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DORIAN
ESCRITO POR:
STAROSTA
(RAFAEL BEJARANO)
Dorian | 3
En tu cuarto
Donde el tiempo se detiene
O se mueve a tu voluntad
¿Dejarás que la mañana venga temprano?
¿O me dejarás yaciendo aquí?
En tu oscuridad favorita
Tu favorita luz mortecina
Tu conciencia favorita
Tu esclavo favorito
En tu cuarto
Donde las almas desaparecen
Sólo tú existes aquí
Me guiarás hasta tu sillón
o me dejarás yaciendo aquí
Tu inocencia favorita
Tu precio favorito
Tu sonrisa favorita
Tu esclavo favorito
Estoy colgando de tus palabras
Viviendo de tu aliento
Sintiendo con tu piel
Siempre estaré aquí
En tu cuarto
Tus ojos ardientes
Causan llamas para surgir
Dejarás que el fuego muera pronto
O siempre estaré aquí
Tu pasión favorita
Tu juego favorito
Tu espejo favorito
Tu esclavo favorito
Estoy colgando de tus palabras
Viviendo de tu aliento
Sintiendo con tu piel
Siempre estaré aquí
Siempre estaré aquí
Letra del tema In Your Room escrita por Martin Gore de la banda Depeche Mode
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I
El sol se eleva lentamente en otro día cubierto de nubes
lejanas. Bailan conmigo los insectos, las sombras y las
soledades que no me pertenecen. Mis huesos todo lo resisten
sin sentir el dolor, quizás me impuse sobre ellos oponiéndome
a cualquier tipo de reclamo. El cielo detrás de las montañas
crece frio, se avecina el invierno, el horizonte se refracta en
colores y formas de agua. Todo queda empapado de esa
tonalidad gris que todo lo deforma. Algo me
mantiene embelesado, el sentimiento del vacío en mí, la
interminable marcha del dolor, el abandono, la desasociación.
La habitación interna, enorme, de paredes como de hierro que
me asfixia, me condena, me mata lentamente como una
eutanasia que jamás termina. Yo miro hacia la
ventana esperando que el día se vaya, que la lluvia no termine,
que el silencio no sea roto por ninguna palabra, por ningún
susurro, por ningún lamento. Cierro los ojos, me muevo
lentamente entre las penas que me ahogan. Y me pierdo
mientras floto en el vacío de mis ausencias, mi cabeza cae y
las paredes se derrumban, quedo gélido por un segundo,
Dorian | 5
recuerdo una melodía sin final, un sentimiento de una
asonancia, después todo se va para siempre. Y quedo solo otra
vez, como siempre fue. En la ladera de la muerte una sola nota
resuena incesante y derriban las esculturas de piedra de los
siglos, el pensamiento humano, la trascendencia. El universo
disloca materia y nada vuelve a ser como fue. El pasado no
existe, ya paso, el futuro no existe, aun no se ha creado y el
presente se pierde en recuerdos del uno y anhelos inútiles del
otro. Yo debería cantar más, pero la melodía se hace inútil en
orejas llenas de sordera. Las mías, las del mundo entero, la
fragilidad, la banalidad, todo desborona el tiempo, nuestra
presencia, el cuervo en el dintel de la puerta. O no sé, quizás
he perdido mi toque o tal vez olvide mi estilo, o todo tipo de
cosas me han ocurrido y ya no veo nada. El encierro y el
aislamiento generan en mí la manía de la tristeza. Algunos
días son mejores que otros…
Llevo ya tres días encerrado en esta habitación y no quiero
salir. El teléfono aun suena y no me animo a descolgarlo.
Supongo que algunos familiares, amigos y gente del trabajo
me están llamando para saber algo de mí. Simplemente me
Dorian | 6
desperté y ya no quiero salir más de mi cuarto. Seguramente
a causa de las ventanas de vidrio grueso y las cortinas corridas
no se nota desde fuera que sigo aquí encerrado, vivo solo y
está bien dejarme morir acá. Hay gente que ha vendido a
buscarme, he escuchado que golpean a la puerta, insisten un
poco y se marchan nuevamente. Para evitar que den aviso a la
policía y lleguen a allanar mi apartamento se me ocurrió
postear en mi red social que me iba a un retiro espiritual.
Espero con eso darme un tiempo para cometer mi plan,
cobardemente pensado para poder dejarme morir solo y
abandonado.
Cae impertinente la noche y sigo decidido terminante a
quedarme en la casa, no me he vuelto a bañar y la comida en
mi nevera y en la despensa escasea. Estaba lloviendo
torrencialmente, pero de un momento a otro la lluvia se
detuvo. Tengo ganas de fumar pero los cigarrillos se me han
terminado, al igual que las cervezas y el vino barato. Llevado
por la sensación de júbilo que siempre significo en mí el salir
a caminar después de la lluvia me he puesto un pantalón y un
viejo saco. Estoy decidió a salir pero el desgano puede más,
Dorian | 7
entonces me he sentado en el sofá con las luces apagadas, en
total silencio, dispuesto a no ceder a mis impulsos y terminar
dormido. Además afuera el clima es tan malo que lo más
natural es quedarse en la casa. Pasó un buen rato en el cual
estuve sentado, despejado, pensando en nada y en todo. Las
luces de las casas de la cuadra se apagaron, es ya muy tarde,
todos se han ido a dormir. Los andenes se hacen oscuros y
todas las puertas tienen doble llave y pestillo. Pero a pesar de
todo esto, he decidido levantarme, tomar mis llaves y
arrojarme a la calle. No necesito explicarle a nadie que tengo
que salir, nadie a quien mirar de reojo, nadie a quien besar
para despedirme. A pesar de no preocuparme ya nada en la
vida, cierro la puerta con cuidado, giro del todo el cerrojo y
me cercioro que la puerta haya quedado bien trancada.
Empiezo a caminar sin rumbo fijo, mientras las luces de las
farolas pegan en el roció que dejo la lluvia y forman pequeños
destellos por todas partes. Empiezo a sentir como el cuerpo
agradece el movimiento, mientras avanzo pensando en que
siempre tuve esa extraña sensación de inexplicable alegría al
sentir como me golpea el viento del invierno en el rostro. Yo
era un niño, luego crecí y me convertí en la gente, en el
Dorian | 8
transeúnte, en uno más de los que caminan sin rumbo fijo
viendo cómo se nos van los años y recordar empieza a
costarnos más, memorias escritas en muchas páginas que se
destiñen unas, se arrugan otras y forman nuestra bitácora
personal, la cual a veces se nos hace pesada, se arruga también
la piel, cada vez hablamos menos, la inocencia se pierde, la
soledad llega y es fiel, nunca nos abandona por nadie, y entre
soledades nos buscamos, y aprendemos a llorar y a sonreír de
vez en cuando. Al final, todos somos lo mismo, nada es tan
distinto, la tristeza no termina tan fácil como el invierno que
se aleja…
De repente tengo un extraño estimulo, un envión energético
que me indica que debo ir a tu casa, verte, escuchar tu voz. La
mente me traiciona concediéndole al pueril deseo una mayor
importancia que la usual, me hace creer que tengo más nervio
para actuar y aguantar el hecho de estar frente a ti, aun
sabiendo como son las cosas y mi actual estado de derrota y
dejación. Entonces comienzo a correr por las largas calles,
separado completamente de mi propio sentido común,
mientras mi personalidad se va destilando hacia la insulsez,
Dorian | 9
mi respiración se torna más espesa, el manto negro de la noche
es mucho más exacto, el frio y la tenue llovizna golpea mi
rostro, mis brazos, mis piernas apresuradas, y tu imagen en mi
mente se construye hasta lograr su auténtica esbeltez. Mi
corazón empieza a retumbar con cada bombeo, empieza a
llenar el silencio de las calles con su ritmo nervioso, me
sorprende escucharlo tan nítidamente, como una señal de vida,
de mi vida, a medida que me acerco a tu vivienda se intensifica
aún más a estas altas horas de la noche. Llego a tu puerta, me
paro frente a ella, trato de controlar la respiración que retumba
desbocada para no delatar mi presencia. Estiro mi brazo pero
no llega hasta el timbre. Me quedo como un tonto unos
instantes que parecen eternos. Volteo a mirar la casa de al
lado. Veo una rosa con los pétalos a medio poner después de
la tormenta. La arranco febrilmente mientras sus espinas se
entierran en las palmas de mis manos y la deposito con
suavidad y ternura en el piso, frente a tu puerta. Después
agacho la mirada y vuelvo apresuradamente a la mía para
encerrarme de nuevo en ella. Cierro con pestillo mi puerta y
me escondo debajo de las cobijas, avergonzado de mí mismo
al ver lo cobarde y tonto que soy…
Dorian | 10
II
La vida es un sueño atormentado para mí. Ayer me la pase
todo el día durmiendo, las cortinas corridas, el teléfono
apagado. No deseo glorificar mi trágico destino, dormir
debería hacerme bien, debería sanarme, pero mis sueños me
muestran lo que no podrá ser y eso me hace miserable. Trato
de programarme, soñar con situaciones o personas
específicas, pero mis sueños trastocan en pesadillas que se
salen de control. Me despierto cansado y con dolor de cabeza
todos los días. Hoy me desperté con mi ropa sucia en una
montaña que amenazaba derrumbarse sobre mí. Quisiera
hipnotizarme, dejar de pensar, reconstruirme. La vida es
demasiado corta. Intento constantemente formar una
apretujando todas mis complejas vidas en un simple respiro.
En este mundo oscuro y ancho soy inocente, solo vine al
planeta, no soy culpable por solo estar acá. Paso las noches
tratando de encontrar un final, algún estado adonde llegar.
Aquellas interminables noches de intrigas personales, el frio
que proviene de las lágrimas derramadas, de la cercanía de las
botellas de licor, de las colillas apagadas de los cigarrillos. En
Dorian | 11
mis sueños siempre hay alguien que me está empujando a
todas las avenidas, hacia los trenes, a los abismos, a los ríos
caudalosos. Siempre hay alguien que se ríe y me avienta sin
piedad, justo después término despierto, mirando hacia la
oscuridad, recreando manchas y sombras en la distancia,
olvidadas, marchitas y sin esperanza. O no sé si es que he
entendido por belleza la lluvia que cae en la tormenta. El
espíritu de la nostalgia está pasando cerca de mí con mucha
frecuencia. Me deprime pensar hasta en morir, pues al hacerlo
todo lo que era nuestro ser irá a la deriva en la eternidad, nadie
sabrá más nada de lo que éramos, no podremos volver a
ningún lugar, la muerte debe ser el lugar más aburrido de
todos, no conozco aun a nadie que haya hecho algo después
de muerto.
A veces, inevitablemente pienso en el más allá, en que será de
mi alma, si es que la tengo, al morir. ¿Existe un cielo, un
purgatorio, un infierno? Podría intentar retractarme,
arrepentirme de la oscuridad que me invade y buscar a Dios y
su perdón divino. Existen técnicas exiguas, infantiles, que
podrían llevarlo a uno hacia esa supuesta salvación. Para
Dorian | 12
cuidarse de las tentaciones de la carne, uno podría taparse los
ojos, los oídos, encerrarse completamente en sí mismo y vivir
metido en una iglesia o sitio de culto. Aunque muchos
sabemos que hacer esto es inútil, muchas personas lo hacen,
aunque resulta imposible dejar de escuchar nuestra voz
interna. Esa vocecilla que nos tienta a buscar el deseo, el
placer, la lujuria, la carnalidad. Ese apetito físico que lo
traspasa todo, la pasión de los lujuriosos es tan enorme que
podría derrumbar montañas, casi igual que la fe. Hay gente
que prefiere ni siquiera pensar en eso, si bien quizá alguna
vez fue tentado por algo que vieron sus ojos, captaron sus
oídos o percibieron en su piel, o en su sexo. Y esa sensación,
ese sentimiento en esas personas se convierte en un lastre duro
de llevar, como una atadura compuesta de gruesas cadenas.
Pero sienten el alivio y se contentan con sus pequeñas rutinas
religiosas, y aprenden a convivir con sus placeres ocultos en
lo más profundo de su ser, los cuales flotan en la superficie
por ráfagas momentáneas de excitación y alegría.
A medida que los días se hacen más pesados y densos,
descubro que las tinieblas tienen un instrumento mucho más
Dorian | 13
terrible que la culpa: El silencio. No sé si pueda ser factible,
pero es posible que quizás alguien se haya salvado de la
lujuria, pero jamás del silencio. Cientos de palabras me
pueden cegar con la enormidad de su pureza, pero nada
enloquece tanto como el silencio, y más si viene acompañado
de la más tremenda soledad. Estas cosas se juntan como un
coctel para el desastre. El placer y todas las consecuencias que
se derivan del mismo trasmutan en lo que conocemos como
culpa, tal vez porque el espectáculo de esa especie o suerte de
felicidad, nos empiezan a dejar marcas en el rostro, en eso que
llaman alma y en los sentidos.
No sé si realmente yo entienda de qué se trata el silencio.
Estoy convencido que en él yo siempre estaré seguro. Oculto
de todos, con la sombra ominosa, la respiración insondable,
los ojos llenos de lágrimas, los labios entreabiertos. Siento que
hago parte del mutismo que fluye sordo en torno de mí. La
noche florece en silencio, no oigo ni escucho a nadie, se hace
denso y profundo mi horizonte personal, la única cosa que sé,
es lo que siento. El frio es como un brazo sosteniendo mi
cuerpo, se estira, las sombras se contonean. Las bestias de mi
Dorian | 14
mente se liberan, corren ruidosas por todos los espacios de mi
casa, abren sus garras acariciando mi piel insidiosamente.
Vago entre las manías de mi mente disperso en el viento
enrarecido de mi hogar, tan sólo quisiera apresar por un
instante más el fulgor de los ojos de inocencia que tuve alguna
vez.
Existe dentro de mí una celebración sombría. Es un baile con
máscaras de cuero, retazos de alegría, hematomas de
conciencia. El sonido se aísla y el loco eco de los latidos del
corazón ensordece todas las capas de piel del cuerpo. Soy
mitad ángel, mitad bestia. Vago errante por los mares de gente
que habitan en mí adentro y no me reconozco en ninguna
forma, en ninguna enseñanza, en ningún credo.
Las bestias se ríen y patean mi cerebro, desprendiendo
neuronas, sueños y recuerdos. Lloro desconsoladamente
mirando al techo y quisiera gritar, desgarrarme, expulsarlo
todo, pero lo único que sale de mi es una risa falsa, una mueca
extrañan que me estremece. Las paredes empiezan a gritar y
Dorian | 15
quisiera escapar, los temores se acumulan en mí. Ellos están
exhalando su pérfido aliento en mi rostro, y nunca se
detienen…
Dorian | 16
III
El sol ardiente se levanta sobre las colinas de moho de mi
mente. Las arañas inundan mi alma como una plaga que no
puede ser erradicada. Ese es el tiempo oscuro. En el momento
que el movimiento ya no es ningún movimiento. Como
cuando estas dormido y quieres despertarte pero te quedas
quieto y estas solo en tu cama. En el momento que eres como
un ave cayendo, rígida y veloz. Como cuando vas corriendo y
te tropiezas, te caes y te golpeas y la tierra queda con rastros
de tu sangre. En el momento que se enteraron que el anciano
de la casa de la esquina murió y fueron a golpear a tu puerta a
pedir una colaboración para el velorio y el entierro porque
aquel viejo no tenía dinero. Como cuando alguien te pide
limosna en la calle y tú revisas tu bolsillo sin detenerte
mientras decides si dar o no y cuando resuelves que si quieres
dar algo ya vas muy lejos y te da pereza devolverte y no
quieres pensar más en eso. En el momento que estabas sentado
viendo la televisión y te preguntaron si ibas a ir al funeral de
algún pariente y tú no quieres ir pero te colocas los zapatos y
sales apresuradamente y estas en la iglesia frente al féretro.
Dorian | 17
Como cuando estabas con esa persona que ya no amabas pero
te desnudabas para hacer el amor y no sabías por que estabas
allí. Ahora es como si tú te quedaras observando como estoy
cubriéndome con tierra, en el lugar donde todos terminan,
donde todo está adornado de negro. Yo simplemente
permanezco estático. Me ronda el silencio, creo que estoy
muerto. Un sonido puro entonces llega hasta mí. No sé de
donde proviene, pero cada vez retumba más y más fuerte en
mi cabeza. Es como el que muere cualquier día, un día sin
sustancia, una fecha más de aquel calendario pegajoso de la
cocina. Ante la muerte todos reflexionan, menos el que ya está
muerto. La muerte propone un cambio de pensamiento. El
cementerio siempre es muy frio, impersonal, lejano, fuera del
tiempo, no obedece a las modas ni a la evolución, la muerte
nunca cambia, es la misma siempre. El aire que respiras en los
cementerios es como una atmósfera que se pudre con el
tiempo. Los cementerios bajo la lluvia enmarcan mucho más
aun esa situación. Es como un cuadro, un óleo de un diluvio
del más allá. Es como si el agua no empapara las tumbas, el
suelo, las flores mustias. Cuando pasa, quedan charcos que
reflejan colores que ondean en el agua. Me imagino almas que
Dorian | 18
gritan y se esfuman en medio de la niebla en las tardes grises
de aquel lugar donde probablemente yo no vuelva jamás.
Mientras tanto la muerte sigue su inagotable marcha e intenta
hacernos caer, desvalidos y enfermos, irreconocibles ante
nuestros propios ojos al vernos al espejo. La enfermedad todo
lo devora: La magia, las ganas, lo que sabemos de nosotros
mismos. La agonía y sus dientes amarillentos repletos de
locura. El alma que sale liberada de su claustro de carne, piel
y huesos salta, baila y canta desde la libertad de toda la
inmensidad del más allá, de lo que desconocemos, de ese
temor incierto que no proviene directamente del hecho de
morir, sino del sufrimiento. No tememos a la muerte, sino a
todo lo que nos lleva a ese inexpugnable momento, a todo lo
que conlleva para nuestros seres más queridos, nuestra
naturaleza perdida en la lucha por trascurrir, el olor de las
rosas muertas del cementerio. Ese olor tremendo que nos hace
reflexionar por un instante, que nos saca de nuestra realidad,
nos aleja de nuestro tiempo. El olor de las rosas muertas es
como el olor de la muerte. El tiempo es dulce y no pasa ya. El
tiempo lo desarregla y deshace todo. El tiempo no permite que
nada quede intacto, que nada dure para siempre. Nos recuerda
Dorian | 19
que somos perecederos, que somos solo un efímero momento
en lo que llaman vida, un eco mínimo del universo, una fugaz
consecuencia.
Cuando ese razonamiento se había vuelto insoportable en
medio de las nubes grises de Noviembre sacudido por el
aspecto de la calle esclarecida me di vuelta otra vez, y vi la
salida del sol, detrás del hogar de los olvidados, la luz del sol
abandonada sobre ebrios cuerpos humanos. El amanecer llega
revolviendo el iris de mis ojos. Me golpea y me tumba sobre
un andén. Y en ese momento quise verte en la calle. Quise
sentirte a mi lado, pero tú no estabas. Tú hubieses podido estar
allí para mí, no te hubiese costado dinero. No te hubiese
costado nada, pero no lo hiciste. Tú estabas en otro lugar muy
lejos, pensando en cosas triviales y sin sustancia. La próxima
fiesta a la cual te invitaron. Un matrimonio de amigos. ¿Qué
mierda es importante eso al lado de lo que yo esperaba de ti?
¿Y por qué aun sabiendo que no eres de mi misma esencia me
dueles? Una persona que se rodea de mucha gente, solo quiere
estar con uno solo, solo con alguien, pero no era yo ese uno.
No era yo ese alguien. Tengo tu cara en una antigua foto que
Dorian | 20
te robe. Estás sonriendo, te ves hermosa, con tus ojos enormes
mirándome, como siempre hiciste. Riéndote divina de mis
tonterías. No puedo recordar lo que éramos en aquel tiempo.
