La lettera di pedro Sanchez che annuncia una "pausa"
Macizo colombiano cronica
1. Macizo Colombiano, Crónica de una Resistencia en Marcha
"Si el Macizo vive, vivimos todos, Con Fe y Esperanza construimos
territorio, por el respeto a la vida, no a la gran minería"
Francisco Javier Cuadros / Viernes 15 de junio de 2012
El Preámbulo: de Popayán, la ciudad blanca, al biodiverso
macizo colombiano (La Vega, Vereda Santa Rita)
Muy temprano tomamos camino hacia el municipio de La Vega,
destino: la vereda de Albania. Allí esperábamos que llegaran
campesinos y uno que otro gobernador indígena. El tema de la cita:
apoyar el proceso de apropiación colectiva del territorio bajo la figura
jurídica de la Zona de Reserva Campesina (ZRC). Los campesinos de
la zona ven en esta figura una mínima seguridad jurídica, la
oportunidad de defenderse de la gran minería que los está
amenazando, además de la posibilidad de avanzar en la lucha por el
reconocimiento del campesinado como sujeto político.
De camino a la reunión pasamos por Timbio, Rosas y por fin llegamos
a la Albania. En la parte alta de la montaña, una capilla con un
Sagrado Corazón, a un costado la cancha cubierta que pertenece a la
escuela de la vereda y, a manera de bienvenida, una pancarta: "Si el
Macizo vive, vivimos todos, Con Fe y Esperanza construimos
territorio, por el respeto a la vida, no a la gran minería". La última
vez que vine a este lugar un campesino me contó: "la minería no
respeta ni siquiera el cerro donde está el sagrado corazón, allí hay
una concesión minera", paradojas de nuestro país, se profesa la fe
católica, sin embargo, la minería está por encima mismo de sus
2. símbolos. En la reunión se mezclaron rostros de mujeres y hombres,
campesinos e indígenas con una única diferencia: los indígenas
cargan bastón de mando. Unos y otros son el mismo pueblo que vive
en el campo, con una historia de profunda relación intercultural. Un
mismo pueblo forjado también por afrocolombianos y comunidades
negras asentadas en las partes bajas que colindan con el Valle del
Patía. En esta ocasión la reunión era con habitantes de las zonas
altas.
Pequeños rasgos del Macizo colombiano:
El núcleo del Macizo colombiano en el Cauca lo comprenden Sucre,
San Sebastián, Almager, La Vega, La Sierra, Rosas, Sotara y Bolivar.
La historia de esta región es bien larga, su riqueza natural es
inmensa, así como la historia de sus conflictos. Es una región donde
predomina fundamentalmente la economía campesina, en la que por
muchos años han prevalecido cultivos de café y caña entre otros.
Esta región en la década de los 90 protagonizó masivas
movilizaciones, las más recordadas son las del 1999, en las que
campesinos y organizaciones de todo el departamento se unieron en
el denominado "Paro del Sur Occidente", logrando parar por 19 días
el Departamento y firmar actas de negociación con el Gobierno, quien
incumplió la mayoría de compromisos. También en el Macizo esta la
expresión armada de nuestro conflicto, con presencia de las
guerrillas, fuerzas militares y por temporadas los paramilitares. Al
bajar de la Vereda de Santa Rita hacia el Patía se pasa por la vereda
los Uvos, allí 17 cruces blancas recuerdan la Masacre de los Uvos que
cometieron paramilitares y ejercito el 7 de abril de 1991, por lo que
condeno la Corte Interamericana de Derechos Humanos al Estado
colombiano.
La minería está en contradicción con el agua y los pueblos del
macizo: Muchas ideas se intercambiaron sobre la temática que
convoco la reunión en este rincón del macizo colombiano; una que
me llamo enormemente la atención fue la del agua, pues el Macizo es
reconocido como la estrella fluvial de Colombia, allí nacen los Ríos
Magdalena, Caquetá, Patía y Cauca, también el río Putumayo, en el
nudo de los pasto, mas hacia el sur. Aquí sucede otra paradoja: a
pesar de ser una región rica en agua, se quieren implementar, con la
complicidad del Consejo Municipal de la Vega y en contravía a la
decisión de la comunidad, contadores para iniciar el cobro del bien
común, ante esto afirma un campesino: “ellos verán que hacen, el
agua es nuestra y encontraran resistencia, en mi casa no pondrán
contador.”
Luego de tocar por cerca de dos horas este tema entramos en
materia: la apropiación colectiva del territorio bajo la figura jurídica
de la Zonas de Reserva Campesina (ZRC). Los participantes ven en
3. esta figura una oportunidad para proteger su territorio, ya que la ley
hoy los tiene en pleno abandono, el campesino no existe como
población a atender por parte de la política gubernamental, por el
contrario, todo el andamiaje institucional va en dirección de
desaparecerlo, no es gratis la sistemática política de desplazamiento
y empobrecimiento de la población rural. Si no se puede venir
directamente a constatar la realidad basta con echarle un vistazo a
las cifras de pobreza en Colombia, que señalan que en el campo
están los mas pobres entre los pobres.
