VOLUMEN 1 COLECCION PRODUCCION BOVINA . SERIE SANIDAD ANIMAL
El misterio está en el sótano
1. “El misterio está en el sótano”
Basado en el cuento homónimo
de
Leandro G
Adaptado por:
Ortega Domínguez Marco Antonio
Radiósfera producciones
2. PERSONAJES:
ALFONSO: Joven adulto, independiente y casado, es introvertido, amable, tímido e inseguro.
ALFONSO NIÑO: Niño de 10 años, inocente, apasionado, curioso y dubitativo
DIANA: Esposade Alfonso,joventrabajadora,confianzuda,extrovertida,mandonayentrometida.
JUANA: Mujer de edad avanzada, es misteriosa, amable, responsable y desafiadora.
HUMBERTO: Hombre mayor,de bajo perfil, cortésydesapegadoemocionalmente, responsable y
razonador. Frío.
SIPNOSIS:
AlfonsoyDianaregresana la casa que pertenece a la difunta madre de Alfonso, los recuerdos de
la muerte de sumadre en ese lugarhacenque se resistaa ir. Cosasextrañas comienzan a pasar en
la noche y cuando se encaminan a investigar Diana y Alfonso, se ven interrumpidos por Juana.
Todo señala que la sirvienta oculta algo, y la respuesta está en el sótano…
3. El misterio está en el sótano
Alfonso: (voz cansada) por fin estoy en casa.
Diana: Hola, mi amor ¿Cómo te fue en el
trabajo?
Alfonso: Bah, lo de siempre: juntas, papeles
que firmar y clientes que visitar. Estoy
exhausto; ésta rutina me mata.
Diana: (pensativa) uhmm ¿Qué te parece si
nos vamos de viaje éste fin de semana?
Alfonso: ¿De viaje? ¿A dónde? No tenemos
mucho dinero, ni tiempo además tengo
mucho trabajo.
Diana: Te hará daño si sigues con éste nivel
de estrés. Además, no es necesario que
vayamos tan lejos. Podemos ir a la casa de
campo que tu madre te heredó.
Alfonso (en tono más serio): Sabes que no
me gusta ir a ese lugar; me trae muy malos
recuerdos.
Diana: Deja esos recuerdos en el pasado.
¡Vamos! Te hará bien respirar aire fresco y
olvidarte de los problemas de la oficina.
Además ¿Acaso no extrañas a tu nana
Juana? Seguro que tienes muchas ganas de
verla.
Alfonso: Si, la extraño y mucho. Tú sabes
que ella se encargó de cuidarme después de
que mi madre desapareció.
Diana: Lo sé. Ella sigue viviendo en la casa
de campo ¿verdad?
4. Alfonso: sí, a pesar de que ya nadie de mi
familia quiso quedarse en esa casa, Juana
decidió permanecer ahí para cuidarla.
Diana: Con mayor razón deberíamos ir a
visitarla. Voy a llamarle para anunciarle que
llegaremos el viernes por la noche.
Alfonso: (resignado) está bien, tú ganas.
*Sonido de teléfono*
Juana: Residencia Ortiz buenas noches.
Diana: Hola, Juanita ¿Cómo estás? Habla
Diana, la esposa de Alfonso.
Juana: Hola, mi niña, que milagro que se
acuerdan de mí. Estoy bien, cansada pero
bien.
Diana: Siempre nos acordamos de ti, Juanita.
Te llamo para avisarte que Alfonso y yo
iremos a pasar el fin de semana a la casa de
campo ¿Podrías tener todo listo para cuando
lleguemos? Estaremos ahí el viernes por la
noche.
Juana: Claro que sí, hija. Me da mucho gusto
que vengan, aquí los esperamos.
Diana: Gracias, Juanita. Nos vemos el
viernes.
*Sonido colgar el teléfono*
Diana: Listo, amor, partimos el viernes por la
tarde.
Alfonso: Esta bien. Vamos a dormir.
*Sonido automóvil en marcha*
Alfonso: No sé cómo me convenciste de ir.
Diana: ¿Ya me vas a decir por qué no te
gusta ir?
