Una alimentación sana requiere ingerir suficiente líquido, frutas y verduras, y productos a base de cereales. También sugiere consumir con moderación lácteos, carne y alimentos con alto contenido de grasa. Beber al menos 2 litros de agua u otras bebidas sin azúcar diarias, así como varias raciones de verduras y frutas, garantizan los nutrientes necesarios.
1. Alimentación sana: principios básicos
Información general
Una alimentación sana contribuye en gran medida a mantener la salud y el bienestar de una
persona. Por un lado, seleccionar los alimentos y las cantidades correctas promueve la salud
física; por otro, comer también puede suponer una experiencia placentera que repercute
positivamente sobre el bienestar psicológico y mental.
A la hora de alimentarse de forma sana y contribuir de esa forma a preservar la salud, resulta de
ayuda tener en cuenta algunos principios básicos. Para llevar una alimentación saludable es
fundamental ingerir suficiente líquido cada día. Beber una cantidad adecuada, al menos 2 litros
diarios, sirve para compensar la pérdida de líquido del organismo. Lo idóneo es optar por agua
mineral o del grifo, zumos de fruta mezclados con agua e infusiones sin azúcar. En determinadas
circunstancias puede existir una necesidad incrementada de líquido, por ejemplo en caso
de fiebre, vómito, diarrea o por una actividad física intensa.
¿Qué comer y en qué medida? La pirámide alimentaria muestra cuál es la proporción diaria idónea
de cada alimento.
Una alimentación saludable requiere varias raciones de verduras y frutas cada día. De esta forma
se garantiza el aporte de nutrientes relevantes como las vitaminas. También los productos a base
de cereales, por ejemplo el pan, la pasta, el arroz, los copos de cereales y las patatas deben
consumirse a diario. La leche y los lácteos son otro componente que durante muchos años se ha
considerado clave dentro de una dieta sana por considerarlo como la fuente de calcio más
2. importante. Sin embargo muchos estudios actuales, nos revelan que el consumo de lácteos puede
ser perjudicial para la salud y que el alto contenido de fósforo de la leche de la vaca impide que
gran parte del calcio que contiene la leche no pueda ser depositado en los huesos. Además,
debido a que en la mayoría de los casos la leche tiene un contenido elevado de grasa, es otro dato
más que nos orienta a que deben consumirse con moderación, al igual que la carne, o bien buscar
alimentos que los sustituyan y eliminarlos de la dieta.