La entrevista trata sobre la vida y obra del escritor y cineasta argentino Sergio Schmucler. Schmucler discute cómo su exilio en México durante la dictadura militar argentina marcó profundamente su formación personal y profesional, y cómo explora temas como el desarraigo y la tensión entre pueblos originarios y blancos en su literatura y películas. También habla sobre su nueva novela "La cabeza de Mariano Rosas", la cual rescata la historia del hijo del cacique Painé Güer y examina aspect
Suplemento Cultural Argentino "Corredor Mediterráneo"
1. Suplemento Cultural del Centro
Río Cuarto / Río Tercero / San Francisco / Villa María Miércoles 8 de mayo de 2019 - Año 19 N° 853
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El Corredor Mediterráneo
humorsolini
Heraldo Mussolini
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Entrevista con Sergio Schmucler
ECM dialoga con el escritor y cineasta cordobés, Sergio Schmucler,
acerca de “La cabeza de Mariano Rosas”, su última novela y sobre
cómo el exilio a México ha marcado su vida y su obra.
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Sergio Schmucler
Las matemáticas
ajustan cuentas
La reciente concesión del Premio Abel 2019,
considerado el Nobel de matemáticas, a la esta-
dounidense Karen Uhlenbeck es un reconoci-
miento a sus revolucionarios aportes matemáti-
cos al campo de la física tanto como a la impor-
tante y prejuiciosamente acallada contribución
de la mujer a las ciencias matemáticas a lo
largo de la historia.
Karen UhlenbeckKaren Uhlenbeck
La COLuMna
Cuaderno de Notas de A.T.
La tragedia de
Nôtre Dame
y la conjura
de los necios
POr anTOnIO TeLLO
Pág. 8
Los cielos del
sur de Córdoba
se visten de mural
Laura Fernández
de La Serna
2. Sergio Schmucler rescata para el conoci-
miento general la histórica tensión entre
los pueblos originarios y el blanco, que
éste trató de liquidar violentamente para
construir una nación desde una posición
cultural y de fuerza hegemónicas.
Seguramente, esa tensión que aun sub-
yace en la sociedad argentina es uno de
los motivos que restan legitimidad al sis-
tema democrático de la sociedad criolla.
- Sergio Schmucler, usted como otros
jóvenes argentinos que se exiliaron
durante la dictadura, forjó su carrera
profesional fuera del país, en su caso
como antropólogo, cineasta y escritor
en México.
- Efectivamente, y le diría más, no sólo
desarrollé mi carrera profesional, sino
también mi formación en el ámbito de lo
estrictamente personal. Allí tuve mis
grandes amores, allí nacieron mis hijos,
allí están algunos de mis amigos, allí leí
los libros que me acompañan… en fin, le
diría que soy tan mexicano como argen-
tino.
- ¿Había escrito o realizado algo antes de
1975, el año en que debió exiliarse?
- No, me fui en agosto de 1976 a los 17
años, después de una adolescencia
tomada completamente o casi completa-
mente por la militancia política, desde
muy jovencito. Para darle un ejemplo,
cuando fuimos a recibir a Perón en
Ezeiza, yo tenía 13 años.
- ¿La experiencia exílica ha marcado su
producción artística y de ser así en qué
sentido?
- De la experiencia del exilio no se regre-
sa nunca. Se vive con eso por el resto de
la vida. Se pueden reconstruir ciertos
afectos, los recuerdos están, pero uno
no vuelve a ser el que era… en realidad
se debería decir que no se vuelve a ser el
que se podría haber sido, por haber teni-
do ese quiebre en la vida. Con esto lo que
quiero decir es que cada uno de mis
actos está determinado por esa condi-
ción existencial, y por supuesto que la
experiencia creativa tanto literaria como
cinematográfica no pueden soslayarla, al
contrario, por lo general son el medio
por el cual se manifiesta.
- el hecho de haber fijado una doble resi-
dencia ¿significa que ya tiene el corazón
partido para siempre?
- Exactamente. No hay manera de dejar
de lado alguna de las dos patrias.
- Su labor como guionista y realizador
cinematográfica y su obra literaria están
temáticamente vinculadas?
- Sí, definitivamente. Toda mi producción
está atravesada por temáticas similares,
a pesar de desarrollarse en terrenos tan
diversos como el documental, la novela y
el cine ficcional. La compleja relación con
el padre, el desarraigo, la ferocidad de la
sociedad fundada en la injusticia social,
son temas recurrentes.
