El documento presenta información sobre el XXXV Congreso Nacional de Música Litúrgica en Tlaxcala, México, enfocado en "El Espíritu de la Música Litúrgica en la Cuaresma". Se discute el significado del espíritu, la música y la liturgia, y se describe a la Cuaresma como un tiempo de conversión, reflexión y preparación para la Pascua. También se enfatiza la importancia de la austeridad en la música litúrgica durante la Cuaresma para reflejar su naturaleza penitencial.
1. XXXV CONGRESO NACIONAL DE MÚSICA LITÚRGICA
Del 4 al 8 de Febrero de 2013, Diócesis de Tlaxcala
“El Espíritu de la Música Litúrgica en la Cuaresma”
Mtro. Gabriel de Jesús Frausto Zamora
Después de haber escuchado la exposiciones anteriores, me pregunto: y ahora ¿que
voy a decir?
Esta tercera ponencia por su mismo título, pone de manifiesto que trataremos de
aterrizar o concretizar el trabajo propuesto por la DEMUSLI para este congreso.
Debo confesar que me intimida el ver entre nosotros personas con profundos
estudios, vivencias y experiencia en este tema. Me alienta el deseo y la responsabilidad de
compartir con ustedes un poco de lo que Dios me ha permitido vivir y aprender de muchos
y con muchos de ustedes en este ministerio de la Música Litúrgica.
Propongo desmenuzar un poco lo que hemos querido expresar con este Tema, para
luego presentarles algunas obras (quizás algunas conocidas por ustedes) que pueden ser de
mucha utilidad para las celebraciones litúrgicas y otros momentos de encuentro durante la
cuaresma.
EL ESPÍRITU
La palabra “espíritu”, se refiere sólo a la parte inmaterial del hombre. La raza
humana tiene un espíritu, pero nosotros no somos un espíritu. Sin embargo, en la Escritura,
sólo los creyentes, aquellos en quienes habita el Espíritu Santo, se dice que están
“espiritualmente vivos” (1 Corintios 2:11; Hebreos 4:12; Santiago 2:26), así como los no
creyentes están “espiritualmente muertos” (Efesios 2:1-5; Colosenses 2:13). En los escritos
de Pablo, el “espíritu” era el eje de la vida espiritual de un creyente (1 Corintios 2:14; 3:1;
15:45; Efesios 1:3; 5:19; Colosenses 1:9; 3:16). El espíritu es el elemento que le da al
hombre la habilidad para tener una relación íntima con Dios. Siempre que se usa la palabra
“espíritu”, se refiere a la parte inmaterial del hombre, incluyendo su alma.
Alma, del latín Ánima, su significado lo expresaba su parónimo animus, cuya
ubicación para los antiguos está la cavidad pectoral, de donde la sinonimia de las
expresiones “in pectore e in animo” son algo así como soplo vital, una especie de hálito o
brisa que al exhalarse implicaba la muerte. De ahí que “Amittere animam” significaba.
“perder la vida”. (Del Griego Anemos: viento, aire, soplo, sutil,).
MÚSICA
• Es el arte de bien combinar los sonidos (vocales y/o instrumentales) en el tiempo.
Utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo.
2. • El arte de las musas…
• Una definición bastante amplia determina que música es “sonoridad organizada”
• “El alma de los pueblos”, otros más bien se refieren a ella como “el lenguaje de los
dioses”
• El Canto, es el mejor de los instrumentos para expresar y transmitir aquello que
pensamos, sentimos, deseamos, celebramos y vivimos.
LA LITURGIA
1. La Liturgia es "acción" del "Cristo total" (Christus totus). Los que desde ahora la
celebran, más allá de los signos, participan ya de la liturgia del cielo, donde la
celebración es enteramente Comunión y Fiesta. Catecismo de la Iglesia.
2. La Madre Iglesia desea ardientemente que se lleve a todos los fieles a aquella
participación plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas que exige la
naturaleza de la liturgia misma y a la cual el pueblo cristiano "linaje escogido,
sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido" tiene derecho y obligación, en
virtud del bautismo. Catecismo de la Iglesia.
