1. BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE PUEBLA
COLEGIO DE ETNOCOREOLOGIA
ENSAYO
LA MINERIA EN LA REGION HUICHOLA: EL CASO DE WRICUTA
ALUMNA: CRUZ MONROY MIRIAM IVONNE
TITULAR DE LA ASIGNATURA: LIDIA LUIS GONZÁLEZ
OTOÑO 2013
2. LA MINERÍA EN LA
REGIÓN HUICHOLA
EL CASO DE WIRIkUTA
Este ensayo va dirigido a toda la comunidad
estudiantil de la Lic. ETNOCOREOLOGIA de la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla,
gracias al apoyo de mis maestros por su tiempo
para guiarme con esta investigación en grupo.
A mi madre, padre y hermana por su cariño y
apoyo incondicional en esta carrera.
MIRIAM IVONNE CRUZ MONROY
13/11/2013
3. RESUMEN
“La minería en la región huichol el caso de wiricuta”
La región huichol es uno de los pocos pueblos indígenas que existe en nuestro
país con tradiciones y culturas de nuestros antepasados y en el caso de las minas
son muy importantes para la comunidad ya que lo consideran sagrado.
Desafortunadamente la empresa canadiense First Majestic Silver y los trabajos
que realiza la empresa Revolution Resources, se las quiere quitar porque es para
ellos un gran lugar. Para la empresa y las autoridades federales decretaron la
zona como Reserva Minera Nacional.
Introducción
La empresa Revolution Resources realiza ilegalmente trabajos de exploración
minera en el sitio sagrado de Wirikuta, por lo que integrantes del Consejo Regional
Wixárika exigen a la Secretaría de Economía que cancele las siete concesiones
mineras que actúan sin los permisos necesarios. El sitio donde la empresa de
capital canadiense está haciendo exploraciones, forma parte de la Reserva Estatal
Ecológica de Wirikuta, lo que no permite que se hagan trabajos fuera de las
tradicionales actividades indígenas y campesinas. La empresa informó que analizó
11 mil 200 muestras de suelo y realizó vuelos para detectar las zonas de mayor
concentración de mineral. Esta operación sin permisos,
es motivo para que
legalmente se cancelen las concesiones a la empresa y es la exigencia que hacen
a la Secretaría de Economía. Cuenta con cuatro proyectos mineros en México: La
Bufa, Montaña de Oro, y Universo, que tiene una longitud de 100 kilómetros y un
ancho de 35.
La compañía se asienta en México porque la minería tiene preferencia sobre otras
actividades productivas y por las leyes pro mineras, que incluyen la ausencia de
pago de regalías. Bruno Ferrari, que es secretario de economía señaló que no
había autorizaciones para trabajos mineros en Wirikuta, ya fueran de exploración o
de explotación para los que se necesitaría una autorización de impacto ambiental
y otra de cambio de uso de suelo.
La Asociación Jalisciense de Apoyo a Grupos Indígenas investigo que hay
instalaciones mineras en San José de Coronados y en la presa Santa Gertrudis,
Jalisco, para la extracción de antimonio. Esas instalaciones comprenden
perforaciones, zanjones y socavones, existen al menos desde la década de los
noventa y se estarían volviendo a usar para las exploraciones. Los wixaritari y las
organizaciones de apoyo inspeccionaron la zona y encontraron evidencia de
trabajos de exploración recientes en su modalidad de socavones y zanjones
dentro del área protegida de Wirikuta.
4. Cerca de la Estación Catorce, “se detectó una profunda excavación en forma de
tajo a cielo abierto que mide 60 metros de diámetro y una profundidad de 13
metros, y cuyos fines no están esclarecidos”, detalla el Frente en Defensa de
Wirikuta, que cuenta con testimonios y fotografías que dan fe de las actividades
recientes de la empresa, la empresa detalló en su informe a los accionistas los
trabajos técnicos que realizó como distancias, establecimiento de casas
provisionales para operar, sobrevuelos y mapas Además, propone perforar 52
puntos, de los cuales 16 se encuentran dentro del área natural protegida
denominada Wirikuta. Con esta evidencia y la fundamentación jurídica,
autoridades integrantes del Consejo Regional Wixárika interpusieron un recurso
ante la Secretaría de Economía para exigir que se cancelen siete concesiones
mineras “en las que de manera ilegal se han realizado trabajos de exploración
como parte del denominado Proyecto Universo”. El proyecto Universo abarca una
parte del territorio sagrado ceremonial de Wirikuta y pone en riesgo varios de los
principales altares donde el pueblo wixárika acampa, reza, vela y realiza
ceremonias en su peregrinación. La Asociación Jalisciense de Apoyo a Grupos
Indígenas espera que el gobierno federal “se tome esto con seriedad y se haga
valer la legislación”, realizando lo más pronto posible un proceso probatorio y que
se cancelen los trabajos actuales. Por su parte el Frente en Defensa de Wirikuta
llama a las organizaciones y a la sociedad civil a permanecer alertas.
