1. CRÓNICA DE UN VIAJE AL
SUR DE COLOMBIA
HUILA
Parte 1 – Tatacoa
ENRIQUE POSADA RESTREPO
Mayo de 2020
2. DEPARTAMENTO DEL HUILA
Algunos datos del departamento
Capital Neiva
Tiene 37 municipios
Superficie: 19.890 km²
Un 1,74 % de la extensión del país
Población (2019): 1 211 163 habitantes
Un 2,4 % del total de país
Densidad: 60,9 habitantes/km²
PIB Total: US$ 5.253 millones
PIB per cápita: US$ 4,388
Su economía genera el 1.74 % del PIB
colombiano
El profesor Gerardo Reichel Dolmatoff, menciona que la palabra huila es de origen
quechua y significa naranja. Otros dicen que viene de la lengua Páez, y que
significa montaña luminosa. Yo me quedo con esta última versión.
En el departamento está el Nevado del Huila.
A los del Huila se les dice opitas, vocablo probablemente derivado del uso
tradicional, en algunas zonas del departamento, de la expresión “opa” para saludar.
3. Algo sobre el Huila (1)
Esta es la región colombiana más estudiada con respecto a la
antigüedad precolombina, debido a los hallazgos arqueológicos.
Esta época se ha dividido en tres períodos: El Formativo, hasta el
siglo I AC, el Clásico Regional, hasta el siglo VIII DC, durante el cual
se desarrolló la cultura San Agustín. El Período Reciente abarca
desde el siglo VIII hasta la llegada de los españoles, con la presencia
de los grupos yalcones, paeces y pijaos.
4. Algo sobre el Huila (2)
La cultura de San Agustín tuvo su desarrollo entre 1000 AC y 1650
DC. La UNESCO, en 1995, designó a los parques arqueológicos de
San Agustín, Alto de Los Ídolos y Alto de Las Piedras como
Patrimonio Cultural de la Humanidad
5. Algo sobre el Huila (3)
Los españoles llegaron al alto Magdalena desde el occidente bajo el comando de Sebastián de
Belalcázar; otros lo hicieron bajo Gonzalo Jiménez de Quesada desde el norte; los aborígenes
lucharon para defender su territorio. Ha llegado hasta nosotros la historia de la contienda que
sostuvo contra el conquistador Pedro de Añasco, la Cacica Gaitana. Añasco capturó a
Timanco, su hijo y lo quemó vivo. La Gaitana venció al español, le sacó los ojos y lo expuso
ante el pueblo. A pesar de las numerosas luchas que siguieron, los grupos indígenas del Huila
fueron vencidos. El territorio hizo parte de la provincia de Popayán hasta 1610, en el cual se
creó la provincia de Neiva.
6. Algo sobre el Huila (4)
Hacia finales del siglo XVIII la provincia de Neiva contaba con las poblaciones de Neiva,
Timaná, La Plata y Purificación. Proclamó su independencia el 8 de febrero de 1814, y fue
estado libre hasta 1816, cuando los españoles retomaron el control. Luego del logro de la
independencia nacional, el territorio huilense hizo parte del departamento de Cundinamarca
en la Gran Colombia, hasta 1831, cuando se convirtió en la provincia de Neiva de la República
de la Nueva Granada. En 1857 hizo parte del Estado de Cundinamarca y en 1861 del Estado
del Tolima, en los Estados Unidos de Colombia. Su creación como departamento del Huila de
la República de Colombia, data del año 1905.
7. Algo sobre el Huila (5)
El Huila es rico en aguas, especialmente por la cuenca alta del río Magdalena y sus
afluentes que bajan de las cordilleras Central y Oriental. El río Magdalena, nace en los
límites con el Cauca en la laguna de La Magdalena del páramo de Las Papas en el Gran
Macizo Colombiano. En el Huila recibe los ríos Patá, Cabrera, Villavieja, Aipe,
Fortalecillas, Baché, Las Ceibas; San Francisco, Neiva, Iquira, Blanco, Frío, Yaguará;
Guachicas, Guarapas, Mazamorras, La Plata, Suaza. Existen dos represas en el río. La de
Betania, con una superficie de 70 Km2 y capacidad de 540 megavatios y la del Quimbo
con un área de 85 Km2 y capacidad de 440 megavatios.