3. Se llama liturgia al culto público de la Iglesia, efectuado como Iglesia, en nombre
de la Iglesia y en comunión con la Iglesia. Esta liturgia está integrada por una serie
de ritos.
4. La práctica del Sacerdocio de Cristo.
5. Una vez expresado todo esto, podemos decir que: El Espíritu de la Música
Litúrgica, es el arte de bien combinar los sonidos y silencios, que mueven,
promueven, animan y disponen a la Asamblea (Incluido el Presidente y demás
ministros) a vivir y celebrar su fe en los distintos tiempos que la Iglesia por medio
del Calendario litúrgico nos ofrece.
LACUARESMA
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión que marca la Iglesia para
prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados
y tratar o proponernos cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir y seguir más
de cerca a Cristo, su Evangelio.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina
antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este
tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por
recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como
hijos de Dios.
3. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de
preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la
Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando,
compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de
actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de
nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada
día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la
envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos (creo que entre los
músicos esto no se da). En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús.
Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la
resurrección.
La Constitución “Sacrosanctum Concilium” (nn. 109-110) considera a la Cuaresma
como el tiempo litúrgico en el que los cristianos se preparan a celebrar el misterio pascual,
mediante una verdadera conversión interior, el recuerdo o celebración del bautismo y la
participación en el sacramento de la Reconciliación.
Cuaresma
109. Puesto que el tiempo cuaresmal prepara a los fieles, entregados más intensamente a oír la
palabra de Dios y a la oración, para que celebran el misterio pascual, sobre todo mediante el
recuerdo o la preparación del bautismo y mediante la penitencia, dése particular relieve en la
Liturgia y en la catequesis litúrgica al doble carácter de dicho tiempo.
Por consiguiente:
a) Úsense con mayor abundancia los elementos bautismales propios de la Liturgia cuaresmal y,
según las circunstancias, restáurense ciertos elementos de la tradición anterior.
b) Dígase lo mismo de los elementos penitenciales. Y en cuanto a la catequesis, incúlquese a
los fieles, junto con las consecuencias sociales del pecado, la naturaleza propia de la
penitencia, que lo detesta en cuanto es ofensa de Dios; no se olvide tampoco la participación de
la Iglesia en la acción penitencial y encarézcase la oración por los pecadores. Sacrosanctum
Concilium.
Penitencia individual y social
110. La penitencia del tiempo cuaresmal no debe ser sólo interna e individual, sino también
externa y social. Foméntese la práctica penitencia de acuerdo con las posibilidades de nuestro
tiempo y de los diversos países y condiciones de los fieles y recomiéndese por parte de las
autoridades de que se habla en el artículo 22.
Sin embargo, téngase como sagrado el ayuno pascual; ha de celebrarse en todas partes el
Viernes de la Pasión y Muerte del Señor y aun extenderse, según las circunstancias, al Sábado
Santo, para que de este modo se llegue al gozo del Domingo de Resurrección con ánimo
elevado y entusiasta. Sacrosanctum Concilium.
4. (También al ministro del canto, el cantor, el coro o grupo juvenil, ¿Puede prepararse
para la cuaresma para vivir y celebrar la cuaresma? Los seminaristas y de ahí para arriba…)
o pensamos que este tiempo debemos prepararlo los sacerdotes, equipo de liturgia, cantor,
etc., para que los “otros” se conviertan, se arrepientan, se confiesen, etc…
Durante el XXXI Congreso Nacional de Música Litúrgica en Celaya en 2009, en el
Santuario de Atotonilco, tuvimos la experiencia y vivencia de una celebración litúrgica para
la Reconciliación, con una catequesis introductoria para esta celebración, tema que
desarrollo nuestro querido Amigo el Padre Alberto Aranda.
