SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 192
Descargar para leer sin conexión
CAMINANDO POR CINCO CERROS DE MEDELLÍN
Enrique Posada Restrepo
Enero de 2022
Les invit0 a un recorrido
fotográfico, poético,
descriptivo y anecdótico
por cinco de los cerros
tutelares de la ciudad de
Medellín, en el Valle de
Aburrá, departamento de
Antioquia, en Colombia.
Picacho, Las Tres Cruces,
Pan de Azúcar, Nutibara,
El Volador
Un recorrido por cinco cerros
Los cerros tutelares de la ciudad de Medellín son El Picacho, el Pan de Azúcar, El Salvador, El
Volador, La Asomadera, Las Tres Cruces, el Cerro Nutibara y el Cerro Santo Domingo.
Son una red de visibles accidentes geográficos que poseen valores tradicionales, históricos,
arqueológicos, ecológicos y turísticos.
Quise aprovechar las vacaciones de diciembre para realizar caminatas por cuatro de estos cerros.
He prepara una crónica anecdótica y poética de estas caminatas, como una invitación a nuestros
lectores para que se enamoren cada vez más de nuestra región y a que la recorran con orgullo, con
ojos despiertos y con agradecimiento a tantos que trabajan para que esté hermosa y acogedora.
A continuación les comparto fotografías tomadas de Google maps en Medellín, en las cuales se
aparecen señalados todos los cerros tutelares y en particular los que describo en este recorrido.
He señalado las rutas que tomé para llevarlos a cabo
Existe, según los expertos (ver Dialnet, Estudio EIA), una cierta asimetría de las
formas en las cadenas montañosas del Valle de Aburré (oriental y occidental). Hacia
el norte, se observa un perfil escalonado en la vertiente oriental, con una distribución
compleja de los depósitos de ladera, que muestra una dinámica de bloques, cuyas
estructuras están relacionadas con una falla, la Falla Manrique. En cambio hacia el
occidente los depósitos son el rasgo predominante, formándose laderas largas y
homogéneas, que solamente están interrumpidas por el cerro el Picacho.
El valle de Aburrá ocupa un valle entre montañas, profundo y relativamente estrecho
que corta un sistema de superficies de erosión o altiplanos, ubicados a alturas sobre
el nivel del mar que oscilan entre 2.200 y 3.200 m, los cuales conforman el rasgo
morfológico más sobresaliente del norte de la Cordillera Central colombiana. La
figura muestra un perfil general del valle en su parte central, el cual ilustra bien el
perfil general.
Los cerros tutelares de la ciudad de Medellín son El Picacho, el Pan de Azúcar, El Salvador, El Volador, La Asomadera, Las Tres
Cruces, el Cerro Nutibara y el Cerro Santo Domingo. Son una red de visibles accidentes geográficos que poseen valores
tradicionales, históricos, arqueológicos, ecológicos y turísticos. Acá se los muestra en un mapa de Googlemaps
Tres cruces
Asomadera
Nutibara
El Salvador
El Volador
El Picacho
Pan de Azúcar
Santo Domingo
Norte
Sur
Este
Oeste
V
Vista de google maps del Cerro El Picacho, al occidente de la ciudad. Se señala la ruta desde la Estación
Acevedo del Metro hasta la Estación El Progreso del Metro cable el Picacho y el camino hacia el Ecoparque
V
Vista de google maps del Cerro Las Tres Cruces, al occidente de la ciudad. Se señala la ruta desde el Edificio
Siempreviva, subiendo por la vía al Manzanillo, la desviación hacia la cima y el descenso por la ladera
V
Vista de google maps del Cerro Pan de Azúcar, al oriente de la ciudad. Se señala la ruta luego de llegar a la
estación 13 de Noviembre del Metrocable de Miraflores
Vista de google maps del Cerro Nutibara, cerca a la orilla occidental del Río Medellín. Se señala la ruta desde la
entrada por la calle 30 A y el regreso bajando por el sendero de escalas.
Vista de google maps del Cerro El Volador, cerca a la orilla occidental del Río Medellín. Se señala la ruta desde
la entrada carrera 65
EL PICACHO
Con la nueva ruta de el Metrocable de El Picacho se facilita bastante la visita a este hermoso lugar.
Podemos apreciar un panorama poco visto para muchos habitantes de nuestra ciudad, el de las
laderas del noroeste. Y el que se aprecia desde este impresionante punto de vista.
Podemos apreciar la magnitud de las obras que emprende el Metro y sentir mucho orgullo. Ver
cómo van evolucionando estos sistemas de metro cables, cuyas cabinas son cómodas, de mayor
tamaño; cuyas estaciones tienen elegante diseño y obras de integración con las comunidades
vecinas; cuya función es vital para miles de habitantes. Se convierte en una forma de integración de
las personas, en una posibilidad real de acercamiento y de contacto.
Esta visita la hice con mi esposa Luz Alba Pineda y nuestro hijo David, quien actualmente vive y
trabaja en Estados Unidos.
Vamos en la línea
del Metrocable hacia
el Cerro del Picacho.
Estamos en el
segundo año de la
epidemia del Covid-
19, muy
disciplinados con
nuestras máscaras.
Afortunadamente
no obligan a tapar
los ojos y por ello no
estamos
completamente
ciegos por causa del
virus. A través de
nuestros ojos se
nota que estamos
vivos y optimistas,
disfrutando de
nuestra ciudad de
Medellín.
Vamos
subiendo
por las
laderas
occidentales
del Valle. Al
fondo la
vertiente
oriental
La ciudad amable
Las nuevos sistemas de transporte
masivo, construidos y diseñados
de una forma amable y digna, han
conferido a la ciudad un aire
nuevo y renovado.
Acá apreciamos una de las
estaciones del metro cable del
Picacho. Se aprecia el tratamiento
del terreno, que es inclinado, y la
disposición con jardines, zonas
verdes y espacios amplios de
circulación.
La ciudad de alguna manera logra combinar lo verde de sus abundantes árboles y montañas
con los colores grises, ocres y rojizos de sus siempre crecientes estructuras urbanas
Al fondo el Cerro del Picacho. Tiene una altura sobre el nivel del mar de 2.066 metros.
Los colores de la ciudad
Se ha extendido
la ciudad,
llenando de ladrillos
sus paisajes.
Ahora se adorna
con cables
que llegan a las lomas
con veloz altivez.
Nada detiene
a la inquieta ciudad.
Mucho le conviene
llenarse de verde.
Hay que buscar,
creativamente,
que se combinen
los grises y los verdes.
En primer plano las viviendas de los barrios de la ladera nor-occidental de la ciudad. Al fondo el centro de la
ciudad. Detrás de una torre se aprecia la colina verde de El Volador y más atrás la del Cerro Nutibara
En la estación El
Progreso del Metro
Cable de El Picacho.
Obras para el futuro
En la estación El
Progreso vemos esta
pasarela, que nos
imaginamos está
preparada para conectar
con un futuro cable que
lleva al pico del cercano
cerro el Picacho
Madre e hijo
¿Quién iba a imaginar
que una noche
de amor sentido
iba a dar lugar
a una amistad
que trasciende
los espacios
y los tiempos,
como es
la de madre amorosa
y la de hijo muy
querido?
Estamos en una amplia
zona de parque al pie
de la Estación el
Progreso, la cual tiene
una hermosa vista
hacia el valle.
Ocasión
Momento
de celebrar
la vida
y agradecer
al Dios inmenso
Creador,
que nos regala
la familia.
Momento
de caer en cuenta
de que es buena
la siembra,
que da frutos,
el cultivo
que se cuida
con cariño
Rincón
Ojo
atento:
Observa
gustoso.
que
cada rincón
tiene
su encanto,
su contraste
y su detalle.
Ahí
está,
como
regalo
que con amor
es colocado.
Y si aceptado,
causa
gozosa
emoción.
Una historia personal
Hace más de 50 años vivía en el Barrio Manrique de Medellín. Es un
barrio montañoso, recostado en las laderas orientales, de la ciudad,
tradicional y bien trazado, a pesar de sus lomas y sus calles inclinadas.
Allí llegó nuestra familia luego de vivir en una casa alquilada del Barrio
de Belén, este más plano, al otro lado del río. Estábamos felices,
estrenando casa propia, que costó, bien recuerdo, solamente 28.000
pesos. Era de color azul claro, hermosa, iluminada, amplia, tenía patio
central, solar y balcón. Pero a las pocas semanas, descubrimos que nos
habían engañado, que era una casa que tenía fama en todo el barrio de
que se iba a caer, con fallas, grietas (tarjaduras decíamos), que
empezaron a aparecer y a volverse grandes, a preocuparnos y llenarnos
de miedo. De todas formas fueron seis años hermosos los que allí
vivimos, antes de que mis padres se rindieran intentando arreglos
financiados por mi tío, y la dejaran tumbar y vendieran los materiales a
un demoledor. Yo estaba lejos, estudiando y sentí tristeza e impotencia
cuando lo supe. Pero, fue en esa querida casa donde conocí a mi primera
amiga, novia y hoy esposa, quien vivía al frente. La vi desde el balcón y
sentí que algo nacía. Y algo nació y se quedó, me imagino, hasta que la
muerte nos separe, y seguramente, para siempre. Ella ha sido mi
compañera de muchas caminatas, como la que hoy hacemos, casi
siempre por las montañas y los cerros de esta ciudad montañera.
La ciudad invasora
Como invencibles matas
trepadoras, los centenares de
miles de migrantes que han
venido de los pueblos de
Antioquia, de los departamentos
vecinos, y de todo el país, han
ido conquistando buena parte de
las dos laderas de las dos
imponentes montañas que
forman el Valle de Aburrá,
estableciendo masivos
asentamientos urbanos a partir
de 1964. Esto ocurrió más que
todo hacia el norte.
También se dio el avance hacia
las montañas bajo la presión de
las clases medias y altas,
especialmente al sur de las dos
laderas.
Al fondo, las densamente
pobladas laderas del noreste
Manchas verdes
Como hay tantas quebradas
que descienden desde lo
alto de las montañas, han
permanecido algunas
manchas verdes, a lo largo
de las corrientes, matizando
las huellas de cemento,
ladrillos, techos de teja y de
zinc y asfalto de las zonas
pobladas. Igualmente los
habitantes, en general,
sienten respeto por los
árboles y, muchos de ellos,
nostalgias por sus antiguas
tierras campesinas, así que
bastantes calles tienen
arboledas y, aquí y allá, más
de un jardín y de un parque
matizan y alegran el paisaje,
como acá se aprecia.
Fotos familiares
Sin duda atrae tomarse fotos
familiares en lo alto de las
montañas de nuestra ciudad.
De inmediato afloran las
sonrisas, se adoptan sencillas
poses y todo parece amable.
Al fondo la ciudad, bullosa,
ocupada en sus cosas, nada
consciente de que la estamos
fotografiando también. De
alguna forma ella hace poses
y es amable.
Todo queda en el recuerdo.
En el amable recuerdo.
El cerro el Picacho
Existe un ecoparque -
mirador en el cerro, el cual es
un hito ecológico de la
ciudad. En su cima se
encuentra un Cristo, al
parecer desde 1936,
impulsado, con los vecinos
del sector, por Monseñor
Félix Henao Botero, rector de
la UPB, quien tenía una finca
cercana,
Escultura en el
Parque de la
Estación El
Progreso
Las imponentes
torres del sistema
del Metro cable El
Picacho.
Un gran hecho
urbano para la
comunidad
beneficiada
La vista hacia el
norte del Valle de
Aburrá.
Sin duda se han
hecho importantes
desarrollos
urbanos en la zona,
asociados con las
estaciones de este
novedoso sistema
de transporte
masivo.
El Metro de Medellín tiene
la excelente costumbre de
embellecer con obras de
arte las estaciones de su
sistema Metro, como este
vitral, alusivo al metro
cable, al Cerro el Picacho
y a sus relaciones con la
religiosidad, el paisaje, la
ecología y los habitantes
de los barrios beneficiados
FIN DE LA PARTE 1
EL CERRO DE LAS TRES CRUCES
En la actualidad vivo en la Loma de los Bernal.
Esta amplia zona del sureste de la ciudad, en el sector de Belén, tiene este nombre debido a sus
terrenos faldudos, a modo de loma, que fueron ocupado en su mayor parte por una extensa comuna
de familias de apellido Bernal, que tenían hermosas casas-finca.
Con el tiempo, casi todas esas propiedades se convirtieron en unidades residenciales, dando lugar a
un impresionante desarrollo urbanístico.
Nosotros vivimos en una de ellas, un pequeño edificio, producto de un proyecto cooperativo, desde
hace 25 años. Desde allí salí a caminar hacia el cerro con mi hijo David.
Nos queda cerca este Cerro de las Tres Cruces, actualmente un lugar muy visitado por caminantes y
deportistas, que se va a convertir en un nuevo gran parque ecológico de la ciudad.
Subiendo por la carretera que
lleva a la vereda Manzanillo,
partiendo desde el conjunto
residencial Aviva en la Loma
de los Bernal, hacia el Cerro
de las Tres Cruces, entre
Belén y Altavista. Abajo se
aprecia la gran concentración
de nuevas unidades
residenciales de la Loma de
los Bernal. Por donde
pasamos se nota actividad
constructora, con atrevidos
edificios apoyados en esas
laderas desafiantes, en
muchos casos de aspecto
creativo, e ingeniería y
arquitectura seguramente
bien hechas, que esperamos
que estén, como en esas
unidades de la Loma,
debidamente certificadas por
las curadurías.
Tenemos un día despejado.
Estamos en las
estribaciones de las
montañas del suroeste de
Medellín, cerca a los
límites con Itagüí.
En nuestra curiosa ciudad,
caminando por las
montañas, se encuentran
muchas cosas inesperadas,
como estas estructuras
metálicas coronadas por
banderas que invitan a un
vuelo escénico en
helicóptero, situadas en un
sitio que, pienso, pocos
visitantes conocen.
Al fondo, en las laderas del
sureste, el sector del
Poblado, densamente
cubierto por altos edificios,
en el cual viven personas
que en general hacen parte
de las clases más pudientes
de la ciudad.
La ciudad se
extiende por las
montañas desde
hace años. En
los inicios
poblada de
fincas y de
casas
campesinas,
situadas a la
vera del camino.
Poco a poco,
van apareciendo
calles que
cruzan la vía
principal,
nuevas casas,
con terrazas y
pisos superiores
y edificios,
como acá se
aprecia.
Es evidente la dinámica
del crecimiento urbano
en estas laderas.
Entre rezagos de casas
verdaderamente
campesinas y algunos
pequeños huertos, van
pululando las viviendas y
se va formando el nuevo
barrio.
Las quebradas fluyen y
bajan por cañadas, ricas
todavía en vegetación,
como la que se observa
en el centro, al fondo.
Otra curiosa vista. Se
trata de un vivero a la
vera del camino, que
adorna nuestro paso con
un jardín y un huerto
sembrado de cebollas,
bordeado con un vistoso
muro de madera. Y
aprovechando el sol del
medio día, algún
habitante ha extendido su
prendas recién lavadas
para que se sequen y para
que las admiremos al
pasar.
Alambre de púas
No hay mucho ganado
por acá, pero la carretera
está separada de las
propiedades por hileras
de alambre espinoso,
como aviso y signo de
evitar penetrar a los
campos, quizás para
evitar invasiones
urbanas. En los campos
se notan plataneras y un
majestuoso eucalipto. En
la hondonada se extiende
el nuevo barrio.
Nacimiento
Por acá pasa un
nacimiento, un
hilillo de agua
que va a unirse
con la quebrada
La Guayabala
que fluye más
abajo en la
hondonada.
Pasa entre
variados
matorrales y un
hermoso
guadual. Nada
indica que una
ciudad bulle
cercana.
La ciudad de Medellín tiene una extensa zona rural, que se extiende
hacia las montañas que forman el Valle de Aburrá. Esta zona rural
está conformada por los denominados corregimientos que son los
siguientes: Santa Elena hacia el oriente y Altavista, San Antonio de
Prado, San Cristóbal y San Sebastián de Palmitas hacia el
occidente.
En nuestra ruta hacia el cerro de Las Tres Cruces, dejamos la
comuna 16 de Belén y entramos a Altavista, como nos indica el
aviso del camino, por la vereda El Jardín. Estamos en cercanías
también del Corregimiento de San Antonio de Prado.
Las palabras de bienvenida en realidad se palpan en sus gentes,
puesto que al pasar por las casas, la gente que está en las puertas o
aceras conversando, responde con amabilidad a los saludos corteses
que intercambiamos.
Es también la vereda un jardín del campo, en los límites de la
ciudad de cemento, asfalto y ladrillos que avanza sin pausa.
La capital de la montaña
Así se conoce a nuestra
ciudad de Medellín, con
absoluta propiedad. Es esta
una tierra de montañas, que
dominan el paisaje e
imprimen un carácter único
a sus habitantes y a sus
desarrollos urbanos, que acá
se aprecian claramente en la
zona sur. Al fondo la zona
de El Poblado en las laderas
orientales; en primer plano
la extensión del Barrio El
Rincón hacia las montañas
del occidente por las que
caminamos. En la parte alta
de las montañas que acá se
observan, de color azulado,
todavía no llega la mancha
urbana masivamente,
aunque avanza, sin duda,
poco a poco, pero sin pausa.
Ahora avanzamos por
una desvío del camino,
que nos lleva hacia la
cima del cerro de las
Tres Cruces.
Disfrutamos de
magnificas vistas a la
zona sur de la ciudad.
El cielo está nublado a lo
lejos, pero el paisaje
permanece iluminado en
nuestras cercanías por un
sol bastante fuerte.
Las montañas cercanas hacia
el suroeste están bastante
arborizadas en sus cimas con
plantaciones de pinos que de
alguna forma señalan un
límite al avance del barrio,
aunque seguramente la
carretera de la izquierda, que
serpentea hacia los cultivos
forestales, será lugar, en un
futuro no muy lejano, de más
asentamientos.
En cambio, por donde ahora
avanzamos, ya es parte de un
nuevo parque urbano
recientemente adquirido por
la ciudad y será un espacio
para caminar y disfrutar.
En primer plano, el barrio
que avanza hacia las
cercanas montañas. En
segundo plano, se observan
en las lejanas montañas del
fondo, hacia el sureste,
zonas de reserva forestal en
las estribaciones del morro
de San Miguel, en los
municipios de Envigado,
Sabaneta y Caldas, este
último el más sureño de los
del Valle de Aburrá. En ese
morro y en ese municipio
nace el Río Medellín.
A la izquierda, abajo, se
aprecia la carretera por
donde veníamos subiendo,
antes de desviarnos por la
que lleva al cerro.
Se aprecia a la izquierda
la forma en que se van
estableciendo unidades
residenciales con altos
edificios en la zona del
suroeste, siguiendo el
mismo patrón que ya se
ha dado al sureste y que se
aprecia al fondo en las
estibaciones de las
montañas del oriente.
A la izquierda, al
centro, el aeropuerto
Olaya Herrera y las
zonas verdes que lo
limitan, del cementerio
Campos de paz y del
Club El Rodeo.
En primer plano, los
terrenos del cerro de
las Tres Cruces,
Una pausa en el camino
para tomarnos un foto
para el recuerdo
Esta es la vía que lleva
al Cerro. Ya estamos
muy cercanos a la
cima.
Al fondo la vereda del
Manzanillo
Como bien señala el aviso, “todo va a estar bien”, pues hemos
llegado a la cima y a la zona del nuevo parque ecológico de la
ciudad luego de una dura caminada que nos ha llevado de los 1.550 a
los 1.930 metros.
El nuevo parque comprende un área total de 107 hectáreas.
De acuerdo a la página del Área Metropolitana del Valle de
Aburrá, la figura describe la forma en que se logró estructurar el
negocio de compra de los lotes de los predios del nuevo parque.
El Cerro es un lugar de deporte y disfrute no solamente para los
habitantes Belén, la Comuna 16, donde vivo, sino para muchas
personas de la ciudad. Es impresionante la cantidad de visitantes,
caminantes y deportistas que diariamente y especialmente en los
fines de semana suben al cerro utilizando caminos labrados en la
ladera (algo inseguros y hay que tener cuidado con las caídas).
Con seguridad serán adecuados y mejorados a medida que se
desarrolle el nuevo parque. En la cima hay un restaurante
particular y en el camino sencillos puestos de venta de alimentos
y bebidas. Existen dos instalaciones de acondicionamiento físico
al aire libre que fueron instaladas por acción de los deportistas
que frecuentan el cerro.
En la cima del cerro se encuentran tres cruces metálicas sencillas
a modo de símbolo de las tres cruces del calvario, que también
han sido tradicional lugar de peregrinación.
Contemplamos una amplia
vista del noroeste del valle
con los morros del padre
Amaya (con 3.000 m, el
más alto de la cordillera
occidental del valle) y el de
Boquerón, más hacia el
norte. Se aprecian las zonas
pobladas de las laderas del
noroeste, que ya
contemplamos desde el
Picacho.
En el centro, se destaca la
gran mancha de las
explotaciones de materiales
para las ladrilleras del
corregimiento de Altavista y
a la izquierda, las viviendas
del mismo. Por la
hondonada adyacente fluye
la quebrada Altavista.
Ya van apareciendo
algunos amueblamientos
en los terrenos del parque,
a modo de jardines,
senderos y sitios para
conversar, como estos en
la cima del Cerro.
Instalaciones de
acondicionamiento físico al
aire libre en la cima del
cerro, que han sido
mejoradas.
Al fondo el sitio de Tres
Morros en la cordillera,
cercano al Corregimiento de
San Antonio de Prado
En una pequeña planicie
en la cima del cerro.
Al fondo una caseta
administrativa del nuevo
parque. Se planean 6.500
metros cuadrados entre
senderos, balcones,
plataformas y zona de
avistamiento.
Se aprecian algunos de
los nuevos árboles
sembrados en el cerro,
que comprenden
especies como balso,
algarrobo, guayacán
amarillo, nogal, casco de
vaca
La siembra respetuosa y los nuevos paisajes
Cuando contemplo estas imágenes, caigo en cuenta de la variedad
de elementos: el caminito de piedras sueltas bordeado por
barandas de madera y jardines florecidos; los bancos de madera
para descansar, para conversar, para la contemplación creativa del
ambiente que se extiende a lo lejos. La enorme ciudad de edificios
altos, pintada aquí y allá con manchas verdes y las altas montañas