La principal amenaza, en este momento, que tiene el Macizo es la
locomotora minera, ya las organizaciones tienen claro las
pretensiones de la gran minería; mostrando el Catastro Minero
Nacional indican con propiedad que su territorio está siendo copado.
El porcentaje del territorio comprometido para la minería es: Sucre y
San Sebastián 40%, Almaguer comprometido el 90 % de su
territorio, La Vega el 80 %, La sierra el 90, Rosas 90, Sotara el 60%
y Bolívar 90%.
La apropiación colectiva del territorial como solución:
Uno de los mega proyectos mineros que amenaza al campesinado en
el Macizo es el llamado Dominical, que abarca cerca de 24.327 mil
hectáreas, ubicadas en el área campesina del municipio de la Vega y
un pedazo de Sucre. Hay 74 concesiones y títulos mineros. Es fuerte
la amenaza: una zona donde la economía campesina es
predominante, la gran minería definitivamente cambia la vocación de
la tierra, al hacer esto acaba con la economía y cultura campesina.
Ante esto el campesinado, con la fuerza legitima de apropiación
colectiva del territorio viene respondiendo, ya han logrado expulsar
momentáneamente unos mineros que venían del Urabá, quienes
antes de irse advirtieron: “vendrán los duros y no habrá nada que
hacer”, esa frase parece relacionarse con las 19 empresas que están
detrás de la explotación en el Macizo, entre esas: la Anglo Gold
Ashanti, la Continental Gold, Guatavita Gold, Anglo american y
Carboandes.
En La Vega encontramos el Proceso Campesino y Popular de la Vega,
donde coordinan distintas organizaciones. Es un proceso de más de
20 años que hunde sus raíces en las juntas de acción comunal
organizadas en ASOCOMUNAL la Vega. Con el pasar del tiempo se
han construido y fortalecido organizaciones campesinas,
ambientalistas, de producción agroecológica, estudiantes y de la
Normal Superior y profesores de escuelas. Cuentan con el respaldo y
coordinación a nivel regional con el Proceso de Unidad Popular del Sur
Occidente Colombiano PUPSOC. Si no fuera por su organización y
voluntad de lucha serian vulnerables ante la maquinaria de la gran
minería que amenaza el territorio del macizo. Pero los motiva
4. también poder seguir por el camino de empoderamiento popular del
territorio, de buscar formas de buen gobierno, como ellos llaman, en
la planeación colectiva de la producción y la vida. La planeación
colectiva de la producción y la vida de los pueblos en el macizo se
contraponen a la planeación de explotación extractivita minera, que
desconociendo y arrasando, quiere ejecutar sus pretensiones. Esta
planeación se puede proteger bajo la figura jurídica de Zonas de
Reserva Campesina (ZRC). Se construye de manera colectiva el
significado y propósito que desde la experiencia local y de base se le
da a la ZRC. En esa perspectiva firmaron de manera masiva
presidentes de juntas de acción comunal, Organizaciones y
campesinos la solicitud al INCODER para iniciar proceso de
Reconocimiento de la ZRC del Macizo colombiano. Hay que esperar la
respuesta del INCODER, pero se presume que sea negativa, la
locomotora minera es mas importante para el Gobierno, ya sabemos
que es una falacia el eslogan de presidencia: “prosperidad es para
todos”.
Mantener la iniciativa, articularse con la región y la nación el sustento
de la victoria: A pesar de las dificultades los vegeños no son flor de
un día, ellos mantienen la organización y avanzan en su cualificación
y crecimiento. Para el mes de noviembre ya tienen su próxima
iniciativa: el Encuentro de Pueblos y Semillas, encuentro que se
realiza cada dos años. Tuve la oportunidad de escuchar una reunión
del equipo coordinador, que se hizo desde las 8 pm hasta la 1 am. Allí
quedo clara la iniciativa, el encuentro se hará el segundo fin de
semana de noviembre y esperan una asistencia de 700 personas.
Estos encuentros sirvieron en un primer momento como defensa ante
la amenaza paramilitar y se han convertido en el escenario para
mandatar la acción, como diría uno de ellos: “de estos encuentros
populares y de semillas sacamos las leyes que a nosotros nos rigen,
estas son las leyes legitimas, por que las del gobierno podrán ser
legales pero no son legitimas para nosotros.”
Son consientes que no es suficiente con el trabajo local, por el
contrario son vehementes a la hora de plantear la necesidad de estar
articulados con otros procesos de resistencia en el sur Occidente y
Colombia, de hecho así lo vienen haciendo. A nivel nacional desde un
inicio han estado articulados con el Movimiento Político y Social
Marcha Patriótica. Resistencias como las de La Vega son las que
confluyen, abonan y se cosechan en la Marcha de la esperanza.