c3.hu3.p1.p2.El ser humano y el sentido de su existencia.pptx
José Ángel Valente
1.
2. INDICE:
Biografía. diapositiva núm.03.
Introducción de poesía Europea y Española. diapositiva núm.06.
Poesía Europea.
Poesía Española en los años 40.
Estilo diapositiva núm.07.
Etapas diapositiva núm.11.
Su obra principal y análisis.-Poemas a Lázaro y Punto Cero. diapositiva núm.13.
Latitud diapositiva núm.14
Iluminación diapositiva núm.15
El Temblor diapositiva núm.16
Sé tú mi límite diapositiva núm.17.
Esta Imagen de ti diapositiva núm.18.
La mujer estaba desnuda… diapositiva núm.19.
Toda la noche… diapositiva núm.20.
La Víspera diapositiva núm.21.
El amor está en lo que tenemos diapositiva núm.22.
Hoy andaba diapositiva núm.23
Hay una leve luz… diapositiva núm.24
Sus obras en verso diapositiva núm.25
Fin diapositiva núm.28
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3. BIOGRAFÍA:
José Ángel Valente nace en Orense, 25/04/1.929 , muere en
Ginebra el 18/07/2.000.
Poeta español, ensayista y abogado. Estudió Derecho en
la Universidad de Santiago de Compostela y se licenció en
Filología Románica por la Complutense. Figuró en el
departamento de Filología Hispánica de la Universidad de
Oxford.
En Ginebra ejerce de traductor de organizaciones
internacionales.
Forma parte del “Grupo Poético de los 50”, autores que se
autodenominaban “hijos de la Guerra Civil”. El existencialismo
de la anterior generación, da paso al realismo social y al
intimismo. 8. Premio Nacional de Poesía en 1993 y Premio
Reina Sofía en 1998.
Vivió en Orense, Madrid, Oxford, Ginebra, París Almería. Su
cuento "El uniforme del general", incluido en el
volumen Número trece, le supuso problemas con la dictadura
franquista y fue sometido a consejo de guerra en 1972
acusado de alusiones ofensivas al ejército.
Casado en primeras nupcias con Emilia Palomo, con
la que tuvo cuatro hijos (un hijo y tres hijas) y en segundas,
con Coral Gutiérrez.
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4. Adscrito en un primer momento al llamado Grupo poético de los 50 o Generación del
medio siglo, desde 1966 su poesía evoluciona hacia formas muy personales de
expresión, que enlazan su obra con la de Edmundo Jabès o Paul Celan. Se trata de un
radical esencialismo lírico muy influido por la mística sincrética, como la cábala
judaica, el sufismo iranio y el misticismo cristiano (fundamentalmente a través de
figuras como San Juan de la Cruz o Miguel de Molinos), el taoísmo y el budismo zen,
entre otros. Su aproximación a la mística, sin embargo, se aleja de cualquier dogma
religioso y no postula necesariamente la creencia en una divinidad personal. Esta
entrada en el misterio se produjo en gran parte bajo el magisterio de la pensadora
malagueña María Zambrano. Asimilando tendencias filosóficas y tradiciones
culturales históricas en poesía y prosa y también a través de la música y la pintura, la
escritura de José Ángel Valente es una de las más ambiciosas y profundas de la
literatura española contemporánea, según la opinión de Gérard de Cortanze. Se
muestra heredero de la tradición mística española, de ahí su obsesión con el
problema de la inefabilidad, del vacío y de la nada. El lenguaje y la materia son otras
de sus obsesiones, no muy alejadas de su sensibilidad cercana a la mística: la materia,
como constante engendradora de formas, y el lenguaje, al que Valente quisiera
liberar de su uso puramente instrumental, son dos vías de acceso al misterio de la
existencia.