La Iglesia quiere que durante este tiempo los cristianos tomen (tomemos) más
conciencia de las exigencias vitales que derivan de hacer de la Pascua de Cristo centro de
nuestra fe y de nuestra esperanza.
Insisto, quienes realizamos este ministerio del canto, ¿tenemos el deseo de entrar en
la dinámica de este tiempo cuaresmal? O solo nos tienta un mero cumplimiento por estar
ahí y no por participar de la celebración. ¿Cantar la misa o cantar en la misa?
Cantar la misa implica una preparación y disposición personal para participar y
hacer participar por medio del canto (en nuestro caso) a la Asamblea, con aquel repertorio
propio del Tiempo Litúrgico y de esa celebración.
Cantar en la misa, bien puede mostrar nuestra necesidad económica para hacernos
de algunos pesos o que ya con estar ahí, cumplimos con el precepto. Cantamos lo que sea y
como sea.
En este año de la Fe, bien cabe preguntarnos si, ¿vamos cantar en la misa por
necesidad económica? o cantamos la misa con la convicción vivir lo que celebramos,
realizando un servicio de manera decorosa, habiendo preparado el esquema adecuadamente
y siendo medios por los cuales Dios se manifiesta. Creo que podemos y debemos ser
conscientes del compromiso que asumimos como ministros del canto, para aportar a la
participación Plena, Consciente, Activa y Fructosa de los ahí reunidos, y que desde luego
es un servicio que debe ser remunerado, sin que sea este nuestro principal fin o nuestro
primer pensamiento.
En este mismo sentido me atrevo a decir que, los coros profesionales, los cantores,
organistas y grupos juveniles, comúnmente caemos en la rutina de cantar siempre lo
mismo. Entre más misas cantemos el fin de semana mejor, si son bodas, ya no se diga…
$$$... Me pregunto, ¿No estaremos lucrando con el culto? O sinceramente preparamos cada
una de éstas celebraciones. Me ha tocado empezar misas con 5 personas, ya en el aleluya
somos 9 o 10 y en la comunión (si la homilía fue dedicada especialmente a los novios
familiares o conocidos) quedamos solo 3 o 4 por que tenían otro hueso… Hueso??? Sí, es
el nombre que damos a la celebración Eucarística, memorial de la vida, pasión, muerte y
resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Una de las preguntas que ha menudo hago a mis alumnos es: ¿Cuánto tiempo dura
la misa? (les pregunto a ustedes también) o ¿Cuánto debe durar la misa? Yo digo que la
5. misa dura lo que debe durar. Dependerá desde luego de los ritos propios de cada
celebración, si hay bautizos, matrimonio, ordenación sacerdotal, etc. Somos nosotros los
que le damos a Dios en nuestro esquema ordinario (para que se escuche bonito) 1 hora los
domingos, si es menos: mejor; si es más… el padrecito es larguero y quien sabe si
volvamos.
CUARESMA "TIEMPO DE AUSTERIDAD" EN EL CANTO
No podemos olvidar que el tiempo de cuaresma es un tiempo penitencial; tiempo de
austeridad, que se manifestará tanto en el ornato del templo como en el canto.
Esta austeridad hay que destacarla para que resalte más el gozo cuando se haga
desbordante en la Pascua. Por este motivo, desde el comienzo de la cuaresma hasta la
vigilia pascual queda prohibido adornar con flores el altar; no se recita ni se canta el
Aleluya en ninguna celebración, incluidas las Solemnidades y las Fiestas.
En éste tiempo también se suprime el canto del Gloria. Sólo puede ser cantado (se
recomienda que sea recitado para guardar la austeridad del tiempo) en la Solemnidad
de San José (19 de Marzo) y de la Anunciación del Señor (25 de Marzo).
Los instrumentos musicales no acompañan «festivamente», sólo se permiten para
sostener el canto, como corresponde al carácter penitencial de este tiempo es decir,
acompañan «prácticamente», sirven para sostener la afinación del coro. (y del cantor).
