para una adecuada vinculación de estos conceptos, es necesario entenderlos de manera separada. Los bienes públicos han sido definidos como aquellos bienes de cuyo disfrute no puede excluirse a ninguna persona, independientemente de quién pague por ellos y cuyo consumo por un individuo no reduce la cantidad de ese bien disponible para otro individuo. En tal sentido, estos bienes benefician por igual a todos los pobladores de un determinado Estado, paguen o no por él, lo requieran permanente u ocasionalmente, lo utilicen muchas personas al mismo tiempo o sólo algunas pocas y siempre el propietario del bien será el Estado. Un ejemplo de bien público es el nombre de una calle. Por tanto, se trata de bienes que deben ser provistos por el Estado y si éste no los suministra el mercado no los produciría, o si lo hiciera, sería a niveles sub-óptimos, lo que constituye el argumento central del intervencionismo estatal.
para una adecuada vinculación de estos conceptos, es necesario entenderlos de manera separada. Los bienes públicos han sido definidos como aquellos bienes de cuyo disfrute no puede excluirse a ninguna persona, independientemente de quién pague por ellos y cuyo consumo por un individuo no reduce la cantidad de ese bien disponible para otro individuo. En tal sentido, estos bienes benefician por igual a todos los pobladores de un determinado Estado, paguen o no por él, lo requieran permanente u ocasionalmente, lo utilicen muchas personas al mismo tiempo o sólo algunas pocas y siempre el propietario del bien será el Estado. Un ejemplo de bien público es el nombre de una calle. Por tanto, se trata de bienes que deben ser provistos por el Estado y si éste no los suministra el mercado no los produciría, o si lo hiciera, sería a niveles sub-óptimos, lo que constituye el argumento central del intervencionismo estatal.