S.3 El debate Impacto de la Inteligencia Artificial en la Sociedad Moderna
Soteriología 05
1. I. La obra redentora de
Jesucristo
1. El misterio de la redención
2. Jesucristo, mediador y cabeza
3. Los misterios de la vida de Cristo y su valor redentor
4. La Pasión y muerte de Cristo
5. La glorificación de Cristo y su valor salvífico
6. Los frutos de la redención
2. GLORIFICACIÓN, 1GLORIFICACIÓN, 1
Para el racionalismo sólo son “históricos” aquellos sucesos cuyas
causas y efectos son intramundanos y comprobables por la expe-
riencia. Por eso según la crítica histórica, en la mente de los discí-
pulos poco a poco se fue abriendo la creencia de la resurrección,
que realmente nunca aconteció: fue la fe en Jesús la que creó la
idea de la resurrección.
Otros autores, aun aceptando la verdad de
la Resurrección, la califican como aconte-
cimiento “ahistórico” o “metahistórico”
y no “histórico”. Riesgo de negarla, por-
que en el lenguaje usual, lo que no es his-
tórico no se puede decir que haya ocurri-
do verdaderamente.
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3. GLORIFICACIÓN, 2GLORIFICACIÓN, 2
La Escritura insiste de muchas formas en la realidad de la Resu-
rrección (ej. Lc 24, 34Lc 24, 34: “¡El Señor ha resucitado realmente y se
ha aparecido a Simón!”). La Tradición repite que Jesús resucitó
verdaderamente. Es un acontecimiento real verificado en un
marco preciso de lugar y tiempo, con manifestaciones histórica-
mente comprobadas por testigos fiables que nos lo transmitieron.
Signos suficientes como para poder afirmar
que verdaderamente sucedió: el sepulcro
vacío y la comprobación por las apariciones
de Jesús resucitado.
Goza al menos de la misma historicidad
que cualquier otro suceso real acaecido
en el pasado.
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4. GLORIFICACIÓN, 3GLORIFICACIÓN, 3
CCE 643CCE 643: “Ante estos testimonios es imposible interpretar la Re-
surrección de Cristo fuera del orden físico, y no reconocerla co-
mo un hecho histórico. Sabemos por los hechos que la fe de los
discípulos fue sometida a la prueba radical de la pasión y muerte
en cruz de su Maestro (...). Los evangelios, lejos de mostrarnos
una comunidad arrobada por una exaltación mística, nos presentan
a los discípulos abatidos (‘la cara sombría’: Lc 24, 17Lc 24, 17) y asustados.
Por eso no creyeron a las santas mujeres que regresaban del sepulcro
y ‘sus palabras les parecían como desatinos’ (Lc 24, 11Lc 24, 11). Cuando Je-
sús se manifiesta a los once en la tarde de Pascua, ‘les echó en cara
su incredulidad y su dureza de cabeza por no haber creído a quienes
le habían visto resucitado’ (Mc 16, 14Mc 16, 14)”. CCE 644CCE 644: “Muy al contra-
rio, su fe en la Resurrección nació -bajo la acción de la gracia divi-
na- de la experiencia directa de la realidad de Jesús resucitado”.
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5. GLORIFICACIÓN, 4GLORIFICACIÓN, 4
“Acontecimiento histórico demostrable por
la señal del sepulcro vacío y por la realidad
de los encuentros de los Apóstoles con Cris-
to resucitado, no por ello la Resurrección
pertenece menos al centro del Misterio de
la fe en aquello que trasciende y sobrepasa a
la historia” (CCE 647CCE 647).
La Resurrección es objeto de fe en cuanto 1) intervención trascen-
dente de Dios mismo en la historia: es obra de la Santísima Trini-
dad; 2) glorificación de Cristo (perfecta participación de su huma-
nidad en la vida divina); 3) al sentido y valor salvífico que tiene
para nosotros (Cristo resucitado es nuestro Salvador que nos libra
del pecado y nos comunica la vida de Dios).