del oriente. En lo alto, el cielo blanco de nubes matizado con
tímidos atisbos azules. A la derecha la pérgola de madera y las
enredaderas que apenas se atreven a subir por las columnas.
Entonces recuerdo mi niñez, en Fredonia, al suroeste, tierra muy
montañera, asentada a los pies del Cerro Combia. Y en ella, la
calle del Tanque, que terminaba en unos jardines donde estaban
los tanques del acueducto. Nosotros a veces nos escapábamos y
subíamos al lugar y mirábamos las matas y los senderos. Tal como
lo hago en estos mismos momentos. Quizás en esas humildes
excursiones de niño recibí en mi mente la siembra de la senda
respetuosa que me hace admirar las flores, las matas, los jardines
y los senderos.
Miren pues esta ciudad, que
acá se domina en buena parte
de su extensión.
En primer plano los
matorrales; luego, brillantes,
los edificios de la Loma de
los Bernal; a continuación, en
zona plana, el Barrio Belén;
en el centro la línea verde del
aeropuerto; a la izquierda, en
el centro, la mancha verde del
cerro Nutibara y a su derecha,
la del cerro de la Asomadera.
A la derecha de este, la zona
de San Diego y arriba la
montaña de Santa Elena. A la
izquierda, el centro de la
ciudad en la zona plana y
detrás de este, en las
montañas, los sectores
populares del oriente, que
casi se extienden hacia lo alto
de la cordillera.
Se planea construir
varios miradores como
este. A su lado, una de
las tres sencillas cruces
que dan su nombre la
cerro.
En verdad, se trata de
una magnífica y muy
completa vista de la
ciudad y del Valle de
Aburrá.
Acá se inicia, desde la
cima, el sendero que lleva
hasta la Loma de los
Bernal, cuyos edificios se
encuentran en primer
plano al pie del cerro.
Acá el sendero se insinúa
auspicioso y cómodo,
entre jardines, con
escalones ergonómicos.
Pero a la fecha de hoy,
enero de 2022, no se ha
construido más allá de lo
que acá se observa y se
convierte en un camino
muy inclinado que hay
que transitar con cuidado,
si se quieren evitar caídas
y resbalones.
Termina esta visita al
Cerro de las Tres Cruces
con esta gloriosa mirada
a la ciudad, que se
desprende, al menos
visualmente, de estos
matorrales florecidos en
las faldas del cerro.
FIN DE LA PARTE 2
EL PAN DE AZUCAR
Es este un punto geográfico que todos los habitantes de la ciudad pueden reconocer, ya que se aprecia
fácilmente desde el centro de la ciudad. Quizás muchos recuerden las letras de Coltejer al pie del
cerro.
Con la ruta de el Metrocable de Miraflores, que sale del Tranvía de Ayacucho, se facilita bastante la
visita a este hermoso lugar.
Podemos apreciar un panorama poco visto para muchos habitantes de nuestra ciudad, el de las
laderas del centro-este, adyacentes a la quebrada Santa Elena. Desde allí se aprecian impresionantes
vistas.
Como ocurre con los demás metro cables, podemos apreciar la magnitud de las obras que emprende el
Metro y sentir mucho orgullo. Ver cómo van evolucionando estos sistemas de metro cables, de cabinas
cómodas; de estaciones de elegante diseño y obras de integración con las comunidades vecinas; cuya
función es vital para miles de habitantes. Se convierte en una forma de unión de las personas, en una
posibilidad real de acercamiento y de contacto.
Esta visita la hice con mi hijo David, quien actualmente vive y trabaja en Estados Unidos.
Vamos hacia el
Cerro Pan de
Azúcar, al
oriente de la
ciudad.
Acabamos de
llegar a la zona
en Metrocable,
de Miraflores
que termina en
la Estación 13
de Noviembre.
Subimos y nos
encontramos el
Ecoparque 13
de Noviembre
llamado Jardín,
que hace parte
del proyectado
cinturón verde
de la ciudad.
Un sendero
bastante bien
construido, fácil
de transitar y
bien señalizado,
lleva hacia la
cima del cerro.
Es evidente el
buen manejo de
las aguas que
fluyen montaña
abajo,
especialmente
con las lluvias,
para proteger el
sendero.
Estamos en una de las dos cadenas de montañas que bordean el valle secundario que forma la quebrada Santa Elena, que
discurre entre nosotros y las altas montañas que se aprecian a la derecha.
Hasta las mismas
estribaciones del
cerro, que son
bastante inclinadas
llegan las casas, las
terrazas y los
asentamientos
urbanos, como este
y la cancha de
basquetbol
adyacente, situados
al lado del trozo de
cinturón verde,
desde el cual parte
el sendero
ecológico que lleva
a la cima.
Se observa un pequeño tramo del cinturón verde. Es una obra que se ha
realizado en algunos tramos, relativamente pequeños. Acá se aprecia que
está algo deteriorada
Según la Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín, EDU, el Cinturón
Verde Metropolitano, es una estrategia de planificación y de intervención
integral de largo plazo, para controlar la expansión y consolidar un
territorio equilibrado y equitativo en la zona de encuentro entre lo
urbano y lo rural, mediante la sumatoria de programas y proyectos de la
Alcaldía de Medellín y de los Municipios que conforman el Área
Metropolitana del Valle de Aburrá. Está complementado con la idea del
Jardín Circunvalar de Medellín, que es una estrategia de intervención
integral del hábitat de corto y mediano plazo, en el marco de tal Cinturón
Verde Metropolitano, para mejorar la calidad de vida de los habitantes de
Medellín.
Pienso que es importante que esta obra sea continuada, y sujeta a
conservación y mantenimiento. Las inversiones son grandes, pero en
realidad necesarias. Ojalá que las naturales controversias no tengan el
efecto de evitar su realización, sino de mejorar el proyecto.
Los hermosos rayos
solares caen
inclinadamente como
desprendiéndose de las
nubes. En verdad esta es
una región bendecida por
la belleza del cielo, por las
altas montañas y por las
formaciones nubosas que
cambian continuamente.
Las casas de colores y
texturas variadas se elevan
atrevidas por la montaña,
llegando hasta el borde
mismo del cinturón verde.
Son impresionantes las
edificaciones. Las personas
aprovechan los espacios y los
amplifican hacia las alturas,
con plena confianza en la
estabilidad de los terrenos, en
la calidad de las obras y en su
capacidad para resistir sismos y
avalanchas.
La verdad es que se trata de
zonas de alto riesgo, como se
ha evidenciado con la tragedia
de Villa Tina, un barrio
cercano, en el cual, en 1987 un
deslizamiento destruyó 70
viviendas del barrio, dando
lugar a cerca de 500 víctimas
fatales. 20.000 metros cúbicos
se desprendieron sobre 1,2
hectáreas , desde la ladera
suroriental cercana al Cerro
Pan de Azúcar.
Mapa de la ciudad,
con los cerros
tutelares y algunos
otros hitos
Aula ambiental.
Son muchos los
esfuerzos que se han
hecho para crear
conciencia ambiental
entre nuestros habitantes
El camino hacia la cima
está rodeado de
abundantes arboledas,
con ejemplares muy
hermosos. También se
han sembrado nuevos
árboles, como este
yarumo.
Se siente orgullo al
observar los distintos
aspectos del sendero que
conduce a la cima. En los
tramos inclinados cuenta
con cómodas barandas para
evitar caídas. Las escalas
son amplias y muy
ergonómicas, los materiales
estables y firmes. Cuenta
con iluminación. Las vistas
son espectaculares.
En el cerro la vegetación
es variada, con matorrales
y árboles, tanto nativos,
como otros foráneos, pero
ya muy adaptados a lo
nuestro, pinos y cipreses.
Aspecto de los
canales que
conducen las
aguas que
bajan de la
montaña, poco
abundantes
cuando no hay
lluvias.
Representación
de campesino
con carriel y
mula.
Los árboles que
se encuentran
en las cercanías
del camino,
mezcla de
especies nativas
y foráneas
El cielo azul, ligeramente
nublado, sirve de marco
superior al pico del cerro,
que es rocoso en algunos
de sus bordes, formando
precipicios.
En la zona es frecuente
que haya pencas de
cabuya, como las que se
observan en primer
plano.
Estribaciones del cerro.
Y las bellas flores del
campo, aquí y allá,
adornan el tapete verde
con sus colores.
Diseño de Viviana Palacio, imagen
tomada de
https://payload.cargocollective.com/1/8/271277/
3880585/coltejer_1250.jpg
Hace años, cuando no existía el sendero ecológico, subí con mi esposa al cerro,
utilizando un camino desde los barrios cercanos, en la época, muy alejados del
cerro, como se aprecia en la fotografía de la derecha.
En sus estribaciones existía un aviso que se veía desde toda la ciudad, dando
publicidad a la empresa Coltejer. Las Letras de COLTEJER desde el aire.
Foto del grupo Medellín EsCultural,
imagen tomada de
https://www.facebook.com/MemoriaVisualDeMedel
lin/posts/10156280243626308/
Un hermoso árbol,
florecido con rojos
ramilletes, sirve de
marco a esta visión de
los barrios del sector
de Buenos Aires, un
barrio tradicional, que
se extendió hacia las
laderas sureñas del
valle de la quebrada
Santa Elena, en forma
bastante ordenada,
como se nota en los
trazos de las calles y
de las casas y en la
arborización.
Cuenta el sendero con
algunos miradores
situados en forma
estratégica, como este, que
nos invitan a hacer una
pausa en el camino y a
apreciar los paisajes.
Acá vemos, en la montaña
del fondo, el nuevo
viaducto que lleva al túnel
de oriente, que comunica
el valle de Aburrá con el
de San Nicolás, en la
meseta del oriente
cercano. Debajo del
viaducto, el crecimiento de
la ciudad más arriba del
sector de Buenos Aires,
atendido en parte por el
sistema de tranvía de
Ayacucho del Metro.
A modo de
reminiscencias
de las antiguas
letras de Coltejer
se han colocado
estas con el
nombre JARDÍN,
aplicado al
parque que
estamos
recorriendo.
Estas elegantes
pencas de
cabuya, con sus
espigadas flores
y sus hojas de
tonos rojizos son
un verdadero
regalo para la
vista.
Se observa que las
laderas cercanas a la
cima del cerro son
bastante verticales y
desprovistas de
árboles y matorrales,
mostrando cierta
tendencia a la erosión
Mirada hacia el centro de
la ciudad, a la derecha, y
del sector de Buenos
Aires con su enorme y
nuevo Centro Comercial
y el trayecto del Tranvía,
más a la izquierda.
Detrás de él, el barrio de
El Salvador, con su cerro,
también el cerro de la
Asomadera, el Cerro
Nutibara, el aeropuerto,
el Barrio Belén, el Cerro
de las Tres Cruces y las
montañas del occidente.
En el plano cercano el
camino a la cima, la
arborización del parque y
su sistema de
iluminación.
Algunos hitos
que se observan
Tres cruces
Centro
ciudad
Tranvía
Salvador
Nutibara
Asomadera
Buenos Aires
Centro comercial
Se agradecen las
barandas
Ejercicio del sentir
Observa algo
por ejemplo, ese árbol.
Mira
detalles diversos,
cosas
que no habías visto antes.
Recorre los límites del
objeto, las formas y las
fronteras que lo rodean.
Ahora, sé ese objeto, sé ese
árbol.
Experimenta su presencia.
Siente que eres esa
presencia.
Expándete con esa presencia
hasta los límites del objeto.
Vidas paralelas
Se unieron dos,
camino y árbol.
Decidieron
hacerse amigos
permanentes.
El uno junto al
otro,
mutuamente.
Enlazados por
su misma
presencia,
sin pretextos
ni razones
para
la separación.
Huerto
Algún atrevido y
desconocido pionero ha
cultivado un huerto al
borde del camino
ecológico.
Buena idea me parece,
combinar todas las
formas de agricultura:
flores, arbustos, árboles,
verduras, cebollas,
pencas, todo eso que
nace y que nutre.
La ciudad se lo merece.
Así todos somos
ciudadanos respetuosos.
Ya nos
acercamos a la
cima. El
camino se
vuelve de
empedrado, a
imitación de los
antiguos
caminos de los
indígenas que
habitaron estas
tierras hace
centenares de
años, caminos
de los cuales
quedan algunos
vestigios.
El sendero,
naturalmente,
evita las laderas
muy inclinadas
y se dirige entre
terrenos
amables de
suaves
pendientes,
ricos en
arboledas y
matorrales
Estamos muy cercanos a la
cima. Al fondo se aprecian
las faldas de las montañas
en cuyas cimas y en cuya
meseta, se encuentra el
Parque Arví. Existe un
camino que lleva hacia ese
parque.
Muy cercanos a la cima del
cerro que estamos
visitando, hay nuevos
barrios, y se siente desde
aquí la música invasora que
algunos de sus habitantes
tocan a máximo volumen,
quizás sin pensar demasiado
en los vecinos que se la
tienen que aguantar.
¿Habrá compasión y salida
para tales desafortunados
oyentes involuntarios?
Nos dicen que esta zona
hace parte de la reserva
forestal protectora del
Nare.
Bueno saberlo, pero
resulta curioso, porque las
vertientes que alimentan al
Río Nare comienzan
después de las montañas
del oriente (y no de todas,
pues algunas como la de la
quebrada Piedras Blancas,
desaguan en el Valle de
Aburrá)
Llegamos a la cima. Está a
2.138 metros sobre el nivel
del mar.
Allí hay una imagen, de 10
metros de altura, de Nuestra
Señora de la Candelaria;
patrona de Medellín.
Aprovechamos para señalar
que además del pino, hay
presencia en el cerro de
árboles como noro, yarumo,
ciprés, acacia japonesa,
chucho, uvito de monte,
niguito, guayabo
arrayán y cola de zorro.
Vimos algunos pájaros,
entre ellos guacharacas,
cardenales y dos hermosos
carriquíes de montaña.
Virgen Patrona
Vigila
y protege,
a Medellín,
la villa gigante,
que te tiene
por patrona,
Virgen de la
Candelaria.
No es nada fácil
cuidar de tanta
gente, díscola a
veces, pero en
genera buena y
sincera.
Así que ánimo,
Virgen de las
luces.
Te queremos
En todo su esplendor, el
valle que forma la
quebrada Santa Elena al
dirigirse desde las cimas
del Corregimiento de su
nombre al Río Medellín.
Nuevos asentamientos
urbanos se aprecian.
Igualmente se observa la
línea del viaducto que va
del Túnel Seminario al
Túnel de Oriente,
construido de tal manera
que se han respetado las
montañas sin crear grandes
taludes que pueden dar
orígenes a derrumbes en
estas laderas de geología
compleja.
El valle de la Santa Elena, y
sus estribaciones hacia las
montañas de las cuales baja
la quebrada. Se aprecia al
centro, hacia arriba, la
carretera que lleva al
corregimiento de Santa
Elena, y la entrada al Túnel
de Oriente, que acorta las
distancias desde Medellín
hacia el Oriente.
Las laderas cercanas al
cerro están muy desnudas
de árboles y se aprecian
erosionables.
Probablemente serán
invadidas por
asentamientos, como los
que ya existen en la derecha
de la fotografía, en los años
que vienen, si no se
controlan y regulan.
Bueno, acá estamos los
tres, contemplando la
ciudad y posando:
Virgen, padre e hijo.
Amenaza lluvia, así
que dimos comienzo a
nuestro descenso. Al
final, no cayó nada que
nos perturbara.
En verdad, gracias
Espíritu Santo.
Por tantas cosas.
Por esta ciudad tan
hermosa, asentada
en estas montañas
maravillosas.
Que quede sellada
en piedra esta
proclamación.
Ya de regreso,
advertimos lo
cercanos al cerro
que están los
asentamientos,
aprovechando esta
zona, que no es
demasiado
inclinada.
En recuerdo de las
letras de Coltejer,
estas letras que
dicen que acá hay
un Jardín
FIN DE LA PARTE 3
EL CERRO NUTIBARA
Este es en verdad un punto geográfico que todos los habitantes de la ciudad reconocen de inmediato.
Tiene forma de pirámide, recordándonos esas pirámides mayas escondidas entre los árboles de las
selvas de Guatemala. Es una verdadera maravilla, un tesoro de esta ciudad de encanto.
Con la ruta de Metroplus, y la estación Nutibara, cualquier visitante tiene acceso a este mítico cerro.
En mi niñez vivía en el cercano Barrio Belén y con frecuencia bajábamos a caminar en cercanías del
aeropuerto Olaya Herrera y subíamos al cerro.
Recién casado, muchas veces lo visité con mis niños, atraído por las clases de ecología que allí daban
cuando la doctora Yolanda Orozco, a quien conocía en la UPB, era la gerente del cerro.
Visitar el Pueblito Paisa, comer chócolo asado, contemplar la vista de 360 grados de la ciudad, elevar
cometas en la cima, tomar fotos de la ciudad y tomarse fotos, contemplar los aviones que despegan del
cercano aeropuerto, oír como bulle la ciudad, recorrer las esculturas del parque de esculturas, admirar
la gran variedad de árboles, siempre serán placeres renovados.
Así que con mis hijos David y Ricardo y mis nietos Samuel e Isabela, dimos una vuelta por el cerro, ya
hacia el atardecer.
El cerro Nutibara es una
elevación pequeña, de 80
metros sobre el nivel del río
que pasa a su lado. Su cima
está a 1.630 m sobre el
nivel del mar
aproximadamente.
Es un importante lugar
recreativo y ecológico de la
ciudad.
Como se aprecia acá, está
muy bien arborizado con
una buena variedad de
árboles, muchos de ellos de
gran tamaño.
Uno de los más
hermosos árboles
el cerro es el
carbonero, que acá
se aprecia
bellamente
florecido.
Flores rojas
espectaculares del
carbonero.
Este árbol y el de flor
blanca que aparece en la
siguiente fotografía me
traen imágenes de mi
niñez, ya que eran
relativamente
abundantes en las
mangas del barrio
Belén, donde viví de los
6 a los 14 años.
Carbonero de flores
blancas.
Al fondo, en primer
plano, se aprecia la
subida al alto de las
Palmas desde San
Diego, que se ha
llenado de altos
edificios y nuevas
unidades
residenciales. Al
fondo están las
montañas de Santa
Elena. Al centro, un
poco a la izquierda, la
mancha verde del
Cerro de la
Asomadera.
Hermosas
eflorescencias
rojizas en notable
contraste con las
hojas de este árbol.
Otro de los
magníficos árboles
que se cargan de
flores
Un precioso
naranjo agrio o un
limonero, cargado
de frutas.
Dos de mis hijos y dos de mis nietos son mis compañeros de viaje.
Acá vamos por el sendero peatonal que discurre al lado de la vía de
ingreso al cerro. Se trata de un sendero amplio, bien trazado,
adecuadamente provisto de barandas.
El Cerro Nutibara tiene 33 hectáreas de extensión. Ofrece una
espectacular panorámica sobre toda la ciudad.
Vamos hacia la cima, donde se encuentra el llamado Pueblito Paisa,
una alegoría a los municipios de la Región Paisa (antioqueña)
construido en 1977. En el camino nos encontraremos el Teatro al
Aire Libre “Carlos Vieco” con una capacidad de 3.800 espectadores,1​
levantado en homenaje al compositor Carlos Vieco Ortiz.
También cuenta el cerro con un Parque de las Esculturas, establecido
en 1983, con su exposición permanente de esculturas elaboradas por
once artistas nacionales e internacionales e instaladas en el entorno
natural del cerro.
Árboles
Limonero y
eucalipto
En la cima del
cerro, está el
Museo de la
Ciudad, que cuenta
con una excelente
maqueta de
Medellín, hecha
por un grupo de
arquitectos.
La ciudad y su topografía al alcance de la vista
La maqueta y sus
autores DISARQ
t
En el Museo
de la Ciudad se
estaban
exhibiendo
fotografías y
modelos en
diversos
materiales de
las obras de
nuestro gran
escultor
Rodrigo
Arenas
Betancourt,
quien es de
Fredonia, mi
pueblo, cuyas
obras están
presentes en
diversos sitios
icónicos de la
ciudad y del
país.
Estas que acá
se presentan
están hechas en
resina y
estaban en el
taller del artista
en México
Rodrigo Arenas Betancourt
Se aproximó el artista al sentir monumental
de los símbolos de la tierra colombiana
y plasmó con profunda visión y humanidad
imágenes que se han quedado en nuestras almas.
No tuvo timidez ninguna, ni pretendida pequeñez
para esculpir las hazañas y los mitos nacionales.
Atrevido se lanzó a las conquistas con altivez
llenando los espacios con grandes obras inmortales.
Pero la importancia yace también en los detalles
y ninguno descuidó, este maestro de los gestos,
esculpiendo personajes sentidos, inquietos y vitales.
Sentimientos dejó grabados en piedra y en bronce,
que reflejan profundas realidades y visionarios sueños,
inspirando con encendido espíritu, sorprende y sobrecoge.
Mi nieta como escultura
Termino este recorrido con
estas notas familiares
FIN DE LA PARTE 4
EL CERRO EL VOLADOR
Este es también un punto geográfico que todos los habitantes de la ciudad reconocen de inmediato.
Como el Nutibara, tiene forma de pirámide y nos recuerda esas pirámides mayas escondidas entre los
árboles de las selvas de Guatemala y Yucatán. Es una maravilla ecológica, un espectacular jardín
botánico de 103 hectáreas, abundante en notables árboles y hermosos jardines, con hermosas vistas
de 360 grados a toda la ciudad. Allí existe el Parque Natural Regional Metropolitano Cerro El Volador.
Como bien señala el Área Metropolitana AMVA, en su página web relativa al cerro, es grande la
riqueza de avifauna, y se han registrado unas 100 especies de aves. En nuestra visita ello fue palpable.
Los mismo que la riqueza arbórea que reporta medio centenar de especies: tulipán africano, vara
santa, ébano, guamo, urapán, pino, casco de vaca, leucaena, madroño, caimito, búcaro, guayacán
amarillo y rosado, mango, níspero, mandarino, eucalipto y carbonero, entre otros.
Este parque tiene importante valor cultural y social, entre otras cosas por su especial riqueza
arqueológica, que llevó que fuera declarado Monumento Nacional en 1993, y Bien de Interés Cultural
de Carácter Nacional en 1998, según el Ministerio de Cultura de Colombia.
Como cuenta con excelentes accesos y senderos, hay abundante presencia de visitantes, deportistas, y
caminantes como nosotros.
Descripción del
Parque Regional de El
Volador, tomada de la
página web del
AMVA.
Al respecto la entidad
cuenta con un
completo Plan de
Manejo, como
instrumento de
planeación.
Ello muestra la
importancia de contar
con zonas de reserva
y de manejo en
nuestra región, dando
así lugar a acciones
técnicas, diseñadas
por personas
especializadas, para el
disfrute cívico.
Siempre agradecen los