- “detrás del vidrio” y “el guardián de la
calle ámsterdam” son los títulos, muy
sugestivos por cierto, de las novelas que
preceden a “La cabeza de Mariano
rosas”…
- Cuando se hizo la presentación de la
edición mexicana de El Guardián de la
Calle Ámsterdam yo le explicaba a un
periodista de un diario de la ciudad de
México que de alguna manera -y a pesar
de las enormes diferencias en términos
estructurales y estéticos- entre una y
otra, ésta era una suerte de segunda
parte de Detrás del vidrio. Lo decía en el
sentido de que, así como Detrás del
vidrio es la historia y las reflexiones de un
exiliado adolescente, argentino, que
llega a vivir a México, en el Guardián, el
personaje central es un mexicano que ve
la llegada de los exiliados a su ciudad. En
la primera el personaje es un extranjero
que llega, en la segunda es un mexicano
que recibe, es decir, en una escribo como
argentino, en la otra como mexicano.
- ¿Qué lo movió a escribir sobre la peri-
pecia póstuma de los restos de quien fue
ahijado de Juan Manuel de rosas?
- Todo empezó cuando estaba haciendo
“Curapaligüe, memorias del desierto”,
una película sobre la desaparición de las
poblaciones rurales y el desarraigo al que
inducen a miles de personas todos los
años. Estando en Levalle, la ciudad en
donde hice pie mientras realizaba la pro-
ducción, apoyado de manera incondicio-
nal por Martinelli, un profesor de historia
y autor del libro en el que me basé, cono-
cí a Alejendro Corvetto, un director de
teatro, que me hizo leer la historia de
Panguitruz. Unos años después me invi-
taron a un festival de cine en Santa Rosa
de La Pampa y aproveché para conocer
Leubucó y muchas más cosas vinculadas
a los ranqueles y al genocidio perpretado
contra ellos. Pero ahí no termina el asun-
to, porque después, cuando vi las pelícu-
las que se hicieron sobre Belgrano y San
Martín, me inquietó el asunto de que
nuestros héroes patrios siempre eran
blancos y con formación española.
Entonces pensé que era imprescindible
desarrollar historias en las que los “héro-
es” fueran distintos, ranqueles por ejem-
plo. Por otro lado, al estudiar la vida de
Mansilla, me di cuenta que con ellos dos
(Mariano Rosas y Lucio V. Mansilla)
como protagonistas de una historia, se
podía reflexionar y desarrollar una mira-
da crítica sobre los momentos centrales
de la fundación de la Argentina que aún
hoy vivimos. En esos meses de inicio de
la escritura de la novela escribí el siguie-
ne texto:
“Ocurrió en 1870. Dos hombres se van a
encontrar. Uno es coronel del incipiente
Ejército Argentino. El otro es el cacique
más importante del pueblo ranquel.
Durante las noches que dura la travesía
que deberá realizar el primero para llegar
a la laguna de Leubucó, donde vive el
segundo, soñarán el uno con el otro. Se
encontrarán. Convivirán algunos días. El
coronel regresará a su cuartel y escribirá
un libro que lo convertirá en uno de los
escritores más notables del país. Morirá
en París mucho tiempo después. El
Cacique ranquel vivirá unos años más, sin
salir de su toldería. Su cráneo será exhibi-
do en el Museo de Ciencias Naturales de
ciudad de La Plata más de cien años. El
diálogo entre ellos, pondrá en tensión las
ideas que fueron cimiente de una nación
y que aún hoy separan a sus habitantes.”
- Sin duda, la vida de Panghitruz güer, el
hijo del cacique Painé güer, raptado por
los blancos siendo niño, es apasionante.
Pero este dato de por sí resulta esclare-
cedor pues no sólo existían cautivos
blancos en las tolderías, sino también
cautivos indios en las estancias…
- ¡Exacto! Y no sólo como esclavos en las
estancias, también la gleba militar, tam-
bién las deportaciones masivas que lleva-
ban al norte del país para explotarlos de
manera inmisericorde, separando a
padres de hijos, a esposos de esposas…
la invisibilización de las atrocidades es
El Corredor Mediterráneo / Página 2
Entrevista con Sergio Schmucler
Sergio Schmucler
Por antonio Tello
3. muy grande, tampoco se habla de las vio-
laciones en masa que realizaban los mili-
tares en las campañas contra los pueblos
originarios… en fin, la historia de la infa-
mia que se realizó en nombre de la
Civilización y el Progreso es gigantesca.
