4. Índice
A modo de prólogo 9
Primera parte - Poemas 11
Acróstico Para Un Gomía Rante Y Polenta 12
Reencuentro 14
Recordando a ese gran amigo que fuera y es Julián Centeya 16
Una corbata negra... 17
Amigo… 19
Aromas ya olvidados… 21
Las mentiras de siempre 23
Taco, suela y punta 24
Ausencia de ti 26
Génesis 27
Bucare en flor 28
A ritmo de joropo venezolano 29
Seguiré vivo en tus ojos 31
Relatividad 32
Cada mañana 33
Amantes 34
Segunda parte - Reflexiones en poemas y prosas 36
Mi locura 37
Reflexiones escritas en una noche de invierno 38
5. Trasnochando en el antiguo “Café la paz” que ya no es 39
Carta para mis hijos 40
¿Por qué? 42
Tercera parte - El café de los dromedarios angulosos 44
El café de los dromedarios angulosos 45
Acerca del autor 47
Editorial LibrosEnRed 48
6. Desde un presente continuo, retorno al pasado del cual extraigo las ex-
periencias que me son útiles para forjar un futuro a mi manera, libre de
toda sobreimposición adquirida en cuotas.
Eduardo A. Secas
8. Agradezco a todos aquellos que cruzaron sus caminos con el mío, enrique-
ciendo mi vida
9. LibrosEnRed
A modo de prólogo
El viejo dicho: “Planta un árbol, ten un hijo y escribe un libro”.
Planté varios árboles, tuve hijos y escribí poemas, ensayos sobre filosofía
occidental y oriental, con los cuales podría publicar algunos libros. Hoy he
decidido publicar este libro con algunos pensamientos que mi pluma ha es-
crito. Aunque siempre escribí y escribo para mí mismo, lo cual es una forma
de corregirme en el pensar y por consiguiente en mi accionar diario.
Como todo ser humano, viví y vivo momentos amargos y otros dulces. De
los amargos aprendí y aprendo más que de los dulces. Con los recuerdos
dulces siento que la vida ha sido benévola conmigo. Y con respecto a los
amargos siento de igual forma ya que debido a ellos, libre del más mínimo
resentimiento, me fui conociendo a mí mismo.
No guardo rencores ni odios. Estos son venenos para el espíritu, para la
mente y para el cuerpo. No entré ni entraré nunca en ese juego. Pero ten-
go memoria. Una memoria vacía de odios, libre de resentimientos. Una
memoria enriquecida por las circunstancias amargas vividas, las cuales filtro
y analizo mediante el discernimiento, la comprensión y el respeto hacia mí
mismo.
Amé y amo sin especulaciones. Me brindé y me brindo a quienes me aman
sin esperar nada. Dar es recibir siempre del ser amado, al menos así lo he ex-
perimentado. Sin esperar, recibí tal vez más amor del que di y del que doy.
No soy perfecto. No creo en la perfección. Creo en la sabiduría adquirida
mediante la propia experiencia. Esa sabiduría que se obtiene viviendo, ob-
servando, escuchando a las plantas, a los ríos, a las montañas, a la tierra, a
los animales, a los astros y a los seres humanos. Siempre aprendí de todos
ellos y sigo aprendiendo enseñanzas que me han sido de mucha utilidad en
mi constante formación como ser humano.
Creo que todos los seres humanos, hoy divididos por múltiples sin-ra-
zones, algún día formaremos un solo pueblo. Un pueblo unido en el
que cada uno conserve sus propias costumbres sin dejar de respetar las
ajenas. Un pueblo donde no haya más odio entre hermanos ni guerras.
Algún día formaremos un solo pueblo. No sé si lo veré. Puede ser algo
utópico de mi parte, lo reconozco, pero sueño aún con esto.
10. Eduardo A Secas
10
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Creo en la amistad. En esa amistad que surge entre dos seres que son capa-
ces de comprenderse y respetarse mutuamente. En esa amistad en la que
uno le puede decir al amigo que tiene mal aliento y éste no se molesta, sino
que agradece la observación realizada.
No creo que exista un ser humano que esté por encima ni por debajo de
otro.
Tampoco creo en dios ni en dioses creados para el sometimiento de la pro-
pia voluntad de los seres humanos. Por lo tanto tampoco creo en religiones,
sectas o grupúsculos que dicen ser poseedores de una única verdad. Pienso
que todos y cada uno de nosotros poseemos nuestras propias verdades,
forjadas a través de nuestras propias experiencias. Tanta sangre derramada
en nombre de un dios, de unos dioses o de una única y absoluta verdad,
para mi forma de pensar, es una de las atrocidades más grandes que se han
cometido durante milenios.
Creo que la esencia que forma todo este Universo está presente en todo lo
que lo compone. De esta manera, al creer en esto, al vivir esto, siento un
auténtico respeto hacia todo lo que existe o deja de existir pero sigue vivo
en mi memoria.
Por otro lado, sé ayunar, sé esperar y sé pensar o meditar, como dijo aquel
Siddhartha de Herman Hesse.
Disfruto estar con mis amistades pero también sé estar solo conmigo mis-
mo.