8. Algo sobre el Huila (6)
El Huila es muy rico en ecosistemas. Cuenta con los parques nacionales naturales
Puracé, Cueva de los Guácharos, Nevado del Huila, Churumbelos y Sumapaz; la zona
amortiguadora del PNN Cordillera de los Picachos y zonas de transición andino
amazónica; con ecosistemas regionales como la sierra de las Minas, la serranía de las
Nieves, la serranía de Peñas Blancas, el cerro páramo de Miraflores, el valle del río
Cabrera, la laguna del Juncal y el desierto de la Tatacoa. En total son 6120 Km2 de áreas
protegidas, un 32 % del área del departamento.
9. Recorrido de nuestro viaje
En total estuvimos de viaje durante 8 días, recorrimos 2064 km
Buena parte del viaje recorrió el río Magdalena pasando por los departamentos de Antioquia,
Boyacá, Caldas, Cundinamarca, Tolima y Huila
Salimos de Medellín, en la cordillera central. Bajamos al Río Magdalena y lo seguimos hasta el
Huila. Subimos a San Agustín, en la cordillera central, estuvimos en las estribaciones del Gran
Macizo Colombiano, donde nace el río Magdalena y surgen las tres cordilleras de los Andes de
Colombia. Atravesamos la cordillera oriental para llegar a Florencia, la capital del Caquetá, en
la Amazonía. De allí regresamos a Medellín, no sin antes visitar en Garzón a nuestro primo
Enrique Ángel y a su familia.
27. El Desierto de la Tatacoa (1)
Este es el segunda desierto en extensión en Colombia después del de La Guajira. Es muy
pintoresco y variopinto, con tonos ocres, grises y rojizos, matizados con el verde de los cactus,
de los matorrales y de una que otra arboleda.
La Tatacoa o el Valle de las Tristezas, como lo llamó en 1538 el conquistador Gonzalo Jiménez
de Quesada, más que un desierto, es un bosque seco tropical. El nombre Tatacoa se refiere a
una serpiente cascabel, que habita la zona, si bien ya poco abundante.
Queda al norte del Departamento del Huila, a uno 38 kilómetros de Neiva y a 10 kilómetros
de Natagaima en el Tolima. Presenta yacimientos de fósiles y mucho atractivo turístico.
28. El Desierto de la Tatacoa (2)
Tiene una extensión de 330 km². Ubicado cerca del municipio de Villavieja, en una zona muy
erosionada y cruzada por cañones secos que se inundan transitoriamente cuando caen las
lluvias. Las plantas se adaptan a las condiciones secas por sus raíces que se extienden
ampliamente en todas direcciones. A pesar de la sequedad hay gran abundancia de pájaros.
Cuenta con dos observatorios astronómicos turísticos, bien atendidos, que aprovechan las
muy buenas condiciones para la observación del cielo nocturno ya que no hay polución
lumínica ni auditiva.
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33. El desierto
Matizado por colores ocres y mate
sus tierras arrugadas y severas
adornadas con rocosos collares
desafía el desierto el paso de las eras.
Altivos matorrales lo pintan de verde
que las florecillas iluminan con amores.
Duras rocas los terrenos enaltecen
con abundantes contrastes y colores.
Al fondo el cielo bendice majestuoso
con su presencia constante y sabia
de lluvias pasajeras y sol esplendoroso.
La arena seca es el regalo que la tierra
ha colocado dominando las distancias.
Que sepan todos que acá ella es reina.
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38. El yo viajero
Yo soy yo,
el viajero de pelo cano,
el del pequeño sombrero,
de tela en su mano.
Ese soy yo,
el fotógrafo poeta,
que disfruta de la tierra
acá o donde sea.
Acá estoy yo,
el que contempla,
el que sueña y camina
por los hermosos lugares.
Allí estoy yo,
sonriente compañero
que te invita a viajar
con la mente y con el cuerpo.
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46. El paisaje
¿Quién ha hecho estos diseños?
¿Quién ha combinado las formas?
¿Quién ha dicho, me gusta, es bello?