- La historia nos dice escuetamente que
el padre de Mariano rosas, quien siem-
pre mantuvo gran respeto y admiración
por su padrino Juan Manuel, murió al
manipular un artefacto explosivo aban-
donado por emilio Mitre en su fallida
campaña al Leubucó en 1856…¿se ha
podido saber si fue una trampa o un
accidente?
- Es un hecho que difícilmente se podrá
determinar con certeza. Es interesante
ver cómo los historiadores más proclives
a ver de manera positiva la guerra contra
los pueblos originarios utilizan la falta de
claridad sobre ciertos datos de la histo-
ria, para demostrar la falta de moral que
tenían algunos caciques, de cómo en rea-
lidad se peleaban y mataban entre ellos
disputando espacios de poder, etc.
- Pocos años después quien muere vio-
lentamente es el hermano de
Panghitruz, quien desde ese momento
se convierte en cacique de los ranque-
les…
- Efectivamente, hay que recordar que
eran tiempos en los que la muerte se
enseñoreaba de manera notoria por
aquellos territorios.
- Lucio V. Mansilla, sobrino de Juan
Manuel de rosas, describe al ranquel
como un hombre excepcional en su
“una excursión a los indios ranque-
les”…
- Si, inclusive llega a decir que la nación
no se podría construir sin la presencia de
ellos. Lo extraño, lo paradójico, lo sinies-
tro, es que algunos pocos años después
el mismo Mansilla es uno de los diputa-
dos que firma la autorización para que
Roca organice la última y más violenta
campaña militar que terminó por exter-
minar decenas de culturas originarias.
- es creencia general que los indios eran
vagos, ladinos y que vivían del latroci-
nio…sin embargo, Panghitruz, así como
otros grandes caciques de la época,
como Baigorrita, fomentaron la agricul-
tura y la ganadería para sustento de su
pueblo.
- La idea de que el hombre americano es
vago y en cambio el europeo es trabaja-
dor y empeñoso es uno de los mitos que
recorren América Latina y que colabora-
ron de manera fundamental a la conquis-
ta y a la política de despojo. Por otro lado
ni las cosmogonías de los pueblos origi-
narios ni sus distintos desarrollos socio-
culturales incluían conceptos que los
europeos tenían como centrales, como
desarrollo, progreso, sacrificio del pre-
sente en aras de un futuro perfecto –
sufre hoy porque después tendrás el
Paraíso-, el tiempo como un proceso con-
tinuo y lineal, etc. Y esas diferencias con-
ceptuales son las que generaron el cho-
que entre el mundo del conquistador (y
después del criollo) y el de las culturas
preestablecidas. El “buen vivir” no es
una norma igual en todas las culturas,
cada una desarrolla una manera de vivir y
convivir con la naturaleza.
- en 1877, Mariano rosas murió de virue-
la y fue enterrado con gran pompa en la
toldería de Leubucó, pero dos años más
tarde el coronel eduardo racedo profa-
nó su tumba y robó su cabeza, se la
entregó al general estanislao zeballos y
luego fue expuesta en un museo antro-
pológico… ¿por qué ese acto tan repug-
nante?
- Justamente con el relato de ese acto
brutal, soñado por Mansilla ya viejo,
comienza mi novela. Cuando Racedo
toma por asalto Leubucó tenía que reali-
zar un evento aleccionador (y mostrar el
cuerpo del vencido era un espectáculo
en boga) y como no se pudo llevar el
cuerpo de Epumer, el jefe ranquel de ese
momento, porque había logrado esca-
par de la matanza buscando refugio en la
cordillera, a Racedo no se le ocurrió nada
mejor que llevarse el cuerpo de quien era
considerado el más importante de los
lonkos, el de su hermano Mariano-
Panguitruz. Con los años lo que quedó
del cuerpo fue solamente el cráneo,
guardado (podríamos también decir:
secuestrado) durante los siguientes 120
años en el museo de ciencias naturales
de La Plata.
- La ferocidad y la inhumanidad con que
se actuó con Mariano rosas también
alcanzó a otros caciques, como Catriel,
quien antes de su muerte fue exhibido
en circos por medio mundo y luego
entregado a Florentino ameghino para
estudiar su cadáver…
- Eso que trae a colación es una muestra
más de cómo el positivismo como filoso-
fía hegemónica de la época, madre de la
idea de “civilizar” a los “salvajes”, conlle-
vó la producción de ríos de sangre, de
dolor y de destrucción. Esos son los
“sacrificios” con los que se terminó de
constituir la Argentina, diezmando a los
pobladores originarios y dejando en
manos de pocas familias las tierras, el
poder económico y el dominio cultural.
