Conductivismo vs Constructivismo: Un falso enfrentamiento
1. ¿CONDUCTISMO vs. CONSTRUCTIVISMO?: UN FALSO ENFRENTAMIENTO
Lic. Solange Cabrera Tapia
Docente: Universidad Pedagógica Mariscal Sucre
Se dice que en la actual época estamos viviendo un cambio de paradigma, el mismo que habría transformado
todas las anteriores formas de concebir la realidad; supuestamente, se acortan los tiempos, se hace más
pequeño el planeta, crece la incertidumbre, el hombre empieza a temer el futuro que no vislumbra.
En este nuevo orden y como parte de la política neoliberal mundial se han planteado las Reformas Educativas,
que han introducido un nuevo paradigma pedagógico: el constructivismo; el mismo que estaría en
contraposición con el conductismo; es más, las defensas a esta nueva concepción educativa son realizadas
haciendo notar las limitaciones de la posición conductista y, en este sentido, inclusive algunos autores
confunden al conductismo con la educación tradicional, todo con el afán de hacer prevalecer el nuevo enfoque
constructivista.
De principio, debemos establecer que no se trata de atrincherarse en una posición pedagógica porque está de
moda, se trata de asumir una posición ideológica y su correspondiente concepción pedagógica, en base al
análisis, la reflexión y valoración de otras concepciones, sin que esto conduzca a falsear la producción
intelectual de los contendores.
Entonces, corresponde iniciar una seria discusión teórica, responder a muchas interrogantes que surgen de un
primer análisis, por ejemplo: ¿el conductismo es pedagogía tradicional?, ¿el conductismo o el constructivismo
resuelve el problema de la crisis de la educación?, ¿cuál de los dos se adecua a las necesidades particulares
del país?, ¿cuál de ellos ha sido consensuado con el pueblo y los docentes?, ¿qué tipo de hombre pretenden
formar estas dos concepciones y para qué tipo de sociedad?, ¿cómo responden al problema fundamental de la
educación, que es: cómo conoce el hombre?; preguntas que requieren de la investigación científica y de
respuestas que guíen la práctica educativa cotidiana.
Sin embargo, nosotros nos detendremos a teorizar acerca de la esencia de las dos posiciones mencionadas,
por lo que responderemos a la siguiente interrogante: ¿El constructivismo puede ser una concepción antagónica
al conductismo, cuando ambos responden a la filosofía propia de la clase dominante?
Todo docente debe ser parte de la discusión teórica de su ciencia, intervenir en ella, aportar con sus propias
investigaciones; para ello previamente debe asumir una posición, que responda a los problemas más generales
de la naturaleza, de la sociedad, del hombre y su pensamiento; solo así podrá trabajar en la formación de
convicciones, que tanta falta hace en la época actual
Como sabemos el conductismo constituye un sistema psicológico creado por Watson, el mismo que reprodujo
las ideas dejadas por el funcionalismo: el espíritu práctico, pragmático y funcional propio de la vida
norteamericana. Dos son sus principios: Defensa del carácter objetivo de la psicología y Rechazo absoluto de
cualquier concepto o explicación de tipo mentalista. De igual manera, los neo-conductistas rechazan todo
fundamento que esté fuera de lo observado en el ambiente y en la conducta de los organismos, afirmando que
los hechos, la conducta, lo que se hace, es lo único valedero; entonces, nada importa lo que se piense, se
pretenda o se sienta.
En educación, el conductismo considera que aprender es cambiar de conducta y, en el proceso, utiliza técnicas
como el refuerzo: positivo, negativo, extinción y castigo (entendido como psicológico y no físico); siguiendo a
Dewey y la Escuela Nueva, considera que se aprende haciendo, en la práctica individual y directa de cada
sujeto. Para esta concepción, el estudiante ya es el centro del proceso pedagógico; pero, no se toma en cuenta
su actividad cognoscitiva, por no ser observable. Por otra parte, el docente pierde el protagonismo, hasta el
punto que puede ser sustituido por una máquina.
