Este documento resume un viaje al departamento del Huila en Colombia. Resume la historia y datos del departamento, incluyendo su capital, población, economía y origen del nombre "Huila". Describe la cultura precolombina de San Agustín y los sitios arqueológicos visitados como El Tablón y La Chaquira. Finalmente, resume las experiencias del viaje incluyendo visitas a los parques arqueológicos, paisajes naturales y cultivos de la región.
Comentarios de la SAI al borrador de proyecto de ley Plan Nacional de Desarro...
Cronica del huila parte 2 san agustin
1. CRÓNICA DE UN VIAJE AL
SUR DE COLOMBIA
HUILA
Parte 2 – San Agustín
ENRIQUE POSADA RESTREPO
Mayo de 2020
2. DEPARTAMENTO DEL HUILA
Algunos datos del departamento
Capital Neiva
Tiene 37 municipios
Superficie: 19.890 km²
Un 1,74 % de la extensión del país
Población (2019): 1 211 163 habitantes
Un 2,4 % del total de país
Densidad: 60,9 habitantes/km²
PIB Total: US$ 5.253 millones
PIB per cápita: US$ 4,388
Su economía genera el 1.74 % del PIB
colombiano
El profesor Gerardo Reichel Dolmatoff, menciona que la palabra huila es de origen
quechua y significa naranja. Otros dicen que viene de la lengua Páez, y que
significa montaña luminosa. Yo me quedo con esta última versión.
En el departamento está el Nevado del Huila.
A los del Huila se les dice opitas, vocablo probablemente derivado del uso
tradicional, en algunas zonas del departamento, de la expresión “opa” para saludar.
3. Algo sobre el Huila (1)
Esta es la región colombiana más estudiada con respecto a la
antigüedad precolombina, debido a los hallazgos arqueológicos.
Esta época se ha dividido en tres períodos: El Formativo, hasta el
siglo I AC, el Clásico Regional, hasta el siglo VIII DC, durante el cual
se desarrolló la cultura San Agustín. El Período Reciente abarca
desde el siglo VIII hasta la llegada de los españoles, con la presencia
de los grupos yalcones, paeces y pijaos.
4. Algo sobre el Huila (2)
La cultura de San Agustín tuvo su desarrollo entre 1000 AC y 1650
DC. La UNESCO, en 1995, designó a los parques arqueológicos de
San Agustín, Alto de Los Ídolos y Alto de Las Piedras como
Patrimonio Cultural de la Humanidad
5. Algo sobre el Huila (3)
Los españoles llegaron al alto Magdalena desde el occidente bajo el comando de Sebastián de
Belalcázar; otros lo hicieron bajo Gonzalo Jiménez de Quesada desde el norte; los aborígenes
lucharon para defender su territorio. Ha llegado hasta nosotros la historia de la contienda que
sostuvo contra el conquistador Pedro de Añasco, la Cacica Gaitana. Añasco capturó a
Timanco, su hijo y lo quemó vivo. La Gaitana venció al español, le sacó los ojos y lo expuso
ante el pueblo. A pesar de las numerosas luchas que siguieron, los grupos indígenas del Huila
fueron vencidos. El territorio hizo parte de la provincia de Popayán hasta 1610, en el cual se
creó la provincia de Neiva.
6. Algo sobre el Huila (4)
Hacia finales del siglo XVIII la provincia de Neiva contaba con las poblaciones de Neiva,
Timaná, La Plata y Purificación. Proclamó su independencia el 8 de febrero de 1814, y fue
estado libre hasta 1816, cuando los españoles retomaron el control. Luego del logro de la
independencia nacional, el territorio huilense hizo parte del departamento de Cundinamarca
en la Gran Colombia, hasta 1831, cuando se convirtió en la provincia de Neiva de la República
de la Nueva Granada. En 1857 hizo parte del Estado de Cundinamarca y en 1861 del Estado
del Tolima, en los Estados Unidos de Colombia. Su creación como departamento del Huila de
la República de Colombia, data del año 1905.
7. Algo sobre el Huila (5)
El Huila es rico en aguas, especialmente por la cuenca alta del río Magdalena y sus
afluentes que bajan de las cordilleras Central y Oriental. El río Magdalena, nace en los
límites con el Cauca en la laguna de La Magdalena del páramo de Las Papas en el Gran
Macizo Colombiano. En el Huila recibe los ríos Patá, Cabrera, Villavieja, Aipe,
Fortalecillas, Baché, Las Ceibas; San Francisco, Neiva, Iquira, Blanco, Frío, Yaguará;
Guachicas, Guarapas, Mazamorras, La Plata, Suaza. Existen dos represas en el río. La de
Betania, con una superficie de 70 Km2 y capacidad de 540 megavatios y la del Quimbo
con un área de 85 Km2 y capacidad de 440 megavatios.
8. Algo sobre el Huila (6)
El Huila es muy rico en ecosistemas. Cuenta con los parques nacionales naturales
Puracé, Cueva de los Guácharos, Nevado del Huila, Churumbelos y Sumapaz; la zona
amortiguadora del PNN Cordillera de los Picachos y zonas de transición andino
amazónica; con ecosistemas regionales como la sierra de las Minas, la serranía de las
Nieves, la serranía de Peñas Blancas, el cerro páramo de Miraflores, el valle del río
Cabrera, la laguna del Juncal y el desierto de la Tatacoa. En total son 6120 Km2 de áreas
protegidas, un 32 % del área del departamento.
9. Recorrido de nuestro viaje
En total estuvimos de viaje durante 8 días, recorrimos 2064 km
Buena parte del viaje recorrió el río Magdalena pasando por los departamentos de Antioquia,
Boyacá, Caldas, Cundinamarca, Tolima y Huila
Salimos de Medellín, en la cordillera central. Bajamos al Río Magdalena y lo seguimos hasta el
Huila. Subimos a San Agustín, en la cordillera central, estuvimos en las estribaciones del Gran
Macizo Colombiano, donde nace el río Magdalena y surgen las tres cordilleras de los Andes de
Colombia. Atravesamos la cordillera oriental para llegar a Florencia, la capital del Caquetá, en
la Amazonía. De allí regresamos a Medellín, no sin antes visitar en Garzón a nuestro primo
Enrique Ángel y a su familia.
19. San Agustín e Isnos constituyen una rica zona arqueológica, ecológica, agrícola, turística y
paisajística, cuyo lugar más destacado es el Parque Arqueológico de San Agustín. Se resaltan los
lugares que visitamos en nuestra estadía
20. El Parque Arqueológico de San Agustín es
todo un tesoro.
Las culturas que habitaron la zona dejaron gran
cantidad de estatuas y de huellas antropológica y
arqueológicas que se han ido descubriendo,
sistematizando y organizando para que los
visitantes y los estudiosos puedan acercarse al
esplendor de unos tiempos idos y olvidados por
muchos años.
El museo del parque está a la altura de los
grandes museos de sitio del mundo, rico en salas,
presentadas y explicadas con mucho cariño, rigor
investigativo y belleza.
El parque se recorre, como se aprecia en el mapa,
en un ambiente espectacular, con senderos
ecológicos, ricos en árboles y flores, caminos
cómodos y amplios, todo muy bien señalizado y
muy bien cuidado. Se siente orgullo al recorrerlo.