No creo en la mentira pues estoy convencido que es un mal hábito. No me
miento a mí mismo ni a los demás, pues tanto lo uno como lo otro lo con-
sidero una cobardía.
Tengo mi propia filosofía de vida la cual no impuse ni impongo a nadie.
Sólo la vivo y la practico.
Soy sincero conmigo mismo.
Sé perdonarme y corregirme a mí mismo.
Creo en mí mismo.
Eduardo A. Secas
12. 12
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Acrostico Para Un Gomia Rante Y Polenta
(Tempus fugit, verba volant, scripta manent)
El tiempo pasa, tirano inexorable.
La tumba aguarda, devorando también todo lo dicho y escuchado.
Temporales son las palabras dichas,
Inmenso monstruo de afilados dientes las devora,
En vacuas se transforman.
Mentiras y verdades supuestas
Perecen al vaivén de los tiempos.
Oscuro sayón cae sobre ellas.
Palabras dichas por transitorios sentimientos,
Abortadas son de la dualidad presente,
Son borradas de cualquier manera
Ante el tiempo que pasa inexorablemente.
Los hechos buenos o malos
Ante la misma ráfaga
Sucumben y renacen eternamente.
Putrefactos quedan el cuerpo del sabio y del ignorante
Ante la única realidad de la cual nadie escapa.
La tierra se abre con sólo pocas paletadas
Absorbiendo cuerpos muertos sin diferencia alguna.
Brindo por esta igualdad que finalmente nos une.
Rechazo cielos e infiernos,
Ante ningún dios o ser humano me prosterno.
Sólo se vive mientras se piensa.
Verdad única no existe.
Una creencia carece de razón.
El tiempo pasa, eso es lo cierto.
La mente puede plagarse de laberintos,
Ante dios o dioses creados por el hombre.
Nadie se salvará de la muerte.
13. El café de los dromedarios angulosos
13
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Lo único que quedará
O perdurará, es lo escrito.
Escritos que revelarán quiénes hemos sido.
Si fuimos, quedará lo que fuimos,
Consecuentes u obsecuentes,
Reptiles o aves Fénix,
Infortunados o afortunados.
Todo quedará revelado en lo escrito ante la
Oscuridad total y última de la muerte.
Pasajeros somos
En este tren de la Vida.
Respondemos a instintos
Motivados por impulsos ciegos.
A veces la razón
Nos devuelve a la Vida,
Entonces nuestro
Corazón reposa;
Entonces es cuando la letra Vive.
14. 14
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Reencuentro
Volví al Café de los Dromedarios Angulosos.
El anciano que espera sin esperar nada,
y que siempre está, apoyada su espalda
contra la pared de la reina de corazones,
me dijo mientras me extendía su cálida mano,
la cual tomé entre las mías recibiendo
una estrella fugaz que siempre me obsequia:
“Hola Eduardo, adentro te están esperando…”
Le di las gracias y me dejé engullir por la puerta
en su bostezo de siempre.
Al principio, debido a la penumbra,
sólo divisé alguna que otra sombra.
En la mesa más lejana y solitaria vislumbré
la silueta del elefante bitrómpico,
que esta vez silbaba el Réquiem de Mozart
a un parroquiano, que sentado con los ojos entrecerrados,
lo escuchaba moviendo levemente su cabeza.
Mis zapatos me llevaron en esa dirección.
Mis manos se apoyaron en la unisola silla
la cual con una sonrisa de años desdentada
me susurró: “Sentate, hermano, sentate”.
Así lo hice, siempre en silencio.
Mis ojos ya acostumbrados a la penumbra
entrevieron el rostro incomparable de mi amigo,
el cual seguía escuchando el entonado silbido
del elefante bitrómpico interpretando
el magistral concierto que ya llegaba a su fin.
El pie digerible del mozo me trajo una copa
la cual contenía el rubio alcohol convidado.
El elefante se fue retirando silbando muy bajo
“Qué maravilloso mundo”.
Con mi amigo nos miramos.
No necesitábamos hablar
como siempre ocurre en el Café de los Dromedarios Angulosos.
15. El café de los dromedarios angulosos
15
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Las imágenes de nuestros pensamientos
se plasmaban en el verde musgo que cubría la mesa.
Luego de un tiempo sin tiempo
nos obsequiamos ese apretón de manos que nunca nos falta.
Salimos, cada uno en su dirección,
sabiendo que no existía ni alejamiento, ni separación.
El misterio de la amistad, de esa tremenda cosa
llamada amistad, nos conduciría siempre
a un constante reencuentro.
16. 16
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Recordando a ese gran amigo
que fuera y es julian centeya
Volví al Café de los Dromedarios Angulosos,
que nos mostraste en poesía, esa poesía tuya,
tan tuya que hoy la hago mía.
No encontré tu figura de Quijote,
sólo Sanchos muriéndose de hastío.
Hoy figuras entre los poetas malditos
de Argentina ¡Claro! dejaste la poesía rimada,
para desangrarte en simbolismos que tantos no
entendían o asustados huían ante la anti rima,
descarnada como lo fue tu vida.