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6. GLORIFICACIÓN, 5GLORIFICACIÓN, 5
Según las Escrituras, el Padre resucita a Jesús
(ej. Hch 2, 24Hch 2, 24), el Hijo resucita por su propia
virtud y poder (ej. Jn 10, 17-18Jn 10, 17-18), el Espíritu
Santo resucita a Jesús (ej. Rom 8, 11Rom 8, 11). Es una
obra de la omnipotencia divina común a las
tres divinas Personas de la Santísima Trinidad
(ej. 2 Cor 13, 42 Cor 13, 4).
La Resurrección de Cristo no es una vuelta a la vida terrena, sino
un paso a otra vida más allá del tiempo y del espacio. Su cuerpo
es glorioso: es al mismo tiempo auténtico (material) y espiritual.
Puede aparecer donde, cuando y como quiere (propiedades de
agilidad y sutileza); es glorioso e incorruptible e inmortal (pro-
piedades de gloria e impasibilidad).
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7. GLORIFICACIÓN, 6GLORIFICACIÓN, 6
“La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe
en Cristo, creída y vivida por la primera comunidad cristiana como
verdad central, transmitida como fundamental por la Tradición,
establecida en los documentos del Nuevo Testamento, predicada
como parte esencial del Misterio Pascual al mismo tiempo que la
Cruz” (CCE 638CCE 638).
La Resurrección de Cristo revela su divinidad (pero
hace falta la fe para captar y confesarla pues en sus
apariciones la divinidad no es visible). Revela tam-
bién que Cristo es el Salvador del mundo: aunque
desde su Encarnación Jesús era el Hijo de Dios y el
Mesías, en su Resurrección se manifestó su condi-
ción de Salvador poderoso de todos los que creen
en Él.
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8. GLORIFICACIÓN, 7GLORIFICACIÓN, 7
La Resurrección de Cristo confirma la veracidad de su doctrina.
Es la “señal de Jonás” (Mt 12, 38Mt 12, 38), el Templo reconstruido en
tres días (“hablaba del santuario de su cuerpo” (Jn 2, 20-21Jn 2, 20-21)).
Los judíos entendieron el significado de sus palabras: pusieron
custodia en el sepulcro y lo sellaron (cfr. Mt 27, 62-66Mt 27, 62-66).
La Resurrección de Cristo es principio
y causa de nuestra resurrección futura.
Es también principio de nuestra resu-
rrección espiritual, la fuente de la nue-
va vida del alma.
La gracia que nos libera del pecado y nos hace justos proviene del
Resucitado: es participación de la vida divina, nos hace hijos de
Dios.
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9. GLORIFICACIÓN, 8GLORIFICACIÓN, 8
La Ascensión del Señor es un acontecimiento
a la vez histórico y trascendente.
Con la Ascensión se completa la manifestación
de la gloria de Cristo comenzada con su Re-
surrección.
Jesucristo, Cabeza de la Iglesia, nos precede: con su Ascensión nos
ha abierto el acceso a la vida y a la felicidad de Dios en el cielo.
Jesucristo, Sacerdote de la nueva y eterna Alianza, en el cielo in-
tercede sin cesar por nosotros. Constituido Señor con poder a la
derecha del Padre, nos comunica los dones divinos por la acción
del Espíritu Santo.
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10. GLORIFICACIÓN, 9GLORIFICACIÓN, 9
La versión griega del AT (LXX) tradujo el nombre
de Yahvé con el cual Dios se reveló a Moisés (ExEx
3, 143, 14) por “Kyrios” (Señor). Desde entonces fue
el nombre más habitual para designar a Dios.
El NT utiliza el título “Señor” para Jesús: expresa
así la divinidad de Cristo.
La acción de sentarse a la derecha del Padre significa la entroniza-
ción de Jesús como Rey y la inauguración de su reinado. Es Rey
desde su Encarnación (cfr. Lc 1, 33Lc 1, 33; Jn 18, 33-37Jn 18, 33-37), pero también
por habernos rescatado al precio de su sangre, y se manifiesta co-
mo “Rey de reyes y Señor de señores” a partir de su glorificación.
Su reino es sobrenatural, eterno, no tendrá fin. Su reinado es
universal..
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