¿Quién dibujó las luces y las sombras?
Unos dicen que la nada y el azar,
otros que la madre tierra bondadosa,
algunos que no vale la pena preguntar
y yo digo que está Dios en cada cosa.
La verdad es que todos ayudamos
poniendo, sutil, el espíritu a vibrar,
admirándolo todo con gentil agrado.
Surge así el hábil y profundo artista
que todos tenemos y con humildad
pintamos con nuestra propia vista.
52. El camino
Avanza el camino con sus caminantes.
Segura es la huella que los tiempos
han labrado con sus pasos incesantes.
Cierta es la marcha, claro es el sendero.
Adornan el paso vistosos paisajes
que al cuerpo alientan y descansan,
rodean la vía florecidos matorrales
y pasa fresco el aire de las montañas.
No muy lejos se advierte la llegada,
se renueva el ánimo con la certeza
del descanso al final de la jornada.
Cada paso recorrido va dejando huella
para el caminante que oye la belleza
que susurra, cantando, la naturaleza.
56. El árbol solitario
Al pie del cañón, imponente
un árbol, frondoso
se levanta altivo.
Es único y solitario, fuerte.
Ha vencido, esplendoroso,
cada desafío.
Sequías permanentes,
tormentas de arena
y traicioneros leñadores.
Luchas de vida y muerte,
ciclos incesantes de la tierra
soportó el viento y los calores.
Hoy ha vencido,
es un árbol solitario y admirado,
solo es el tiempo su enemigo.
57. En el fondo del cañón la tierra está
dura y plana. Entre rocas
verticales pasan las aguas cuando
caen lluvias ocasionales y fuertes.
58. Un manantial, de aguas transparentes y frescas, surge en el fondo del cañón
59. Manantial que se va regando hasta que se pierde entre las arenas
60. Imágenes para el recuerdo.
Caminantes que se detienen al pie
del paisaje para permitir que una
fotografía prolongue los tiempos y las
memorias
65. Retoños
Piensa
el padre
en medio
del camino
y agradece
contemplando
sus hijos
y sus parejas.
Son retoños
de la vida,
regalos
divinos
de la existencia.
Fértiles brotes
de la conciencia.
66. El umbral
Joven de nueve años
detenido en el umbral
observando con cuidado
lo que viene y seguirá
Sonríe con confianza
que ya viene lo mejor.
No te engañes con la danza
de las dudas y el temor.
Que los miedos y la prisa
no maten la ilusión
que ilumina tu sonrisa.
Imagina y sueña sin descanso,
abre con preguntas tu intuición
crea, observa y ama a cada rato.
67. Un punto de referencia y de descanso para los visitantes. Pretexto para conversar.
68. Se oscurece el paisaje; se refresca el ambiente. Llueve a lo lejos. Sentimos llovizna.
69. Otra forma de apreciar las bellezas naturales, pintadas de grises y marrón.
70. El viento y la ligera llovizna traen alegres sorpresas a los rostros.
72. Nada como la familia, nada como el paisaje, nada como el paisaje en familia.
73. Los tonos ocres son un telón de fondo para los arbustos, los cactus y las negras rocas-
74. La hondonada es un tributo a la fuerza de las aguas, escasas pero poderosas
75. El vuelo
Con un súbito deseo
se emprende el vuelo.
Se inicia con un ligero salto
y las manos extendidas, en alto.
El cuerpo se estira y se extiende
en un instante potente.
Vendrá inevitable el aterrizaje.
Pero no es ese el final del viaje
Cada experiencia de vuelo
puede ser proceso duradero.
Se alza no solamente el cuerpo,
vuelan el alma y los deseos.
83. Las obras del hombre también son maravilla que debe celebrase
84. Melocactus curvispinus, Cactus
melón de monte
Este cactus da unas flores hermosas
y unos frutos de sabor dulce, muy
semejantes en forma al ají.
Visitamos un área rica en esta
especie
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86. Estamos en Villavieja para almorzar. Allí nos encontramos esta fábrica de cerveza artesanal,
donde nos tomamos algunas de variados sabores. Villavieja queda junto al Río Magdalena.