Un detalle de la pedagogía maternal de la Iglesia es la excepción en todo este largo
recorrido en la austeridad: El cuarto domingo de cuaresma, domingo Laetare (es decir,
“Alégrate” por la proximidad de la Pascua), se permiten los instrumentos y el adorno
discreto del altar con flores.
Tampoco hagamos sonar los instrumentos en momentos que son para el silencio,
por ejemplo durante las ofrendas (mientras no se haga un canto apropiado), y mucho
menos durante la consagración, que no se debería hacer nunca, de igual manera, es
muy conveniente el silencio después de la comunión.
Durante la cuaresma, como en cualquier otro tiempo, debemos cantar, pero no
debemos cargar de cantos la celebración. Demos oportunidades en este tiempo al silencio
musical y a la austeridad en el canto.
En cuanto al uso de instrumentos para la Sagrada Eucaristía tanto en la Parroquia,
seminarios y casas de formación, donde normalmente se emplean diversos instrumentos
como la guitarra, panderos, claves, entre otros; conviene considerar el disminuir el número
de instrumentos que se utilizan (durante la cuaresma), por ejemplo. Si se tienen 5 guitarras,
usar solo 2. Restringir el uso de los instrumentos rítmicos como las claves, ¡Baterías!, y
aquellos que se juzgue conveniente emplear, usarlos más sobriamente. La voz humana debe
resonar en el Templo.
6. Otro punto práctico podría ser el omitir el “Canto de Salida” que en principio no es
litúrgico.
Otro aspecto importante es potenciar las aclamaciones – a las lecturas, respuestas a
la oración de los fieles, etc, - usar o emplear aquellas que encuadren más con la cuaresma,
la del formulario III del acto penitencial – Con tropos apropiados - .
Por ejemplo la 2da.
• Tú, que borras nuestras culpas:
Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
• Tú, que creas en nosotros un corazón puro:
Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
• Tú, que nos devuelves la alegría de la salvación:
• Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
CANTOS ESPECIFICOS EN CUARESMA
Debemos poner mucha atención en la selección de cantos para cada celebración de
acuerdo al tiempo Litúrgico. No es indiferente el hecho de preparar unos cantos u otros.
Estos deben ser cantos específicos, de la misma manera que en adviento o en navidad;
cantos que sean identificadores del tiempo en que estamos.
Cuando el grupo de liturgia organiza y selecciona bien una serie de cantos para la
cuaresma está influyendo en los fieles (tal vez más que el sacerdote con su homilía).
Tenemos que cambiar el repertorio y mejorar la oferta musical para nuestras comunidades.
No podemos contentarnos con cantar (como la mayoría de los domingos) Juntos
como hermanos, Venimos hoy a tu altar o ¡Qué alegría cuando me dijeron!, como canto
procesional de entrada; o el Pescador de Hombres o una espiga chamuscada por el sol (ya
con tanta vuelta) en el canto procesional de comunión. A éstos los dejamos descansar un
buen tiempo, pues ya tendremos ocasión de usarlos en tantos domingos del tiempo
ordinario.
Como MINISTERIO, el del canto litúrgico es un servicio del cual debemos estar
muy pendientes, vigilantes, y principalmente FORMADOS.
El Canto, (cuando no hay monición de ingreso) es la primera acción que
litúrgicamente se realiza y debe disponer a los fieles al espíritu, al ánimo, de esa
celebración… (Cuando caminamos por la calle y escuchamos que cantan las mañanitas? O
cuando vemos que en alguna casa hay gente reunida escuchamos que cantan: entre tus
7. manos?? Así mismo, cuando un fiel escucha un canto Penitencial, Eucarístico, Mariano,
etc., le será fácil entrar en el espíritu de esa celebración, vivir y celebrar su fe.
La Iglesia tiene un acervo musical muchísimo muy rico, muy basto. Pero, haciendo
conciencia en el ánimo de la Dignificación de las Celebraciones Litúrgicas, debemos
purificar el repertorio eliminando aquellos cantos vacios de contenido, que no son propios
para la liturgia, que no fueron pensados para ello y en su caso, organizar y diferenciar
(con sano criterio, “expresado en el magisterio de la Iglesia”) los cantos para las
celebraciones Litúrgicas, para las reuniones de catequesis, los cantos de Evangelización, los
cantos de convivencia, cantos vocacionales, etc..
