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La locura sistemática (PARANOIA)
Psiquiatras alemanes designaron paranoia a las enfermedades mentales funcionales con trastorno
esencial o exclusivo concerniente a la capacidad de juicio. Es la instalación de ideas delirantes o de
ilusiones sensoriales, los fundamentos residen en la historia misma. Después de Griesinger se consideró
la locura sistematizada como consecuencia de un trastorno afectivo anterior.
Considerada esta nueva entidad nosográfica como daño primario del juicio por oposición a la manía o la
melancolía donde los trastornos son ante todo de orden afectivo.
Para el diagnostico de algunos estados, era más importante saber si los trastornos del humor o del juicio
habían aparecido desde el comienzo o durante la evolución de la enfermedad.
Fue necesario ligar a la locura sistematizada una serie de cuadros que clínicamente no tenían el menor
parentesco con el concepto original, la amentia, delirios alcohólicos y otros estados patológicos que
pertenecen a la demencia precoz o a la locura maníaco-depresiva.
El error fundamental de la psiquiatría alemana con el concepto de paranoia era basada únicamente sobre
los síntomas y delimita entidades nosográficas a partir de hipótesis sofisticadas. La hipótesis de base que
consiste en oponer los trastornos del juicio a los trastornos afectivos es únicamente de orden psicológico y
no de orden clínico. Ambos estrechamente intrincados en el interior de los cuadros clínicos.
Todo intento de delimitación del grupo de la paranoia, y de distinción respecto de otras enfermedades
mentales, llegó a la conclusión que habían numerosas formas mixtas o de transición. El diagnostico debe
responder a preguntas fundamentales de manera satisfactoria o, al menos, esclarecer las perspectivas
pronosticas.
El medio de apreciar las características de una enfermedad, es observar su evolución y desenlace.
Reservo el concepto de paranoia para el grupo de casos en el curso de los cuales se desarrolla, precoz y
progresivamente, un sistema delirante, de entrada característico, permanente e inconmovible, pero con
una total conservación de las facultades mentales y del orden de los pensamientos. Estas formas
conducen al sujeto a un trastorno total de toda la concepción de su existencia y a una mutación de sus
opiniones respecto de las personas y los acontecimientos que lo rodean.
La progresión de esta enfermedad parece ser muy lenta. Durante la fase inicial, de varios años, aparecen
cierta depresión, cierta desconfianza, quejas corporales vagas y temores hipocondríacos, insatisfecho con
su suerte, cree ser maltratado por sus padres y humanos. Va abriéndose un abismo cada vez mayor entre
él y su entorno, es un extraño para sus prójimos, de otro mundo, sus relaciones son frías, superficiales,
artificiales y hostiles. Apartado de la gente de su entorno, distante y áspero, busca la soledad, absorbido
en lecturas esotéricas e incomprensibles. Sin embargo conserva la terrible nostalgia de algo grande y
elevado, la necesidad secreta de un proyecto grandioso, la esperanza de una felicidad inaccesible, en
cuya espera se satisfacen en la construcción de situaciones imaginarias o en cimentar coloridos castillos
de arena donde el sujeto tiene el rol de héroe. Certeza de haber nacido para “una gran causa” y no estar
fabricado según el modelo de todo el mundo.
De a poco sus concepciones y sus pensamientos patológicos comienzan a influenciar sus percepciones.
Observa que tal o cual circunstancia no se le saludó de modo tan amigable como antes, que se es más
distante con él, se lo evita y que no se quiere saber nada con él. A continuación de esto, su
hipersensibilidad y su desconfianza crecen. Comienza a atribuir significaciones ocultas o una voluntad
deliberadamente malvada de ofenderlo a una observación anodina, a palabras escuchadas por azar, a una
mirada apenas esbozada. Deduce que un complot secreto se trama contra él. Ciertas canciones silbadas
de manera bien precisa a fin de recordarle ciertos pequeños acontecimientos de su pasado a fin de
indicarle lo que debe hacer. Los artículos de los diarios, contienen alusiones precisas sobre sus hechos y
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gestos, alusiones sobre su persona que no pueden pasar desapercibidas. Se percata de que siempre se
encuentra con las mismas personas en la calle, parecen observarlo y seguirlo, como por azar. En todas
partes la atención está dirigida sobre él. Ve que todo está fabricado con refinada malicia con una oscura
maquinación y golpes bajos.
