1. República Bolivariana de Venezuela.
Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior.
I.U.P. Santiago Mariño.
Sede - Ciudad Ojeda.
Cátedra: Historia de la Arquitectura IV
Prof: Arq. Carlos Contramaestre
Autora:
Eleyse Faneitez
C.I: 23.860.419
2. En arquitectura, el regionalismo es una
corriente cercana al eclecticismo que glosa y
sintetiza algunos aspectos de las distintas
arquitecturas regionales de España o de otros
países. Algunos de los regionalismos existentes
son el regionalismo español, el regionalismo
latinoamericano y el regionalismo europeo.
El regionalismo instalado por la comunidad
europea es un contrapeso político hacia el
poderío económico y social estadounidense, en
el caso de Latinoamérica, representa la
unificación y fortalecimiento regional en una
intención de liberación frente al aparato
económico, social y militar norteamericano, como
al todavía residual colonialismo europeo.
3. La arquitectura ecléctica, toma sus raíces en la
arquitectura historicista. Si la arquitectura historicista
se dedicaba más a imitar las corrientes de la
antigüedad (como la grecorromana) y no a
incorporarles características de otras culturas o
arquitecturas, la arquitectura ecléctica se dedica
principalmente a la combinación de corrientes
arquitectónicas.
Así, su característica principal es la de combinar dos o
más estilos arquitectónicos en una nueva estructura,
que a su vez, resulte algo nuevo, con características
de las corrientes que toma, pero con otras nuevas.
El término de "arquitectura ecléctica" se aplica también de
forma libre a la variedad de estilos surgida en el siglo XIX luego
del auge neoclásico. De todas formas este período pasó a
denominarse como "historicista" con el paso del tiempo. En las
últimas décadas del siglo XX se desarrolló, por otra parte, un
nuevo auge del eclecticismo, de la mano de los conceptos
del postmodernismo. Se ha denominado a esta corriente
"neoecléctica".
4. El historicismo vino a potenciar la moda
con unos toques de nostálgicas “citas” o
unas efusivas “celebraciones” de notoria
gratuidad.
Este mecanismo de las “alusiones” se
complementó con la fragmentación
“liberadora” de las unidades expresivas y
la yuxtaposición de formas geométricas
puras, en un juego de primarias
manifestaciones cuyas infantiles carencias
asomaron con desparpajo en los
contextos más variados
5. Este movimiento es, en un sentido, una amalgama de muchos
estilos y movimientos diversos del temprano siglo XX, y a
diferencia del Art Nouveau se inspira en las Primeras
Vanguardias. Las influencias provienen del Constructivismo,
Cubismo, Futurismo, del propio Art Nouveau del que
evoluciona, y también del estilo racionalista de la escuela
Bauhaus. Los progresivos descubrimientos arqueológicos en el
Antiguo Egipto marcaron asimismo su impronta en ciertas
líneas duras y la solidez de las formas del Art Decó, afín, a la
monumentalidad y elementos de fuerte presencia en sus
composiciones
El Art decó fue un movimiento de diseño popular a partir de
1920 hasta 1939 (cuya influencia se extiende hasta la década
de 1950 en algunos países), afectando a las artes decorativas
tales como arquitectura, diseño interior, y diseño gráfico e
industrial, también a las artes visuales tales como la moda,
pintura, grabado, escultura, y cinematografía
6. La acelerada urbanización de América Latina en el
siglo XX acentuó las concentraciones de un mapa que
contrastaba con la dispersión y el atraso rurales.
Atiborradas de demigrantes campesinos y foráneos,
antiguas capitales coloniales y urbes emergentes
pronto alcanzaron magnitudes que rivalizaban con
metrópolis europeas y norteamericanas.
La formación discursiva del urbanismo latinoamericano
debe ser rastreada desde las reformas higienistas y
habitacionales que algunos gobiernos debieron
emprender como respuesta al crecimiento urbano en la
primera década del siglo XX, especialmente en el marco
de reivindicaciones cívicas promovidas en el Cono Sur.
Todavía en el clima cultural y estilístico de la Bella Época,
esos componentes funcionales se integraron con las
nuevas búsquedas de diseño urbano y arquitectónico
propiciadas por la expansión burguesa de las capitales y
las celebraciones del centenario de la independencia
republicana
A diferencia del contexto europeo, donde
la producción de leyes había dado
carácter legal a la disciplina desde la
primera década del siglo XX, la
institucionalización del urbanismo
latinoamericano principalmente se dio, con
la excepción de México y Chile –que
tempranamente desarrollaron plataformas
nacionales– a través de las oficinas
municipales encargadas de producir planes
desde finales de los veinte, así como de
universidades que inauguraban cursos.
