo. Otros, menos evidentes en su inmediatez y efecto, se
avecinan. Conocerlos ayuda a visibilizar la fragilidad de sectores de la
ruralidad uruguaya, agudizada por la consolidación de un modelo de
producción y una dinámica territorial que supedita la salud humana,
los ecosistemas, el rol protector del Estado y la producción de
alimentos al lucro empresarial. Y lo que resulta aún peor: es
visualizado desde sectores de izquierda como sinónimo de
“desarrollo”.
De bendición a calamidad
Lo que comenzó siendo, para los productores del principal rubro
exportador nacional, la soja transgénica, una “bendición” –en
palabras del propio titular de la Asociación Rural del Uruguay- se
tornó un grave problema. Las extraordinarias y copiosas
precipitaciones impidieron por varias semanas el acceso a las
aplicaciones terrestres de agrotóxicos –insecticidas y herbicidas- a la
2. mayoría de las chacras, ubicadas como
prácticamente en todo el territorio nacional.
mancha
creciente
El resultado plausible es que, en la medida que las lluvias abran un
paréntesis en los próximos días, se incrementarán las aplicaciones
aéreas y terrestres a través de las pulverizadoras conocidas como
“mosquitos”, con concentraciones de productos muy superiores a las
utilizadas normalmente, debido a la “demora” y la posibilidad que las
precipitaciones previstas para la segunda mitad de febrero “laven” los
biocidas empleados.
En el departamento de Canelones, donde la presencia de la soja
transgénica es cada vez más notoria y cercana a las decenas de
centros urbanos –el departamento cuenta con 29 municipios, por
ejemplo-, y cuyo territorio se encuentra protegido de aplicaciones
aéreas debido a una ordenanza municipal (lograda a partir de la
denuncia de vecinos productores familiares de la zona de Cuchilla de
Rocha, en las proximidades de Sauce, en 2010), varias empresas
agrícolas solicitaron a la comuna una “autorización especial” para
aplicarlas con avionetas. Según fuentes de la Intendencia Municipal
de Canelones (IMC), el gobierno departamental aún no ha tomado
definición al respecto, aunque algunos de los involucrados consideran
que las empresas que se arriesgaron a cultivar el transgénico en
tierras mayoritariamente arrendadas del departamento con mayor
población rural del país, lo hicieron a sabiendas de la prohibición.
En enero de 2010, un inicio de año también lluvioso y por encima de
lo normal (el registro del Instituto Nacional de Investigación
Agropecuaria, INIA, a través del su servicio GRAS, indica entre 75 y
150 milímetros acumulados en ese mes), Jorge Mérola, productor
ganadero familiar en la zona de Villa del Carmen, sobre ruta 14 en el
departamento de Durazno y su esposa, recibieron fuertes dosis de
agrotóxicos a partir de fumigaciones aéreas en los campos de soja
linderos al suyo. Así lo relata en propio productor en un trabajo
audiovisual producido por Redes-Amigos de la Tierra Uruguay
(“Efectos colaterales”, 2011). Como consecuencia de ello, su esposa
contrajo lupus. En esa misma zona, este año, solo en enero se
acumularon el doble de precipitaciones (siempre según INIA/GRAS).
Este mero ejemplo, proyectado, esboza un panorama complejo para
las poblaciones rurales que hoy viven literalmente a la vera de la soja
en todo el territorio.
La proliferación de aplicaciones aéreas, sumado al incremento de las
concentraciones de los productos aplicados, junto a la saturación de
los suelos que aumenta el escurrimiento de los agrotóxicos hacia las
corrientes de agua, prefiguran un serio panorama a mediano plazo
para la salud pública, para lo cual el sistema sanitario ha demostrado
no estar preparado ni alerta. Y, por extensión, habrá un deterioro en
3. las condiciones de las cuencas hídricas que surten las redes de agua
potable.
Las lluvias iniciadas en el traspaso de año desbordaron los cauces
normales de las corrientes de agua, con lo cual la superficie total de
espejos de agua sometidos a la incidencia directa de los agrotóxicos
aumenta. Y esto sin hablar de la necesidad creciente de agrotóxicos
para intentar “salvar” algo de la muy menguada producción de
productos hortifrutícolas una vez que se normalice el clima y las
familias productoras tengan claridad de la magnitud del desastre.
Antes de instalarse virtualmente el escenario para el cual el propio
presidente José Mujica empleó el término “calamidad”, el efecto de
los agrotóxicos en el deterioro de las cuencas hídricas se reflejó en el
fenómeno que se conoce como “eutrofización”, la proliferación
extrema de algas a partir de nutrientes anormalmente altos. Este
proceso, ligado directamente con el uso de fertilizantes agrícolas
sintéticos para el monocultivo extensivo en las cuencas, tornó las
aguas de varios ríos importantes del país en fuentes de
cianobacterias, lo que deriva en la muerte de ganado vacuno y ovino.