4
5. Sus traducciones poéticas (entre otros, Paul Celan, John Keats, Constantino
Cavafis, Dylan Thomas, Gerard Manley Hopkins,John Donne, Benjamin
Péret, Edmond Jabès y Eugenio Montale) fueron recopiladas en Cuaderno de
versiones (2002), en edición de Claudio Rodríguez Fer. Tradujo también El
extranjero de Albert Camus (Alianza Editorial)
Es autor de libros de arte en colaboración con pintores como Antonio
Saura (Emblemas, 1978), Antoni Tàpies (El péndulo inmóvil, 1982), Paul
Rebeyrolle (Desaparición Figuras, 1982) o Jürgen Partenheimer (Raíz de lo
cantable, 1991), así como con la fotógrafa Jeanne Chevalier (Calas, 1980).
Con el título de Punto cero, recogió su poesía en 1972 (incluyendo
también Treinta y siete fragmentos, no publicado suelto hasta 1989) y en 1980.
Con posterioridad apareció Material memoria, que recopila su obra poética a
partir de 1979. Ha sido traducido al francés, portugués, italiano, inglés, alemán,
checo, etcétera. Su producción poética ha sido objeto de diferentes antologías, y
estudiadas en distintos congresos, seminarios y coloquios tanto nacionales como
internacionales.
Una productora almeriense realizó un documental sobre su vida, obra y muerte
llamado "El Lugar del Poeta". Es un documental que expone la obra y la
significación que tuvo Almería en la vida de Valente así como su paso por el
mundo contado por las voces de sus amigos y colaboradores. 5
6. INTRODUCCIÓN DE POESÍA EUROPEA Y ESPAÑOLA.-
POESÍA EUROPEA:
Es una gran revolución vanguardista que se caracterizara por los siguientes
puntos:
El verso libre reemplaza a las formas métricas clásicas, aunque éstas puedan
utilizarse de vez en cuando.
Se sustituye de la rima por el ritmo interior del poema, es decir, los efectos
musicales alcanzados con la construcción de las frases.
Se da mayor importancia a los aspectos visuales del poema: mayúsculas, espacios
en blanco, disposición de los versos imitando dibujos.
El símbolo y la metáfora se convierten en recursos fundamentales.
POESIA ESPAÑOLA EN LOS AÑOS 40:
El tema central es España, expresando: rechazo, angustia, nostalgia…
Fue principalmente influida por la Generación del 27. Había diferentes tipos de
poesía, la poesía neoclásica que trataba de amor, religión e imperio.
En cuanto a la métrica, soneto y formas clásicas.
También se da la poesía existencialista que hablaba sobre el hombre, Dios, la
muerte…
Finalmente podemos hablar de poesía vanguardista que era el postismo, una poesía
imaginativa, con búsqueda de la sorpresa, juegos humorísticos e imágenes
irracionales.
6
7. 7
ESTILO:
Cuando nos acercamos a la obra de un autor que ha escrito de forma
tan intensa como lo ha hecho el poeta orensano José Angel Valente (1929) y
que ha superado las fronteras discursivas y estéticas de su tiempo, cabe
preguntarse si nos hallamos ante una nueva dimensión de lo poético, ante una
nueva manera de trabajar con la palabra. Y digo con en el sentido de "junto a"
pues Valente toma una actitud de escucha ante el signo. Esta actitud
aparentemente pasiva y "femenina"
En la mayoría de sus poemas y ensayos, la experiencia creativa se
convierte en el tema de sus representaciones. En Material memoria (1979) nos
dice que la experiencia de crear un poema no comienza con el texto sino antes
de su escritura exterior. Esta nueva noción de la poesía, más intuitiva e
integral, desafía los límites del lenguaje y del pensamiento y transforma la
noción tradicional de comunicación poética (basada en la expresión estética de
un contenido anímico más o menos estable) en una especie de punto cero de
la lengua donde el poeta se convierte en otro lector de su obra sin ejercer un
control sobre lo que escribe. Este ángulo perceptivo o "de escucha ante el
signo"
El proceso de interiorización al que nos remite la obra de Valente es
el punto de partida para hablar de una estética esencialista. Su poesía, vista
desde esta perspectiva, se enfoca en el silencio como signo cuya función es
interrumpir el discurso logocéntrico y producir una emoción estética diferente.