visitantes estas vallas de
instrucciones y de
bienvenida, ya que:
- Cuentan algo sobre los
lugares.
- Dan a indicar que se
trata de zonas
protegidas, cuidadas,
administradas y
vigiladas.
- Crean orgullo y
agradecimiento cívico
Cuenta el cerro con un
amplio parqueadero.
Los visitantes deben
dejar sus carros y subir
caminando hacia la
montaña.
Bajo la acogida amorosa de
un árbol casco de vaca
florecido damos inicio a
nuestra caminata hacia el
cerro.
Ahora está muy bien
arborizado. Hace 50 años
cuando subí con mi
entonces novia (que no
tenía su cara afeada por el
tapabocas del covid) el
cerro estaba cubierto por
mangas, con pocos árboles.
Luego, con el impulso de la
profesora Gladys Vélez de
la Universidad Nacional, en
los años 80 se plantaron
eucaliptos. Todo ello
contribuyó a crear capas
vegetales y a establecer
gran abundancia de árboles.
Las flores del casco de
vaca se asemejan a
orquídeas.
Son una maravilloso
regalo para la vista.
Regalo que recibe el
caminante si se detiene,
observador.
Miren esos tonos rosa,
esos pétalos que forman
una mano abierta a
modo de corona,
como homenaje para el
majestuoso conjunto
central.
Y contemplen esas hojas
simétricas y elegantes,
tan particulares.
Tonos verdes y formas
Es el verde el más
hermoso y significativo
de los colores que
adornan nuestras
montañas.
Millones de hojas forman
conjuntos de tonos
variados, oscuros y
claros, amarillentos y
azulados, dejando que se
luzca la luz con infinitas
sobras y brillos. Aquí y
allá las flores exhiben su
belleza en medio del
follaje, mientras que los
troncos y las ramas dan
atrevida estructura que se
entrelaza en equilibrada
confusión de formas.
Cuadro de maravillas
Un pintor desconocido ha
elaborado este cuadro.
Detengo mi marcha y
caigo en cuenta de esos
trazos preciosos, de esa
profundidad, de esos
planos que se repiten, uno
detrás del otro, a base de
verdes, de sombras y de
vida vibrante.
Nada sobra, nada falta, es
total el acierto de este
artista natural.
Yo lo declaro perfecto y
agradezco a mis ojos y mi
cerebro que lo pueden
contemplar.
La cañabrava
Airosa esta caña, tan propia
de nuestras regiones, que se
eleva apretujada, coronada
por espigas. Me trae
recuerdos de mi niñez en el
Barrio Belén Altavista y
Aguas Frías. De los nervios
centrales de sus hojas
sacábamos los costillares, en
estrella de las cometas y de
sus espigas se sacaba material
para elaborar las grandes
cometas, llamadas mesas, en
las cuales era experto uno de
mis primos, Darío Ángel, el
“hombre de las cometas”
Sus brotes son también
comestibles, aunque poco se
aprovechan.
El verde tapiz
Se cubren las laderas del
cerro de un verde tapiz no
exento de elegante belleza.
Acá los árboles dejan pasar
la luz y ello da lugar a
hermosas tonalidades.
Esta es una finca de la
ciudad, que todos podemos
contemplar y disfrutar,
simplemente dándonos
unos minutos de atención;
de esa que es buena para
nosotros mismos, a modo
de meditación que
descansa la mente y el
alma y eleva todo hacia el
espíritu. Este tapiz, a modo
de mágica alfombra
voladora, nos lleva hacia
allá.
Bosque urbano
Desde este bosque se
contribuye a embellecer
y a cuidar el ambiente de
nuestra ciudad.
Los árboles, los
matorrales, los suelos,
los seres vivos que por
acá pululan, en forma
silenciosa y efectiva
trabajan sin descanso.
Les permitimos vivir y
ellos ayudan a que
podamos vivir también.
Y cuando caminamos
por estos senderos y nos
dejamos embrujar por su
magia, crecemos y
evolucionamos.
Medellín enmarcado
¿Qué mejor marco para esta
verde ciudad que este que
ofrecen los árboles y el
tupido bosquecillo?
Desde esta ventana vemos
el centro de la ciudad y al
fondo el cerro del Pan de
Azúcar, en perfecta
simetría.
Cualquiera puede acercarse
acá y admirar estos
paisajes, dejándose llevar
de la poesía, de las luces,
de la sinfonía y sus
compases armónicos y
melodiosos, para gustar,
para enamorarse.
La hermosa ciudad
Si aprendemos a mirar a
nuestra ciudad enmarcada
en la belleza, se verá
atractiva y hermosa. Está en
nuestras miradas construir
puntos de vista que den
realce a lo que vemos.
Con mirada de artista,
somos pintores, escultores y
cultores de la estética.
Con oído musical,
escuchamos los sonidos
encantados.
Con pensamientos creativos
y enamorados, construimos
un mundo mejor.
Diversidad
No hay que
crear divisiones.
Es mejor
animar las
uniones.
Nativos
carboneros, de
flores rojas y
blancas.
Altivos
eucaliptos, de
esencias puras
y refrescantes.
Es la belleza
universal, la
abundante
diversidad.
Compañeros
del sendero
El duro cemento
y el grisoso
pavimento,
tan necesarios
para caminar
con comodidad,
se suavizan
y se adornan
con estas hileras
de árboles; en el
inicio, pequeños
y débiles; luego
poderosos y
extendidos, dan
gloriosas
sombras a los
caminos y se
vuelven
refrescantes
compañeros.
El futuro
Una cariñosa y sonriente
mujer, que cree en un
mundo mejor, en
avanzado embarazo y a
punto de concebir, traerá
a esta tierra un niño, con
la amorosa bendición de
su joven esposo. La
abuela, ya madre
experta, sabe que es cosa
buena alentar la vida; y
el abuelo fotógrafo y
escritor cronista deja acá
testimonio de esos
instantes que serán
recordados por el nuevo
nieto, quién sabe cuándo,
quién sabe cómo. Éste
árbol de balso es testigo,
a la orilla del camino.
Retahíla
Se
extiende
la
fila
de
colores
en
verdes
amores.
La
mirada
se
pierde
en
el
conjunto
y
el
mundo
brilla
con
luminoso
orgullo.
Abundancia
Si fuéramos a contar las
formas que acá aparecen,
delineando cada borde de
cada hoja, cada pétalo de
cada flor, cada ramillete,
tendríamos una tarea
inmensa.
Pero no es necesario. Basta
con un pequeño ejercicio
de dos o tres minutos para
recorrer algunas formas y
dejar así que el mundo se
vaya iluminando, para que
nuestra mente se vaya
calmando, para sentir que
la trascendencia nos invade
con esa abundancia de
formas creativas naturales.
Proclama
Diariamente este balso
dibuja un poderoso relato
de vida, abierto hacia el
cielo azul, en contraste
alucinante.
Es una proclama continua
que derrota la criminal
maldad de los que afean la
tierra con su menosprecio y
su insensibilidad orgullosa,
ignorante e indiferente.
Es una declaración rendida
y agradecida al espíritu
creador que ha extendido la
belleza por la tierra entera.
A ella me uno con mis
palabras apreciativas.
Caminos
Un precioso soto
rodea la cañada, a
modo de camino
de las aguas que
descienden
suavemente.
Muy cerca, un
baja un sendero a
modo de camino
ecológico, para
que el visitante
conozca algún
sitio de interés.
Son los caminos
del agua y de la
gente.
En verdad es
hermoso esta
planta, similar
al llamado
arbusto de las
mariposas.
Hay que
imaginar que
es muy
atractivo para
los insectos,
que son muy
abundantes en
el cerro
Guásimo (49) Alma negra (2) Aguacatillo (3)
Chiminango (2) Pino romerón (2)
Salvia (4)
Velero (4) Suribio (5)
Galería con algunos árboles del cerro (nombres y cantidades tomadas del Plan de Manejo del Volador - AMVA). Fotos del internet, algunas de la EIA
Peine de mono (2)
Escobillón rojo (5) Abarco (20)
Cagüí (almendrón) (1) Uvito de monte (1)
Icaco (1)
Chagualo (1) Mestizo (1)
Iguano, Loro (1) Choiba (1)
Bautizando árboles
Este hermoso árbol, creo que
es un choiba en crecimiento,
se destaca de inmediato y
llama nuestra atención. Al
final, creo que poco importa
el nombre, ya que
pudiéramos bautizarlo como
deseemos. Así que le daré
cuatro nombres:
Rosa fina (por ese color
rosado delicado)
Emanación danzante (por ese
ágil movimiento)
Capullo rosado (por esas
eflorescencias rosa)
Rosa coqueta (por ese rosa
que te atrae)
Se
Miren pues que
delicada belleza
la de estas
flores,
abundantes,
atrevidas, que
se extienden
para ser
contempladas.
Creo que este es un árbol yaca, nanca, nanjea​ o panapén,
perteneciente a la familia de las moráceas, originario de Indonesia,
o de la India, que produce la fruta nacional de Bangladés y de
Indonesia y que tiene similitudes con el árbol del pan.
Este es un ejemplar pequeño, ya que puede crecer bastante. El
interior de la fruta es amarillo-naranja de mango. Da un jugo, que
recuerda a la mezcla de mango con naranja, pero en realidad se
dice que tiene el sabor de todas las frutas.
Foto Wikipedia
Descanso
Bien diseñado
está el parque,
con sitios
agradables en los
cuales podemos
descansar y
conversar,
cayendo en
cuenta en grupo
de los detalles
del paseo. Se
agradece a los
que cuidan la
ciudad y la
embellecen con
sus diseños.
Acá con mi
esposa, mi joven
nuera y el niño
que viene.
Ramajes
Se entrelazan las ramas
en intrincada red. Entre
ellas se alcanzan a ver
atisbos de los edificios
de la zona del estadio.
Todos estos son diseños
del sol, del suelo, de los
vientos y las aguas. Se
los ha dejado sueltos,
para que se muevan los
elementos con libertad.
Se genera un aparente
desorden de color
marrón ya que dominan
los troncos y las ramas.
Paisaje y arquitectura
Hemos llegado a la vía
que da la vuelta a la
parte alta del cerro.
Posee agradables vías,
parajes y espacios, de
diseño cuidadoso que
invita a la
contemplación de la
naturaleza, con
presencia de jardines y
de sitios para descansar
y conversar.
Es una vía peatonal,
enteramente entre
árboles, de modo que
apenas si se contempla a
lo lejos la ciudad.
Al fondo, detrás de los
árboles, a veces se deja
ver la ciudad.
Paleta de colores
Están acá todos
los tonos del
verde, que es el
color central del
espectro luminoso,
en el cual todo
confluye.
En verdad hay
belleza en cada
espacio. En verdad
se combinan las
formas con
armonía y respeto,
dando sensación
de serena
presencia.
Invitación
La ciudad invita al disfrute
de sus espacios y a
caminar.
Está en todos prestar
atención, cuidar y apreciar.
Cada detalle está puesto
para caer en cuenta.
El adoquín, la iluminación,
el muro de piedra
adoquinada, el sendero, las
bancas, la combinación de
colores y de formas.
Y los árboles, razón
suficiente para aceptar tan
agradable propuesta.
La ciudad bendecida
Estamos en la ciudad de la
eterna primavera, decían
cuando estaba pequeño.
Quedó resonando en mis
memorias que la primavera
es hermosa, florida, de
cielos azules y clima
fresco. Como nuestra
hermosa ciudad.
Quedó resonando la idea de
que esta es una ciudad
bendecida por el creador,
que juntó cielos, montañas,
quebradas, árboles y gente
buena.
Gente que la cuida, que
quiere y la diseña.
Gente buena
En verdad, esta una
ciudad de gentes buenas
que disfrutan y que
sonríen, llenas de
esperanza; que
agradecen y que
trabajan. Como
nosotros, los que
recorremos los espacios
y admiramos los paisajes
y sentimos cercanía con
el diseño y los
ambientes.
Ojalá que haya cuidado,
presencia amorosa y
sentido de pertenencia
en todos los habitantes y
los visitantes de esta
amable ciudad.
Caminantes de la vida
Estos dos han recorrido
en todos sus años juntos
los cerros y los caminos
de la ciudad.
Abundan los bellos
recuerdos en sus cuerpos
y en sus mentes, y ello
ha conferido vida a sus
días y energía a sus
espíritus.
La sonrisa no es fingida
ni fotogénica. Y el brillo
de sus gestos no es mero
reflejo del sol. Es el
producto del camino de
la vida.
El marco es hermoso. El árbol está acosado por las invasiones de estas
plantas (¿epífitas?) que viven en sus ramas. Me parece que absorben
nutrientes y que de alguna manera bloquean la luz solar afectando la
fotosíntesis del árbol y reduciendo su crecimiento. En algunos casos las
ramas ocupadas mueren aunque el árbol subsiste, creciendo menos.
El ecosistema
Una caminata acompañada
de cierta paciencia y de
algún grado de observación
nos permite acercarnos a los
misterios de los ecosistemas.
Advertimos:
La variedad, manifestada en
la diversidad de formas,
alturas, áreas, colores y
organismos.
La competencia por el suelo,
por la luz, por la apariencia
y la permanencia, que hace
que cada organismos esté en
su nicho particular.
El refuerzo mutuo entre los
elementos: suelos, aire,
aguas, vida, organismos.
El mejor de las ejercicios
Caminar es una maravillosa
oportunidad para ejercitar el
cuerpo, la mente y el
espíritu.
Se mueven los músculos, los
ojos, los pulmones, la
circulación, la linfa y los
bioquímicos del cuerpo.
Giran y circulan los
pensamientos a medida que
la mente observa, examina,
compara, recuerda y
proyecta. Se equilibran las
emociones y se ennoblecen
los sentimientos.
Se elevan el ser y el alma,
creativamente estimulados
por la imaginación y la
observación.
Los ciclos
Un árbol muere,
sin hojas, otro
crece vigoroso.
Las especies se
riegan por el
mundo. Acá un
mango, planta
asiática, crece y
da frutos.
Las personas
visitan, observa,
aprenden y
crecen. Ello se
transmite y
hace parte de la
vida de cada
uno.
Interacción
Las personas
hacen parte
importante de
estos espacios:
Con sus
impuestos
financian el
cuidado.
Con su
tecnología
siembran y
cuidan;
construyen y
diseñan.
Con su presencia
visitan, aprecian,
cuidan,
divulgan, crecen
y evolucionan.
Portadas y caminos
De la vía periférica se
desprenden dos caminos con
escalas para subir a la cima.
Son otros de los atractivos
del parque y tienen elegante
diseño.
La ciudad en 360 grados
Esta beneficiada esta ciudad de
montaña de varios notables
observatorios. Uno de ellos es
este cerro de El Volador. Desde
ellos podemos apreciar cómo
evoluciona la ciudad, cómo
crece, cómo se desarrollan las
distintas laderas, cómo se va
perdiendo la mancha verde a
medida que avanza la marcha
urbana.
Este es un laboratorio de
observación para sus
habitantes, para los que la
estudian, para sus gobernantes.
De ello todos deben sacar
conclusiones, proyecciones,
historias, memorias, historia
viva.
El necesario cinturón verde
En estas vistas se aprecia
claramente como va creciendo la
mancha urbana. Hay que
preguntarse si lo conveniente es
que llegue lo urbano hasta las
cimas de las montañas, lo cual
implica complejas
infraestructuras de servicios, de
transporte, de integración,
además de una lamentable
pérdida de espacios naturales, de
reservas y de zonas de alivio
para las presiones de la vida
ciudadana.
Creo que hay que actuar, invertir
en la compra de las tierras de los
cerros, creando parques, vías
perimetrales, controles y límites
a la expansión.
La mancha verde
Desde el cerro de El Volador
se desprende una notable
zona verde en la cual se
combinan, de forma
elegante, servicios urbanos
con árboles, jardines y
centros culturales. Ello
incluye el Volador, la
Universidad Nacional, la
cuenca de la Iguaná, la
Universidad de Antioquia,
el Jardín Botánico, el
Parque Norte, el Parque
Explora. El Metro cruza
estas zonas. Sería de
impacto especial y futurista
aprovechar las cuencas de
las quebradas para mantener
y estimular corredores
verdes que se extiendan
hacia las montañas.
Sí se puede
De alguna manera la ciudad
fue capaz de reservar estos
espacios verdes, que acá se
ven y que se extienden hacia
las zonas pobladas.
¿Por qué no proyectar hacia
el futuro, de manera
atrevida, invirtiendo en la
compra de terrenos que
rodean las quebradas y el río
y recuperando todas estas
vertientes?
Con seguridad que se
pueden convocar las
voluntades de los habitantes,
de los empresarios, de las
universidades y de las
fuerzas cívicas en esta
dirección.
La inestabilidad
En estos climas nuestros, en
los cuales son abundantes y
variables en intensidad y en
ocurrencia las lluvias y dado
que los suelos montañosos
tienen estructuras
heterogéneas y sueltas, es
frecuente la instabilidad en
los taludes, aún en sitios
como este, que no
parecieran ser muy
inclinados y desprovistos de
capas vegetales.
Creo que es importante
aprovechar las montañas
cercanas a la ciudad para
experimentar con diversas
técnicas de estabilización y
de recuperación taludes y
suelos problemáticos.
Pérgolas y jardines
Hay que pensar que todo
terreno es un jardín y que
todo espacio es una
oportunidad para que
haya flores y para
destacar los colores y las
formas naturales,
adaptadas por el hombre
y sus diseños, creando
armonía, belleza,
simetrías, diseños,
novedad, contraste y
espacios para dibujar,
conversar y fotografiar.
Todo toma tiempo, pero
hay que empezar y
avanzar. Eventualmente
todo terreno será un
jardín.
Ramas y ramilletes
Colibríes
Esas veloces vibraciones,
esa respiración vivaz,
esos inquietos movimientos
no dejan de asombrar.
Es tan pequeña la avecilla,
y tan sorprendentes sus talentos
que nos llevan a pensar
que la mano de Dios guía sus vuelos.
Otros ven en ello simples mecanismos,
los aciertos de un azar inevitable,
que han diseñado el vuelo mágico,
así que nadie es de ello responsable.
Yo en cambio veo diseño creativo,
un enorme poder allí escondido,
un designio superior maravilloso
un creador divino en todo poderoso.
Se ve lo que se ve,
lo que se quiera ver,
lo que pudiera ser.
Se aprecian intentos de cultivar jardines en las laderas, lo cual implica cuidado
constante y algunas obras. Nada fácil.
En estas tierras nuestras,
inclinadas, sueltas y lluviosas,
pululan amenazas de derrumbes
Nudos y formas
Nos encontramos,
en las sendas de la vida,
complicadas cosas
y también otras sencillas.
Árboles que crecen rectos
de perfecta simetría,
otros de troncos nudosos
y enredadas armonías
Todo tiene origen en las raíces,
escondidas en la tierra,
extendidas, pacientes y aferradas,
oculto sustento de lo que aflora.
Lo que ha crecido, ahí está,
para todo hay razones,
profundas ideas y emociones,
desafíos para observar y aceptar
Encantos inesperados
En todas mis caminatas
nunca había ensayado la
idea de hacer un alto en
el recorrido, para
sentarse, sacar un libro
de lectura agradable y
proceder a leerlo en
grupo, dejando que las
cadencias del lector
animen la historia,
dejando que la atención
de la escucha llene de
imágenes el momento.
Una inesperada sinergia
se crea, una oportunidad
para leer bien, para
sentir al autor, al lector,
a la historia y al
agradable sitio que nos
acompaña
La polinización
Hay cosas que pasan
diariamente, inadvertidamente,
importantes, necesarias, vitales.
Una de ellas es la reproducción
de las plantas naturales, algo
que damos por sentado, que no
nos desvela y que se basa en el
transporte del polen.
Repasemos y caigamos en
cuenta. Las abejas transportan el
polen en su inquietas patas; las
moscas, que menospreciamos,
transportan polen de flores de
olores extraños; los colibríes, en
busca de los almíbares mueven
polen; el viento y el agua lo
transportan también, como lo
hacen otros insectos, como los
escarabajos y las mariposas.
Todos estos son servicios
ecosistémicos que se agradecen.
Cuenta el parque con un
sitio especial para estudiar,
cultivas y cuidar plantas, con
posibilidades didácticas que
vale la pena poner en uso y
divulgar, para crear mayor
conciencia y cultura cívica.
Curiosidades
Nos encontramos un hotel
para abejas, un jardín
adornado con formas
extrañas y un mandarino
repleto de frutas maduras.
Estamos a punto de
terminar nuestro recorrido
por la vía perimetral y nos
disponemos a subir a la
cima por uno de los dos
senderos existentes.
Hay que destacar a
aquellos que diseñan estas
amenidades que animan el
viaje, que nos hacen
pensar en que este parque
es un hogar que alguien
cuida con amor.
Las mariposas
Abundan las mariposas
en el cerro. Con
frecuencia las vimos de
flor en flor. Recordamos
nuestra niñez en las
mangas del Barrio
Belén. Eran tantas que
se quedaron en la
memoria. Ya no es así en
esos barrios, tan
urbanizados.
Alguien quiso dejar una
huella en el terreno,
como homenaje a estos
seres inquietos y útiles,
trazando un jardín en
forma de mariposa, en
un claro del terreno
rodeado de árboles.
Estamos en la terraza de un pequeño
museo donde se exhibe la tumba de una
niña indígena encontrada en los
enterramientos de la zona, que es parque
arqueológico. Los sitios, situados en la
cima, no están abiertos a los visitantes.
Creo que los debieran abrir.
Vamos
subiendo a
la cima por
un camino
en aceptable
estado, pero
que se nota
algo
descuidado.
Estos dos
jóvenes a la
izquierda van
acumulando
senderos.
Con esta
jovencita de
la derecha he
caminado
muchas
veces.
Es caminar el
mayor de los
placeres
sencillos que
dos que se
quieren
pueden
gozar.
La cima
Llegar a lo alto de la cima
es inolvidable. Se siente el
gusto por la conquista, sea
de humilde cerro o de
meritorio pico montañero;
se puede contemplar el
paisaje que se abre y que
se extiende a lo lejos; se
siente el aire y se disfruta
el momento de descanso,
ese reposo merecido que
se agradece; no deja de
experimentarse una
sensación de plenitud. Y
también se puede
proclamar en las alturas,
aunque sea en silencio
interior, la gloria del
Señor creador de
montañas y valles.
El momento de los árboles
Es este el momento que dedicamos
a los árboles, perfectamente
enfocados en el primer plano. La
ciudad, a lo lejos, ha perdido foco.
Fin de esta crónica
Nos sentamos a
conversar aprovechando
el desnivel del terreno y
el ambiente sombreado
que refresca la cima del
cerro.
Ha sido muy agradable
no solamente nuestro
paseo, sino también
escribir esta crónica, que
espero que sea de su
agrado. Con ella los
invitamos a recorrer los
hermosos sitios de esta
preciosa ciudad,
disfrutando con la
familia y con los amigos.
Regalo de flores para mis lectores
Muchas gracias por su amable atención
Enrique Posada Restrepo
eposadar@yahoo.com