Pienso en ti a toda hora, tus lágrimas tibias, tu fortaleza, tu
desdén para atraerme y alejarme como una hoja seca al viento
del otoño. Lo peor de nosotros es que somos una buscada
manifestación de dolores y desengaños. Tú siempre dijiste
que no ibas a déjame solo. Pero decidiste irte sola. Pensé en
esas cosas mientras estaba allí tirado, porque no quería irme a
casa. Recordé mis jóvenes amaneceres viendo el sol ascender
sobre los techos de las casas y los cedros del Líbano. Las
lágrimas frías ruedan por mi rostro reseco, tú eres como el sol,
estás en lo alto, muy alto por encima de mí, más alto que
todos. Te gusta tu vida social, prefieres estar con tus
conocidos, en tus aburridas y formales reuniones sociales,
dijiste que no querías estar conmigo, pero en la vida todo
cambia y al final tendrás que estar contigo más que con tus
amigos. ¿Qué vas a hacer cuando no puedas ni escucharte?
Estuve borracho y perdido entre las calles, bajo la lluvia, en la
tormenta. Mire fijamente en la oscuridad, tentando a la
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fatalidad, mire imperturbablemente a la nada, admitiendo la
derrota. Cualquier cosa es difícil de encontrar cuando no se
abren tus ojos, cuando no te aceptas a ti mismo. Quise
sentarme en la oscuridad de mi hogar a escribir un plan para
poder llegar a ti de nuevo, pero el papel quedo en blanco, no
tengo yo nada más que hacer, no me quedan trucos bajo la
manga. Me he desperdiciado en vano. Fue entonces cuando
decidí encerrarme a esperar el final. Tu llamada aun no llega.
Tú aun no estás aquí. Y yo probablemente nunca te vuelva a
ver.
Dorian | 22
IV
Insectos alimentados de sangre succionaron mi alma hasta
dejarla seca. Ahora todo lo que hago es recordar. Recuerdo
aquellos días en los que llovía todas las noches. El pueblo se
quedaba a oscuras y solo las luces de los relampagos
traspasaban los ventanales de vidrio martillado y me hacían
esconder bajo las cobijas, pues yo solo quería dormir. Soñaba
con la reina de mi valle interior. Yo la sostenía entre mis
brazos pero nunca podía ver su rostro. Cada vez que intentaba
adivinar sus ojos, su boca, sus mejillas yo me despertaba y me
quedaba sentado en el borde de mi cama observando el
vendaval que caía sobre mi ventana. El pueblo se convertía en
una isla que venia del cielo. Temí que esa isla se hundiera, y
al final si ocurrió, pero solo en mis pensamientos. Fue como
despertar y ver que todos los demás se quedaron dormidos por
siempre. O al revés. No sé. Recuerdos de una época en que los
árboles se vinieron al suelo. Llegaban del monte camiones
cargados de madera y entonces vino el tiempo de reedificar.
Siempre me cautivo ver la madera que se cruzaba en mi pared
con las vetas en el mismo sentido. Su color e incluso su olor
Dorian | 23
generaban en mí una sensación de resguardo. O era la casa de
los abuelos la que me daba esa sensación. El tiempo no tenía
ningún valor, ningún peso. Yo no era consciente de mi vida,
nada me importaba. Esa época se quedó impregnada en mí.
Recuerdo vagar entre muertos, caminando sin rumbo alguno
entre las hileras de tumbas del cementerio. Esa extraña paz,
ese frio que hace erizar la piel, ese vacío de tiempo y espacio.
La soledad. La eterna soledad que emana del lugar donde
descansan aquellos que se han ido. Nunca tuve miedo de estar
allí, pues nunca vi a nadie regresar, nadie nunca se despertó.
Nadie recobro su forma de aquellos restos desarmados
encerrados en bóvedas oscuras. Recuerdo que intente generar
sonidos que pudieran despertar a los muertos. Pero nadie se
despertó en lo absoluto. ¿Alguno de los que están allí habrá
muerto de amor? ¿Sera que es cierto que alguien se murió por
eso?
Recuerdo el período en que el cielo era negro. Y no fue por el
invierno. Es que yo siempre lo veía así, porque todo mi ser se
sentía entre nubarrones, oscuridad y tinieblas. Eran las épocas
en que yo te visitaba y nos sentábamos en silencio al borde del
Dorian | 24
andén y esperábamos a que pasara el tiempo observando el
cemento. Recuerdo el olor de los cigarrillos y el sabor del
alcohol rabioso bajando por mi garganta. Recuerdo que nos
sentíamos como si estuviéramos cayendo por un agujero
negro que no tenía fin y en ese momento nadie ofreció sus
manos para poder sujetarnos. Nada detuvo nuestra caída,
excepto la dura realidad que me hirió como una filosa piedra.
Pienso en ti y en todo lo que nos pasó. Todo ocurrió por
simplemente un beso. Todo el ayer en mi fue solo un breve
momento.
Sabemos que hemos alcanzado el final, solo que no sabemos
cómo. El recuerdo no es la vida y no es amor. En la oscuridad
por un segundo estoy seguro de ver esa sombra de tristeza que
me está llamando. Deberíamos dejar que todo volara. Y todas
las lágrimas que lloras no son lágrimas por mí. Tampoco tus
lamentaciones, tu pena, tu forzada desolación. Todo
simplemente se escapa de las manos. Así que si no te queda
nada que decir solo di adiós. Voltea la cara hacia lo lejos y
vete. Ahora hay largas noches en las que permanezco tirado y
despierto y pienso en lo que he hecho, nunca me sentí tan
Dorian | 25
viejo.Todo se ha ido. He malgastado mis sueños más honestos
y me reprocho en lo que me he convertido en realidad. En nada
pienso, en nada creo y a pesar de lo fuerte que lo intente
siempre sentiré remordimientos. Recuerdo la primera vez que
nos besamos. Nuestro primer contacto. El olor de tu cuello en
el verano. Sí, he de confesarte algo: Yo nunca olvidaré.
Todas las caras, todas las señales se enredan y la luz se siente
radiante y resplandece sobre los limpios muros donde mi
sombra y las sombras de los fantasmas de mi alma se la pasan
jugando juegos inexpresivos que me aturden, me hacen sentir
aislado y confundido. A veces estoy sufriendo donde todos los
demás bailan. Todos los sonidos permanecen igual de gélidos
en mis oídos. Espero poder abrir los ojos ensombrecidos, dejar
de sentir que pasan por mis huesos mil horas desperdiciadas
en un día. Mi rostro es tan malo como lo ha sido mi vida, he
bajado finalmente los brazos. Quisiera borrar todo lo que sé,
pero no puedo negar que te conozco.
Dorian | 26
Siempre camino en estas calles después de la lluvia, entre
charcos y asfalto. La llovizna que llega tarde a la cita con la
tormenta borrará mis pasos, así como lo hace el humo y el
alquitrán. Siento que con los años empecé a quebrarme y a
dejar trozos de mí ser desperdigados por todas partes y ahora
soy solo un fragmento perplejo, sin equilibrio y sin piso en el
trayecto de lo que se supone es la ruta de la vida. Dicen que el
recuerdo es una forma de encuentro, pero yo no te encontré en
las cosas que yo recuerdo de ti, al contrario, siento que cada
vez que te pienso me vuelves a dejar solo y eso me daña más.
No tengo futuro ni pasado. Si me quedo aquí hay un espíritu
desertor que me hace huir de mi realidad. Es extraño caer en
cuenta cuantas veces he pensado en desaparecer
completamente. Me reprocho la levedad de mis sueños y mis
intenciones en el mundo. No sé, soy una cadena de cosas que
no se refractan correctamente en mí, nada es lo que se supone.
Supongo que así es esto. Sólo el amor y la muerte cambian
todos los sucesos de nuestro trascurrir. E irónicamente no
tengo ninguno de los dos en mí. Este mundo es prometedor y
hermoso solo de la puerta de mi casa hacia afuera. No se
trataba de correr lejos de ti, ni tampoco detrás de ti. Solamente
Dorian | 27
viniste y te fuiste y eso es todo. Realmente pienso que tú
deberías cuidar tu amor y tu odio hacia mí. Guárdalo en un
lugar seguro en tu mente o en tu corazón, donde prefieras,
pero no lo olvides nuca, pues cuando ya no este, tú me
definirás. Quiero que esto sea la última cosa que hagas por mí.
¿Cómo conseguimos este alejamiento? Pensé que este amor
duraría siempre…
Dorian | 28
V
El miedo colapsa en lo alto de mí exhalándome su astuto
aliento pero ya no me daña como antes. La experiencia pulió
mis aristas y mis dobleces. He aprendido a convivir con todas
las voces de mi mente, que siempre son una al final. Me estoy
sosegando conforme transitan los años. Ya no hay sonrisas tan
largas ni tristezas tan duraderas. Todo cae en mi alma como la
arena después de la tormenta en el desierto enorme. Me estoy
venciendo como una porcelana a la intemperie, como el agua
bajo el sol que se evapora, en fin. ¿Qué pensaras de lo que
estoy pensando? No lo sé. Así que me engaño a mí mismo,
como lo haría cualquier otra persona. Reinvento historias del
pasado para que afecten mi presente. Vago indiferente entre
cuartos y pasillos de mi memoria y reacomodo los muebles,
pego otras palabras, cambio decisiones y aunque es un oficio
inútil, me ayuda a continuar. Los secretos que escondo me
doblan por dentro, me hacen ser más frágil, así que me engaño
a mí mismo y me convierto en otro ser que no soy yo, me
postro del miedo y aguardo en silencio. Siento pena por mí.
Pienso que quizás nunca sentiré nada otra vez. Algo en mí se
Dorian | 29
está marchitando. No sé si será mi alma. No encuentro
motivos. Me estoy desvaneciendo por dentro como una vela
que se enciende y su llama la consume por completo. ¿Dónde
estaré al termina con todo esto? Me cuesta soñar. Ya no puedo
pensar. Si tan solo pudiera recordar algo sin sentir pena…
Como me gustaría que me dieras tus ojos, para poder ver de
nuevo tus manos, tu rostro, tu risa. Quisiera ver a través de tu
mirada la vida, el amanecer, el ocaso. El sol está canturreando
en las mañanas, lejos de mi piel, vivo encerrado, oculto de
todos, y nada cambiara mi mundo. Mi cabeza se hace polvo,
se deshace en la arena de mis pensamientos y el mar de mi
soledad crece, se forman enormes olas que me ahogan, y ya
nada tiene sentido. Cierro los ojos, siento como lentamente
mis lágrimas a través de mis parpados empapan mis mejillas,
no quiero continuar así. Imagino que mi pena va a desaparecer
en un día cualquiera, ordinario, corriente, así como he sido
siempre yo. Me veo al espejo y en mi desesperación yo me río
y me siento como una barca endeble que va a la deriva en el
viento. Mi corazón baila en una orilla de piedras filosas. Mis
penas son como rostros que me espían mientras aguardan el
Dorian | 30
final. Mi casa se llena de repentinos silencios a través de las
paredes. Mi exhalación se mueve lentamente a través de
ondulaciones de opresión. Mi cabeza cae hacia atrás y siento
que mis pensamientos se desploman. Detengo mi caída para
luchar y desfallecer, y tomo lugar para ser otro hombre y
metamorfear mi vida. Una rabia oculta consume mi corazón,
rabia maldita por los años de tiempo malgastados. Me pongo
rígido y grito, me arrojo furioso encima de mis miedos, siento
que enloquezco. El diablo frecuenta soledades. Remuevo mi
carne, corto mi piel y quiebro mis dudas y mis pesares. La ira
manipula mis golpes coléricos hacia la nada. Me observo caer
pero aún magullo el suelo, las paredes, los espejos una y otra
vez. Observo mi silueta en la sombra con movimientos
punzantes, serenos, limpios, precarios. La crueldad del
abandono y la pena me consume, me lleva a menos. La pena
en mi ser se manifiesta imperiosa, la desolación está
pudriendo mi hogar, siento que no puedo salir. Es como un
capullo que se cierra y me condena a vivir encerrado
inexpugnablemente. Me contengo y me postro vencido,
totalmente agotado, liberado de todo excepto del dolor.
Dorian | 31
Recuerdo tu figura otra vez. Imagino que te abrazo
nerviosamente y te oigo llorar. En mi imagen beso tus labios
y termino con tu vida. Me desgasto inútilmente en estas tontas
alucinaciones pues se que te mataré otra vez mañana en la
noche. Y en la siguiente. Me mato a mí, destruyo todo, pero
solo en mis pensamientos. Al día siguiente todo hace
metástasis y continua igual. Y sigo desperdiciando así, en esta
rutina de horrores e inutilidad mi valioso tiempo.
A veces no hay nada que considerar, a veces no hay nada a
que aferrarse. Ya no hay tiempo para huir. A veces te palpas
y te sientes tan viejo que sientes como si tuvieras doscientos
años. El tiempo te lastima cuando lloras, te lesiona con solo
inhalar y entonces parece que no queda nadie a tu lado. Y todo
lo que pretendes es soñar abrigado en tu cama. El frio te
empuja hasta que sentir que te estas rompiendo. No
deberíamos llorar ante el sufrimiento. No deberíamos gritar
como niños ante el abandono. Así cuando el malestar
comience y las alucinaciones lleguen uno estaría más fuerte
para no desfallecer, para nunca caer. No quiero más lágrimas
inundando mi cama. Dolor: vete de mí, retira tus garras de mi
Dorian | 32
rostro, déjame solo. Como un árbol en el borde del precipicio,
colgando. Yo estoy abriendo la boca para respirar. Estoy
parado en el medio de un charco de sangre bermellón,
nadando alrededor de mis huellas, casi a punto de ahogarme
en las palabras relucientes que jamás diré, hundiéndome sin
remedio en mi mente puntillosa. Doy un paso hacia atrás y me
sumerjo en mi locura. Siento tus uñas sin que estés aquí. Las
siento metiéndose en lo más profundo de mi piel...
Mi cabeza está fría. Mis manos están congeladas y mi corazón
es negro y se detiene cada noche. Todas las noches. Y yo me
quedo quieto para ver si aún estoy vivo. La mañana reaparece
entonces entrometida a través de las cortinas de mi habitación.
Interrumpe mis cabildeos, mis manías de perdedor. Me
recuerda que un nuevo día empieza y que yo no tengo
remedio. Todo mi espacio se siente como si fuera agua y todo
huele a velas consumidas. Intento pensar en la luz del sol pero
mi cuerpo se retuerce como si todo se convirtiera de repente
en un relámpago. La única sombra que me acompaña es el
fantasma de mi pasado. No mostrare arrepentimiento alguno
por esto. Sufriré con orgullo, porque mi deber siempre fue ser
Dorian | 33
yo y defender lo que yo creo. Y aunque he de ser declarado
culpable, no veo yo en esto crimen alguno. Veo por la ventana
las nubes que se dispersan, el sol que se levanta y los pájaros
que cantan. ¡Canten pájaros! Canten sus trinos y huyan...
Dorian | 34
VI
Enterrado en un vacío ciego me levante esta mañana más
cansado que ayer. Soñé contigo. Tuve una pesadilla en la que
tú estabas muerta a la orilla de un rio. Recuerdo que en mi
terrible sueño me desperté a las tres de la madrugada.
Descubrí que en realidad me levantaba del suelo de mi
habitación y no sé por qué recordé que yo llevaba dos días
tirado en el piso y había alguien más tirado al lado mío. La
atmosfera del cuarto era extraña. Parecía que todo estaba
como sumergido bajo el agua. Era un azul pero raro. Como
que todo lo metalizaba. Yo no podía ver más allá de aquel
cuarto. Las ventanas no daban a ningún lugar. Entonces vi
como ese alguien empezó a moverse intentando levantarse del
suelo. Sus manos estaban temblorosas, sus piernas, su cabeza,
todo en aquel hombre estaba tembloroso. Ágilmente se pone
de pie y me tapa la boca con esas manos grises para evitar un
grito mío. Pasan los instantes y esta situación continua y
empiezo a desesperarme. Quiero moverme, o despertarme,
pero la escena es estática, nada ni nadie se mueve en aquella
habitación de paredes cromadas. Intento pensar para poder
Dorian | 35
moverme más lento. Entonces me libero de esas manos y las
tomo con fuerza. Pero una fuerza sobrenatural, como todo lo
que ocurre en los sueños. Siento los huesos de sus dedos crujir
y quebrarse ante mi dominante fuerza, y entonces salgo
disparado hacia la pared. El ente ha desaparecido. Estoy solo
en el cuarto azul. Pero ya no es mi cuarto. No reconozco donde
estoy. Intento en vano buscar la puerta pero no la encuentro.
Parpadeo y aparezco afuera de aquella habitación. Empiezo a
avanzar por un larguísimo corredor de piso ajedrezado y
paredes blancas, pero nunca llego al final. Deseo detenerme
pero avanzo en contra de mi voluntad. Si tan sólo fuera aquí
el lugar adonde voy, si esto fuera real, pero entonces tomo
conciencia que estoy en un sueño y deseo despertarme, pero
no puedo. Sé que tengo que abrir los ojos. Pero es justo cuando
pasa algo más bizarro aun: Me prendo fuego con una vela
encendía que esta al final del pasillo. Empiezo a arder pero no
siento dolor, solo percibo las dentelladas de luz en las paredes
y yo sigo caminando. Por curiosidad acaricio las llamas y
descubro que son tan suaves que hasta parece que fuera piel,
es suave, cálida, familiar. Escucho aullar tu voz, resuena a
través de los gruesos postes, las paredes, todo el lugar. Me
Dorian | 36
ensordece, me hace postrarme de rodillas. Corro enloquecido
y atravieso la enorme puerta. Afuera está lloviendo. Empiezo
a sentir como mi ardor se apaga. Veo gente extraña a mí
alrededor. Todos se detienen de un momento a otro y se dan
vuelta. Se quedan observándome y me hacen una señal para
que guarde silencio. Entonces me quedo rígido y estas
personas se acuestan en el suelo y se quedan profundamente
dormidos. Parece que se hicieran los muertos realmente. En
un instante recordé todo. Y al instante lo olvide todo de nuevo.
Es justo cuando algo dentro de mí me dice cómo se siente ser
nuevo. Y esa voz empieza a multiplicarse en todo aquel lugar,
esa voz ingresa por aquel pasillo de pisos ajedrezados,
retumba como una caverna infinita, son mil voces
murmurando que es verdad. Entonces intento prestar atención
y descubro que cada una de esas voces en realidad es tu voz,
que me susurra ahora al oído. Es cuando me despierto y quedo
sentado en el borde mismo de mi cama. Y estoy solo. Y el frio
envuelve mi cuerpo…
Dorian | 37
Me levante en la mañana con más incertidumbres que
certezas, buscando torpemente la lata de café en la alacena. Al
tomarla note que uno de mis dedos estaba cubierto por una
escama extraña y no podía moverlo. No le preste mayor
atención y continúe mi día, hundido en mis amargos pesares,
asfixiado por la soledad y la falta de amor y cuidado en mi
vida. Hay un aire enrarecido en mi casa, lo percibo con cada
respiración, puedo sentir el tiempo pasando a través de mí
como agujas de un reloj lleno de crueldad. Encendí la
televisión y empecé a pasar canales indiscriminadamente sin
fijarme en nada en particular. La escama en mi dedo
continuaba creciendo y me dirigí al baño a lavarlo con agua
del grifo. Tome una barra de jabón e intente en vano retirarla,
pero no caía. Termine de lavarlo, me seque la mano con
cuidado y me senté junto a la ventana a observar los autos y a
la gente pasar. Transeúntes tan rígidos como los juguetes que
se mueven como si estuvieran balanceándose, así como los
árboles que se mecen por efecto del viento. A pesar de ver a
ese grupo de personas, recordé cuando ella me hablaba sobre
el mundo vacío, de gente que camina sin ideas, sin sueños, sin
esperanza. Personas con los ojos vidriosos, silenciosos, como
Dorian | 38
hombres grises capturadores de tiempo. Caminan como si
fueran un ejército, haciendo todo lo posible por ser
intrascendentes, buscando todos los caminos para que sus
vidas estén mal. Yo soy uno de ellos. Un soldado desertor, un
corazón delator enterrado bajo el suelo. Vanidoso de estar
combatiendo en la guerra de este mundo vacío. Si sólo pudiera
decir “No me interesa” y no sentirme tan contagiado y
espantado. Si sólo mis ojos se cerraran...