21. Es bueno ponerse en contexto histórico al recorrer los sitios arqueológicos de la zona de
San Agustín, cuyas primeras huellas del período arcaico datan del 3300 al 1100 AC; del
formativo hasta el 200 AC y el clásico desde el 200 AC al 700 DC. Los habitantes de la
zona a la llegada de los españoles eran los Yalcones.
22. Visita a El Tablón – La Chaquira
A 2 kilómetros de San Agustín, desviándose de la vía hacia Obando se encuentra la vía
hacia estos dos lugares
En el Tablón hay una zona a cargo del INSTITUTO COLOMBIANO DE
ANTROPOLOGÍA E HISTORIA, ICNH. En ella se encuentran cinco estatuas, de las
11 encontradas en la zona, la mayor parte trasladadas para garantizar su conservación.
Entre las estatuas que allí se encuentran, resalta una de 2.2 metros de altura cuyos
ornamentos dan cuenta del nivel técnico y estético de los talladores.
En el Tablón hay un museo privado, muy bien atendido y que vale la pena visitar
Siguiendo por la desviación, se llega al sitio de La Chaquira, que está constituido por
un conjunto de rocas, algunas de ellas talladas con rostros y cuerpos.
Se tiene una vista espectacular sobre el cañón del río Magdalena con varias cascadas.
Se accede por un sendero bien trazado, que se convierte en escalones cómodos y
seguros. Se destaca la escultura tallada sobre la piedra denominada la Chaquira
24. Personaje
No sabemos
su nombre
ni su cargo.
Ojos abiertos
nariguera
distinguida.
Anudado lazo
en la espalda,
faldón abajo
Sus manos
en un pectoral
apoyadas.
Elegante
su porte y
su sombrero
27. Hermosa mata de borrachero en el patio del museo en El Tablón
28. Objetos de la historia y la vida diaria de esta región exhibidos en el museo en El Tablón
29. Tres flautas
La primera
es melodía.
Suena plena,
distinguida.
Es armoniosa
la segunda
menos vistosa
y más profunda.
La tercera
complementa
a las primeras
sonando alterna.
En total las tres
son una sola
unidas a la vez
con voz preciosa.
30. Alambique, joven dama y tapetusa
Producir licores y aguardientes;
guardarlos como tesoros con elegancia
ha sido tradición permanente
desde los tiempos del diluvio universal,
nos dice esta joven dama
de distinguido porte y sonrisa que subyuga
mientras lleva en sus manos
grácil calabaza con tapa de tusa.
31. Miren bien. Nos es por nada ni por nada. Pero ¿Tantos orbes en una zona como esta?
35. Un joven artesano nos
demuestra cómo fabrica
manillas, pulseras y collares de
cuentas de chaquira mediante
el uso de cartas de la baraja
para ir alternando los hilos y
elaborando los distintos
diseños
48. Han soportado estas esculturas de piedra el paso de los años. Pero es evidente que los
elementos del clima, el liquen y los crecimientos de hongos y musgos que se asientan sobre las
rocas van afectando su forma y su estabilidad.
50. La presencia sanadora
Tallada en roca hay una presencia
que mira al oriente, abiertas sus manos
con redondos ojos, siempre despierta
vigilante, observa los ciclos humanos.
Desde las laderas de la alta montaña
atestigua el paso del río ancestral
bendiciendo con su callada magia
las aguas nutricias sin descansar.
Sus manos abiertas son invocación
oración que se eleva hacia los cielos
para que abunden la lluvia y el amor.
Con este gesto los antiguos chamanes
aprendieron a sanar dolores y duelos.
Con manos abiertas curemos los males
51. Hay una tradición de artesanos que elaboran estatuas. Se te pueden aparecer en cualquier
recodo del camino. Quizás fue así en antiguos tiempos.
52. Ya saliendo de la zona del Tablón, una hermosa vista de la región
53. Visita al estrecho del Río Magdalena
Discurriendo en un paisaje de gran belleza natural el río Magdalena pasa entre las
rocas, formándose un estrecho canal de 1,70 metros de ancho. Dependiendo de la
época del año, el río pasa con distintos grados de turbulencia y de turbidez. En nuestra
visita se apreciaba bastante limpio, de manera que pudimos descalzarnos y remojar
nuestros pies en las orillas del remanso que se forma luego del estrecho, obviamente
con las máximas precauciones. Según las varias historias que nos contaron los
vendedores de la zona, hay bastante peligro en el estrecho y más de una persona ha
perdido su vida allí.
Dice un artículo en El Tiempo que “muchos tienen la osadía de saltarse el río y
pierden el equilibrio. Las corrientes subterráneas de unos 70 kilómetros por hora
succionan y no hay forma de soltarse. Según los policías de turismo que llevan mucho
tiempo aquí se conocen unos 25 casos de ahogados en los últimos años”
Para nosotros que no somos de aventuras extremas, lo que nos arrastra es la emoción
de estar en un punto donde nuestro gran río se deja apreciar en todo su esplendor,
permitiendo la unión íntima de las cordilleras central y oriental, sin que ningún
extenso valle se interponga entre las dos.
54. Bajando por la carretera. Al fondo se aprecia el puente que cruza el río.
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58. Lo más estrecho del estrecho, entre rocas labradas al paso del río y del tiempo.
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67. Recuerdos del futuro
Por allá a mediados de los años 70 del
siglo pasado estuve con Luz Alba
visitando el estrecho del río Magdalena.
Eran los comienzos de nuestra vida de
pareja y no alcanzamos a tener la
dimensión de cuánto crecería nuestra
familia y de que algún día estaría con
algunos de mis hijos y mis nietos Samuel
e Isabel recorriendo de nuevo estos
paisajes, que desde entonces se quedaron
en mi mente.
Quizás algún día, dentro de 40 o 50 años,
estos nietos estarán con sus propias
familias, recorriendo de nuevo estos
paisajes, que con seguridad se quedarán
en sus jóvenes mentes. Así vamos tejiendo
a través de las generaciones los recuerdos
del futuro.
68. Los cambios en la fotografía
Recuerdo las fotografías que tomé en mi
viaje a San Agustín hace casi 50 años. Tenía
una cámara Olimpus Pen que cargué con
rollos de fotografía en blanco negro. Cada
rollo me daba para 48 fotografías; creo que
llevé unos dos o de pronto tres. Acá les
compartiré algunas de esas fotos.
Son grandes los cambios que han ocurrido.
Esta es la época de los celulares equipados
con potentes cámaras y cada uno de los
viajeros, incluyendo los niños, tomó sus
fotos, según le placiera. Nada de aquellos
cuidados antiguos, en los cuales cada foto
era sagrada y escogida, limitados como
estábamos por la capacidad del rollo y por
esperar el revelado. Ahora contamos con la
autofoto, el selfi, que enriquece y da más
vida a los momentos y a los recuerdos.
69. El estrecho del río Magdalena en las
fotografías que tomamos con Luz Alba mi
esposa en nuestro viaje a San Agustín en
1973.
El estrecho paso del tiempo
Las rocas son esencialmente las mismas.
Pero el río cambia a cada instante.
Así nosotros también.
