LA IGLESIA DE CRISTO: Cómo se hace y cómo se mantiene.
1. La Iglesia De Cristo
Hechos de los Apóstoles capítulo dos nos enseña como
establecer la iglesia; pero también como mantenerla. A través de
tres sencillas lecciones haremos énfasis en lo uno y en lo otro,
para determinar con ello como llega a ser la iglesia y como sigue
siendo la iglesia de Cristo.
El Establecimiento de la Iglesia
Mateo 16:18
La Predicación de Jesucristo
El día de Pentecostés de Hechos de los Apóstoles capítulo dos
(Hechos 2:1), no se destaca por que los apóstoles hayan sido
llenos del E. S. (Hechos 2:4), o por que toda la ciudad haya sido
conmovida a causa del estruendo (Hechos 2:5-6), o porque todos
hayan escuchado como aquellos hombres tan humildes hablaban
en distintos idiomas (Hechos 2:7-8). Si algo en verdad llama la
2. atención de aquel evento tan esperado, era el propósito por el
cual estaba sucediendo (Hechos 2:11). La razón principal del
derramamiento del E. S. aquel día era dar testimonio de la
verdadera naturaleza de Jesucristo; cf. Hch. 1:8; 2:32.
Si vamos un poco más atrás en la historia, podemos observar que
Jesús fue objeto de mucha controversia entre su pueblo, a causa
de lo que decía de sí mismo; cf. Lc. 22:66-71; Jn. 5:17-18;
8:57-59. Estos y muchos otros textos confirman lo que Jesús era:
El Hijo de Dios. No obstante, el testimonio del mismo Jesús
llegó a ser insuficiente para los judíos y por ello mismo le
llevaron al Calvario (Hechos 2:36). Sin embargo, a partir de
Hechos de los Apóstoles capítulo dos, se suma al testimonio de
Jesús el de los apóstoles.
Los judíos sabían que el testimonio de dos o tres testigos era
suficiente para juzgar una causa; cf. Dt. 19:15; Jn. 8:17; 2 Cor.
13:1. Ahora, sumado el testimonio del Padre Celestial (Mt.
3:16-17; 17:4-5), se añadía el de los apóstoles para confirmar la
naturaleza verdadera de Jesús. Esto explica porqué la persona de
Jesucristo llegó a ser el tema principal en la predicación del
apóstol Pedro el día de Pentecostés en Hechos 2.
Desde el versículo 22 y hasta el versículo 36 del capítulo dos del
libro de los Hechos de los Apóstoles, la predicación del apóstol
Pedro giró en torno a la persona de Jesucristo. En el verso 22
Pedro da evidencia de la naturaleza de Jesús a partir de sus
obras; en el verso 23, hace lo mismo a partir de su muerte; para
3. el verso 24 y hasta el versículo 35, Pedro se apoya en la
resurrección de Jesús como hecho incuestionable de su
naturaleza divina. Ya en el verso 36 Pedro concluye su mensaje
mostrando a Jesús como Señor y como Cristo.
La iglesia de Cristo llegó a ser a partir de la predicación de
Jesucristo. Esto no fue exclusivo del apóstol Pedro en Hechos de
los Apóstoles capítulo dos; también fue cierto en el caso de otros
predicadores como Felipe (Hch. 8:5; 35) o el apóstol Pablo (Hch.
9:20; 1 Cor. 2:1-2; 2 Cor. 4:5).
La razón por la cual la predicación de Jesucristo es primordial en
el contexto del establecimiento de su iglesia se debe a dos
factores básicos...
1. En primer lugar porque Jesús es Señor. El término Señor se
utiliza como un título para dar evidencia de la reverencia y
respeto que posee Jesucristo por causa de su autoridad. La
designación de Jesús como Señor en Hechos 2:36 pone en
claro su soberanía y majestad; cf. Mt. 28:18; Ro. 14:9.
2. En segundo lugar porque Jesús es el Cristo. Si el término
Señor da evidencia de la soberanía y autoridad de Jesús; el
término Cristo lo confirma y asegura. El término Cristo se
usaba de los sacerdotes cuando eran ungidos con el aceite
sagrado; pero muy especialmente del sumo sacerdote, cf. Lv.
4:3, 5, 16. También el término se aplicaba a los profetas; cf.
Sal. 105:15, pero muy especialmente de los reyes; cf. 2 S.
4. 1:14; Is. 15:1. Así entonces el título de Cristo aplicado a Jesús
enfatiza también en su dominio y potestad.
La iglesia llega a ser primeramente, cuando Jesús es anunciado
como Señor y Cristo. Aquellos judíos llegaron a constituir la
iglesia, cuando entendieron quien era verdaderamente Jesús. El
cristianismo es por lo tanto el reconocimiento de Jesús como
Señor y Cristo; pero inherente a ello es el reconocimiento propio
como esclavo o servidor. La grandeza de Jesús contrasta la
pequeñez humana y esto permite que entendamos quién es
quién.
CONTINUARA...