sSergio Schmucler nació en Córdoba,
argentina, en 1959 y se exilió en México
en 1976. Hoy vive entre ambos países. es
antropólogo social (enaH, México) y
guionista (Centro de Capacitación
Cinematográfica, México). Ha sido direc-
tor, realizador y guionista de largome-
trajes, mediometrajes y series de ficción
y no ficción, para cine y televisión, en
México y argentina. Fue galardonado
con el premio ariel de la academia de
Cine de México por el guion del largo-
metraje Crónica de un desayuno
(México, 2001) y con el premio al mejor
documental testimonial por Canción de
Mariano en el X Festival nacional de
Cine y Video documental (argentina,
2008).
Fue director del Foro Cultural gandhi,
director del área de Producción
audiovisual de la Secretaría de
extensión universitaria (unC,
argentina) y profesor invitado en el
Centro de Capacitación Cinematográfica
de México. dirigió la revista de política y
cultura La Intemperie (argentina) y la
revista literaria gilgamesh (México), y
es autor de las novelas detrás del vidrio
(México, era, 2000 y argentina, Siglo
XXI, 2000) y el guardián de la calle
ámsterdam (argentina, noches Blancas,
2013; México, elefanta, 2014 y Francia,
Liana Levi, 2017).
El Corredor Mediterráneo / Página 3
En esta conversación con Antonio Tello, el escritor y cineasta Sergio Schmucler
cuenta para ECM su experiencia del destierro, que vivió desde la adolescencia
en México, y de su profundo interés e identificación con los pueblos originarios,
el cual lo movió a escribir “La cabeza de Mariano Rosas”.
La escritora Daila Prado y el
autor, Sergio Schmucler, pre-
sentarán “La cabeza de
Mariano Rosas”, en Librería
Superior, el 8 de mayo, a las
19,30 h.
4. El Corredor Mediterráneo / Página 4
La concesión por la Academia de
Ciencias y Letras de Noruega del Abel
2019 a Karen Unlenbeck, que vino prece-
dido, en 2014, del otorgamiento de la
medalla Field –el otro prestigioso galar-
dón de las matemáticas- a la iraní
Maryan Mirzajani, supone una suerte de
ajuste de cuentas orientado al reconoci-
miento del papel y los aportes de las
mujeres en el mundo de la ciencia, domi-
nado por prejuicios culturales y religio-
sos del orden masculino a lo largo de la
historia.
Contra lo que puede suponerse, la inter-
vención de la mujer en las disciplinas
científicas viene de muy antiguo.
Ciñéndonos sólo al mundo de las mate-
máticas, la primera mujer de la que se
tienen noticias dedicada a las matemáti-
cas fue Hipatia de Alejandría, que vivió
en el siglo III, quien también era filósofa
y astrónoma. De su obra apenas han lle-
gado comentarios de Diofanto y
Apolonio, dos de sus discípulos, de
“Aritmética” y “Secciones Cónicas”. Al
parecer, Hipatia, quien también colabo-
ró con su padre en una revisión de
“Elementos”, de Euclides, murió asesi-
nada por motivos políticos y religiosos.
Más próximos en el tiempo, en el siglo
XVIII, en tiempos de la Revolución
Francesa, surgió la figura de Sophie
Germain. Su enclaustramiento volunta-
rio a causa de las convulsiones sociales la
llevó a la lectura de muchos de los libros
de la biblioteca familiar. En ésta, siguien-
do el hilo de Arquímedes, leyó tratados
de matemáticas que la movieron a reali-
zar algunos trabajos que, con el tiempo,
quiso comentarlos con algunos de los
más importantes matemáticos de la
época, como Joseph-Louis Lagrange y
Karl Friedrich Gauss. Temiendo ser
rechazada por su condición de mujer
firmó su cartas como Monsieur LeBlanc,
pero sus corresponsales acabaron cono-
ciendo su verdadera identidad no les
importó para nada mantener que fuese
mujer quien les presentaba interesantes
trabajos sobre las teorías de los núme-
ros, sobre los números primos, un tipo
de los cuales lleva el nombre de “primos
Germain”, o sobre el último teorema de
Fermat. La misma mujer que introduciría
el concepto de “curvatura media” de
una superficie.
Contemporánea a Sophie German fue la
italiana María Gaetana Agnesi, quien
también destacó como filósofa y teólo-
ga. Agnesi, quien huyendo del mundanal
ruido se refugió en un convento para
dedicarse a la reflexión y al estudio de
las ciencias matemáticas, realizó sus
principales aportaciones sobre el cálculo
diferencial e integral siguiendo el camino
señalado por Newton y Leibniz dejándo-
las documentadas en su obra
“Instituzione”.
