3. Ahora lo tenemos a José en Egipto,
esclavo de un señor llamado Putifar.
Podría haber quedado con un
profundo rencor por su pasado, y de
esta manera habría anulado su vida.
Pero José tenía fe en el futuro.
Sentía que había una estrella que lo
alumbraba y que su vida tenía un
sentido. Y entonces dijo:
-No ganaría nada con guardar rencor
al pasado. Lo importante es vivir
bien el presente preparándome para
el futuro.
9. Podría haber quedado con un profundo rencor por lo
que había pasado. Pero no. José era un hombre
incapaz de guardar rencor al pasado porque creía en su
futuro. Y por eso se decidió a vivir bien su presente.
SSiigguuiieennttee
¿Cómo vivir un presente en la cárcel?
De eso hablaremos la próxima semana
con la gracia de Dios.
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11. Génesis 39
1 José fue bajado a Egipto, y le compró un egipcio, Putifar, eunuco de
Faraón y jefe de los guardias; le compró a los ismaelitas que le habían
bajado allá.
2 Yahveh asistió a José, que llegó a ser un hombre afortunado, mientras
estaba en casa de su señor egipcio.
3 Este echó de ver que Yahveh estaba con él y que Yahveh hacía
prosperar todas sus empresas.
4 José ganó su favor y entró a su servicio, y su señor le puso al frente
de su casa y todo cuanto tenía se lo confió.
5 Desde entonces le encargó de toda su casa y de todo lo que tenía, y
Yahveh bendijo la casa del egipcio en atención a José, extendiéndose la
bendición de Yahveh a todo cuanto tenía en casa y en el campo.
6 El mismo dejó todo lo suyo en manos de José y, con él, ya no se
ocupó personalmente de nada más que del pan que comía. José era
apuesto y de buena presencia.
12. 7 Tiempo más tarde sucedió que la mujer de su señor se fijó en José y
le dijo: «Acuéstate conmigo.»
8 Pero él rehusó y dijo a la mujer de su señor: «He aquí que mi señor
no me controla nada de lo que hay en su casa, y todo cuanto tiene me lo
ha confiado.
9 ¿No es él mayor que y o en esta casa? Y sin embargo, no me ha
vedado absolutamente nada más que a ti misma, por cuanto eres su
mujer. ¿Cómo entonces voy a hacer este mal tan grande, pecando contra
Dios?»
10 Ella insistía en hablar a José día tras día, pero él no accedió a
acostarse y estar con ella.
11 Hasta que cierto día entró él en la casa para hacer su trabajo y
coincidió que no había ninguno de casa allí dentro.
12 Entonces ella le asió de la ropa diciéndole: «Acuéstate conmigo.»
Pero él, dejándole su ropa en la mano, salió huyendo afuera.
13. 13 Entonces ella, al ver que había dejado la ropa en su mano, huyó
también afuera y gritó a los de su casa diciéndoles:
14 - «¡Mirad! Nos ha traído un hebreo para que se burle de nosotros. Ha
venido a mí para acostarse conmigo, poro yo he gritado,
15 y al oírme levantar la voz y gritar, ha dejado su vestido a mi lado y
ha salido huyendo afuera.»
16 Ella depositó junto a sí el vestido de él, hasta que vino su señor a
casa,
17 y le repitió esto mismo: «Ha entrado a mí ese siervo hebreo que tú
nos trajiste, para abusar de mí;
18 pero yo he levantado la voz y he gritado, y entonces ha dejado él su
ropa junto a mí y ha huido afuera.»
19 Al oír su señor las palabras que acababa de decirle su mujer: - «Esto
ha hecho conmigo tu siervo» - se encolerizó.
20 Y el señor de José le prendió y le puso en la cárcel, en el sitio donde
estaban los detenidos del rey. Allí se quedó en presidio.
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