Pero la consolidación disciplinar debió
esperar hasta los años 1920, cuando las
visitas de luminarias foráneas realzó la
producción de planes y proyectos
urbanos para Buenos Aires y otras
capitales, con poblaciones ya
millonarias o de cientos de miles de
habitantes.
7. •El movimiento moderno supuso una ruptura con la arquitectura clásica creando un nuevo
lenguaje arquitectónico. Posiblemente, el funcionalismo, donde la forma queda al servicio
de la función, fue el eje del movimiento moderno. El movimiento moderno no actúa como
otros estilos o corrientes arquitectónicas, ya que no ofrece soluciones pensadas a priori,
sino indicaciones en cuanto a la metodología para la búsqueda de soluciones siempre
distintas, consistiendo fundamentalmente en realizar valoraciones de grado. El movimiento
moderno va a suponer el nacimiento de una nueva forma de hacer arquitectura. Además
supone un concepto que abarca más que el racionalismo o el estilo internacional,
quedando ambos bajo el común denominador del movimiento moderno. Con la llegada
del movimiento moderno se opuso la ciudad tradicional, caracterizada por la mezcla e
indiferenciación de usos urbanos, y la ciudad moderna, racional y funcional que se rige por
un principio fundamental: la zonificación.
•Concepto central del urbanismo moderno e idea clave de la planificación urbana actual.
Frente a la mezcla de usos de la ciudad tradicional, con todos los problemas de salubridad,
higiene, densificación, etc. que plantea el desarrollo, la división del trabajo a escala
general en el proceso de industrialización, cuando fábricas y viviendas comparten el
mismo espacio, el urbanismo moderno plantea que hay que construir ciudades en que los
diferentes usos, las diferentes funciones urbanas, estén separadas en espacios distintos.
Cada función urbana diferente debe corresponder un espacio distinto. De los nuevos
postulados surge “un método racional” para las ciudades; se propuso una ciudad
funcional, donde existiera una clara zonificación y el emplazamiento consecuentemente
racionalizado en ella de las cuatrofunciones colectivas.
8. •A partir del final de la segunda guerra mundial se presentan a los arquitectos tareas de la máxima
envergadura: la reconstrucción de las ciudades europeas destruidas, la creación de centros culturales y
comerciales en las grandes urbes norteamericanas, la fundación de nuevas capitales en Asia (Chandigard) y
en Suramérica (Brasilia). La técnica de grandes conjuntos sucedió a la edificación aislada de los años de
entreguerras. Este cambio se manifiesta claramente en la interacción que comienza a darse entre la
arquitectura tradicional de edificios y la arquitectura de comunicaciones (puentes, autopistas, aeropuertos),
con lo que el arquitecto pasa a actuar en la planificación del paisaje y el espacio. Se ponen a revisión los
principios desarrollados por la arquitectura de los años veinte y treinta. En el transcurso de este proceso el
funcionalismo que se atribuía al ángulo recto experimenta un considerable retroceso. La reflexión creadora se
vuelve cada vez más hacia una nueva interpretación de la arquitectura orgánica. Con ello esta tendencia de
la arquitectura parece haber alcanzado su punto culminante.
•Consideraciones de orden técnico y práctico, como son la producción en serie y el crecimiento
demográfico, aconsejan que siga utilizándose la edificación celular, resuelta según el sistema riguroso de
verticales y horizontales, en aquellos lugares donde hayan de alojarse grandes concentraciones humanas,
esto es, edificios de oficinas y edificios de viviendas. Como ventajas de este procedimiento se señala un
mayor número de zonas verdes y de espacio para el tráfico. La arquitectura moderna se vuelve incapaz de
trasmitir significados y valores simbólicos, los criterios de funcionalidad han ido evolucionando y,
especialmente a partir de los años '60, también los valores simbólicos, culturales e históricos han pasado a
tener un papel relevante, por encima de los valores funcionales primarios. Se intentará afrontar un problema
que ya se había detectado a partir de 1945 y que va relacionado con esta ausencia de comunicación: la
mayoría de la gente no ha aceptado las formas y planteamientos de la arquitectura del Movimiento
Moderno. La arquitectura moderna no solo ha perdido su capacidad comunicativa y connotativa sino que no
ha aportado la idea de confort, seguridad y forma convencional que el público desea. La arquitectura ha de
asumir su dimensión pública y utilizar la metáfora, el símbolo y la historia para conectar con la gente.