El lector se halla de este modo ante una escritura intuitiva y paradójica.
8. 8
Un aspecto que se deriva de lo anterior es que Valente despoja de su
palabra intenciones y discursos totalizantes. La función de la palabra poética no
reside en la reescritura de la historia, personal o colectiva, ni tampoco en el
olvido, sino que surge de una visión interiorizada de distintas manifestaciones de
lo real que a su vez es un todo en movimiento. Ni la historia ni el tiempo es en
sus poemas una categoría medible linealmente. Lo que interesa es crear vacíos
que posibiliten la transformación de un sistema semántico en otro. El poeta crea
con este procedimiento una estética visionaria que tiene como origen y meta un
"punto cero" en el que se manifiesta el lenguaje poético.
Para una mayor aproximación al estudio en la obra de Valente, es
pertinente tener en cuenta el momento en el que comienza a escribir, que es en
la década del cincuenta. Por este motivo a Valente se le asocia a poetas de la
talla de Ángel González, Claudio Rodríguez y Francisco Brines. Esta nueva
generación de poetas ya no considera el poema como un artefacto ideológico. Y
una de las primeras manifestaciones en este sentido es la que hace Valente en
Las palabras de la tribu (1971), primer libro de ensayos, quien considera el
poema como un "conocimiento haciéndose" ("Conocimiento y comunicación"
7).2 Con este nuevo rumbo que adquiere el poema, inicia Valente su carrera
poética. Una carrera notablemente iconoclasta no sólo con respecto a la poesía
social de los años cuarenta sino también por abrir nuevas dimensiones dentro de
lo poético.
9. 9
Debido a la larga producción poética de Valente, es
necesario atender a ciertos aspectos que conforman su evolución
hacia el esencialismo. Sus primeras publicaciones en castellano son
de mediados de los años cincuenta: A modo de esperanza (1955) y
Poemas a Lázaro (1960). Esta etapa ha sido considerada por la crítica
como una etapa personal.3 Posteriormente, y relacionado con el
marco social de opresión que se vive en España (recordemos la
dictadura de Franco 1939-1975) Valente poetiza el tema del exilio, la
soledad, la opresión, la excentricidad, la ausencia, el desdoblamiento
de un yo, el vacío y la muerte. Siete representaciones (1967)
pertenece a esta segunda etapa en la que predomina lo social. En los
años setenta su obra evoluciona hacia una integración de todos estos
motivos. Es una poesía más abstracta y metafísica. Y a partir de
finales de los setenta se hace mucho más explícito su esencialismo.
En A modo de esperanza (1955, premio Adonais del mismo
año) el poeta se enfrenta a la muerte de su madre. Este libro
constituye una escritura inicial con un tono íntimo y declaratorio. Gira
en torno a la experiencia del recuerdo y de la muerte.
10. 10
La ausencia y el hueco que ha dejado la experiencia del recuerdo y la
muerte de una persona querida como es el caso de su madre, Lucila Valente, es el
pre-texto que origina una primera escritura en la que se presentan ya los primeros
signos de una estética esencialista con el uso frecuente de palabras como ausencia,
muerte, eco, recuerdo, esperanza, hueco, dolor, soledad y desierto.
En la década del sesenta, Valente sigue reelaborando los motivos de la
pérdida, de la ausencia, de la soledad, de lo social e incorpora con más frecuencia el
elemento metapoético. Esta etapa se inicia con La memoria y los signos (1966), título
que lleva implícitos dos signos importantes: lo social y lo metapoético. Este
poemario contiene muchas referencias culturales y sociales que forman un marco
inconfundible en torno a los efectos de la guerra civil española y de las dos guerras
mundiales. Pero hay, sin embargo, una voluntad de ruptura con respecto a discursos
y estéticas convencionales basadas en el recurso de la imitación. Así surgen poemas
cuyas esencias consisten en una lucha por hacer que el "verbo" siga cantando, no en
virtud de lo ya cantado sino en virtud de la expansión del signo, generando una
nueva visión de la realidad poemática.
