1. Primer Mandamiento Amarás A Dios
Sobre Todas Las Cosas
Amar sin medida a Dios, es el fin digno del hombre. Al darle gloria
encontramos nuestra felicidad. Es correcto decir que Dios nos hizo para ser
eternamente felices con él. Amar “con todo el corazón, el alma, la
mente, las fuerzas”. Así nos ama Dios, nos ha hecho para comunicarnos su
inefable verdad. De este mandamiento se derivan muchísimas
consideraciones, es válido afirmar que resume a todos los demás.
Bajo este mandamiento debemos considerar principalmente, las tres
virtudes Teologales, La FE, hemos de creer en Él para amarlo, La
Esperanza, debemos confiar que alcanzaremos el objeto de nuestro amor.
La CARIDAD (Amor), es la virtud específica de este precepto y por último la
RELIGIÓN, reguladora entre la comunicación entre Dios y los hombres.
2. La fe: Para amar debo empezar por creer
1. La fe es el primer contacto con Dios. El inicio de toda posible comunicación con Él, se da por
está virtud. Por la cual dice San Agustín tocamos a Dios.
2. Está virtud sobrenatural se infunde en nuestra alma, junto con la gracia, al ser bautizados.
Crece, si frecuentamos los sacramentos, si somos almas de oración y llevamos una vida
coherente entre la fe y nuestro obrar.
3. Si no hacemos actos de FE (asentir conscientemente las verdades reveladas por Dios
contenidas en el credo), nuestra Fe se debilita se hace vieja, no rejuvenece. La palabra de
Dios contiene más certeza, que cualquier demostración matemática o científica.
4. Por ello como adultos debemos estudiar nuestra fe, cultivarnos, leer libros, escuchar a gente
docta en la fe, tomar cursos, conferencias, clases etc. Esto es un deber con la fe (con este
mandamiento), procurar tener un grado de conocimiento de nuestra fe. No podemos hacer
un acto de fe sobre verdades que no conocemos, la fe viene del escuchar, nuestras dudas
contra la fe desaparecerán si nos tomamos la molestia de estudiar el contenido de esas
verdades.
3. 5. Es en nuestro interior donde comienzan los deberes para con la fe.
En nuestra mente Dios nos pide que hagamos actos de fe, que le
demos culto, Dios germina esta necesidad en nuestra alma. Nos
lleva a buscar la verdad, a resolver nuestras dudas a crecer cada día
en una fe mas viva.
6. Los deberes con la fe no solo se limitan al ámbito interior, también
al exterior, que la manifestemos a los demás, el omitir está
profesión, equivaldría a su negación. Disimular nuestra Fe por
interés propio, por pena o vergüenza, equivale también a su
negación. Tendremos muchas ocasiones en la que nuestra
obligación será la de sostener con ejemplo de nuestra fe, Nadie se
salva ni se condena solo
4. ¿Puedo perder la fe?
Incumpliré el mandamiento del amor a Dios si voluntariamente mi fe flaquea, se hace
vacilante o la pongo en peligro de perderla.
El primer pecado contra la fe es la apostasía. Es el que abandona su fe. La forma más
común en la actualidad es aquel que dice que fue cristiano, pero que ya no cree en
nada. La apostasía es consecuencia de un comportamiento laxo habitual en contra
de ley Moral cristiana (no intelectual), ejemplo de esto son las sectas que alcanzan
en la actualidad más de 120 Mil.
El segundo pecado contra la fe es la herejía. El cual lo comete un bautizado que niega
una o algunas verdades de Fe contenidas en el Credo.
Otros pecados contra la fe: ver la fe cómo algo incapaz de comprender por la
racionalidad del hombre, el indiferentismo (todas las religiones son iguales y gratas
a Dios, tan buena es una como la otra), tendrían razón si Dios no se hubiera
revelado y no hubiera dado la ley moral, no hubiera fundado Cristo su Iglesia, la
cual sus notas son que es una Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Esto se puede
dar con acciones o con palabras. Esto no quiere decir que no convivamos con
personas de otras religiones y no respetemos su libertad y sus creencias.
5. Dios es fiel a sus promesas: la virtud de la
esperanza.
La virtud de la esperanza hace que nos movamos por la vida con una seguridad que a otros les
produciría pánico. El tener está virtud se asemeja a un niño durmiendo tranquilamente en el
coche que maneja su padre a velocidad de vértigo.
Está alegría de la posesión adelantada de algo es algo que en el ámbito humano hemos
experimentado muchas veces en nuestra vida. Cuando tenemos cierta seguridad de
conseguir una meta determinada. Vacilaríamos si Cristo se nos apareciera visiblemente y
pudiéramos pasar la vida colgados de su brazo omnipotente y amoroso? Así ha de ser nuestra
esperanza teologal: transcurrir por la existencia con la absoluta seguridad de que vivimos
permanentemente colgados del brazo del omnipotente y amoroso de nuestro Dios.