Ya en la segunda mitad del siglo XIX, la
rusa Sofía Kovalesvskaya fue, como
Agnesi, una niña prodigio, motivo por el
cual, a pesar de sus reparos, aceptó que
estudiara ciencias matemáticas. No obs-
tante los múltiples obstáculos que debió
sortear por su sexo y la movieron a con-
vertirse en una acérrima defensora del
derecho de la mujer a la educación, Sofía
Kovalesvskaya fue la primera europea
en obtener una cátedra universitaria y
en ser galardonada con el Premio
Bordin, de la Academia de Ciencias de
París por sus estudios “Sobre el proble-
ma de la rotación de un cuerpo alrede-
dor de un punto fijo”, los cuales comple-
mentaban sus trabajos sobre las ecua-
ciones diferenciales y los relacionados
con los anillos de Saturno y con la propa-
gación de la luz.
Sin dejar de lado a la serbia Mileva Maric,
la primera esposa de Albert Einstein, con
quien colaboró en sus trabajos iniciales
sobre la teoría de la relatividad, cabe
destacar a la alemana Emmy Noether,
quien hizo grandes aportaciones al álge-
bra moderna y a la teoría de ideales de
un anillo, razón por la cual a algunos ele-
mentos matemáticos relacionados se los
denomina “noetherianos”, y formuló el
llamado “teorema de Noether”, según
el cual cualquier simetría diferenciable,
proveniente de un sistema físico, tiene
su correspondiente ley de conservación.
El llamado “teorema de Cartwright”,
que abre las puertas al estudio de las
fractales y a la formulación de la teoría
del caos, también fue obra de una de las
mentes femeninas más brillantes de
Inglaterra de la primera mitad del siglo
XX. Mary Cartwright, quien se doctoró
con Godfrey Harold Hardy, valedor asi-
mismo del matemático indio Ramanuján,
y trabajó con John E. Littlewood, fue la
primera mujer en ganar la “medalla
Silvester”, la primera en ingresar a la
Royal Society y la primera en presidir la
London Mathematical Society.
También la primera mujer en ingresar a
Por redacción eCM-aT
Karen Uhlenbeck
5. El Corredor Mediterráneo / Página 5
Las matemáticas ajustan cuentas
La matemática estadounidense Karen Uhlenbeck se ha convertido en la primera
mujer en ser galardonada con el Premio Abel, el Nobel de matemáticas, que
concede la Academia de Ciencias y Letras de Noruega por su brillante contribución
al estudio de las formas del espacio en varias dimensiones.
la Academia Nacional de Ciencias de
Estados Unidos y en presidir la American
Mathematical Society fue la estadouni-
dense Julia Robinson, cuyos estudios
sobre las ecuaciones diofánticas –ecua-
ciones algebraicas de dos o más incógni-
tas cuyos coeficientes recorren el con-
junto de números enteros, de las que se
buscan soluciones que pertenezcan a
dicho conjunto-, fueron determinantes
para que Yuri Matiyasevich solucionara
el décimo problema de Hilbert demos-
trando su imposibilidad.
El talento para las ciencias matemáticas
siempre es percibido en el imaginario
social como algo prodigioso, indepen-
dientemente del sexo de quien lo tenga.
Pero el prejuicioso predominio masculi-
no especialmente en el campo científico
hace más evidente ese prodigio en la
excelencia de no pocas mujeres.
Destacable en este sentido es el ejemplo
de Katherine Johnson, una quinceañera
que después de tres años de estudios
logró doctorarse “summa cum laude” en
la Universidad de Virginia Occidental,
cuyas investigaciones en el campo de la
física y las matemáticas la llevaron a cal-
cular con extrema exactitud la trayecto-
ria de la sonda espacial Apolo 11. De
todas las mujeres matemáticas,
Katherine Johnson acaso sea la más
conocida, sobre todo a causa de la pelí-
cula “Talentos ocultos”, dirigida por
Theodore Melphi, que narra la historia
de tres científicas afroamericanas –
Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y
Mary Jackson- que trabajaron para la
NASA, cuando EE.UU. y la URSS libraban
la carrera espacial, y a la vez lucharon
por el reconocimiento de los derechos
civiles de la población negra estadouni-
dense.