Vuelvo hoy al Café de los Dromedarios Angulosos,
la puerta me engulle en su bostezo.
Veo al mozo con su pie digerible,
atendido por un parroquiano abstemio
que borracho no atina qué servirle.
Mi esqueleto busca tu esqueleto.
Lo encuentro sorbiendo el néctar de una flor
que volverá a transformarse en poesía.
Rocinante bebe un vaso de rubio alcohol convidado
y eructa margaritas deshojadas
por aquella muchacha surgida
de una postal inédita que nunca te llegó.
El elefante bitrómpico que silbaba a Debussy,
se sienta con nosotros y entona un himno obsceno.
El gato que ladraba en clave de fa,
pasea su cola por el mostrador.
Salimos...
la puerta nos expulsa con otro bostezo.
Comenzamos a darle cuerda a los árboles,
mientras un ladrón lleva preso a un policía.
Volvemos al barrio tan querido,
donde Homero Manzi nos espera.
Barquina nos acuna en su regazo
al son del fueye de Pichuco.
17. 17
LibrosEnRed
Una corbata negra...
Hoy, amigo,
me puse la corbata negra.
Sí, esa misma que me viste
tantas veces, al acompañar juntos
los restos de un querido amigo
rumbo a un cementerio.
Hoy me tocó ponérmela
por ti, ya que has partido.
En una tumba abierta
colocaron tu cuerpo,
encajonado en pino
como fuera tu deseo.
Los sepultureros
depositaron el féretro
suavemente, hasta diría yo
con respeto.
Luego las paletadas de tierra
hasta cubrirte por completo.
Los presentes fueron colocando
las coronas y las palmas,
yo sólo coloqué tu flor predilecta.
Tu esposa y tus hijos
lloraban en silencio
tu ya anunciada muerte.
Otros, como siempre,
lloraban su propia muerte.
Alguien dijo unas palabras
elogiando tu vida y tus hechos.
Yo ni escuché, sólo guardé silencio.
Intercambiamos saludos y pésames
y luego todos se fueron yendo.
Yo me quedé meditando
sobre esa tumba fresca.
Como ofrenda, te hablé en susurros
18. Eduardo A Secas
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de nuestras correrías.
De nuestras travesuras de muchachos
y de las muchachas que perseguíamos.
Te recité poemas que tú amabas,
hasta que un nudo en mi garganta
calló mi voz y un sollozo
brotó de mi pecho,
y derramé unas lágrimas
sobre lo que ahora es tu lecho.
Luego partí del cementerio,
a recorrer las calles
que juntos compartíamos.
En tu nombre piropeé
a algunas muchachas que pasaban.
Luego entré a ese bar al que concurríamos
y pedí lo que acostumbrábamos beber.
Y ahí surgió el misterio.
Sentí que estabas frente a mí
sentado en esa vieja silla,
hablándome de cosas
que aún no comprendías,
mientras yo te escuchaba
y como siempre, en silencio, asentía.
Eras sabio sin saberlo.
Fue un honor el conocerte.
Hoy te guardo en mis recuerdos,
y en ellos vivirás
hasta que llegue mi momento.
19. 19
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Amigo…
Vine hasta ti querido amigo
para que enjugues tus lágrimas
sobre este pecho que te brindo,
sin pedirte nada a cambio.
Vuelca tus frustraciones,
tus dolores, tus tristezas,
tus heridas sangrantes,
tus sueños rotos,
tus odios escondidos,
tus rencores viejos.
Compártelos conmigo.
Navegaremos por mares nuevos,
beberemos del agua mansa de los ríos.
Treparemos montañas hasta sus cimas
y desde ellas volaremos entre estrellas.
Toma mi mano, afírmate en ella,
despójate de todo temor.
No hay nada que no puedas lograr.
A pesar de todos mis defectos,
de todas mis imperfecciones
que aún viven en mí,
como amantes que desean acompañarme
hasta mi último suspiro,
te digo desde lo más profundo de mi ser,
que vale la pena despojarse
de todas esas pesadas e inútiles cargas,
que no hacen más que evitar
ser nosotros mismos.
¡Tenemos todo el derecho de ser felices!
Recuerda que soy tu amigo
y que en mi corazón vivirás por siempre.
Te acepto tal cual eres.
Como ya te he dicho no te pido nada a cambio
y solamente, si tú lo deseas, seré tu amigo.
20. 20
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Callaré y respetaré tus momentos de silencio,
pero eso no significa que deje de acompañarte,
de tenderte mis dos manos si las necesitas.
Y si tuviese que morir para que tú Vivas,
así lo haría, sin dudas ni temores.
No me sobrevalores, ya que soy un ser humano,
tal cual tú lo eres.
Sólo soy alguien que sigue y seguirá
aprendiendo en esta hermosa
Universidad de la Vida.
21. 21
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Aromas ya olvidados…
Hoy llegan hasta mí
aromas ya olvidados.
Retorno a tiempos idos
y vuelvo a recordarlos.
Huelo la mugre de mi celda,
sucia de excrementos y meadas.