2. En cuanto se refiere al constructivismo, se sabe que está constituido por varios planteamientos que tienen
origen en la explicación del psiquismo humano; ha recibido influencia de la psicología cognitiva, en lo que
respecta al papel que juega el procesamiento de la información en el aprendizaje. Desde su posición idealista
subjetiva, considera que el conocimiento es una construcción del ser humano, el mismo que a su vez construye
la realidad objetiva.
En el ámbito educativo, da importancia a la actividad mental constructiva de los estudiantes y algunos autores
han tratado de salir del solipsismo constructivista, buscando un aprendizaje supuestamente social; de todas
maneras, está claro que para esta concepción se aprende pensando. Algunos docentes confunden este
“aprender pensando” con el “aprender haciendo” propio de la Escuela Nueva, cuyo fundamento filosófico es el
pragmatismo; pero, es suficiente revisar las estrategias con las que el constructivismo aconseja trabajar en el
proceso de aprendizaje, para darse cuenta que el mismo puede ser desarrollado entre las cuatro paredes del
aula.
Entonces, según el conductismo el hombre conoce en la práctica, con la experiencia personal, por lo que
aprende haciendo; para el constructivismo el hombre conoce en la medida en que construye la realidad objeto
de su conocimiento, por lo que aprende pensando. Para ambas posturas el estudiante debe aprender
únicamente lo necesario para la vida; pero, ¿quién determina lo que es necesario?, otra vez el docente o las
autoridades educativas.
Para el conductismo el hombre es producto del ambiente, por lo que al cambiar las condiciones del mismo se
puede cambiar su conducta; en tanto que para el constructivismo el hombre es producto de su propia
construcción mental, por lo tanto, se tienen que utilizar diversas estrategias para que se convenza que debe
cambiar como persona y él mismo será sujeto de cambio.
El conductismo se refiere únicamente a lo que se ve, al cuerpo y sus reacciones externas; el constructivismo
rescata la mente de ese hombre olvidándose del aspecto externo.
Como se puede notar, ambas posiciones se refieren a un hombre abstracto, producto de las reflexiones teóricas
de sus autores y no de la realidad real. Asimismo, al no considerar ni cuestionar la situación socio-histórica y
cultural que se refleja en la educación, se puede decir que pretenden formar hombres que reproduzcan el
sistema social establecido; se trata de aquel hombre pro-burgués que buscan formar a imagen y semejanza del
capitalismo.
Sólo que, dado el pensamiento metafísico que es propio de la clase dominante, vale decir, separatista, que ve la
realidad de manera inconexa e inmutable, estudian aspectos aislados, según la necesidad histórica de ese
momento; antes se requería mano de obra barata de personas que no protesten y sólo trabajen, entonces el
conductismo podría condicionar a hombres como a los animalitos de laboratorio; ahora, se requiere hombres
que construyan conocimientos, que piensen y no se opongan al nuevo modelo económico, que se alejen de la
realidad real para manipular las nuevas tecnologías, al servicio de quienes ostentan el poder.
Así, conductismo y constructivismo no se oponen contradictoriamente, en todo caso se complementan; son
respuestas pedagógico-burguesas que defienden los intereses de la clase dominante en diferentes momentos
históricos; además, ninguna resuelve la separación entre el trabajo manual y trabajo intelectual, la separación
entre teoría y práctica propia de un modo de producción clasista y conservador, por lo tanto no resulten el
problema fundamental de la educación.
A manera de conclusión, podemos indicar que:
Conductismo y constructivismo son dos posiciones que no se contradicen y que demuestran el carácter
metafísico de la psicopedagogía burguesa.
El mundo que nos rodea es un mundo real y objetivo que puede ser transformado.
3. Tal como el capitalismo trata de rearticularse, intentando mantenerse como el único reino posible, la actual
época exige que los intelectuales armen teóricamente a la clase obrera y sus aliados, no sólo para rechazar los
planteamientos reaccionarios y pro-burgueses sino para transformar la sociedad y con ella la educación.
Los profesores, como intelectuales que somos, debemos tomar posición con relación a las teorías educativas
que han sido puestas de moda por la clase dominante mundial, somos los llamados a develar los intereses
político-ideológicos de las mismas; tenemos que debatir y contraponer las ideas pedagógicas, porque el silencio
puede convertirnos en cómplices de la burguesía.
BIBLIOGRAFÍA
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