1. ABREO ROJAS BEATRIZ
GRUPO 1559 / 04.12.09
ENSAYO: Un mundo carente de poderosos es inconcebible
La autoridad y Manejo del poder:
“Los primeros gobernantes surgieron de la necesidad de la sociedad por ser
regulada: sin embargo, el poder otorgado a aquellos que sobresalían generó
abusos por parte de quienes buscaban mayores beneficios sin importar el
precio”.
Vicente F. de Bobadilla
Introducción:
A cada tipo de sociedad corresponde uno de autoridad (Weber); la autoridad
representa el poder institucionalizado y oficializado. Poder implica potencial
para ejercer influencia sobre otras personas, Para Weber, poder significa
imponer la propia voluntad dentro de una relación social. El poder por lo tanto
es la posibilidad de imposición por parte de una persona sobre la conducta de
otras.
La autoridad proporciona el poder, tener autoridad, es tener poder, aunque
tener poder no siempre significa tener autoridad, la autoridad depende de la
legitimidad, este es el motivo que explica por qué un determinado número de
personas obedece las órdenes de alguien, confiriéndole poder.
Esa aceptación, esa justificación del poder se llama legitimación. La autoridad
es legítima cuando es aceptada. Si la autoridad proporciona poder, el poder
conduce a la dominación. Dominación significa que la voluntad manifiesta
(orden) del dominador influencia la conducta de los otros (dominados) de tal
forma que el contenido de la orden, por sí misma, se transforma en norma de
conducta (obediencia) para los subordinados. La dominación es una relación
de poder en la cual el gobernante (o dominador), o la persona que impone su
arbitrio sobre las demás, cree tener el derecho de ejercer el poder, y los
gobernados (dominados) consideran su obligación obedecer las órdenes. Las
creencias que legitiman el ejercicio del poder existen tanto en la mente del
líder como en la de los subordinados y determinan la relativa estabilidad de la
dominación. Weber establece una tipología de autoridad, basándose no en
los tipos de poder utilizados, sino en las fuentes y tipos de legitimidad
aplicados.
La dominación requiere de un aparato administrativo, es decir, cuando se
ejerce principalmente sobre una gran cantidad de personas y un vasto
territorio, necesita personal administrativo para ejecutar las órdenes y servir
como punto de conexión entre el gobierno y los gobernados.
Desarrollo:
Hoy en día de acuerdo al rol que se desempeña es de mucho interés dado a
lo que puede generar y darle paso a situaciones conflictivas que perjudican el
alcance de los logros.
Muchas veces es tan nefasto cuando no se puede manejar el poder, se abusa
de ello, dando paso a resultados negativos, especialmente en algunos líderes
de gobierno.
2. Las organizaciones de la actualidad requieren de un liderazgo que sepa
manejar adecuadamente el poder, de tal forma, que todos se sientan
partícipes en el compromiso de alcanzar metas, logros, sin sentirse presionado.
En donde el líder se suple en los afanes personales del seguidor y este, a
cambio, le otorga el poder. Esto lo mencionan Benis y Nanas (Leaders, Harper
& Row, 1985), el liderazgo es en cierto sentido un empoderamiento del líder
apoyado en una cultura de estar orgulloso de que se va estableciendo entre
la masa de seguidores.
El poder de liderazgo no nace de la protestas del cargo, ni de pequeñas y
concretas dependencias que el líder genere en los de abajo; lo que hace,
más bien con los de abajo es seducirlos. Es decir, que el propio liderazgo es, si
acaso, una gran dependencia del seguidor respecto del líder. El Liderazgo
actúa a modo de un filtro, de elíxir mágico.
André Maurois, en sus “Diálogos sobre el mundo”, nos relata cómo un
Napoleón no se hace obedecer por temor, su ejército era el modelo de una
perfecta república. Nadie se prevenía ahí, del mando ni de la obediencia.
Cada uno conocía su deber y lo que hacía era por deseo de agradar al
general, y por un sincero afán de gloria, que se transmitía desde el jefe hasta
los más simples soldados. Se trabajaba por amor al Mariscal. Cuando se sabía
que había de visitar los trabajos de un puesto, de una carretera, se
apresuraban a terminarlos por el placer de verle satisfecho.