Huelo a sangre coagulada
brotada de carnes torturadas.
Huesos rotos, que sobresalen
mostrando su blancura dentada.
Gritos de dolor,
aullidos en la nada.
Entran los verdugos,
sicarios desalmados.
Ordenan levantarnos
de ese suelo pegoteado.
Uno de nosotros, ya agotado,
no obedece ese mandato.
Se oye un disparo
que da en la pierna
del que ha desacatado.
El pobre ni se mueve,
inútil alentarlo.
Cuatro botas lo ponen de rodillas,
lo escupen y golpean,
pero él ya no responde,
quién sabe en lo que sueña
su mente desquiciada.
Ahítos de sangre y muerte
le disparan en la nuca.
Y así lo dejan, ahí tirado.
La sangre brota nuevamente
de ese cuerpo maltratado.
Los sicarios se alejan
22. Eduardo A Secas
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dando un fuerte portazo.
Entran a otra celda
esta, de mujeres poblada,
ríen a carcajadas los malditos
mientras una es violada.
Son inútiles sus gritos,
su llanto nos desgarra,
si es apenas una niña
de escuela secundaria.
Luego de saciar sus instintos
la dejan sangrante, desgarrada,
y se van charlando alegremente
y el jefe les dice:
aquí no ha pasado nada.
Y así todos los días
en esta cárcel para el pueblo
presencio tales cosas
sin poder hacer nada...
23. 23
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Las mentiras de siempre
Otro día que pasa
y yo aquí,
en este pueblo
de un país lejano.
Observando rostros
carcomidos de llagas
putrefactas.
Ojos desesperados
piden un trozo de pan
que les es negado.
Sus techos se derrumban
como sus esperanzas.
Mientras en la radio,
de ese pueblo lejano,
se escucha al gobernante de turno
que dice, entre otras cosas:
“La miseria, el hambre,
las pestes y la incultura
ya no existen, ciudadanos.
Con todas esas cosas
hemos acabado”
Un anciano que escucha
dice con desgano:
“Las mentiras de siempre.
El pueblo será siempre
sometido y engañado
con bonitos discursos,
falsas promesas
que nos escupen en la cara.
Al igual que nos escupen
mentiras sobre un dios
al cual yo ya he olvidado.”
24. 24
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Taco, suela y punta
Mis pasos resuenan en esa calle cortada por perfumes de lirios y glicinas.
Las madreselvas me obsequian su perfume tan antiguo y tan nuevo.
Una luna, cual bola de billar, sigue mis pasos.
Los brillantes ojos de un gato se cruzan con los míos,
nos saludamos con sendos maullidos... nos entendemos.
Prosigo caminando... taco... suela... punta...
Me adentro en Boedo, en aquel Boedo de la semana trágica
que caminó mi padre cuando joven...
Desde este presente relativo,
puedo ver y sentir a ese otro Boedo
que ya no es, ni ha dejado de serlo
en mi memoria, sin límites de tiempo.
Mientras, camino bajo un cielo que
podría definir como un toldo tachonado de estrellas.
La bajada luna me observa desde un charco que parió una tarde de lluvia
que ya pasó.
En una yeca cualunque de mi Buenos Aires Gris, de mi Buenos Aires Tango,
un rope callejero se queja suavemente de mi taco, suela y punta
que interrumpió su atorro cotidiano,
como cotidiana es su hambre,
su sed de cariño y sus pulgas.
Le brindo unas caricias en su lomo huesudo
de pelambre enredada y embarrada.
El me agradece con un movimiento de cola
y pasa su lengua sobre mi mano
con una ternura que me perfora el cuore.
Prosigo y mis pasos resuenan acunados
por las copas de los árboles...
Taco, suela y punta...
El rope decidió caminar a mi lado,
tal vez presintiendo mi soledad,
tan profunda como la suya.
Esa soledad que no es amarga, que no duele.
25. El café de los dromedarios angulosos
25
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Esa soledad que nutre nuestras almas de violines asmáticos,
templándolos... afinándolos...
Esa soledad que nos hace sentir Vivos.
Diviso a lo lejos la luz tenue de un chelibo
y me dirijo a él, sin prisa,
tratando de no hacer tan doloroso
el caminar de mi amigo,
de mi hermano perro.
Entro al chelibo y pido
un vaso de tinto novi
y un churrasco de lomo.
El trompa que me atiende,
un gallego laburante
de tupidas cejas,
me mira con cara de sueño atrasado
y murmura: “Estaba por cerrar pero igual lo voy a atender.”
Le doy las gracias, me tomo el vaso de novi,
le pido al dueño que me envuelva el pedido.
Garpo y salimos el rope y yo.
Me siento en el cordón de la vereda
y le voy dando en trocitos
el lomito jugoso que él come lentamente
con su vieja y desdentada boca.
Los árboles me regalan la música que surge de sus hojas batidas por el viento.
De una casa llega el sonido del fuelle de Pichuco interpretando Responso,
esa joya musical que parió en el instante del sueño final de
Homero Manzi, el gran escritor, el gran poeta.