11. 11
ETAPAS:
Poeta, ensayista y profesor universitario, nacido en Ourense. Comenzó los
estudios de Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela, trasladándose
posteriormente a la de Madrid, donde se licenció en Filología Románica en 1954 con
premio extraordinario. Viaja al extranjero en 1955 y durante varios años imparte
clases de lengua y literatura españolas en la Universidad de Oxford, en la que
obtiene el grado de Master of Arts. A partir de 1958 reside en Ginebra, donde
trabajó como profesor y como funcionario internacional de la ONU. Entre 1982 y
1985 vive en París, donde dirige el servicio español de traducción de la UNESCO. En
1986 se instala en Almería, residencia que alterna con París y Ginebra. Sigue ligado
a la docencia, dictando clases, como profesor visitante, en universidades como la de
Irvine, en California (Estados Unidos). Aunque sus primeros poemas se publicaron
cuando aún era estudiante, Valente se dio a conocer en el mundo literario al
conseguir el Premio Adonais de Poesía, en 1954, con su libro A modo de esperanza.
Perteneciente, por nacimiento y edición, a la generación llamada del 50 o del medio
siglo, comenzó siendo una poeta testimonial e irónico, hasta que a partir de El
inocente, en 1970, su poesía adquiere un acento epigramático y conceptista. Las
transposiciones teóricas, el léxico culto y en ocasiones críptico, la ironía y el
sarcasmo caracterizan su nueva etapa. No obstante, Valente nunca ha aceptado la
limitación que supone encuadrarse en una determinada corriente literaria
representada por cierto número de escritores. En sus palabras, -hay que romper la
noción de contemporaneidad. Llegado un momento, el escritor tiene que hacer una
opción de soledad absoluta, no tiene contemporáneos-
12. 12
En todo caso se asocia a Valente con el grupo de poetas que supieron
diferenciarse en su práctica literaria de la poesía -realista- de sus precursores sin
prescindir del compromiso ético de aquellos, acentuando además la batalla por
un lenguaje específicamente literario Junto con las citadas, destacan entre sus
obras las siguientes: Poemas a Lázaro (1960), con la que obtuvo el Premio de la
Crítica, La memoria y los signos (1966), Siete representaciones (1967), Breve son
(1968), Presentación y memorial para un monumento (1970), Interior con figuras
(1976), Material memoria (1979), Tres lecciones de tinieblas (1980), con la que
gana nuevamente el Premio de la Crítica, Sete cántigas de alén (1981), Punto cero
(1981), Mandorla (1982), El fulgor (1983) y Al Dios del lugar (1989). Además de su
obra poética, que en su primera parte fue situada en la línea de los -poetas
profesores-, como Salinas o Gerardo Diego, y en su segunda etapa en la llamada -
poética del silencio-, José Angel Valente escribió textos narrativos y poéticos en
prosa como Numero trece (1971) y El fin de la edad de plata (1973). También
publicó ensayos literarios: Las palabras de la tribu (1971), Ensayo sobre Miguel de
Molinos (1974) y La piedra y el centro (1983). Fue sometido a Consejo de Guerra
en 1972, al considerarse que en el cuento El uniforme del general, incluido en el
libro Número trece, , -Revista de Occidente- o -Poesía-, y en la prensa diaria,
sobre todo en -El País- y en el suplemento -Culturas- de Diario 16. En 1984 recibió
el premio de la Fundación Pablo Iglesias. Su obra poética ha sido
abundantemente traducida al francés, pero también a otras lenguas europeas,
como el inglés, el francés, el italiano o el alemán.