Río Negro, Canelón Chico y Santa Lucía, además de los embalses de
Baygorria y Rincón del Bonete, fueron algunos de los casos de
cuencas en las que se denunció recientemente la muerte de animales
de particulares e incluso de la Facultad de Agronomía de la UdelaR,
en Paysandú.
La intensificación en la aplicación de venenos en las próximas
semanas precederá, además, al inicio del año electivo público del
país, previsto para el 10 de marzo. Ello, sumado al incumplimiento
general de las distancias de retiro de los cultivos respecto a los
edificios escolares, autoriza a pensar que los casos de fumigaciones
sobre escuelas se sumarán como en los últimos años, de lo cual el
archivo de información pública reciente ofrece varios ejemplos.
El eslabón más débil
Otra componente de los efectos de las lluvias tiene que ver con la
endeble estructura de la producción familiar de alimentos básicos del
país -aun cuando la Organización de Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO) declaró 2014 su Año
Internacional.
Las producciones “a campo” –esto es, sin invernaderos- sufrieron
daños, en algunos casos totales –hortalizas de hoja, de rápida
recuperación sin embargo- o muy severos, como es el caso del
tomate de mesa y morrón del sur del país sin protección, cuyo
faltante se supliría con lo producido en el litoral norte (Salto), aunque
4. recién a mediados de mayo y con un esperable aumento en su precio.
Las hortalizas de conservación como zapallos, calabacines y cebollas
tendrán una vida útil mucho más reducida y la fuente oficial del
Mercado Modelo ya recomienda la importación.
Ya el 4 de febrero se liberó la importación de papa por parte de la
Comisión Asesora del Mercado Interno, además de que se habilitó la
importación de diez partidas de tomate de primera calidad. En
general, el precio de importación se equipara con el precio mayor al
momento del ingreso; nunca es inferior. En otras palabras: el ingreso
de mercadería importada no reduce los precios, apenas si frena su
escalada e históricamente es fuente de jugosos negocios para unas
pocas empresas intermediarias.
La vendimia, sobre todo para el sector productor de materia prima,
será muy difícil. El producido que los viticultores comercializaron
colectivamente el año pasado no ha sido cobrado enteramente, la
próxima cosecha no tiene precio de referencia y ya debería haberse
iniciado, tempranamente, para evitar daños mayores por efecto del
fulminante ataque de botrytis que deja prácticamente solo el
escobajo en la planta.
Los efectos de esa situación son tremendos para el eslabón más débil
de la cadena viti-vinícola, y no menores para el conjunto de la
producción hortifrutícola. La crisis, a solo un año del granizo que
devastó buena parte del sur del país, tiene un claro y previsible
efecto: la desaparición de unidades productivas y la concentración de
producción y mercado mayorista intermediado. Y, claro, el aumento
de la inflación impulsada por la canasta hortifrutícola, con pérdida de
capacidad de compra del salario y de soberanía alimentaria.
Aunque desde 2008 existen mecanismos de emergencia legales,
como la declaración de Catástrofe Climática –nacional o regional-, la
situación que desnudaron estas lluvias merece un debate con miras
más elevadas, aunque claramente sin dejar de atender lo urgente.
El escenario político del país, en la antesala de las elecciones
nacionales y departamentales donde el arco de fuerzas progresistas
se propone renovar la conducción del Estado nacional y varios
departamentos clave, merece un debate en profundidad y con
abundancia de datos y ejemplos de esta transformación territorial y
social que impulsa el modelo productivo.
También, proyectar el impacto de estos cambios a la hora de sopesar
proyectos como la minería de gran porte, la construcción de al menos
dos nuevas represas en el centro del país o la aprobación de una
nueva fábrica de procesamiento de celulosa en Cerro Largo, por
ejemplo. Retomar, en última instancia, una discusión sin el velo falaz
5. que equipara el agronegocio sojero-forestal o la hortifruticultura de
exportación al desarrollo rural, como en el siglo XX el latifundio
ganadero adquiría valor de “civilización”, en el territorio pastoril y
vacío.
Para la izquierda, organizaciones y espacios de reflexión populares
es, además de una necesidad inaplazable, la oportunidad de retomar
la iniciativa en materia de debate y construcción crítica de la agenda
de desarrollo rural y ambiental que la “lógica de la gestión” dejó en
manos de la derecha, constituyendo quizá el peor error estratégico en
los diez años de experiencia de gobierno.
http://desinformemonos.org/2014/03/las-lluvias-arrasan-con-elmito-del-desarrollo-en-el-campo-uruguayo/