Siento que vivo en una cima, un lugar donde nadie va. Todos
los días me quedo aquí, sin salir, postrado y cansado.
Sintiendo que todo lo que necesito es estar contigo, suplicando
por tu regreso, como todos los demás lo hacen. Todos siempre
vuelven, excepto tú. ¡Por favor regresa! Por favor regresen
todos. No importa en qué forma lo hagan, así sea con los ojos
como las aves emponzoñadas. Necesito sentir la mirada de
alguien sobre mí, para no sentirme tan aislado. En mi cabeza
crecen las dudas con un tono gris de tristeza, mi ánimo se
aplasta, el reloj sigue girando sin hablar, vivo engullido por
las formas fantasmales de la vida que se escurre en redes de
Dorian | 39
polvo. Mi edad arruina mi esperanza y solo puedo lamentarme
y esconderme.
El tiempo de mi vida se ha vuelto traicionero…
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VII
Me desperté en mitad de la noche, incomodo por un extraño
hormigueo en mi mano. Encendí la lámpara de la mesa de
noche y descubrí que la escama se ha regado por toda la mano,
la cual esta rígida como el hielo. No la puedo mover. Me
espante un poco al verla en ese estado, pero decidí volverme
a dormir y pensar mejor que hacer en la mañana. Al llegar el
día, fui de nuevo hasta el baño y trate inútilmente en retirar las
escamas. Busque en internet alguna respuesta, pues pensé que
sería alguna infección común y debería encontrar algún
remedio o cura para la misma, pues no deseo salir de casa y
menos ir a un hospital, el cual estaría lleno de gente enferma
y lúgubre, así como yo. Pero no encontré ningún dato sobre la
afección. Decidí dejarlo pasar. En algún momento se aliviara
sola. Tuve el impulso demente de llamarte y comentarte la
situación, para ver si así vienes a mi casa a cuidarme, pero
desistí. A estas alturas, ya no espero ni tú lastima. Me la pase
el resto del día intentando en vano mover mi mano y debo
confesar, un poco encantado de ver como poco a poco la
escama continua subiendo hasta llegar casi hasta el codo.
Dorian | 41
Tome un libro al azar de la biblioteca y me metí de nuevo
entre las cobijas para leerlo, pero en vez de eso me quede
mirando hacia la nada, recordándote e inventando historias de
los dos, todas con desenlaces imprevistos y finales felices. Me
duele un poco el pecho, no sé si es por la pena, o porque mi
ser se me quiere salir. Siento que mi alma se balancea y todo
lo que sé, es lo que siento. Y siento muchas cosas que son
tuyas. Tú estuviste siempre a mi lado en noches parecidas a
esta. Debiste haber elegido una noche así para decirme adiós.
Aunque fuera lo último que hubiésemos hecho juntos. Pero
No. Tú te fuiste de día. Y yo me quede con las manos abiertas,
llenas de silencio. Los lugares que frecuentábamos ahora no
significan nada. Carecen de vida, no tienen color. Yo jamás te
había visto tan perdida. Nunca me había perdido tanto yo. A
veces ni siquiera parecías tú. Yo nunca me parecía a nadie, a
nada. ¿Dónde estás? ¿Adónde vas? El tiempo parece
demasiado pesado al pasar por mis recuerdos esta noche. Me
quiebra la espalda, me agota totalmente. Se hace tenebroso el
solo pensar en todo lo que nos ocurrió. Yo quisiera reescribir
nuestra historia pero es como imposible abordarla de ningún
modo. Más obscuros aun eran tus ojos grandes. Tu mirada
Dorian | 42
abismal en la cual yo sufría de vértigo. Quise aquella ves
suplicarte para que te quedaras, pero estaba lloviendo
demasiado fuerte y casi no te podía ni ver de tanta agua que
se entraba en mis ojos, no sé si era la lluvia o yo que estaba
llorando. Me quede parado en mitad de la helada noche
mientras tú te alejabas. Pasaron los minutos y torpemente
reaccione y corrí detrás de ti por una calle desierta y oscura.
No te vi en ninguna parte. No te pude hallar. Decidí que iba a
encontrarte aunque me tomara toda la noche. Invoque fuerzas
divinas para que me ayudaran a rastrearte como si fuera una
cacería de brujas. Te busque en las sillas vacías del parque y
en el bar desolado de la esquina. Te busque en las estaciones
del bus y en los andes vacíos del centro de la ciudad. Por
siempre jamás es siempre para ti. Tomabas las decisiones y no
dabas vuelta atrás. Y eso te paso también conmigo. Yo te
defraude. No estuve a la altura. Destruí tu confianza en mí. Tú
maravillosa y hermosa confianza.
Ya no estoy convencido de lo que quiero, de lo que estoy
buscando. Sólo sé que en este punto me he convertido en una
persona difícil de consolar. No tengo claro a estas alturas
Dorian | 43
quién intento ser en lugar de ser yo mismo. Sólo estoy
pagando el precio mientras rompo todas las reglas. Todos los
signos que encuentro han sido recalcados en mi mente, no me
es permitido ingresar. Claramente entiendo que todos los
demonios en mi interior florecen en la forma en que son
fomentados por mis manías. Todo el afán, la acelerada caída
puramente me está derrotando. He convivido detrás de la
máscara de lo que se supone que debo con un dolor al cual ya
estoy acostumbrado. Existe una brecha en mi espíritu que me
lleva a los parajes más salvajes de mí ser. Ya no contengo en
mí la inocencia, ni el sentido real de la consciencia, no siento
yo arrepentimiento. La oscuridad se alimentó de todas las
regiones de mi alma. He pagado el precio de expulsar de mí
adentro al paraíso. Yo entiendo mi realidad, lo que sé que es
real. Invocare una plegaria silenciosamente, llena de
desaliento. Irónicamente me siento limpio. Lo más limpio que
he estado en toda mi vida. Después de derramar mis lágrimas,
de dejarme caer, siento algo de pureza en mí. Le puse un final
a todo, he transformado el rito de mis días, y si bien no me es
tan claro lo que el destino planeó para mí, empiezo a
comprender que lo único que tengo es lo que pueda atrapar
Dorian | 44
entre mis manos. No sé si quede algo sagrado dentro de mí,
solo sé que en medio de este abismo, hay algo en la pena que
me gusta. No sé cómo explicarlo. Mis intenciones y mis
sentires se encrespan y ruedan en medio de mi tormenta
personal. No sirvo para persuadir a nadie. Los años también
me enseñaron a no señalar a ninguno. Solo vivo mi vida
ausente, en silencio. Creo que somos personas dañadas que se
buscan y se rechazan entre sí, encantados por los sofismas que
no entendemos claramente. Somos almas perturbadas y
agobiadas por las practicas que pensamos alguna vez, no nos
harían ningún daño. Olvido para sentir que no estoy muriendo,
pero es un olvido en vano. Rezamos entusiasmados esperando
que llegue algo a nuestras vidas, algo que no viene desde
algún lugar profundo en nosotros. Algunas cosas no tienen
sentido…
Solo a veces te pienso y te recuerdo, y es una imagen que me
alivia y me acompaña, mientras destruye y apaga al mismo
tiempo. Y solo cuando hago esto olvido que estoy sintiéndome
cada vez más viejo y muriendo. No se necesita de mucho para
Dorian | 45
poder verme lastimado. Pero a la vez no lo querría de ninguna
otra forma. Siempre hay un precio que se debe pagar…
Dorian | 46
VIII
Estoy cansado de las lágrimas y la risa. Estoy cansado de los
días, de las horas. Me quedé enganchado en muchos
recuerdos. Tú me dijiste “Adiós” un día como hoy. Tú me
dijiste “Hola” en un día como hoy también. Me saludabas
levantando las cejas y dibujando una sonrisa con tus hermosos
labios. Yo no me aprendí tu nombre y te saludaba con un
nombre diferente y tú no me corregías, hasta que un día
suavemente me dijiste como te llamabas mientras saboreabas
un café y yo me sentí estúpido y perdido en tu forma. La forma
como siempre te vi. Ese algo que me hacía desear ser tú. Que
me hacía querer compartirlo todo contigo. Yo siempre quise
vivir tu vida. No me gustaba la mía. Recuerdo la noche que
besaste mis ojos. Ese toque profundo, tu expresión y el
movimiento de tu cabeza... Pero no pudo ser. Yo tenía que
irme. Yo debía escapar de todo aquello. No podía quedarme
así por más tiempo. Ahora te recuerdo y quisiera que todo eso
hubiese sido perfecto. Quisiera que fuera como cuando nos
conocimos, que todo aquello fuera como lo de antes. Ahora
quiero cambiarlo todo, retomarlo, volver a empezar, pero por
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siempre jamás es siempre para ti. Y ya no nos queda más
tiempo.
Recuerdo tu hermoso pantalón negro y tus botas. Recordar
algo tan simple, algo tan trivial me hace un hombre feliz. Si
supieras comprenderme y aprender lo fácil que soy de
complacer, sabrías lo que hace girar mi mundo. ¡Vuelve,
vuelve a mí! Voy a estar aquí esperando pacientemente,
aunque no se exactamente por cuanto tiempo. Yo se que eso
que sientes por mi camina por una línea muy delgada entre el
amor y el odio. Estoy muy apenado de malgastar todo mi
tiempo en otro mundo, siento vergüenza de construir mi vida
en otro lugar muy lejano del mundo real. Podría usar un poco
de compañía, pero gusto demasiado de mi fanática soledad.
Al final comprendí tontamente que con un poco de gentileza
se puede recorrer un largo, muy largo camino. Solo espero que
la luz brille siempre en el corazón de cada uno de ustedes.
Sólo la ceguera puede ocultarles las cosas que en realidad son
importantes para el cuerpo y el alma. Quizás el dolor podría
usar un poco de mesura en mi, pero ya es muy tarde. Me he
hecho adicto a la tristeza y el victimismo. Mi vida entera es
Dorian | 48
una recopilación del miedo. Como sea que fuere, siempre
llegaría yo a las mismas conclusiones. Y estoy harto.
Sobrevienen a la mente los encantos de disponibilidad
limitada, esos deseos de poseer, de tener, lo material y lo
inmaterial, lo sagrado y lo profano, el orden y el caos, todo
viaja por la mente y atiborra los nervios de información
necesaria e innecesaria. Todo esto de alguna manera te
mantiene estimulando tus venas. A veces encontrar las
palabras adecuadas puede ser un problema. Esos asquerosos
encantos de banalidades que de alguna manera te motivan, te
hacen poner un pie delante de otro y repetir el proceso una y
otra vez, hasta cruzar del todo la calle, los lugares, los
territorios. Uno es libre de cambiar de opinión cuando quiera,
pero siempre cuesta abandonar los hábitos, y más esos que
hacen daño.
Ahora estoy gritando en las puertas de la muerte. ¿Transitaré
en mi descanso entre los glorificados? Madre: ¿Sera que me
estás esperando? Ya no puedo salir más de mi casa. Estuve
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afuera demasiado tiempo, durante mucho tiempo y fue muy
duro. Yo sé que fue un error todo esto, pero ya no hay retorno.
Los días siguen y la escama me ha consumido ya medio
cuerpo. Solo puedo mover un brazo, una pierna, media boca,
un ojo. No podría salir a la calle. Todos se quedarían
viéndome como una cosa extraña, un leproso, un bicho raro.
El teléfono de mi casa hace días que no suena. Nadie ha
venido a buscarme ¿Sera que mordieron el anzuelo y piensan
que aun estoy de viaje? ¿O será que ya no le importo
absolutamente a nadie? Aunque parezca increíble, me veo al
espejo y no me sorprende mi estado. Me arrastro por la casa
buscando espacios donde respirar. Irónicamente no muero. No
se si soy mas resistente de lo que yo creía o simplemente mi
alma se niega a darse por vencida. La escama en mi cuerpo
me hace sentir que pesa demasiado. Es como estar cargando
un gran peso por donde yo vaya. Últimamente he optado por
quedarme tirado en el suelo y me levanto solo para tomar agua
de la llave o comer los últimos víveres que quedan en mi
alacena. Ir al baño es una tortura vergonzosa peor.
Dorian | 50
He estado sucio por mucho tiempo y no me interesa porque
estoy prendiendo dentro de mí, siento la vida dentro de mí,
contenida, y con ganas de irse lejos. Toda mi vida he sido
lastimado pero no me importa. No se si tu lo sentiste cuando
me tocabas ¿Lo hiciste? ¿En realidad conociste algo de mi,
alguna vez? Quizás la muerte me esta convirtiendo en esto,
mientras siento sus huesudos dedos, largos y fríos, alrededor
mío. El dolor en mi está listo, la fragilidad está esperando su
momento, no hay tiempo para titubear. Tal vez estoy
pagándole mi deuda al karma. Tu fuiste para mi la muerte y la
vida reconciliadas. Lo que yo tome de ti no me daño, el
problema fue que no me fije en lo que estaba entregando. La
ausencia me absorbe, me tira hacia abajo, donde no hay suelo,
donde lo sagrado nunca es encontrado.
Yo solo quería a alguien para compartir el resto de mi vida,
mis sentimientos más íntimos, mis detalles personales.
Alguien que estuviera conmigo y que solamente me apoyara.
Yo ha cambio le hubiese dado toda mi vida solamente. Yo
deseaba a alguien que se ocupara de mí amorosamente, que
me dedicara un pensamiento, que me diera su aliento. Yo
Dorian | 51
compartiría la visión de las cosas para verlas juntos de una
forma distinta y quizás con el pasar del tiempo esas cosas que
no me gustaban terminarías agradándome. Yo pensaba en
alguien que no me atara con sus cuerdas para así yo volar, en
silencio, por lo bajo. Yo la habría escuchado cuando quisiera
conversar. Escaparíamos juntos del mundo en el que estamos.
Y aunque mis sentires pueden ser siniestros, esa persona me
escucharía y de golpe cambiaria mi manera de pensar y al final
me comprendería, sin imponerme su manera de ver la vida.
Yo solo quería a alguien que me abrazara al dormirme y me
besara al despertar. Pero eso al final no me ocurrió. Pensar en
cosas como estas me ponen aun mas enfermo. Y siento una
infinita tristeza dentro de mí…
Dorian | 52
IX
Todos los colores se han desvanecido en un agujero negro.
Son todos rostros falsos, cuando la celebración es sombría. Yo
prefiero seguir inmerso en la nada ahogando mi existencia en
las profundidades. Solo. No espero a nadie alrededor. No es
el punto hacer lo que está bien. No se trata de generar
empatías a costa de comportarse como los demás quieran. Lo
único que me interesa es simplemente la manera como yo
siento las cosas. La manera de sentir el mundo en el que vivo
es lo que vale. Incluso si tengo que replantear ese mundo otra
vez para poder continuar. Los demás pueden decirme que
estoy errado, que no se debe vivir así, que el camino que
escogí no llegara a ningún lugar al final y a mí en realidad no
me importa. Todo lo que toco lo quiebro y lo que me hace
brillar es lo que más me empaña. Te he perdido muchas veces,
no solo en mi mundo real, sino también en mi memoria. Tenía
que cuidarte pero no había tiempo para disimular. Yo solo he
sido yo toda mi vida, y tú supiste quien era yo desde la primera
vez que me viste. No es cuestión de repartir equitativamente
las culpas. Tarde o temprano lo entenderás. Puedo ser muy
Dorian | 53
áspero, o muy suave, pero siempre lastimo igual. Yo tomo lo
que quiero. Siempre estarás en ese lugar adonde nunca iré. Yo
nunca te entendí cuando decías que no era justo. Yo nunca fui
nada. Era únicamente lo que pensaba mientras caminaba por
las calles en silencio. Yo solo era lo que veía reflejado en tu
mirada. Tú esperabas que yo actuara y me comportara de
muchas maneras: Como un amante, como un amigo, como un
extraño. Si querías saber algo de mi debiste haberte quedado
cuando yo estaba mal, pero igual, ¿Ya para qué? Si esperabas
extrañarme alejándote de mí, te salió mal. Y ya no volverás.
Esto entre los dos no pasara nunca más. Observabas mis
movimientos como un cazador acechante en la selva.
Entonces tú callabas y esperabas la recompensa de estar entre
mis brazos con tu presencia fantasmal, la única que me dejaste
al final para amar. Tú querías mirarme a los ojos y ver todo
eso que nunca habías visto. Esperabas ansiosa a que pasara
algo. Y no es cuestión de decir la verdad, en esta vida algunas
frases simplemente se dicen para quedar bien. Y no es
casualidad que me llamaras mentiroso. Tu sabias bien que
venía antes del desmayo de nuestros sentimientos. No hay
modos correctos o incorrectos para actuar. La decisión tuya
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era irte o irte. Igual, de todos modos lo harías. No es cuestión
de intentar gustarles a los demás. Te ríes y hablas camuflada
antes todos los demás cuando sabes que siempre estás
llorando. Tú siempre fuiste muy buena para aparentar.
Simplemente hacías tu parte en la función que suponía tu vida.
Yo a veces me pregunto: ¿Alguna vez pensaste en volver?
Es muy divertido tratar de resolver cualquier situación
cotidiana para mí. Solo me queda movilidad en un brazo,
puedo mover un ojo a voluntad, pero la escama ya me cubrió
los labios y no puedo hablar. Ayer sonó el teléfono y trate por
todos los medios responder, pero fue imposible. A duras penas
pude descolar. Una voz al otro lado decía “Alo” Era una
mujer, pero no se si hace mucho no escucho tu voz, porque no
la reconocí. Igual hubiese podido ser cualquiera. Una parte de
mi decide que eras tu y llamaste porque estas preocupada por
mi y eso me emociono. Trate de retirar la escama de mi cuerpo
pero descubrí que es dura como el yeso y no hay nada que
hacer. Igual pienso ¿Qué hubiese ocurrido si efectivamente
eras tú? Hubiese escuchado algo mal en mi y te presentarías
mas tarde en mi casa y al verme así enloquecerías y me
Dorian | 55
gritarías histérica de ver el abandono en le que vivo y estoy.
Saldrías corriendo a buscar ayuda y mas tarde me hubieses
llevado hasta algún hospital, donde me tratarían y
probablemente me aliviarían y tu después me manifestarías tu
decepción hacia mi y a como me he comportado y después me
dejarías solo. Doblemente solo. Y esas son las cosas que yo
no puedo soportar, así que en medio de todo, estuvo bien que
no hubiese contestado esa llamada. Algunos sufrimientos solo
es bueno tenerlos una única vez en la vida.
Es sólo cuando me pierdo en pensamientos de ti que me
encuentro y si bien hay mil razones del por qué no debería
despreciar mi tiempo contigo, esa sensación de alivio al
recrearte en mi mente me obliga a esperar, sintiendo que nada
está mal, aunque en realidad yo este muriendo. Puedo sentir
el vacío dentro de mí y hay un sentimiento de felicidad, me
siento satisfecho, mi ruin propósito esta dando resultado.
Existe una frágil tensión que nos hace entender que no es
posible que nada dure para siempre. Hay algo raro en el aire
que respiramos antes del fin. Algo trágico que tenemos que
cuidar, una extraña obsesión que atender. Nada nos puede
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mantener por siempre aquí, todos siempre empiezan a apestar
en el filo del colapso. Esa malsana sensación de vértigo
llamada enfermedad que nos mantiene todo el tiempo
volando, unos ojos brillantes que nos vigilan y nos observan
caer después de intentar. El lecho de la muerte. La morada
final. Cuando el sitio sea encontrado apuntalaran los
cimientos donde nos guardaran, aunque no tomara mucho
tiempo antes de que se derrumben, no dejaran que entre la luz,
en la tumba siempre será de noche ¿Para que quieres ver como
va a ser? Llevaran herramientas y pulirán el mármol cuando
amanezca, y todos dirán que es linda la lapida, aunque con el
pasar de los años el nombre se empezara a difuminar y menos
personas la visitaran. Todos trabajamos toda nuestra vida para
llegar a ese lugar y recibir esos elogios ¿Y por que? No hay
nada más allá del silencio. Nadie debería necesitar de un
monumento. Todos terminamos agrietándonos con la edad.