Entre otras muchas mujeres dedicadas a
las matemáticas, como la española María
Wonenburger, cobra especial dimensión
entre las contemporáneas la iraní
Maryam
Mirzakhani, quien en 2014 se convirtió en
la primera de su sexo en obtener la
medalla Fields por sus aportes al estudio
de los espacios de Teichmüller, la geome-
tría hiperbólica –que sólo reconoce los
cuatro primeros postulados de Euclides-,
la teoría ergódica –que refiere al estudio
matemático del comportamiento pro-
medio a largo plazo de los sistemas diná-
micos- y la geometría simpléctica, ade-
más de sus investigaciones sobre la
superficie de Riemann y los sistemas
dinámicos, en la Universidad de
Stanford.
Este escueto recorrido sitúa a Karen
Uhlenbeck, la recientemente galardonda
con el Premio Abel 2019, en lo más alto
del podio científico a la vez que supone
un reconocimiento explícito al papel
jugado por las mujeres científicas a lo
largo de la historia de la civilización.
Uhlenbeck, profesora emérita de la
Universidad de Austin, Texas, ha centra-
do sus estudios de las ecuaciones en
derivadas parciales, desarrolladas para
entender el electromagnetismo, entre
otros fenómenos, y que encontraron
aplicación para el estudio del espacio en
distintas dimensiones. “La investigación
de Uhlenbeck –afirma el físico Paul M.
Goldbari- ha permitido avances revolu-
cionarios en la intersección de las mate-
máticas y la física […] Sus ideas pioneras
tienen aplicaciones en una gran variedad
de temas fascinantes, desde la teoría de
las cuerdas, que puede ayudar a explicar
la naturaleza de la realidad, a la geome-
tría del espacio-tiempo”. Por su parte, el
matemático Daniel Peralta, del ICMAT
(Instituto de Ciencias Matemáticas) de
Madrid, en declaraciones recogidas por
el diario español “El País”, dice que “el
trabajo de Karen Uhlenbeck ha sido
esencial para entender las superficies
mínimas, como las formadas por las
pompas de jabón, cuando se consideran
muchas dimensiones del espacio […] A
partir de cuatro dimensiones, las técni-
cas clásicas fallan y surgen singularida-
des”, que las técnicas desarrolladas por
Uhlenbeck permiten afrontar con éxito,
ya que sus recursos no son ajenos a las
herramientas de los geómetras.
En su libro “Viaje de mujeres en ciencia e
ingeniería: no hay constantes universa-
les” (Temple University Press, 1997),
Karen Uhlenbeck dice: “Soy consciente
de que soy un modelo para las mujeres
jóvenes en el campo de las matemáticas.
Y, en parte, por eso estoy aquí. Sin
embargo, es difícil ser un modelo, por-
que lo que realmente tienes que hacer es
mostrar a los estudiantes que una perso-
na imperfecta puede triunfar. Todo el
mundo sabe que si una persona es inteli-
gente, divertida, linda o bien vestida ten-
drá éxito. Pero también es posible triun-
far con todas nuestras imperfecciones.
Yo necesité mucho tiempo para darme
cuenta de esto”.
6. El Corredor Mediterráneo / Página 6
Entrar a la Municipalidad de nuestra ciudad
por cualquier motivo y que de pronto sor-
prenda de antesala una galería de arte es
decir algo… es un gesto, y que además la ima-
gen que nos recibe sea una enorme recrea-
ción del rostro de “Eva Perón” colorido como
el dibujo de un niño, y es ella ‘la de los descal-
zos, la de los descamizados, la de los niños, la
de las mujeres y de todos”, rodeada de la
flora y fauna de nuestra región, transforma el
gesto en un decir, porque además es la comu-
nión de un recorrido de kilómetros de
Murales que entrecruzan líneas y voces de las
comunidades que en sus diferencias se
encuentran en saberes, tonalidades, edades y
relatos que se entrelazan en un horizonte
común que pide a gritos hacer y ser bienes-
tar… Bien Común.
La iniciativa surge de un artista nuestro
Gastón Liberto, en el marco de la presenta-
ción del Proyecto educativo y Social del Libro
Murales e Identidad. En la muestra se expo-
nen desde el 20 de marzo hasta el 27 de abril,
algunas de las obras del proyecto, que nos
conducen a pensar las prácticas del arte públi-
co y el muralismo contemporáneo más allá de
lo meramente estético deviniendo herramien-
ta de convivencia directa con la gente, con los
saberes de la calle y de los sentidos que circu-
lan, desde sus comienzos el muralismo ha
sido un arte para el pueblo que busca expre-
sarse desde el conjunto de prácticas, de valo-
res, de emociones y de rasgos típicos de las
propias situaciones cotidianas desde el aden-
tro hacia el espacio común que nos contiene,
un modo de perdurar en el nosotros median-
te el intento de exponer las mejores cosas, los
anhelos de nuestras vidas mediante inespera-
das imágenes que distraen y deleitan que ins-
tauran una identidad en términos de cons-
trucción y que quedará allí entregado al deve-
nir del tiempo, a los caprichos de la
Naturaleza y formará parte de lo que se dibuja
en el mapa del cielo.