70. Un viaje a caballo por los campos
de San Agustín
No sé realmente cómo lo hicimos, de qué
energía estábamos hechos. En compañía
de un guía medio burlón, un muchacho
que a veces nos desafiaba cuando
dejábamos ver nuestro temor
descendiendo y subiendo por esas lomas,
hicimos mi esposa Luz Alba y yo, más
bien recién casados, un viaje de todo un
día, desde el hotel en San Agustín, hasta
el estrecho del Río Magdalena, pasando
por el Tablón y la Chaquira y una de las
cascadas de la región, cada uno en su
cabalgadura, durante casi todo el día.
Después hemos hecho muchos viajes
juntos. Gran pareja, grandes recuerdo,
emocionantes aventuras de toda una
vida.
72. Al sur
Al sur,
al sur, del cerro de Pacandé
con antiguas civilizaciones
me encontré.
Viajando,
por el estrecho del río grande
conocí las fuentes maternales
de las aguas nacionales.
Vi espíritus
en dura roca tallados;
poderosas manifestaciones
de las más antiguas tradiciones
Al sur,
al sur del Tolima grande
me encontré cascadas majestuosas
de energía abundante y bulliciosa
73. OBANDO (1)
Es un corregimiento de San Agustín, situado a unos 15 km. Nos encontramos con un
pueblito muy tranquilo, situado en una bella planicie, en cuya plaza central se haya el
Parque Arqueológico Museo de Obando.
Se trata de un importante tesoro arqueológico, antiguo cementerio. El visitante puede
conocer varias tumbas de pozo de cierta profundidad, que poseen escaleras para
descender y grutas, a modo de recintos sagrados. Un grupo de jóvenes de la comunidad
esperan a la entrada del parque para explicarlo muy bien.
Cuentan que en 1992 a una chiva (camión de pasajeros y carga) cargada de panela se
encontraba en la plaza. De pronto se le hundió una de las llantas, sobre lo que después
se identificaría como una tumba.
Lo interesante es que la comunidad se preocupó por estos temas y con ayuda del
ICANH, Instituto Colombiano de Antropología e Historia y del Instituto Huilense de
Cultura, se intervino y se investigó el sitio, estableciendo programas de desarrollo del
patrimonio arqueológico, liderados por el arqueólogo Jorge Armando Ruiz Ulloa. Se
encontraron en las excavaciones unas 30 tumbas. De ellas se pueden apreciar 8, a las
otras 22 les sacaron sus contenidos para estudio y exhibición y se volvieron a tapar.
74.
75. OBANDO (2)
Se construyó un complejo con 2 kioscos para museo y ventas, y elementos para
proteger e ilustrar las tumbas.
El museo está muy bien diseñado, con excelentes explicaciones y pinturas, como
las que he colocado al inicio de esta presentación para ilustrar la historia del
departamento del Huila. Se exhiben además objetos encontrados en las tumbas,
vasijas de cerámica, lascas de piedra dura, lascas de obsidiana, manos y piedras de
moler, hachas de piedra pulida, cuentas de collar, narigueras y colgantes en oro y
réplicas de piezas en oro. En el otro kiosco se exhiben para su venta productos
típicos de la región, especialmente tejidos en fibra de plátano
La mayoría de tumbas encontradas son de entierro secundario, tumbas de pozo
con cámara lateral, en algunas de ellas se encontraron piezas de oro, las cuales se
exhiben actualmente en el museo del oro en Bogotá, la más famosa es el Pez Alado
Las tumbas pertenecen a una cultura distinta a la que dejo los vestigios que se
encuentran en el Parque Arqueológico de San Agustín. Esta cultura floreció entre
1300 AC y 700 AD con períodos típicos de todas estas culturas: arcaico, formativo
y clásico.
81. Ofrendas
Ya te has ido
al viaje desconocido.
Te dejamos unas ofrendas:
El collar y las lajas que te gustaban,
unos baldosines donde dejaste tus huellas
y las ollitas que adornaban la cocina de la casa.
83. Granos de la tierra generosa que siempre ha sido fuente de sustento para el hombre
84.
85.
86. Alto de las Piedras
En la vereda de las Delicias, a unos cinco kilómetros de Isnos está este
centro ceremonial sobre una pequeña colina, muy bien adecuado con base
en terrazas. Fue utilizado como sitio de vivienda desde el período Formativo
( 1.000 a.C. - 1 d.C.) y como sitio funerario monumental durante el período
Clásico Regional (1 d.C. - 900 d.C.). Las construcciones funerarias consisten
en estatuas, corredores y sepulcros decorados.
Estudiado por el etnólogo alemán Konrad Preuss en 1914, contenía al menos
once estatuas distribuidas alrededor de cuatro montículos funerarios, muy
deteriorados por los guaqueros. Los montículos están dispuestos en forma
circundante y dejan en el centro un espacio más o menos plano, hacia donde
miraban las esculturas que guardaban la entrada a las tumbas, corredores y
templetes funerarios.
Fue un centro de similar importancia a los otros dos sitios funerarios
grandes de la zona, el de Mesitas (ya lo describiremos) y el del Alto de los
Ídolos (que estaba cerrado al público durante nuestro viaje). Existió una
importante concentración demográfica a su alrededor.
87. Alto de las Piedras
Tiene varias estructuras, que se denominan montículos. A modo de ejemplo
describo quizás el más importante, el número 1
La escultura principal representa un personaje humano con dientes de animal.
Sobre su cuerpo otro ser entre humano y animal, con un tocado sobre su
cabeza y espalda. Detrás se observan el cuerpo y el rostro de un animal con
rasgos de reptil. Las lajas de la tumba del montículo fueron decoradas con
motivos geométricos pintados de negro sobre fondo rojo. A pesar del daño de
los saqueadores, los arqueólogos hallaron en la fosa dos escalones labrados en
la tierra y ofrendas de hachas de piedra y cerámica.
Konrad Preuss describió su hallazgo como una figura masculina con una
segunda cabeza encima. Le llamó la atención su tamaño y el estar aislada en
un extremo de la colina. Estaba caída en un montículo de tierra de un metro,
en el suelo, de lado. Fue imposible levantarla. El montículo estaba rodeado a
distancias de 5 a 8 metros, por cercados de lajas pequeñas.
Estos detalles y otros más también los podemos observar nosotros. Por ello les
compartiré las fotografías del sitio.
92. Sombras
La luz se esconde
dejando
que los visitantes
asombrados
queden registrados
El otro
Encima del yo presente
hay otro yo, omnipresente
Dos en uno,
sombra y luz
93. Guardián
Una respetuosa presencia
atestigua el profundo descanso
de algún personaje singular
que en la tumba quedó enterrado
siguiendo tradiciones y creencias.
No bastó la sagrada leyenda
para detener los sacrilegios
de los ladrones y guaqueros
que profanaron sin conciencia
las tradiciones y las creencias.
100. Este personaje se destaca por el tocado que adorna su cabeza. ¿Qué será lo que lleva?
Seguramente algún símbolo de nobleza. Lo cierto del caso es que aumenta su tamaño.
102. La diosa embarazada
Sus manos delicadamente
se posan sobre la vida que crece.
Su mirada expectante
se extiende y permanece
meditando en el misterio
de la maternidad que viene.Ella
104. Ellael
Después de cuidadosas
investigaciones
y análisis repetidos
sabiamente he concluido
que estas dos estatuas
corresponden a una pareja.