Desarrollo
UBICACIÓN
Se encuentra ubicado entre los estados de san Luis potosí y Zacatecas La región
wixárika (hablando también de los huicholes en forma plural) se encuentra en el
espinazo de la sierra Madre Occidental o sierra Wixarika, en el estado de Jalisco.
Dividida en cinco grandes comunidades, cada una de las cuales es autónoma,
tiene sus propias autoridades civiles y religiosas. La autoridad civil es encabezada
por un gobernador llamado totohuani y se renueva anualmente. Los maraakates o
maraakames -cantadores o sacerdotes- tienen como misión conservar y mantener
vivas las tradiciones.
HISTORIA
Las culturas indígenas del centro y del sur del país, incluidos los aztecas,
consideraban que el oro era el “excremento del sol” y la plata el “excremento de la
luna”, sustancias sagradas que representaban al día y la noche, la vida y la
muerte. Para los grupos indígenas nómadas del norte de México, la plata y el oro
también eran divinos, las entrañas de la tierra, aunque sin pirámides, ni templos, ni
palacios que decorar, estas culturas tendieron a dejar estos metales en paz como
muestra de respeto.
5. La promesa de “rescatar y buscar oro e otros metales”, muchas veces usados
para representar las imágenes de su dios, impulsó a exploradores y
conquistadores españoles a zarpar hacia el Nuevo Mundo. Emprendían viajes de
descubrimiento en México y toda América para obtener oro de los nativos salvajes
por cualquier medio, desde rogar y hacer trueques hasta robar y asesinar. Cuando
los emisarios de Moctezuma preguntaron qué hacía ahí y qué quería, Cortés
respondió simplemente “rescate”. Al día siguiente, los nativos trajeron plumas,
telas y algunas piezas de oro creyendo que con estos regalos Cortés los dejaría
en paz. Todo lo contrario, se les envió por más; regresaron la siguiente semana
con dos grandes carretadas de oro y plata y una gran cantidad de pepitas de oro,
pero aún así no era suficiente. En su primer encuentro en Tenochtitlán, Cortés
presentó a Moctezuma, con toda ceremonia, un collar hecho de cuentas de cristal
y a cambio recibió otro del que colgaban grandes pedazos de oro en forma de
camarones. Cortés le confió a Moctezuma: “Los españoles padecemos de una
enfermedad del corazón que solo se cura con el oro.” Aunque era una mentira
ingeniosa, también revelaba una verdad profunda: Cortés y sus soldados, como
los nobles y los banqueros europeos que financiaban su misión, padecían una
“fiebre del oro”, una enfermedad incurable que sacaba lo peor en los hombres,
creaba una insaciable sed de metales preciosos y eventualmente los enloquecía.
Después de que la mayor parte del oro azteca fue rescatado, no hubo
abastecimientos nuevos de metales preciosos durante dos décadas, esto es,
hasta que Cortés fundó la primera mina de plata en Taxco. Los españoles vinieron
por el oro pero se quedaron por la plata. Aunque las primeras minas fueron
fundadas en el centro de México, la mayor parte de los depósitos de plata estaban
en el norte, a lo largo de la Sierra Madre, una región llena de metales preciosos.
Durante el siglo XVI se fundó el Camino Real de la Plata, la ruta de abastecimiento
y transporte para las minas que iba desde la capital hasta Nuevo México. El
comercio de plata financiaba los fortines militares, los presidios y los soldados
necesarios para proteger a los pueblos mineros y los caminos entre ellos de la
resistencia armada que este comercio causó a lo largo del territorio. La plata
también pagó la construcción de las primeras misiones que “concentraban” a los
trabajadores indígenas domesticados (la mayoría provenientes de la ciudad de
México o de Tlaxcala) para ser usados como mano de obra esclava en las minas.