Nuestra vida termina deslizándose entre el agua de las rosas
mustias. Solo lo importante trascenderá después del tiempo.
Ahora lo entiendo: Soy una estatua. Soy una esfinge que yo
mismo he erigido para recordarme mi sufrimiento y no hay
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ninguna duda: Mi monumento ahora cayó. Y estoy disperso y
hecho pedazos, estoy desperdigado y olvidado en el suelo…
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X
Todas las voces se han tornado silenciosas repentinamente. O
será que no quiero oír nada diferente al sonido del viento de
la noche en mis oídos. Camino sin rumbo fijo y me entusiasma
que aparezcas. Mientras lo hago me hace feliz recordar el
ínfimo contacto, el tenue olor, la suave palabra que emana de
ti. Me deleita que te acuerdes de como concluimos nuestro
postrero día juntos. Contenta por todo, triste por nada, ausente
por ratos. La lluvia rompiendo el techo de aquella casa y las
goteras empapado mi rostro, el mantel, la cocina nueva.
Entusiasta de entender por qué ya no estamos juntos, porque
te fuiste y dejaste todo diciendo que no era importante, que
regresarías después para continuar. Pero después llamaste y
dijiste que eso era todo. Que te habían dicho que lo mejor era
dejarlo así. Tan puntual para decir adiós y tan incumplida para
recordar por que estabas conmigo. Estoy seguro que esta vez
será para siempre, o quiero llegar a creer eso. Entonces
recuerdo las diferencias: tu edad y mis años, tu pensamiento y
mi desgano, tu afán y mi sedentarismo. Con menos años que
yo fuiste más dirigente, más constante, incluso pensaría que
Dorian | 59
eres más real de lo que yo pueda llegar a ser por estar
sumergido siempre en vulgares sueños. Y te recordare
siempre. Tu languidez, tu voz, tu cabello, tu boca y tu
incontenible inocencia. Las cosas que te di se convirtieron en
suvenires ajenos a mí. El dolor que emana de mí por tu partida
me ha hecho perder la mesura. Toda la belleza puede
desvanecerse en un instante y a mí me paso algo así contigo.
Ahora hay una mujer donde antes sólo había una niña que se
negaba a crecer. Pero la decepción te hizo madurar y yo quede
atrás, como un tallo que apenas brota del suelo y se estanca.
Me alegra que retornes a las aceras que transitábamos juntos
hace tiempo. Me alegra que te acuerdes de cuando
atravesábamos paredes con nuestras sombras inquietas en
pleno Diciembre. Retorno a ese crucial momento en que
pasamos de la ceguera de nuestro incontenible amor a la
felicidad de una relación plena. Reflejos de aquellos días
cuando nos caíamos riéndonos. Estaba seguro que esa
sensación duraría para siempre pero la navidad llego ahora y
es más triste y fría. No me iluminan las parpadeantes luces de
colores. No me integro a las serpentinas y a los decorados
animados. No llega con la habitual alegría de años pasados. Y
Dorian | 60
todo esto lo pienso en un instante, y lloro como un niño
temblando solo en mi habitación oscura y rancia y llega hasta
mi la despedida, y ese momento antes de besarte y que me
dijeras adiós. Es como si cayera en un abismo que no termina
y no hay nada en que aferrarse, nada a que encomendarse.
Nada.
Caí entonces con fiebre muy alta en la cama. Mi movilidad a
causa de la escama es prácticamente nula y aduras penas si
logro abrir la boca. La escama se esparció por toda mi piel,
pero ahora siento que esta haciendo lo mismo por dentro. Y
no hay ya nada que pueda hacer. Siento mucho miedo porque
se que en este punto así quiera corregir algo, ya no será
posible. Me voy a morir en serio. En mis delirios escucho tu
voz pidiéndome que por favor me levante, mi cuarto es muy
oscuro y frio, dices que te sientes muy sola, no quieres que me
aleje. Tu fantasmagórica voz me dice que quieres que sea de
nuevo verano y salir conmigo como lo hacíamos antes, cuando
éramos felices. Pero ahora siento como si fuera un hombre de
mármol y me siento muy pesado, no atino a moverme, casi no
puedo ni pensar. Nunca pensé que me encontraría en cama
Dorian | 61
convertido en piedra. En mi cuarto las paredes son todas las
personas que transitan por la ventana de mi calle y solo
esperan aplastarme. Ninguno de ellos transita entre los
senderos profundos, oscuros y ninguna luz me señala la puerta
de mi casa. Toda mi piel es gris, esa textura de roca cubre toda
mi piel, parece que todo yo fuera una celda que aprisiona mi
alma.
Esta noche estoy sintiéndome como un animal, estoy herido,
aullando por dentro. Deseo desatar esta noche mi instinto
salvaje y todo lo que deseo es estar contigo de nuevo,
aferrarme a ti como un perro, estar contigo otra vez. Dentro
de mi rictus rígido estoy gritando como un salvaje, perdiendo
el control de la manera más vulgar. Yo solo deseo volver a
abrazarte. Eso es todo lo que deseo. En este prometedor
mundo hermoso al otro lado de estas paredes hay millones de
seres que se suponen hermosos. Yo solía conocerlos a todos,
pero en realidad ni siquiera me conocía a mi mismo. No, esto
no se trata de correr frente a ti. No es de contestar correcta o
equivocadamente. Esto es una historia fantasma. Tú y yo
somos como el caudal del arroyo que ha venido y se ha ido. Y
Dorian | 62
yo no quiero a otra que vaya por ahí rondándome. No quiero
comenzar de nuevo. Quiero que esto sea el final.
Ahora estoy en mi cama mirando fijamente el techo. La
escama se ha endurecido como el mármol. Ahora soy una
estatua, un monumento a la tristeza. Ya no puedo moverme.
Solo estoy acá esperando la muerte que viene a liberarme de
mi claustro. La siento sentada en la cabera de mi cama. Me
acaricia, me perdona con su extraño olor a amapolas mustias.
Es como una mujer que me comparte sus secretos. La siento
hablando toda la noche en mi habitación. Yo también tengo
un secreto para ella: Me gustaría ser suyo. Pero ella y yo
somos extraños, nadie nos ha presentado. Nadie sabe que nos
gusta la oscuridad. Ella trae todo ordenadamente a mi
memoria. Ella me recuerda la forma en la que yo solía ser.
Entonces me molesto con ella y pienso que es solo una pérdida
de tiempo, es solo una cara que chismorrea, un maldito
desperdicio, es como un parásito en el suelo inservible y
horroroso. Yo tiemblo y me estremezco. Quiero hacerla
pedazos, destrozarla y gritar. Despedazarla hasta que no quede
nada de ella, o de mí. O de ambos. La muerte lo sabe, me mira
Dorian | 63
y se ríe a carcajadas. He caído en la trampa, he sido
embaucado. La luz ya no asomara nunca más en mis pupilas.
Morir es mucho más extraño de lo que pensé. La angustia es
muy profunda. Tan profunda como la noche. Recuerdo todas
las lágrimas, las palabras rotas. Eso es lo que todos sentirán
cuando el brillo del atardecer se aleje de su piel para siempre.
Esto nos paso por nuestra culpa. Nosotros lo empujamos en
nuestras almas, en lo más profundo. Toda esta pena enredada
en gruesas y pesadas cadenas. La noche, el silencio, la
soledad. Y el momento en que murió el amor…
Dorian | 64
XI
Las flores que crecen salvajes en el borde de los caminos son
taciturnas. Las piedras de los mismos glorificaron la oscuridad
y la aguardan pacientemente durante el día. El sendero sabe
que toda la belleza puede desaparecer en un instante bajo la
lluvia. Me hace sentir bien que me recuerdes. Me alegra que
vengas a mi mente de un momento a otro y te quedes un rato
y después te vuelvas a alejar. Como la noche que aparece en
silencio y se queda hasta despertar el alba. Me hace sentir bien
por momentos acordarme de nuestro último abrazo. Tu
siempre reticente, ansiosa, imperfecta, pero hermosa. Más
bella que nunca. Tu voz era para mí como un grito en el
espacio que intentar comprender la ausencia. Yo sé bien que
no estaba para ti, no estaba para mí, no estaba para nadie. Y
tú huiste. Estoy seguro que esta vez será para siempre.
Diciembre, otra vez. La navidad cada vez es más triste y fría y
ya no llega con el júbilo habitual. Quiero emborracharme y
llegar a tu casa. Quiero abrazarte y escucharte decir que me
amas. Pero eso ya no pasara. En mi horizonte ya no sale el sol.
En zona de los indeseables, yo te desee, mientras iba
Dorian | 65
perdiendo el brillo. Hemos estado juntándonos con la
tormenta y ahora nos empapamos hasta las cejas. Sentí la luz,
justo en la oscuridad antes del amanecer. Vivo como dentro
de un lago transparente, no hay nadie alrededor, todos los
recuerdos que me agitan son fantaseados. Todo lo que he
ganado hoy ya no significa nada. Y mientras sigo acá en mi
cama olvidando como moverme comprendo que inspiras en
mí un deseo enorme de no querer estar solo en esta casa. Mis
ojos son corazones que explotan. Vivo en un cielo manchado
de sangre.
Yo podría hablar de las cosas que me pasaron, de todos
aquellos que me sometieron y del dolor al que me han
sometido. Pero no quiero. Como no quiero el perdón por las
cosas que hice por mis fallos. Mis errores. Nadie podría
juzgarme. Nadie tiene una piedra lista para arrojarme. Nadie
podría ponerse en mi lugar, tropezaría con mis huellas, yo le
juro, a ustedes, mis jueces y jurados, que mis intenciones no
podrían haber sido más puras, no es un caso difícil de analizar.
Solo quería sentir que era amado, una vez. Es todo.
Obviamente no busco tener paz en mi mente a través de lo que
Dorian | 66
yo he sido, ni hablar de arrepentimiento, yo no estoy buscando
absolución. Solo estoy esperando que caiga la noche. Se que
me salvara, nos salvará a todos. Me resguarda de la cruda
realidad. En la noche, cuando todo es soportable, encuentro la
quietud, la tranquilidad. Siempre existe un sonido en la calma,
ya nadie volverá a hacerme daño, endurecido y agonizante en
mi cama, comprendo que aquí es mas fácil olvidar el miedo.
Y cuando cierro los ojos, veo formas como ángeles que
parecen descender. Me maravilla entender que con los ojos
cerrados todo se ve mejor que cuando podía ver todo el mundo
con ellos. Ahora que todo esta oscuro, todo lo que percibo me
alivia. Siento que estoy disperso en el más allá, se muy bien
que depende de mi reír o llorar. Mis horas están contadas. Me
siento bienvenido a la última reunión a la que asistiré en mi
vida. Me reuniré con el sol, con la soledad, el cementerio.
Alguien llorará, algo se romperá al chocar contra el sueño,
como lagrimas que se desploman al atardecer. Un sacerdote
va a leer el texto. Yo sé que es lo que viene después. Lo he
leído antes yo también. Solo deseo que no sea doloroso. Ya he
sufrido mucho en vida. La muerte es algo tan imprevisible
como el sol y la lluvia. Si pudiera absolutamente ocultar al
Dorian | 67
pecador que hay dentro de mí y negarlo tantas veces como
pueda, seria más fácil. ¿Cómo sería la vida si pudiera ser libre
de toda culpa? Igual, seguramente no sería un santo, no soy
conocido por mi bondad o mi paciencia. Quizás los cuervos
no estarán prestos a recogerme cuando quede desparramado
por todo el trigal.
Dios y sus lágrimas para las pobres almas torturadas. Todas
caen a sus pies con su amor por dentro intacto. Hay maestros,
aprendices, abogados, médicos, empleados, todos, con su
éxito o su fracaso, cometiendo los mismos errores, olvidaron
dar limosna a los pobres, ayudar al caído en la miseria, poner
la otra mejilla. Dios, tu sabes que siempre estarán las mismas
fallas a pesar del amor que juraron, con su mano en la biblia
y su corazón en lo alto. Todos al morir suben desesperados
reclamando el derecho de sentarse en tu mesa, de recibir la
santidad y la vida eterna. El amor necesita sus mártires, yo
podría ser uno de ellos. De hecho mi rigidez me hizo un pilar,
una piedra inquebrantable. Todos deben pagar por sus vicios.
Yo pague por no poder aferrarme a los míos en vida, no se si
sea necesario mas sufrimiento al largarme de este mundo. El
Dorian | 68
amor será la muerte de mi alma solitaria. Estoy en mi plena
agonía. Ya casi no puedo respirar. Mis ojos se están cerrando.
Seré una estatua en un lecho que les recordara el dolor, y
deberán enterrarme prontamente, pues nadie tolera esa clase
de recordatorios. Es mas fácil vivir con una pequeña
esperanza, al final será todo lo que nos quede.
Cuando la presencia de la muerte desciende, mi cuerpo es
como un fuego que se consume en un infierno que no termina.
Mi alma debe ser como una llama eterna que arde en nombre
del amor que no floreció en mí. Y desde allí estoy llamándote
a través de mi carne que arde, mientras se va quebrando mi
esperanza. ¡Muerte ven por mí! Abrázame, Sólo siénteme. Tú
sabes que desde hace algún tiempo te estoy esperando para
que me cures de esta pena. Puedo verte con tu ropaje más triste
mientras marchas a través de la luz, deslizándote en el aire
rancio de mi habitación, observándome con los ojos más
solitarios. Yo seré tu trofeo arrullado en la fría luz de mi
partida. Tu voz está muerta, vieja y siempre muy vacía.
Confía en mí, yo se que en los años que se acercan los
momentos perfectos esperan, pues fallecer no tiene fallo
Dorian | 69
alguno. Yo me marchare solo, no habrá ninguna fiesta.
Irónicamente me desprenderé del mundo sin nada, excepto la
fe que pueda tener…
Dorian | 70
XII
Ahora el fuego está casi extinto y no hay nada más para
quemar. Yo nunca te hablare de las cosas que me asustan.
Ahora mis miedos habitan seguros dentro de mí y como yo he
llegado a estar vacío de pensamientos, ellos han llenado cada
espacio. Escucho una voz pronunciando mi nombre, en un
estado clandestino, llenando el vacío de susurros que no
terminan nunca, rebotando en las esculturas de mármol de mi
mente, que se levantan de ese lugar oscuro y frio donde yo
habito y me siento muy solo, mientras me consumo en el
inmundo frío vacío de sensaciones. Yo estoy corriendo hacia
la nada, revisando historias del pasado para aprender a encarar
el futuro, reinventando todo lo que prometí, todo aquello que
intenté, odiando todo lo que siempre hice. Me siento solo y
cansado, asustado por el porvenir, no sé dónde voy, vago
errante entre mis múltiples pieles, mimetizándome,
camuflándome, espejeándome con todo lo que me rodea
intentando apenas sobrevivir. Yo solía alimentar el fuego,
ahora la oscuridad me está devorando. Es como estar casi
muerto. Intente esconderme tras el patio del colegio cuando
Dorian | 71
era chico porque no quería ver a nadie, y descubrí que el
mundo estaba dormido, que yo no pertenecía allí, que yo era
un ser de otro mundo. Nunca pude encajar en ningún lugar,
solo simule adaptarme, eso es todo. Yo y mi alma, somos dos
figuras pálidas que sufren en silencio. Mi llanto es eterno,
retumba ensordecedor en la tierra silenciosa que se arrulla
sola bailando de lado a lado. Mi trascurrir, mi edad y mi
tristeza, medidas por la misma línea de tiempo. Pasaran los
días y ya nadie me nombrara más. Y yo observare sin
pronunciar palabra, desde mi lugar. Cada quien interpretara su
historia y se arrastrara a través de un pasado desconocido.
Todos charlaran y fumaran tranquilamente en la fiesta
fúnebre, donde ya no habitan los recuerdos de sueños de
chicos, ya todos están muertos, marchitándose sin vida. Todo
el mundo continúa su vago camino por la vida llevando de la
mano sus miedos y sombras, llorando en funerales y
abrazándose feliz en año nuevo. Yo escuchare una canción
desde la lejanía y después me largare, me desprenderé del
suelo, entre columnas, dejando atrás mis sentidos, en un viaje
sin agua y sin estrellas, refundido entre truenos y relámpagos,
con los ojos derrotados. Si, yo me iré, para no volver jamás.
Dorian | 72
Las nubes anchas serán como un rio de luz que crecerá entre
las tinieblas, dejare en tierra mi sangre, mi carne, mis huesos
y mis cenizas. Quedara mi cuerpo inmóvil, desarmado en la
muerte, lejos de la rabia y la decepción, resguardado en tierra
de la lluvia y el mundo asesino. Mi alma de niño arrodillado
me observara y me tendera las manos y desde mi tristeza
abriré yo mis ojos y entre lagrimas nos fundiremos
diciéndonos todo lo que nunca se pude decir en palabras. Y
desde esa eternidad yo diré: Adiós.
Ahora llegara el tiempo en donde me dejaran estar tranquilo y
todo el mundo seguirá girando sin mi. Al cerrar mis ojos
desapareceré y ya no veré más otoños, veranos, inviernos ni
primaveras. Dejare de ver la lluvia que ame siempre, porque
me sentía tranquilo y acompañado por el frio y la soledad de
las calles y de los lugares que quedaron acallados por la lluvia
que caía sin fin. Todas las cosas, las pocas y tristes cosas que
dejare en tierra, quedaran todas llenas de mi alma, solamente
eso quedara impregnado pues ya mi voz no los alcanzara.
Estaré alegre, distante y triste de que así sea esto.
Dorian | 73
Siento la muerte a mi lado y espero en silencio mientras una
por una las personas que conocí y amé en mi vida se deslizan
esta noche en mi memoria, como regalos de estaciones frías,
así los recordare. Los cuerpos callados y vacíos seguirán
dentro de las iglesias besando el suelo antes de orar, después
se marcharan, dejando atrás la luz que emanaba del costado
de aquel sacrificado. Y tengo miedo. Siento esta noche
abriéndose como una gran boca de muerte que me alcanza y
pronuncia mi nombre. Me siento totalmente cansado, inmóvil,
convertido en piedra, como una estrella que se ha caído del
cielo y ya no existe. Y una palabra habita en mi boca, pero mi
boca ya no exhala quejas de tristeza. Mi pena es negra, mi
alma se cansa de vagar en la bastedad escondida dentro de mí.
Mi muerte es como la muerte de un mundo que cae sobre mí
ser y me aplasta. Siento que la ausencia atraviesa los muros y
yo la atravieso a ella. Mi existencia se hace transparente y
comprendo que sin vida, yo viví. Me marchite y me olvide de
reír, solo descanso con la pesadez del mármol, y me canse de
vivir, de mis uñas, de mis palabras, de mi piel y de mi sombra.
Siento que ahora soy raíz en las tinieblas. Raíz aterida y
arraigada bajo tierra. Escucho el graznido de los cuervos de
Dorian | 74
azufre, me reflejo en espejos de hielo de furia, mi alma se
libera de la crueldad de la celda de piedra donde vivió el
último tiempo, paso raudo sobre las aceras, los parques, las
calles que transite, me despido descuidadamente de aquellos
que ame y conocí, atravieso los bosques, las selvas, los vastos
océanos, recorro cada lugar que transite y que olvide, mi alma
aúlla herida y empuja la humedad, rompiendo las grietas y la
vergüenza. Siento que estoy en un paseo, me siento en calma,
ya no lloro mas lagrimas necias, siento que me revuelvo entre
el aire, a lo lejos. El misterio de la madrugada por fin me
pertenece y siento que he crecido.
Yo me siento tranquilo y escucho sin soñar. He visto lo que
viene con mis ojos. Una promesa de salvación me retiene,
pero me voy a dar por vencido. Entonces después miro a la
muerte a la cara. Escucho a mí alrededor los niños que juegan.
No se por que. Los juegos que a ellos ayer los aburrían. De
repente siento que estoy de pie y oigo mi voz y entonces grito.
Grito desmesuradamente, un grito sin palabras, salvaje,
primitivo. Un sonido que se rompe contra la piedra de mi piel.
Y dejo todo esto tranquilamente, llorando. Este es mi epitafio,
Dorian | 75
mi epilogo, mi desenlace. El sacrificio de penitencia que he
realizado buscando la salvación. La pureza. La vida eterna.