Mismo tipo de sombrero,
mismo tipo de collar,
cruzadas las manos en forma igual,
similar pose y faldón.
Él es el padre, ella la madre.
Ella y él, Ellael
pareja eterna,
misterio de la unión divina,
animada por el espíritu del amor.
Ellael
cosa buena
creación festiva
de Dios.
105. Los artistas dejaron pinturas de rojo color, que se van perdiendo con el tiempo
106. Los artistas tallaron petroglifos misteriosos, que se irán descifrando con el tiempo
108. Las lajas que bordean la tumba estaban también decoradas
109. Arte o rayones
¿Quién habrá dibujado
esta primitiva cruz
que apenas si se nota a contraluz?
¿Fue un artista destacado
o un visitante descarado?
110. En la zona, además del cementerio, había asentamientos, y seguramente animales e insectos.
111. Montículo 4
Hay tres templetes y tres tumbas en este sector. Aquí se hallaron las principales
estructuras funerarias de este sitio arqueológico e igualmente se encontraron
evidencias de viviendas antiguas.
La estatua encontrada está sentada en una especie de trono, con diadema, collar,
pulseras y cintillas en las piernas. Objetos como estos, en oro, han sido
descubiertos en algunas pocas tumbas de la región, En la mano derecha sostiene un
pequeño recipiente, rasgo que comparta con una de las estatuas del sitio Alto de los
Ídolos.
La primera tumba de este conjunto funerario se localizó, como en los casos
anteriores, justo detrás del templete. En la cara interna de las losas se encontró
pintura roja que cubre toda la superficie, Dentro del relleno del sepulcro se
hallaron algunos fragmentos de cerámica y dos grandes lascas de obsidiana.
El Montículo 4 cierra hacia el occidente el espacio que aparece circundado con los
principales monumentos del yacimiento. En el resto del terreno existen otros
vestigios arqueológicos, como tumbas y restos habitacionales, pero fue en este
sector donde se concentraron las principales estructuras funerarias.
112. El artista natural
El sol pinta con luces y sombras,
aprovechando cada ángulo,
trazando con perfecta maestría
líneas, tonalidades y formas.
El que está en oscura casa
pierde las luces y las sombras.
Aquel que regodee su mirada
gana iluminadas maravillas.
115. Se ha hecho muy buen trabajo para presentar el sitio protegido, limpio y ordenado
116. Rey de la ciudad de
los vivos y los
muertos
Sentado en su trono
con diadema
elegante collar
pulseras y cintillas
en sus pies,
y bastón de mando
está el rey del lugar,
Es su tumba singular,
de dólmenes
y amplios espacios.
Aunque muerto
así sigue reinando
este digno soberano
entronado por los años.
117.
118. Un precioso tapete verde en primer plano hace que se destaquen el bosque y el cielo.
119. Un regalo para la vista y un agradecimiento para los que cuidan este tesoro nacional
122. Visita al salto de Bordones
Es una impresionante caída de agua, de unos 400m de altura, una de las
cascadas mas altas de Sur América y dicen que la más alta de Colombia. En
pleno Macizo Colombiano. El agua forma a su paso un profundo cañón. Queda a
unos 15 km de Isnos.
Se dice que su nombre se debe al soporte llamado bordón, utilizado por los
antiguos caminantes de la región para apoyarse al atravesar la zona.
Nos encontramos en el sitio un acogedor hotel, con su mirador, donde nos
tomamos unos deliciosos cafés con torta.
El Hotel Bordones fue construido en 1972 por Inturhuila, pero los ochenta cerró
sus operaciones. Volvió a la vida en 2013 gracias a la creatividad de Jorge
Tirado, un arquitecto que utilizó materiales reciclados y concibió como un lugar
sostenible, con ventilación natural, nuevas habitaciones y adecuación de zonas
destinadas al descanso y contemplación de la naturaleza.
Esto fue evidente para nosotros durante la corta visita.
123. Un ambiente muy natural
El hotel en la actualidad es un proyecto familiar, liderado por Adriana Ceballos,
una mujer visionaria y emprendedora.
Para ella su encuentro con Bordones fue regalo del universo. Cuenta que “a
finales del 2017 queríamos celebrar las fiestas en las montañas del sur entonces
elegimos el Hotel Bordones. El lugar me cautivó por sus paisajes, su gente y la
energía. Luego de varias reflexiones familiares y estrategias financieras
decidimos tomar el lugar. No fue algo fácil pues el proyecto implicaba salir de la
zona de confort y enfrentar el riesgo, la incertidumbre e incluso el futuro
familiar. Este proyecto familiar refleja nuestro amor por la naturaleza.
Queremos que el Hotel Bordones sea un punto de encuentro para que propios y
visitantes se enamoren de la región, se conecten con la naturaleza y aprendan a
disfrutar del entorno de manera consciente”.
Hay que aplaudir este profunda energía humanista, esta sensibilidad personal y
familiar. Por eso divulgo acá este proyecto. Quizás alguno de mis lectores quiera
visitarlo con calma y disfrutar de las opciones que ofrece la región y su ambiente
por varios días
124. La cascada de los Bordones
Aguas rebosantes de blancura
caen desde la alta montaña
en un marco de verde hermosura
que atrae sin fatiga la mirada.
Las aguas que venían distraídas
se encontraron con el precipicio.
Saltaron sin remedio a la caída
víctimas de un sagrado sacrificio.
Así adorado el espíritu de los ríos
otorgó belleza al agreste farallón
pintándolo de blancos amoríos.
Verde y blanco, agua y aire puro,
acompañan la mágica canción
que entona libre el ser profundo.
130. Proclama desde las más altas montañas, la gloria del Señor.
Porque es grande su creación e inmensa su sabiduría. Y nosotros sus co-creadores.
131. El sol del atardecer ilumina brillantemente el filo de la montaña, las casas y los campos.
132. Los súbitos barrancos señalan el fin de la meseta y desafían la gravedad y el tiempo.
133. Horizontes
Es poco usual tener ocasión
para contemplar, a lo lejos, la mirada extendida, sin control, sin medida
cayendo en cuenta del horizonte como un amplio espacio donde todo es posible
134. Visita al Parque Arqueológico de San Agustín y al Museo del Sitio
Este es el mayor complejo de monumentos megalíticos de la América
precolombina. Ha sido reconocido por la Unesco en 1995 como patrimonio
cultural de la humanidad.
Acá se demuestra la capacidad de esta sociedades para crear y expresar,
especialmente en las esculturas monolíticas, los montículos de tierra y los
corredores funerarios, su singular forma de organización social, así como su
visión del mundo.
Las primeras descripciones escritas de los monumentos fueron hechas a
finales del siglo XVII por fray Juan de Santa Gertrudis, hacia 1887 por la
Comisión Coreográfica Nacional y desde 1913 por Preuss. La región ha sido
estudiada intensamente y en 1931 se ordenó por ley la creación del parque
arqueológico. San Agustín es una de las regiones arqueológicas mejor
investigadas del norte de Sudamérica. El Instituto Colombiano de
Antropología e Historia (ICANH), autoridad nacional en materia
arqueológica, es la entidad directamente responsable de la investigación y
protección del patrimonio arqueológico y administra el Parque Nacional de
San Agustín.