Habitualmente, en forma paralela al delirio de persecución se desarrollan ideas de grandeza. El aspecto
extraordinario de toda la maquinación que el enfermo cree dirigida contra él, testimonia una importante
sobreestimación de su propia persona, se ve a sí mismo dotado, genial, instruido, piensa que es un gran
poeta, músico, sabio, hace mucho caso de su aspecto exterior, se cree llamado a asumir una situación
extremadamente brillante en el mundo. Después de algunos años de evolución, comienza a sospechar
que no es el hijo de sus padres, que su origen es mucho más ilustre y glorioso. Idea que deviene una
convicción total. Se da cuenta que sus padres cuchichean en la pieza vecina, que palidecen cuando entra,
etc. Al mirar el retrato de un conde o príncipe es sorprendido por la llamativa semejanza que guarda con él
mismo; lee entre líneas y deduce sin dificultad el gran enigma. Reconoce que la condición excepcional de
su persona y de situación es abiertamente conocida por su entorno, próximo o lejano. La música se inicia
sólo cuando él llega, la familia real intenta buscarlo. Según cambios meteorológicos, vuelo de los pájaros,
el aspecto de la gente que o cruza, es absolutamente claro que Dios vela por él, que le da indicaciones
sobre lo que debe hacer. Sus experiencias realizan una extensa red de relaciones misteriosas de la cual el
enfermo es el centro.
En ciertos casos, observa que una persona excepcional por su situación muy elevada, pero del otro sexo,
real o imaginaria, le quiere bien y le concede una atención muy particular que no pasa desapercibida
(paranoia erótica).
Los signos de este complot secreto se multiplican. Todo acontecimiento se integra a su aventura
imaginaria. Este amor extraordinario debe permanecer, por el momento, disimulado. Se sabe ligado al
objeto de su amor por alusiones diversas que escucha cada tanto.
En el curso de la evolución posterior, aparecen ilusiones sensoriales de aspecto onírico. Toda la tonalidad
de este amor es de un apasionamiento romántico, platónico a menudo, mientras no tiene relaciones
sexuales, sino una actividad sexual malsana (onanismo). Después de todo este periodo de exaltación,
aparece, progresivamente, una profunda contrición, sentimiento de imposibilidad frente a este ideal, una
decepción frente a los rechazos que no comprende, así como un delirio impreciso de depreciación y de
culpa.
Estas ideas delirantes se hacen sobre la base de interpretaciones patológicas de acontecimientos reales.
Las ilusiones sensoriales son mucho más raras que las interpretaciones delirantes de acontecimientos
reales. Solo aisladamente ilusiones auditivas; se trata en general de una palabra única o de una frase
corta. Pueden sobrevenir visiones nocturnas con apariciones de estrellas, personajes iluminados,
representaciones divinas, escucha predicciones. Un trastorno que juega un rol importante en la aparición
del delirio: ilusiones de la memoria, a través de ellas desfigura las experiencias del pasado, nublan su
vista. Su memoria se agudiza de manera tan desmesurada que su vida pasada queda expuesta ante él
como un libro abierto. Recuerda cuando era niño, sus verdaderos padres lo sacaron de un castillo
magnifico antes de dejarlo en la casa de sus falsos padres.
El carácter común de todos estos enfermos, sobre el delirio es su inquebrantabilidad. Aunque, a veces, el
enfermo mismo reconoce que es incapaz de aportar una prueba formal de la validez de sus concepciones.
Todo lo que enlaza es a partir de tal o cual convicción inicial, “que se instaló un día como inquebrantable y
que permanecerá en él”. Quejas hipocondriacas, sensaciones de que se le estrecha la cabeza, debilidad
en la digestión, para lo cual es solicitada voluntariamente la internación médica. El humor está
estrechamente ligado al contenido del delirio. Vive sus persecuciones imaginarias como una suerte de
“tortura psíquica”, continuamente inquietado y supliciado; deviene huraño, irritable. Permanece satisfecho
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de sí mismo, condescendiente y pretencioso y persuadido de tener siempre razón. El humor varía por
cuestiones delirantes.
Las actividades y el comportamiento pueden permanecer durante relativamente mucho tiempo casi
inalterados. De todas maneras, toda la conducta de su existencia parece singular e impenetrable.
Aunque dotado, no realiza jamás nada positivo y solo tiene sinsabores por todas partes. Gasta mucho más
de lo que sus medios le permiten, se preocupa sin cesar de cuestiones ociosas o se dedica a la fabricación
de movimientos perpetuos, etc. suponiendo la existencia de complots secretos dondequiera, no
permanece en ningún lado mucho tiempo. Muchos son capaces de guardar dentro de ellos mismos sus
luchas y sus deseos, y en la vida cotidiana no resulta evidente el carácter patológico de su
comportamiento. Se observa aquí y allá una actitud misteriosa en ellos; actos incongruentes, maneras
singulares, un aspecto inhabitual, una pasión por una secta religiosa o preocupaciones artísticas o
pseudocientíficas.
Cambia bruscamente de trabajo sin dejar dirección o comienza a viajar. En general, este método se le
revela eficaz durante un corto lapso, entiende que una red secreta se ha tejido entre su entorno anterior y
el actual. Cada vez mayores dificultades para dedicarse a realizaciones prácticas y para cumplir
regularmente sus deberes profesionales, aunque sus facultades mentales no sufran daño masivo.