Recuesto mi osamenta contra una pared, enciendo un cigarrillo
y sigo escuchando, inundado de recuerdos mansos
que alimentan mis entrañas de tanguero, de noctámbulo.
Pasa un deportivo auto japonés a toda máquina,
lo persigue una patrulla de sirena desgarrada.
Deja de sonar el fuelle de Pichuco... Se rompe la magia...
Yo, como siempre, prosigo mi andar.
El rope me sigue, presintiendo
que ya tendrá un hogar.
Sí, nos piantamos juntos
dejando que la cana y el auto nipón
sigan por el camino del olvido,
de nuestro olvido... y al carajo!
26. 26
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Ausencia de ti
Te noto lejana,
ausente de toda ausencia
concebible.
Estás sin estar,
ajena a todo.
El reloj de péndulo
de la sala
sigue marcando su tiempo,
sin prisa y sin pausa.
El pájaro del naranjo
ya no trina,
sólo escucha
tu silencio.
Yo te observo,
mi mente guarda
esa imagen tuya
que ya no volveré a ver
más que en el recuerdo.
27. 27
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Genesis
Sale al mundo
del vientre de su madre,
paraíso perdido
del cual ha sido expulsado.
Sale sucio de sangre.
La sangre que lo ha alimentado
durante nueve meses.
Lo reciben dándole
fuertes palmadas en sus nalgas.
Surge el grito de dolor
al quemar, por vez primera,
el oxígeno sus pulmones.
Desde ese instante
no podrá librarse de:
Salir cuando no quiere.
Del dolor de su desgarro interno.
Del grito, ni la sangre.
28. 28
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Bucare en flor
Es más ardiente que el fuego,
que el fuego ardiente.
Ella es más linda que un lirio,
bucare en flor.
Y en mi mundo de delirio,
delirio vano,
dejó su hermosa fragancia
y se marchó...
Partió... sin querer partir,
para ella fue un sufrir,
árbol quemado por un rayo...
Se fue dejándome su amor,
su risa fresca y su candor,
fragancia de la lluvia en mayo.
Tal vez... ¿existirá un tal vez?
que quiebre todo este dolor
y nos reúna nuevamente,
Toda mi vida te soñé
mi morenita sonriente
y con mi corazón te amé.
¿Qué soñarás tan lejana?
¿sabrás que te amo
y que de noche te llamo?
¡cuánto dolor!
Dolor que pega y que pega,
ya no hay retorno
a nuestro mundo de antaño,
bucare en flor.
29. 29
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A ritmo de joropo venezolano
Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...
Al leer lo que has escrito
amiga del alma mía,
me acompaño con un cuatro
ya que va asomando el día
como asoman los recuerdos
hoy aquí en la mente mía.
Te respondo rapidito
sobre esto del amor,
sacrificios no me gustan
tampoco causar dolor
pero que quede bien claro
me quedo con el amor.
Ser feliz con uno mismo
es brindarse a los demás,
que la vida es muy corta
pa’ perderla así nomás
viviendo con ese alguien
que no nos amó jamás.
Escoger no ser felices
es muy triste de verdad,
nadie se merece eso
te lo dice mi amistad
brindada de corazón
y con toda sinceridad.
Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
La llamada imperfección
conlleva cosas muy ciertas,
ya que a veces sin quererlo
se nos abren ciertas puertas
mientras otras se nos cierran
debemos estar alertas.
30. Eduardo A Secas
30
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Ante esto del amor
uno debe de elegir,
con la cabeza bien clara
qué camino ha de seguir
y no dejarnos llevar
por cosas que hacen sufrir.
El sufrir es un veneno
que nos invade la mente,
nos destroza el corazón
nos destruye lentamente
y nos llega a hacer odiar
a todo el que esté presente.
Por eso es mejor seguir
pa´delante en estos casos,
no dudar ni un instante
pa´salir de los fracasos
que el amor no se presenta
más que en muy poquitos casos.
Por eso te canto amiga
no te dejes engañar,
sujeta bien tu caballo
cuando lo hagas galopar
suelta tu cabello al viento
y hazle honor a tu amar
que la vida es muy corta
Pa’ ponerse a divagar.
31. 31
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Seguire vivo en tus ojos
Mi cuerpo es un instrumento
por el cual se manifiesta
aquello que llevo por dentro,
y algún día abonará la tierra
con todos sus complementos:
huesos, carne, sangre, vísceras
y todos sus excrementos.
Tal vez de mis ojos surja un cardo,
el cual le hablará al viento,
de todos mis sentimientos
y de lo que realmente siento.
Y esa charla sin ruidos,
que a veces surgen de palabras
huecas y sin sentido,
la podrán oír mis amigos
pues en ellos seguiré vivo.
Sé que en tus ojos
vivirán mis sentimientos.
Mi cuerpo no existirá
pero tú hablarás con ese viento,
que te traerá desde el cardo
mi cariño, mi amor, que para ti
serán siempre eternos.
33. 33
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Cada mañana
Ese rosal que tienes junto a tu ventana,
ese que ves todas las mañanas
cuando te despiertas
y saltas de tu cama.
Besas sus pimpollos
acaricias sus hojas
y sus ramas.