13. SU OBRA PRINCIPAL Y ANALISIS.- POEMAS A LAZARO Y PUNTO CERO.
Cuando nos acercamos a la obra de un autor que ha escrito de forma
tan intensa como lo ha hecho el poeta orensano José Ángel Valente
(1929) y que ha superado las fronteras discursivas y estéticas de su
tiempo, cabe preguntarse si nos hallamos ante una nueva dimensión
de lo poético, ante una nueva manera de trabajar con la palabra. Y
digo con en el sentido de "junto a" pues Valente toma una actitud de
escucha ante el signo.
En la mayoría de sus poemas y ensayos, la experiencia creativa se
convierte en el tema de sus representaciones. En Material
memoria (1979) nos dice que la experiencia de crear un poema no
comienza con el texto sino antes de su escritura exterior. "El poema
nace con su gestación, al igual que en el Tao la gestación es ya el
nacimiento del ser humano“. Esta nueva noción de la poesía, más
intuitiva e integral, desafía los límites del lenguaje y del pensamiento y
transforma la noción tradicional de comunicación poética, el proceso
de interiorización al que nos remite la obra de Valente es el punto de
partida para hablar de una estética esencialista. Su poesía, vista desde
esta perspectiva, se enfoca en el silencio como signo cuya función es
interrumpir el discurso logo céntrico y producir una emoción estética
diferente.
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14. LATITUD
No quiero más que estar sobre tu cuerpo
como lagarto al sol los días de tristeza.
Se disuelve en el aire el llanto roto,
al pie de las estatuas
recupera la hiedra
y tu mano me busca
por la piel de tu vientre
donde duermo extendido.
El pensamiento melancólico
se tiende, cuerpo, a tus orillas,
bajo el temblor del párpado, el delgado
fluir de las arterias,
la duración nocturna del latido,
la luminosa latitud del vientre,
a tu costado, cuerpo, a tus orillas,
como animal que vuelve a sus orígenes.
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15. ILUMINACIÓN
Cómo podría aquí cuando la tarde baja
con fina piel de leopardo hacia
tu demorado cuerpo
no ver tu transparencia.
Enciende sobre el aire
mortal que nos rodea
tu luminosa sombra.
En lo recóndito
te das sin terminar de darte y quedo
encendido de ti como respuesta
engendrada de ti desde mi centro.
Quién eres tú, quién soy,
dónde terminan, dime, las fronteras
y en qué extremo
de tu respiración o tu materia
no me respiro dentro de tu aliento.
Que tus manos me hagan para siempre,
que las mías te hagan para siempre
y pueda el tenue
soplo de un dios hacer volar
al pajarillo de arcilla para siempre.
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16. EL TEMBLOR
La lluvia
como una lengua de prensiles musgos
parece recorrerme, buscarme la cerviz,
bajar,
lamer el eje vertical,
contar el número de vértebras que me separan
de tu cuerpo ausente.
Busco ahora despacio con mi lengua
la demorada huella de tu lengua
hundida en mis salivas.
Bebo, te bebo
en las mansiones líquidas
del paladar
y en la humedad radiante de tus ingles,
mientras tu propia lengua me recorre
y baja,
retráctil y prensil, como la lengua
oscura de la lluvia.
La raíz del temblor llena tu boca,
tiembla, se vierte en ti
y canta germinal en tu garganta.
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17. SÉ TÚ MI LÍMITE
Tu cuerpo puede
llenar mi vida,
como puede tu risa
volar el muro opaco de la tristeza.
Una sola palabra tuya quiebra
la ciega soledad en mil pedazos.
Si tu acercas tu boca inagotable
hasta la mía, bebo
sin cesar la raíz de mi propia existencia.
Pero tú ignoras cuánto
la cercanía de tu cuerpo
me hace vivir o cuánto
su distancia me aleja de mí mismo
me reduce a la sombra.
Tú estás, ligera y encendida,
como una antorcha ardiente
en la mitad del mundo.
