Más contenido relacionado Más de Misión Peruana del Norte (20) Informe misionero adultos 15/12/20121. braSil | 15 de Dic ie mbr e
Un nuevo
hogar
Ca rlos
algunos campamentos, y él aceptó gustoso. Cuan-
do los Conquistadores comenzaron a estudiar acer-
ca de los principios de salud, Carlos se dio cuenta
del daño que le estaba causando su adicción al al-
cohol. Aunque no le resultó fácil, dejó de beber.
Sus padres se habían separado, y ninguno de los
dos le prestó mucha atención al interés de Carlos
S e podía escuchar la música a todo volumen
mientras las parejas bailaban en la casa, entre
risas y bebidas alcohólicas. Carlos, de solo nueve
en los Conquistadores. Se alegraron, sin embargo,
de que hubiera encontrado una actividad que le
gustaba. Cuando tomó la decisión de bautizarse,
años, miró a su madre y tomó una cerveza. Ella se Calos se preguntó si alguno de sus padres asistiría
rió y siguió bailando. a la ceremonia. Pero ninguno de los dos estuvo
Carlos comenzó a beber cada vez más seguido. presente en su bautismo.
Sus padres ni lo notaban o no les importaba. No
pasó mucho tiempo antes de que Carlos dependie-
ra del alcohol para enfrentar el día. En ocasiones,
Problemas en casa
A pesar de ello, cuando la nueva vida de Carlos
hasta solía colocar una bebida alcohólica en un en-
tuvo un impacto sobre la de sus padres, comenzaron
vase de refrescos o le pedía a un amigo mayor que
los problemas. Después de la escuela, Carlos solía
se la comprara. Antes de los diez años, Carlos se
vender helados, para ayudar a su madre a cubrir
había vuelto alcohólico.
los gastos. Pero su madre no podía entender por
qué el muchacho rehusaba trabajar los sábados. El
MISIÓN ADVENTISTA - DIVISIÓN SUDAMERICANA
Una nueva experiencia le explicó que no tenía problemas en trabajar otros
Una mujer adventista coordinaba un programa días, pero que no lo haría en viernes de noche o
comunitario patrocinado por el Gobierno dedicado sábado. Después de un tiempo, ella finalmente
especialmente a los niños desamparados del vecindario aceptó que Carlos obedeciera el mandamiento de
de Carlos. Cuando vio a Carlos, la señora lo invitó Dios y no trabajara los sábados.
a asistir a las reuniones del Club de Conquistado- No obstante, surgieron otros temas que produ-
res de la iglesia. “Me parece bien”, dijo Carlos. jeron conflictos entre ellos y, cierto día, su madre
Cuando el muchachito ingresó al salón de acti- finalmente le dijo que se fuera de la casa. Dios,
vidades de la iglesia, se vio rodeado por niños de ¿qué puedo hacer?, se preguntaba Carlos. Se sentía
su edad. Los niños estaban muy felices. Carlos los indefenso, y pensaba qué sería de él si tenía que
escuchó mientras cantaban, y los observó mientras vivir en la calle.
practicaban marchas y estudiaban la naturaleza. Carlos les pidió a sus abuelos que le permitie-
Los niños lo invitaron a participar con ellos en ran vivir con ellos. Comenzó a trabajar durante el
en
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2. día y a estudiar por las noches. Pero ellos tampoco —Tal vez haya una manera de que puedas es-
entendían sus convicciones religiosas, que creyeron tudiar —le dijo.
que eran muy extrañas. Cuando sus clases se Carlos sonrió, agradecido. Más tarde, la mujer habló
extendían después de hora, sus abuelos lo acusaban con el pastor, que aceptó tratar de conseguirle una be-
de que andaba de juerga con sus amigos. Cierta ca a Carlos para que pudiera ir al Instituto Adventista
noche, cuando Carlos regresó a la casa de sus abue- Brasil Central. Cuando Carlos se enteró de que el ins-
los después de las once de la noche, su abuelo lo tituto lo había aceptado, sintió una alegría que jamás
estaba esperando en la puerta. había sentido antes. La gente se interesaba en él; había
—¿Dónde has andado? ¿Qué has estado haciendo? otros que querían que él tuviera éxito en la vida.
—le gritó, esperando una respuesta. Carlos está asistiendo al Instituto Adventista Brasil
Central. “Veo muchos cambios en mi vida –dice con
El anciano no podía ocultar el enojo.
una sonrisa— Estoy creciendo no solo intelectual y físi-
—He estado en la escuela –le explicó Carlos.
camente, sino también en mi vida espiritual. Los pro-
Pero el abuelo no le creyó, y le ordenó que
fesores me apoyan mucho, y lo mismo sucede con el
abandonara la casa. Mientras Carlos empacaba sus encargado de la residencia de varones y mis compa-
pocas pertenencias, no podía dejar de preguntarse ñeros de clase. Todos ellos me animan cuando tengo
adonde iría ahora. tentaciones; hablan y oran conmigo cuando necesito
ayuda. Me ayudan a fortalecerme en la fe. Puede que
no tenga una familia biológica, pero tengo una familia
Un nuevo futuro de la fe en mi escuela. Ellos me están ayudando a ver
Una señora de la iglesia se enteró de su historia más allá de mi pasado y a entender que Dios tiene
y le ofreció quedarse a vivir con su familia. Carlos grandes sueños para mí, sueños que yo jamás podría
aceptó agradecido. Cierto día, mientras los dos es- haber imaginado. Dios sostiene todo el mundo en sus
taban sentados conversando, el muchacho le con- manos, ¡y eso me incluye a mí!”
tó su sueño de asistir a una institución adventista
para terminar sus estudios secundarios. Instituto Adventista Brasil Central
El Instituto Adventista Brasil Central cuenta con
Cápsula informativa más de cuatrocientos estudiantes. Casi trescientos de
ellos viven en las residencias estudiantiles, y la mitad
de ellos no proviene de hogares adventista. La
El Instituto Adventista Brasil Central
posee un sólido programa misionero, y se institución toma muy en serio la misión que Dios les
anima a los estudiantes a que participen ha dado de alcanzar a esos alumnos mientras están
en, al menos, un ministerio, ya sea en su estudiando allí.
vecindario o en algún lugar del Brasil. La institución cuenta con un programa misionero
muy activo que involucra a jóvenes de la región. Los
Se espera que todos los estudiantes del Ins- estudiantes del instituto dedican varias semanas cada
tituto asistan a los cultos de adoración que
se ofrecen de manera regular. A pesar de verano para trabajar en una zona del Brasil donde la
ello, la institución aún no tiene un templo. presencia adventista es nula o escasa. Otros se pre-
Los estudiantes participan de cultos de ado- paran para dedicar diez meses al servicio misionero
ración más reducidos en diversos edificios en algún lugar del país.
del campus, y aun bajo los árboles. A pesar de ello, el corazón de cualquier institución
www.AdventistMission.org
Parte de la ofrenda del decimotercer sábado adventista es su templo, y el Instituto Adventista Brasil
de este trimestre ayudará a que esta institu- Central aún no cuenta con uno. Parte de la ofrenda del
ción educativa adventista construya un templo decimotercer sábado de este trimestre ayudará a cons-
para sus estudiantes y docentes, y para la truir un templo que permita que los estudiantes y los
comunidad que la rodea. miembros de la comunidad se reúnan para adorar al
Señor y preparar a futuros líderes para el servicio.
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