Yo te observo desde mi ventana
y deseo ser ese rosal
cada mañana.
34. 34
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Amantes
Hace pocos días me fuiste presentada
te rodeaban varios hombres
hablándote, cada uno con sus ansias,
cosa por ti no ignorada.
Yo te saludé y me sonreíste
con una risa diáfana.
Me separé del grupo
y me senté en un viejo sillón
de esa sala.
Te seguí observando
y de vez en vez
nuestras miradas se cruzaron.
Finalizó la fiesta y todos se marcharon.
Tú, no sé con cuál excusa
te quedaste.
Después de un rato te acercaste
con dos copas y una me entregaste.
Salimos al jardín
y caminamos juntos en silencio.
Te fuiste acercando más y más,
de a poco, como para no lastimarme.
Tomaste mi mano y a tu corazón la llevaste.
La luna fue testigo de ese abrazo
que nos brindamos, de los besos que nos dimos,
como si de viejos amantes se tratase.
Luego me dijiste: llévame a tu casa.
Fuimos tan rápido que la luna no pudo seguirnos.
Nos recostamos en mi cama y ya desnudos
tus jóvenes años explotaron.
Seguí tu ritmo hasta llevarte al mío
y así seguimos saltando de un ritmo al otro
hasta que nos fundimos al mismo tiempo
en un infinito orgasmo.
Te acurrucaste rendida sobre mi hombro.
35. El café de los dromedarios angulosos
35
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Dormiste, descansaste y luego
sin palabras te vestiste.
Un beso en mis labios dejaste
antes de marcharte.
Hoy regresaste nuevamente,
intenté hablarte,
no me dejaste.
Me llevaste nuevamente hasta mi cama
y volvimos a ser amantes.
No me pregunto cuánto durará
ya que vivo el instante.
37. 37
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Mi locura
Retorno por caminos recorridos
y al igual que yo, todos ellos
conducen al mismo punto de partida.
¿Es que nunca me he movido?
¿Siempre he estado en el mismo sitio?
¿Vano intento ha sido el viajar sin destino?
¿Debí programar mejor cada partida?
¿Debí contratar a un guía turístico?
¿Debí seguir el ejemplo de los cuerdos?
¿Debí alquilar una fe, un dios?
A todas estas preguntas responde mi Locura:
Si en todas partes has encontrado
las mismas desventuras,
las mismas mentiras,
los mismos fanáticos,
¡Claro que no te has movido!
En la certeza de lo incierto
has navegado mares muertos
en tus viajes sin destino.
Si hubieses programado tus viajes
o contratado algún guía,
a ninguna parte hubieses ido
y nunca hubieses descubierto
lo que hoy das por cierto:
A ninguna parte has ido.
Si hubieses seguido el
ejemplo de los cuerdos
yo, tu Locura, hoy no te acompañaría.
Si hubieses alquilado una fe,
un dios, tampoco me tendrías.
Pero aún puedes elegir
amigo mío:
vuélvete cuerdo
o vive conmigo, tu Locura,
de por vida.
38. 38
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Reflexiones escritas en una noche de invierno
Buenos Aires, 21 de julio del siglo pasado
Sé que vivo hoy porque amo,
pienso, siento y respiro.
De lo que viví ayer he aprendido
a vivir como vivo hoy.
Lo que viviré mañana
dependerá de factores
que me tocarán vivir
y de mi propio sentir.
Y más vueltas no le doy
a esta cosa del vivir.
Pienso que el existir
o el vivir vacío o hueco,
equivale a morir
por más vivo que se esté.
Muchas cosas yo no sé
e ignoro si las sabré,
por lo tanto les diré,
como el filósofo aquel,
sólo sé que nada sé.
39. 39
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Trasnochando en el antiguo “café la paz” que ya no es
Año 1971
¡Qué fácil es insultar impunemente escondido detrás de una máscara!
¡De qué sirve odiar a mis enemigos si sólo se nublará mi razón y cuando
ellos vengan a atacarme me hallarán dormido y desarmado!
Si me respeto a mí mismo lograré respetar a todo este hermoso planeta
azul con todo lo que en él habita.
Si vivo feliz y en paz conmigo mismo, a pesar de las circunstancias, se
desarrolla en mí un estado de conciencia que me permite vivenciar lo
enfermizo, complicado e incómodo que es vivir en estado de infelicidad.
Nada ni nadie me puede brindar la libertad. Sólo yo mismo puedo lograr
ese estado interno.
Seré un verdadero héroe el día que logre vencer a todos mis enemigos
internos.
Ser bueno o malo depende únicamente de mi propia decisión.
Nadie es el culpable de mis fracasos, sólo yo mismo.
Como ser humano soy imperfecto y depende de mi grado de conciencia ir
limpiando mi jardín interior de las malas hierbas.
No seré sincero con los demás si antes no soy sincero conmigo mismo.
Debo considerar, que a veces, las enfermedades físicas tienen su origen en
el hecho de actuar y vivir de forma errónea.
