Beltrán el Abejarruco, un hombre pequeño y moreno, vivía en un pueblo español asediado por los musulmanes. Los cristianos necesitaban enviar un mensaje a las tropas cristianas detrás de las montañas pidiendo refuerzos, pero solo un hombre pequeño podía escapar sin ser visto. A pesar de su miedo, Beltrán se ofreció voluntario y logró escapar por un agujero en la iglesia y llevar el mensaje, lo que permitió a los refuerzos cristianos ganar