Como es sabido por la mayoría de los aquí presentes, el Documento Motu Proprio
“Tra le sollecitudini” distingue tres géneros de música sagrada: El Canto Gregoriano, la
Polifonía Clásica y la Música Moderna. Da la preferencia para los Oficios litúrgicos al
Canto Gregoriano, al que califica de "supremo modelo de toda música sagrada", por
poseer en grado sumo las cualidades susodichas de santidad, bondad de las formas y
universalidad. (Motu Proprio 1903).
Este documento, cede el segundo lugar a la polifonía clásica, especialmente a la de
la escuela romana, que en el siglo XVI llegó a la meta de la perfección en las obras de
Palestrina, y que en este periodo muchos otros compositores siguiendo la escuela Romana
produjeron composiciones de excelente bondad musical y litúrgica; entre ellos: Cristóbal
Morales, Tomás Luis de Victoria, William Byrd, Jacobus Gallus, etc. Esta polifonía clásica
se acerca bastante al canto gregoriano y por esta razón mereció serlo.
Es, pues, deseo de la Iglesia que se haga de ella frecuente uso en las solemnidades
religiosas, especialmente en las basílicas más insignes, en las catedrales y en los seminarios
e institutos eclesiásticos, donde existen los elementos necesarios para su digna
interpretación. (También debemos propiciarlos)
La Iglesia ha reconocido y fomentado en todo tiempo los progresos de las artes,
admitiendo en el servicio del culto cuanto en el curso de los siglos el genio ha sabido hallar
de bueno y bello, salva siempre la ley litúrgica; por consiguiente, admite también en el
templo la música moderna, puesto que cuenta con composiciones de tal bondad, seriedad
y gravedad, que de ningún modo son indignas de las solemnidades religiosas. Ha de
cuidarse, empero, con gran diligencia que dichas composiciones musicales de estilo
moderno no contengan nada profano, ni ofrezcan reminiscencias de motivos teatrales.
Ahora bien, no podemos apreciar o amar aquello que no conocemos… Por lo tanto,
quienes conocemos un poco o quienes conocen más sobre la Música Sagrada, de la Música
Litúrgica, tienen “tenemos” el compromiso de compartir e instruir a quienes solo tienen la
voluntad. Sin duda, esto no es una tarea fácil, pero, si podemos aportar con nuestro granito
de arena.
8. Cierro esta parte de nuestra charla diciendo que:
El primer convencido, convertido, instruido, confesado, predicador con el
ejemplo… debe ser “debemos ser” cada uno de nosotros los que prestamos un servicio
específico a la Sagrada Liturgia, para tener la fortaleza de predicar con las palabras y
convencer con el ejemplo. La cuaresma la podemos entender solo en función de la Pascua.
Tenemos así, en el citado documento de Pío X, la siguiente regla de oro
consignada: "Así pues, el antiguo canto gregoriano tradicional deberá restablecerse
ampliamente en las solemnidades del culto, teniéndose por bien sabido que ninguna
función religiosa perderá nada de su solemnidad, aunque no se cante en ella otra
música que la gregoriana."
El Papa Pío XII, después de poner en su lugar de preferencia para el culto
litúrgico al canto gregoriano ya la música polifónica clásica, al igual que sus
predecesores, escribe: "Esto no quiere decir que la música y el canto modernos hayan
de ser excluidos en absoluto del culto católico. Más aún, si no tienen ningún sabor
profano, ni desdicen de la santidad del lugar o de la acción sagrada, ni nacen de un
prurito vacío de buscar algo raro y maravilloso, débeseles incluso abrir las puertas de
nuestros templos, ya que pueden contribuir no poco a la esplendidez de los actos
litúrgicos, a elevar más en alto los corazones y a nutrir una sincera devoción."