Esto nos ofrece Gastón Liberto, buscador
incansable de caminos de encuentro…
¿Artista “puente”? Pues que otra cosa puede
ser un artista sino la esclusa de lo común a
todos que desde la interpretación de sus tra-
zos nos invita al contenido del color con lo
cual las cosas serán según el pincel con que se
pinte y con esos colores revivirán paredes
calladas de cualquier sitio donde quede un
blanco para allí levantar la voz del pueblo.
Mural entonces “una voz amorosa que lanza
el pueblo”, singularidades reunidas para el
aporte común de lo que el espíritu que somos
necesita. Manifestación pacífica y colectiva de
un decir que nos hermana en un lenguaje
renovado, esperanzador en el hacer.
Mapa también no hacia lo largo, sino hacia lo
hondo de lo que somos de lo que nos iguala
en el legado de lo humano para volverlo real
estableciendo líneas de contacto en las cuales
somos cultura.
Así pues este proyecto regional –(nuestro)-
nos muestra lo propio mediante la trayectoria
de grafitos y colores cual cartografía que
muestra un destino compartido de trabajo, de
deseo, de prosperidad de todo eso que nos
aúna en el carretel de seres que hacen día a
día el mundo en esta Tierra y allí el artista reu-
niendo ideas/voces/trazos que lejos de todo
tecnicismo y misterio sirven de lazo para
aportar a la Naturaleza el tono humano de lo
que juntos podemos ser y transformar en la
plena conciencia de que todo está por hacer-
se y que ese es nuestro juego.
SUPLEMENTO CULTURAL DEL CENTRO
DECLARADO DE INTERéS CULTURAL POR EL
CONCEJO DELIBERANTE DE RíO CUARTO
Los cielos del sur de
Córdoba se visten de mural
Por Laura Fernández de la Serna Muralista: gastón Liberto
7. El Corredor Mediterráneo / Página 7
Laura Fernández De la Serna es Licenciada en Filosofía y
docente titular en las cátedras de Perspectivas antropoló-
gicas, Pensamiento científico y Epistemología, Cultura del
Diseño I y II, Introducción a la Filosofía Y ética en la
Universidad de Mendoza (Sede Río Cuarto) y Profesora de
Teoría del Conocimiento en el Colegio San Ignacio.
8. El Corredor Mediterráneo / Página 8
MunICIPaLIdad
de La CIudad
de ríO CuarTO
Subsecretaría de Cultura.
CC DEL ANDINO
Tel. 0358 - 4671995
MunICIPaLIdad
de La CIudad
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redacción:
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Abelardo Barra Ruatta
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Verónica Dema
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Fotografía:
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Jorge Tello
Ilustración:
José Aranguez
Paco Rodríguez Ortega
Jorge Sarraute
Rocío Toledo
diseño:
Ana Alonso
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La Columna
Cuaderno de notas de a.T.
La tragedia de Nôtre Dame
y la conjura de los necios
Por antonio Tello
“La conjura de los necios”, una de las mayores novelas de la
segunda mitad del siglo XX, retrata a través de su protagonis-
ta, Ignatius J. Really, como el Quijote en su tiempo, el absurdo
de una sociedad instrumentada y gobernada por la necedad.
Su autor, John Kennedy Toole, se suicidó en 1969, a los treinta
y dos años, después de recibir una serie de rechazos de edito-
res tan necios como alguno de los personajes que describía en
su obra. Si hoy se la conoce es gracias al empeño de su madre
para que fuese publicada, del mismo modo que “La biblia de
neón”, una pequeña joya literaria escrita cuando el autor tenía
sólo dieciséis años.
John Kennedy Toole había percibido y recreado en su novela el
alto grado de estupidez que empezaba a extenderse en la
sociedad, como consecuencia de la alienación y perturbación
del pensamiento que sufrían los individuos, como ya lo había
advertido George Orwell en 1945, al final de la II Guerra
Mundial en un breve y contundente ensayo.