Más contenido relacionado

Similar a Caminando por cinco cerros de medellin 2022

La axarquiaviva
La axarquiavivaLa axarquiaviva
La axarquiaviva
Mili Vega
 
Chiguara
ChiguaraChiguara
Chiguara
covensa
 
San miguel arcangel de ospina
San miguel arcangel de ospinaSan miguel arcangel de ospina
San miguel arcangel de ospina
sanmiguelospina
 

Similar a Caminando por cinco cerros de medellin 2022 (20)

Caminando por cuatro cerros de medellín 2021
Caminando por cuatro cerros de medellín 2021Caminando por cuatro cerros de medellín 2021
Caminando por cuatro cerros de medellín 2021
 
Caminando por cuatro cerros de medellín 2021
Caminando por cuatro cerros de medellín 2021Caminando por cuatro cerros de medellín 2021
Caminando por cuatro cerros de medellín 2021
 
Recuerdos del viaje al Distrito de Imaza y Santa Maria de Nieva
Recuerdos del viaje  al Distrito de Imaza y Santa Maria de NievaRecuerdos del viaje  al Distrito de Imaza y Santa Maria de Nieva
Recuerdos del viaje al Distrito de Imaza y Santa Maria de Nieva
 
Rio medellín
Rio medellínRio medellín
Rio medellín
 
Subregiones
SubregionesSubregiones
Subregiones
 
Presentación caminos de Guatapé
Presentación caminos de GuatapéPresentación caminos de Guatapé
Presentación caminos de Guatapé
 
Medellin
MedellinMedellin
Medellin
 
Rio medellin
Rio medellinRio medellin
Rio medellin
 
El nacimiento de rio medellín
El nacimiento de rio medellínEl nacimiento de rio medellín
El nacimiento de rio medellín
 
Turismo en la Sierra ecuatoriana
Turismo en la Sierra ecuatorianaTurismo en la Sierra ecuatoriana
Turismo en la Sierra ecuatoriana
 
La axarquiaviva
La axarquiavivaLa axarquiaviva
La axarquiaviva
 
¿De qué hablamos cuando decimos que estamos recuperando el río Magdalena?
¿De qué hablamos cuando decimos que estamos recuperando el río Magdalena?¿De qué hablamos cuando decimos que estamos recuperando el río Magdalena?
¿De qué hablamos cuando decimos que estamos recuperando el río Magdalena?
 