No te alejes jamás:
Los hondos movimientos
de tu naturaleza son
mi sola ley.
Retenme.
Sé tú mi límite.
Y yo la imagen
de mí feliz, que tú me has dado. 17
18. ESTA IMAGEN DE TI
Estabas a mi lado
y más próxima a mí que mis sentidos.
Hablabas desde dentro del amor,
armada de su luz.
Nunca palabras
de amor más puras respirara.
Estaba tu cabeza suavemente
inclinada hacia mí.
Tu largo pelo
y tu alegre cintura.
Hablabas desde el centro del amor,
armada de su luz,
en una tarde gris de cualquier día.
Memoria de tu voz y de tu cuerpo
mi juventud y mis palabras sean
y esta imagen de ti me sobreviva.
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19. LA MUJER ESTABA DESNUDA...
La mujer estaba desnuda.
Llegó un hombre,
descendió a su sexo.
Desde allí la llamaba
a voces cóncavas,
a empozados lamentos.
Pero ella
no podía bajar
y asomada a los bordes sollozaba.
Después, la voz, más tenue
cada día,
ya se iba perdiendo en remotos vellones.
La mujer sollozaba.
Tendió grandes pañuelos
en las lámparas rotas.
Vino la noche.
Y la mujer abrió de par en par
sus inexhaustas puertas.
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20. TODA LA NOCHE...
Toda la noche me alumbres
redonda en el silencio.
Toda la noche, luna,
alúmbreseme en el cielo.
Toda la noche me alumbres,
escudo de mi pecho,
escudo de verdad
firme en el cielo negro.
Toda la noche me alumbres
desnudo contra el sueño:
con la luz que reluces
hazme más verdadero.
Con la luz que reluces
toda la noche me alumbres.
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21. LA VÍSPERA
El hombre despojase de sí mismo,
también del cinturón, del brazo izquierdo,
de su propia estatura.
Resbaló la mujer sus largas medias,
largas como los ríos o el cansancio.
Nublose el sueño de deseo.
Vino
ciego el amor
batiendo un cuerpo anónimo.
De nadie
eran la hora ni el lugar
ni el tiempo de los besos.
Sólo el deseo de entregarse daba
sentido al acto del amor,
pero nunca respuesta.
El humo gris.
El abandono.
El alba
como una inmensa retirada.
Restos
de vida oscura en un rincón caídos.
y lo demás vulgar, ocioso.
El hombre
púsose en orden natural, alzóse
y tosió humanamente.
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22. EL AMOR ESTÁ EN LO QUE TENEMOS
El amor está en lo que tendemos
(puentes, palabras ).
El amor está en todo lo que izamos
(risas, banderas).
Y en lo que combatimos
(noche, vacío)
por verdadero amor.
El amor está en cuanto levantamos
(torres, promesas).
En cuanto recogemos y sembramos
(hijos, futuro).
Y en las ruinas de lo que abatimos
(desposesión, mentira)
por verdadero amor.
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23. HOY ANDABA
Hoy andaba debajo de mí mismo
sin saber lo que hacía.
Hoy andaba debajo de la pena
con risa inexplicable.
Hoy andaba debajo de la risa
con todo el llanto a cuestas.
Hoy andaba debajo de las aguas
sin que fuese milagro comparable.
Hoy andaba debajo de la muerte
y no reconocía sus cimientos.
Andaba a la deriva por debajo del cuerpo
confundiendo los dedos con los ojos.
Hoy andaba debajo de mí mismo
sin poder contenerme.
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24. HAY UNA LEVE LUZ...
Hay una leve luz caída
entre las hojas de la tarde.
Dame
tu mano y cruza
de puntillas conmigo
para nunca pisarla,
para no arder tan tenue
en sus dormidas brasas
y consumirte lenta
en el perfil del aire.