135. Visita al Parque Arqueológico de San Agustín y al Museo del Sitio
Más de sesenta mil visitantes anuales pueden apreciar los vestigios de una
enigmática cultura ya desaparecida que dejó un importante legado sobre las
formas de organización, la religión y sus concepciones de la muerte y la vida.
La región es muy conocida por las esculturas hechas sobre piedras de origen
volcánico, que muestran el desarrollo de elaboradas técnicas artesanales y de un
rico y complejo conjunto de creencias. Se observan variedad de temas, de
significado desconocido, pero muchos de carácter evidentemente religioso.
El estudio iconográfico de la estatuaria permite notar similitudes con los ritos de
grupos indígenas contemporáneos. Por ejemplo, ciertos temas aluden a prácticas
chamánicas: personajes con coronas de plumas o pájaros sobre la frente pueden
representar el vuelo chamánico de curación o comunicación con espíritus; estatuas
antropomorfas cubiertas por piel de felino o que combinan rasgos animales y
antropomorfos sugieren la capacidad de transformación del personaje en otro ser.
No todas las estatuas son antropozoomorfas, algunas son representaciones
exclusivamente antropomorfas y otras zoomorfas. Los temas representados en la
mayoría de los montículos funerarios expresan probablemente la reunión de
poderes naturales bajo el control de seres de alta importancia.
137. La importancia de la identidad
Un sitio como San Agustín se constituye en una enorme
realidad cultural, económica, turística, humana y social.
Como lo simboliza la imagen que acá presento, basada en
distinto tipos de bandas artesanales y diseños creados con
chaquiras de plástico, se crea la identidad a base de
símbolos y de identificaciones.
Para ello hay que tener conciencia de una serie de valores,
la cual se expresa por medio de creencias y declaraciones
que generan potencialidades y otros valores agregados de
naturaleza real.
El paisaje; las costumbres; los platos y los dulces de la
región; los artesanos y las artesanías; la música; los
hoteles; los restaurantes; los museos; los artistas; los sitios
de interés; los senderos; la ecología; los cultivos; las
viviendas; los parques; las crónicas; las historias y las
tradiciones. Pero ante todo la conciencia despierta que
vive y vibra.
138. Visita al Museo del Sitio
El museo queda muy cerca a San Agustín. Cuenta con espacios para la exposición y
conservación de la variada colección de objetos arqueológicos de la cultura
agustiniana. Tras el proceso de renovación de la casa administrativa y los espacios de
exhibición culminado en 2013, se desarrolló el proyecto de renovación del museo de
arqueología, el cual se concibe como un espacio que ofrece múltiples miradas
construidas, tanto por expedicionarios, como por investigadores, sobre las sociedades
prehispánicas que ocuparon esta región, en diferentes períodos por más de 6.000
años.
El museo tiene nueve espacios temáticos, enmarcados por la geografía del Macizo
Colombiano, lugar en donde se encuentran inmersos los vestigios arqueológicos que
demuestran el desarrollo de estas culturas artífices de monumentales complejos
funerarios, conformadas por grandes tumbas dolménicas y estatuaria con
representaciones de seres con rasgos humanos y animales.
El museo se abrió al público en diciembre de 2014. La coordinación, elaboración del
guion y la curaduría estuvo a cargo de Margarita Reyes S. quien contó con la
asistencia de Catalina Cavelie. El diseño museográfico y montaje fue de Carlos
Betancourt y Nadia Guacaneme y el diseño gráfico de Jose Guio Álvarez.
139.
140. Estamos acá, visitando la región de San Agustín y el Museo del Parque Arqueológico, en
buena parte gracias a personas como Luis Duque Gómez
141. Desde hace años San Agustín ha sido
objeto de estudio. Ilustraciones
realizadas por Manuel María Paz de la
Comisión Coreográfica liderada por
Agustín Codazzi hacia 1887.
145. Luego de visitar el museo por un par de horas, recorrimos los sitios arqueológicos
del parque, que se denominan mesitas. Así luce una tumba, cubierta con lajas
146. Adyacente al museo, existe un precioso sendero denominado el Bosque de las Estatuas,
absolutamente ecológico y agradable de caminar, en el cual hay un grupo notable de estatuas
colocadas al aire libre, pero protegidas, en medio de la abundante vegetación
147. No se cansa el fotógrafo enamorado de los árboles, de las flores, de las plantas, de los bejucos y
de los arbustos, de recoger una cosecha de imágenes, para que no se agote el tiempo, para que
perdure el recuerdo.
148. Los colores y los detalles del bosque
Siempre presentes para el que quiera ver
Siempre dispuestos para el que quiera conversar
Siempre enseñando para el que quiera aprender
Deja que la mirada recorra enamorada
Deja que el oído escuche con atención refinada
Deja que la atención cree milagros con el deseo inocente
149. Cabeza de piedra al modo olmeca, pero más
plana, con grandes ojos y cara redondeada.
Estatua a modo de estela, tallada sobre una
piedra, con un personaje de grandes orejas y
manos abrazadas sobre el pecho
150. Estela triangular, ha perdido mucho los
detalles, se observa una cara de ojos grande,
en forma de media luna.
Curiosa estela, de diseño poco usual y bastante
simbólico y simétrico. Parece un rostro
bordeado con formas a modo de corazón
151. Espectacular estela, que representa un rostro de diseño muy estilizado, grandes cejas, borde
redondeado que se integrar a las orejas y las dos manos. Boca con colmillos
152. Escultura de aspecto clásico, pero original y creativa, a modo de estela plana. Bastante estilizada y
simétrica. El personaje, de cuerpo entero, tiene una gran diadema y dos bastones, uno en cada
mano. Combina formas curvas y rectas de modo muy elegante y proporcionado.
153. En camino desde el museo (mesita D) a la Mesita A, por un precioso sendero
ecológico muy bien trazado, en medio de los árboles, los pájaros y las flores.
154. Dos reinos
Vegetales y minerales,
reyes y vasallos naturales.
De la piedra surge la vida
y la vida deviene en cenizas.
El aire participa, gaseoso
en síntesis de luz y de gozo.
155.
156.
157. Entrando a la Mesita A, pareciera uno estar entrando a Hyde Park
158.
159. Los conjuntos funerarios (mesitas) y los montículos
En general las estatuas hacen parte de conjuntos funerarios que incluían la
elaboración de un montículo funerario dentro del cual se depositó
el cuerpo del fallecido sobre lajas o en un sarcófago de piedra.
Se construían caminos procesionales que conducían a las áreas aplanadas
artificialmente donde se ubicaban algunas estatuas alrededor de los montículos
funerarios. Otras estatuas se enterraron dentro de los montículos, a manera de
ofrenda.
A pesar de que hay variaciones en la arquitectura funeraria, un patrón que
se repite con frecuencia consiste en una estatua de gran tamaño acompañada de
dos estatuas más pequeñas, una a cada lado, detrás de las cuales se construyó,
con lajas de piedra, una cámara que contenía el sarcófago.
Aunque el significado específico de todas las representaciones se desconoce,
debemos asumir que expresaban la fuerte asociación entre aspectos religiosos y
los individuos enterrados en las tumbas que eran decoradas con las estatuas.