Alfonso: No, me duele mucho recordar.
5. Diana: ¿Qué es lo que te atormenta tanto de
esa casa?
Alfonso: (con voz desafiante) ¿Para qué
quieres saber? ¿De qué te va a servir?
Diana: Quiero ayudarte, dime qué pasa.
Alfonso: (suspira). Todo ocurrió hace unos
veinte años, cuando mi madre me trajo por
primera vez.
*recordando*
Margarita: Alfonso, hijo ¿Qué te parece la
casita? Es preciosa ¿verdad?
Alfonso niño: sí, mamita, es enorme y bonita.
Juana: Bienvenida, señora. Veo que trajo a
su pequeño hijo.
Margarita: Así es, Juanita. Lo traje para que
conociera la casa y a ustedes también.
Sabes, aunque sean los empleados, siempre
los he considerado como parte de la familia.
Juana: Gracias, señora. Si gustan pueden
pasar a sus habitaciones, están listas para
que puedan descansar.
*Sonido de ambientación nocturna*
Juana: (Gritando) ¡Señora, señora!
Margarita: (somnolienta) ¿Qué pasa, Juana?
¿Por qué tanto escándalo?
Juana: (asustada) Alguien se metió a la casa.
Se echó a correr al sótano.
*Sonido de pasos en escalera*
Margarita: (agitada) ¿Estás segura que hay
alguien aquí? No veo a nadie, está muy
oscuro. ¿Juana?
Juana: Aquí, señora.
6. *Sonido de cuchillo*
Margarita: (realiza un grito ahogado de
dolor).
*Sonido de ambientación, amanecer*
Alfonso niño: (somnoliento) Vaya, que bien
dormí ¿Mamá? ¿Mamita, dónde estás?
*sonido retrospectiva*
Alfonso: Esa mañana que desperté todo
estaba silencioso, parecía no haber nadie en
la casa pero ahí estaba nana en el piso de
abajo, llorando. Yo bajé para preguntarle que
tenía y no tuvo otras palabras más que.
*sonido retrospectiva*
*pasos sobre madera*
Juana: (llorando) ay, mi niño, pasó algo
horrible. Tu mamá…tu mamita está muerta.
Alfonso niño: ¿Qué? ¡No es cierto! ¿Dónde
está mi mamá?
Juana: No te preocupes, mi niño. A partir de
ahora yo te voy a cuidar y nunca te dejaré
solo.
Alfonso niño: (Llorando) ¡No, yo quiero a mi
mamá! ¡Mamá! ¿Dónde estás, mamá?
*sonido retrospectiva*
Alfonso: Juana no me dejó ver el cadáver de
mi madre y hasta la fecha todavía se enoja y
me grita cuando le pregunto qué le sucedió a
mi mamá.
Diana: (sorprendida) ¿No te dijo cómo murió
tu madre? ¡No es justo, tienes derecho a
saberlo!
7. Alfonso: Es inútil querer saberlo, mi nana
siempre ha sido muy reservada y Humberto,
el chofer, palidece cada vez que se lo
pregunto. Es imposible saber lo que pasó.
*Sonido coche frenando*
Diana: Vaya, por fin llegamos. Sí que es un
lugar hermoso.
Juana: Hijos míos, qué gusto verlos otra vez,
pasen, pasen, la cena está lista.
Alfonso: Vaya, Juanita, has cuidado muy bien
éste lugar, está reluciente.
Juana: Gracias, hijo pero cuéntame ¿Cómo
has estado? ¿Cómo te va la vida de casado?
Alfonso: Pues, todo bien, no puedo quejarme
*Sonido de ruidos y pasos*
Diana: ¿Qué fue eso?
Juana: (nerviosa) ¡Nada, no fue nada!
Alfonso: Viene del sótano. Voy a averiguar,
puede ser un ladrón.
Humberto: No se preocupe, señor. Seguro
son las ratas.
Alfonso (dudoso): Humberto, que gusto verte
¿Estás seguro que no hay nadie abajo?
Humberto: Estoy seguro, señor, pasen al
comedor por favor. La cena se va a enfriar.
