1. evangelista nino colon.com
APOSTASÍA: La gran señal del fin de la Gracia.
Mirad, hermanos, que no
haya en ninguno de vosotros corazón malo de
incredulidad para apartarse del Dios vivo (Heb
3:12).
Puesto que hemos llegado al fin del camino; o sea
al fin de la Gracia; la iglesia de Jesucristo enfrenta
unos de los problemas más grandes de la historia
en cuanto a doctrina, y no solo a nivel espiritual de
los creyentes, en cuanto a relación se refiere, sino
que hay un grave problema que necesita ser
2. extirpado dentro del seno mismo del Cuerpo de
Cristo, y esto es, la falta de fe de los miembros de
las iglesias, a lo que podemos llamar propiamente
dicha “apostasía”. Indudablemente no podemos
evitar la mencionada apostasía ya que de
antemano estaba predicha en las Escrituras.
Apostasía y su significado:
Transcripción exacta de la palabra griega apostasía
(defección, revuelta), que en el griego clásico era un
término técnico de la política; p. ej., la rebelión
contra el poder gubernamental, sea el rey o la
patria. (Gn 14.4); (2Cr 13.6); (Ez 17.15); (Neh 2.19);
(Neh 6.6), traducción de la raíz hebrea mrd,
“rebelarse”.
El sentido religioso de apostasía es de origen
bíblico. Señala en sentido amplio rebelión contra
Dios. Es decir, no obedecerlo ya sea por seguir
falsos dioses (la idolatría) o desviación moral de la
Ley. Podemos ver este significado (Dt 32.15); (Jos
22.18–23); (Jer 2.19); (Jer 3.14); (Dn 9.9). Ejemplos
de la apostasía en el Antiguo Testamento son los
reyes Acaz (2Cr 29.19), Manasés (2Cr 33.19) y el
pueblo de Israel (Is 1.2–4); (Jer 2.1–9). En el
judaísmo tardío la adopción de prácticas religiosas
paganas de los judíos se consideraba la apostasía
3. “del pacto santo”
En el Nuevo Testamento el término griego
apostasía solo aparece en dos pasajes (Hch 21.21) y
(2 Ts 2.3). Sin embargo, la realidad que describe se
encuentra con frecuencia. En (Hch 21.21) acusan a
Pablo de enseñar “a los judíos [de la dispersión]… a
apostatar de Moisés”. Es decir, a abandonar la Ley,
la circuncisión y las costumbres tradicionales judías.
En (2Ts 2.3) se usa de nuevo en un contexto
escatológico. Antes de la venida del día del Señor, o
sea (el arrebatamiento) habrá una rebelión contra
Dios, el abandono o la apostasía de la fe. La
apostasía en el contexto escatológico se describe
con otra terminología en (1Ti 4.1) y (Mt 24.1–12).
Estos dos pasajes de las Escrituras están
relacionados y nos dicen que esto ocurrirá en los
postreros tiempos, poco antes del arrebatamiento,
refiriéndose al fin de la gracia, en el fin del siglo.
Cabe notar en (1Ti 4.1-3), y es para recordar, está
hablando de postreros tiempos correspondientes al
fin de la época; en otras palabras el fin de la
dispensación de la gracia. Debemos entender
también que el pasaje dice: “algunos” apostataran
de la fe. Los “algunos” son los falsos apóstoles,
4. maestros y profetas, escuchando a espíritus
engañadores y doctrinas de demonios; es donde ahí
entendemos las grandes revelaciones y misterios
escondidos que solamente a ellos es rebelado,
supuestamente por Dios; pero es un engaño más de
Lucifer y de la religión; de manera que arrastrarán a
las grandes masas a la apostasía antes del
arrebatamiento.
La apostasía era uno de los problemas más graves
que la iglesia primitiva tenía que enfrentar. Se
describía como volver atrás y no seguir a Jesús (Jn
6.66), abandonar la fe (1Ti 4.1), ser arrastrado por
el error (2P 3.17) y apartarse del Dios vivo (Heb
3.12). Las causas de la apostasía pueden incluir la
enseñanza de falsos maestros, y esto es lo más
común en la actualidad (Mt 24.11); (Gl 1.6, 7); (2Ti
2.17, 18); (2P 2.1, 2); (Jud 3, 4), la adopción de una
vida de pecado que los herejes promueven (2 P
2.18–20), la persecución (Mt 24.9, 10); (Lc 8.13) y la
tentación satánica (1P 5.8). Las consecuencias
graves de la apostasía se describen en (Heb 6.4–8) y
(Heb10.26–29). Frente al peligro de la apostasía los
autores apostólicos presentaban un antídoto: la
exhortación de perseverar hasta el fin (Mt 24.13);
(Lc 8.15), estar firmes y retener la doctrina
apostólica (2Ts 2.15), retener la confianza en Dios
5. (Heb 3.14), y resistir al diablo (1P 5.9) en la
confianza de que Dios fortalece a su pueblo frente a
las adversidades que pueden llevarlo a la apostasía
(1P 5.10); (2Ts 2.16, 17). Los miembros de la
comunidad de fe se exhortan los unos a los otros a
permanecer en la fe (Hch 14.22); (Heb 13), (Heb
3.12-13).
Mientras algunos teólogos opinan que el verdadero
creyente no puede abandonar la fe con base en los
textos que hablan de la seguridad del creyente (Jn
10.27–30); (Flp 1.6); (Heb 7.25); (2Ti 1.12), otros
observan que varios textos neo testamentarios
describen la apostasía y la perdición de quienes
recibieron la salvación (2Ti 4.10); (Heb 6.4–6); (Heb
10.26, 27); (1P 5.8); (2P 2.1); (2P 2.18–22).
6. (Heb 3.14), y resistir al diablo (1P 5.9) en la
confianza de que Dios fortalece a su pueblo frente a
las adversidades que pueden llevarlo a la apostasía
(1P 5.10); (2Ts 2.16, 17). Los miembros de la
comunidad de fe se exhortan los unos a los otros a
permanecer en la fe (Hch 14.22); (Heb 13), (Heb
3.12-13).
Mientras algunos teólogos opinan que el verdadero
creyente no puede abandonar la fe con base en los
textos que hablan de la seguridad del creyente (Jn
10.27–30); (Flp 1.6); (Heb 7.25); (2Ti 1.12), otros
observan que varios textos neo testamentarios
describen la apostasía y la perdición de quienes
recibieron la salvación (2Ti 4.10); (Heb 6.4–6); (Heb
10.26, 27); (1P 5.8); (2P 2.1); (2P 2.18–22).