160. Mesita A
La Mesita A está localizada seiscientos metros al sur de la Mesita D (Sitio del
Museo) y es uno de los mayores atractivos del parque. Contiene los dos
montículos funerarios más grandes del periodo Clásico Regional (1-900 d.C.), con
cuatro metros de altura y treinta de diámetro, en donde se sepultaron, en
diferentes momentos, personajes de gran importancia. Los corredores y
dólmenes de estas dos tumbas principales contenían al menos quince estatuas y
estuvieron rodeados por numerosas tumbas de lajas de piedra
más sencillas, probablemente de familiares de los caciques o señores principales
que habían vivido en el área vecina.
166. Este es quizás el mejor conocido de los conjuntos funerarios, simétrico, sereno, con una gran
laja dólmica, bastante plana y proporcionada, sobre los personajes
167. Personaje central con atributos de mando en sus manos, nariz prominente y realista, pectoral,
cinturón y dientes con colmillos, ojos ovalados y profundos, oídos destacados. Personajes
laterales, con dobles yo y posiciones y herramientas de defensa.
168. Se aprecia que el personaje central está completamente esculpido, mientras que sus
acompañantes se han labrado sobe piedras a modo de columnas. Se observan las lajas laterales
que encierran el conjunto. Se nota cierta evidencia pintura o decorado ocre.
169. La parte trasera del conjunto con la tumba rodeada y cubierta con lajas
173. Vamos de camino hacia la Mesita B. Emparejados entre nosotros y con la naturaleza. Así es
más agradable la senda.
174.
175. Las flores, sean de colores vivos o humildes, ayer y hoy, adornan los matorrales
y los árboles y atraen a los insectos y a las miradas curiosas de los caminantes
176.
177. La Mesita B queda sobre
una loma aplanada
artificialmente. Fue un sitio
de ocupación residencial de
alto estatus y cumplió un
papel central en la
organización de la
comunidad. Se han
encontrado evidencias de
actividades ceremoniales
comunales y de producción
de ornamentos de oro.
Durante el periodo Clásico
Regional (1-900 d.C.) en este
sitio se construyeron tres
grandes montículos
funerarios, acompañados de
unas 63 estatuas. Como en la
Mesita A, tiene numerosas
tumbas más simples de todos
los periodos arqueológicos.
178.
179.
180.
181. Una de las más altas
estatuas. Los detalles
se han perdido
bastante. Parece
sostener en sus dos
manos, llevadas al
pecho, un niño
tomado de los pies,
con las manos y la
cabeza colgando.
¿Recién nacido?
¿Sacrificio?
¿Creación?
182.
183.
184.
185. Otra de las esculturas más conocidas de San Agustín. Una cara de grandes
proporciones, de forma triangular ovalada, grandes ojos, nariz humana, boca felina
186. Otra de los montículos funerarios más conocidos, de similar arquitectura a los dos de
la mesita A y estatuas con mayor riqueza de detalles
187. El personaje central, de cara redondeada, rasgos profundos, collar con un cráneo. Los
laterales, a modo de guardianes y dobles yo, de rostro humano, con objetos.
189. La historia de una vida
Era un destacado brujo sanador, elevado al
poder por la magia. Sus artes eran diversas y
raras, basadas en identificarse con los animales
y las plantas, sintiéndose como ellos,
experimentando sus vuelos, sus fortalezas, sus
aromas y sus esencias.
Era fuerte como el jaguar, veloz como el venado,
hábil como el águila, paciente como el búho,
sigiloso como la serpiente, liviano como el
colibrí, pertinaz como la langosta, liso como un
pez. Era, como los insectos, abundante;
aromático como las flores, embriagante como el
borrachero, expandido y alto como los árboles y
penetrante como las más afiladas tunas de los
cactus. Todo lo era, todo lo sentía.
Algún día, ya siendo rey poderoso, se identificó
con la muerte y se murió. Una estatua lo
representa como la roca que era.
190. Dos hombres dispuestos a todo, vigilantes, al costado del señor. Columnas fuertes.
Apoyados por sus espíritus guardianes, que vigilan sobre sus cabezas y sus cuerpos,
dotados de instrumentos en sus manos, su mirada despierta y sus caras decididas.
192. El águila y la serpiente
Caminando por las montañas en
tiempos muy antiguos, se dirigía un
escultor desde su casa a su taller. De
pronto, en un costado del camino
notó ruidos y agitación. Un águila
caída en el piso apretaba entre su
pico y sus garras poderosas a una
serpiente. Esta se retorcía angustiada
y dolorida. Sin darse cuenta el águila
la forzó a recostar su cabeza contra su
emplumado pecho. La serpiente, en
un último estertor de muerte clavó
sus colmillos y su veneno en el ave.
Murieron ambas en el acto, delante
del escultor. Impresionado corrió a
su taller, tomó un bloque grande de
piedra y registró esta historia para
nosotros.
193. Regalos de la tierra
Desde mi niñez, recorriendo las montañas del
suroeste antioqueño, en Fredonia y en Venecia, veía
piedras regadas por toda parte, depositadas sobre
las laderas, produciendo contrastes y preguntas.
¿Quién y cómo sembró de rocas el paisaje? Supongo
que así se sintieron los antiguos y que ellos las
recibieron como sagrados regalos de la tierra.
194. Visitantes y cuidanderos
No son japoneses o chinos de ojos
rasgados y hablar misterioso, ni
europeos que vienen de mochila al
hombro, de país en país; ni tampoco
americanos de cuerpo alto y
abundante dinero. Son gente
colombiana, de sombrero aguadeño y
hablado montañero. Pasaron en
grupo por mi lado, mientras
fotografiaba la flores y los árboles que
bordean el hermoso sendero del
parque de San Agustín. Conversaban
animados, especulando sobre el sitio,
maravillados de que el país tuviera
sitios tan bien cuidados y limpios para
el beneficio de todos. En esos
momentos caí en cuenta de las
escobas colocadas a la vera del
camino y de los que cuidan todo esto
con amor y dedicación.
195. La complejidad
En alguna ocasión, estando en una
exposición en un museo de ciencia en
Barcelona me enteré por primera vez
del concepto del fractal, de las
múltiples líneas que bordean los
objetos reales, formando una riqueza
de ángulos, de direcciones, haciendo
que las distancias se vuelvan cuasi
infinitas si se quisiera recorrer
continuamente la frontera de los
objetos. Me entretuve recorriendo los
límites de este precioso árbol abrazado
por lianas y bejucos, cargado de ramas
y de hojas. Me distraje contando las
formas, embrujado por la complejidad,
hasta darme cuenta de la riqueza
abrumadora, de la vida prevalente, de
la comunidad de seres, de la
complejidad evidente.
196. El viejo árbol, ya muerto hace tiempo, se ha convertido en fuente de nutrientes y de vida para un
rico ecosistema de hongos, musgos, helecho y plantitas. Inclusive un recolector de setas podría
obtener una deliciosa cosecha, sin agotar estas cepas.
197. El helecho se inclina formando un arco y decorando el follaje con su mancha verde
198. Detalles del camino
Harían falta instantes infinitos
y una fina mirada extendida por los siglos de los siglos
para notar siquiera algunos de los detalles del camino.
199. Florecida está la verde mata, exhibiendo orgullosa sus colores de grana, ofreciendo sus
pétalos y sus sutiles aromas a las abejas y a las mariposas, para que rieguen el polen por el
campo. A su lado, una crisálida se dispone a despertar y a volar.