Yo soy el que no esta. Yo soy la estatua en la oscuridad. Yo
soy el que esta hecho de piedra.
Dorian | 76
FIN
Dorian | 77
Otras obras del autor:
. Lapidario
. Voces Profanas
. El Jardín
. Bosqueletras
. Historias Del Chimbilax (O La Estatua Del Ángel)
. Jackeline Fue Una Amiga Mía
. Imelda
. La Corbata Del Viajero
. Yanioska
. Un Misil En Tu Placard
. Gatos En El Suelo
. Luciérnaga Lunática
. Mi Otro Yo Viene De Otro
. Los Corazones Ocultos
. S y S
. Para Nadie
. La Virgen Del Carmen Electroacústica
. Tren
. Ne Me Quitté Pás
. Antología Y Penumbra
. Veinte Lenguas Del Rock Argentino
Dorian | 78
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Dorian - Rafael Bejarano

  • 2. Dorian | 2 DORIAN ESCRITO POR: STAROSTA (RAFAEL BEJARANO)
  • 3. Dorian | 3 En tu cuarto Donde el tiempo se detiene O se mueve a tu voluntad ¿Dejarás que la mañana venga temprano? ¿O me dejarás yaciendo aquí? En tu oscuridad favorita Tu favorita luz mortecina Tu conciencia favorita Tu esclavo favorito En tu cuarto Donde las almas desaparecen Sólo tú existes aquí Me guiarás hasta tu sillón o me dejarás yaciendo aquí Tu inocencia favorita Tu precio favorito Tu sonrisa favorita Tu esclavo favorito Estoy colgando de tus palabras Viviendo de tu aliento Sintiendo con tu piel Siempre estaré aquí En tu cuarto Tus ojos ardientes Causan llamas para surgir Dejarás que el fuego muera pronto O siempre estaré aquí Tu pasión favorita Tu juego favorito Tu espejo favorito Tu esclavo favorito Estoy colgando de tus palabras Viviendo de tu aliento Sintiendo con tu piel Siempre estaré aquí Siempre estaré aquí Letra del tema In Your Room escrita por Martin Gore de la banda Depeche Mode
  • 4. Dorian | 4 I El sol se eleva lentamente en otro día cubierto de nubes lejanas. Bailan conmigo los insectos, las sombras y las soledades que no me pertenecen. Mis huesos todo lo resisten sin sentir el dolor, quizás me impuse sobre ellos oponiéndome a cualquier tipo de reclamo. El cielo detrás de las montañas crece frio, se avecina el invierno, el horizonte se refracta en colores y formas de agua. Todo queda empapado de esa tonalidad gris que todo lo deforma. Algo me mantiene embelesado, el sentimiento del vacío en mí, la interminable marcha del dolor, el abandono, la desasociación. La habitación interna, enorme, de paredes como de hierro que me asfixia, me condena, me mata lentamente como una eutanasia que jamás termina. Yo miro hacia la ventana esperando que el día se vaya, que la lluvia no termine, que el silencio no sea roto por ninguna palabra, por ningún susurro, por ningún lamento. Cierro los ojos, me muevo lentamente entre las penas que me ahogan. Y me pierdo mientras floto en el vacío de mis ausencias, mi cabeza cae y las paredes se derrumban, quedo gélido por un segundo,
  • 5. Dorian | 5 recuerdo una melodía sin final, un sentimiento de una asonancia, después todo se va para siempre. Y quedo solo otra vez, como siempre fue. En la ladera de la muerte una sola nota resuena incesante y derriban las esculturas de piedra de los siglos, el pensamiento humano, la trascendencia. El universo disloca materia y nada vuelve a ser como fue. El pasado no existe, ya paso, el futuro no existe, aun no se ha creado y el presente se pierde en recuerdos del uno y anhelos inútiles del otro. Yo debería cantar más, pero la melodía se hace inútil en orejas llenas de sordera. Las mías, las del mundo entero, la fragilidad, la banalidad, todo desborona el tiempo, nuestra presencia, el cuervo en el dintel de la puerta. O no sé, quizás he perdido mi toque o tal vez olvide mi estilo, o todo tipo de cosas me han ocurrido y ya no veo nada. El encierro y el aislamiento generan en mí la manía de la tristeza. Algunos días son mejores que otros… Llevo ya tres días encerrado en esta habitación y no quiero salir. El teléfono aun suena y no me animo a descolgarlo. Supongo que algunos familiares, amigos y gente del trabajo me están llamando para saber algo de mí. Simplemente me
  • 6. Dorian | 6 desperté y ya no quiero salir más de mi cuarto. Seguramente a causa de las ventanas de vidrio grueso y las cortinas corridas no se nota desde fuera que sigo aquí encerrado, vivo solo y está bien dejarme morir acá. Hay gente que ha vendido a buscarme, he escuchado que golpean a la puerta, insisten un poco y se marchan nuevamente. Para evitar que den aviso a la policía y lleguen a allanar mi apartamento se me ocurrió postear en mi red social que me iba a un retiro espiritual. Espero con eso darme un tiempo para cometer mi plan, cobardemente pensado para poder dejarme morir solo y abandonado. Cae impertinente la noche y sigo decidido terminante a quedarme en la casa, no me he vuelto a bañar y la comida en mi nevera y en la despensa escasea. Estaba lloviendo torrencialmente, pero de un momento a otro la lluvia se detuvo. Tengo ganas de fumar pero los cigarrillos se me han terminado, al igual que las cervezas y el vino barato. Llevado por la sensación de júbilo que siempre significo en mí el salir a caminar después de la lluvia me he puesto un pantalón y un viejo saco. Estoy decidió a salir pero el desgano puede más,
  • 7. Dorian | 7 entonces me he sentado en el sofá con las luces apagadas, en total silencio, dispuesto a no ceder a mis impulsos y terminar dormido. Además afuera el clima es tan malo que lo más natural es quedarse en la casa. Pasó un buen rato en el cual estuve sentado, despejado, pensando en nada y en todo. Las luces de las casas de la cuadra se apagaron, es ya muy tarde, todos se han ido a dormir. Los andenes se hacen oscuros y todas las puertas tienen doble llave y pestillo. Pero a pesar de todo esto, he decidido levantarme, tomar mis llaves y arrojarme a la calle. No necesito explicarle a nadie que tengo que salir, nadie a quien mirar de reojo, nadie a quien besar para despedirme. A pesar de no preocuparme ya nada en la vida, cierro la puerta con cuidado, giro del todo el cerrojo y me cercioro que la puerta haya quedado bien trancada. Empiezo a caminar sin rumbo fijo, mientras las luces de las farolas pegan en el roció que dejo la lluvia y forman pequeños destellos por todas partes. Empiezo a sentir como el cuerpo agradece el movimiento, mientras avanzo pensando en que siempre tuve esa extraña sensación de inexplicable alegría al sentir como me golpea el viento del invierno en el rostro. Yo era un niño, luego crecí y me convertí en la gente, en el
  • 8. Dorian | 8 transeúnte, en uno más de los que caminan sin rumbo fijo viendo cómo se nos van los años y recordar empieza a costarnos más, memorias escritas en muchas páginas que se destiñen unas, se arrugan otras y forman nuestra bitácora personal, la cual a veces se nos hace pesada, se arruga también la piel, cada vez hablamos menos, la inocencia se pierde, la soledad llega y es fiel, nunca nos abandona por nadie, y entre soledades nos buscamos, y aprendemos a llorar y a sonreír de vez en cuando. Al final, todos somos lo mismo, nada es tan distinto, la tristeza no termina tan fácil como el invierno que se aleja… De repente tengo un extraño estimulo, un envión energético que me indica que debo ir a tu casa, verte, escuchar tu voz. La mente me traiciona concediéndole al pueril deseo una mayor importancia que la usual, me hace creer que tengo más nervio para actuar y aguantar el hecho de estar frente a ti, aun sabiendo como son las cosas y mi actual estado de derrota y dejación. Entonces comienzo a correr por las largas calles, separado completamente de mi propio sentido común, mientras mi personalidad se va destilando hacia la insulsez,
  • 9. Dorian | 9 mi respiración se torna más espesa, el manto negro de la noche es mucho más exacto, el frio y la tenue llovizna golpea mi rostro, mis brazos, mis piernas apresuradas, y tu imagen en mi mente se construye hasta lograr su auténtica esbeltez. Mi corazón empieza a retumbar con cada bombeo, empieza a llenar el silencio de las calles con su ritmo nervioso, me sorprende escucharlo tan nítidamente, como una señal de vida, de mi vida, a medida que me acerco a tu vivienda se intensifica aún más a estas altas horas de la noche. Llego a tu puerta, me paro frente a ella, trato de controlar la respiración que retumba desbocada para no delatar mi presencia. Estiro mi brazo pero no llega hasta el timbre. Me quedo como un tonto unos instantes que parecen eternos. Volteo a mirar la casa de al lado. Veo una rosa con los pétalos a medio poner después de la tormenta. La arranco febrilmente mientras sus espinas se entierran en las palmas de mis manos y la deposito con suavidad y ternura en el piso, frente a tu puerta. Después agacho la mirada y vuelvo apresuradamente a la mía para encerrarme de nuevo en ella. Cierro con pestillo mi puerta y me escondo debajo de las cobijas, avergonzado de mí mismo al ver lo cobarde y tonto que soy…
  • 10. Dorian | 10 II La vida es un sueño atormentado para mí. Ayer me la pase todo el día durmiendo, las cortinas corridas, el teléfono apagado. No deseo glorificar mi trágico destino, dormir debería hacerme bien, debería sanarme, pero mis sueños me muestran lo que no podrá ser y eso me hace miserable. Trato de programarme, soñar con situaciones o personas específicas, pero mis sueños trastocan en pesadillas que se salen de control. Me despierto cansado y con dolor de cabeza todos los días. Hoy me desperté con mi ropa sucia en una montaña que amenazaba derrumbarse sobre mí. Quisiera hipnotizarme, dejar de pensar, reconstruirme. La vida es demasiado corta. Intento constantemente formar una apretujando todas mis complejas vidas en un simple respiro. En este mundo oscuro y ancho soy inocente, solo vine al planeta, no soy culpable por solo estar acá. Paso las noches tratando de encontrar un final, algún estado adonde llegar. Aquellas interminables noches de intrigas personales, el frio que proviene de las lágrimas derramadas, de la cercanía de las botellas de licor, de las colillas apagadas de los cigarrillos. En
  • 11. Dorian | 11 mis sueños siempre hay alguien que me está empujando a todas las avenidas, hacia los trenes, a los abismos, a los ríos caudalosos. Siempre hay alguien que se ríe y me avienta sin piedad, justo después término despierto, mirando hacia la oscuridad, recreando manchas y sombras en la distancia, olvidadas, marchitas y sin esperanza. O no sé si es que he entendido por belleza la lluvia que cae en la tormenta. El espíritu de la nostalgia está pasando cerca de mí con mucha frecuencia. Me deprime pensar hasta en morir, pues al hacerlo todo lo que era nuestro ser irá a la deriva en la eternidad, nadie sabrá más nada de lo que éramos, no podremos volver a ningún lugar, la muerte debe ser el lugar más aburrido de todos, no conozco aun a nadie que haya hecho algo después de muerto. A veces, inevitablemente pienso en el más allá, en que será de mi alma, si es que la tengo, al morir. ¿Existe un cielo, un purgatorio, un infierno? Podría intentar retractarme, arrepentirme de la oscuridad que me invade y buscar a Dios y su perdón divino. Existen técnicas exiguas, infantiles, que podrían llevarlo a uno hacia esa supuesta salvación. Para
  • 12. Dorian | 12 cuidarse de las tentaciones de la carne, uno podría taparse los ojos, los oídos, encerrarse completamente en sí mismo y vivir metido en una iglesia o sitio de culto. Aunque muchos sabemos que hacer esto es inútil, muchas personas lo hacen, aunque resulta imposible dejar de escuchar nuestra voz interna. Esa vocecilla que nos tienta a buscar el deseo, el placer, la lujuria, la carnalidad. Ese apetito físico que lo traspasa todo, la pasión de los lujuriosos es tan enorme que podría derrumbar montañas, casi igual que la fe. Hay gente que prefiere ni siquiera pensar en eso, si bien quizá alguna vez fue tentado por algo que vieron sus ojos, captaron sus oídos o percibieron en su piel, o en su sexo. Y esa sensación, ese sentimiento en esas personas se convierte en un lastre duro de llevar, como una atadura compuesta de gruesas cadenas. Pero sienten el alivio y se contentan con sus pequeñas rutinas religiosas, y aprenden a convivir con sus placeres ocultos en lo más profundo de su ser, los cuales flotan en la superficie por ráfagas momentáneas de excitación y alegría. A medida que los días se hacen más pesados y densos, descubro que las tinieblas tienen un instrumento mucho más
  • 13. Dorian | 13 terrible que la culpa: El silencio. No sé si pueda ser factible, pero es posible que quizás alguien se haya salvado de la lujuria, pero jamás del silencio. Cientos de palabras me pueden cegar con la enormidad de su pureza, pero nada enloquece tanto como el silencio, y más si viene acompañado de la más tremenda soledad. Estas cosas se juntan como un coctel para el desastre. El placer y todas las consecuencias que se derivan del mismo trasmutan en lo que conocemos como culpa, tal vez porque el espectáculo de esa especie o suerte de felicidad, nos empiezan a dejar marcas en el rostro, en eso que llaman alma y en los sentidos. No sé si realmente yo entienda de qué se trata el silencio. Estoy convencido que en él yo siempre estaré seguro. Oculto de todos, con la sombra ominosa, la respiración insondable, los ojos llenos de lágrimas, los labios entreabiertos. Siento que hago parte del mutismo que fluye sordo en torno de mí. La noche florece en silencio, no oigo ni escucho a nadie, se hace denso y profundo mi horizonte personal, la única cosa que sé, es lo que siento. El frio es como un brazo sosteniendo mi cuerpo, se estira, las sombras se contonean. Las bestias de mi
  • 14. Dorian | 14 mente se liberan, corren ruidosas por todos los espacios de mi casa, abren sus garras acariciando mi piel insidiosamente. Vago entre las manías de mi mente disperso en el viento enrarecido de mi hogar, tan sólo quisiera apresar por un instante más el fulgor de los ojos de inocencia que tuve alguna vez. Existe dentro de mí una celebración sombría. Es un baile con máscaras de cuero, retazos de alegría, hematomas de conciencia. El sonido se aísla y el loco eco de los latidos del corazón ensordece todas las capas de piel del cuerpo. Soy mitad ángel, mitad bestia. Vago errante por los mares de gente que habitan en mí adentro y no me reconozco en ninguna forma, en ninguna enseñanza, en ningún credo. Las bestias se ríen y patean mi cerebro, desprendiendo neuronas, sueños y recuerdos. Lloro desconsoladamente mirando al techo y quisiera gritar, desgarrarme, expulsarlo todo, pero lo único que sale de mi es una risa falsa, una mueca extrañan que me estremece. Las paredes empiezan a gritar y
  • 15. Dorian | 15 quisiera escapar, los temores se acumulan en mí. Ellos están exhalando su pérfido aliento en mi rostro, y nunca se detienen…
  • 16. Dorian | 16 III El sol ardiente se levanta sobre las colinas de moho de mi mente. Las arañas inundan mi alma como una plaga que no puede ser erradicada. Ese es el tiempo oscuro. En el momento que el movimiento ya no es ningún movimiento. Como cuando estas dormido y quieres despertarte pero te quedas quieto y estas solo en tu cama. En el momento que eres como un ave cayendo, rígida y veloz. Como cuando vas corriendo y te tropiezas, te caes y te golpeas y la tierra queda con rastros de tu sangre. En el momento que se enteraron que el anciano de la casa de la esquina murió y fueron a golpear a tu puerta a pedir una colaboración para el velorio y el entierro porque aquel viejo no tenía dinero. Como cuando alguien te pide limosna en la calle y tú revisas tu bolsillo sin detenerte mientras decides si dar o no y cuando resuelves que si quieres dar algo ya vas muy lejos y te da pereza devolverte y no quieres pensar más en eso. En el momento que estabas sentado viendo la televisión y te preguntaron si ibas a ir al funeral de algún pariente y tú no quieres ir pero te colocas los zapatos y sales apresuradamente y estas en la iglesia frente al féretro.
  • 17. Dorian | 17 Como cuando estabas con esa persona que ya no amabas pero te desnudabas para hacer el amor y no sabías por que estabas allí. Ahora es como si tú te quedaras observando como estoy cubriéndome con tierra, en el lugar donde todos terminan, donde todo está adornado de negro. Yo simplemente permanezco estático. Me ronda el silencio, creo que estoy muerto. Un sonido puro entonces llega hasta mí. No sé de donde proviene, pero cada vez retumba más y más fuerte en mi cabeza. Es como el que muere cualquier día, un día sin sustancia, una fecha más de aquel calendario pegajoso de la cocina. Ante la muerte todos reflexionan, menos el que ya está muerto. La muerte propone un cambio de pensamiento. El cementerio siempre es muy frio, impersonal, lejano, fuera del tiempo, no obedece a las modas ni a la evolución, la muerte nunca cambia, es la misma siempre. El aire que respiras en los cementerios es como una atmósfera que se pudre con el tiempo. Los cementerios bajo la lluvia enmarcan mucho más aun esa situación. Es como un cuadro, un óleo de un diluvio del más allá. Es como si el agua no empapara las tumbas, el suelo, las flores mustias. Cuando pasa, quedan charcos que reflejan colores que ondean en el agua. Me imagino almas que
  • 18. Dorian | 18 gritan y se esfuman en medio de la niebla en las tardes grises de aquel lugar donde probablemente yo no vuelva jamás. Mientras tanto la muerte sigue su inagotable marcha e intenta hacernos caer, desvalidos y enfermos, irreconocibles ante nuestros propios ojos al vernos al espejo. La enfermedad todo lo devora: La magia, las ganas, lo que sabemos de nosotros mismos. La agonía y sus dientes amarillentos repletos de locura. El alma que sale liberada de su claustro de carne, piel y huesos salta, baila y canta desde la libertad de toda la inmensidad del más allá, de lo que desconocemos, de ese temor incierto que no proviene directamente del hecho de morir, sino del sufrimiento. No tememos a la muerte, sino a todo lo que nos lleva a ese inexpugnable momento, a todo lo que conlleva para nuestros seres más queridos, nuestra naturaleza perdida en la lucha por trascurrir, el olor de las rosas muertas del cementerio. Ese olor tremendo que nos hace reflexionar por un instante, que nos saca de nuestra realidad, nos aleja de nuestro tiempo. El olor de las rosas muertas es como el olor de la muerte. El tiempo es dulce y no pasa ya. El tiempo lo desarregla y deshace todo. El tiempo no permite que nada quede intacto, que nada dure para siempre. Nos recuerda
  • 19. Dorian | 19 que somos perecederos, que somos solo un efímero momento en lo que llaman vida, un eco mínimo del universo, una fugaz consecuencia. Cuando ese razonamiento se había vuelto insoportable en medio de las nubes grises de Noviembre sacudido por el aspecto de la calle esclarecida me di vuelta otra vez, y vi la salida del sol, detrás del hogar de los olvidados, la luz del sol abandonada sobre ebrios cuerpos humanos. El amanecer llega revolviendo el iris de mis ojos. Me golpea y me tumba sobre un andén. Y en ese momento quise verte en la calle. Quise sentirte a mi lado, pero tú no estabas. Tú hubieses podido estar allí para mí, no te hubiese costado dinero. No te hubiese costado nada, pero no lo hiciste. Tú estabas en otro lugar muy lejos, pensando en cosas triviales y sin sustancia. La próxima fiesta a la cual te invitaron. Un matrimonio de amigos. ¿Qué mierda es importante eso al lado de lo que yo esperaba de ti? ¿Y por qué aun sabiendo que no eres de mi misma esencia me dueles? Una persona que se rodea de mucha gente, solo quiere estar con uno solo, solo con alguien, pero no era yo ese uno. No era yo ese alguien. Tengo tu cara en una antigua foto que
  • 20. Dorian | 20 te robe. Estás sonriendo, te ves hermosa, con tus ojos enormes mirándome, como siempre hiciste. Riéndote divina de mis tonterías. No puedo recordar lo que éramos en aquel tiempo. Pienso en ti a toda hora, tus lágrimas tibias, tu fortaleza, tu desdén para atraerme y alejarme como una hoja seca al viento del otoño. Lo peor de nosotros es que somos una buscada manifestación de dolores y desengaños. Tú siempre dijiste que no ibas a déjame solo. Pero decidiste irte sola. Pensé en esas cosas mientras estaba allí tirado, porque no quería irme a casa. Recordé mis jóvenes amaneceres viendo el sol ascender sobre los techos de las casas y los cedros del Líbano. Las lágrimas frías ruedan por mi rostro reseco, tú eres como el sol, estás en lo alto, muy alto por encima de mí, más alto que todos. Te gusta tu vida social, prefieres estar con tus conocidos, en tus aburridas y formales reuniones sociales, dijiste que no querías estar conmigo, pero en la vida todo cambia y al final tendrás que estar contigo más que con tus amigos. ¿Qué vas a hacer cuando no puedas ni escucharte? Estuve borracho y perdido entre las calles, bajo la lluvia, en la tormenta. Mire fijamente en la oscuridad, tentando a la
  • 21. Dorian | 21 fatalidad, mire imperturbablemente a la nada, admitiendo la derrota. Cualquier cosa es difícil de encontrar cuando no se abren tus ojos, cuando no te aceptas a ti mismo. Quise sentarme en la oscuridad de mi hogar a escribir un plan para poder llegar a ti de nuevo, pero el papel quedo en blanco, no tengo yo nada más que hacer, no me quedan trucos bajo la manga. Me he desperdiciado en vano. Fue entonces cuando decidí encerrarme a esperar el final. Tu llamada aun no llega. Tú aun no estás aquí. Y yo probablemente nunca te vuelva a ver.
