Zapatos

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8. ZAPATOS.
La elección de los zapatos por parte de la novia para el día de su
boda va a ser crucial y determinante para que la protagonista
pase un día excelente o un día horrible gracias al dolor de pies o
molestias ocasionadas por los zapatos.
Es fundamental elegir un calzado cómodo, con el que nos
sintamos a gusto, podamos caminar perfectamente y que nos
estilice.
Para elegir el calzado primero hay que tener escogido el vestido
previamente, pues de la forma de éste va a depender la elección
del calzado.
Podemos optar, por ejemplo, por un tacón cerrado no demasiado
alto si la boda es en otoño­invierno o en primavera y preveemos
que pueda llover (en este caso unas sandalias pueden provocar
resbalones y caídas innecesarias). Si es verano, ya sea el vestido
largo o corto, podemos optar por unas sandalias de tacón no muy
altas y que tengan buena sujeción al pie, para mantener un paso
firme en todo momento, sobre todo para la entrada de la novia en
la iglesia o el recinto donde vaya a casarse (no queda elegante
que cuando la novia se dirige al altar lleve un aspecto forzado
caminando porque no puede andar correctamente con los
zapatos, lleva el calzado muy suelto y tiene que tirar de él...
Tenemos que tener en cuenta que unas sandalias de tacón
quedan bien siempre y sienta genial a cualquier mujer, realza
piernas, glúteos y pecho, pero que no todo el mundo aguanta.
Otra buena opción y por la que cada vez apuestan más novias es
el uso de bailarinas durante la boda, pues son cómodas,
elegantes y con un vestido largo ni siquiera se aprecia que la
novia no lleva tacones, además que ya hay en el mercado una

2.
sección dirigida solamente al sector de las bailarinas para novias
y podemos encontrar verdaderas joyas, estilos, colores y formas.
*** Hemos de tener en cuenta que la novia va a estar con los
zapatos todo el día o toda la noche, por lo cual tienen que ser
cómodos y confortables. No queda bien que una novia a mitad
del evento luzca descalza porque no puede más con los zapatos.
Otra opción muy acertada es usar tacones para la ceremonia y
luego en el convite cambiarse los zapatos por unas bailarinas.
En definitiva, la novia tiene que ser consciente y realista a la hora
de elegir el calzado para su boda pues el objetivo es que se
preocupe solamente por disfrutar ese día, y no por lo que le
duelen los pies.