1. El lugar más difícil
CentenaRIO | 29 de Dic ie mbr e
Fe rna ndo y Ana St a hl
reunían para escuchar cómo Fernando les expli-
caba el plan divino de salvación. Los indígenas
se regocijaron al escuchar una presentación tan
simple del evangelio.
Oposición
A pesar de la maravillosa obra de los Stahl,
algunos europeos no estaban muy contentos de que
los indígenas descubrieran la libertad en Cristo.
Un sábado, un sacerdote se hizo presente en la
reunión. La lección del día era sobre el sábado,
y Fernando oró para que Dios lo guiara. En po-
co tiempo, el rostro del sacerdote se encendió de
ira. Comenzó a gritar:
–U sted pierde su tiempo –le dijo un caba-
llero europeo a Fernando Stahl–. Esos indios
son muy estúpidos como para aprender. Siempre están
–¡Es mentira! ¡El sábado es cosa del pasado, y
ya no nos sirve!
borrachos, y son peores que bestias. Un anciano indígena se puso de pie y dijo:
Fernando luchó contra la ira que sintió que se for- –Padre, usted nos dice que el sábado es cosa
maba repentinamente en su interior. Desde que él y su del pasado y que ya no nos sirve. Pues bien,
esposa habían llegado a Sudamérica a trabajar entre los Dios hizo el Sol y la Luna, y ambos planetas son
indios, los europeos del lugar les habían hecho comen- muy antiguos, pero todavía nos sirven. ¿Qué di-
tarios similares.
ferencia hay entre ellos y el sábado?
—¡No es así! —le dijo Ferdinand a su esposa, Ana,
cuando finalmente se encontraron solos—. ¡Esta gente sí Incapaz de dar una respuesta, el sacerdote se
MISIÓN ADVENTISTA - DIVISIÓN SUDAMERICANA
puede aprender si se les da al menos una oportunidad fue del lugar sin decir una palabra. Más tarde, al
de hacerlo! meditar en lo que había sucedido, Fernando ex-
Los indígenas del lugar, que en el pasado habían clamó: “¡Y los europeos dijeron que esta gente
pertenecido a la clase gobernante de la región, ahora no puede aprender!”
eran maltratados por los europeos y golpeados por la
policía. Habían contraído enfermedades mientras tra-
bajaban en las peligrosas minas de oro, y tenían escaso
Sapos y tifoidea
acceso a la atención médica. Dios había llamado a los Una mañana, el jefe de una aldea vecina ca-
Stahl a “el lugar más difícil” para trabajar para él, y balgó hasta la clínica y le rogó a Stahl:
Femando se había propuesto levantar a esta gente de la –Por favor, venga conmigo a ayudar a mi
suciedad y la pobreza, y presentarles a Jesús. pueblo. La gente está muriendo de una terrible
El matrimonio abrió una clínica médica, para enfermedad.
tratar a los indígenas e invitarlos a aprender más Fernando reunió todas las medicinas que
de Dios. Algunos sábados, cientos de indígenas se podía llevar y cabalgó con el jefe hasta su aldea.
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2. enfermedad. Después de tratar a decenas de personas, A pesar de ello, cuando los Stahl regresaron a la
Fernando le preguntó al jefe de dónde sacaba la gente el misión después de comprar materiales para los si-
agua para beber. El jefe lo llevó hasta un arroyuelo tur- guientes días, descubrieron que la construcción ha-
bio y lleno de desperdicios. bía sido destruida; y los equipos, robados. Una
—Necesito algunos hombres y palas, para cavar esta turba había venido y se había llevado todos los ob-
fuente –dijo Fernando. jetos de valor. Habían tratado de forzar a los obre-
El jefe buscó a unos hombres capaces, que sacaron to- ros para que se arrodillaran ante un sacerdote. Los
dos los desperdicios y cavaron hasta quitar toda la sucie- que se rehusaron a hacerlo fueron atados y forzados
dad de la fuente de provisión de agua. Quitaron cientos a caminar más de treinta kilómetros hasta la ciudad
de sapos, que transmitían enfermedades. Femando cons- más cercana, donde fueron puestos en prisión.
truyó paredes de piedra alrededor de la fuente de agua e Fernando apeló al juez, y le recordó al hombre
instaló caños para que la gente tuviera una fuente de que un día él también sería juzgado por Dios.
agua potable. Muy pronto, la epidemia de fiebre tifoidea Finalmente, los prisioneros fueron liberados. Co-
desapareció. mo resultado de este incidente, el congreso del Perú
C E N T E N A R I O
sancionó una ley que otorgó libertad religiosa para
La mano divina de salvación todas las confesiones religiosas.
Cuando los Stahl comenzaron a construir una
estación misionera, los líderes religiosos de la lo- Un ministerio fructífero
calidad los amenazaron y enviaron a una multitud Mientras cumplían su ministerio en cierta aldea, los
de indios embriagados para molestar a los obre- Stahl vieron que cientos de indígenas, azuzados por
los líderes religiosos del lugar, se habían reunido en el
ros. Algunos de los obreros quisieron pelear
pueblo con la intención de asesinar a los misioneros.
contra los agresores porque, aunque eran menos, El matrimonio y sus ayudantes se refugiaron en una
estaban sobrios y sentían que podían vencerlos. sencilla choza. Frente a ella, los líderes religiosos inci-
Pero Fernando recordó la orden de Jesús de amar taban a la turba para que prendiera fuego a la choza.
a los enemigos y hacer bien a los que nos aborre- De pronto, los misioneros escucharon gritos de temor
cen. Por ello instó a los obreros a que esquivaran y el sonido de gente que se alejaba corriendo. Cuando
las piedras e ignoraran a la turba. Después de un hubo completo silencio, Femando miró hacia afuera,
rato, los agresores se dispersaron. sin estar muy seguro de lo que hallaría.
—¿Qué sucedió? —le preguntó a una mujer que es-
taba en los alrededores.
Cápsula informativa –¿No puede ver el ejército de indígenas que está
viniendo a defenderlo? —le contestó la mujer.
 Fernando y Ana Stahl trabajaron entre los Femando y Ana no podían ver a nadie, pero sabían
indígenas aimarás y quechuas del Lago Ti-
ticaca. Según los europeos, estos indígenas bien que un ejército de ángeles los había rescatado de
eran demasiado estúpidos para aprender y una muerte segura.
demasiado perezosos para trabajar, y no Los Stahl continuaron cumpliendo su ministerio a
merecían el tiempo ni el esfuerzo que los la gente del Perú durante 29 años. La labor de ellos
misioneros les dedicaban. llevó al bautismo a más de dos mil indígenas y al
establecimiento de decenas de instituciones educativas
 Después de 29 años de servicio, los Stahl dedicadas a enseñar a esa gente que otros habían lla-
regresaron a los Estados Unidos, de donde
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mado “bestias ignorantes y perezosas”. 
provenían. La obra pionera de la familia hizo
que miles de indígenas aceptaran a Cristo
e inspiró a toda una generación de jóvenes
para servir a Dios en muchos lugares del Adaptado de Determined to Love, de Kay D. Rizzo (Pacific
mundo. Press Publishing Association, 1988).
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