Para asegurar un suministro adecuado de mano de obra para estas primeras
minas de plata, el gobierno colonial decretó que el cuatro por ciento de los adultos
de todos los pueblos indígenas debían ser enviados a las minas y, cuando eso no
bastó, cientos de miles de africanos fueron capturados, esclavizados y
transportados al otro lado del mundo para excavar plata en México.
Cincuenta años después de la caída de Tenochtitlán, la plata representaba el
ochenta por ciento de las exportaciones de la Nueva España. Desde la mitad del
siglo XVI hasta el final del colonialismo, las colonias españolas en América Latina
redituaron en cien mil toneladas de plata. La plata de México y el resto del
continente representaron el 85 por ciento de la producción mundial entre 1500 y
6. 1800, y desde el siglo XVI hasta el último cuatrimestre del siglo XIX, el uso de la
plata mexicana como moneda corriente se extendía por toda Europa y Asia.
Los españoles basaron su imperio colonial en la acumulación de oro y plata, un
esquema económico conocido como “metalismo”, en el que la riqueza de las
naciones se medía por la cantidad de metales preciosos que poseían. Las
enormes montañas de plata en los palacios y los castillos españoles
eventualmente llevaron a una inflación generalizada y volvieron al país
dependiente de las importaciones de Inglaterra y Francia. Las inmensas deudas
que España había generado a causa de sus costosas guerras hicieron que mucha
de la plata que entraba a Sevilla del Nuevo Mundo fuera reenviada hacia las arcas
de los banqueros y capitalistas de las ciudades del norte. Al tiempo que España
estaba inmovilizada por el peso de la acumulación improductiva de metales, la
plata peruana y mexicana estaba sirviendo como el capital que impulsaba la
revolución industrial en el norte de Europa.
En el México colonial, la plata era un sinónimo de riqueza. La plata extraída de los
pueblos mineros (reales) era convertida en moneda (reales) que llenaban las
arcas de la realeza local. Los funcionarios de gobierno, los terratenientes y los
dueños de las minas eran muchas veces las mismas personas, y por ende las
leyes siempre favorecían a los intereses.
Después de la Independencia, los depósitos subterráneos se convirtieron en
propiedad de los terratenientes, tanto mexicanos como extranjeros. Debido a las
conquistas nacionalistas de la Revolución, las materias preciosas de la tierra
fueron declaradas, por lo menos en el texto de la Constitución de 1917, propiedad
exclusiva de la nación mexicana y su gente. Para evitar conflictos con Europa y
con Estados Unidos, sin embargo, los artículos de la Constitución dedicados a la
minería fueron enmendados durante las Conferencias de Bucare, en las que se
decidió que no habría nacionalización retroactiva de las minas extranjeras.
Mientras que la Ley Minera de 1961 apuntaló todavía más los logros sociales de la
Revolución al favorecer a los capitalistas mexicanos, dándoles más control sobre
los minerales extraídos del subsuelo y permitiéndoles adquirir grandes
extensiones de tierras hasta entonces federales, en 1990 las enmiendas
legislativas abrieron la industria, eliminaron muchas de las obligaciones y de los
trámites requeridos previamente y dejaron que compañías extranjeras fueran
dueñas de las minas al cien por ciento. Los wixaritari o huicholes llegaron a la
región de la barranca de bolaños después de que llegaran los tepe canos o
tepehuanos. Los antropólogos e historiadores no están de acuerdo de cuando
llegó esta etnia a la región, pero los mismos wixárika reconocen en sus leyendas
que, cuando llegaron a sus tierras actuales, ya había otra etnia que las habitaba.
La historia oral de los tepehuanos afirma que algunas poblaciones actualmente
habitadas por wixárika, como por ejemplo Santa Catarina, fueron tepehuanas en el
7. pasado. Además, no existen relatos en la historia oral ni de los tepehuanos ni de
los wixárika de alguna conquista o dominación de los wixárika por parte de los
tepehuanos.