En nuestros días es extremadamente difícil pensar y actuar con
lucidez debido al imperio de la necedad, la estupidez, la idio-
tez, voz ésta cuya acepción médica define el grado más pro-
fundo de la deficiencia mental. Vivimos hoy como si nuestras
sociedades hubiesen perdido el sentido ético que las identifica
como comunidades humanas y sólo pudieran manifestarse a
través de la ignorancia, la brutalidad y la insolidaridad comu-
nes. Es decir, como si cada individuo no pudiese expresarse
atendiendo a los principios de la libertad y el respeto al otro
sino de su ego bestializado.
El reciente incendio y parcial destrucción de la catedral parisina
de Nôtre Dame constituye una tragedia para la humanidad.
Nôtre Dame no sólo es un templo religioso sino también un
monumento de la cristiandad –término que trasciende la
Iglesia católica y se proyecta como símbolo de la historia, el
arte y la cultura de la civilización occidental. Pero en una época
en la que estupidez gobierna el pensamiento y determina las
conductas más absurdas, la tragedia ilumina el sinsentido de
quienes manifiestan su indiferencia o su menosprecio por esta
pérdida y la de aquellos que hacen de la falsa sentimentalidad
y la caridad interesada un soberbio acto de hipocresía. A unos
cabría preguntarles si se han parado a pensar cuánto perdería
espiritualmente el mundo –la historia humana en el planeta- si
un día se destruyeran El Tikal, las construcciones de
Teotihuacan o del Machu Pichu, las pirámides de Egipto, las
cuevas de Altamira o de Chauvet, el Partenon, los templos hin-
dúes de Tingaraja o Meenakshi o el mausoleo de Taj Mahal, por
citar sólo algunos monumentos que son tesoros de la humani-
dad, y a los otros cuánta felicidad y bienestar ganarían los habi-
tantes de este mundo si, en lugar de mostrar su solidaridad
oportunista, que les reportará ingentes beneficios fiscales, no
amasarán sus fortunas mediante políticas y acciones que
sumen en la miseria a millones de personas.
Pero estas sencillas preguntas carecen de respuestas que se
sustenten en la honestidad. En estos tiempos en los que la
inteligencia y la imaginación han sido marginadas, nadie puede
elaborar un discurso lúcido y veraz sobre lo que acontece; en
estos tiempos hegemonizados por la estupidez, el individuo
alienado carece de conciencia de su ignorancia y eleva sus sue-
ños o sus deseos a la categoría de verdad.
Una verdad tan volátil como tramposa que dificulta el acto de
pensar y da lugar a un pensamiento contaminado por la ofusca-
ción y el ruido. Cómo explicar entonces si no es por estupidez la
pérdida del diálogo y el consenso. Cómo si no explicar esas
corrientes de pensamiento o tendencias que fundamentan las
voces del rabino que considera un deber quemar a sus enemi-
gos; del musulmán y del mexicano que exigen disculpas a España
por la rendición de Granada o la conquista y colonización de lo
que hoy es América. Cómo explicar si no las pretensiones de esos
grupos que ven en la lengua –precisamente el único instrumento
que puede expresar el valor de sus reivindicaciones- el origen de
sus males y contribuyen a degradarla. Cómo explicar si no el pro-
pósito del presidente de la gran potencia del mundo de levantar
un muro para impedir la entrada de miles de inmigrantes que
dejan sus pueblos a causa de la miseria ocasionada por el latroci-
nio de las compañías de la gran nación. Cómo explicar la inten-
ción de esos nacionalistas que malversan el derecho de autode-
terminación para separarse del Estado -que, precisamente, sus
antepasados ayudaron a fundar- para no compartir con el resto
de pueblos sus presuntas riquezas. Cómo explicar si no las políti-
cas de esos gobiernos que anteponen los beneficios de las gran-
des corporaciones e inversores al bienestar de sus ciudadanos.
Cómo explicar la indolencia con que se asiste a la degradación
del planeta. Cómo explicar esto y cuánto sucede en el mundo si
no es por la hegemonía de la idiotez, que los medios de comuni-
cación y las redes sociales difunden, democratizan y sacralizan
sin medida.
Tras el incendio, en pocos años, el histórico templo volverá a
lucir como si nada hubiese sucedido mientras los ciudadanos del
mundo comprobarán que el tumor de la idiotez ya les ha forma-
do una joroba y, tal vez, se ilusionen con ocupar un puesto de
gárgola de Nôtre Dame de París. Ese será el momento que indi-
que que la estupidez también ha colonizado sus sueños.
humorsolini
Por Heraldo Mussolini