Emprenden frecuentemente acusaciones por difamación o demanda ayuda en este sentido a las
autoridades y los altos funcionarios. A veces intenta llamar la atención sobre su persona y su pobre
condición por medio de comportamientos extravagantes. También sobrevienen tentativas de suicidio.
Las ideas de grandeza lo pueden llevar a tratar de aproximarse a sus ilustres padres o a su futura esposa
imaginaria. Al comienzo muy discreto y finalmente se introduce directamente en casa de estas
personalidades designadas por sus sistema delirante. Ideas de grandeza teñidas de misticismo, se
presenta como apóstol, quiere fundar una nueva religión original. Los diversos comportamientos
aberrantes o peligrosos pueden, de múltiples maneras, conducirlo al asilo de alienados. Entiende este
acontecimiento como un nuevo golpe de estrategia de sus enemigos. Se resigna persuadido de que se
van a dar cuenta de su integridad mental. Evita las preguntas apremiantes, oculta sus ideas delirantes
durante mucho tiempo tras un comportamiento aparentemente irreprochable hasta que algo lo saca de
quicio. Los pacientes con los que codea son simuladores o espías de la policía que tienen por misión
ponerlo a prueba. En otros casos considera su estadía en el asilo como eslabón necesario de la cadena de
pruebas que debe soportar, antes de alcanzar finalmente sus objetivos grandiosos. La evolución ulterior es
habitualmente muy lenta. Se extiende por muchos años de manera inalterada, permanecen calmos,
lucidos, guardando indefinidamente un comportamiento exterior adaptado y a menudo saben ocuparse
intelectualmente. En la medida que disimulan sus ideas delirantes llevan una vida agitada, llena de
bizarrearías e incongruencias. Tras una evolución de varias décadas se manifiesta un debilitamiento
psíquico creciente a expensas de la anterior vivacidad de espíritu mientras todo el sistema delirante no
cesa de enriquecerse. Ningún trastorno somático acompaña la enfermedad. Hombres parecen más
afectados que las mujeres.
Los sinsabores son más bien una consecuencia del comportamiento perturbado desde mucho tiempo
atrás. La enfermedad se inicia entre los 25 y 40 años. En la mayor parte de los casos el comienzo no va
más allá de los 30. Todo lo que pueden contar sobre su vida antes de la edad de veinte es una probable
construcción a posteriori de acontecimientos más recientes.
Paranoia confabulatoria donde su signo constante son las ilusiones de la memoria
En la paranoia las ideas delirantes siguen un orden lógico, que el delirante refuta toda objeción de manera
muy caustica, aunque arribe a conclusiones falsas.
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Todos los pensamientos y las acciones están bajo la influencia del delirio. Experimenta la privación de su
libertad como una pesada injusticia contra la cual no cesará de luchar por todos los medios.
El tratamiento: evitar, merced a ocupaciones y distracciones, que se hundan en sus ideas delirantes
El Delirio de Querulancia: una forma evolutiva bien particular de los delirios sistematizados. El postulado
de base está representado por la convicción de un perjuicio real y de la necesidad imperiosa de pelear
hasta el fin por la reparación de esta injusticia que está persuadido de haber sufrido. Se injerta sobre una
desventaja de la que el enfermo fue víctima de muy buena fe. Incapaz de reconocer sus errores, incapaz
de evaluar la situación objetivamente y busca que se tome en consideración sus concepciones y sus
deseos personales de manera total.
La resistencia y las desventajas materiales que recaen sobre él, lo refuerzan en su idea de que una
amarga injusticia le fue hecha y que debe defenderse por todos los medios contra ella. Característica del
querulante: incapacidad de comprender la verdadera justicia y el acento que pone sobre sus propios
intereses, a expensas de los puntos de vista de protección judicial general. “busca justicia pero es incapaz
de encontrarla”. El punto de partida del delirio está constituido por el desarrollo de una concepción errónea
que arranca en el momento en que tiene lugar el juicio que es siempre insuficiente. Son incorregibles. Aun
cuando obtiene la reparación demandada, no está satisfecho. Consideran que esta en su derecho, sin
tener la menor prueba. La inteligencia y la memoria parecen al principio intactas, pueden repetir
íntegramente extractos de códigos, audiencias, textos de leyes. Su examen profundo permita mostrar que
no comprendió completamente el sentido de su exposición, que deforma las frases más simples. El
fenómeno existe. En un primer abordaje el delirio puede aparecer como simple exageración de un sentido
de justicia muy vivaz, la naturaleza patológica del curso de pensamiento deviene evidente poco a poco.
