Mil veces la hemos leído y otras tantas
ha cautivado nuestro corazón.
Y ha encendido en nuestra mente
una idea nueva .
Hoy recordamos algunas, que
adquieren
en estos días una gran actualidad.
La parábola refleja la situación
del hombre actual
que ha decidido
alejarse de Dios.
La modernidad, resumida en los escritos
de Nietzsche, ha hecho creer a la persona que Dios es enemigo
de la causa humana. Son muchos los que han abandonado la fe
para sentirse libres de sus controles y exigencias.
Pero la parábola nos dice que quien se ha alejado de Dios
se aleja también de su propia felicidad.
A la confesión de pecado del hijo que retorna a casa,
el padre no responde de forma directa.
No es que no lo acepte.
Es que a las palabras prefiere las acciones.
El hijo solicita perdón,
y el padre da órdenes a los criados para que
preparen una fiesta que rehabilite
la dignidad y la autoestima de su hijo.
Ni el pecado ni el perdón tienen un carácter
exclusivamente privado e individual.
La parábola nos revela
también el resentimiento
del hijo mayor.
Ni acepta de corazón
a su hermano ni ama
con sincera gratuidad
a su padre.
La resurrección El encuentro
Experiencias evocadas para significar la nueva vida
que Dios espera del ser humano.
Se oponen a:
El sinsentido La soledad
Padre nuestro, Padre de todos, perdona tú nuestro
pecado, nuestra lejanía de tu casa, nuestra altivez
frente a nuestros hermanos. Tu sabes que añoramos
tu amor y tu perdón. Ayúdanos a volver a ti con
espíritu arrepentido y confiado con ánimo fraternal
y generoso. Amén.
Texto : José Román Flecha Andrés
PALABRA D EL SEÑOR - Salamanca 2007