Chiguara
ChiguaraChiguara
Chiguara
 
Quebradas de Medellin USB octubre 2022.pdf
Quebradas de Medellin USB octubre  2022.pdfQuebradas de Medellin USB octubre  2022.pdf
Quebradas de Medellin USB octubre 2022.pdf
 
El rio medellin
El rio medellinEl rio medellin
El rio medellin
 
Colombia turística
Colombia turísticaColombia turística
Colombia turística
 
Picos de europa
Picos de europaPicos de europa
Picos de europa
 
San miguel arcangel de ospina
San miguel arcangel de ospinaSan miguel arcangel de ospina
San miguel arcangel de ospina
 
Trabajo1 geografia urbana deinitivo
Trabajo1 geografia urbana deinitivoTrabajo1 geografia urbana deinitivo
Trabajo1 geografia urbana deinitivo
 
Mi comunidad 3 a
Mi comunidad 3 aMi comunidad 3 a
Mi comunidad 3 a
 

Más de Enrique Posada

Inteligencia estrategica en la solucion del problema de desechos solidos en C...
Inteligencia estrategica en la solucion del problema de desechos solidos en C...Inteligencia estrategica en la solucion del problema de desechos solidos en C...
Inteligencia estrategica en la solucion del problema de desechos solidos en C...
Enrique Posada
 
La Sostenibilidad y los ODS Normas y proyectos
La Sostenibilidad y los ODS  Normas y proyectosLa Sostenibilidad y los ODS  Normas y proyectos
La Sostenibilidad y los ODS Normas y proyectos
Enrique Posada
 
Conciencia, creencias y leyes de la fisica moderna
Conciencia, creencias y leyes de la fisica modernaConciencia, creencias y leyes de la fisica moderna
Conciencia, creencias y leyes de la fisica moderna
Enrique Posada
 
ENCUESTA SOBRE EL PRESIDENTE PETRO Y SU GOBIERNO junio 23
ENCUESTA SOBRE EL PRESIDENTE PETRO Y SU GOBIERNO junio 23 ENCUESTA SOBRE EL PRESIDENTE PETRO Y SU GOBIERNO junio 23
ENCUESTA SOBRE EL PRESIDENTE PETRO Y SU GOBIERNO junio 23
Enrique Posada
 
Pinceladas de la vida - volumen 14-2022 Grupo Poesías y escritos poéticos
Pinceladas de la vida - volumen 14-2022  Grupo Poesías y escritos poéticos Pinceladas de la vida - volumen 14-2022  Grupo Poesías y escritos poéticos
Pinceladas de la vida - volumen 14-2022 Grupo Poesías y escritos poéticos
Enrique Posada
 
Visión del Futuro de la minería - Panel de la AIMC en la Universidad Nacional
Visión del Futuro de la minería - Panel de la AIMC en la Universidad Nacional Visión del Futuro de la minería - Panel de la AIMC en la Universidad Nacional
Visión del Futuro de la minería - Panel de la AIMC en la Universidad Nacional
Enrique Posada
 

Más de Enrique Posada (20)

Registros de la marcha del 21 de abril en Medellin Colombia.pdf
Registros de la marcha del 21 de abril en Medellin Colombia.pdfRegistros de la marcha del 21 de abril en Medellin Colombia.pdf
Registros de la marcha del 21 de abril en Medellin Colombia.pdf
 
Inteligencia estrategica en la solucion del problema de desechos solidos en C...
Inteligencia estrategica en la solucion del problema de desechos solidos en C...Inteligencia estrategica en la solucion del problema de desechos solidos en C...
Inteligencia estrategica en la solucion del problema de desechos solidos en C...
 
La Sostenibilidad y los ODS Normas y proyectos
La Sostenibilidad y los ODS  Normas y proyectosLa Sostenibilidad y los ODS  Normas y proyectos
La Sostenibilidad y los ODS Normas y proyectos
 
Conciencia, creencias y leyes de la fisica moderna
Conciencia, creencias y leyes de la fisica modernaConciencia, creencias y leyes de la fisica moderna
Conciencia, creencias y leyes de la fisica moderna
 
Marchando en Medellín por la defensa de Colombia . Razones y Escenas de una ...
Marchando en Medellín por la defensa de Colombia . Razones y  Escenas de una ...Marchando en Medellín por la defensa de Colombia . Razones y  Escenas de una ...
Marchando en Medellín por la defensa de Colombia . Razones y Escenas de una ...
 
Situación comparativa de los Ferrocarriles en el mundo y en Colombia
Situación comparativa de los Ferrocarriles en el mundo y en ColombiaSituación comparativa de los Ferrocarriles en el mundo y en Colombia
Situación comparativa de los Ferrocarriles en el mundo y en Colombia
 
Hidroelectricidad en el mundo y Colombia Enrique Posada.pdf
Hidroelectricidad en el mundo y Colombia  Enrique Posada.pdfHidroelectricidad en el mundo y Colombia  Enrique Posada.pdf
Hidroelectricidad en el mundo y Colombia Enrique Posada.pdf
 
Revista de la SAI numero 2 julio de 2023.pdf
Revista de la SAI numero 2 julio de 2023.pdfRevista de la SAI numero 2 julio de 2023.pdf
Revista de la SAI numero 2 julio de 2023.pdf
 
Revista SAI 2023 - Número3 de la Revista de la Sociedad Antioqueña de Ingenie...
Revista SAI 2023 - Número3 de la Revista de la Sociedad Antioqueña de Ingenie...Revista SAI 2023 - Número3 de la Revista de la Sociedad Antioqueña de Ingenie...
Revista SAI 2023 - Número3 de la Revista de la Sociedad Antioqueña de Ingenie...
 
Las leyes de la termodinámica y la entropía
Las leyes de la termodinámica y la entropíaLas leyes de la termodinámica y la entropía
Las leyes de la termodinámica y la entropía
 
ENCUESTA SOBRE EL PRESIDENTE PETRO Y SU GOBIERNO junio 23
ENCUESTA SOBRE EL PRESIDENTE PETRO Y SU GOBIERNO junio 23 ENCUESTA SOBRE EL PRESIDENTE PETRO Y SU GOBIERNO junio 23
ENCUESTA SOBRE EL PRESIDENTE PETRO Y SU GOBIERNO junio 23
 
Pinceladas de la vida - volumen 14-2022 Grupo Poesías y escritos poéticos
Pinceladas de la vida - volumen 14-2022  Grupo Poesías y escritos poéticos Pinceladas de la vida - volumen 14-2022  Grupo Poesías y escritos poéticos
Pinceladas de la vida - volumen 14-2022 Grupo Poesías y escritos poéticos
 
Opportunities in the development of railways in Antioquia and Colombia
Opportunities in the development of railways in Antioquia and Colombia Opportunities in the development of railways in Antioquia and Colombia
Opportunities in the development of railways in Antioquia and Colombia
 
Lo que la gente piensa sobre leer, escribir y publicar. Una encuesta
Lo que la gente piensa sobre leer, escribir y publicar. Una encuestaLo que la gente piensa sobre leer, escribir y publicar. Una encuesta
Lo que la gente piensa sobre leer, escribir y publicar. Una encuesta
 
El cambio climático - Controversias y visiones alternativas
El cambio climático - Controversias y visiones alternativasEl cambio climático - Controversias y visiones alternativas
El cambio climático - Controversias y visiones alternativas
 
Visión del Futuro de la minería - Panel de la AIMC en la Universidad Nacional
Visión del Futuro de la minería - Panel de la AIMC en la Universidad Nacional Visión del Futuro de la minería - Panel de la AIMC en la Universidad Nacional
Visión del Futuro de la minería - Panel de la AIMC en la Universidad Nacional
 
ANALISIS DE ENCUESTA SOBRE EL PROYECTO DE PLAN DE DESARROLLO DE COLOMBIA 2023...
ANALISIS DE ENCUESTA SOBRE EL PROYECTO DE PLAN DE DESARROLLO DE COLOMBIA 2023...ANALISIS DE ENCUESTA SOBRE EL PROYECTO DE PLAN DE DESARROLLO DE COLOMBIA 2023...
ANALISIS DE ENCUESTA SOBRE EL PROYECTO DE PLAN DE DESARROLLO DE COLOMBIA 2023...
 
Cambio climático y transporte sostenible
Cambio climático y transporte sostenible Cambio climático y transporte sostenible
Cambio climático y transporte sostenible
 
Viaje a Mónaco y sus vecindades en las costas de Francia e Italia
Viaje a Mónaco y sus vecindades en las costas de Francia e ItaliaViaje a Mónaco y sus vecindades en las costas de Francia e Italia
Viaje a Mónaco y sus vecindades en las costas de Francia e Italia
 
Comentarios de la SAI al borrador de proyecto de ley Plan Nacional de Desarro...
Comentarios de la SAI al borrador de proyecto de ley Plan Nacional de Desarro...Comentarios de la SAI al borrador de proyecto de ley Plan Nacional de Desarro...
Comentarios de la SAI al borrador de proyecto de ley Plan Nacional de Desarro...
 