  • 22. Dorian | 22 IV Insectos alimentados de sangre succionaron mi alma hasta dejarla seca. Ahora todo lo que hago es recordar. Recuerdo aquellos días en los que llovía todas las noches. El pueblo se quedaba a oscuras y solo las luces de los relampagos traspasaban los ventanales de vidrio martillado y me hacían esconder bajo las cobijas, pues yo solo quería dormir. Soñaba con la reina de mi valle interior. Yo la sostenía entre mis brazos pero nunca podía ver su rostro. Cada vez que intentaba adivinar sus ojos, su boca, sus mejillas yo me despertaba y me quedaba sentado en el borde de mi cama observando el vendaval que caía sobre mi ventana. El pueblo se convertía en una isla que venia del cielo. Temí que esa isla se hundiera, y al final si ocurrió, pero solo en mis pensamientos. Fue como despertar y ver que todos los demás se quedaron dormidos por siempre. O al revés. No sé. Recuerdos de una época en que los árboles se vinieron al suelo. Llegaban del monte camiones cargados de madera y entonces vino el tiempo de reedificar. Siempre me cautivo ver la madera que se cruzaba en mi pared con las vetas en el mismo sentido. Su color e incluso su olor
  • 23. Dorian | 23 generaban en mí una sensación de resguardo. O era la casa de los abuelos la que me daba esa sensación. El tiempo no tenía ningún valor, ningún peso. Yo no era consciente de mi vida, nada me importaba. Esa época se quedó impregnada en mí. Recuerdo vagar entre muertos, caminando sin rumbo alguno entre las hileras de tumbas del cementerio. Esa extraña paz, ese frio que hace erizar la piel, ese vacío de tiempo y espacio. La soledad. La eterna soledad que emana del lugar donde descansan aquellos que se han ido. Nunca tuve miedo de estar allí, pues nunca vi a nadie regresar, nadie nunca se despertó. Nadie recobro su forma de aquellos restos desarmados encerrados en bóvedas oscuras. Recuerdo que intente generar sonidos que pudieran despertar a los muertos. Pero nadie se despertó en lo absoluto. ¿Alguno de los que están allí habrá muerto de amor? ¿Sera que es cierto que alguien se murió por eso? Recuerdo el período en que el cielo era negro. Y no fue por el invierno. Es que yo siempre lo veía así, porque todo mi ser se sentía entre nubarrones, oscuridad y tinieblas. Eran las épocas en que yo te visitaba y nos sentábamos en silencio al borde del
  • 24. Dorian | 24 andén y esperábamos a que pasara el tiempo observando el cemento. Recuerdo el olor de los cigarrillos y el sabor del alcohol rabioso bajando por mi garganta. Recuerdo que nos sentíamos como si estuviéramos cayendo por un agujero negro que no tenía fin y en ese momento nadie ofreció sus manos para poder sujetarnos. Nada detuvo nuestra caída, excepto la dura realidad que me hirió como una filosa piedra. Pienso en ti y en todo lo que nos pasó. Todo ocurrió por simplemente un beso. Todo el ayer en mi fue solo un breve momento. Sabemos que hemos alcanzado el final, solo que no sabemos cómo. El recuerdo no es la vida y no es amor. En la oscuridad por un segundo estoy seguro de ver esa sombra de tristeza que me está llamando. Deberíamos dejar que todo volara. Y todas las lágrimas que lloras no son lágrimas por mí. Tampoco tus lamentaciones, tu pena, tu forzada desolación. Todo simplemente se escapa de las manos. Así que si no te queda nada que decir solo di adiós. Voltea la cara hacia lo lejos y vete. Ahora hay largas noches en las que permanezco tirado y despierto y pienso en lo que he hecho, nunca me sentí tan
  • 25. Dorian | 25 viejo.Todo se ha ido. He malgastado mis sueños más honestos y me reprocho en lo que me he convertido en realidad. En nada pienso, en nada creo y a pesar de lo fuerte que lo intente siempre sentiré remordimientos. Recuerdo la primera vez que nos besamos. Nuestro primer contacto. El olor de tu cuello en el verano. Sí, he de confesarte algo: Yo nunca olvidaré. Todas las caras, todas las señales se enredan y la luz se siente radiante y resplandece sobre los limpios muros donde mi sombra y las sombras de los fantasmas de mi alma se la pasan jugando juegos inexpresivos que me aturden, me hacen sentir aislado y confundido. A veces estoy sufriendo donde todos los demás bailan. Todos los sonidos permanecen igual de gélidos en mis oídos. Espero poder abrir los ojos ensombrecidos, dejar de sentir que pasan por mis huesos mil horas desperdiciadas en un día. Mi rostro es tan malo como lo ha sido mi vida, he bajado finalmente los brazos. Quisiera borrar todo lo que sé, pero no puedo negar que te conozco.
  • 26. Dorian | 26 Siempre camino en estas calles después de la lluvia, entre charcos y asfalto. La llovizna que llega tarde a la cita con la tormenta borrará mis pasos, así como lo hace el humo y el alquitrán. Siento que con los años empecé a quebrarme y a dejar trozos de mí ser desperdigados por todas partes y ahora soy solo un fragmento perplejo, sin equilibrio y sin piso en el trayecto de lo que se supone es la ruta de la vida. Dicen que el recuerdo es una forma de encuentro, pero yo no te encontré en las cosas que yo recuerdo de ti, al contrario, siento que cada vez que te pienso me vuelves a dejar solo y eso me daña más. No tengo futuro ni pasado. Si me quedo aquí hay un espíritu desertor que me hace huir de mi realidad. Es extraño caer en cuenta cuantas veces he pensado en desaparecer completamente. Me reprocho la levedad de mis sueños y mis intenciones en el mundo. No sé, soy una cadena de cosas que no se refractan correctamente en mí, nada es lo que se supone. Supongo que así es esto. Sólo el amor y la muerte cambian todos los sucesos de nuestro trascurrir. E irónicamente no tengo ninguno de los dos en mí. Este mundo es prometedor y hermoso solo de la puerta de mi casa hacia afuera. No se trataba de correr lejos de ti, ni tampoco detrás de ti. Solamente
  • 27. Dorian | 27 viniste y te fuiste y eso es todo. Realmente pienso que tú deberías cuidar tu amor y tu odio hacia mí. Guárdalo en un lugar seguro en tu mente o en tu corazón, donde prefieras, pero no lo olvides nuca, pues cuando ya no este, tú me definirás. Quiero que esto sea la última cosa que hagas por mí. ¿Cómo conseguimos este alejamiento? Pensé que este amor duraría siempre…
  • 28. Dorian | 28 V El miedo colapsa en lo alto de mí exhalándome su astuto aliento pero ya no me daña como antes. La experiencia pulió mis aristas y mis dobleces. He aprendido a convivir con todas las voces de mi mente, que siempre son una al final. Me estoy sosegando conforme transitan los años. Ya no hay sonrisas tan largas ni tristezas tan duraderas. Todo cae en mi alma como la arena después de la tormenta en el desierto enorme. Me estoy venciendo como una porcelana a la intemperie, como el agua bajo el sol que se evapora, en fin. ¿Qué pensaras de lo que estoy pensando? No lo sé. Así que me engaño a mí mismo, como lo haría cualquier otra persona. Reinvento historias del pasado para que afecten mi presente. Vago indiferente entre cuartos y pasillos de mi memoria y reacomodo los muebles, pego otras palabras, cambio decisiones y aunque es un oficio inútil, me ayuda a continuar. Los secretos que escondo me doblan por dentro, me hacen ser más frágil, así que me engaño a mí mismo y me convierto en otro ser que no soy yo, me postro del miedo y aguardo en silencio. Siento pena por mí. Pienso que quizás nunca sentiré nada otra vez. Algo en mí se
  • 29. Dorian | 29 está marchitando. No sé si será mi alma. No encuentro motivos. Me estoy desvaneciendo por dentro como una vela que se enciende y su llama la consume por completo. ¿Dónde estaré al termina con todo esto? Me cuesta soñar. Ya no puedo pensar. Si tan solo pudiera recordar algo sin sentir pena… Como me gustaría que me dieras tus ojos, para poder ver de nuevo tus manos, tu rostro, tu risa. Quisiera ver a través de tu mirada la vida, el amanecer, el ocaso. El sol está canturreando en las mañanas, lejos de mi piel, vivo encerrado, oculto de todos, y nada cambiara mi mundo. Mi cabeza se hace polvo, se deshace en la arena de mis pensamientos y el mar de mi soledad crece, se forman enormes olas que me ahogan, y ya nada tiene sentido. Cierro los ojos, siento como lentamente mis lágrimas a través de mis parpados empapan mis mejillas, no quiero continuar así. Imagino que mi pena va a desaparecer en un día cualquiera, ordinario, corriente, así como he sido siempre yo. Me veo al espejo y en mi desesperación yo me río y me siento como una barca endeble que va a la deriva en el viento. Mi corazón baila en una orilla de piedras filosas. Mis penas son como rostros que me espían mientras aguardan el
  • 30. Dorian | 30 final. Mi casa se llena de repentinos silencios a través de las paredes. Mi exhalación se mueve lentamente a través de ondulaciones de opresión. Mi cabeza cae hacia atrás y siento que mis pensamientos se desploman. Detengo mi caída para luchar y desfallecer, y tomo lugar para ser otro hombre y metamorfear mi vida. Una rabia oculta consume mi corazón, rabia maldita por los años de tiempo malgastados. Me pongo rígido y grito, me arrojo furioso encima de mis miedos, siento que enloquezco. El diablo frecuenta soledades. Remuevo mi carne, corto mi piel y quiebro mis dudas y mis pesares. La ira manipula mis golpes coléricos hacia la nada. Me observo caer pero aún magullo el suelo, las paredes, los espejos una y otra vez. Observo mi silueta en la sombra con movimientos punzantes, serenos, limpios, precarios. La crueldad del abandono y la pena me consume, me lleva a menos. La pena en mi ser se manifiesta imperiosa, la desolación está pudriendo mi hogar, siento que no puedo salir. Es como un capullo que se cierra y me condena a vivir encerrado inexpugnablemente. Me contengo y me postro vencido, totalmente agotado, liberado de todo excepto del dolor.
  • 31. Dorian | 31 Recuerdo tu figura otra vez. Imagino que te abrazo nerviosamente y te oigo llorar. En mi imagen beso tus labios y termino con tu vida. Me desgasto inútilmente en estas tontas alucinaciones pues se que te mataré otra vez mañana en la noche. Y en la siguiente. Me mato a mí, destruyo todo, pero solo en mis pensamientos. Al día siguiente todo hace metástasis y continua igual. Y sigo desperdiciando así, en esta rutina de horrores e inutilidad mi valioso tiempo. A veces no hay nada que considerar, a veces no hay nada a que aferrarse. Ya no hay tiempo para huir. A veces te palpas y te sientes tan viejo que sientes como si tuvieras doscientos años. El tiempo te lastima cuando lloras, te lesiona con solo inhalar y entonces parece que no queda nadie a tu lado. Y todo lo que pretendes es soñar abrigado en tu cama. El frio te empuja hasta que sentir que te estas rompiendo. No deberíamos llorar ante el sufrimiento. No deberíamos gritar como niños ante el abandono. Así cuando el malestar comience y las alucinaciones lleguen uno estaría más fuerte para no desfallecer, para nunca caer. No quiero más lágrimas inundando mi cama. Dolor: vete de mí, retira tus garras de mi
  • 32. Dorian | 32 rostro, déjame solo. Como un árbol en el borde del precipicio, colgando. Yo estoy abriendo la boca para respirar. Estoy parado en el medio de un charco de sangre bermellón, nadando alrededor de mis huellas, casi a punto de ahogarme en las palabras relucientes que jamás diré, hundiéndome sin remedio en mi mente puntillosa. Doy un paso hacia atrás y me sumerjo en mi locura. Siento tus uñas sin que estés aquí. Las siento metiéndose en lo más profundo de mi piel... Mi cabeza está fría. Mis manos están congeladas y mi corazón es negro y se detiene cada noche. Todas las noches. Y yo me quedo quieto para ver si aún estoy vivo. La mañana reaparece entonces entrometida a través de las cortinas de mi habitación. Interrumpe mis cabildeos, mis manías de perdedor. Me recuerda que un nuevo día empieza y que yo no tengo remedio. Todo mi espacio se siente como si fuera agua y todo huele a velas consumidas. Intento pensar en la luz del sol pero mi cuerpo se retuerce como si todo se convirtiera de repente en un relámpago. La única sombra que me acompaña es el fantasma de mi pasado. No mostrare arrepentimiento alguno por esto. Sufriré con orgullo, porque mi deber siempre fue ser
  • 33. Dorian | 33 yo y defender lo que yo creo. Y aunque he de ser declarado culpable, no veo yo en esto crimen alguno. Veo por la ventana las nubes que se dispersan, el sol que se levanta y los pájaros que cantan. ¡Canten pájaros! Canten sus trinos y huyan...
  • 34. Dorian | 34 VI Enterrado en un vacío ciego me levante esta mañana más cansado que ayer. Soñé contigo. Tuve una pesadilla en la que tú estabas muerta a la orilla de un rio. Recuerdo que en mi terrible sueño me desperté a las tres de la madrugada. Descubrí que en realidad me levantaba del suelo de mi habitación y no sé por qué recordé que yo llevaba dos días tirado en el piso y había alguien más tirado al lado mío. La atmosfera del cuarto era extraña. Parecía que todo estaba como sumergido bajo el agua. Era un azul pero raro. Como que todo lo metalizaba. Yo no podía ver más allá de aquel cuarto. Las ventanas no daban a ningún lugar. Entonces vi como ese alguien empezó a moverse intentando levantarse del suelo. Sus manos estaban temblorosas, sus piernas, su cabeza, todo en aquel hombre estaba tembloroso. Ágilmente se pone de pie y me tapa la boca con esas manos grises para evitar un grito mío. Pasan los instantes y esta situación continua y empiezo a desesperarme. Quiero moverme, o despertarme, pero la escena es estática, nada ni nadie se mueve en aquella habitación de paredes cromadas. Intento pensar para poder
  • 35. Dorian | 35 moverme más lento. Entonces me libero de esas manos y las tomo con fuerza. Pero una fuerza sobrenatural, como todo lo que ocurre en los sueños. Siento los huesos de sus dedos crujir y quebrarse ante mi dominante fuerza, y entonces salgo disparado hacia la pared. El ente ha desaparecido. Estoy solo en el cuarto azul. Pero ya no es mi cuarto. No reconozco donde estoy. Intento en vano buscar la puerta pero no la encuentro. Parpadeo y aparezco afuera de aquella habitación. Empiezo a avanzar por un larguísimo corredor de piso ajedrezado y paredes blancas, pero nunca llego al final. Deseo detenerme pero avanzo en contra de mi voluntad. Si tan sólo fuera aquí el lugar adonde voy, si esto fuera real, pero entonces tomo conciencia que estoy en un sueño y deseo despertarme, pero no puedo. Sé que tengo que abrir los ojos. Pero es justo cuando pasa algo más bizarro aun: Me prendo fuego con una vela encendía que esta al final del pasillo. Empiezo a arder pero no siento dolor, solo percibo las dentelladas de luz en las paredes y yo sigo caminando. Por curiosidad acaricio las llamas y descubro que son tan suaves que hasta parece que fuera piel, es suave, cálida, familiar. Escucho aullar tu voz, resuena a través de los gruesos postes, las paredes, todo el lugar. Me
  • 36. Dorian | 36 ensordece, me hace postrarme de rodillas. Corro enloquecido y atravieso la enorme puerta. Afuera está lloviendo. Empiezo a sentir como mi ardor se apaga. Veo gente extraña a mí alrededor. Todos se detienen de un momento a otro y se dan vuelta. Se quedan observándome y me hacen una señal para que guarde silencio. Entonces me quedo rígido y estas personas se acuestan en el suelo y se quedan profundamente dormidos. Parece que se hicieran los muertos realmente. En un instante recordé todo. Y al instante lo olvide todo de nuevo. Es justo cuando algo dentro de mí me dice cómo se siente ser nuevo. Y esa voz empieza a multiplicarse en todo aquel lugar, esa voz ingresa por aquel pasillo de pisos ajedrezados, retumba como una caverna infinita, son mil voces murmurando que es verdad. Entonces intento prestar atención y descubro que cada una de esas voces en realidad es tu voz, que me susurra ahora al oído. Es cuando me despierto y quedo sentado en el borde mismo de mi cama. Y estoy solo. Y el frio envuelve mi cuerpo…
  • 37. Dorian | 37 Me levante en la mañana con más incertidumbres que certezas, buscando torpemente la lata de café en la alacena. Al tomarla note que uno de mis dedos estaba cubierto por una escama extraña y no podía moverlo. No le preste mayor atención y continúe mi día, hundido en mis amargos pesares, asfixiado por la soledad y la falta de amor y cuidado en mi vida. Hay un aire enrarecido en mi casa, lo percibo con cada respiración, puedo sentir el tiempo pasando a través de mí como agujas de un reloj lleno de crueldad. Encendí la televisión y empecé a pasar canales indiscriminadamente sin fijarme en nada en particular. La escama en mi dedo continuaba creciendo y me dirigí al baño a lavarlo con agua del grifo. Tome una barra de jabón e intente en vano retirarla, pero no caía. Termine de lavarlo, me seque la mano con cuidado y me senté junto a la ventana a observar los autos y a la gente pasar. Transeúntes tan rígidos como los juguetes que se mueven como si estuvieran balanceándose, así como los árboles que se mecen por efecto del viento. A pesar de ver a ese grupo de personas, recordé cuando ella me hablaba sobre el mundo vacío, de gente que camina sin ideas, sin sueños, sin esperanza. Personas con los ojos vidriosos, silenciosos, como
  • 38. Dorian | 38 hombres grises capturadores de tiempo. Caminan como si fueran un ejército, haciendo todo lo posible por ser intrascendentes, buscando todos los caminos para que sus vidas estén mal. Yo soy uno de ellos. Un soldado desertor, un corazón delator enterrado bajo el suelo. Vanidoso de estar combatiendo en la guerra de este mundo vacío. Si sólo pudiera decir “No me interesa” y no sentirme tan contagiado y espantado. Si sólo mis ojos se cerraran... Siento que vivo en una cima, un lugar donde nadie va. Todos los días me quedo aquí, sin salir, postrado y cansado. Sintiendo que todo lo que necesito es estar contigo, suplicando por tu regreso, como todos los demás lo hacen. Todos siempre vuelven, excepto tú. ¡Por favor regresa! Por favor regresen todos. No importa en qué forma lo hagan, así sea con los ojos como las aves emponzoñadas. Necesito sentir la mirada de alguien sobre mí, para no sentirme tan aislado. En mi cabeza crecen las dudas con un tono gris de tristeza, mi ánimo se aplasta, el reloj sigue girando sin hablar, vivo engullido por las formas fantasmales de la vida que se escurre en redes de
  • 39. Dorian | 39 polvo. Mi edad arruina mi esperanza y solo puedo lamentarme y esconderme. El tiempo de mi vida se ha vuelto traicionero…
  • 40. Dorian | 40 VII Me desperté en mitad de la noche, incomodo por un extraño hormigueo en mi mano. Encendí la lámpara de la mesa de noche y descubrí que la escama se ha regado por toda la mano, la cual esta rígida como el hielo. No la puedo mover. Me espante un poco al verla en ese estado, pero decidí volverme a dormir y pensar mejor que hacer en la mañana. Al llegar el día, fui de nuevo hasta el baño y trate inútilmente en retirar las escamas. Busque en internet alguna respuesta, pues pensé que sería alguna infección común y debería encontrar algún remedio o cura para la misma, pues no deseo salir de casa y menos ir a un hospital, el cual estaría lleno de gente enferma y lúgubre, así como yo. Pero no encontré ningún dato sobre la afección. Decidí dejarlo pasar. En algún momento se aliviara sola. Tuve el impulso demente de llamarte y comentarte la situación, para ver si así vienes a mi casa a cuidarme, pero desistí. A estas alturas, ya no espero ni tú lastima. Me la pase el resto del día intentando en vano mover mi mano y debo confesar, un poco encantado de ver como poco a poco la escama continua subiendo hasta llegar casi hasta el codo.