200. Este es el pequeño mundo del campo, visible al caminante que se detenga a admirar las
florecillas amarillas y rosadas, las espigas de alguna yerba perdida, la compleja red de vida
que retiene las aguas para que no barran, impetuosas, el suelo hacia los ríos.
201.
202. Mesita C
En contraste con las Mesitas A y B, que además de monumentos presentan
ocupación residencial desde el período formativo, la Mesita C, cuatrocientos
metros al suroeste de la A, es un sitio ocupado solamente desde el periodo
Clásico Regional. En esa época se erigió allí un solo montículo funerario, ya
inexistente, que estuvo acompañado de quince estatuas y rodeado de 49
tumbas relativamente simples. Las esculturas son en talla superficial, sobre
caras de piedras grandes y planas, poco modificadas, lo que presenta un
contraste con la fina talla tridimensional de las Mesitas A y B.
203. Esta es otra de las muy conocidas estatuas de la cultura San Agustín. Cara triangular
muy simétrica, colmillos felinos y manos de forma curiosas apoyadas en un cinturón
204. Les mostramos acá la
estatua anterior, tal
como la registramos
en nuestro viaje a la
zona en 1973.
Se nota que ha estado
bien conservada, de
hecho se aprecia que
ha sido restaurada y
que está ahora
protegida por un
techo en una
explanada.
Da la impresión de
que el árbol de las
fotografías, detrás de
la escultura, es el
mismo.
207. La pequeña obra
Lo pequeño es hermoso
decía Ernst Friedrich Schumacher
invitando a apreciar sin medida.
Para ello hay que tener buen ojo.
Perdida en recóndita montaña
estaba la pequeña obra
esperando que algún Ernst criollo
la distinguiera y la mostrara.
208.
209.
210.
211. Dos colores
Donde hay verde, hojas y vida
abundan también el marrón y la tierra,
Combinados, unidos en activa sinergia.
212. LAVAPATAS
La Fuente de Lavapatas
Pasamos ahora a visitar este lugar
único,. Queda a cien metros sobre de la
Mesita C. Se trata un conjunto lítico sin
asociación funeraria. Fue descubierto en
1937 por Gregorio
Hernández de Alba y José Pérez de
Barradas.
Lavapatas es un gran complejo de
canales, estanques y tallas de figuras
humanas y animales, en el que
predominan reptiles y anfibios.
Seguramente era un lugar sagrado
dedicado a ceremonias religiosas y baños
rituales, esculpido en la roca volcánica
que forma el lecho natural de la
quebrada Lavapatas, de manera que el
agua se distribuía por
canales y pequeñas piletas dándole
sonido y movimiento a la escultura.
213. La Fuente de Lavapatas
Los visitante pueden apreciar el
conjuntos desde una pasarela
convenientemente situada sobre
la fuente. La superficie tallada,
pertenece, dado el estilo de las
tallas, al final del Clásico
Regional o incluso al periodo
Reciente. La fragilidad de la roca,
y el paso de las aguas, da lugar a
un proceso natural de
deterioro. Existe un plan de
liderado por el ICANH que
busca, mediante la investigación
científica en conservación
preventiva, encontrar formas
adecuadas para preservar este
tipo de tallas hechas en piedras
tan deleznables.
214. Vamos en camino hacia la fuente
por un sendero que desciende
215. Las esculturas muestran una refinada capacidad simbólica y de representación artística, de
un carácter que se podría llamar casi moderno. Esta rana es realmente impresionante. En
ella se combina lo animal, lo humano y lo divino.
216. Mapa mental
Antiguos pobladores del Gran
Macizo Colombiano, que es la
fuente de agua del país, con ríos
que fluyen a las vertientes del
Amazonas, del Pacífico y del
Atlántico, quisieron aprovechar
el lecho empedrado de una
quebrada para hacer un
homenaje al agua y a la vida (que
depende en su totalidad del
agua). Tallaron estanques,
canales, personas, lagartos,
serpientes, ranas y otros a
animales, con diseños ricos en
espirales y en formas curvas. En
todo ello, el agua es la
protagonista con sus flujos y sus
ondas, formando un mapa
mental que nos acerca al mundo
y al pensamiento de los
pobladores.
217. Lavapatas
Tan preciosa y quizás más digna que el picaresco barrio madrileño de Lavapiés
es la famosa fuente nuestra, y vaya usted a saber el porqué
se degradaron a patas los educados y limpios pies.
218. Es meritorio el trabajo de las personas que describen estos sitios para nosotros, los
visitantes y lectores. Espero que les guste también lo que yo hago.
219. Es bastante detallado el estudio de estos monumentos del arte antiguo, a veces, como
este, únicos. Nos corresponde apoyar y difundir todo este esfuerzo.
220. Debemos prestar respeto a los exploradores y estudiosos curiosos que visitan las
regiones, descubriendo y registrando aspectos notables y escondidos.
221. La perspectiva
Hay que dar la bienvenida a la perspectiva, esa capacidad para mirar el conjunto de las cosas
desde distintos puntos de vista. Esa habilidad para recorrer lentamente los espacios, dejando
que la mirada se enfoque y aprecie detalles en el recorrido, para pasar de un sitio a otro,
permitiendo que la memoria se nutra de instantes, para que no se escape el tiempo.
Luego vendrá el registro, el disfrute, en formas desconocidas. Quizás no seremos capaces de
conectar la sabiduría que vamos adquiriendo con esos momentos de atención distribuida. Esos
que nos regalamos cuando dimos un paseo, cuando leímos un libro, cuando vimos una película,
cuando vamos a la ópera o a un museo; o cuando recorremos la cotidianidad con momentos de
consciencia despierta, aquí y allá.
Esto pensaba al incluir acá esta vista en perspectiva panorámica de la fuente de Lavapatas,
recorriendo mi viaje anterior, que estaba vivo en la conciencia también.
222. La Fuente de Lavapatas en toda su majestuosidad hidráulica y natural
223. Detalle de la fuente registrado en nuestra visita de 1973
224. El mismo detalle de la fuente registrado en nuestra visita de 2019
225. Hoy, como ayer en la antigüedad lejana y seguramente, mañana y en los siglos que
vendrán, este sitio seguirá despertando admiración y curiosidad
228. La dos mujeres y la fuente
La hermosa vida ha sido amable
en compañías y en cariños:
Una abuela y su amor constante,
una nieta, amiga, regalo divino.
Pasan los años sin remedio
la abuela fuente amorosa, sabia,
la niña, bella joven, con el tiempo
será vigorosa fuente de esperanza.
Las dos me han regalado unos luceros,
ojos confiados, espejo de sus almas,
fuentes de su armonía y ser interno.
Fluye el agua de las fuentes naturales,
fluye el amor inundando las miradas,
fluye el espíritu en esos manantiales.
229.
230.
231. Se aprecia la Fuente de Lavapatas y la estructura construida para su protección
238. Las formas,
las luces
y los flujos,
de la vista
son los lujos
Ondas del
agua son las
hojas
La gravedad
es el artista
de las aguas
Ondas,
telarañas
del agua
239.
