2. Enamorarse es amar las coincidencias y
amar enamorarse de las diferencias
Jorge Bucay y Silvia Salinas
Casi todos hemos experimentado el
enamoramiento: una vivencia extraordinaria,
tanto por su calidad maravillosa como por ser
algo que va más allá de lo extraordinario, lo que
lo convierte en un estado alterado de conciencia.
Es uno de los episodios más estimulantes,
placenteros y mágicos que podemos vivir.
3. Es un estado de embriaguez que nos confirma
que la vida es hermosa y que vale la pena vivirla
Sin embargo, pocos saben que uno de los agentes
nocivos que contamina el proyecto amoroso
restándole significativamente posibilidades de
éxito, es la confusión entre amor y
enamoramiento
4. Primero aparece el enamoramiento y
posteriormente – solo para unos cuantos
afortunados – surge el amor. El enamoramiento o
amor inmaduro es muy intenso, palpitante,
efervescente, electrizante, pero efímero, tiene fecha
de caducidad; mientras que el amor maduro es más
reposado e implica un tipo de actividad que nos
enfrenta con las realidades espinosas de la relación
y nos permite trabajar en nosotros para
evolucionar, sin dejar por ello de ser
profundamente gratificante.
5. Los Cinco Ingredientes Inmaduros del
Enamoramiento
1. El Narcisismo
2. El Estado Maniaco
3. La Psicosis
4. La Neurosis Obsesiva Compulsiva
5. La Regresión
6. Narcisismo
Una función psicológica relevante es la que se
conoce como ideal del yo. Consiste en que la
persona construye un modelo de lo correcto, lo
perfecto o lo conveniente al cual intenta adecuarse
permanentemente.
Durante el enamoramiento desplazamos hacia el
otro este ideal, de tal forma que lo convertimos en
una pantalla que refleja todo lo excelso,
maravilloso y perfecto.
7. Sin darnos cuenta lo dotamos – merced al
mecanismo de idealización – de los atributos
más nobles y elevados, transformándolo casi en
una divinidad. Es este mecanismo de
idealización lo que explica en buena medida la
pasión por el otro. Surge una necesidad
emocional de ponernos unos lentes color de
rosa para poder apreciarlo mejor.
8. Freud diría que proyecto mi ideal del yo para
posteriormente recuperarlo, traerlo nuevamente
a mí cuando siento que de alguna manera formo
parte del otro. Dicho en palabras más sencillas:
al proyectar en el otro mi ideal del yo, me
enamoro de mí mismo, lo cual presupone que
tengo que distorsionar a mi pareja, sobreponer
en ella una imagen que habla mas de mis sueños
que de lo que es en realidad.
9. Por lo tanto no me enamoro de una persona sino de
una fantasía; de un deseo de que el otro sea lo que yo
necesito; de una ilusión y de algo irreal.
Debido a ello, la relación es narcisista en el sentido de
que me vinculo no con otra persona, sino conmigo
mismo. No intento enamorarme de otro al que por
cierto tengo que desfigurar, sino de mí mismo, de mis
insospechadas y monumentales expectativas.
10. Psicosis
La psicosis es una de las enfermedades
mentales más severas y dramáticas en la que las
funciones psíquicas se encuentran muy
deterioradas. Su característica fundamental es
la negación del principio de realidad:
confundimos la realidad exterior con la
interior, hay un predominio de la segunda
sobre la primera. Es lo que popularmente
conocemos como locura.
11. En el enamoramiento, de manera suavizada se
presenta este fenómeno sin que constituya una
enfermedad. No obstante, el mecanismo de
sobreidealización nos conduce a distorsionar la
imagen del otro, nos altera la percepción de esa
realidad, pues lo que vemos son nuestros ideales,
nuestra subjetividad proyectada en la pareja y no
sus verdaderas características.
12. El enamoramiento es como Don Quijote:
cuando recobra el juicio es que está para morir.
Enamoramiento es la equivocación que comete
quien cree que existe un hombre o una mujer
diferente a los demás.
Para muchos, cuando el enamoramiento se
diluye, surge la percepción de que el cónyuge es
tan normal o tan común y corriente como
cualquier otro individuo.
13. Es más, con frecuencia es más corriente que
común, sobre todo cuando los conflictos se
apoderan de la relación. Incluso, y en forma
paradójica, el otro vuelve a ser diferente, pero
ahora en el sentido inverso de que cualquiera es
mejor que el.
Fue justamente esta distorsión la que llevó a
afirmar a Gregorio Marañon que: El
enamoramiento es el peor consejero del matrimonio
14. Coincide con nosotros Balzac cuando dice: En
cuanto nos enamoramos, somos criaturas despojadas de
sentido común. Las siguientes frases de dominio
público apoyan este punto de vista:
El enamoramiento es el triunfo de la imaginación
sobre la inteligencia, y
No hay ninguna diferencia entre un hombre sabio y
otro tonto cuando están enamorados.
15. En el enamoramiento suele haber una dosis
importante de distorsión. Es tan ostentible la
forma en que nos mentimos a nosotros mismos,
que el otro día, mientras escribía acerca del tema
me percaté con mucho asombro de que en la
palabra misma podemos detectar su propia
naturaleza de autoengaño.
En – amor – á … miento
16. Estado Maniaco
La depresión se caracteriza por ser un estado en
el que reina la tristeza, la desesperanza y el
pesimismo, en el que vemos al mundo sin ningún
interés, como algo que no vale la pena, además
de percibirnos a nosotros mismos plagados de
defectos y de errores que nos conducen a
subestimarnos, juzgaros y culparnos de manera
despiadada.