  • 41. Dorian | 41 Tome un libro al azar de la biblioteca y me metí de nuevo entre las cobijas para leerlo, pero en vez de eso me quede mirando hacia la nada, recordándote e inventando historias de los dos, todas con desenlaces imprevistos y finales felices. Me duele un poco el pecho, no sé si es por la pena, o porque mi ser se me quiere salir. Siento que mi alma se balancea y todo lo que sé, es lo que siento. Y siento muchas cosas que son tuyas. Tú estuviste siempre a mi lado en noches parecidas a esta. Debiste haber elegido una noche así para decirme adiós. Aunque fuera lo último que hubiésemos hecho juntos. Pero No. Tú te fuiste de día. Y yo me quede con las manos abiertas, llenas de silencio. Los lugares que frecuentábamos ahora no significan nada. Carecen de vida, no tienen color. Yo jamás te había visto tan perdida. Nunca me había perdido tanto yo. A veces ni siquiera parecías tú. Yo nunca me parecía a nadie, a nada. ¿Dónde estás? ¿Adónde vas? El tiempo parece demasiado pesado al pasar por mis recuerdos esta noche. Me quiebra la espalda, me agota totalmente. Se hace tenebroso el solo pensar en todo lo que nos ocurrió. Yo quisiera reescribir nuestra historia pero es como imposible abordarla de ningún modo. Más obscuros aun eran tus ojos grandes. Tu mirada
  • 42. Dorian | 42 abismal en la cual yo sufría de vértigo. Quise aquella ves suplicarte para que te quedaras, pero estaba lloviendo demasiado fuerte y casi no te podía ni ver de tanta agua que se entraba en mis ojos, no sé si era la lluvia o yo que estaba llorando. Me quede parado en mitad de la helada noche mientras tú te alejabas. Pasaron los minutos y torpemente reaccione y corrí detrás de ti por una calle desierta y oscura. No te vi en ninguna parte. No te pude hallar. Decidí que iba a encontrarte aunque me tomara toda la noche. Invoque fuerzas divinas para que me ayudaran a rastrearte como si fuera una cacería de brujas. Te busque en las sillas vacías del parque y en el bar desolado de la esquina. Te busque en las estaciones del bus y en los andes vacíos del centro de la ciudad. Por siempre jamás es siempre para ti. Tomabas las decisiones y no dabas vuelta atrás. Y eso te paso también conmigo. Yo te defraude. No estuve a la altura. Destruí tu confianza en mí. Tú maravillosa y hermosa confianza. Ya no estoy convencido de lo que quiero, de lo que estoy buscando. Sólo sé que en este punto me he convertido en una persona difícil de consolar. No tengo claro a estas alturas
  • 43. Dorian | 43 quién intento ser en lugar de ser yo mismo. Sólo estoy pagando el precio mientras rompo todas las reglas. Todos los signos que encuentro han sido recalcados en mi mente, no me es permitido ingresar. Claramente entiendo que todos los demonios en mi interior florecen en la forma en que son fomentados por mis manías. Todo el afán, la acelerada caída puramente me está derrotando. He convivido detrás de la máscara de lo que se supone que debo con un dolor al cual ya estoy acostumbrado. Existe una brecha en mi espíritu que me lleva a los parajes más salvajes de mí ser. Ya no contengo en mí la inocencia, ni el sentido real de la consciencia, no siento yo arrepentimiento. La oscuridad se alimentó de todas las regiones de mi alma. He pagado el precio de expulsar de mí adentro al paraíso. Yo entiendo mi realidad, lo que sé que es real. Invocare una plegaria silenciosamente, llena de desaliento. Irónicamente me siento limpio. Lo más limpio que he estado en toda mi vida. Después de derramar mis lágrimas, de dejarme caer, siento algo de pureza en mí. Le puse un final a todo, he transformado el rito de mis días, y si bien no me es tan claro lo que el destino planeó para mí, empiezo a comprender que lo único que tengo es lo que pueda atrapar
  • 44. Dorian | 44 entre mis manos. No sé si quede algo sagrado dentro de mí, solo sé que en medio de este abismo, hay algo en la pena que me gusta. No sé cómo explicarlo. Mis intenciones y mis sentires se encrespan y ruedan en medio de mi tormenta personal. No sirvo para persuadir a nadie. Los años también me enseñaron a no señalar a ninguno. Solo vivo mi vida ausente, en silencio. Creo que somos personas dañadas que se buscan y se rechazan entre sí, encantados por los sofismas que no entendemos claramente. Somos almas perturbadas y agobiadas por las practicas que pensamos alguna vez, no nos harían ningún daño. Olvido para sentir que no estoy muriendo, pero es un olvido en vano. Rezamos entusiasmados esperando que llegue algo a nuestras vidas, algo que no viene desde algún lugar profundo en nosotros. Algunas cosas no tienen sentido… Solo a veces te pienso y te recuerdo, y es una imagen que me alivia y me acompaña, mientras destruye y apaga al mismo tiempo. Y solo cuando hago esto olvido que estoy sintiéndome cada vez más viejo y muriendo. No se necesita de mucho para
  • 45. Dorian | 45 poder verme lastimado. Pero a la vez no lo querría de ninguna otra forma. Siempre hay un precio que se debe pagar…
  • 46. Dorian | 46 VIII Estoy cansado de las lágrimas y la risa. Estoy cansado de los días, de las horas. Me quedé enganchado en muchos recuerdos. Tú me dijiste “Adiós” un día como hoy. Tú me dijiste “Hola” en un día como hoy también. Me saludabas levantando las cejas y dibujando una sonrisa con tus hermosos labios. Yo no me aprendí tu nombre y te saludaba con un nombre diferente y tú no me corregías, hasta que un día suavemente me dijiste como te llamabas mientras saboreabas un café y yo me sentí estúpido y perdido en tu forma. La forma como siempre te vi. Ese algo que me hacía desear ser tú. Que me hacía querer compartirlo todo contigo. Yo siempre quise vivir tu vida. No me gustaba la mía. Recuerdo la noche que besaste mis ojos. Ese toque profundo, tu expresión y el movimiento de tu cabeza... Pero no pudo ser. Yo tenía que irme. Yo debía escapar de todo aquello. No podía quedarme así por más tiempo. Ahora te recuerdo y quisiera que todo eso hubiese sido perfecto. Quisiera que fuera como cuando nos conocimos, que todo aquello fuera como lo de antes. Ahora quiero cambiarlo todo, retomarlo, volver a empezar, pero por
  • 47. Dorian | 47 siempre jamás es siempre para ti. Y ya no nos queda más tiempo. Recuerdo tu hermoso pantalón negro y tus botas. Recordar algo tan simple, algo tan trivial me hace un hombre feliz. Si supieras comprenderme y aprender lo fácil que soy de complacer, sabrías lo que hace girar mi mundo. ¡Vuelve, vuelve a mí! Voy a estar aquí esperando pacientemente, aunque no se exactamente por cuanto tiempo. Yo se que eso que sientes por mi camina por una línea muy delgada entre el amor y el odio. Estoy muy apenado de malgastar todo mi tiempo en otro mundo, siento vergüenza de construir mi vida en otro lugar muy lejano del mundo real. Podría usar un poco de compañía, pero gusto demasiado de mi fanática soledad. Al final comprendí tontamente que con un poco de gentileza se puede recorrer un largo, muy largo camino. Solo espero que la luz brille siempre en el corazón de cada uno de ustedes. Sólo la ceguera puede ocultarles las cosas que en realidad son importantes para el cuerpo y el alma. Quizás el dolor podría usar un poco de mesura en mi, pero ya es muy tarde. Me he hecho adicto a la tristeza y el victimismo. Mi vida entera es
  • 48. Dorian | 48 una recopilación del miedo. Como sea que fuere, siempre llegaría yo a las mismas conclusiones. Y estoy harto. Sobrevienen a la mente los encantos de disponibilidad limitada, esos deseos de poseer, de tener, lo material y lo inmaterial, lo sagrado y lo profano, el orden y el caos, todo viaja por la mente y atiborra los nervios de información necesaria e innecesaria. Todo esto de alguna manera te mantiene estimulando tus venas. A veces encontrar las palabras adecuadas puede ser un problema. Esos asquerosos encantos de banalidades que de alguna manera te motivan, te hacen poner un pie delante de otro y repetir el proceso una y otra vez, hasta cruzar del todo la calle, los lugares, los territorios. Uno es libre de cambiar de opinión cuando quiera, pero siempre cuesta abandonar los hábitos, y más esos que hacen daño. Ahora estoy gritando en las puertas de la muerte. ¿Transitaré en mi descanso entre los glorificados? Madre: ¿Sera que me estás esperando? Ya no puedo salir más de mi casa. Estuve
  • 49. Dorian | 49 afuera demasiado tiempo, durante mucho tiempo y fue muy duro. Yo sé que fue un error todo esto, pero ya no hay retorno. Los días siguen y la escama me ha consumido ya medio cuerpo. Solo puedo mover un brazo, una pierna, media boca, un ojo. No podría salir a la calle. Todos se quedarían viéndome como una cosa extraña, un leproso, un bicho raro. El teléfono de mi casa hace días que no suena. Nadie ha venido a buscarme ¿Sera que mordieron el anzuelo y piensan que aun estoy de viaje? ¿O será que ya no le importo absolutamente a nadie? Aunque parezca increíble, me veo al espejo y no me sorprende mi estado. Me arrastro por la casa buscando espacios donde respirar. Irónicamente no muero. No se si soy mas resistente de lo que yo creía o simplemente mi alma se niega a darse por vencida. La escama en mi cuerpo me hace sentir que pesa demasiado. Es como estar cargando un gran peso por donde yo vaya. Últimamente he optado por quedarme tirado en el suelo y me levanto solo para tomar agua de la llave o comer los últimos víveres que quedan en mi alacena. Ir al baño es una tortura vergonzosa peor.
  • 50. Dorian | 50 He estado sucio por mucho tiempo y no me interesa porque estoy prendiendo dentro de mí, siento la vida dentro de mí, contenida, y con ganas de irse lejos. Toda mi vida he sido lastimado pero no me importa. No se si tu lo sentiste cuando me tocabas ¿Lo hiciste? ¿En realidad conociste algo de mi, alguna vez? Quizás la muerte me esta convirtiendo en esto, mientras siento sus huesudos dedos, largos y fríos, alrededor mío. El dolor en mi está listo, la fragilidad está esperando su momento, no hay tiempo para titubear. Tal vez estoy pagándole mi deuda al karma. Tu fuiste para mi la muerte y la vida reconciliadas. Lo que yo tome de ti no me daño, el problema fue que no me fije en lo que estaba entregando. La ausencia me absorbe, me tira hacia abajo, donde no hay suelo, donde lo sagrado nunca es encontrado. Yo solo quería a alguien para compartir el resto de mi vida, mis sentimientos más íntimos, mis detalles personales. Alguien que estuviera conmigo y que solamente me apoyara. Yo ha cambio le hubiese dado toda mi vida solamente. Yo deseaba a alguien que se ocupara de mí amorosamente, que me dedicara un pensamiento, que me diera su aliento. Yo
  • 51. Dorian | 51 compartiría la visión de las cosas para verlas juntos de una forma distinta y quizás con el pasar del tiempo esas cosas que no me gustaban terminarías agradándome. Yo pensaba en alguien que no me atara con sus cuerdas para así yo volar, en silencio, por lo bajo. Yo la habría escuchado cuando quisiera conversar. Escaparíamos juntos del mundo en el que estamos. Y aunque mis sentires pueden ser siniestros, esa persona me escucharía y de golpe cambiaria mi manera de pensar y al final me comprendería, sin imponerme su manera de ver la vida. Yo solo quería a alguien que me abrazara al dormirme y me besara al despertar. Pero eso al final no me ocurrió. Pensar en cosas como estas me ponen aun mas enfermo. Y siento una infinita tristeza dentro de mí…
  • 52. Dorian | 52 IX Todos los colores se han desvanecido en un agujero negro. Son todos rostros falsos, cuando la celebración es sombría. Yo prefiero seguir inmerso en la nada ahogando mi existencia en las profundidades. Solo. No espero a nadie alrededor. No es el punto hacer lo que está bien. No se trata de generar empatías a costa de comportarse como los demás quieran. Lo único que me interesa es simplemente la manera como yo siento las cosas. La manera de sentir el mundo en el que vivo es lo que vale. Incluso si tengo que replantear ese mundo otra vez para poder continuar. Los demás pueden decirme que estoy errado, que no se debe vivir así, que el camino que escogí no llegara a ningún lugar al final y a mí en realidad no me importa. Todo lo que toco lo quiebro y lo que me hace brillar es lo que más me empaña. Te he perdido muchas veces, no solo en mi mundo real, sino también en mi memoria. Tenía que cuidarte pero no había tiempo para disimular. Yo solo he sido yo toda mi vida, y tú supiste quien era yo desde la primera vez que me viste. No es cuestión de repartir equitativamente las culpas. Tarde o temprano lo entenderás. Puedo ser muy
  • 53. Dorian | 53 áspero, o muy suave, pero siempre lastimo igual. Yo tomo lo que quiero. Siempre estarás en ese lugar adonde nunca iré. Yo nunca te entendí cuando decías que no era justo. Yo nunca fui nada. Era únicamente lo que pensaba mientras caminaba por las calles en silencio. Yo solo era lo que veía reflejado en tu mirada. Tú esperabas que yo actuara y me comportara de muchas maneras: Como un amante, como un amigo, como un extraño. Si querías saber algo de mi debiste haberte quedado cuando yo estaba mal, pero igual, ¿Ya para qué? Si esperabas extrañarme alejándote de mí, te salió mal. Y ya no volverás. Esto entre los dos no pasara nunca más. Observabas mis movimientos como un cazador acechante en la selva. Entonces tú callabas y esperabas la recompensa de estar entre mis brazos con tu presencia fantasmal, la única que me dejaste al final para amar. Tú querías mirarme a los ojos y ver todo eso que nunca habías visto. Esperabas ansiosa a que pasara algo. Y no es cuestión de decir la verdad, en esta vida algunas frases simplemente se dicen para quedar bien. Y no es casualidad que me llamaras mentiroso. Tu sabias bien que venía antes del desmayo de nuestros sentimientos. No hay modos correctos o incorrectos para actuar. La decisión tuya
  • 54. Dorian | 54 era irte o irte. Igual, de todos modos lo harías. No es cuestión de intentar gustarles a los demás. Te ríes y hablas camuflada antes todos los demás cuando sabes que siempre estás llorando. Tú siempre fuiste muy buena para aparentar. Simplemente hacías tu parte en la función que suponía tu vida. Yo a veces me pregunto: ¿Alguna vez pensaste en volver? Es muy divertido tratar de resolver cualquier situación cotidiana para mí. Solo me queda movilidad en un brazo, puedo mover un ojo a voluntad, pero la escama ya me cubrió los labios y no puedo hablar. Ayer sonó el teléfono y trate por todos los medios responder, pero fue imposible. A duras penas pude descolar. Una voz al otro lado decía “Alo” Era una mujer, pero no se si hace mucho no escucho tu voz, porque no la reconocí. Igual hubiese podido ser cualquiera. Una parte de mi decide que eras tu y llamaste porque estas preocupada por mi y eso me emociono. Trate de retirar la escama de mi cuerpo pero descubrí que es dura como el yeso y no hay nada que hacer. Igual pienso ¿Qué hubiese ocurrido si efectivamente eras tú? Hubiese escuchado algo mal en mi y te presentarías mas tarde en mi casa y al verme así enloquecerías y me
  • 55. Dorian | 55 gritarías histérica de ver el abandono en le que vivo y estoy. Saldrías corriendo a buscar ayuda y mas tarde me hubieses llevado hasta algún hospital, donde me tratarían y probablemente me aliviarían y tu después me manifestarías tu decepción hacia mi y a como me he comportado y después me dejarías solo. Doblemente solo. Y esas son las cosas que yo no puedo soportar, así que en medio de todo, estuvo bien que no hubiese contestado esa llamada. Algunos sufrimientos solo es bueno tenerlos una única vez en la vida. Es sólo cuando me pierdo en pensamientos de ti que me encuentro y si bien hay mil razones del por qué no debería despreciar mi tiempo contigo, esa sensación de alivio al recrearte en mi mente me obliga a esperar, sintiendo que nada está mal, aunque en realidad yo este muriendo. Puedo sentir el vacío dentro de mí y hay un sentimiento de felicidad, me siento satisfecho, mi ruin propósito esta dando resultado. Existe una frágil tensión que nos hace entender que no es posible que nada dure para siempre. Hay algo raro en el aire que respiramos antes del fin. Algo trágico que tenemos que cuidar, una extraña obsesión que atender. Nada nos puede
  • 56. Dorian | 56 mantener por siempre aquí, todos siempre empiezan a apestar en el filo del colapso. Esa malsana sensación de vértigo llamada enfermedad que nos mantiene todo el tiempo volando, unos ojos brillantes que nos vigilan y nos observan caer después de intentar. El lecho de la muerte. La morada final. Cuando el sitio sea encontrado apuntalaran los cimientos donde nos guardaran, aunque no tomara mucho tiempo antes de que se derrumben, no dejaran que entre la luz, en la tumba siempre será de noche ¿Para que quieres ver como va a ser? Llevaran herramientas y pulirán el mármol cuando amanezca, y todos dirán que es linda la lapida, aunque con el pasar de los años el nombre se empezara a difuminar y menos personas la visitaran. Todos trabajamos toda nuestra vida para llegar a ese lugar y recibir esos elogios ¿Y por que? No hay nada más allá del silencio. Nadie debería necesitar de un monumento. Todos terminamos agrietándonos con la edad. Nuestra vida termina deslizándose entre el agua de las rosas mustias. Solo lo importante trascenderá después del tiempo. Ahora lo entiendo: Soy una estatua. Soy una esfinge que yo mismo he erigido para recordarme mi sufrimiento y no hay
  • 57. Dorian | 57 ninguna duda: Mi monumento ahora cayó. Y estoy disperso y hecho pedazos, estoy desperdigado y olvidado en el suelo…
  • 58. Dorian | 58 X Todas las voces se han tornado silenciosas repentinamente. O será que no quiero oír nada diferente al sonido del viento de la noche en mis oídos. Camino sin rumbo fijo y me entusiasma que aparezcas. Mientras lo hago me hace feliz recordar el ínfimo contacto, el tenue olor, la suave palabra que emana de ti. Me deleita que te acuerdes de como concluimos nuestro postrero día juntos. Contenta por todo, triste por nada, ausente por ratos. La lluvia rompiendo el techo de aquella casa y las goteras empapado mi rostro, el mantel, la cocina nueva. Entusiasta de entender por qué ya no estamos juntos, porque te fuiste y dejaste todo diciendo que no era importante, que regresarías después para continuar. Pero después llamaste y dijiste que eso era todo. Que te habían dicho que lo mejor era dejarlo así. Tan puntual para decir adiós y tan incumplida para recordar por que estabas conmigo. Estoy seguro que esta vez será para siempre, o quiero llegar a creer eso. Entonces recuerdo las diferencias: tu edad y mis años, tu pensamiento y mi desgano, tu afán y mi sedentarismo. Con menos años que yo fuiste más dirigente, más constante, incluso pensaría que
