El documento describe la fe viva como un llamado de Dios a través de Cristo y la Iglesia que requiere que los hombres crean, confíen y amen a Dios. Esto implica creer en Él, reconocerlo y recibirlo, confiar en su bondad, amor y poder, y aceptar su voluntad entregándose a Él y amando a los demás. Cristo es el enviado de Dios para guiarnos a Él, y la Iglesia también nos guía hacia Dios.