17. Estos pensamientos y sentimientos provocan en
el cuerpo cansancio y desenergetización, por lo
que nos tornamos apáticos, rehuimos las
actividades sociales y, en general, decrece de
manera muy notoria nuestro rendimiento en
todas las esferas.
Por su parte, el estado maníaco es todo lo
contrario: nuestros pensamientos son optimistas
y vertiginosos; hay fuga de ideas y un impulso
desmesurado e inagotable de moverse y de
hablar.
18. Prevalece un exagerado sentimiento de la propia
capacidad de rendimiento y una sobredimensionada
apreciación del propio valor. El enfermo se siente
extraordinariamente fuerte; piensa que posee un
cantidad ilimitada de conocimientos; cree saber
hacer mejor las cosas que los demás, supone, por
ejemplo, que puede supervisar al psiquiatra en cómo
tratar a los enfermos mentales porque estima que
sabe más que el. Todo esto se traduce en un
exacerbado estado de ánimo, entusiasta, optimista y
alegre; considera que la vida es fantástica y que todo
lo puede.
19. Ambos estados son trastornos afectivos que
mientras más agudos se presentan más riesgosos
se vuelven para el enfermo, al grado de que
podría requerir hospitalización. La persona
deprimida podría intentar suicidarse, mientras
que al sujeto maniaco, su actividad frenética, su
desmedida confianza en si mismo y su falta total
de inhibiciones pueden llevarlo a realizar actos
disparatados en los negocios, a transgredir
normas sociales y legales o a cometer toda clase
de desenfrenos en el terreno sexual.
20. Si observamos al enamorado, veremos que tiene
todas las características del estado maníaco y,
reitero, sin sugerir que es una enfermedad.
Simplemente el hecho de enamorarse hace que
uno viva como si hubiera suministrado una
droga, un estimulante que lo hace sentirse
flotando, en las nubes, en la luna; se vuelve
hiperactivo, está energetizado, motivado, su
estado de ánimo es chispeante, efervescente y
cascabelero.
21. El océano se le hace chico para echarse un
buche de agua. Goethe diría que una persona
que vive esta experiencia es: Un loco enamorado
que sería capaz de hacer fuegos artificiales con el
sol, la luna y las estrellas, para recrear a su
amada.
Si el enamoramiento te hace sentir “la ultima
coca en el desierto” ¡cómo no anhelar este
sensacional estado maníaco!
22. Neurosis Obsesivo Compulsiva
Por definición, la obsesión es un trastorno del
pensamiento que implica que, ciertas ideas
ingresan imperativamente y de manera intrusiva
en nuestra psique, sin que podamos hacer nada
para evitar que ahí se alojen. De forma análoga,
para el enamorado es muy difícil evitar que su
amada sea la persistente protagonista en el
escenario de su mente.
23. Todo el tiempo piensa en ella, con todo la
relaciona, se convierte en el inevitable punto de
referencia para apreciar el mundo. Todo es
coloreado y resignificado por la presencia de su
recuerdo. El mundo huele a ella; sabe a ella; es
ella: todo pasa necesariamente por la irresistible
fragancia de su omnipresencia.
El – No desayuné pensando en ti; no comí pensando en
ti; no cené pensando en ti; no dormí…
Ella - ¿Pensando en mi?
El – no, porque ¡tenia un hambre!
24. La compulsión se encuentra acompañada de un
constaste sentimiento de no haber completado
su propósito lo que obliga a la persona a repètir
los actos.
Le escribe poemas, le compone canciones, le
hace regalos, la quiere acompañar a todas partes,
siempre con la sensación de que nada es
suficiente y de que estaría dispuesto a hacer
todos los esfuerzos y sacrificios por ella y para
ella
25. La Regresión
En el enamoramiento, la regresión se manifiesta
de dos maneras:
La primera, en la evocación de la maravillosa y
sublime relación de la díada bebe-mamá y
La segunda en la activación del pensamiento
mágico omnipotente propio de la infancia.
26. El crecimiento y la maduración del pequeño a
través de la creación de su propia identidad
genera la creación de su reino personal; sin
embargo, durante varios años el niño anhela la
plenitud de vivir la experiencia del idilio con su
pareja materna, primero habitando junto con ella
un único cálido y seguro territorio y después, ya
que formó el suyo propio, permaneciendo muy
próximo al de mamá.
27. Conforme nos vamos desarrollando, se
consolidad nuestro reino individual, el cual nos
hace tomar conciencia de que estamos
separados, de que estamos solos, hasta que
aparece en nuestros años mozos la magia y el
encanto del enamoramiento, el cual trasforma en
realidad nuestra añoranza por la cercanía del
estado simbiótico materno.
28. Esta conciencia de la unicidad, diversidad y
separatidad hace que aparezcan nuevamente los
muros que dividen y separan la comarca de cada
uno, pero la mismo tiempo abre la posibilidad de
construir amplios y confortables puentes y
caminos que vinculan los reinos amorosos de los
integrantes de una pareja.
En cuanto al segundo aspecto has de saber que
el niño procesa el mundo a través de lo que los
psicólogos llaman pensamiento mágico
omnipotente.
29. Dicho en otras palabras, el niño interpreta su
entorno a través de un debutante e inexperto
sabio y de un cándido inocente.
En el caso de los enamorados se reactivan los
componentes de este modelo de
funcionamiento, o sea, de la creencia en los
poderes sobrenaturales del niño.
30. Lo anterior se manifiesta en que piensan que no
habrá en su camino obstáculo que no puedan
vencer para la consumación de su anhelado
proyecto amoroso, suponen que sus fuerzas y su
relación no tienen límites, que es algo inédito y
ejemplar que hará que su porvenir sea
esplendoroso.