Caminando por cinco cerros de medellin 2022

  • 1. CAMINANDO POR CINCO CERROS DE MEDELLÍN Enrique Posada Restrepo Enero de 2022 Les invit0 a un recorrido fotográfico, poético, descriptivo y anecdótico por cinco de los cerros tutelares de la ciudad de Medellín, en el Valle de Aburrá, departamento de Antioquia, en Colombia. Picacho, Las Tres Cruces, Pan de Azúcar, Nutibara, El Volador
  • 2. Un recorrido por cinco cerros Los cerros tutelares de la ciudad de Medellín son El Picacho, el Pan de Azúcar, El Salvador, El Volador, La Asomadera, Las Tres Cruces, el Cerro Nutibara y el Cerro Santo Domingo. Son una red de visibles accidentes geográficos que poseen valores tradicionales, históricos, arqueológicos, ecológicos y turísticos. Quise aprovechar las vacaciones de diciembre para realizar caminatas por cuatro de estos cerros. He prepara una crónica anecdótica y poética de estas caminatas, como una invitación a nuestros lectores para que se enamoren cada vez más de nuestra región y a que la recorran con orgullo, con ojos despiertos y con agradecimiento a tantos que trabajan para que esté hermosa y acogedora. A continuación les comparto fotografías tomadas de Google maps en Medellín, en las cuales se aparecen señalados todos los cerros tutelares y en particular los que describo en este recorrido. He señalado las rutas que tomé para llevarlos a cabo
  • 3. Existe, según los expertos (ver Dialnet, Estudio EIA), una cierta asimetría de las formas en las cadenas montañosas del Valle de Aburré (oriental y occidental). Hacia el norte, se observa un perfil escalonado en la vertiente oriental, con una distribución compleja de los depósitos de ladera, que muestra una dinámica de bloques, cuyas estructuras están relacionadas con una falla, la Falla Manrique. En cambio hacia el occidente los depósitos son el rasgo predominante, formándose laderas largas y homogéneas, que solamente están interrumpidas por el cerro el Picacho. El valle de Aburrá ocupa un valle entre montañas, profundo y relativamente estrecho que corta un sistema de superficies de erosión o altiplanos, ubicados a alturas sobre el nivel del mar que oscilan entre 2.200 y 3.200 m, los cuales conforman el rasgo morfológico más sobresaliente del norte de la Cordillera Central colombiana. La figura muestra un perfil general del valle en su parte central, el cual ilustra bien el perfil general.
  • 4. Los cerros tutelares de la ciudad de Medellín son El Picacho, el Pan de Azúcar, El Salvador, El Volador, La Asomadera, Las Tres Cruces, el Cerro Nutibara y el Cerro Santo Domingo. Son una red de visibles accidentes geográficos que poseen valores tradicionales, históricos, arqueológicos, ecológicos y turísticos. Acá se los muestra en un mapa de Googlemaps Tres cruces Asomadera Nutibara El Salvador El Volador El Picacho Pan de Azúcar Santo Domingo Norte Sur Este Oeste
  • 5. V Vista de google maps del Cerro El Picacho, al occidente de la ciudad. Se señala la ruta desde la Estación Acevedo del Metro hasta la Estación El Progreso del Metro cable el Picacho y el camino hacia el Ecoparque
  • 6. V Vista de google maps del Cerro Las Tres Cruces, al occidente de la ciudad. Se señala la ruta desde el Edificio Siempreviva, subiendo por la vía al Manzanillo, la desviación hacia la cima y el descenso por la ladera
  • 7. V Vista de google maps del Cerro Pan de Azúcar, al oriente de la ciudad. Se señala la ruta luego de llegar a la estación 13 de Noviembre del Metrocable de Miraflores
  • 8. Vista de google maps del Cerro Nutibara, cerca a la orilla occidental del Río Medellín. Se señala la ruta desde la entrada por la calle 30 A y el regreso bajando por el sendero de escalas.
  • 9. Vista de google maps del Cerro El Volador, cerca a la orilla occidental del Río Medellín. Se señala la ruta desde la entrada carrera 65
  • 10. EL PICACHO Con la nueva ruta de el Metrocable de El Picacho se facilita bastante la visita a este hermoso lugar. Podemos apreciar un panorama poco visto para muchos habitantes de nuestra ciudad, el de las laderas del noroeste. Y el que se aprecia desde este impresionante punto de vista. Podemos apreciar la magnitud de las obras que emprende el Metro y sentir mucho orgullo. Ver cómo van evolucionando estos sistemas de metro cables, cuyas cabinas son cómodas, de mayor tamaño; cuyas estaciones tienen elegante diseño y obras de integración con las comunidades vecinas; cuya función es vital para miles de habitantes. Se convierte en una forma de integración de las personas, en una posibilidad real de acercamiento y de contacto. Esta visita la hice con mi esposa Luz Alba Pineda y nuestro hijo David, quien actualmente vive y trabaja en Estados Unidos.
  • 11. Vamos en la línea del Metrocable hacia el Cerro del Picacho. Estamos en el segundo año de la epidemia del Covid- 19, muy disciplinados con nuestras máscaras. Afortunadamente no obligan a tapar los ojos y por ello no estamos completamente ciegos por causa del virus. A través de nuestros ojos se nota que estamos vivos y optimistas, disfrutando de nuestra ciudad de Medellín.
  • 13. La ciudad amable Las nuevos sistemas de transporte masivo, construidos y diseñados de una forma amable y digna, han conferido a la ciudad un aire nuevo y renovado. Acá apreciamos una de las estaciones del metro cable del Picacho. Se aprecia el tratamiento del terreno, que es inclinado, y la disposición con jardines, zonas verdes y espacios amplios de circulación.
  • 14. La ciudad de alguna manera logra combinar lo verde de sus abundantes árboles y montañas con los colores grises, ocres y rojizos de sus siempre crecientes estructuras urbanas
  • 15. Al fondo el Cerro del Picacho. Tiene una altura sobre el nivel del mar de 2.066 metros.
  • 16. Los colores de la ciudad Se ha extendido la ciudad, llenando de ladrillos sus paisajes. Ahora se adorna con cables que llegan a las lomas con veloz altivez. Nada detiene a la inquieta ciudad. Mucho le conviene llenarse de verde. Hay que buscar, creativamente, que se combinen los grises y los verdes.
  • 17. En primer plano las viviendas de los barrios de la ladera nor-occidental de la ciudad. Al fondo el centro de la ciudad. Detrás de una torre se aprecia la colina verde de El Volador y más atrás la del Cerro Nutibara
  • 18. En la estación El Progreso del Metro Cable de El Picacho.
  • 19. Obras para el futuro En la estación El Progreso vemos esta pasarela, que nos imaginamos está preparada para conectar con un futuro cable que lleva al pico del cercano cerro el Picacho
  • 20. Madre e hijo ¿Quién iba a imaginar que una noche de amor sentido iba a dar lugar a una amistad que trasciende los espacios y los tiempos, como es la de madre amorosa y la de hijo muy querido?
  • 21. Estamos en una amplia zona de parque al pie de la Estación el Progreso, la cual tiene una hermosa vista hacia el valle.
  • 22. Ocasión Momento de celebrar la vida y agradecer al Dios inmenso Creador, que nos regala la familia. Momento de caer en cuenta de que es buena la siembra, que da frutos, el cultivo que se cuida con cariño
  • 23. Rincón Ojo atento: Observa gustoso. que cada rincón tiene su encanto, su contraste y su detalle. Ahí está, como regalo que con amor es colocado. Y si aceptado, causa gozosa emoción.
  • 24. Una historia personal Hace más de 50 años vivía en el Barrio Manrique de Medellín. Es un barrio montañoso, recostado en las laderas orientales, de la ciudad, tradicional y bien trazado, a pesar de sus lomas y sus calles inclinadas. Allí llegó nuestra familia luego de vivir en una casa alquilada del Barrio de Belén, este más plano, al otro lado del río. Estábamos felices, estrenando casa propia, que costó, bien recuerdo, solamente 28.000 pesos. Era de color azul claro, hermosa, iluminada, amplia, tenía patio central, solar y balcón. Pero a las pocas semanas, descubrimos que nos habían engañado, que era una casa que tenía fama en todo el barrio de que se iba a caer, con fallas, grietas (tarjaduras decíamos), que empezaron a aparecer y a volverse grandes, a preocuparnos y llenarnos de miedo. De todas formas fueron seis años hermosos los que allí vivimos, antes de que mis padres se rindieran intentando arreglos financiados por mi tío, y la dejaran tumbar y vendieran los materiales a un demoledor. Yo estaba lejos, estudiando y sentí tristeza e impotencia cuando lo supe. Pero, fue en esa querida casa donde conocí a mi primera amiga, novia y hoy esposa, quien vivía al frente. La vi desde el balcón y sentí que algo nacía. Y algo nació y se quedó, me imagino, hasta que la muerte nos separe, y seguramente, para siempre. Ella ha sido mi compañera de muchas caminatas, como la que hoy hacemos, casi siempre por las montañas y los cerros de esta ciudad montañera.
  • 25. La ciudad invasora Como invencibles matas trepadoras, los centenares de miles de migrantes que han venido de los pueblos de Antioquia, de los departamentos vecinos, y de todo el país, han ido conquistando buena parte de las dos laderas de las dos imponentes montañas que forman el Valle de Aburrá, estableciendo masivos asentamientos urbanos a partir de 1964. Esto ocurrió más que todo hacia el norte. También se dio el avance hacia las montañas bajo la presión de las clases medias y altas, especialmente al sur de las dos laderas. Al fondo, las densamente pobladas laderas del noreste
  • 26. Manchas verdes Como hay tantas quebradas que descienden desde lo alto de las montañas, han permanecido algunas manchas verdes, a lo largo de las corrientes, matizando las huellas de cemento, ladrillos, techos de teja y de zinc y asfalto de las zonas pobladas. Igualmente los habitantes, en general, sienten respeto por los árboles y, muchos de ellos, nostalgias por sus antiguas tierras campesinas, así que bastantes calles tienen arboledas y, aquí y allá, más de un jardín y de un parque matizan y alegran el paisaje, como acá se aprecia.
  • 27. Fotos familiares Sin duda atrae tomarse fotos familiares en lo alto de las montañas de nuestra ciudad. De inmediato afloran las sonrisas, se adoptan sencillas poses y todo parece amable. Al fondo la ciudad, bullosa, ocupada en sus cosas, nada consciente de que la estamos fotografiando también. De alguna forma ella hace poses y es amable. Todo queda en el recuerdo. En el amable recuerdo.
  • 28. El cerro el Picacho Existe un ecoparque - mirador en el cerro, el cual es un hito ecológico de la ciudad. En su cima se encuentra un Cristo, al parecer desde 1936, impulsado, con los vecinos del sector, por Monseñor Félix Henao Botero, rector de la UPB, quien tenía una finca cercana,
  • 29. Escultura en el Parque de la Estación El Progreso
  • 30. Las imponentes torres del sistema del Metro cable El Picacho. Un gran hecho urbano para la comunidad beneficiada
  • 31. La vista hacia el norte del Valle de Aburrá.
  • 32. Sin duda se han hecho importantes desarrollos urbanos en la zona, asociados con las estaciones de este novedoso sistema de transporte masivo.
  • 33. El Metro de Medellín tiene la excelente costumbre de embellecer con obras de arte las estaciones de su sistema Metro, como este vitral, alusivo al metro cable, al Cerro el Picacho y a sus relaciones con la religiosidad, el paisaje, la ecología y los habitantes de los barrios beneficiados
  • 34. FIN DE LA PARTE 1
  • 35. EL CERRO DE LAS TRES CRUCES En la actualidad vivo en la Loma de los Bernal. Esta amplia zona del sureste de la ciudad, en el sector de Belén, tiene este nombre debido a sus terrenos faldudos, a modo de loma, que fueron ocupado en su mayor parte por una extensa comuna de familias de apellido Bernal, que tenían hermosas casas-finca. Con el tiempo, casi todas esas propiedades se convirtieron en unidades residenciales, dando lugar a un impresionante desarrollo urbanístico. Nosotros vivimos en una de ellas, un pequeño edificio, producto de un proyecto cooperativo, desde hace 25 años. Desde allí salí a caminar hacia el cerro con mi hijo David. Nos queda cerca este Cerro de las Tres Cruces, actualmente un lugar muy visitado por caminantes y deportistas, que se va a convertir en un nuevo gran parque ecológico de la ciudad.
  • 36. Subiendo por la carretera que lleva a la vereda Manzanillo, partiendo desde el conjunto residencial Aviva en la Loma de los Bernal, hacia el Cerro de las Tres Cruces, entre Belén y Altavista. Abajo se aprecia la gran concentración de nuevas unidades residenciales de la Loma de los Bernal. Por donde pasamos se nota actividad constructora, con atrevidos edificios apoyados en esas laderas desafiantes, en muchos casos de aspecto creativo, e ingeniería y arquitectura seguramente bien hechas, que esperamos que estén, como en esas unidades de la Loma, debidamente certificadas por las curadurías.
  • 37. Tenemos un día despejado. Estamos en las estribaciones de las montañas del suroeste de Medellín, cerca a los límites con Itagüí.
  • 38. En nuestra curiosa ciudad, caminando por las montañas, se encuentran muchas cosas inesperadas, como estas estructuras metálicas coronadas por banderas que invitan a un vuelo escénico en helicóptero, situadas en un sitio que, pienso, pocos visitantes conocen. Al fondo, en las laderas del sureste, el sector del Poblado, densamente cubierto por altos edificios, en el cual viven personas que en general hacen parte de las clases más pudientes de la ciudad.
  • 39. La ciudad se extiende por las montañas desde hace años. En los inicios poblada de fincas y de casas campesinas, situadas a la vera del camino. Poco a poco, van apareciendo calles que cruzan la vía principal, nuevas casas, con terrazas y pisos superiores y edificios, como acá se aprecia.
  • 40. Es evidente la dinámica del crecimiento urbano en estas laderas. Entre rezagos de casas verdaderamente campesinas y algunos pequeños huertos, van pululando las viviendas y se va formando el nuevo barrio. Las quebradas fluyen y bajan por cañadas, ricas todavía en vegetación, como la que se observa en el centro, al fondo.
  • 41. Otra curiosa vista. Se trata de un vivero a la vera del camino, que adorna nuestro paso con un jardín y un huerto sembrado de cebollas, bordeado con un vistoso muro de madera. Y aprovechando el sol del medio día, algún habitante ha extendido su prendas recién lavadas para que se sequen y para que las admiremos al pasar.
  • 42. Alambre de púas No hay mucho ganado por acá, pero la carretera está separada de las propiedades por hileras de alambre espinoso, como aviso y signo de evitar penetrar a los campos, quizás para evitar invasiones urbanas. En los campos se notan plataneras y un majestuoso eucalipto. En la hondonada se extiende el nuevo barrio.
  • 43. Nacimiento Por acá pasa un nacimiento, un hilillo de agua que va a unirse con la quebrada La Guayabala que fluye más abajo en la hondonada. Pasa entre variados matorrales y un hermoso guadual. Nada indica que una ciudad bulle cercana.
  • 44. La ciudad de Medellín tiene una extensa zona rural, que se extiende hacia las montañas que forman el Valle de Aburrá. Esta zona rural está conformada por los denominados corregimientos que son los siguientes: Santa Elena hacia el oriente y Altavista, San Antonio de Prado, San Cristóbal y San Sebastián de Palmitas hacia el occidente. En nuestra ruta hacia el cerro de Las Tres Cruces, dejamos la comuna 16 de Belén y entramos a Altavista, como nos indica el aviso del camino, por la vereda El Jardín. Estamos en cercanías también del Corregimiento de San Antonio de Prado. Las palabras de bienvenida en realidad se palpan en sus gentes, puesto que al pasar por las casas, la gente que está en las puertas o aceras conversando, responde con amabilidad a los saludos corteses que intercambiamos. Es también la vereda un jardín del campo, en los límites de la ciudad de cemento, asfalto y ladrillos que avanza sin pausa.
  • 45. La capital de la montaña Así se conoce a nuestra ciudad de Medellín, con absoluta propiedad. Es esta una tierra de montañas, que dominan el paisaje e imprimen un carácter único a sus habitantes y a sus desarrollos urbanos, que acá se aprecian claramente en la zona sur. Al fondo la zona de El Poblado en las laderas orientales; en primer plano la extensión del Barrio El Rincón hacia las montañas del occidente por las que caminamos. En la parte alta de las montañas que acá se observan, de color azulado, todavía no llega la mancha urbana masivamente, aunque avanza, sin duda, poco a poco, pero sin pausa.
  • 46. Ahora avanzamos por una desvío del camino, que nos lleva hacia la cima del cerro de las Tres Cruces. Disfrutamos de magnificas vistas a la zona sur de la ciudad. El cielo está nublado a lo lejos, pero el paisaje permanece iluminado en nuestras cercanías por un sol bastante fuerte.
  • 47. Las montañas cercanas hacia el suroeste están bastante arborizadas en sus cimas con plantaciones de pinos que de alguna forma señalan un límite al avance del barrio, aunque seguramente la carretera de la izquierda, que serpentea hacia los cultivos forestales, será lugar, en un futuro no muy lejano, de más asentamientos. En cambio, por donde ahora avanzamos, ya es parte de un nuevo parque urbano recientemente adquirido por la ciudad y será un espacio para caminar y disfrutar.
  • 48. En primer plano, el barrio que avanza hacia las cercanas montañas. En segundo plano, se observan en las lejanas montañas del fondo, hacia el sureste, zonas de reserva forestal en las estribaciones del morro de San Miguel, en los municipios de Envigado, Sabaneta y Caldas, este último el más sureño de los del Valle de Aburrá. En ese morro y en ese municipio nace el Río Medellín.
  • 49. A la izquierda, abajo, se aprecia la carretera por donde veníamos subiendo, antes de desviarnos por la que lleva al cerro. Se aprecia a la izquierda la forma en que se van estableciendo unidades residenciales con altos edificios en la zona del suroeste, siguiendo el mismo patrón que ya se ha dado al sureste y que se aprecia al fondo en las estibaciones de las montañas del oriente.
  • 50. A la izquierda, al centro, el aeropuerto Olaya Herrera y las zonas verdes que lo limitan, del cementerio Campos de paz y del Club El Rodeo. En primer plano, los terrenos del cerro de las Tres Cruces,
  • 51. Una pausa en el camino para tomarnos un foto para el recuerdo
  • 52. Esta es la vía que lleva al Cerro. Ya estamos muy cercanos a la cima. Al fondo la vereda del Manzanillo
  • 53. Como bien señala el aviso, “todo va a estar bien”, pues hemos llegado a la cima y a la zona del nuevo parque ecológico de la ciudad luego de una dura caminada que nos ha llevado de los 1.550 a los 1.930 metros. El nuevo parque comprende un área total de 107 hectáreas.
  • 54. De acuerdo a la página del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, la figura describe la forma en que se logró estructurar el negocio de compra de los lotes de los predios del nuevo parque. El Cerro es un lugar de deporte y disfrute no solamente para los habitantes Belén, la Comuna 16, donde vivo, sino para muchas personas de la ciudad. Es impresionante la cantidad de visitantes, caminantes y deportistas que diariamente y especialmente en los fines de semana suben al cerro utilizando caminos labrados en la ladera (algo inseguros y hay que tener cuidado con las caídas). Con seguridad serán adecuados y mejorados a medida que se desarrolle el nuevo parque. En la cima hay un restaurante particular y en el camino sencillos puestos de venta de alimentos y bebidas. Existen dos instalaciones de acondicionamiento físico al aire libre que fueron instaladas por acción de los deportistas que frecuentan el cerro. En la cima del cerro se encuentran tres cruces metálicas sencillas a modo de símbolo de las tres cruces del calvario, que también han sido tradicional lugar de peregrinación.
  • 55. Contemplamos una amplia vista del noroeste del valle con los morros del padre Amaya (con 3.000 m, el más alto de la cordillera occidental del valle) y el de Boquerón, más hacia el norte. Se aprecian las zonas pobladas de las laderas del noroeste, que ya contemplamos desde el Picacho. En el centro, se destaca la gran mancha de las explotaciones de materiales para las ladrilleras del corregimiento de Altavista y a la izquierda, las viviendas del mismo. Por la hondonada adyacente fluye la quebrada Altavista.
  • 56. Ya van apareciendo algunos amueblamientos en los terrenos del parque, a modo de jardines, senderos y sitios para conversar, como estos en la cima del Cerro.
  • 57. Instalaciones de acondicionamiento físico al aire libre en la cima del cerro, que han sido mejoradas. Al fondo el sitio de Tres Morros en la cordillera, cercano al Corregimiento de San Antonio de Prado
  • 58. En una pequeña planicie en la cima del cerro. Al fondo una caseta administrativa del nuevo parque. Se planean 6.500 metros cuadrados entre senderos, balcones, plataformas y zona de avistamiento. Se aprecian algunos de los nuevos árboles sembrados en el cerro, que comprenden especies como balso, algarrobo, guayacán amarillo, nogal, casco de vaca