Municipio de 7300 habitantes, muy antiguo, fundado por el capitán Juan Alonso en 1550. Es
el centro poblacional de la región
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88. Los visitantes disfrutaron de la vista y la cercanía al Río Magdalena,
que todos llevamos en el corazón como el gran río de Colombia.
Villavieja tiene cierta infraestructura sobre el Río Magdalena.
Hay acceso, comercio y baños en el río. Se ha construido un parque,
a medio terminar, que está regularmente cuidado.
En nuestro viaje, de aquí en adelante, vamos a seguir el cauce del
río, aguas arriba, hasta el macizo colombiano, donde nace. Vamos a
conocer dos grandes presas y varios de sus afluentes que vienen de
los departamentos del Cauca y del Huila.
89. Tocando las aguas del gran río, tocamos y sentimos las entrañas del país.
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91. El valle del alto Magdalena visto desde una colina cerca a Villavieja bajo efectos digitales
92. La fertilidad y el verde en los límites del desierto en el valle del alto Magdalena
93. Las altas montañas de la cordillera central se alzan a lo lejos, azuladas, imponentes
97. El abuelo y los nietos
Con el cielo detrás,
azul, profundo, inmenso
el abuelo posa con dos nietos
El pasado, el presente y el futuro
se unen en el triángulo del tiempo
bendecidos desde el cielo
¿Qué pasó, qué pasa, qué pasará?
¿Qué hay en sus inquietas mentes?
El tiempo lo dijo, lo dice y lo dirá,
En conversaciones e historias,
en crónicas, en tantas cosas,
quedan esas huellas permanentes.
102. A lo lejos, en el borde de las arrugas de la montaña, una cabra camina con calma
103. La cabra del desierto
Desafiando la ecología,
viviendo de lo imposible
la cabra perdura y sobrevive.
Brinca entre empinados riscos
sin miedos ni sobresaltos
con equilibrios y desparpajo.
Gusta del clima seco y la aridez
contempla paisajes sublimes
con tímida quietud y porte firme.
Pasan y cambian los tiempos;
permanece eterna la cabra
desafiante, ágil, encumbrada.
104. Los caminantes se confunden con el paisaje. Ojalá con respeto, para que perdure.
113. Espíritus de la luz
Era un atardecer,
en medio del rojo desierto.
El sol, de viaje hacia el ocaso,
se reveló en orbes regalado.
Luminosos seres,
fugaces apariciones en el tiempo,
redondos planetas de tonos dorados
que surgen como un presagio.
Accidente pudo ser,
burla, juguetón inserto
de los pixeles, sin significado.
¿Podría ser, o no ser, dato o no dato?
Era un atardecer,
en medio del rojo desierto.
La luz del sol se quedó a mi lado
y llenó mi espíritu con sus halos.
114. El atardecer y la noche despejada despiden nuestra visita fotográfica a la Tatacoa, que termina con
la observación de estrellas en uno de los dos observatorios existentes
115. Aspecto de la presa de Betania del Río Magdalena al norte de Neiva
118. La presa del Quimbo y la desembocadura del Río Suaza
119. Con dos de mis hijos, tres ingenieros mecánicos apreciando la presa del Quimbo
120. En el parque principal del Municipio de Gigante con sus imponentes árboles
121. En el parque de Timaná, una de las poblaciones más antiguas de Colombia, fundada por Pedro de
Añasco, por orden de Sebastián de Belalcázar, fundador de muchos municipios del país. Como es
típico en el Huila, imponentes árboles adornan el parque
122. En el parque principal de Timaná. Las jóvenes sonríen y las motos abundan
123. El enorme templo parroquial de Timaná, con su atrio, sus torres de variados estilos.
124. En Garzón nos encontramos y almorzamos con el primo Enrique Ángel y su esposa Julieta..
125. Muchas gracias por leer, apreciar y
divulgar esta crónica de viaje por las
hermosas tierras del Huila
Viajeros
Pablo Osorno, María Cecilia Posada, Samuel e Isabela Osorno Posada
David Posada y Luisa Torres
Ricardo Posada y Natalia Pino
Y este narrador, Enrique Posada Restrepo
eposadar@yahoo.com