Diana: Sí, amor, vamos. Debieron ser las
ratas.
*Sonidos de platos y copas*
Alfonso: Estuvo muy sabroso, Juana. La
comida te quedó excelente. Ahora es tiempo
de ir a dormir.
8. Diana: Adelántate, amor yo ayudaré a
Juanita a recoger los trastes.
Juana: no es necesario, mi niña. Yo puedo
hacerlo sola.
Diana: No, Juanita. Para mí es un gusto.
*sonido de agua y trastes*
Diana: Oye, Juanita… ¿Puedo preguntarte
algo?
Juana: Claro que sí, dime.
Diana: Sé que no es de mi incumbencia y
que eso pasó hace muchos años
pero…quisiera saber ¿Qué le pasó a la
mamá de Alfonso?
*Sonido de traste que se rompe*
Juana: (nerviosa) Ese es un que no tiene
caso hablar más.
Diana: Sé que la señora Margarita murió
pero... ¿No crees que Alfonso merece saber
qué pasó con su madre? No puedes dejar
que viva siempre con la incertidumbre.
Juana: (desafiante) Señorita, con todo
respeto, no escarbe en el pasado. Con
permiso, me retiro a dormir a menos que se
le ofrezca otra cosa.
*sonido de pasos*
Diana: Amor, le pregunté a Juana sobre lo
que le sucedió a tu mamá y se puso muy
nerviosa.
Alfonso: (somnoliento) Te dije que era inútil,
ella es muy reservada con ese tema. Vamos
a dormir.
9. *Ruidos sobre madera*
Diana: Otra vez ese ruido ¿Crees que
debemos ir a ver qué es?
Alfonso: uhmm no, deben ser las ratas.
Vamos a dormir.
*Sonido ambientación de noche seguido de
grito de una mujer*
Diana: ¿Escuchaste eso? Era una mujer
gritando
Alfonso: Vamos a ver qué es. Esto no me
está gustando.
*Sonido pasos en las escaleras*
Diana: (agitada) Viene del sótano ¡Vamos!
*Sonido de puerta de madera abriéndose*
Alfonso: ¿Hola? ¿Hay alguien aquí?
Diana: ¿Quién es?
*ambientación espacio lúgubre fx goteras*
Juana: (gritando) ¿Qué hacen aquí? ¡Salgan!
Alfonso: Juana, hay una mujer aquí abajo,
tenemos que ayudarla.
Juana: (Gritando) Aquí no hay nadie,
vámonos, rápido.
*Sonido de portazo*
Juana: Ya vámonos a dormir, aquí no hay
nada que ver.
Alfonso: Juana, por Dios ¿Qué te pasa?
¿Qué hay en el sótano?
Juana: ¡Vámonos ya! No les interesa.
*FX pasos en madera*
Diana: ¿Qué le pasa a Juana? ¿Crees que
deberíamos insistir?
10. Alfonso: No, por ahora hay que dejarlo así,
mañana averiguaremos qué pasa en el
sótano de todos modos dudo que Juana
permita que pasemos está muy exaltada.
*Ambientación de campo en la mañana*
Humberto: Buenos días, señor ¿Gusta
desayunar en la terraza?
Alfonso: Sí, Humberto es una excelente idea.
Gracias
*Sonido de trastes*
Diana: ¿Cómo vamos a entrar al sótano sin
que Juana se dé cuenta?
Alfonso: Vamos a esperar a que se vaya al
mercado y entraremos a ver qué pasa. Le
diremos a Humberto que vigile cuando la
llegada de Juana y así no correremos
peligro.
Juana: Mi niño, voy al mercado a comprar
carne para prepararte tu platillo favorito. No
me tardo.
Hijo, disculpa mi actitud de anoche pero no
me gusta que nadie pise el sótano, está
oscuro y viejo, puede ser peligroso, no me
gustaría que puedas resbalar y lastimarte.
Alfonso: No te preocupes, nana, entiendo
perfectamente. Ve con cuidado.
*Sonido de puerta*
Diana: ¿Ya se fue?