(Encíclica Mediator Dei).
El uso del órgano y del armonio.
El órgano, y en su defecto el armonio, es el instrumento oficial de la música
litúrgica, y su misión es: acompañar la música sagrada, suplir el canto de algunas
piezas, y llenar los silencios.
Las prescripciones de la Iglesia acerca del uso del órgano o del armonio pueden
reducirse a estas tres reglas:
1ª Se prohíbe en la misa del Jueves Santo, una vez terminado el "Gloria"; en todos los
oficios litúrgicos del Triduo de Semana Santa, hasta el "Gloria" de la misa del Sábado;
en el Oficio y Exequias de Difuntos.
2ª Se permite, pero sólo como mero acompañante del canto: en los domingos y ferias
de Advientos y Cuaresma y en todas las misas de Réquiem.
3ª Tiene libre uso en todos los demás días del año, y en los domingos "Gaudete" y
"Laetare" de medio Adviento y media Cuaresma.
La liturgia de este tiempo nos invita a la penitencia, por ende, la música debe ir
de acuerdo a ese espíritu. El papa Pío XII quiso destacar este elemento al prohibir el
uso de los instrumentos musicales en Cuaresma (De Música Sacra 81). Músicam
Sacram 66 los permitió, pero sólo "para sostener el canto", es decir, para acompañar
las voces.
9. PARTE PRÁCTICA
Al pueblo, a la Asamblea, le gusta cantar. Nuestra función es favorecer su
participación. Es verdad que también se participa escuchando (pero, no solo).
Creo que muchas veces mostramos nuestra ignorancia o falta de herramientas
(preparación) cuando decimos que la gente que sabe? Ellos cantan lo de siempre! No salen
de los mismos cantitos… (yo me preguntaría: CANTITOS??? Nos es acaso este repertorio
el que ha acompañado por años las celebraciones Litúrgicas y por los que nos hemos hecho
partícipes desde la infancia en las celebraciones Eucarísticas? Por otro lado, ahora que
tenemos un mayor conocimiento: ¿Les hemos enseñado a caso cantos nuevos los fieles?).
Si deseamos que aprendan cantos nuevos: HAY QUE ENSEÑARSELOS!!! Hay
que dedicarles tiempo. Ahora con tanta tecnología, podemos buscar una buena manera de
emplearla para favorecer este aprendizaje. NO QUE ESTOS MEDIOS SUPLAN A LOS
INSTRUMENTOS MUSICALES, NI MUCHO MENOS LA VOZ. (Se prohíbe pues, el
uso de grabadoras o reproductores en las celebraciones litúrgicas).
Queremos que la Asamblea cante “Repertorio Gregoriano” dediquémosle tiempo.
No queramos tampoco que en 5 o 10 minutos aprendan todo el Ordinario de la misa en
Gregoriano. Esto nos sugiere organizar también nuestros momentos de ensayo con el
pueblo.
Les presento ahora algunos cantos que podrán encontrar en el Cantoral para la
Cuaresma que desde la DEMUSLI les ofrecemos.
Algunos ejemplos:
CANTO GREGORIANO
1.- Attende, Domine, et miserere.
Escucha, Señor, y ten misericordia, porque hemos pecado contra ti.
2.- Bonum est confitéri Domino Deo nostro.
Es bueno alabar al Señor nuestro Dios
3.- Dele, Dómine, iniquitatem meam.
Olvida, Señor, mi pecado (s)
4.- Deus meus, éripe me de manu peccatóris.
Dios mío, sálvame de la mano de los pecadores.
5.- Illuminátio mea, et salus mea Dóminus.
El Señor es mi luz y mi salvación.
6.- Introibo ad altare Dei.
Entraré o me acercaré al altar de Dios, Al Dios de mi alegría, de mi júbilo
7.- Parce, Dómine, parce populo tuo:
Perdona, Señor, perdona a tu pueblo.
