EL HABITO DEL AHORRO en tu idea emprendedora22-04-24.pptx
ORFEO
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2. El mito de Orfeo es uno de los más oscuros y más cargados de simbolismo de cuantos registra la mitología helénica. Conocido desde época muy remota, ha evolucionado hasta convertirse en una verdadera teología, en torno a la cual existía una literatura muy abundante y, en gran medida, esotérica.
3. Orfeo es hijo de Eagro y de Calíope, la más elevada en dignidad de las nueve Musas. Orfeo es de origen tracio; es, pues, como las Musas, vecino del Olimpo, donde con frecuencia es representado cantando.
4. Orfeo es el cantor por excelencia, el músico y el poeta. Toca la lira y la cítara. Apolo le regaló la lira (inventada por el dios Hermes) y Orfeo aumentó el número de cuerdas del instrumento, que primero eran siete y después pasaron a ser nueve, por razón del número de las Musas. Orfeo sabía entonar cantos tan dulces, que las fieras lo seguían, las plantas y los árboles se inclinaban hacia él, y suavizaba el carácter de los hombres más ariscos.
5. Orfeo participó en la expedición de los Argonautas, pero, más débil que los demás héroes, no remaba; actuaba de “jefe de maniobra”, dando la cadencia a los remeros. En una tempestad tranquilizaba a los tripulantes y calmaba a los elementos con su canto. Su misión principal fue cantar mientras las Sirenas intentaban seducir a los Argonautas, y logró retener a éstos al superar, con acentos más dulces, a las magas.
6. Orfeo se enamoró de Eurídice, una ninfa de los bosques de Tracia. La pareja fue feliz y el reino prosperó con abundantes cosechas propiciadas por la música de Orfeo.
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8. Un día, Aristeo, el hijo de Apolo que introdujo entre los hombres el arte de la apicultura, quiso seducir a la joven y la persiguió con intenciones de violarla hasta el corazón del bosque. Pero allí, una serpiente mordió a Eurídice y le provocó la muerte. Orfeo se lamentó amargamente por la pérdida de Eurídice. Consternado, Orfeo tocaba canciones tristes y cantaba lastimeramente.
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10. Desolado, descendió al Hades dispuesto a conmover con su música a los dioses del Infierno y recuperar a su amada. Al llegar pidió a Caronte que le llevase en su barca al otro lado de la laguna Estigia, a lo que Caronte se negó. Orfeo comenzó a tocar su lira provocando el embelesamiento del barquero, quien accedió a llevarle a la otra orilla. Camino de las profundidades del inframundo, tuvo que sortear muchos peligros, para los cuales usó su música, ablandó el corazón de los demonios, e hizo llorar a los tormentos (por primera y única vez). De la misma manera convenció al perro Cerbero, el guardián del infierno, para que le abriera las puertas.
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12. Llegado el momento, con su música ablandó también el corazón de Hades y Perséfone, los cuales permitieron a Eurídice retornar con él a la tierra; pero sólo bajo la condición de que debía caminar delante de ella, y que no debía mirar hacia atrás hasta que ambos hubieran alcanzado el mundo superior y los rayos del Sol bañasen a Eurídice.
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15. A pesar de sus ansias, Orfeo no volvió la cabeza en todo el trayecto. Incluso cuando pasaban junto a algún peligro o demonio, no se volvía para asegurarse de que Eurídice estuviera bien.
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17. Llegaron finalmente a la superficie y, por la desesperación, Orfeo volvió la cabeza para verla; pero ella todavía no había sido completamente bañada por el Sol, todavía tenía un pie en el camino al inframundo: Eurídice se desvaneció en el aire, y esta vez para siempre. Orfeo trató de recuperarla de nuevo pero Caronte permaneció inflexible y le impidió el acceso al mundo infernal.
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20. Desconsolado, se reintegró a los humanos. Entonces unas mujeres tracias mostraron cierta pasión por Orfeo, pero éste las rechazó. Las Bacantes (seguidoras de Dioniso) devoraron a Orfeo (lo desmiembran) por haber rechazado a las mujeres y lo tiran al río Hebro. La lira y la cabeza del poeta llegaron a la isla de Lesbos.
21. El oráculo dijo que si no reposaban los restos de Orfeo en Tracia caería una maldición sobre la Tierra. Por este motivo, desenterraron los restos de Lesbos y los enterraron en Tracia, junto a unas cañas. Dicen que cuando hacía viento y las cañas se movían, parecía que se estaba escuchando la voz y la música de Orfeo.
22. Después de la muerte de Orfeo, su lira fue transportada al cielo, donde quedó convertida en constelación. El alma del poeta pasó a los Campos Elíseos, donde, revestida de un largo ropaje blanco, sigue cantando para los bienaventurados.