Alfonso: Sí, vamos rápido. Humberto
¿Podrías hacernos un favor?
Humberto: Claro, señor ¿Qué se le ofrece?
Alfonso: ¿Podrías avisarnos cuando Juana
cruce el portal?
11. Humberto: Señor, está bien pero, si me lo
permite, ¿por qué quiere que vigile a
Juanita?
Alfonso: Porque vamos a entrar al sótano, y
no queremos que ella se entere.
Humberto (nervioso): Con todo respeto
señor, no le recomiendo entrar a ese lugar.
Alfonso (enojado): ¿Tú también?, ¿qué es lo
que esconden ahí?, ¿por qué no me dejan
pasar?
Humberto: Señor, disculpe, pero en ese lugar
se encuentran cosas del pasado que no
debería ver.
Diana: ¿Cosas del pasado? ¿A qué te
refieres?
Humberto: Es mejor que deje de intentar
entrar, se lo pido por favor.
Alfonso: Humberto, es una orden. Avísanos
cuando Juana llegue.
Humberto: Está bien, señor. Si es lo que
desea, así será.
*Sonido de puerta abriéndose y voz de mujer
quejándose. Ambientación lúgubre*
Diana: (tose) Hay mucho polvo aquí.
Alfonso: Es un lugar muy viejo
Voz de mujer: Ayuda…
Diana: ¿Escuchas eso? Es la misma mujer
Alfonso: Su voz me suena conocida. Sé que
la he escuchado pero no sé dónde.
Diana: Mira, hay pedazos de tela manchados
de sangre ¿Crees que alguien se haya
lastimado como lo advirtió Juana?
12. Alfonso: No, se ve que ya tiene tiempo aquí,
tal vez es de algún empleado de hace mucho
tiempo.
Voz de mujer: Sáquenme de aquí.
Alfonso: No veo nada, busca el interruptor
para encender la luz.
*Sonidos de interruptor constantes*.
Diana: No sirve, tal vez no tenga foco o esté
fundido.
Alfonso: Encontré una lámpara, veamos que
hay aquí.
Voz de mujer: ¡Ayuda!
Alfonso: Ven se escuchó por aquí, pero, no
veo nada solo hay mantas y polvo.
Diana: Yo tampoco veo nada, mejor
vámonos hace mucho frío aquí y me da
miedo.
Alfonso: Todavía no acabo, espera un poco
más. Mira, aquí prendieron velas hace poco,
¿y estas marcas?, parece como si hubieran
hecho un ritual aquí.
Humberto: Señor, Juanita está por llegar, ha
pasado el zaguán. Suba rápido.
Alfonso: ¡Ahí vamos Humberto entretenla un
poco!
Juana: ¿Quién está abajo? Niños les dije que
no bajaran aquí. ¿Por qué lo hicieron?
Alfonso: Quiero una explicación a todo esto,
¿por qué están estas marcas aquí y las velas
y la manta llena de sangre qué ha pasado?
También escucho la voz de una mujer
pidiendo ayuda y no encuentro nada aquí.
13. Juana: Está bien mi niño, si quieres saberlo
te lo diré.
El mismo día que viniste por primera vez, tu
madre había despedido a Humberto, él
desesperado se puso a beber toda la tarde y
en la noche regresó por sus cosas, tu mamá
escuchó los ruidos que él hizo pero pensó
que era un ladrón ya que se suponía que
cuando llegaran él no debía estar aquí.
Borracho y descontrolado, Humberto también
imaginó que había un ladrón que bajaba por
las escaleras del sótano.
Desafortunadamente, Humberto acuchilló a
tu madre pensando que era un ladrón. Es por
eso que nunca te lo dijimos, sería algo muy
doloroso para ti y seguramente Humberto
estaría en la cárcel.
Después de unos meses, el arrepentimiento
de Humberto llegó a un extremo contrató a
una médium para comunicarse con tu madre
desde el más allá, me hizo ayudarle a
hacerlo, ya que quería disculparse con ella.
Sin creerlo, funcionó el ritual, el espíritu de tu
madre vino, pero no se pudo ir, y ahora el
sótano, es su eterna prisión…