10. MOTETES POLIFONICOS
Adoramus te Christe G.P. Palestrina
Te adoramos, Oh Cristo y te bendecimos..
O bone Jesu G.P. Palestrina
Oh buen Jesús, ten misericordia de nosotros
Gaudent in caelis T. L. Vittoria ;
Gozan en el cielo la almas de los Santos, que siguieron las huellas de Cristo…
Jesu, meine freude J. S. Bach Motete BWV 227 (Jesús, mi alegría)
Assumpsit Jesus. Cristóbal Morales II Domingo de Cuaresma
Erat Jesus ejiciens. III Domingo de Cuaresma
Dicebat Jesus turbis. V Domingo de Cuaresma
Júdica me, Deus, de gente non sancta Oswald Jaeggi (suizo)
Júzgame, Oh Dios y defiéndeme de la gente malvada
O vos omnes Pau Casals
Gaudent in caelis Valentino Miserachs
Gozan en el cielo las almas de los Santos, que siguieron las huellas de Cristo…
Parce Domine Valentino Miserachs
CANTOS EN ESPAÑOL
1. Al acercarnos a tu presencia Jesús María Muneta. . . . . . . . . . .
2. Dios es Fiel Anónimo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3. El que está vivo y cree en mí Gabriel de J. Frausto Zamora. . . . .
4. El ciego de nacimiento Gabriel de J. Frausto Zamora. . . . .
5. El Señor nos ha redimido Anónimo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
6. Escúchanos, Señor T. Aragües. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
7. Este es el ayuno Antonio Alcalde. . . . . . . . . . . . . . . .
8. Llevaba roja la túnica Anónimo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
9. Llorando los pecados
10. Los hombros traigo cargados
11. No solo de pan vive el hombre Gabriel de J. Frausto Zamora. . . .
12. Nos has llamado al desierto Antonio Alcalde. . . . . . . . . . . . . . . .
13. Oh rostro ensangrentado Atribuido a Bach
14. Perdónanos nuestras culpas Joaquín Madurga. . . . . . . . . . . . . .
15. Sí, me levantaré
16. Somos un pueblo Salvado de la muerte Juan A. Chica. . . . . . . . . . . . . . . . . .
17. Te damos gracias Padre del cielo Luis Elizalde. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
18. Ten piedad de mí Popular. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
19. Ved la Cruz de Salvación
20. Honor y Gloria a Ti
11. Finalmente, deseo compartirles como músico de Iglesia, este mensaje:
Los invito a que aprovechemos al máximo esta cuaresma, dejemos que Dios Padre,
en su Hijo Jesucristo y por medio del Espíritu Santo, actúe, transforme y convierta hacia él
nuestras vidas, para que desde ahora le sirvamos siendo el corazón que acoge al afligido,
las manos que ayudan al necesitado, la voz que canta sus maravillas, que pide su
misericordia y que contagia al hermano de la alegría de ser hijos de Dios y miembros de si
Iglesia.
Trabajemos para favorecer la participación plena, consciente, activa y fructuosa del
pueblo de Dios, Iglesia reunida para celebrar y profundizar en el conocimiento Dios en este
año de la fe al que S.S. Benedicto XVI nos ha convocado.
CARTA APOSTÓLICA PORTA FIDEI. S.S. BENEDICTO XVI
9. Deseamos que este Año suscite en todo creyente la aspiración a confesar la fe con
plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza. Será también una ocasión
propicia para intensificar la celebración de la fe en la liturgia, y de modo particular en la
Eucaristía, que es “la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y también la fuente de
donde mana toda su fuerza”. Al mismo tiempo, esperamos que el testimonio de vida de los
creyentes sea cada vez más creíble. Redescubrir los contenidos de la fe profesada,
celebrada, vivida y rezada, y reflexionar sobre el mismo acto con el que se cree, es un
compromiso que todo creyente debe de hacer propio, sobre todo en este Año.