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25. SUS OBRAS EN VERSO:
La obra en verso de José Ángel Valente, muy personal e independiente,
fue insertada con mayor o menor fortuna interpretativa, pero innegable
perspectiva cronológica, en el llamado grupo poético de los años cincuenta o
generación del medio siglo. Se trata, en fin, de un poeta diferente, que, como ya se
escribió, es lo mejor que se puede decir de un poeta.
Su trayectoria poética castellana es sobradamente conocida por el lugar
central que ocupa en la literatura española de postguerra y por su progresiva
apertura a la más avanzada modernidad europea. Así lo atestiguan sus libros y
opúsculos A modo de esperanza (1955), Poemas a Lázaro (1960), La memoria y los
signos (1966), Siete representaciones (1967),Breve son (1968), Presentación y
memorial para un monumento (1970), El inocente (1970), Treinta y siete
fragmentos (1972), El fin de la edad de plata (1973), Interior con
figuras(1976), Material memoria (1978), Tres lecciones de
tinieblas (1980), Estancias (1981), Tránsito (1982), Mandorla (1982), El
fulgor (1984), Nueve poemas (1986), Al dios del lugar (1989),No amanece el
cantor (1992, premio Nacional de Poesía) y Fragmentos de un libro fututo (2000).
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26. Con el título de Punto cero, recogió su poesía en 1972 (incluyendo
también Treinta y siete fragmentos, obra no publicada en edición independiente
hasta 1989) y en 1980. Fue antológico en Noventa y nueve poemas (1981), por
José-Miguel Ullán, y en Entrada en materia (1985), por Jacques Ancet, así como
traducido al francés, portugués, italiano, inglés y alemán en libros y revistas
editados en Francia, Canadá, Bélgica, Portugal, Italia, Gran Bretaña, Estados
Unidos y Alemania
Su conexión con la más granada tradición poética occidental puede apreciarse
también en sus traducciones de creadores de tan diversa procedencia lingüística
como John Donne, John Keats, Gerard Manley Hopkins, Konstantinos Cavafis,
Benjamin Péret, etc..
Colaboró muy asiduamente en la prensa cultural española de postguerra, a
veces en modo polémico, pero siempre esclarecedor. Buena parte de sus
ensayos esparcidos por medios diversos fueron reunidos en Las palabras de la
tribu (1971) y en La piedra y el centro (1983). A este último volumen incorporó
su Ensayo sobre Miguel de Molinos, que había servido de introducción a su
edición de la Guía espiritual, seguida de Fragmentos de la «Defensa de la
contemplación.
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27. El reconocimiento crítico de la obra en verso y en prosa de José Ángel Valente fue
inmediato y perdurable, aunque no siempre estuvo a la altura de su calidad
literaria. Su primer libro, A modo de esperanza, obtuvo el Premio Adonais,
mientras que el segundo, Poemas a Lázaro, recibió el Premio de la Crítica. Después
de un cierto despego de los medios culturales españoles en beneficio de su
independencia moral y creativa, se reanudó su reconocimiento en aquellos al
concedérsele de nuevo el Premio de la Crítica por Tres lecciones de tinieblas, el
Premio de la Fundación Pablo Iglesias (1984) y el Premio Príncipe de Asturias de las
Letras (1988).
Desde el principio, su obra mereció la atención de los más importantes estudiosos
y escritores (desde Emilio Alarcos Llorach a Pere Gimferrer), a veces
significativamente relacionados con espacios diversos de Europa (como Oreste
Macrí, Gustav Siebenmann o María Zambrano), de Africa (como Juan Goytisolo o
Edmond Amran El Maleh) y de América (como José Lezama Lima, Andrew P.
Debicki, José Olivio Jiménez o Juan Gelman).
La riqueza de géneros, formas, contenidos y connotaciones multiartísticas de la
obra de José Ángel Valente, tan variada como coherente, está fundamentada en la
máxima exigencia crítica y creativa que cualquier escritor en castellano haya tenido
alguna vez.
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