  • 59. La siembra respetuosa y los nuevos paisajes Cuando contemplo estas imágenes, caigo en cuenta de la variedad de elementos: el caminito de piedras sueltas bordeado por barandas de madera y jardines florecidos; los bancos de madera para descansar, para conversar, para la contemplación creativa del ambiente que se extiende a lo lejos. La enorme ciudad de edificios altos, pintada aquí y allá con manchas verdes y las altas montañas del oriente. En lo alto, el cielo blanco de nubes matizado con tímidos atisbos azules. A la derecha la pérgola de madera y las enredaderas que apenas se atreven a subir por las columnas. Entonces recuerdo mi niñez, en Fredonia, al suroeste, tierra muy montañera, asentada a los pies del Cerro Combia. Y en ella, la calle del Tanque, que terminaba en unos jardines donde estaban los tanques del acueducto. Nosotros a veces nos escapábamos y subíamos al lugar y mirábamos las matas y los senderos. Tal como lo hago en estos mismos momentos. Quizás en esas humildes excursiones de niño recibí en mi mente la siembra de la senda respetuosa que me hace admirar las flores, las matas, los jardines y los senderos.
  • 60. Miren pues esta ciudad, que acá se domina en buena parte de su extensión. En primer plano los matorrales; luego, brillantes, los edificios de la Loma de los Bernal; a continuación, en zona plana, el Barrio Belén; en el centro la línea verde del aeropuerto; a la izquierda, en el centro, la mancha verde del cerro Nutibara y a su derecha, la del cerro de la Asomadera. A la derecha de este, la zona de San Diego y arriba la montaña de Santa Elena. A la izquierda, el centro de la ciudad en la zona plana y detrás de este, en las montañas, los sectores populares del oriente, que casi se extienden hacia lo alto de la cordillera.
  • 61. Se planea construir varios miradores como este. A su lado, una de las tres sencillas cruces que dan su nombre la cerro. En verdad, se trata de una magnífica y muy completa vista de la ciudad y del Valle de Aburrá.
  • 62. Acá se inicia, desde la cima, el sendero que lleva hasta la Loma de los Bernal, cuyos edificios se encuentran en primer plano al pie del cerro. Acá el sendero se insinúa auspicioso y cómodo, entre jardines, con escalones ergonómicos. Pero a la fecha de hoy, enero de 2022, no se ha construido más allá de lo que acá se observa y se convierte en un camino muy inclinado que hay que transitar con cuidado, si se quieren evitar caídas y resbalones.
  • 63. Termina esta visita al Cerro de las Tres Cruces con esta gloriosa mirada a la ciudad, que se desprende, al menos visualmente, de estos matorrales florecidos en las faldas del cerro.
  • 64. FIN DE LA PARTE 2
  • 65. EL PAN DE AZUCAR Es este un punto geográfico que todos los habitantes de la ciudad pueden reconocer, ya que se aprecia fácilmente desde el centro de la ciudad. Quizás muchos recuerden las letras de Coltejer al pie del cerro. Con la ruta de el Metrocable de Miraflores, que sale del Tranvía de Ayacucho, se facilita bastante la visita a este hermoso lugar. Podemos apreciar un panorama poco visto para muchos habitantes de nuestra ciudad, el de las laderas del centro-este, adyacentes a la quebrada Santa Elena. Desde allí se aprecian impresionantes vistas. Como ocurre con los demás metro cables, podemos apreciar la magnitud de las obras que emprende el Metro y sentir mucho orgullo. Ver cómo van evolucionando estos sistemas de metro cables, de cabinas cómodas; de estaciones de elegante diseño y obras de integración con las comunidades vecinas; cuya función es vital para miles de habitantes. Se convierte en una forma de unión de las personas, en una posibilidad real de acercamiento y de contacto. Esta visita la hice con mi hijo David, quien actualmente vive y trabaja en Estados Unidos.
  • 66. Vamos hacia el Cerro Pan de Azúcar, al oriente de la ciudad. Acabamos de llegar a la zona en Metrocable, de Miraflores que termina en la Estación 13 de Noviembre. Subimos y nos encontramos el Ecoparque 13 de Noviembre llamado Jardín, que hace parte del proyectado cinturón verde de la ciudad.
  • 67. Un sendero bastante bien construido, fácil de transitar y bien señalizado, lleva hacia la cima del cerro. Es evidente el buen manejo de las aguas que fluyen montaña abajo, especialmente con las lluvias, para proteger el sendero.
  • 68. Estamos en una de las dos cadenas de montañas que bordean el valle secundario que forma la quebrada Santa Elena, que discurre entre nosotros y las altas montañas que se aprecian a la derecha.
  • 69. Hasta las mismas estribaciones del cerro, que son bastante inclinadas llegan las casas, las terrazas y los asentamientos urbanos, como este y la cancha de basquetbol adyacente, situados al lado del trozo de cinturón verde, desde el cual parte el sendero ecológico que lleva a la cima.
  • 70. Se observa un pequeño tramo del cinturón verde. Es una obra que se ha realizado en algunos tramos, relativamente pequeños. Acá se aprecia que está algo deteriorada Según la Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín, EDU, el Cinturón Verde Metropolitano, es una estrategia de planificación y de intervención integral de largo plazo, para controlar la expansión y consolidar un territorio equilibrado y equitativo en la zona de encuentro entre lo urbano y lo rural, mediante la sumatoria de programas y proyectos de la Alcaldía de Medellín y de los Municipios que conforman el Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Está complementado con la idea del Jardín Circunvalar de Medellín, que es una estrategia de intervención integral del hábitat de corto y mediano plazo, en el marco de tal Cinturón Verde Metropolitano, para mejorar la calidad de vida de los habitantes de Medellín. Pienso que es importante que esta obra sea continuada, y sujeta a conservación y mantenimiento. Las inversiones son grandes, pero en realidad necesarias. Ojalá que las naturales controversias no tengan el efecto de evitar su realización, sino de mejorar el proyecto.
  • 71. Los hermosos rayos solares caen inclinadamente como desprendiéndose de las nubes. En verdad esta es una región bendecida por la belleza del cielo, por las altas montañas y por las formaciones nubosas que cambian continuamente. Las casas de colores y texturas variadas se elevan atrevidas por la montaña, llegando hasta el borde mismo del cinturón verde.
  • 72. Son impresionantes las edificaciones. Las personas aprovechan los espacios y los amplifican hacia las alturas, con plena confianza en la estabilidad de los terrenos, en la calidad de las obras y en su capacidad para resistir sismos y avalanchas. La verdad es que se trata de zonas de alto riesgo, como se ha evidenciado con la tragedia de Villa Tina, un barrio cercano, en el cual, en 1987 un deslizamiento destruyó 70 viviendas del barrio, dando lugar a cerca de 500 víctimas fatales. 20.000 metros cúbicos se desprendieron sobre 1,2 hectáreas , desde la ladera suroriental cercana al Cerro Pan de Azúcar.
  • 73. Mapa de la ciudad, con los cerros tutelares y algunos otros hitos
  • 74. Aula ambiental. Son muchos los esfuerzos que se han hecho para crear conciencia ambiental entre nuestros habitantes
  • 75. El camino hacia la cima está rodeado de abundantes arboledas, con ejemplares muy hermosos. También se han sembrado nuevos árboles, como este yarumo.
  • 76. Se siente orgullo al observar los distintos aspectos del sendero que conduce a la cima. En los tramos inclinados cuenta con cómodas barandas para evitar caídas. Las escalas son amplias y muy ergonómicas, los materiales estables y firmes. Cuenta con iluminación. Las vistas son espectaculares.
  • 77. En el cerro la vegetación es variada, con matorrales y árboles, tanto nativos, como otros foráneos, pero ya muy adaptados a lo nuestro, pinos y cipreses.
  • 78. Aspecto de los canales que conducen las aguas que bajan de la montaña, poco abundantes cuando no hay lluvias. Representación de campesino con carriel y mula.
  • 79. Los árboles que se encuentran en las cercanías del camino, mezcla de especies nativas y foráneas
  • 80. El cielo azul, ligeramente nublado, sirve de marco superior al pico del cerro, que es rocoso en algunos de sus bordes, formando precipicios. En la zona es frecuente que haya pencas de cabuya, como las que se observan en primer plano.
  • 81. Estribaciones del cerro. Y las bellas flores del campo, aquí y allá, adornan el tapete verde con sus colores.
  • 82. Diseño de Viviana Palacio, imagen tomada de https://payload.cargocollective.com/1/8/271277/ 3880585/coltejer_1250.jpg Hace años, cuando no existía el sendero ecológico, subí con mi esposa al cerro, utilizando un camino desde los barrios cercanos, en la época, muy alejados del cerro, como se aprecia en la fotografía de la derecha. En sus estribaciones existía un aviso que se veía desde toda la ciudad, dando publicidad a la empresa Coltejer. Las Letras de COLTEJER desde el aire. Foto del grupo Medellín EsCultural, imagen tomada de https://www.facebook.com/MemoriaVisualDeMedel lin/posts/10156280243626308/
  • 83. Un hermoso árbol, florecido con rojos ramilletes, sirve de marco a esta visión de los barrios del sector de Buenos Aires, un barrio tradicional, que se extendió hacia las laderas sureñas del valle de la quebrada Santa Elena, en forma bastante ordenada, como se nota en los trazos de las calles y de las casas y en la arborización.
  • 84. Cuenta el sendero con algunos miradores situados en forma estratégica, como este, que nos invitan a hacer una pausa en el camino y a apreciar los paisajes. Acá vemos, en la montaña del fondo, el nuevo viaducto que lleva al túnel de oriente, que comunica el valle de Aburrá con el de San Nicolás, en la meseta del oriente cercano. Debajo del viaducto, el crecimiento de la ciudad más arriba del sector de Buenos Aires, atendido en parte por el sistema de tranvía de Ayacucho del Metro.
  • 85. A modo de reminiscencias de las antiguas letras de Coltejer se han colocado estas con el nombre JARDÍN, aplicado al parque que estamos recorriendo. Estas elegantes pencas de cabuya, con sus espigadas flores y sus hojas de tonos rojizos son un verdadero regalo para la vista.
  • 86. Se observa que las laderas cercanas a la cima del cerro son bastante verticales y desprovistas de árboles y matorrales, mostrando cierta tendencia a la erosión
  • 87. Mirada hacia el centro de la ciudad, a la derecha, y del sector de Buenos Aires con su enorme y nuevo Centro Comercial y el trayecto del Tranvía, más a la izquierda. Detrás de él, el barrio de El Salvador, con su cerro, también el cerro de la Asomadera, el Cerro Nutibara, el aeropuerto, el Barrio Belén, el Cerro de las Tres Cruces y las montañas del occidente. En el plano cercano el camino a la cima, la arborización del parque y su sistema de iluminación.
  • 88. Algunos hitos que se observan Tres cruces Centro ciudad Tranvía Salvador Nutibara Asomadera Buenos Aires Centro comercial
  • 90. Ejercicio del sentir Observa algo por ejemplo, ese árbol. Mira detalles diversos, cosas que no habías visto antes. Recorre los límites del objeto, las formas y las fronteras que lo rodean. Ahora, sé ese objeto, sé ese árbol. Experimenta su presencia. Siente que eres esa presencia. Expándete con esa presencia hasta los límites del objeto.
  • 91. Vidas paralelas Se unieron dos, camino y árbol. Decidieron hacerse amigos permanentes. El uno junto al otro, mutuamente. Enlazados por su misma presencia, sin pretextos ni razones para la separación.
  • 92. Huerto Algún atrevido y desconocido pionero ha cultivado un huerto al borde del camino ecológico. Buena idea me parece, combinar todas las formas de agricultura: flores, arbustos, árboles, verduras, cebollas, pencas, todo eso que nace y que nutre. La ciudad se lo merece. Así todos somos ciudadanos respetuosos.
  • 93. Ya nos acercamos a la cima. El camino se vuelve de empedrado, a imitación de los antiguos caminos de los indígenas que habitaron estas tierras hace centenares de años, caminos de los cuales quedan algunos vestigios.
  • 94. El sendero, naturalmente, evita las laderas muy inclinadas y se dirige entre terrenos amables de suaves pendientes, ricos en arboledas y matorrales
  • 95. Estamos muy cercanos a la cima. Al fondo se aprecian las faldas de las montañas en cuyas cimas y en cuya meseta, se encuentra el Parque Arví. Existe un camino que lleva hacia ese parque. Muy cercanos a la cima del cerro que estamos visitando, hay nuevos barrios, y se siente desde aquí la música invasora que algunos de sus habitantes tocan a máximo volumen, quizás sin pensar demasiado en los vecinos que se la tienen que aguantar. ¿Habrá compasión y salida para tales desafortunados oyentes involuntarios?
  • 96. Nos dicen que esta zona hace parte de la reserva forestal protectora del Nare. Bueno saberlo, pero resulta curioso, porque las vertientes que alimentan al Río Nare comienzan después de las montañas del oriente (y no de todas, pues algunas como la de la quebrada Piedras Blancas, desaguan en el Valle de Aburrá)
  • 97. Llegamos a la cima. Está a 2.138 metros sobre el nivel del mar. Allí hay una imagen, de 10 metros de altura, de Nuestra Señora de la Candelaria; patrona de Medellín. Aprovechamos para señalar que además del pino, hay presencia en el cerro de árboles como noro, yarumo, ciprés, acacia japonesa, chucho, uvito de monte, niguito, guayabo arrayán y cola de zorro. Vimos algunos pájaros, entre ellos guacharacas, cardenales y dos hermosos carriquíes de montaña.
  • 98. Virgen Patrona Vigila y protege, a Medellín, la villa gigante, que te tiene por patrona, Virgen de la Candelaria. No es nada fácil cuidar de tanta gente, díscola a veces, pero en genera buena y sincera. Así que ánimo, Virgen de las luces. Te queremos
  • 99. En todo su esplendor, el valle que forma la quebrada Santa Elena al dirigirse desde las cimas del Corregimiento de su nombre al Río Medellín. Nuevos asentamientos urbanos se aprecian. Igualmente se observa la línea del viaducto que va del Túnel Seminario al Túnel de Oriente, construido de tal manera que se han respetado las montañas sin crear grandes taludes que pueden dar orígenes a derrumbes en estas laderas de geología compleja.
  • 100. El valle de la Santa Elena, y sus estribaciones hacia las montañas de las cuales baja la quebrada. Se aprecia al centro, hacia arriba, la carretera que lleva al corregimiento de Santa Elena, y la entrada al Túnel de Oriente, que acorta las distancias desde Medellín hacia el Oriente. Las laderas cercanas al cerro están muy desnudas de árboles y se aprecian erosionables. Probablemente serán invadidas por asentamientos, como los que ya existen en la derecha de la fotografía, en los años que vienen, si no se controlan y regulan.
  • 101. Bueno, acá estamos los tres, contemplando la ciudad y posando: Virgen, padre e hijo. Amenaza lluvia, así que dimos comienzo a nuestro descenso. Al final, no cayó nada que nos perturbara.
  • 102. En verdad, gracias Espíritu Santo. Por tantas cosas. Por esta ciudad tan hermosa, asentada en estas montañas maravillosas. Que quede sellada en piedra esta proclamación.
  • 103. Ya de regreso, advertimos lo cercanos al cerro que están los asentamientos, aprovechando esta zona, que no es demasiado inclinada.
  • 104. En recuerdo de las letras de Coltejer, estas letras que dicen que acá hay un Jardín
  • 105. FIN DE LA PARTE 3
  • 106. EL CERRO NUTIBARA Este es en verdad un punto geográfico que todos los habitantes de la ciudad reconocen de inmediato. Tiene forma de pirámide, recordándonos esas pirámides mayas escondidas entre los árboles de las selvas de Guatemala. Es una verdadera maravilla, un tesoro de esta ciudad de encanto. Con la ruta de Metroplus, y la estación Nutibara, cualquier visitante tiene acceso a este mítico cerro. En mi niñez vivía en el cercano Barrio Belén y con frecuencia bajábamos a caminar en cercanías del aeropuerto Olaya Herrera y subíamos al cerro. Recién casado, muchas veces lo visité con mis niños, atraído por las clases de ecología que allí daban cuando la doctora Yolanda Orozco, a quien conocía en la UPB, era la gerente del cerro. Visitar el Pueblito Paisa, comer chócolo asado, contemplar la vista de 360 grados de la ciudad, elevar cometas en la cima, tomar fotos de la ciudad y tomarse fotos, contemplar los aviones que despegan del cercano aeropuerto, oír como bulle la ciudad, recorrer las esculturas del parque de esculturas, admirar la gran variedad de árboles, siempre serán placeres renovados. Así que con mis hijos David y Ricardo y mis nietos Samuel e Isabela, dimos una vuelta por el cerro, ya hacia el atardecer.
  • 107. El cerro Nutibara es una elevación pequeña, de 80 metros sobre el nivel del río que pasa a su lado. Su cima está a 1.630 m sobre el nivel del mar aproximadamente. Es un importante lugar recreativo y ecológico de la ciudad. Como se aprecia acá, está muy bien arborizado con una buena variedad de árboles, muchos de ellos de gran tamaño.
  • 108. Uno de los más hermosos árboles el cerro es el carbonero, que acá se aprecia bellamente florecido.
  • 109. Flores rojas espectaculares del carbonero. Este árbol y el de flor blanca que aparece en la siguiente fotografía me traen imágenes de mi niñez, ya que eran relativamente abundantes en las mangas del barrio Belén, donde viví de los 6 a los 14 años.
  • 110. Carbonero de flores blancas. Al fondo, en primer plano, se aprecia la subida al alto de las Palmas desde San Diego, que se ha llenado de altos edificios y nuevas unidades residenciales. Al fondo están las montañas de Santa Elena. Al centro, un poco a la izquierda, la mancha verde del Cerro de la Asomadera.
  • 112. Otro de los magníficos árboles que se cargan de flores
  • 113. Un precioso naranjo agrio o un limonero, cargado de frutas.
  • 114. Dos de mis hijos y dos de mis nietos son mis compañeros de viaje. Acá vamos por el sendero peatonal que discurre al lado de la vía de ingreso al cerro. Se trata de un sendero amplio, bien trazado, adecuadamente provisto de barandas. El Cerro Nutibara tiene 33 hectáreas de extensión. Ofrece una espectacular panorámica sobre toda la ciudad. Vamos hacia la cima, donde se encuentra el llamado Pueblito Paisa, una alegoría a los municipios de la Región Paisa (antioqueña) construido en 1977. En el camino nos encontraremos el Teatro al Aire Libre “Carlos Vieco” con una capacidad de 3.800 espectadores,1​ levantado en homenaje al compositor Carlos Vieco Ortiz. También cuenta el cerro con un Parque de las Esculturas, establecido en 1983, con su exposición permanente de esculturas elaboradas por once artistas nacionales e internacionales e instaladas en el entorno natural del cerro.
  • 116. En la cima del cerro, está el Museo de la Ciudad, que cuenta con una excelente maqueta de Medellín, hecha por un grupo de arquitectos.
  • 117. La ciudad y su topografía al alcance de la vista
  • 118. La maqueta y sus autores DISARQ
  • 119. t
  • 120. En el Museo de la Ciudad se estaban exhibiendo fotografías y modelos en diversos materiales de las obras de nuestro gran escultor Rodrigo Arenas Betancourt, quien es de Fredonia, mi pueblo, cuyas obras están presentes en diversos sitios icónicos de la ciudad y del país.
  • 121. Estas que acá se presentan están hechas en resina y estaban en el taller del artista en México
  • 122. Rodrigo Arenas Betancourt Se aproximó el artista al sentir monumental de los símbolos de la tierra colombiana y plasmó con profunda visión y humanidad imágenes que se han quedado en nuestras almas. No tuvo timidez ninguna, ni pretendida pequeñez para esculpir las hazañas y los mitos nacionales. Atrevido se lanzó a las conquistas con altivez llenando los espacios con grandes obras inmortales. Pero la importancia yace también en los detalles y ninguno descuidó, este maestro de los gestos, esculpiendo personajes sentidos, inquietos y vitales. Sentimientos dejó grabados en piedra y en bronce, que reflejan profundas realidades y visionarios sueños, inspirando con encendido espíritu, sorprende y sobrecoge.
  • 123. Mi nieta como escultura
  • 124. Termino este recorrido con estas notas familiares
  • 125. FIN DE LA PARTE 4
  • 126. EL CERRO EL VOLADOR Este es también un punto geográfico que todos los habitantes de la ciudad reconocen de inmediato. Como el Nutibara, tiene forma de pirámide y nos recuerda esas pirámides mayas escondidas entre los árboles de las selvas de Guatemala y Yucatán. Es una maravilla ecológica, un espectacular jardín botánico de 103 hectáreas, abundante en notables árboles y hermosos jardines, con hermosas vistas de 360 grados a toda la ciudad. Allí existe el Parque Natural Regional Metropolitano Cerro El Volador. Como bien señala el Área Metropolitana AMVA, en su página web relativa al cerro, es grande la riqueza de avifauna, y se han registrado unas 100 especies de aves. En nuestra visita ello fue palpable. Los mismo que la riqueza arbórea que reporta medio centenar de especies: tulipán africano, vara santa, ébano, guamo, urapán, pino, casco de vaca, leucaena, madroño, caimito, búcaro, guayacán amarillo y rosado, mango, níspero, mandarino, eucalipto y carbonero, entre otros. Este parque tiene importante valor cultural y social, entre otras cosas por su especial riqueza arqueológica, que llevó que fuera declarado Monumento Nacional en 1993, y Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional en 1998, según el Ministerio de Cultura de Colombia. Como cuenta con excelentes accesos y senderos, hay abundante presencia de visitantes, deportistas, y caminantes como nosotros.
  • 127. Descripción del Parque Regional de El Volador, tomada de la página web del AMVA. Al respecto la entidad cuenta con un completo Plan de Manejo, como instrumento de planeación. Ello muestra la importancia de contar con zonas de reserva y de manejo en nuestra región, dando así lugar a acciones técnicas, diseñadas por personas especializadas, para el disfrute cívico.