Documentos del Magisterio de la Iglesia relacionados con la Música Sagrada:
1. Motu proprio “Tra le sollecitudici” del papa San Pío X, 1903
2. encíclica Músicæ sacræ disciplina papa Pío XII, 1955
3. Concilio Vaticano II (1963) Sacrosanctum Concillium (capitulo 6)
4. Musicam Sacram 1967
5. El Canto de la Asamblea PABLO VI. (1969)Reunión de Capillas Musicales
6. El Quirógrafo, Beato Juan Pablo II (2003) (En el centenario del Motu Proprio “tra
le sollecitudini”).
7. Homilías y mensajes de los Papas, entorno a la celebración de Santa Cecilia.
8. Carta Apostólica "DIVINI CULTUS SANCTITATEM" de PÍO XI sobre la
Música Sagrada.
9. En ocasión del VII Congreso Internacional de Música Sacra (Colonia 1980)
Juan Pablo II
El canto gregoriano y el canto polifónico
Merece, ciertamente especial mención el canto gregoriano que por su importancia y
valor sigue siendo reconocido, tanto en la práctica cotidiana de la Iglesia como por su
magisterio, como canto propio de la liturgia romana y ligado por estrechos vínculos con la
lengua latina. Pero también el canto polifónico es considerado como excelente instrumento
de enunciación sacra y litúrgica.
12. El propio fervor en esta materia, que lleva a organizar y celebrar actualmente Congresos de
Música Sacra, puede ayudar muy eficazmente a que se descubran las riquezas internas de la
mencionada tradición musical y a que se defina cada una de sus partes, a fin de que la
música también se conserve cuidadosamente viva en la liturgia de la Iglesia.
Pero el Concilio no sólo resalta las ventajas de la tradición secular de la música que hoy
todavía se usa. Consciente, en realidad, de la necesidad, que siempre estuvo presente en la
Iglesia, de ir realizando una adecuada incorporación propia a la humana cultura y arte de
los pueblos recién llegados a la fe de Cristo, recomienda que, para ellos especialmente, "se
conserve y fomente con sumo cuidado el tesoro de la música sacra" (SC 114).
El Concilio dice: "Como en ciertas regiones, principalmente en las misiones, hay
pueblos con tradición musical propia que tiene mucha importancia en su vida religiosa y
social, procure darse a esta música la debida estima y el lugar correspondiente no sólo al
formar su sentido religioso, sino también al acomodar el culto a su idiosincrasia" (SC 119).
DIRECTORIO PARA LAS MISAS CON NIÑOS
EL CANTO Y LA MUSICA EN LAS MISAS CON NIÑOS
El canto, si bien hay que darle gran importancia en todas las celebraciones, debe
fomentarse de manera especial en las misas con niños por razón de su peculiar afición a la
música, teniendo en cuenta el carácter propio de los diversos pueblos y la propia capacidad
de los niños (IGMR 19).
Donde sea posible, las aclamaciones, especialmente las propias de la Plegaria Eucarística,
deben ser cantadas por los niños mejor que recitadas.
En orden a una participación más fácil de los niños en los cantos del "Gloria",
"Credo", "Sanctus" y "Agnus Dei" pueden emplearse, con temas musicales adecuados,
interpretaciones propuestas, aprobadas por la autoridad competente, aun cuando no
concuerden plenamente con los textos litúrgicos (MS 55).
También en las misas con niños "pueden tener una gran utilidad los instrumentos
musicales" de modo especial si son tocados por los mismos niños (MS 62). Contribuyen,
bien a sostener el canto o bien a alimentar la meditación de los niños, al mismo tiempo que
expresan a su manera el gozo festivo y la alabanza a Dios.
Póngase gran cuidado siempre en que la música no prevalezca sobre el canto ni que
sea causa de distracción para los niños en vez de edificación; debe responder a la finalidad
que ha sido asignada a cada uno de los momentos en que se emplea la música en la misa.
Con estas mismas cautelas, con la debida circunspección y particular discreción, Podrá
emplearse la música registrada, en las misas con niños, según las normas establecidas por
las Conferencias Episcopales.