  • 59. Dorian | 59 eres más real de lo que yo pueda llegar a ser por estar sumergido siempre en vulgares sueños. Y te recordare siempre. Tu languidez, tu voz, tu cabello, tu boca y tu incontenible inocencia. Las cosas que te di se convirtieron en suvenires ajenos a mí. El dolor que emana de mí por tu partida me ha hecho perder la mesura. Toda la belleza puede desvanecerse en un instante y a mí me paso algo así contigo. Ahora hay una mujer donde antes sólo había una niña que se negaba a crecer. Pero la decepción te hizo madurar y yo quede atrás, como un tallo que apenas brota del suelo y se estanca. Me alegra que retornes a las aceras que transitábamos juntos hace tiempo. Me alegra que te acuerdes de cuando atravesábamos paredes con nuestras sombras inquietas en pleno Diciembre. Retorno a ese crucial momento en que pasamos de la ceguera de nuestro incontenible amor a la felicidad de una relación plena. Reflejos de aquellos días cuando nos caíamos riéndonos. Estaba seguro que esa sensación duraría para siempre pero la navidad llego ahora y es más triste y fría. No me iluminan las parpadeantes luces de colores. No me integro a las serpentinas y a los decorados animados. No llega con la habitual alegría de años pasados. Y
  • 60. Dorian | 60 todo esto lo pienso en un instante, y lloro como un niño temblando solo en mi habitación oscura y rancia y llega hasta mi la despedida, y ese momento antes de besarte y que me dijeras adiós. Es como si cayera en un abismo que no termina y no hay nada en que aferrarse, nada a que encomendarse. Nada. Caí entonces con fiebre muy alta en la cama. Mi movilidad a causa de la escama es prácticamente nula y aduras penas si logro abrir la boca. La escama se esparció por toda mi piel, pero ahora siento que esta haciendo lo mismo por dentro. Y no hay ya nada que pueda hacer. Siento mucho miedo porque se que en este punto así quiera corregir algo, ya no será posible. Me voy a morir en serio. En mis delirios escucho tu voz pidiéndome que por favor me levante, mi cuarto es muy oscuro y frio, dices que te sientes muy sola, no quieres que me aleje. Tu fantasmagórica voz me dice que quieres que sea de nuevo verano y salir conmigo como lo hacíamos antes, cuando éramos felices. Pero ahora siento como si fuera un hombre de mármol y me siento muy pesado, no atino a moverme, casi no puedo ni pensar. Nunca pensé que me encontraría en cama
  • 61. Dorian | 61 convertido en piedra. En mi cuarto las paredes son todas las personas que transitan por la ventana de mi calle y solo esperan aplastarme. Ninguno de ellos transita entre los senderos profundos, oscuros y ninguna luz me señala la puerta de mi casa. Toda mi piel es gris, esa textura de roca cubre toda mi piel, parece que todo yo fuera una celda que aprisiona mi alma. Esta noche estoy sintiéndome como un animal, estoy herido, aullando por dentro. Deseo desatar esta noche mi instinto salvaje y todo lo que deseo es estar contigo de nuevo, aferrarme a ti como un perro, estar contigo otra vez. Dentro de mi rictus rígido estoy gritando como un salvaje, perdiendo el control de la manera más vulgar. Yo solo deseo volver a abrazarte. Eso es todo lo que deseo. En este prometedor mundo hermoso al otro lado de estas paredes hay millones de seres que se suponen hermosos. Yo solía conocerlos a todos, pero en realidad ni siquiera me conocía a mi mismo. No, esto no se trata de correr frente a ti. No es de contestar correcta o equivocadamente. Esto es una historia fantasma. Tú y yo somos como el caudal del arroyo que ha venido y se ha ido. Y
  • 62. Dorian | 62 yo no quiero a otra que vaya por ahí rondándome. No quiero comenzar de nuevo. Quiero que esto sea el final. Ahora estoy en mi cama mirando fijamente el techo. La escama se ha endurecido como el mármol. Ahora soy una estatua, un monumento a la tristeza. Ya no puedo moverme. Solo estoy acá esperando la muerte que viene a liberarme de mi claustro. La siento sentada en la cabera de mi cama. Me acaricia, me perdona con su extraño olor a amapolas mustias. Es como una mujer que me comparte sus secretos. La siento hablando toda la noche en mi habitación. Yo también tengo un secreto para ella: Me gustaría ser suyo. Pero ella y yo somos extraños, nadie nos ha presentado. Nadie sabe que nos gusta la oscuridad. Ella trae todo ordenadamente a mi memoria. Ella me recuerda la forma en la que yo solía ser. Entonces me molesto con ella y pienso que es solo una pérdida de tiempo, es solo una cara que chismorrea, un maldito desperdicio, es como un parásito en el suelo inservible y horroroso. Yo tiemblo y me estremezco. Quiero hacerla pedazos, destrozarla y gritar. Despedazarla hasta que no quede nada de ella, o de mí. O de ambos. La muerte lo sabe, me mira
  • 63. Dorian | 63 y se ríe a carcajadas. He caído en la trampa, he sido embaucado. La luz ya no asomara nunca más en mis pupilas. Morir es mucho más extraño de lo que pensé. La angustia es muy profunda. Tan profunda como la noche. Recuerdo todas las lágrimas, las palabras rotas. Eso es lo que todos sentirán cuando el brillo del atardecer se aleje de su piel para siempre. Esto nos paso por nuestra culpa. Nosotros lo empujamos en nuestras almas, en lo más profundo. Toda esta pena enredada en gruesas y pesadas cadenas. La noche, el silencio, la soledad. Y el momento en que murió el amor…
  • 64. Dorian | 64 XI Las flores que crecen salvajes en el borde de los caminos son taciturnas. Las piedras de los mismos glorificaron la oscuridad y la aguardan pacientemente durante el día. El sendero sabe que toda la belleza puede desaparecer en un instante bajo la lluvia. Me hace sentir bien que me recuerdes. Me alegra que vengas a mi mente de un momento a otro y te quedes un rato y después te vuelvas a alejar. Como la noche que aparece en silencio y se queda hasta despertar el alba. Me hace sentir bien por momentos acordarme de nuestro último abrazo. Tu siempre reticente, ansiosa, imperfecta, pero hermosa. Más bella que nunca. Tu voz era para mí como un grito en el espacio que intentar comprender la ausencia. Yo sé bien que no estaba para ti, no estaba para mí, no estaba para nadie. Y tú huiste. Estoy seguro que esta vez será para siempre. Diciembre, otra vez. La navidad cada vez es más triste y fría y ya no llega con el júbilo habitual. Quiero emborracharme y llegar a tu casa. Quiero abrazarte y escucharte decir que me amas. Pero eso ya no pasara. En mi horizonte ya no sale el sol. En zona de los indeseables, yo te desee, mientras iba
  • 65. Dorian | 65 perdiendo el brillo. Hemos estado juntándonos con la tormenta y ahora nos empapamos hasta las cejas. Sentí la luz, justo en la oscuridad antes del amanecer. Vivo como dentro de un lago transparente, no hay nadie alrededor, todos los recuerdos que me agitan son fantaseados. Todo lo que he ganado hoy ya no significa nada. Y mientras sigo acá en mi cama olvidando como moverme comprendo que inspiras en mí un deseo enorme de no querer estar solo en esta casa. Mis ojos son corazones que explotan. Vivo en un cielo manchado de sangre. Yo podría hablar de las cosas que me pasaron, de todos aquellos que me sometieron y del dolor al que me han sometido. Pero no quiero. Como no quiero el perdón por las cosas que hice por mis fallos. Mis errores. Nadie podría juzgarme. Nadie tiene una piedra lista para arrojarme. Nadie podría ponerse en mi lugar, tropezaría con mis huellas, yo le juro, a ustedes, mis jueces y jurados, que mis intenciones no podrían haber sido más puras, no es un caso difícil de analizar. Solo quería sentir que era amado, una vez. Es todo. Obviamente no busco tener paz en mi mente a través de lo que
  • 66. Dorian | 66 yo he sido, ni hablar de arrepentimiento, yo no estoy buscando absolución. Solo estoy esperando que caiga la noche. Se que me salvara, nos salvará a todos. Me resguarda de la cruda realidad. En la noche, cuando todo es soportable, encuentro la quietud, la tranquilidad. Siempre existe un sonido en la calma, ya nadie volverá a hacerme daño, endurecido y agonizante en mi cama, comprendo que aquí es mas fácil olvidar el miedo. Y cuando cierro los ojos, veo formas como ángeles que parecen descender. Me maravilla entender que con los ojos cerrados todo se ve mejor que cuando podía ver todo el mundo con ellos. Ahora que todo esta oscuro, todo lo que percibo me alivia. Siento que estoy disperso en el más allá, se muy bien que depende de mi reír o llorar. Mis horas están contadas. Me siento bienvenido a la última reunión a la que asistiré en mi vida. Me reuniré con el sol, con la soledad, el cementerio. Alguien llorará, algo se romperá al chocar contra el sueño, como lagrimas que se desploman al atardecer. Un sacerdote va a leer el texto. Yo sé que es lo que viene después. Lo he leído antes yo también. Solo deseo que no sea doloroso. Ya he sufrido mucho en vida. La muerte es algo tan imprevisible como el sol y la lluvia. Si pudiera absolutamente ocultar al
  • 67. Dorian | 67 pecador que hay dentro de mí y negarlo tantas veces como pueda, seria más fácil. ¿Cómo sería la vida si pudiera ser libre de toda culpa? Igual, seguramente no sería un santo, no soy conocido por mi bondad o mi paciencia. Quizás los cuervos no estarán prestos a recogerme cuando quede desparramado por todo el trigal. Dios y sus lágrimas para las pobres almas torturadas. Todas caen a sus pies con su amor por dentro intacto. Hay maestros, aprendices, abogados, médicos, empleados, todos, con su éxito o su fracaso, cometiendo los mismos errores, olvidaron dar limosna a los pobres, ayudar al caído en la miseria, poner la otra mejilla. Dios, tu sabes que siempre estarán las mismas fallas a pesar del amor que juraron, con su mano en la biblia y su corazón en lo alto. Todos al morir suben desesperados reclamando el derecho de sentarse en tu mesa, de recibir la santidad y la vida eterna. El amor necesita sus mártires, yo podría ser uno de ellos. De hecho mi rigidez me hizo un pilar, una piedra inquebrantable. Todos deben pagar por sus vicios. Yo pague por no poder aferrarme a los míos en vida, no se si sea necesario mas sufrimiento al largarme de este mundo. El
  • 68. Dorian | 68 amor será la muerte de mi alma solitaria. Estoy en mi plena agonía. Ya casi no puedo respirar. Mis ojos se están cerrando. Seré una estatua en un lecho que les recordara el dolor, y deberán enterrarme prontamente, pues nadie tolera esa clase de recordatorios. Es mas fácil vivir con una pequeña esperanza, al final será todo lo que nos quede. Cuando la presencia de la muerte desciende, mi cuerpo es como un fuego que se consume en un infierno que no termina. Mi alma debe ser como una llama eterna que arde en nombre del amor que no floreció en mí. Y desde allí estoy llamándote a través de mi carne que arde, mientras se va quebrando mi esperanza. ¡Muerte ven por mí! Abrázame, Sólo siénteme. Tú sabes que desde hace algún tiempo te estoy esperando para que me cures de esta pena. Puedo verte con tu ropaje más triste mientras marchas a través de la luz, deslizándote en el aire rancio de mi habitación, observándome con los ojos más solitarios. Yo seré tu trofeo arrullado en la fría luz de mi partida. Tu voz está muerta, vieja y siempre muy vacía. Confía en mí, yo se que en los años que se acercan los momentos perfectos esperan, pues fallecer no tiene fallo
  • 69. Dorian | 69 alguno. Yo me marchare solo, no habrá ninguna fiesta. Irónicamente me desprenderé del mundo sin nada, excepto la fe que pueda tener…
  • 70. Dorian | 70 XII Ahora el fuego está casi extinto y no hay nada más para quemar. Yo nunca te hablare de las cosas que me asustan. Ahora mis miedos habitan seguros dentro de mí y como yo he llegado a estar vacío de pensamientos, ellos han llenado cada espacio. Escucho una voz pronunciando mi nombre, en un estado clandestino, llenando el vacío de susurros que no terminan nunca, rebotando en las esculturas de mármol de mi mente, que se levantan de ese lugar oscuro y frio donde yo habito y me siento muy solo, mientras me consumo en el inmundo frío vacío de sensaciones. Yo estoy corriendo hacia la nada, revisando historias del pasado para aprender a encarar el futuro, reinventando todo lo que prometí, todo aquello que intenté, odiando todo lo que siempre hice. Me siento solo y cansado, asustado por el porvenir, no sé dónde voy, vago errante entre mis múltiples pieles, mimetizándome, camuflándome, espejeándome con todo lo que me rodea intentando apenas sobrevivir. Yo solía alimentar el fuego, ahora la oscuridad me está devorando. Es como estar casi muerto. Intente esconderme tras el patio del colegio cuando
  • 71. Dorian | 71 era chico porque no quería ver a nadie, y descubrí que el mundo estaba dormido, que yo no pertenecía allí, que yo era un ser de otro mundo. Nunca pude encajar en ningún lugar, solo simule adaptarme, eso es todo. Yo y mi alma, somos dos figuras pálidas que sufren en silencio. Mi llanto es eterno, retumba ensordecedor en la tierra silenciosa que se arrulla sola bailando de lado a lado. Mi trascurrir, mi edad y mi tristeza, medidas por la misma línea de tiempo. Pasaran los días y ya nadie me nombrara más. Y yo observare sin pronunciar palabra, desde mi lugar. Cada quien interpretara su historia y se arrastrara a través de un pasado desconocido. Todos charlaran y fumaran tranquilamente en la fiesta fúnebre, donde ya no habitan los recuerdos de sueños de chicos, ya todos están muertos, marchitándose sin vida. Todo el mundo continúa su vago camino por la vida llevando de la mano sus miedos y sombras, llorando en funerales y abrazándose feliz en año nuevo. Yo escuchare una canción desde la lejanía y después me largare, me desprenderé del suelo, entre columnas, dejando atrás mis sentidos, en un viaje sin agua y sin estrellas, refundido entre truenos y relámpagos, con los ojos derrotados. Si, yo me iré, para no volver jamás.
  • 72. Dorian | 72 Las nubes anchas serán como un rio de luz que crecerá entre las tinieblas, dejare en tierra mi sangre, mi carne, mis huesos y mis cenizas. Quedara mi cuerpo inmóvil, desarmado en la muerte, lejos de la rabia y la decepción, resguardado en tierra de la lluvia y el mundo asesino. Mi alma de niño arrodillado me observara y me tendera las manos y desde mi tristeza abriré yo mis ojos y entre lagrimas nos fundiremos diciéndonos todo lo que nunca se pude decir en palabras. Y desde esa eternidad yo diré: Adiós. Ahora llegara el tiempo en donde me dejaran estar tranquilo y todo el mundo seguirá girando sin mi. Al cerrar mis ojos desapareceré y ya no veré más otoños, veranos, inviernos ni primaveras. Dejare de ver la lluvia que ame siempre, porque me sentía tranquilo y acompañado por el frio y la soledad de las calles y de los lugares que quedaron acallados por la lluvia que caía sin fin. Todas las cosas, las pocas y tristes cosas que dejare en tierra, quedaran todas llenas de mi alma, solamente eso quedara impregnado pues ya mi voz no los alcanzara. Estaré alegre, distante y triste de que así sea esto.
  • 73. Dorian | 73 Siento la muerte a mi lado y espero en silencio mientras una por una las personas que conocí y amé en mi vida se deslizan esta noche en mi memoria, como regalos de estaciones frías, así los recordare. Los cuerpos callados y vacíos seguirán dentro de las iglesias besando el suelo antes de orar, después se marcharan, dejando atrás la luz que emanaba del costado de aquel sacrificado. Y tengo miedo. Siento esta noche abriéndose como una gran boca de muerte que me alcanza y pronuncia mi nombre. Me siento totalmente cansado, inmóvil, convertido en piedra, como una estrella que se ha caído del cielo y ya no existe. Y una palabra habita en mi boca, pero mi boca ya no exhala quejas de tristeza. Mi pena es negra, mi alma se cansa de vagar en la bastedad escondida dentro de mí. Mi muerte es como la muerte de un mundo que cae sobre mí ser y me aplasta. Siento que la ausencia atraviesa los muros y yo la atravieso a ella. Mi existencia se hace transparente y comprendo que sin vida, yo viví. Me marchite y me olvide de reír, solo descanso con la pesadez del mármol, y me canse de vivir, de mis uñas, de mis palabras, de mi piel y de mi sombra. Siento que ahora soy raíz en las tinieblas. Raíz aterida y arraigada bajo tierra. Escucho el graznido de los cuervos de
  • 74. Dorian | 74 azufre, me reflejo en espejos de hielo de furia, mi alma se libera de la crueldad de la celda de piedra donde vivió el último tiempo, paso raudo sobre las aceras, los parques, las calles que transite, me despido descuidadamente de aquellos que ame y conocí, atravieso los bosques, las selvas, los vastos océanos, recorro cada lugar que transite y que olvide, mi alma aúlla herida y empuja la humedad, rompiendo las grietas y la vergüenza. Siento que estoy en un paseo, me siento en calma, ya no lloro mas lagrimas necias, siento que me revuelvo entre el aire, a lo lejos. El misterio de la madrugada por fin me pertenece y siento que he crecido. Yo me siento tranquilo y escucho sin soñar. He visto lo que viene con mis ojos. Una promesa de salvación me retiene, pero me voy a dar por vencido. Entonces después miro a la muerte a la cara. Escucho a mí alrededor los niños que juegan. No se por que. Los juegos que a ellos ayer los aburrían. De repente siento que estoy de pie y oigo mi voz y entonces grito. Grito desmesuradamente, un grito sin palabras, salvaje, primitivo. Un sonido que se rompe contra la piedra de mi piel. Y dejo todo esto tranquilamente, llorando. Este es mi epitafio,
  • 75. Dorian | 75 mi epilogo, mi desenlace. El sacrificio de penitencia que he realizado buscando la salvación. La pureza. La vida eterna. Yo soy el que no esta. Yo soy la estatua en la oscuridad. Yo soy el que esta hecho de piedra.
  • 77. Dorian | 77 Otras obras del autor: . Lapidario . Voces Profanas . El Jardín . Bosqueletras . Historias Del Chimbilax (O La Estatua Del Ángel) . Jackeline Fue Una Amiga Mía . Imelda . La Corbata Del Viajero . Yanioska . Un Misil En Tu Placard . Gatos En El Suelo . Luciérnaga Lunática . Mi Otro Yo Viene De Otro . Los Corazones Ocultos . S y S . Para Nadie . La Virgen Del Carmen Electroacústica . Tren . Ne Me Quitté Pás . Antología Y Penumbra . Veinte Lenguas Del Rock Argentino
  • 78. Dorian | 78 Esta obra Se encuentra registrado bajo una licencia Creative Comonns. Prohibida su utilización parcial o total sin la debida autorización del autor. © ® 2017.