6. Pecados contra la esperanza, nunca podrá ser el tener demasiada esperanza, pero si podemos
pecar por una esperanza mal entendida o desvergonzada. Dios nos ha revelado lo
siguiente, “Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti”, o olvidemos que Dios también es
infinitamente justo, dará a cada uno lo que le corresponde, por lo tanto todo está en la bondad
o malvad del obrar de cada hombre (individualmente).
El pecado de presunción admite muchos matices. Ejemplo el que dice goza tu juventud, ya
tendrás tiempo de portarte bien cuando seas viejo, decir Dios no podrá permitir que me
condene es demasiado bueno, no dejaré pasar está oportunidad, al cabo después me confieso.
Hay ejemplos de esto donde faltamos a la esperanza de una manera menos radical, consiste en
ponernos en ocasión de pecado. (asistiendo a algún lugar que nos pone en ocasión grave de
pecar; película, espectáculo, show, bar, conferencia, platica, amigos, amigas, ex novia etc.), o
cuando pasamos por un periodo intenso de tentaciones y sabiendo que debo rezar más, acudir
Misa, comulgar. No lo hago por descuido culposo de estos medios.
En sentido opuesto a esto está el pecado de desesperación. Cuando uno espera poco de
Dios, el que dice he pecado tanto en mi vida como para pretender que Dios me perdone, Dios
no me puede personar. La tristeza, el abatimiento e incluso los pensamientos de suicidio, la
gravedad es el insulto claro a la misericordia infinita de Dios por dudar de ella, ya que si acudes
a él le pides perdón sinceramente con dolor de haber ofendido a él y a los demás
hombres, siempre te perdonará. (Aunque es un pecado remoto, puede llegar as suceder).
7. EL AMOR VERDADERO
Nos unimos a Dios con fe en Él, nos unimos a Dios con nuestra
esperanza en Él., Pero por encima de todo, la unión plena se realiza
con nuestro amor hacemos un acto de amor a Dios cada vez que
manifestamos intensamente con la mente y el corazón, o
externamente con palabras u obras, el hecho de que amamos a
Dios sobre todas las cosas y personas. Este amor reside primero en
la voluntad, no en los sentimientos.
Cuando el amor a Dios es auténtico y real, resulta natural amar a todos
los que Él ama.
8. Pecados contra el amor. Es el Odio, nos es lo mismo sentir disgusto o dolor por alguna
circunstancia físico o espiritual. Que sentir odio, el odio es mantener y alimentar el
espíritu de rencor, de venganza, desear el mal a otro, es buscar la desgracia ajena.
El más grave es el odio a Dios, el buscar hacerle daño, el truncar su voluntad, el pecar
por desprecio a Dios, los demonios y los condenados odian a Dios, sin embargo
esto no es frecuente en el hombre. De este odio proceden la blasfemia, las
maldiciones, los sacrilegios, las persecuciones a la iglesia, sacerdotes y religiosos.
El odio al prójimo reviste muchas formas .Uno es la antipatía voluntaria (no la
natural), aceptándola y expresando esa antipatía. La envidia al prójimo y más grave
aun el pecado de escándalo, por nuestras palabras, mal ejemplo, inducimos a otro
a pecar. Esto alcanzado proporciones insospechadas, como es el caso de la
pornografía en internet, la corrupción de funcionarios o empresarios, la difusión
de anticristianas, por ello cada uno tiene la obligación de vigilar y no dejarse
manipular nadie, ya sean personas, grupos, organizaciones, corrientes etc. Jesús
nos revela estás palabra para los causantes de escándalo “…más le valiera que le
atarán al cuello una piedra de molino y lo arrojan al mar”, esto nos a meditar la
gravedad del asunto en cuestión.
9. La Religión
El hombre mantiene unos lazos y obligaciones en cuanto Creador y ser
Supremo: es el culto que debe rendírsele y que se vive con la virtud
de la religión. Alabar y adorar a Dios es lo que se conoce como
culto. Esa necesidad ha sido sentida desde los hombres más
primitivos hasta los de más elevado inteligencia, los cuales se
rinden al descubrir a Dios en su ciencia. En la práctica el culto se
concreta en tener prontitud y generosidad ante todo lo referente a
Dios. Existe la obligación de rendirle culto a Dios, como modo
principal para vivir la virtud de la religión.
10. Pecados en contra de la Religión
Idolatría. Se coloca el corazón en un bien creado, no en Dios,
convirtiéndolo en un dios. Persona, dinero, bienes etc.
Superstición: amuletos, trece ala mesa, horóscopo etc. Consiste en
darle poder a algo, que solo lo pertenece a Dios.
La adivinación, la brujería (magia negra, no blanca), este pecado se
agrava cuando hay culto explicito al demonio. Incluye música.