Los primeros jefes surgieron hasta que las sociedades tuvieron necesidad de
ellos. Sin embargo, ausencia de mandos no significa falta de poder: en las
comunidades pequeñas, donde todos compartían el trabajo, víveres y bienes,
algunos individuos comenzaron a destacar por contar con virtudes que los
convertían en figuras de referencia dentro de la tribu. Podía ser su capacidad
para resolver problemas o su habilidad para conseguir suministros. Estos fueron
considerados como lideres, aunque carentes aún del concepto de autoridad,
pues el respeto del que gozaban no se traducía en ningún puesto superior en
la escala social porque ésta todavía no existía. Daban consejos, no órdenes.
Fue este respeto el que lo situó en primera fila cuando aparecieron las
estructuras iniciales de poder, las cuales no llegaron impulsadas por cambios
radicales en las sociedades, sino más bien por su crecimiento. Esto es lo que
ocurrió cuando las tribus comenzaron a formar grupos de mayor tamaño y se
dedicaron a la agricultura y la ganadería, que permitían aumentar la cantidad
de alimento disponible hasta el punto de que, por primera vez, tenían
excedentes para almacenar. Guardar y distribuir esa comida era una
responsabilidad que no se podía encomendar a cualquiera: recayó en los
hombres más respetados, acción que depositó en sus manos el primer
elemento de poder.
Los nuevos líderes no tardaron en gozar de derechos distributivos sobre una
cantidad de excedentes cada vez mayor. Obviamente, seguían cumpliendo
con su labor de repartirlos entre la población en tiempos de escasez, pero en
las épocas de abundancia había alimento suficiente para intercambiarlo por
trabajos o bienes específicos como ropa, fabricación de embarcaciones
o vasijas, entre otros. En algún momento de este proceso, la 'obligación' de
3. repartir víveres dejó de consistir sólo en su custodia y repartición, lo cual
contribuyó a subrayar la diferencia entre los líderes y los demás.
El liderazgo involucra a otras personas; los miembros del grupo por voluntad
aceptan las órdenes del líder, ayudan a definir su posición, sino hubiera a
quien mandar, las cualidades del liderazgo serían irrelevante.
Liderar implica una distribución desigual del poder entre los líderes y los
miembros del grupo. Los miembros del grupo no carecen de poder; pueden
dar forma a las actividades del grupo de distintas formas. Liderar implica la
capacidad de influir en la conducta de los liderados de diferentes maneras y a
lo largo de la historia se ha podido observar que los liderados pueden llegar
hasta el sacrificio. Liderar implica valores y requiere que el líder sea moral para
poder ser un modelo por el cual trabajar y luchar por parte de sus seguidores.
Definitivamente, un buen líder en las organizaciones del presente le da a la
conducción de una organización una mayor riqueza, una mayor prestancia,
mezcla todo y aprovecha todo y todo lo refuerza con todo, está siempre
atento, no puede darse el lujo de desaprovechar las oportunidades, reforzar
las debilidades y velar porque sus seguidores satisfagan sus necesidades.
Jamás hace uso excesivo del poder y menos cuando ello en vez de darle paso
a la unión puede generar fracturas que a la larga causan serios problemas.
Esto nos lleva a pensar que teniendo en una sola persona tanto poder como
autoridad podemos encontrar a los líderes de hoy en día y todos los tiempos. El
líder es un producto no de sus características, sino de sus relaciones
funcionales con individuos específicos en una situación específica y en una
cultura específica.
Las habilidades y características que el nuevo entorno empresarial demanda
de los lideres es que posean una preparación diferente .Conocimiento de más
de un idioma, estudios universitarios, conocimientos de informática y
capacidad de comunicación para ser exitosos y competitivos.
El líder de hoy debe interactuar con el medio, dirigir con eficiencia .ser
estratega, organizador y proactivo.. entre sus cualidades personales
deseables:: vivir según sus principios, visión, conocimiento, inteligencia,
creatividad, abierto al aprendizaje, originalidad, decisión, ejecutividad,
perseverancia, voluntad, seguridad, presencia, identidad, carisma, firmeza,
estabilidad emocional, valentía, independencia, tolerancia a la incertidumbre
y a la ambigüedad, vitalidad.
Bibliografía:
Idalberto Chiavenato, Introducción a ala teoría general de la administración,
Mc Graw Hill, Séptima edición