La actividad central en la religión tradicional de los wixaritari es la recolección y
consumo ritual del peyote (un cactus alucinógeno) en el lugar que ellos llaman
wirikuta, que se ubica en la región de real de catorce en el estado de San Luis
Potosí. El peyote no crece en la región de los wixaritari, pero es abundante en san
Luis potosí, territorio que fue dominio central de los guachi chiles antes de la
llegada de los españoles. A los guachis chiles se les reconocía como una etnia
fieramente defensiva de su territorio. Que los guachi chiles hubieran dejado pasar
por su territorio a guerreros a cazar sin perturbarlos indica que los reconocían
como parte de su misma etnia. Esto lo confirma la historia oral de los wixárika,así
como la similitud entre el idioma de los wixárika que tiene más similitud con la
lengua de los guachi chiles (ya extinta) que con la de los coras, sus vecinos
actuales. Documentos históricos indican que para el siglo XVI, los wixárika ya
habían llegado a la región del norte de Jalisco. En los relatos de Alonso Ponce,
que datan del año 1587, indica que en la provincia de Tapeque, habitaba una etnia
que solía unirse con los guachi chiles para llevar a cabo incursiones a los
asentamientos y caravanas españolas Los españoles que exploraron la región que
llegó a ser Jerez relatan que se encontraron con bandas de guachi chiles en la
región que habían desalojado a los zacatecas que habían vivido ahí. A través de
esta evidencia histórica es posible postular que los wixárika llegaron a la región de
la barranca de Bolaños aproximadamente al mismo tiempo que los españoles. La
llegada de los españoles a tierras de los guachis chiles en Zacatecas y San Luis
Potosí había traído epidemia entre las comunidades indígenas cuyos integrantes
no tenían resistencia a las enfermedades de Europa. Además, aquellos indígenas
que no morían de las epidemias sufrían a causa de las encomiendas y
concentraciones que llevaban a cabo los españoles para trabajar las minas recién
descubiertas. Estas experiencias también quedan documentadas en la historia oral
de los wixaritari. Llegaron los wixárikas a la región de la barranca de Bolaños
como refugiados y se asentaron entre los pueblos de los tepehuanos. Es probable
que se mezclaran los pueblos, ya que es evidente que estas dos etnias
compartían muchas tradiciones, rituales (tal como el del uso de chimales, o palos
de oración, y el uso de peyote en sus ceremonias) y hasta solían unirse bajo un
solo líder para defenderse de las incursiones españolas y para montar rebeliones
contra el gobierno colonial español.
Creencias religiosas
La religión wixárica y la religión Cora son prácticamente las únicas en México que
cuentan con una población importante de fuertes creencias nativas como
animistas es decir, con un arraigo religioso prehispánico y con menores influencias
del catolicismo. Su religión consiste en cuatro principales deidades: maíz, águila,
ciervos y peyote todo ellos descendientes del sol, "Tau". Sus actos religiosos se
8. llevan a cabo en un monte llamado 'Quemado', en el estado de san Luis potosí
(México). Este monte se encuentra dividido en dos, un lado para las mujeres y otro
para los hombres. En sus actos religiosos suele hacerse uso del peyote, la
religión va implícita a través de la vida del wixárika, forma parte de su identidad y
está presente a lo largo de su accionar, de sus costumbres y en la cotidianeidad
tanto individual como en lo comunitario. La religión viene a ser un compromiso
fundamental en su existencia, es parte de su cultura y de sus distintas formas de
expresión.
LA MINERIA EN LA REGUION HUICHOL
El pueblo Wixárika (o huichol como es conocido) de los estados de Jalisco y
Nayarit ha emprendido una importante lucha por la defensa de su sitio sagrado de
Wirikuta. Aunque ahora este sitio sagrado esté en el estado de San Luis Potosí y
la mayoría de sus pueblos y asentamientos estén en Jalisco, los wixaritari
defienden Wirikuta como parte de su territorio sagrado, al que han peregrinado
desde hace siglos. Y ahora Wirikuta está en peligro debido a que el gobierno
mexicano (especialmente en el sexenio de Felipe Calderón) autorizó 22
concesiones mineras a la empresa canadiense First Majestic Silver Corp. 70% de
las 6,326 hectáreas que tiene en concesión la minera canadiense, están dentro de
la reserva de Wirikuta. Un nuevo proyecto minero anunciado en diciembre de 2011
abarcaba 59,687 hectáreas dentro del Área Natural Protegida de Wirikuta. Este
pueblo considera que “Wirikuta es el fundamento material y cultural sobre el que
se basa la identidad del pueblo wixárika (huichol). La destrucción de Wirikuta
implicaría la destrucción del pueblo wixarika como tal”. Wirikuta fue incorporada en
1988 por la Unesco a la Red Mundial de Sitios Sagrados Naturales.