  • 128. Siempre agradecen los visitantes estas vallas de instrucciones y de bienvenida, ya que: - Cuentan algo sobre los lugares. - Dan a indicar que se trata de zonas protegidas, cuidadas, administradas y vigiladas. - Crean orgullo y agradecimiento cívico
  • 129. Cuenta el cerro con un amplio parqueadero. Los visitantes deben dejar sus carros y subir caminando hacia la montaña.
  • 130. Bajo la acogida amorosa de un árbol casco de vaca florecido damos inicio a nuestra caminata hacia el cerro. Ahora está muy bien arborizado. Hace 50 años cuando subí con mi entonces novia (que no tenía su cara afeada por el tapabocas del covid) el cerro estaba cubierto por mangas, con pocos árboles. Luego, con el impulso de la profesora Gladys Vélez de la Universidad Nacional, en los años 80 se plantaron eucaliptos. Todo ello contribuyó a crear capas vegetales y a establecer gran abundancia de árboles.
  • 131. Las flores del casco de vaca se asemejan a orquídeas. Son una maravilloso regalo para la vista. Regalo que recibe el caminante si se detiene, observador. Miren esos tonos rosa, esos pétalos que forman una mano abierta a modo de corona, como homenaje para el majestuoso conjunto central. Y contemplen esas hojas simétricas y elegantes, tan particulares.
  • 132. Tonos verdes y formas Es el verde el más hermoso y significativo de los colores que adornan nuestras montañas. Millones de hojas forman conjuntos de tonos variados, oscuros y claros, amarillentos y azulados, dejando que se luzca la luz con infinitas sobras y brillos. Aquí y allá las flores exhiben su belleza en medio del follaje, mientras que los troncos y las ramas dan atrevida estructura que se entrelaza en equilibrada confusión de formas.
  • 133. Cuadro de maravillas Un pintor desconocido ha elaborado este cuadro. Detengo mi marcha y caigo en cuenta de esos trazos preciosos, de esa profundidad, de esos planos que se repiten, uno detrás del otro, a base de verdes, de sombras y de vida vibrante. Nada sobra, nada falta, es total el acierto de este artista natural. Yo lo declaro perfecto y agradezco a mis ojos y mi cerebro que lo pueden contemplar.
  • 134. La cañabrava Airosa esta caña, tan propia de nuestras regiones, que se eleva apretujada, coronada por espigas. Me trae recuerdos de mi niñez en el Barrio Belén Altavista y Aguas Frías. De los nervios centrales de sus hojas sacábamos los costillares, en estrella de las cometas y de sus espigas se sacaba material para elaborar las grandes cometas, llamadas mesas, en las cuales era experto uno de mis primos, Darío Ángel, el “hombre de las cometas” Sus brotes son también comestibles, aunque poco se aprovechan.
  • 135. El verde tapiz Se cubren las laderas del cerro de un verde tapiz no exento de elegante belleza. Acá los árboles dejan pasar la luz y ello da lugar a hermosas tonalidades. Esta es una finca de la ciudad, que todos podemos contemplar y disfrutar, simplemente dándonos unos minutos de atención; de esa que es buena para nosotros mismos, a modo de meditación que descansa la mente y el alma y eleva todo hacia el espíritu. Este tapiz, a modo de mágica alfombra voladora, nos lleva hacia allá.
  • 136. Bosque urbano Desde este bosque se contribuye a embellecer y a cuidar el ambiente de nuestra ciudad. Los árboles, los matorrales, los suelos, los seres vivos que por acá pululan, en forma silenciosa y efectiva trabajan sin descanso. Les permitimos vivir y ellos ayudan a que podamos vivir también. Y cuando caminamos por estos senderos y nos dejamos embrujar por su magia, crecemos y evolucionamos.
  • 137. Medellín enmarcado ¿Qué mejor marco para esta verde ciudad que este que ofrecen los árboles y el tupido bosquecillo? Desde esta ventana vemos el centro de la ciudad y al fondo el cerro del Pan de Azúcar, en perfecta simetría. Cualquiera puede acercarse acá y admirar estos paisajes, dejándose llevar de la poesía, de las luces, de la sinfonía y sus compases armónicos y melodiosos, para gustar, para enamorarse.
  • 138. La hermosa ciudad Si aprendemos a mirar a nuestra ciudad enmarcada en la belleza, se verá atractiva y hermosa. Está en nuestras miradas construir puntos de vista que den realce a lo que vemos. Con mirada de artista, somos pintores, escultores y cultores de la estética. Con oído musical, escuchamos los sonidos encantados. Con pensamientos creativos y enamorados, construimos un mundo mejor.
  • 139. Diversidad No hay que crear divisiones. Es mejor animar las uniones. Nativos carboneros, de flores rojas y blancas. Altivos eucaliptos, de esencias puras y refrescantes. Es la belleza universal, la abundante diversidad.
  • 140. Compañeros del sendero El duro cemento y el grisoso pavimento, tan necesarios para caminar con comodidad, se suavizan y se adornan con estas hileras de árboles; en el inicio, pequeños y débiles; luego poderosos y extendidos, dan gloriosas sombras a los caminos y se vuelven refrescantes compañeros.
  • 141. El futuro Una cariñosa y sonriente mujer, que cree en un mundo mejor, en avanzado embarazo y a punto de concebir, traerá a esta tierra un niño, con la amorosa bendición de su joven esposo. La abuela, ya madre experta, sabe que es cosa buena alentar la vida; y el abuelo fotógrafo y escritor cronista deja acá testimonio de esos instantes que serán recordados por el nuevo nieto, quién sabe cuándo, quién sabe cómo. Éste árbol de balso es testigo, a la orilla del camino.
  • 143. Abundancia Si fuéramos a contar las formas que acá aparecen, delineando cada borde de cada hoja, cada pétalo de cada flor, cada ramillete, tendríamos una tarea inmensa. Pero no es necesario. Basta con un pequeño ejercicio de dos o tres minutos para recorrer algunas formas y dejar así que el mundo se vaya iluminando, para que nuestra mente se vaya calmando, para sentir que la trascendencia nos invade con esa abundancia de formas creativas naturales.
  • 144. Proclama Diariamente este balso dibuja un poderoso relato de vida, abierto hacia el cielo azul, en contraste alucinante. Es una proclama continua que derrota la criminal maldad de los que afean la tierra con su menosprecio y su insensibilidad orgullosa, ignorante e indiferente. Es una declaración rendida y agradecida al espíritu creador que ha extendido la belleza por la tierra entera. A ella me uno con mis palabras apreciativas.
  • 145. Caminos Un precioso soto rodea la cañada, a modo de camino de las aguas que descienden suavemente. Muy cerca, un baja un sendero a modo de camino ecológico, para que el visitante conozca algún sitio de interés. Son los caminos del agua y de la gente.
  • 146. En verdad es hermoso esta planta, similar al llamado arbusto de las mariposas. Hay que imaginar que es muy atractivo para los insectos, que son muy abundantes en el cerro
  • 147. Guásimo (49) Alma negra (2) Aguacatillo (3) Chiminango (2) Pino romerón (2) Salvia (4) Velero (4) Suribio (5) Galería con algunos árboles del cerro (nombres y cantidades tomadas del Plan de Manejo del Volador - AMVA). Fotos del internet, algunas de la EIA
  • 148. Peine de mono (2) Escobillón rojo (5) Abarco (20) Cagüí (almendrón) (1) Uvito de monte (1) Icaco (1) Chagualo (1) Mestizo (1) Iguano, Loro (1) Choiba (1)
  • 149. Bautizando árboles Este hermoso árbol, creo que es un choiba en crecimiento, se destaca de inmediato y llama nuestra atención. Al final, creo que poco importa el nombre, ya que pudiéramos bautizarlo como deseemos. Así que le daré cuatro nombres: Rosa fina (por ese color rosado delicado) Emanación danzante (por ese ágil movimiento) Capullo rosado (por esas eflorescencias rosa) Rosa coqueta (por ese rosa que te atrae)
  • 150. Se Miren pues que delicada belleza la de estas flores, abundantes, atrevidas, que se extienden para ser contempladas.
  • 151. Creo que este es un árbol yaca, nanca, nanjea​ o panapén, perteneciente a la familia de las moráceas, originario de Indonesia, o de la India, que produce la fruta nacional de Bangladés y de Indonesia y que tiene similitudes con el árbol del pan. Este es un ejemplar pequeño, ya que puede crecer bastante. El interior de la fruta es amarillo-naranja de mango. Da un jugo, que recuerda a la mezcla de mango con naranja, pero en realidad se dice que tiene el sabor de todas las frutas. Foto Wikipedia
  • 152. Descanso Bien diseñado está el parque, con sitios agradables en los cuales podemos descansar y conversar, cayendo en cuenta en grupo de los detalles del paseo. Se agradece a los que cuidan la ciudad y la embellecen con sus diseños. Acá con mi esposa, mi joven nuera y el niño que viene.
  • 153. Ramajes Se entrelazan las ramas en intrincada red. Entre ellas se alcanzan a ver atisbos de los edificios de la zona del estadio. Todos estos son diseños del sol, del suelo, de los vientos y las aguas. Se los ha dejado sueltos, para que se muevan los elementos con libertad. Se genera un aparente desorden de color marrón ya que dominan los troncos y las ramas.
  • 154. Paisaje y arquitectura Hemos llegado a la vía que da la vuelta a la parte alta del cerro. Posee agradables vías, parajes y espacios, de diseño cuidadoso que invita a la contemplación de la naturaleza, con presencia de jardines y de sitios para descansar y conversar. Es una vía peatonal, enteramente entre árboles, de modo que apenas si se contempla a lo lejos la ciudad.
  • 155. Al fondo, detrás de los árboles, a veces se deja ver la ciudad.
  • 156. Paleta de colores Están acá todos los tonos del verde, que es el color central del espectro luminoso, en el cual todo confluye. En verdad hay belleza en cada espacio. En verdad se combinan las formas con armonía y respeto, dando sensación de serena presencia.
  • 157. Invitación La ciudad invita al disfrute de sus espacios y a caminar. Está en todos prestar atención, cuidar y apreciar. Cada detalle está puesto para caer en cuenta. El adoquín, la iluminación, el muro de piedra adoquinada, el sendero, las bancas, la combinación de colores y de formas. Y los árboles, razón suficiente para aceptar tan agradable propuesta.
  • 158. La ciudad bendecida Estamos en la ciudad de la eterna primavera, decían cuando estaba pequeño. Quedó resonando en mis memorias que la primavera es hermosa, florida, de cielos azules y clima fresco. Como nuestra hermosa ciudad. Quedó resonando la idea de que esta es una ciudad bendecida por el creador, que juntó cielos, montañas, quebradas, árboles y gente buena. Gente que la cuida, que quiere y la diseña.
  • 159. Gente buena En verdad, esta una ciudad de gentes buenas que disfrutan y que sonríen, llenas de esperanza; que agradecen y que trabajan. Como nosotros, los que recorremos los espacios y admiramos los paisajes y sentimos cercanía con el diseño y los ambientes. Ojalá que haya cuidado, presencia amorosa y sentido de pertenencia en todos los habitantes y los visitantes de esta amable ciudad.
  • 160.
  • 161. Caminantes de la vida Estos dos han recorrido en todos sus años juntos los cerros y los caminos de la ciudad. Abundan los bellos recuerdos en sus cuerpos y en sus mentes, y ello ha conferido vida a sus días y energía a sus espíritus. La sonrisa no es fingida ni fotogénica. Y el brillo de sus gestos no es mero reflejo del sol. Es el producto del camino de la vida.
  • 162. El marco es hermoso. El árbol está acosado por las invasiones de estas plantas (¿epífitas?) que viven en sus ramas. Me parece que absorben nutrientes y que de alguna manera bloquean la luz solar afectando la fotosíntesis del árbol y reduciendo su crecimiento. En algunos casos las ramas ocupadas mueren aunque el árbol subsiste, creciendo menos.
  • 163. El ecosistema Una caminata acompañada de cierta paciencia y de algún grado de observación nos permite acercarnos a los misterios de los ecosistemas. Advertimos: La variedad, manifestada en la diversidad de formas, alturas, áreas, colores y organismos. La competencia por el suelo, por la luz, por la apariencia y la permanencia, que hace que cada organismos esté en su nicho particular. El refuerzo mutuo entre los elementos: suelos, aire, aguas, vida, organismos.
  • 164. El mejor de las ejercicios Caminar es una maravillosa oportunidad para ejercitar el cuerpo, la mente y el espíritu. Se mueven los músculos, los ojos, los pulmones, la circulación, la linfa y los bioquímicos del cuerpo. Giran y circulan los pensamientos a medida que la mente observa, examina, compara, recuerda y proyecta. Se equilibran las emociones y se ennoblecen los sentimientos. Se elevan el ser y el alma, creativamente estimulados por la imaginación y la observación.
  • 165. Los ciclos Un árbol muere, sin hojas, otro crece vigoroso. Las especies se riegan por el mundo. Acá un mango, planta asiática, crece y da frutos. Las personas visitan, observa, aprenden y crecen. Ello se transmite y hace parte de la vida de cada uno.
  • 166. Interacción Las personas hacen parte importante de estos espacios: Con sus impuestos financian el cuidado. Con su tecnología siembran y cuidan; construyen y diseñan. Con su presencia visitan, aprecian, cuidan, divulgan, crecen y evolucionan.
  • 167. Portadas y caminos De la vía periférica se desprenden dos caminos con escalas para subir a la cima. Son otros de los atractivos del parque y tienen elegante diseño.
  • 168. La ciudad en 360 grados Esta beneficiada esta ciudad de montaña de varios notables observatorios. Uno de ellos es este cerro de El Volador. Desde ellos podemos apreciar cómo evoluciona la ciudad, cómo crece, cómo se desarrollan las distintas laderas, cómo se va perdiendo la mancha verde a medida que avanza la marcha urbana. Este es un laboratorio de observación para sus habitantes, para los que la estudian, para sus gobernantes. De ello todos deben sacar conclusiones, proyecciones, historias, memorias, historia viva.
  • 169. El necesario cinturón verde En estas vistas se aprecia claramente como va creciendo la mancha urbana. Hay que preguntarse si lo conveniente es que llegue lo urbano hasta las cimas de las montañas, lo cual implica complejas infraestructuras de servicios, de transporte, de integración, además de una lamentable pérdida de espacios naturales, de reservas y de zonas de alivio para las presiones de la vida ciudadana. Creo que hay que actuar, invertir en la compra de las tierras de los cerros, creando parques, vías perimetrales, controles y límites a la expansión.
  • 170. La mancha verde Desde el cerro de El Volador se desprende una notable zona verde en la cual se combinan, de forma elegante, servicios urbanos con árboles, jardines y centros culturales. Ello incluye el Volador, la Universidad Nacional, la cuenca de la Iguaná, la Universidad de Antioquia, el Jardín Botánico, el Parque Norte, el Parque Explora. El Metro cruza estas zonas. Sería de impacto especial y futurista aprovechar las cuencas de las quebradas para mantener y estimular corredores verdes que se extiendan hacia las montañas.
  • 171. Sí se puede De alguna manera la ciudad fue capaz de reservar estos espacios verdes, que acá se ven y que se extienden hacia las zonas pobladas. ¿Por qué no proyectar hacia el futuro, de manera atrevida, invirtiendo en la compra de terrenos que rodean las quebradas y el río y recuperando todas estas vertientes? Con seguridad que se pueden convocar las voluntades de los habitantes, de los empresarios, de las universidades y de las fuerzas cívicas en esta dirección.
  • 172. La inestabilidad En estos climas nuestros, en los cuales son abundantes y variables en intensidad y en ocurrencia las lluvias y dado que los suelos montañosos tienen estructuras heterogéneas y sueltas, es frecuente la instabilidad en los taludes, aún en sitios como este, que no parecieran ser muy inclinados y desprovistos de capas vegetales. Creo que es importante aprovechar las montañas cercanas a la ciudad para experimentar con diversas técnicas de estabilización y de recuperación taludes y suelos problemáticos.
  • 173. Pérgolas y jardines Hay que pensar que todo terreno es un jardín y que todo espacio es una oportunidad para que haya flores y para destacar los colores y las formas naturales, adaptadas por el hombre y sus diseños, creando armonía, belleza, simetrías, diseños, novedad, contraste y espacios para dibujar, conversar y fotografiar. Todo toma tiempo, pero hay que empezar y avanzar. Eventualmente todo terreno será un jardín.
  • 175. Colibríes Esas veloces vibraciones, esa respiración vivaz, esos inquietos movimientos no dejan de asombrar. Es tan pequeña la avecilla, y tan sorprendentes sus talentos que nos llevan a pensar que la mano de Dios guía sus vuelos. Otros ven en ello simples mecanismos, los aciertos de un azar inevitable, que han diseñado el vuelo mágico, así que nadie es de ello responsable. Yo en cambio veo diseño creativo, un enorme poder allí escondido, un designio superior maravilloso un creador divino en todo poderoso.
  • 176. Se ve lo que se ve, lo que se quiera ver, lo que pudiera ser.
  • 177. Se aprecian intentos de cultivar jardines en las laderas, lo cual implica cuidado constante y algunas obras. Nada fácil. En estas tierras nuestras, inclinadas, sueltas y lluviosas, pululan amenazas de derrumbes
  • 178. Nudos y formas Nos encontramos, en las sendas de la vida, complicadas cosas y también otras sencillas. Árboles que crecen rectos de perfecta simetría, otros de troncos nudosos y enredadas armonías Todo tiene origen en las raíces, escondidas en la tierra, extendidas, pacientes y aferradas, oculto sustento de lo que aflora. Lo que ha crecido, ahí está, para todo hay razones, profundas ideas y emociones, desafíos para observar y aceptar
  • 179. Encantos inesperados En todas mis caminatas nunca había ensayado la idea de hacer un alto en el recorrido, para sentarse, sacar un libro de lectura agradable y proceder a leerlo en grupo, dejando que las cadencias del lector animen la historia, dejando que la atención de la escucha llene de imágenes el momento. Una inesperada sinergia se crea, una oportunidad para leer bien, para sentir al autor, al lector, a la historia y al agradable sitio que nos acompaña
  • 180. La polinización Hay cosas que pasan diariamente, inadvertidamente, importantes, necesarias, vitales. Una de ellas es la reproducción de las plantas naturales, algo que damos por sentado, que no nos desvela y que se basa en el transporte del polen. Repasemos y caigamos en cuenta. Las abejas transportan el polen en su inquietas patas; las moscas, que menospreciamos, transportan polen de flores de olores extraños; los colibríes, en busca de los almíbares mueven polen; el viento y el agua lo transportan también, como lo hacen otros insectos, como los escarabajos y las mariposas. Todos estos son servicios ecosistémicos que se agradecen.
  • 181. Cuenta el parque con un sitio especial para estudiar, cultivas y cuidar plantas, con posibilidades didácticas que vale la pena poner en uso y divulgar, para crear mayor conciencia y cultura cívica.
  • 182. Curiosidades Nos encontramos un hotel para abejas, un jardín adornado con formas extrañas y un mandarino repleto de frutas maduras. Estamos a punto de terminar nuestro recorrido por la vía perimetral y nos disponemos a subir a la cima por uno de los dos senderos existentes. Hay que destacar a aquellos que diseñan estas amenidades que animan el viaje, que nos hacen pensar en que este parque es un hogar que alguien cuida con amor.
  • 183. Las mariposas Abundan las mariposas en el cerro. Con frecuencia las vimos de flor en flor. Recordamos nuestra niñez en las mangas del Barrio Belén. Eran tantas que se quedaron en la memoria. Ya no es así en esos barrios, tan urbanizados. Alguien quiso dejar una huella en el terreno, como homenaje a estos seres inquietos y útiles, trazando un jardín en forma de mariposa, en un claro del terreno rodeado de árboles.
  • 184. Estamos en la terraza de un pequeño museo donde se exhibe la tumba de una niña indígena encontrada en los enterramientos de la zona, que es parque arqueológico. Los sitios, situados en la cima, no están abiertos a los visitantes. Creo que los debieran abrir.
  • 185. Vamos subiendo a la cima por un camino en aceptable estado, pero que se nota algo descuidado.
  • 186. Estos dos jóvenes a la izquierda van acumulando senderos. Con esta jovencita de la derecha he caminado muchas veces. Es caminar el mayor de los placeres sencillos que dos que se quieren pueden gozar.
  • 187. La cima Llegar a lo alto de la cima es inolvidable. Se siente el gusto por la conquista, sea de humilde cerro o de meritorio pico montañero; se puede contemplar el paisaje que se abre y que se extiende a lo lejos; se siente el aire y se disfruta el momento de descanso, ese reposo merecido que se agradece; no deja de experimentarse una sensación de plenitud. Y también se puede proclamar en las alturas, aunque sea en silencio interior, la gloria del Señor creador de montañas y valles.
  • 188. El momento de los árboles Es este el momento que dedicamos a los árboles, perfectamente enfocados en el primer plano. La ciudad, a lo lejos, ha perdido foco.
  • 189. Fin de esta crónica Nos sentamos a conversar aprovechando el desnivel del terreno y el ambiente sombreado que refresca la cima del cerro. Ha sido muy agradable no solamente nuestro paseo, sino también escribir esta crónica, que espero que sea de su agrado. Con ella los invitamos a recorrer los hermosos sitios de esta preciosa ciudad, disfrutando con la familia y con los amigos.
  • 190. Regalo de flores para mis lectores
  • 191.
  • 192. Muchas gracias por su amable atención Enrique Posada Restrepo eposadar@yahoo.com