La inteligencia está intacta a lo largo de toda la evolución y el orden de pensamiento está conservado. Una
completa coherencia de los contenidos del delirio. Toda entrevista con un querulante, se reduce
rápidamente a las ideas de perjuicio que movilizan todo su interés de manera creciente con el paso del
tiempo. Cualquiera sea el punto de partida, el camino de sus pensamientos lo lleva ineluctablemente a
esto. Los mismos pensamientos retornan sin cesar en su discurso, sin ser capaz de abreviarlos o
reprimirlos. Los lazos semiológicos que existen en el interior del delirio comienzan a desmoronarse. No
tiene conciencia del estado mórbido.
Elevada estima de sí acompaña el delirio. Los enfermos se consideran excepcionalmente honestos y
trabajadores y miran desde arriba a sus enemigos. Se cree autorizado a emplear todos los medios
posibles para combatir a sus enemigos. Irascibilidad superior a la media. Cuando no presentan trastornos
mayores del humor, son capaces de entrar en una excitación apasionada cuando hablan de sus altercados
con la justicia, llenando de insultos a sus enemigos y oponiéndose a toda objeción o argumento con la
misma furiosa irritación. Nada lo apacigua, ni el agotamiento de los recursos judiciales posibles ni la
sentencia definitiva y decisiva. Pasa su tiempo en poner en marcha todos los dispositivos jurídicos
posibles. Permanece inconmovible, la obstinación y la exaltación apasionada se acrecientan más.
Pasajes subrayados, numerosos puntos de interrogación y de exclamación, innumerables interpelaciones
revelan el carácter patológico de los escritos. En cuanto al contenido, las frases son prolijas, monótonas e
interminables, se revela un modo particular de expresión: embollado. Las demandas o sanciones a las que
se expone tras sus insultos y calumnias aumentan la exasperación respondiendo con nuevas injurias más
excesivas y desmesuradas. Gracias a su poder de convicción logra frecuentemente persuadir a tal o cual
persona de su entorno. Aprovechan con frecuencia la ocasión de escribir, por intermedio de amigos, otras
cartas, otras demandas.
Después de cierto tiempo de evolución de la enfermedad, se instala un constante debilitamiento psíquico.
Discursos y declaraciones cada vez más pobres, monótonos e incoherentes. No espera más respuestas,
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pero continúa por hábito escribiendo algunos de sus textos singulares. Deviene apático, inofensivo e
indiferente. A veces niega sus actuaciones anteriores a fin de evitar desagradables explicaciones. Es del
pasado, pero no se trata de una verdadera toma de conciencia del carácter patológico de sus
interpretaciones, simplemente perdió la fuerza para defenderse.
El diagnostico del delirio de querulancia presenta dificultades al comienzo. La constatación de signos
característicos de cada una de estas enfermedades –trastornos somáticos y mnesicos en la primera y la
fuga de ideas, la distracción, hiperactividad, modificaciones del humor y evolución por accesos en la
segunda- permite establecer el diagnostico diferencial.
Para un diagnostico de delirio de querulancia es preciso retener en particular: constitución de
ideas delirantes, total incapacidad de aprender de la experiencia, continua extensión de las ideas
de persecución que conciernen a un número cada vez mayor de personas, el desarrollo de todo el
sistema delirante a partir de un punto único que permanece siempre en primer plano y que viene a
intrincarse con todos los actos y pensamientos del enfermo. No debe confundirse a los querulante
con los querellantes, que quieren tener siempre la razón y a cualquier precio y viven en perpetuo conflicto
con su entorno. Los querulantes son soportables en sus relaciones cotidianas. En el querulante el
conflicto primitivo jamás tiene fin. No cesa de amplificarse desmesuradamente y solo haya una
salida aparente por la fuerza cuando es internado.se puede reconocer el delirio de querulancia
después de una larga evolución. La buena conservación de la memoria, la soltura en la expresión escrita y
oral, ocultan a los magistrados el debilitamiento y la incoherencia psíquica como la organización delirante
subyacente.
Podría buscarse las verdaderas causas del delirio de querulancia en la existencia de una predisposición
mórbida, en general hereditaria. Alcoholismo en los padres. Se inicia como regla la enfermedad entre 35 y
45 años, a veces más tarde. La puesta en marcha del proceso, como consecuencia de la enfermedad. Ya
han tenido infinidad de procesos que perdieron y comienzan a devenir querulante. Pronostico malo. La
evolución final comporta un debilitamiento psíquico más o menos pronunciado como ideas delirantes
persistentes. Pueden observarse periodos de mejoramiento notables, o se ocultan bien.
Tratamiento: sustraerlos durante largo tiempo, cuando no para siempre, de su entorno ya que éste los
excita. La estadía en el asilo puede modificar las cosas. Soportan muy mal una estadía larga en el asilo.
Es deseable una vez apaciguados, soltarlos siempre y cuando su peligrosidad publica no haga necesario
privarlos definitivamente de su libertad.