1. EL NORMALISMO
Por: Gloria Lorena Monroy Yano
En la idealización del maestro, se pensó que lo mejor era combinar el personal
y a falta de un maestro completo, se empezó a mandar grupos de maestros;
uno de artesanías, otro fue artista y otro más para que incitase a la acción
social y a la colaboración en la obra patriótica; otro finalmente, para las
primeras letras y las matemáticas. Y nació así el misionero de tipo moderno,
por lo común un maestro normalista que hacía de jefe del grupo de educadores
y convivía con la gente ayudándolos a levantar la escuela con los recursos
locales, y enseñando los rudimentos de la pedagogía a jóvenes de cada
localidad que enseguida quedaban encargados de la incipiente enseñanza..."
habremos de reconocer la imprescindible presencia y participación de los
maestros en todo proyecto de transformación social.
Ciertamente el ejercicio docente requiere una renovada fortaleza en sus
principios; pero también la sociedad debe ejercitar una justa revaloración de la
función, la imagen y los hechos para valorar al maestro.
El maestro debe dar el ejemplo ante sus alumnos, debe enseñar no solo con la
palabra, sino también con el ejemplo; es decir; "(...) que predique con los
hechos"
El maestro debe tener buena presencia, buen porte, buenos modales, etc.
Aunque debe tener en cuenta no solo las características de auto presentación,
sino también debe ser capaz de inculcar en sus alumnos los valores morales y
sobre todo estéticos, considerados como legítimos y permitidos.
El normalísimo ocupo y ocupara, un lugar fundamental en la formación de
maestros y profesores para generar amores idealizados al aprendizaje y al
avance.