Los huicholes han dicho que destruir Wirikuta es como si se destruyeran sitios
ceremoniales tan importantes para otras religiones, como la catedral de San Pedro
para los católicos o La Meca para los musulmanes. El pueblo huichol se ha
movilizado desde hace más de dos años para defender lo que consideran su
patrimonio y su lucha ha resonado por todo el país y en distintas partes del
mundo. A pesar de ello, el gobierno ha hecho oídos sordos a la demanda del
pueblo huichol para cancelar los proyectos mineros, Las mineras por su parte
anunciaron en mayo de 2011, dos días antes del Wirikuta Fest, que cederían unas
hectáreas para la preservación del sitio sagrado, pero lo que ofrecieron era
apenas 0.5 por ciento del territorio total de Wirikuta, este lugar tiene 140,000
hectáreas que incluyen la Sierra de Catorce y El Bajío, han proveído a México de
unas de sus mayores riquezas, tanto económicas como espirituales. La riqueza de
9. Wirikuta está en dos substancias radicalmente distintas, una inorgánica, dura, no
comestible, escondida en su mayoría dentro de las laderas, y la otra orgánica,
comestible, jugosa, dispersada por toda la superficie del desierto. Estas dos
substancias, la plata y el peyote, han coexistido lado a lado en Wirikuta por miles
de años; aunque en una relación conflictiva que ilustra los problemas más
profundos de la sociedad mexicana Desde hace veinte años, aproximadamente,
ha existido actividad minera en la región, lo que ha dejado una fuerte huella de
deterioro de la salud de los trabajadores de las minas, sus familias, animales, así
como un fuerte saldo de contaminación y conflictos continuos que emanan de la
violencia, el abuso de autoridad y la destrucción irracional del terreno.
Las concesiones que ha obtenido minera canadiense First Majestic Silver, para la
extracción de plata en la Sierra de Catorce, no sólo transgreden las leyes y pactos
que protegen a Wirikuta y al pueblo wixárika, sino también el equilibrio ambiental y
la salud de los habitantes. Cuando en su página de internet, la compañía describe
sus operaciones como agresivas, está siendo peculiarmente honesta: sus
procedimientos, como las de otras empresas mineras que pretenden operar en
Wirikuta, causarían “irremediables daños de proporciones excesivas”, en palabras
del Frente en Defensa de Wirikuta. La minería equivale a la liquidación de la vida
en Wirikuta. Partiendo de los métodos y sustancias químicas empleadas en
minería, pasando por las excavaciones a cielo abierto, hasta llegar a las
cantidades irracionales de agua para obtener el mineral, los procedimientos en la
minería destruyen las regiones donde se realizan, en todos los niveles.
Diariamente son utilizadas sustancias tóxicas para separar el metal
(aproximadamente diez mil kilos diarios) y ellas se suman a los metales y
sustancias, como el mercurio, el plomo y el arsénico, que al salir de la tierra
quedan expuestas a los vientos y la lluvia. Todas estas sustancias terminan en el
aire, suelos, cuerpos de agua superficiales y subterráneos, que acaban
envenenados. Wirikuta es un lugar desértico y, aun con su modesta forma de vida,
el agua es poca incluso para sus habitantes. En la llamada “mega minería”, son
utilizados 100 millones de litros de agua al día, con lo que ríos, manantiales y
mantos acuíferos serían brutalmente explotados. Utilizar dos toneladas de agua
para extraer un gramo de oro, es una falta de respeto para los pobladores. El
suelo no sufre menos, porque el método de tajo a cielo abierto destruye la capa
más superficial de la tierra y toda la vida que ahí sucede. Se elimina el hogar de
seres humanos, plantas y animales que dan sentido al pueblo wixaritari, dejando
terreno muerto y erosionado. Esta empresa ofrece empleo a los habitantes de la
10. región, a cambio de una remuneración económica miserable en comparación con
las ganancias que se pretenden obtener; ganancias que obtienen explotar los
recursos naturales de un lugar sagrado para los wixaritari. No sólo se trata
Wirikuta, sino de todos los lugares violentados de forma similar. Como se puede
leer en el sitio web de Tamatsima Wahaa: “Encontrar fuentes dignas de trabajo
que permitan a los pobladores tener agua limpia y tierras productivas así como
recuperar el nexo espiritual con el lugar que habitan es una tarea que como
habitantes de este planeta debemos tomar en nuestras manos. Encontrar estos
caminos, hacer las propuestas y acompañar su desarrollo”.