Analizarme con sinceridad, lo cual puede ser difícil de lograr pero no
imposible, es la forma más rápida de dejar de ser esclavo de mí mismo y
de quien pretenda esclavizarme.
Seré ecuánime empleando mi propio razonamiento.
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Carta para mis hijos
En una oscura noche, mirando el cielo, vi una estrella fugaz que me dijo:
“Así es la vida, tan fugaz como yo. Por eso vívela en paz contigo mismo y
con todo lo que te rodea. Vive en armonía contigo mismo y con todo el
Universo.
Así ella, la Vida, te develará todos sus secretos; que sólo tú empañas con tu
ignorancia, tu miopía, tu sentido del yo egoísta cuando nublas tu visión y
tu razón.
Tiende tu mano al que lo necesite sin especulaciones de ningún tipo. Sé
honrado y así te honrarás a ti mismo, a tus antepasados y a tus descen-
dientes.
Sé sincero contigo mismo, no te engañes ya que si te engañas lo estás ha-
ciendo con los que amas, y ellos no se merecen tal cosa.
Si eres valiente podrás enfrentarte a ti mismo, escudriñar en tu inconciente
y arrancar de cuajo las malas hierbas que te envenenan el alma.
Sé feliz a toda costa y brinda esa felicidad a quien veas triste y desolado. Y
si tú estás triste y desolado, sonríe y sé amable con todos ya que nadie tiene
la culpa de tus pesares.
No temas cuando llegue la hora de tu partida. La muerte es parte de la
vida, recíbela en paz.
Busca la compañía de buenos maestros y seres sabios y aléjate del mundo
que cohabitan los charlatanes y los hipócritas.
Aprende a perdonar tus errores ya que estos son grandes maestros si los
sabes ver y comprender. No albergues odio ni rencores. Estos te conducirán
por sendas oscuras. Aprende a amar y luego a Amar.
Recuerda que nadie está por debajo ni por encima de ti. Aprende a saber
que posees errores y aciertos como cualquier ser humano.
No te dejes deslumbrar por el brillo del oro y aprende a ver que el carbón
posee también su propio brillo.
No pierdas el tiempo discutiendo necedades. Aprende a oír el silencio, él
esconde muchos tesoros.
41. El café de los dromedarios angulosos
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Aprende a respetar pero no caigas en el error de dejarte irrespetar. Aléjate
de los irrespetuosos sin pagarles con la misma moneda.
La vida es muy fugaz, como te dije. Aprende a vivirla y así morirás en paz.
Recuerda que en la grandiosidad de este Universo no eres superior a un
insecto.”
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¿Por que?
¿Por qué creer en un Dios, en un cielo, en un infierno?
¿Por qué esa necesidad imperiosa de creer que existe una vida después de
ésta?
¿Por qué creer que sólo existen cosas “buenas” o “malas”?
¿Por qué creer y afirmar que existe el pecado y por consiguiente el ser
humano pecador?
¿Por qué creer que alguien puede perdonarnos ante algún “dios” y
absolvernos de nuestros errores?
¿Por qué la irracionalidad de juzgar actitudes o comportamientos de
otros?
¿Por qué sufrir ante lo inevitable?
¿Por qué ese temor a lo que se denomina muerte?
¿Por qué seguir las reglas de juego que nos imponen seres tan o más
ignorantes que nosotros?
¿Por qué y para qué sufrir?
¿Por qué temer?
¿Por qué vivir atados a lo ya perdido, extinguido y desarmado?
¿Por qué crear ídolos de seres humanos iguales a nosotros?
¿Por qué endiosar a un ser humano que posee un cuerpo y tendencias
humanas iguales a las nuestras?
¿Por qué o para qué desilusionarnos ante hechos finitos y transitorios
siendo tan breve la existencia humana?
¿Por qué alentar los venenos del resentimiento, de la ira y del odio?
¿Por qué envidiar a quienes supuestamente obtuvieron todo aquello que
aparentemente deseamos?
¿Por qué pensar que somos más inteligentes o sabios que un insecto?
¿Por qué creer en la existencia de diferentes razas?
¿Por qué dividir el mundo en países?
¿Por qué creer que alguien posee la verdad absoluta sobre la existencia de
un “dios”?
¿Por qué creer en todo lo lógico y cuerdo?
¿Por qué pensar que somos más evolucionados que un cerdo?
¿Por qué creer que existen cosas sagradas?
¿Por qué no jugarse Todo, absolutamente Todo a una sola carta?
43. El café de los dromedarios angulosos
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¿Por qué no aplicar de una vez el gobernarse cada ser humano a sí
mismo?
¿Por qué buscar las soluciones fuera de nosotros mismos?
¿Por qué persistir en la práctica de cánones que nos imponen seres
corruptos y no dejar nuestro LIBRE ALBEDRIO definitivamente en libertad,
sin irrespetar a otros?
¿Por qué ir como ovejas a una guerra bajo arengas supuestamente
patrióticas?
¿Por qué limitarnos a una sola patria cuando es nuestro el mundo entero?
¿Por qué dejamos que nos destruyan mediante el sentido competitivo?
¿Por qué ser el mejor o el peor, por qué no ser simplemente lo que
Somos?
