2. Movimiento literario bien definido que se desarrolló
entre 1888 y 1910.
El Modernismo cuenta con un elevado número de
escritores en América. Algunos han tenido verdadera
repercusión internacional y otros han quedado
reducidos al ámbito nacional. Un aspecto común fueron
los viajes que hicieron, bien por trabajo (muchos fueron
diplomáticos), bien por ampliar sus conocimientos y
conocer a otros escritores. Rubén Darío es, sin lugar a
dudas, el más influyente, pero también hay otros que
influyeron fuera de sus países de origen.
4. TEMAS CENTRALES
La desazón típica del romanticismo: el hastío de la vida y una profunda tristeza, junto a la
melancolía y la angustia.
Búsqueda de la soledad y rechazo de una sociedad.
El escapismo, evasión de la realidad del tiempo y del espacio.
El amor y el erotismo, con cierta idealización del amor y de la mujer. El tema del amor
imposible se presenta con diferencias respecto al ideal romántico. Hay un contraste entre
el profundo y delicado amor y un intenso erotismo.
El cosmopolitismo muestra el anhelo de distinto y aristocrático. Los modernistas
demostraban mucha devoción por París.
Los temas americanos, en especial los temas indígenas, muchas veces con una defensa del
indígena.
Lo hispano como antecedente histórico valioso que otorga una armonía frente al mundo
inarmónico.
Usa un lenguaje culto
5. En América latina, la vanguardia representó una ruptura con la
tradición retórica y de armonía formal del Modernismo y trabajó
por revolucionar el lenguaje poético a fin de producir un arte
tan universal y trascendente como el de las metrópolis europeas,
con las que mantenía un contacto fluido.
En el contexto específico de América latina, el surgimiento de
los Estados Unidos como potencia hegemónica creó una nueva
situación de dependencia económica y financiera caracterizada
por la inestabilidad. En el marco social, las clases media y obrera
asumieron un papel cada vez más protagónico y, a su vez,
antagónico de las estructuras patriarcales que dominaron las
últimas décadas del siglo XIX.
6. En América latina, la vanguardia cobra impulso a partir
de 1916 con la apertura a todas las estéticas y gracias
a la iniciativa de creadores, como los chilenos Vicente
Huidobro (1892-1948) y Pablo Neruda (1904-1985), el
peruano César Vallejo (1892-1938), y los argentinos
Oliverio Girondo (1891-1967) y Jorge Luis Borges
(1899-1986) entre otros. La vanguardia
latinoamericana representó una ruptura con la
tradición retórica y de armonía formal del movimiento
iniciado por el nicaragüense Rubén Darío a fines del
siglo XIX.