240. Dos hombres y un mico
Dos hombres disfrutaban del agua, sus pies apoyados en una piedras en un pequeño remanso de
la quebrada. Uno de ellos, con la cabeza recostaba, sus ojos cerrados, disfrutaba de una
meditación con sus brazos perezosamente descansando sobre una simétrica pared de piedra. El
otro se masajeaba la cabeza. A su lado, un mico juguetón disfrutaba de una pequeña cascada,
contemplando a los hombres y preguntándose por qué ellos eran capaces de labrar las piedras y
de registrar estos simples momentos cotidianos, como si fueran algo realmente importante.
241. El puente de observación, muy bien pensado y la estructura que protege el sitio
245. Pequeña presa desde la cual se toma el agua de la quebrada Lavapatas para la fuente
246.
247. Rumbo al Alto de Lavapatas
Vamos hacia este sitio, ubicado en una
colina, desde la cual se tienen muy
buenas panorámicas.
Queda a 600m de la Mesita C. Fue
excavado en 1974 por los arqueólogos
Luis Duque Gómez y Julio César
Cubillos; con base en un fogón, se dató
la fecha 3.300 AC, la más antigua
evidencia de actividad humana en el
Alto Magdalena.
En Clásico Regional se construyó en el
sitio un monumental montículo
funerario, con siete estatuas y
numerosas tumbas simples de lajas; al
sur se encontraron diez tumbas
pequeñas, consideradas como entierros
de niños.
248. Riqueza que se riega por los troncos. Desafiantes retoños convertidos en presencia poderosa
251. Extendió el Creador su mirada y decidió que iba a crear un gran macizo montañoso, como
una estrella fluvial de cinco brazos que regaría de fertilidad estas tierras colombianas. Sacó
su paleta de tonos verdes y con habilidad exquisita fue decorando el paisaje, matizando
aquí y allá con flores multicolores. Puso especial cuidado en las palmeras, en los árboles y
en los matorrales, creando diversidad por doquier. Invitó al hombre a cultivar, a trazar
caminos y viviendas, a dejar su huella, y para que todo fuera todavía más bello, le invitó a
mantener en todo el espíritu primordial.
253. Doble yo
Esta escultura, representa un ser con
rasgos animales y humanos masculinos.
La figura carga sobre su cabeza y
espalda formas humanas y zoomorfas,
quizás simbolizando la transformación
ritual del chamán. Su miembro erecto
parece un tributo a la virilidad a modo
de deidad fálica.
257. Escultura doble y doblemente partida
En la parte inferior hay un personaje semidesnudo,
con una máscara felina muy estilizada. Lleva en su
mano derecha una garrote plano, bastante largo.
Apoyado sobre su cabeza, aparece un ser de forma
humana, que parece tener una máscara y una trompa
alargada, también partido. Se la ha considerado una
deidad de la agricultura.
258. La pasión por la fotografía
¿De dónde salen esos impulsos que tengo para fotografiar todo lo que se atraviesa en mi paso?
Recuerdo claramente en mi niñez a mi madre, quien gozaba tomando de vez en cuando
alguna foto o haciendo que se tomaran fotos de la familia durante nuestra infancia en
Fredonia, en el parque principal y en las escales del atrio. Recuerdo la gran foto de la familia
Posada Correa en 1954. En esas ocasiones tenía una extraña tendencia a llorar y a llorar
cuando me tomaban fotos, perturbándolo todo cuando en mi presencia. Obviamente eso era
un problema para mi madre. Ni yo entendía, ni ella menos, pero de alguna manera pasaron
esos momentos y en vez de quedar atrapado por absurdos traumas, quedé enamorado de la
fotografía.
Ya terminado mi bachillerato, me gané como premio un viaje por Colombia y algún dinero,
por buen estudiante y pude comprar una cámara Olimpus pen en San Antonio del Táchira,
que me acompañó por muchos años y me permitió registrar grandes momentos. Después
adquirí una cámara Canon de mejor calidad con la cual anduve por muchos lugares, hasta que
aparecieron el mundo digital y el del los celulares con cámaras que permiten todo tipo de
combinaciones, que dan la opción de registrarlo todo, casi sin límites. Ahora el gran desafío es
el de prestar atención y detenerse en medio de tal avalancha de imágenes. Por eso hago estas
crónicas, para que no se escape el tiempo.
260. Decimos adiós la zona arqueológica de San Agustín con este collage de humildes, casi
perdidas, poco notadas estatuas, en el Alto de Lavapatas
261. En el alto, como naturales veletas, las invasoras barbas del árbol, se dejan llevar por el viento.
262. Árbol
Hogar
de miles de seres,
se eleva airoso
en contraste
majestuoso
con el cielo,
suavemente
arrullado
por el viento
Sus ramas,
radiantes
husos de vida,
se abren
para hilar
los tejidos
de los nutricios
gases
que dan sustento.
263. Visita al Salto del Mortiño
Fue nuestro último recorrido por la
zona de San Agustín, que conocimos
de camino hacia Pitalito y el
departamento del Caquetá (que es
objeto de otra crónica).
Definitivamente esta región es
pródiga en cascadas y saltos, por sus
profundas cañadas y su abundancia de
aguas que llegan al río Magdalena.
Esta caída de agua (¿ 170 metros de
altura?), está formada por la quebrada
La Chorrera, y está situada en el
municipio de Isnos.
Como atractivo curioso, tiene un
columpio mecánico que permite
mecerse al borde del precipicio. Sobra
decir que no lo ensayé.
264. Ya hacia el atardecer la luz del sol creaba fuertes contrastes de luz y oscuridad en el profundo
cañón por donde se forma el Salto del Mortiño
265. La quebrada La Chorrera antes de formar el Salto del Mortiño
266. La quebrada La Chorrera metros antes de caer en el Salto del Mortiño
274. Que no falta la ocasión para dejarse iluminar por las flores del campo
275.
276.
277. En fugaz paso por Pitalito, la ciudad grande del sur del Huila, emprendemos viaje hacia
Florencia, Caquetá, luego de almorzar en un centro comercial. En una de las glorietas vemos las
últimas, modernas y quizás no tan hermosas esculturas de la región.
Cerramos esta crónica con imágenes de nuestra visita a la finca de mi primo Enrique Ángel, su
esposa Julieta y su hija Clarita en Garzón. Allí tiene una acogedora casa de campo, con muchos
frutales y un hermoso cultivo de cacao.
281. Cacao
Parece imposible
que tronco tan común y desnudo
albergue y sostenga tamaño fruto.
De allí mana la bebida de los dioses,
el chocolate, regalo de América,
exquisita delicadeza
de la generosa naturaleza.
286. Virgencita, protege las vidas, las casas, los cultivos, las flores, la familia. Que tu milagrosa
presencia no pase desapercibida.
287.
288. Despedida
Despidamos esta crónica
con la belleza que surge inesperada
en cualquier rincón.
Esa es la que esta historia
quiso encontrar con prosa ilusionada
llena de amor.
Surge la belleza en todo,
en la cara del niño y en tu propia cara
en el río, en la historia, en la flor.
289. Muchas gracias por leer, apreciar y
divulgar esta crónica de viaje por las
hermosas tierras del Huila
Viajeros
Pablo Osorno, María Cecilia Posada, Samuel e Isabela Osorno Posada
David Posada y Luisa Torres
Ricardo Posada y Natalia Pino
Y este narrador, Enrique Posada Restrepo
eposadar@yahoo.com