La crisis económica en España se debe principalmente a la burbuja inmobiliaria y la dependencia de la construcción, el aumento del precio del petróleo que ha incrementado los costos, el desempleo especialmente en la construcción, la caída del consumo que ha reducido los ingresos públicos y empeorado el balance de empresas, y la bolsa española que ha alcanzado mínimos anuales debido a la situación del sector inmobiliario.