1. De la tragedia al triunfo
Peru | 10 de Novie mbr e
Anival
al hospital más cercano, a una hora de distan-
cia. Allí, los médicos le amputaron el brazo des-
trozado y lo trataron de sus otras heridas.
Durante varios días, Anival se quedó en su
lecho mirando a la pared. Tenía que luchar contra
el dolor y la depresión, seguro de que este era el
fin de su vida.
De la desesperación a la
esperanza
A nival, de 18 años, y su primo Floresmilo
estaban siguiendo a un venado en la sel-
va de la región oriental del Perú. Anival apun-
Ni Anival ni su primo conocían mucho acerca
de Dios. Pero Floresmilo había asistido ocasio-
nalmente a la pequeña iglesia adventista que se
tó con el arma al animal. De repente, una ex- encontraba cerca del hogar de su familia. Pronto
plosión enceguecedora lo arrojó hacia atrás, a se dio cuenta de que Anival necesitaba ayuda
las malezas. espiritual. Entonces, buscó y halló una iglesia
–¡Aaaaaaay!, gritó desesperado de dolor. adventista cerca del hospital y le pidió al pastor
Su primo corrió hasta donde estaba Anival, que visitara a su primo.
y vio que estaba cubierto de sangre. Esta corría El pastor accedió y fue a visitar a Anival. Al
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desde su brazo izquierdo, que había quedado hacerlo, lo animó con varios textos bíblicos.
destrozado. Floresmilo se arrancó la camisa, para –Has perdido tu brazo –le dijo al muchacho–,
fabricar una venda y detener la hemorragia. pero Dios te ha conservado la vida. El Señor
—Vamos a conseguir ayuda —le dijo, mien- quiere que sepas que te ama; él tiene una obra
tras trataba de que su primo se pusiera de pie. para ti, que tienes que cumplir mientras estés en
–El dolor... no puedo soportar el dolor. ¡Por esta Tierra. Y, cuando Jesús regrese, él te va a
favor, mátame! –le rogaba Anival. restaurar el brazo perdido.
Pero Floresmilo lo ayudó a ponerse de pie y Anival se mostró un poco escéptico con
lo ayudó a llegar a la clínica médica más cer- respecto a las palabras del pastor. Pero, cuando
cana, a cinco horas de caminata. más pensaba en lo que le había dicho, mayor
La clínica no tenía médico, pero la enferme- esperanza comenzó a sentir. Quizá Dios sí podía
ra limpió la herida y le dio a Anival algo para hacer que de toda esta terrible situación resulta-
el dolor. Entonces, envió a los dos muchachos ra algo positivo. Sintió, entonces, que la presen-
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2. cia de Dios lo liberaba de la depresión y llenaba
su mente de esperanza. Cuando el pastor regre-
só a visitarlo, Anival se mostró mucho más dis- Capsula informativa
u
puesto a oír más sobre Dios.  Muchos habitantes del Perú tienen que es-
El pastor le dejó una pequeña Biblia, y el jo- forzarse para satisfacer las necesidades diarias de
ven comenzó a leer una porción de ella cada día, su familia. Pero los creyentes sienten pasión
dando vuelta las páginas con su pulgar, la única por compartir el amor de Dios y su promesa
de regresar a llevar a sus hijos a vivir con él.
parte de su mano derecha que no estaba cubier-
ta de vendas. El pastor le recomendó pasajes de Parte de las ofrendas del decimotercer sába-
la Biblia que él podía entender.  do de este trimestre ayudará a construir al
Otros miembros de la iglesia también lo visi- menos una capilla para los creyentes de la
región selvática del oriente peruano.
taron, y Anival se sintió animado por la amistad
que ellos le brindaron.
Una nueva misión
Una nueva vida En la actualidad, Anival, Floresmilo y Absalón
Varias semanas después, Anival abandonó el son inseparables. Juntos viajan a otros pueblos pa-
hospital. Él y su primo visitaron la iglesia ra compartir el amor de Dios siempre que pueden.
adventista, y asimilaron todos los mensajes de El padre de Anival se está preparando para cons-
esperanza y amor que escucharon allí. Los dos truir una capilla en el poblado que está cerca de su
primos hallaron un nuevo significado en la vida. lugar de origen, a varias horas de distancia. Pla-
Anival se dio cuenta de que Dios tenía planes nean viajar hasta ese lugar para celebrar reuniones
para su vida, y pidió ser bautizado. Pocos meses de evangelización.
después, Floresmilo también fue bautizado. Los tres jóvenes trabajan como agricultores, para
Anival regresó a la casa de sus padres como obtener el dinero que les permite compartir su fe
una persona diferente. Había salido de allí como con los demás. Hasta el momento, han organizado
un adolescente con problemas e indisciplinado, ocho series de evangelización en los pueblos vecinos,
pero regresó como un hombre con un propósi- y más de cincuenta personas han sido bautizadas.
to y una nueva dirección para su vida. En lugar “Perdí mi brazo —dice Anival—, pero siento que
de estar lleno de resentimiento por haber per- he ganado otros cuatro brazos: los de mi hermano y
dido uno de sus brazos, ahora se sentía lleno de los de mi primo, que siempre están a mi lado para
gozo, y era una persona dedicada a los demás. ayudarme. Juntos seguiremos compartiendo nues-
Sus hermanos pronto notaron la diferencia y le tra fe con todas las personas que sea posible. A su
preguntaron qué le había pasado. Con mucho vez, queremos que esas personas aprendan a com-
entusiasmo, Anival compartió su fe. partir su fe con otros, para que las buenas nuevas
El hermano mayor de Anival, que se llama de Cristo se esparzan con rapidez, y el Señor venga
Absalón, respondió positivamente al amor de pronto a buscamos”.
Dios, y a él le siguieron otros hermanos. Los En la región oriental del Perú, hay decenas de
hermanos carnales de Anival ahora llegaron a iglesias que carecen de la edificación más sencilla
ser sus hermanos en Cristo. Sus padres, que donde reunirse para adorar al Señor. Parte de las
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habían sido testigos de los cambios que habían ofrendas del decimotercer sábado de este trimes-
experimentado sus hijos, también expresaron tre será usada para construir una capilla en uno
su deseo de aprender más de ese Dios que los de los pueblos donde la obra está creciendo con
había transformado. rapidez. Gracias por colaborar con sus ofrendas.
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