¿Por qué no Vivir Libres, sólo teniendo como base el Respeto a Todo Lo
Creado?
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El café de los dromedarios angulosos
Hoy quiero hablarles del “Café de los Dromedarios Angulosos”. Si bien
la frase entre comillas la tomé prestada de Julián Centeya cuando yo era
muchacho, la hice mía con los años para ponerle un nombre a un lugar
que en realidad deja de necesitarlo cuando uno lo encuentra y está den-
tro de él.
Hace pocos días me encontré en este lugar, con un amigo polenta y rante
que sí sabe dónde queda y cómo entrar al café ya mencionado. El estaba
sentado y el elefante bitrómpico esta vez silbaba a Mozart para regocijo de
mi amigo.
Para poder entrar al Café de los Dromedarios Angulosos se necesita una
llave, la cual está forjada a base de lo siguiente:
Saber lo que es la real amistad y saberla brindar.
Saber lo que es el respeto hacia todo lo que es respetable.
Ser sincero con uno mismo, para así poder ser sincero con los demás.
Amar la Vida con todos los tesoros que Ella nos brinda a cada instante.
Poseer el grado de Locura necesario que nos hace ver y por lo tanto vivir
las cosas que no vemos ni vivimos estando cubiertos por capas y capas
de esa pintura que nos vendieron y que se la denomina “cordura”.
El Café de los Dromedarios Angulosos no se encuentra en un lugar fijo, es
decir: carece de una ubicación geográfica que yo les pueda brindar.
Sólo teniendo la llave que mencioné, es fácil ubicarlo y entrar en él.
Estando dentro de él, uno siempre se encuentra con un amigo o más. Con
amigos que uno ha encontrado en el transcurso de la marcha e incluso con
aquellos que ya han partido pero viven en nuestro recuerdo.
La decoración de este café es simple, como son simples las cosas más her-
mosas de la Vida. Hay un mozo, aquel del pie digerible, que sin haberla
pedido nos trae una copa de lo que en ese instante deseamos beber.
46. Eduardo A Secas
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Es un lugar tranquilo, apacible, donde la palabra hablada o escrita no es ne-
cesaria. El silencio reina. Pero no un silencio denso, oscuro, sino un silencio
en el cual la comunicación entre amigos está compuesta de imágenes que
surgen de las mentes de los interlocutores.
Para aquellos que nos encontramos en El Café de los Dromedarios Angulo-
sos, no existe la palabra secreto. Se nos despierta un grado de comprensión
que yo llamaría infinita. Hallamos las respuestas a preguntas que nunca nos
han sabido responder. O que si lo han hecho nos han dejado más confusos
que antes de preguntar.
Allí en el aire flotan innumerables respuestas, tantas como preguntas ten-
gamos. Ahí he aprendido por ejemplo, que la flor más hermosa palidece
ante la flor de un cardo. Allí no hay zonas grises. Sólo hay zonas diáfanas
flotando, como ya dije, en el aire humoso de este café.
Si les agrada la idea, traten de ubicarlo y sé que lo encontrarán.
Eduardo A. Secas
47. Acerca del autor
Eduardo A. Secas
E-mail: eduardoasecas1946@gmail.com
Eduardo A. Secas nació el 25 de diciembre de 1946 en
la ciudad de Buenos Aires, República Argentina.En es-
te primer libro nos narra sus vivencias a través de sus
poemas y reflexiones.
Debido a todo lo aprendido y aprehendido con los años y las diferentes
circunstancias que le han tocado vivir, considera como fuente principal pa-
ra su formación como ser humano a la que llama la mejor universidad: La
Universidad de la Vida.
Ha desarrollado su propia filosofía de vida a través de las oportunidades,
que desde niño, se le han presentado para ver, oír y meditar, llevándolo a
sacar sus propias conclusiones. Sin embargo no considera su filosofía como
una verdad absoluta. Para él, no existen verdades absolutas, pues cada ser
humano posee la suya propia.
No cree en ninguna religión, secta o grupo espiritualista. En cambio cree
en sí mismo y en el valor del Respeto, al que considera la base de todas las
virtudes que enaltecen al ser humano.
Ama y agradece a la vida por los buenos y malos momentos que le ha brin-
dado y le brinda, considerando a las situaciones adversas, circunstancias
que le han permitido y permiten aprender entre otras cosas, que de nada
sirve guardar odios ni rencores que nos cieguen a toda la belleza existente.
48. Editorial LibrosEnRed
LibrosEnRed es la Editorial Digital más completa en idioma español.
Desde junio de 2000 trabajamos en la edición y venta de libros digita-
les e impresos bajo demanda.
Nuestra misión es facilitar a todos los autores la edición de sus obras
y ofrecer a los lectores acceso rápido y económico a libros de todo
tipo.
Editamos novelas, cuentos, poesías, tesis, investigaciones, manuales,
monografías y toda variedad de contenidos. Brindamos la posibilidad
de comercializar las obras desde Internet para millones de potencia-
les lectores. De este modo, intentamos fortalecer la difusión de los
autores que escriben en español.
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circuito tradicional.
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