Este poema trata sobre la soledad y el sufrimiento de un grupo de artistas y activistas. Describe cómo sus problemas inicialmente parecían pequeños pero luego se hicieron más profundos, llevándolos a enfrentar persecución, tortura y algunos a perder la vida. El poeta lamenta no haber podido ayudar más a una mujer en particular y salvarla de su trágico destino.
1. [De cómo se relaciona un siglo con la subyugada sensación de tenerte cerca]
[Insania para el oprimido]
[Lista de fábricas en nula enfermedad disparada por palabras que pudieron ser dichas]
[Un poema para tomar drogas de café]
[85 terremotos]
[La fabrica de sangre]
[Cero: capítulo donde no había nada y donde ahora hay terrones de perros]
Refugio Armando Salgado Morales
-poesía-
A la ruta 27: locos, artistas, futuros,
prohibidas, musas, líderes:
a mis contemporáneos,
a la primer musa de mi iris,
a ti Adriana Ramírez Cruz.
Iniciamos como un grupo de proscritos,
arrojamos letras al hoyo de la descarnada soledad
y en el bálsamo que nace de la piel, sola -el sudor-
dejó ver el crecimiento de los agujeros,
crecieron como niños al principio,
infantes que causan gracia:
bellos,
dóciles,
naturalmente tiernos,
mas suelen ser así los problemas:
no avizoras su distancia impenetrable
2. porque nacen al guardado de los sueños
siendo hermanastros
de las causas nobles que te llevan al altar,
escribiendo las mejores intenciones
uniendo sal y mar, dulce y sangre;
al último el agujero se logra más hondo,
vienen los gastos económicos,
ya no quieren leer tus libros
ni abrir el recetario de caricias que tenías guardadas;
todo queda sepultado bajo el terremoto del 85,
ni embarazos planificados..., ni las píldoras de orgasmos comprados,
sólo tu cajón vacío en mi cuerpo,
en un rincón que huele a gatos perfumando la noche
con maullos de esquizofrenia, se esconde el sabor de tu arma:
todos los pechos disparabas días en mis manos:
todos los días manos disparé en tu musles:
todos los muslos acariciaste mis respiros de jóvenes manos:
imaginé tu soledad al verte debajo del balcón recordando el 68,
quise curarte las cicatrices, lamer tus cabellos agrios,
en tanto el sudor tomó la capital de tu nuca,
-Madrid (la guerra civil estampó tu cáliz)-
3. después vinieron las pinturas de sangre jamás olvidadas:
Pekín, París, la plaza de Tlatelolco en la Ciudad de México-
TODAS FUERON MADRES DE TUS PENAS;
hablaron el lenguaje de tu cabello desbrozado
y limpiaron la sangre del piso que lloró,
el pensar adquirió canas llenando el hipocampo
de batallas con recuerdos -emisarios que atraparon las calmas
en esta generación expulsada.-
-Calma, que tus nervios se hagan agua
en mi garganta bebiendo tus penas cortantes.-
-Cálmate, respira poco a poco,-
me dije antes de responder a tu vida:
sabía lo que pasó en ti,
lo buscaron, conocían su estrategia,
irrumpieron en sus hechos,
-la sangre clamó auxilio porque era piedra buscada-
le inyectaron impotencia, escarbaron en su piel
y jugaron
a quitarle la cabeza
al libro,
ataron pistas,
abrieron RITOS callados;
4. desgraciadamente los encontraron, uno a uno,
rosa tras rosa el jardín se llenó de sangre,
los dedos cortados respiraron sobrevivencia,
-arrancaron la confesión de sus pétalos-
y la utopía de liberar el aire
dentro de una bolsa de plástico
simplemente se tronó;
¿dónde quedaron las clases de política para defender el mundo?,
la barbarie se vistió de santa y arrojó milagros emperrados,
parecía dama recién casada
cortando flores de sangre sobre el jardín de las rosas,
pataleando como una mosca ahogada en su propia esperanza;
iniciamos como un grupo de proscritos
arrojamos letras al hoyo de la soledad,
la intensión era cubrir
el bálsamo de la hiel ciudad negrura
derramando piel donde no crecía ni la sombra,
agujero: la ausencia de todos los desaparecidos;
-cálmate, respira poco a poco-
me dije antes de abrir la puerta de tu departamento,
estabas allí,
5. vestías con la ropa de la sangre,
los gatos ronroneaban tu escultura,
sangrabas café,
hablabas el lenguaje de la llama arrepentida por ser llama,
diste a luz tu propia muerte, desde adentro,
en tus ganas de adelanto,
escribiste la caminata del tiempo
de golpe en golpe hasta que desperté,
en shock total ensoñé la desangración hecha hoja
donde proclamaste púrpuraciones,
equilibraste el circo de la ovación
aplaudiendo
con un sólo tiro y carcajeando con tu boca perforada,
callaste lo incallable,
te arrojaste al hoyo esquizofrénico,
te reuniste con el grupo antes de que te buscara la vejez;
eras la muchacha más visitada de la colonia,
a diario venían a verte el humo, la impaciencia, la incertidumbre;
duele ser un triste perro,
mi olfato falló, no me adelanté a tus intenciones,
me partió saberte y mirar tus pasos
y quedarme terriblemente callado
6. pensando lo que pude haberte dicho,
ese -cálmate, respira poco a poco-
pudo ser un cásate conmigo o un te amo no estás sola,
mas a veces crecemos como perros
sintiéndonos cautivos en perreras,
miramos l e n t a m e n t e
cómo pasan los gatos abiertos al viento,
cazadores de pájaros -que sólo son sueños-,
y nosotros cazando pesadillas
crecemos como hombres encerrados:
creyendo ser hombres
creyendo creer
creyendo que si hubiera
creyendo amarte
creyendo convencerte
cuando en verdad padecemos una sarna enfermiza.