La nación wixárika ha resistido desde hace varios siglos la imposición de
proyectos que depreda el medio ambiente; protege sus ritos y su territorio, que se
reparte en tres estados del occidente del país: Durango, Nayarit y al norte del
estado de Jalisco y un centro ceremonial en San Luis Potosí. Desde el año pasado
los huicholes rechazaron la instalación de una mina trasnacional en Wirikuta,
también conocido como el cerro del Quemado, uno de sus sitios más sagrados,
ubicado en San Luis Potosí. La constante de sus batallas es que los huicholes, a
través de las organizaciones civiles aliadas como la Asociación Jalisciense de
Apoyo a Grupos Indígenas (AJAGI) y Conservación Humana, han articulado una
solidaridad internacional a su favor. Los wixaritari (plural de wixárika) están
asentadas en tres comunidades principales que a su vez son centros
ceremoniales: Santa Catarina Cuexcomatitán, San Sebastián Teponahuastán y
San Andrés Cohamiata, asentadas al norte del Estado de Jalisco.
Defensa de Wirikuta
Cada año, los huicholes realizan una peregrinación en el cual visitan sus
santuarios naturales para mantener la vida del mundo, le piden a su Dios el
sustento y la salud para su pueblo. Cuentan que sus antepasados hicieron esa
misma peregrinación desde hace mil años. Llevan ofrendas, danzan y recolectan
el hí kuri, o peyote que lo utilizan para hablar con los dioses a través de los
sacerdotes. La peregrinación tiene cuatro puntos: wirikura, en el desierto cerca de
Real de Catorce en San Luis Potosí: Hauxamanaka, en el Cerro Gordo, Durango;
Haramara, el santuario ubicado en la playa de San Blas, Nayarit y Xapawiyeme, la
Isla de los Alacranes en el Lago de Chápala, Jalisco.La zona sagrada de wirikuta
está incorporada a la Red Mundial de Lugares Sagrados Naturales de la UNESCO
desde 1988 y está en la lista de espera para considerarla Patrimonio Cultural y
11. Natural de la Humanidad.Para el estado de San Luis Potosí, tiene la clasificación
de Reserva Ecológica Natural y Cultural de Wirikuta y prohíbe cualquier actividad
que dañe el entorno. En Wirikuta, el lugar donde sale el sol para los huicholes,
explotarán una mina de plata que devastará el centro ceremonial. El gobierno
federal autorizó 22 concesiones mineras que abarcan más de 6 mil hectáreas que
adquirió la compañía minera canadiense first Majestic Silver. De acuerdo con la
denuncia del frente en defensa de wirikuta, integrado por autoridades tradicionales
wixaritari, el lugar que afectará la actividad minera, constituye un ecosistema
único.El Frente en Defensa de Wirikuta teme que el proyecto contamine los pocos
acuíferos que existen en la zona. En Wirikuta o el Cerro del Quemado viven
especies animales y vegetales endémicas en peligro de extinción como el águila
real, un símbolo para la nación wixárika.
Conclusión
La creciente indignación nacional e internacional no ha detenido los trabajos de
exploración por el proyecto Universo en el bajío de Wirikuta, ni la apertura de
caminos, la excavación de tajos a cielo abierto o el intento de cooptación de First
Majestic Silver y sus cómplices en el gobierno. Y mientras, con impunidad, las
agroindustrias desmontan zonas de alta biodiversidad. Continúa la campaña de
desinformación del gobierno, que busca confrontar al pueblo wixárika con los
ejidatarios campesinos que habitan y aman las tierras sagradas de Wirikuta,
vociferando de manera falsa que pretendemos quitárselas y auspiciando la
hostilidad. Esto no encuentra eco en la palabra legítima y honesta de los pueblos
del desierto con quienes hemos emprendido un diálogo de frente y con la verdad
Referencias
The national miningreserve (2012) Tamatsima Wahaa,FrenteenDefensadeWirikuta
Medio ambiente ciencia (2012) tamatsima wahaa, frenteen Defensa de Wiricuta
MARÍA FERNANDA SOLÓRZANO GRANADACOMITÉ (2013) INSTITUTO DE INVESTIGACIONES
SOCIALES